Discleimer: Estos personajes no me pertenecen. Son de la magnifica Stefhanie Meyer. La trama es de mí autoría, prohibida su reproduccion total o parcial sin mi concentimiento.


Mi única esperanza

By

Maru M. Cullen


Capítulo 1


Hola, soy Isabella Marie Swan pero me gusta que me digan Bella, nací el 13 de septiembre de 1975 en Forks Washington. Mis padres Renée y Charlie Swan eran propietarios de grandes campos en este pequeño pueblo. Tenía todo lo que pedía pero nunca tuve lo que más quería en esta vida… Amor.

Cuando tenía 17 años fui a caminar en el bosque, ya que no aguantaba más las peleas de mis padres, me fui adentrando más y más al bosque en mi cabeza había una vocecita que me decía que vuelva que no era seguro pero no la quería escuchar yo lo único que quería huir de ahí, grave error, tal vez si la hubiera escuchado no hubiera sucedido esto pero como dicen 'no te lamentes por lo que hiciste sino por lo que dejaste de hacer'. Ya era tarde el sol se había ido dándole paso a la luna llena. Me senté en un árbol, ya que estaba exhausta, pasaron los minutos y empecé a escuchar ruidos.

— ¿Quien anda ahí? —yo no tenía miedo de que me pudiese suceder algo ya que creo en el destino y si era mi hora lo aceptaría gustosa.

Pasaron los minutos sin respuesta alguna, me sentía tan sola que quería hablar con alguien. Hasta que después de 10 minutos me respondió. Sin todavía ponerse a mi vista.

— ¿Por qué no tienes miedo? —dijo una voz femenina, no entendí muy bien esa pregunta pero se la conteste de todas formas.

— ¿Por qué tendría que tenerlo?

—Estas sola en un bosque y algo te está hablando ¿¡y no tienes miedo! —lo último lo dijo muy enojada.

—No, no te tengo miedo si quieres hacerme algo, hacedlo yo no pondré resistencia. Si este es mi fin lo acepto —dije con un coraje que no sé de donde salió.

—Eres rara humana…—dijo totalmente frustrada.

— ¿Humana? ¿A qué te refieres con "humana"? —dije

En un tonto impulso empecé a caminar para encontrarme cara a cara con aquella persona que me estaba hablando, no di más de quince pasos cuando caí y una pequeña herida comenzó a sangrar. En un abrir y cerrar de ojos había una mujer pelirroja, pálida y con facciones perfectas, llevaba la ropa toda deshilachada y sucia. Lo que más me llamo la atención fue el color de sus ojos… borgoña.

— ¿Q-que quieres? —dije, sus ojos cambiaron de borgoña a negro carbón.

—A ti —dijo

Quería preguntarle qué quiso decir pero en ese momento sentí como algo filoso se clavaba en mi cuello. Después de eso se volvió todo negro. Sentí como un calor recorría en mis venas, era un dolor insoportable. Le rogaba a dios que esto no afectara a Renne ni a Charlie ya que aunque sus peleas me dolían, no quería que sufriesen por mí. El tiempo pasaba y el calor se iba calmando, pero de un momento a otro el fuego quemaba mi corazón, grite de dolor, en ese momento sentí mí ultimo palpito. Fui abriendo los ojos poco a poco, me encontraba en el mismo lugar.

Siempre me pregunté por qué ella no me mato, porque estaba claro que en sus planes no estaba convertirme ya que si hubiera sido ese su plan se hubiera quedado hasta que despertara, me hubiera "enseñado" a alimentarme de humanos. Yo me alimento de sangre de animales esta dieta la conocí viendo cazar a unos vampiros en Alaska.

Tengo dos dones y a la vez tengo todos los dones que existen. Mi primer don es un escudo tanto físico como mental y el otro lo defino como "espejo" ya que al estar con un vampiro que tenga una habilidad se lo copio sin quererlo. Suena bien ya que tendría todos los dones que quisiera, pero al copiarlos siento un dolor muy agudo y mis otros dones quedan anulados horas, días, semanas depende de los dones.

En este momento estoy marchándome de Sudamérica para regresar, después de mi transformación, a Forks. Tengo un presentimiento de que en ese pueblo algo me va a cambiar la vida para siempre…


Hola.

Como ya podrán ver estoy comenzando a editar. Para las chicas que ya me leen pueden ver que no cambió para nada el capitulo y los siguientes serán los mismos. =)

Pronto subiré el capitulo 2

Gracias por estar.

Maru M. Cullen

"Deja que tu sonrisa cambie el mundo, pero no dejes que el mundo cambie tu sonrisa"