Disclaimer: nada de esto me pertenece, los personajes le pertenecen a Stephenie Meyer y la historia a chels926, yo solo la traduzco.


A/N: ¡Bienvenidos de vuelta! Esta es la secuela de mi historia "A Semester in the Smoke". Como son todos humanos y hay bastante OOC para Edward y Bella, os recomendaría que leyérais la primera parte antes de empezar esta.

TH, OOC, Bella's POV

T/N: ¡Hola de nuevo! Bueno, yo también os recomiendo que leais "A Semester in the Smoke" antes de empezar con esta historia, para que se entienda mejor, la podeis encontrar en mi perfil.

Gracias a todos por leer.

Thank you Chels again!

PD. Este capitulo va dedicado a Ely Cullen M, q ha terminado de convencerme de que subiera hoy el primer capitulo.


BACK ACROSS THE POND

Capitulo unoDéjà vu

De vuelta en los Estados, estaba intentando ajustarme, no solo a la vida fuera del Reino Unido, sino también a la vida sin Edward y los Cullen. Las primeras dos semanas fueron las más duras. Aunque Edward y yo nos comunicábamos casi a diario por el ordenador, ya fuera por e-mail o por webcam, todavía tenía síndrome de abstinencia por su presencia. Sé que solo el más ligero de los toques de su parte, habría calmado mi alma. Pero, hasta que la tecnología avanzara de forma astronómica, eso no podía pasar mientras yo estuviera en Seattle y Edward en Londres.

La Navidad pasó más bien de forma alegre. Estaba tan ocupada viendo a mis amigos, familia y otros parientes de nuevo, que ayudó a aliviar la añoranza que habría sentido de otra forma. Algunas de mis tías, tíos y primos habían viajado al Pacífico Noroeste para pasar las vacaciones y correr, jugar al escondite o al pilla-pilla con niños de primaria en el frío tiempo fue una buena distracción para el resto de las vacaciones.

Mi compañera de cuarto de la UW, Courtney, dio una fiesta de Año Nuevo en nuestro apartamento, así que, por supuesto, estuve presente, si no era para beber ilegalmente durante el resto del 2008, entonces fue para asegurarme de que ningún extraño tenía sexo en mi habitación.

Mi ordenador portátil se había convertido en mi posesión adorada. Traía a Edward a la vida frente a mí casi cada día a las tres de la tarde. En el horario de Londres, Edward me dijo que eran las once de la noche.

"Bueno, ¿qué tal ha ido el trabajo?" le pregunté a Edward desde encima de mi cama solo unos días después de Año Nuevo. Vi formarse una mueca en la cara de Edward por la pantalla, y le miré inquisitivamente.

"Me han dejado ir," dijo Edward tras un momento de silencio, pasándose la mano por su perfecto pelo broncíneo. Suspiró temblorosamente y deseé con todo mi corazón poder estar allí con él.

"¿Qué? Estas bromeando," dije, estupefacta. "¿Por qué demonios te dejarían ir?" pregunté, mi tono de voz aumentó con el enfado.

"Despidos. Para ahorrar dinero. Las mismas razones por las que miles de otras personas son echadas de sus trabajos en todo el mundo," dijo encogiéndose de hombros. Obviamente, mi enfado no estaba reflejado en su conducta. De hecho, se veía más bien resignado con el hecho de que ahora estaba desempleado.

"Bueno, me alegro de que puedas tomártelo de una forma tan fría," le dije con vehemencia.

"Bella, sabes que llevo un tiempo preocupado por ello y, bueno, estas cosas pasan. No hay nada que pueda hacer ahora excepto buscar otro trabajo, así que, ¿por qué estresarme por ello?" preguntó retóricamente. "Además, ya tengo algunas entrevistas establecidas."

Suspiré. "Supongo que es cierto," concedí, viendo la sabiduría en sus palabras hasta que la última frase me llamó la atención. "Espera, ¿entrevistas? ¿Tan rápido? ¿Me has estado escondiendo esto durante días?" No pude evitar que la nota de acusación se mostrara en mi voz, incluso aunque intenté disimularla. Él nunca había mencionado nada sobre esto antes, pero para mí parecía como si hubiera ocurrido pronto en la semana.

"Prometo que ha pasado hoy," dijo Edward con una de sus palmas frente a mí en un gesto de inocencia. "Pero ya estaba buscando un trabajo nuevo, así que ahora solo tengo que encontrar uno antes. No te escondería nada como esto."

