NOTA DE AUTORA: Como dije, este es el final anti-climatico. Lo hice por las chicas que me lo pidieron, de verdad espero les agrade. De antemano doy las gracias por acompañarme en estos mini-capitulos y mini-historia. GRACIAS POR TODO... Aquí esta (; [Cambié el PG de la historia ya que nunca llegó a ser un M en forma]


Aclaración: los personajes son creación –gracias al cielo- de Steph Meyer. Yo sólo los utilizo un poquito.

Capitulo dedicado a carliitha-cullen que me ha escrito una historia de navidad y que he amado completamente. "El mejor premio" una muy buena historia. Me gustaría que lo leyeran.


EPOV

El amor a primera vista, no funciona en mí. He tratado por todos los medios habidos y por haber olvidarme de Bella, ser sólo su mejor amigo.

Ni viviendo con ella me ve como algo más.

Ni por que trato de exhibir lo más que puedo para que se dé cuenta que ya no soy el mismo adolescente que alguna vez fue su mejor amigo.

Que se dé cuenta de que ahora soy un hombre y que la amo. Sin la necesidad de decirle esas dos palabras "te amo" aún sin decirlas puedo imaginármela saliendo corriendo de mi casa sin nada más que mi corazón roto.


Cap. 12. Can You Feel It? / ¿Puedes sentirlo?

Ella. Después de tantas noches al dormir junto a Edward, se había dado cuenta del sentimiento que crecía cada vez más en su corazón.

Tan sólo un día. Un solo día en el que él no había llegado a las 6:00 de la tarde como acostumbraba y ella estaba muerta de nervios.

Que si lo habían asaltado.

Que si un club de ninjas malvados le habían pedido su celular para hacer bromas aburridas.

Que si los alienígenas lo habían secuestrado.

O la que más miedo le daba: él se había aburrido de ella. O tal vez… sólo tal vez él tenía a alguien más.

Ella no soportaba la tensión.

Eran las 6:12 cuando la perilla de la puerta fue invadida por unas llaves

Un Edward más que cansado iba llegando a casa con el ánimo de ver a la chica dueña de su vida como siempre en la cocina preparando una deliciosa comida esperando por él. Había tenido un día muy agotador. El creyó que sólo enseñaría música a unos cuantos alumnos, hombres, pero no resultó como el esperaba, ya que aunque sonara machista, no muchas mujeres estudian música. Lo pudo comprobar cuando estaba en el viejo continente. Se sorprendió muchísimo cuando al segundo día en su clase se había llevado a cabo una explosión demográfica únicamente en el sexo femenino.

Prácticamente atendía a más de 100 alumnas y tan sólo 13 alumnos. Aunque la sala de música de la universidad era muy grande, le asombraba cuando veía estos números ya que en su primer día de docencia tenía a tan sólo 15 alumnos 2 de ellas chicas. Era simplemente desconcertante.

Lo que él no sabía es que por toda la universidad había corrido el rumor de ese nuevo maestro sexy que estaba dando la clase de música y que tenía unos dedos de pianista magistrales, eso sin sumarle ese acento británico que hacía que las únicas alumnas inscritas estuviesen ahogándose en su propia baba.

El pianista iba llegando cuando Bella sumamente preocupada se lanzó a sus brazos… Edward sólo reaccionó aprisionándola con los suyos como acto reflejo, él no había sido consciente de esa acción.

—Creí que te había sucedido algo, tonto. —La castaña se separó de ese abrazo mortífero.

Edward observó el único reloj de la casa que descansaba sobre el buró de la sala.

—Bella, sólo son las 6:13 —dijo con una sonrisa. Emocionado por dentro al saber que ella estaba preocupada por él.

—Lo sé. Pero tú eres tan puntual —ella declaró de manera pensativa.

—Una costumbre que tomé de los británicos —recordó los días vacíos de su estancia en Londres —, pero esta vez he llegado un poco atrasado porque mi grupo de alumnos ha aumentado mucho y al finalizar las clases muchas alumnas se quedan para algunas preguntas o prácticas.

Bella, al escuchar sólo "alumnas" sintió un jalón en el corazón. Algo que la gente llama celos, celos de que le quisieran quitar a su mejor amigo. Lo que no quería aceptar es que en realidad sentía celos del hombre de cabellos cobrizos.

—¿Qué sucede, Belly? —Edward notó su mutismo.

—En realidad nada. —Ella observó sus lindos ojos verdes y se perdió en ellos. —Sólo que me tienes muy acostumbrada a tu presencia y me siento muy extraña cuando no estas cerca.

