¡Hola!

Después de años de ausencia, he vuelto, con una de mis otras correcciones. Espero que les guste esta nueva versión de la historia antes llamada No me abandones. Es un pequeño Drabble.

Si les interesa leer algunas otras de mis antiguas historias corregidas y reescritas, pueden ingresar a mi perfil y revisar por los nuevos cambios. Gracias :D

Declaración: Las PPG no me pertenecen (Si fuera así tendrían vidas más ordinarias y tal vez más trágicas), le pertenecen a Cartoon Network y a su autor Craig McCracken. Las utilizo sin fines de lucro, mero entretenimiento.

Advertencias: Universo Alterno, Out of Character, Tragedia, Drabble, Sangre.


Don't Leave Me

El cielo oscuro comenzaba a dejar caer pequeñas gotas de agua sobre el asfalto de la carretera. El alumbrado público y los faros de los vehículos eran lo único que sacaba de las tinieblas a todas aquellas personas. En la calle, varios automóviles se encontraban aglomerados; dos de ellos severamente golpeados. Y allí, lejos de todos, estaban ellos; él con la joven entre sus brazos y ella con los orbes perdidos en las nubes que ocultaban la luna.

− ¡ ¡ ¡Aléjate! ¡ ¡ – Bramó él, histérico, viendo con odio al hombre que se había acercado a ellos, de chaleco naranja y la inscripción de Paramédico en la espalda.

− Entiende, no puedes hacer nada. Ella ya no está aquí.− Explicó, en un vano intento de hacerlo entrar en razón. La escena era horrible: Los dos jóvenes estaban cubiertos de lodo y sangre, mientras las gotas comenzaban a mojar sus ropas.

− ¡Mientes!− Refutó enérgico, haciéndose aún más con el cuerpo de la rubia. La lluvia mojaba sus cabezas, pero a él eso no le importaba. Su camisa formal azul celeste estaba manchada de ese líquido escarlata, igual que el vestido blanco de ella. A las espaldas del paramédico se acercó una mujer robusta, con la misma ropa que el otro. − ¡No está muerta!

− Está bien, déjame tomarle los signos vitales.− Pidió la mujer. Todos estaban en medio la avenida y a sus espaldas un automóvil deportivo, completamente destrozado y con signos de haberse volcado. A unos metros del auto también había una camioneta obscura grande, también golpeada. La autopista estaba bloqueada por coches de policías y ambulancias, que solo se distinguían por las torretas de luces de colores.

− ¡No! ¡Ustedes creen que está muerta! ¡Por eso no intentarán ayudarla!− Repuso el rubio histérico, sosteniendo con fuerza el cuerpo de la joven decorado con marcas de llantas de un automóvil.− ¡No permitiré que le hagan daño!

− No la dañaremos, queremos atenderlos. A los dos.− Continúo la paramédico, señalando las desagarradas ropas del chico, se notaba a leguas que ambos estaban heridos, había demasiada sangre. – Mírate, así como estás no la ayudarás en nada.

− ¡Patty! ¡Él también está muerto!− Informó otro paramédico, señalando al hombre que estaba en la camioneta oscura.

− Ah… ese hombre, no es por ser mala, pero se lo merecía.− Murmuró la mujer inconscientemente viendo como comenzaban a bajar de la camioneta el cuerpo de un individuo robusto, inconsciente.− Manejar en tal estado de ebriedad y llevarse entre las patas a esta joven.

− ¡No se la llevó! ¡Ella no está muerta!− Gritó él, eufórico. Las lágrimas, ocultas por la lluvia, comenzaron a descender de sus ojos. Ella no estaba muerta, no podía estarlo.

− Mírala y dime que está viva. ¿Sientes su respiración? ¿Acaso escuchas palpitar su corazón?− Repuso la mujer inclinándose al lado del joven. Él prestó atención al cuerpo que mantenía en brazos, mirando los desorbitados ojos azules de su novia, su boca entreabierta y ese hilillo de sangre que se escapaba de sus labios.

− Miyako…− Susurró, sin querer creer lo que sus ojos le mostraban. Su corazón no palpitaba, su piel comenzaba a ponerse fría y pálida, mientras que su pecho no se movía en lo absoluto.− ¡MIYAKO!− Gritó rindiéndose ante la realidad. Estaba solo, sin ella. Su prometida había muerto 4 horas después de haber aceptado el compromiso.

¡Fin!


Este es el final de esta pequeña viñeta. Espero que les haya gustado. Si es así, comenten y/o suscríbanse para que sepan cuando vuelvo nuevamente del más allá.

Los quiero.

¡Saludos!