Me mordí el labio, queriendo golpearme a mí misma por sacar conclusiones estúpidas tan rápido. "Lo sé," contesté. "Lo siento. Es solo que tú estás muy lejos y mi cerebro empieza a recorrer los peores escenarios. Es... un poco difícil ser optimista todo el tiempo."

Todo eso era muy cierto. En las casi dos semanas que llevábamos separados, se sentía como si parte de mí quisiera auto-destruir nuestra relación. Hubo unos pensamientos particularmente maliciosos en Año Nuevo (a los cuales el vodka y el prosecco no ayudaron) sobre Edward en una fiesta y conociendo a una chica que se iría a la cama con él. Y luego más miedos sobre él dándose cuenta de que no merecía la pena...

"Lo entiendo. Pero tengo otra pregunta para ti, Bella," dijo Edward, sacándome de mis pensamientos auto-degradantes. "Estaba pensando en solicitar algunos trabajos en U.S., particularmente en la zona de Seattle... pero quería saber primero que piensas. Quiero decir, ¿cómo te sentirías si me mudara allí?"

Me quedé mirando el ordenador unos segundos, sorprendida. Por supuesto, la idea se me había ocurrido, Edward mudándose a los Estados para estar conmigo, pero solo era una de mis fantasías. Algo que no iba a pasar. Yo iba a mudarme a Londres, después de todo. Pero esto... Esto sería fantástico.

"Eso... eso sería genial," le dije con una gran sonrisa, sorprendentemente capaz de formar una frase coherente a pesar de mi éxtasis interior.

"Bueno, no te hagas muchas ilusiones," contestó Edward después. "Todavía hay un mercado de trabajo complicado, y tal vez no haya nada para mí por allí. Además de ti, por supuesto."

"Por supuesto," repetí con una gran sonrisa. "Intentaré no hacerme muchas ilusiones. Lo prometo." Pero era demasiado tarde, mis ilusiones volaban. Tal vez no tendría que esperar hasta Navidad para verle, después de todo.

- . - . - . - . -

Estaba empacando mi ropa la noche del domingo antes de que el semestre de primavera empezara al día siguiente. Doblar mi ropa y colocarla dentro de mi ahora-gastada maleta, me recordaba a mis últimos días en Inglaterra y las emociones de ese momento reflejaban las que estaba sintiendo ahora mismo. El collar de Edward todavía colgaba alrededor de mi cuello, escondido detrás de la gran sudadera azul oscuro que llevaba. Pero todavía podía sentirlo ahí, un recordatorio tangible de esa última noche juntos.

Giré mi cabeza con el sonido de un golpe en la puerta de mi habitación. "Entra," dije en voz baja y seguí cerrando mi maleta, mirando a mi alrededor para asegurarme de que no había dejado nada sin guardar. Sin embargo, si olvidaba algo en casa, Renton estaba solo a menos de media hora en coche desde la escuela.

Mi madre entró en la habitación, dejando la puerta abierta, y se sentó en el borde de mi cama.

"¿Cómo estás, cariño?" preguntó, mirando mi cara demacrada. Nunca había querido sentirme sombría, pero estos días no podía evitarlo a veces. Edward estaba tan lejos...

"Bastante bien," contesté. "Simplemente le echo de menos."

"Lo sé," dijo con una mirada comprensiva. "Pero estarás tan ocupada con la escuela y las clases y estudiar que te dará algo más en lo que pensar durante un tiempo. Alejará tu mente de la distancia."

Suspiré y me lancé en la cama a su lado. "Lo sé y estoy segura de que se irá haciendo más fácil según me vaya acostumbrando a que él no esté aquí, pero le vi casi cada día durante cuatro meses y ahora no hay nada."

"No puedo decir que alguna vez haya tenido una relación a larga distancia, Bella, pero probablemente tienes razón," dijo, tomando mi mano en la suya y apretándola tranquilizadoramente. "Así que, ¿has terminado de empacar? ¿Necesitas ayuda llevando las cosas a tu coche?"

"En realidad sí," le dije a mi madre. "Si tu puedes bajar esas dos bolsas, yo bajaré el resto."

Con mis bolsas subidas a mi viejo Volkswagen Jetta azul de 1998, les dije adiós a mi madre y mi hermana, Sophie, quien, como había predicho, todavía estaba castigada por su escapada de unos meses antes.

"Siento que tu padre no pueda estar aquí para despedirse," dijo mi madre cuando estaba a punto de subirme al coche. "Sabes que estaría si pudiera."