—¿Te digo un secreto? —dijo Edward de manera confidencial y no esperó la respuesta de la castaña —Yo también. Me siento muy extraño cuando me alejo de ti. Estuve tanto tiempo lejos de tu presencia, que tan sólo al alejarme de ti un minuto siento como si una parte de mí se congelara y solo funcionara hasta que te siento a mi lado —dijo en un susurro que hizo que a Bella se le erizara la piel.

—¡Espera! —dijo Edward exaltado.

Lanzó un suspiro… tan largo que creyó haber absorbido el oxígeno de toda la habitación.

—Incluso respiro mejor cuando estoy a tu lado. —La vio con ojos de amor sin percatarse de ello. Bella no quería aceptarlo. No DEBÍA aceptarlo. Era Edward el que decía esas palabras, su mejor amigo, pero no evitaba que se hiciera falsas esperanzas y que su corazón sintiera cosquillitas con cada uno de esos susurros.

Se dio cuenta de que Edward estaba cada vez más cerca de lo que era prudente para no perder a su mejor amigo. Sus instintos eran más fuertes que ella.

—Bella. —Edward dijo su nombre casi como si lo saboreara con cada una de las papilas de su lengua, acariciara y le diera un significado totalmente diferente.

Estaba acercándose a los delicados labios de Bella, no aguantaba. Necesitaba probar esos exuberantes labios deliciosos que a lo largo de su vida sólo posado su boca en ellos una vez.

Coloco esa boca perfilada en la de la castaña. Ella simplemente no cabía de asombro. Él la estaba besando, la estaba venerando, saboreando, con sus labios, reconociendo cada parte de su boca.

El muchacho en momento pensó en detenerse, pero sabía que aunque lo deseara, no podría. Ella era como una droga para él, desde que posó su boca en ella, sintió la más grande de las emociones.

Pidió permiso colocando su lengua suavemente en la punta de los labios esperando a que ella aceptara su intromisión, dejando decidir a ella si seguir o parar. Lo sorprendió muchísimo el hecho de que ella aceptara. Sin palabras. Ella lo estaba aceptando.

La chica se daba cuenta de cuanta necesidad tenía de él. Lo deseaba, se daba cuenta de lo que en verdad sentía. Con sus manos aprisionó a Edward por el cuello, halándolo hacia ella tocando con sus dedos lo sedoso de su cabello cobrizo, esa textura casi irreal, tan suave, cómoda que se sentía como en casa, a donde ella pertenecía y de donde nunca se movería, ella pertenecía a Edward y Edward sabía que le pertenecía a ella.

El beso se tornó muy apasionado, sus corazones latiendo como si estuvieran corriendo un maratón. Cada una de sus terminaciones nerviosas estaba al tanto de lo que le ocurría al otro.

Después de un tiempo Edward se separó de ella. Colocando en ella un último beso gentil.

—Bella —siguió susurrando temiendo que si hablaba en voz alta despertaría de ese bella fantasía. Sabía que eso nunca había sido un sueño. Era la realidad y eso lo hacía completamente feliz.

—Bella… ¿puedes sentirlo? ¿Sientes lo mismo que yo? Bella. Yo… Yo te amo.

—Edward. Desearía poder decir lo mismo. —agachó la cabeza para no verlo a los ojos —pero sólo te estaría mintiendo. Yo no te amo. Lo que yo siento por ti, va más allá que un 'te amo'. Tendría que inventar una nueva palabra solo para describir lo que siento por ti. Eres mi amigo, mi mejor amigo. Y ahora eres algo más. Mucho más. Eres mi persona especial, aquella que ha estado en mi corazón desde siempre y que no quise ver por no perderte. Pero no aguanto más. Y te diré "Te amo" falta de una palabra mejor.

Por fin alzó la mirada para que el observara todos esos sentimientos que no podía demostrar ni con todas las palabras y los idiomas del mundo. Esa palabra no existía… ella sentía algo mucho más fuerte por él sólo por él.

—Bella. Sé mi novia. —Había deseado pedir eso desde su llegada.

—Lo seré. Sólo si tú te atreves a estar conmigo… prometiéndome que no estaremos juntos por unos meses o años. Sino por toda una vida.

—¿No es lo que hemos estado haciendo? Hemos estado juntos incluso desde que nacimos… Eres tú mi Belly. Siempre has sido tú.

La besó delicadamente y con eso cerraron esa simple promesa.

Siempre, por el resto de sus vidas… estarían juntos.


GRACIAS (Otra vez por llegar hasta aquí)

Bien, disculpas por no poder terminar en forma con la historia pero no podía haberla dejado inconclusa. La chica que la traduce (Victoria) la continuará desde el capitulo 11 sin contar este. Y en cuanto yo tenga tiempo lo traduciré para ustedes, algo loco lo se pero confio plenamente en que ella hará un trabajo estupendo.

En fin.

Adios (:

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