"Le dije adiós esta mañana antes de que se fuera al trabajo," le dije encogiéndome de hombros. "Y os veré en unas semanas. Sabes que no me quedo lejos mucho tiempo. Te llamaré cuando llegue al apartamento, y os quiero a las dos."

El viaje tomó más tiempo del esperado debido a obras en la I-5, pero llegué a mi apartamento menos de una hora después, arrastrando mis maletas por las escaleras hasta mi habitación. Además de por la fiesta de Año Nuevo, no había estado aquí desde el pasado Mayo y se sentía como otra parte de mi mundo. Un mundo que se extendía solo a mi segundo año, cuando los pensamientos sobre chicos se extendían a meros enamoramientos y cuando estudiaba hasta el cansancio para tener notas tan perfectas como pudiera. Era un mundo en el que Edward no parecía encajar... todavía.

- . - . - . - . -

Pasé el siguiente mes enfocándome en mis estudios lo mejor que pude. Mis profesores de finanzas se aseguraron de que teníamos muchas horas llenas de estudio o deberes para hacer casi cada noche. Adicionalmente, con mis otras dos clases también quitándome mucho tiempo y un nuevo trabajo que había adquirido recientemente, estaba estresándome rápidamente.

Había encontrado un trabajo en una cafetería local como camarera justo después de que la escuela empezara en Enero. Trabajaba los sábados y tres noches durante la semana. A veces, me sentía un poco rara trabajando en una cafetería cuando no me gustaba mucho el café, pero era un buen trabajo. Me pagaban bien y las horas eran decentes. Algunos de mis compañeros de trabajo eran agradables y había empezado a formar amistades con ellos.

Sin embargo, mi tiempo para hablar con Edward estaba limitado entre asistir a clase y trabajar durante la semana. Nuestra 'cita' de las tres de la tarde solo me valía dos días de la semana, así que tuvimos que arreglarnos que nuevas horas en diferentes días. A veces los dos estábamos tan inundados que pasábamos días sin hablar.

Edward terminó encontrando un trabajo en Londres. Como me dijo que haría, había solicitado algunos trabajos en Seattle, pero nadie contactó con él, ya fuera por no contratar directamente o por no contratar a alguien que tuviera que pedir un permiso de trabajo para trabajar en los Estados Unidos.

"Siento haberte dado esperanzas," se disculpó Edward por el ordenador después de decirme que había aceptado la oferta de trabajo. Era con una asesoría de Londres, y Edward parecía realmente entusiasmado por ello. Evidentemente iba a ser mucho mejor que su trabajo anterior.

"Está bien," le dije, intentado esconder lo realmente indignada que me sentía. Aunque me había dicho a mí misma constantemente que las oportunidades de que él viniera eran muy remotas, no podía evitar entusiasmarme por la pequeña oportunidad de que pasara. De que pudiéramos estar juntos de nuevo.

"Obviamente, no está bien," contestó Edward, sorprendiéndome. "Conozco esa mirada, Bella. Y realmente siento que no funcionara nada a ese lado del mundo."

"¡Y sé que lo sientes! He dicho que está bien. ¡Está bien!" le solté exasperada. Suspiré y dejé colgar mi cabeza, pasándome las manos por el pelo. "Escucha, debería irme pronto. Una de mis clases empieza en media hora y todavía tengo que ir al campus."

"Está... bien," dijo Edward, estremeciéndose al usar la misma palabra que le había gritado antes.

Suspiré de nuevo. "Te amo. ¿Hablaré contigo más tarde hoy o mañana?"

"Sí, estaré aquí. Yo también te amo, Bella," añadió Edward con una sonrisa triste antes de terminar la llamada, la pantalla de mi ordenador se puso negra de repente.

Gracias a Dios, tras ese episodio, nos recuperamos fácilmente. Enero se convirtió en Febrero y por el día de San Valentín recibí un hermoso ramo de flores que Edward había pedido online. Yo solo le envié una tarjeta ridículamente cursi en la que aparecía Bob Esponja con una caja de corazones de caramelo y otra carta escrita a mano que pareció encantarle.

Edward había empezado su trabajo en la asesoría y había estado fuera un par de semanas para entrenar en Irlanda antes de volver para trabajar en un trabajo a jornada completa de nuevo.

"Es mucho mejor," me dijo una tarde después de estar trabajando allí una semana. "Realmente tengo responsabilidades que me hacen sentir que estoy haciendo algo productivo para la compañía. No es un nivel tan básico como el del otro trabajo y hay muchas más oportunidades de ascenso. Tendré que viajar más a menudo por negocios, pero eso no me molesta realmente."

"No, eso suena divertido," le dije. "Tal vez vayas a algún lugar emocionante."

"Tal vez," repitió Edward. "Y, ¿cómo va tu trabajo?"

"Eh, está bien," dije encogiéndome de hombros. "Me alegro de tener la noche libre. Y hay balance en mi cuenta corriente, lo que me tiene bastante complacida. Estoy intentando ahorrar los suficiente para un billete de avión, pero todavía me falta bastante."

"Yo también he estado ahorrando," dijo Edward brillantemente. "Podré tomarme una semana libre más tarde este año, así que todavía quiero ir por Navidad, si te parece bien."

"¡Por supuesto que me parece bien!" exclamé feliz, dando palmadas. "¡No puedo esperar a estar contigo de nuevo!"

"Lo sé. Yo también," me dijo con esa sonrisa torcida. "Se siente como si hubiera pasado una eternidad desde que te marchaste. Realmente te echo de menos."

"Yo también te echo de menos," le dije, deseando poder atravesar la pantalla del ordenador y tocarle. Pero sabía que todo lo que sentiría sería una fría pantalla LCD de ordenador.

- . - . - . - . -

En Marzo, me fui con un par de amigas a California de vacaciones de primavera y, para finales de Abril, tuve que empezar a estudiar para mis exámenes finales al principio de Mayo.

Una mañana a finales de Abril mi teléfono móvil sonó mientras subía un piso de escaleras en el campus, yendo a mi primera clase del día. La ligera lluvia mojaba mi cara bajo la capucha de mi chaqueta impermeable y calaba el tejido de mis vaqueros, enfriando mis piernas. Fui a un lado del camino para evitar choques con otros estudiantes que iban rápidamente a su siguiente clase, y busqué detrás de mí para sacar el teléfono del bolsillo frontal de mi mochila.

"¿Hola?" respondí rápidamente al teléfono antes de que fuera al buzón de voz, escondiendo el teléfono bajo mi capucha para que no se mojara.

Me sorprendí cuando una cálida voz británica me respondió. "Bella, soy Esme. Espero que sea un buen momento para llamar."

"Es un buen momento para llamar," le dije feliz. No había hablado con Esme o Carlisle desde que me marché, así que la llamada telefónica era poco esperada. "Tengo que estar en clase en unos diez minutos pero, hasta entonces, puedo hablar. ¡Es genial escuchar de vosotros!"

"Bueno, me aseguraré de no tenerte aquí mucho tiempo. ¿Cómo has estado?" preguntó iniciando una conversación.

Seguí caminando hacia mi clase, sonriendo mientras hablaba con Esme. "He estado bastante bien," contesté. "Mis exámenes finales van a ser pronto, así que hay mucho trabajo que hacer últimamente, pero lo llevo bien. El trabajo también va bien, y estoy deseando que llegue el verano. ¿Cómo habéis estado vosotros?"

"Hemos estado bastante bien por aquí. Trabajando, viviendo, lo normal. Bueno, iré a la razón de mi llamada en medio del día. Como probablemente sepas, el cumpleaños de Edward será en solo un mes, el 3 de Junio y Carlisle y yo hemos estado discutiendo recientemente sobre las opciones de regalo. Edward no es una persona fácil a la que comprarle cosas. Estábamos pensando que lo que más le gustaría realmente serías, bueno, tú. No sé cuales son tus planes para el verano, pero si estuvieras dispuesta, nos gustaría traerte aquí durante una semana," explicó.

Me detuve en seco, haciendo que la gente detrás de mí gimiera frustrada mientras se movían a mi alrededor. "¿Lo dices en serio?" pregunté en primer lugar. Si esto era una broma, estaría furiosa. Tampoco es que Esme fuera a bromear sobre algo así, pero ver a Edward tan pronto estaba más allá de mis sueños más salvajes. Habría sido demasiado bueno para ser verdad.

"Lo digo completamente en serio," contestó Esme.

"¡Estaría más que dispuesta, obviamente!" exclamé en el teléfono. "Sabes que esto también sería un regalo para mí."

Esme rió. "Entonces consideralo como un regalo de cumpleaños adelantado para ti también. ¿Podrás venir pronto este verano?"

"Absolutamente. Estaré trabajando y tomando cursos de verano, pero las clases no empiezan hasta el comienzo de Junio. Puedo coger unos días libres en el trabajo fácilmente. ¿Tal vez en algún momento a finales de Mayo?"

"Brillante. Empezaré a buscar en las aerolíneas y volveré a ti con las fechas. No puedo esperar para verte de nuevo, Bella."

"Yo tampoco," dije, todavía atónita porque esta llamada en realidad estuviera tomando lugar y no fuera un excelente sueño del que me despertaría pronto.

"Oh y, Bella, hagamos que sea una sorpresa, si no te importa. Creo que valdrá completamente la pena ver la expresión de Edward," Esme terminó la conversación con una risa.

Reí junto a ella completamente feliz. Solo un mes más y estaría allí con Edward. Sabía que este regalo era extravagante. Les costaría a los Cullen más de mil dólares llevarme a Londres por tan poco tiempo pero, a pesar de saber esto, iba a ser egoísta. Vería a Edward y no me importaba como pasara eso.

- . - . - . - . -

Mientras esperaba mi inminente viaje a Londres, la época de los exámenes finales pasó frente a mí rápidamente en un borrón de libros de texto, resaltadores, cafeína, Scantrons (n/t. Son esos exámenes tipo test en los que tienes que marcar la opción a, b, c ó d) y lápices del nº 2. Cuando el semestre terminó, solo me quedaba una semana y media de trabajo en la cafetería antes de volver a cruzar el charco. Mis planes eran marcharme el sábado por la tarde y llegar a Londres el domingo por la mañana, pasar la semana y luego volver el siguiente domingo por la mañana.

Sin embargo, como esto era un regalo de cumpleaños sorpresa para Edward, tuve que mentir sobre ello.

"¿No podré hablar contigo en toda una semana?" se quejó Edward mientras hablaba con él en Skype solo unos días antes de irme.

"Sí. Ya te lo he dicho, voy a California a visitar a mi tía y tío durante una semana," le expliqué una vez más. Por si acaso se me escapaba que estaba empacando o que me iba el sábado, quería tener una excusa válida.

"Y, ¿ellos no tienen Internet?" preguntó incrédulamente, intentando entender porqué no hablaría con él en toda una semana.

"No quiero llevar mi ordenador," le dije. "Puedes llamarme al teléfono si lo deseas..."

Edward suspiró y yo me reí de sus expresiones faciales. Era tan lindo. Sonreí mientras recordaba que le vería en solo cuatro días, o 96 horas, o 5.760 minutos. No podía esperar a entrelazar mis dedos con los suyos, pasar mis manos por ese hermoso pelo broncíneo y besar esos sensuales labios suyos. Sentí escalofríos en mis brazos y mi espalda mientras pensaba en tocarle realmente de nuevo.

El sábado por la tarde, mis padres y mi hermana vinieron a mi apartamento para recogerme y llevarme al aeropuerto. La cantidad de equipaje que llevaba se sentía drásticamente pequeña en comparación con la cantidad que había llevado el pasado Agosto. Una semana era mucho menos tiempo que cuatro meses, después de todo. Dije adiós a mi familia, sintiendo una vez más el déjà vu de toda la situación.

Con los billetes de avión que Esme me había enviado vía FedEx en una mano y mi maleta en la otra, entré en el aeropuerto, facturé mi bolsa y me dirigí hacia la puerta de salidas. Estaba más que lista para saltarme las siguientes 16 horas y llegar a Londres.

Los vuelos no fueron nada malos. Llevé medicamentos para dormir y, tras tomar las pastillas, me quedé dormida fácilmente durante todo el vuelo por la noche a través del Atlántico. Me desperté durante el descenso inicial en Londres, levantando el estor de la ventana del avión a mi lado y mirando al verde paisaje Inglés de debajo.

Estaba contando el tiempo que faltaba hasta aterrizar. 20 minutos. Llevaría al menos diez minutos moverse por la pista y llegar a la puerta. 30 minutos. Luego otros 20 minutos para pasar por inmigración. 50 minutos. Y tal vez diez minutos para encontrar mi bolsa y pasar por aduanas. Una hora. Solo quedaba aproximadamente una hora hasta ver a Alice, como me habían dicho, esperándome en la puerta de llegadas en Heathrow. Mis pies empezaron a dar golpecitos impacientemente en la alfombra debajo de mi asiento, no queriendo esperar tanto tiempo.

Como había estimado, solo una hora más tarde estaba saliendo del departamento de aduanas y cruzando la puerta hasta la salida de la terminal del aeropuerto. Mirando a mi alrededor, finalmente vi a una chica bajita con el pelo negro hasta los hombros, saltando arriba y abajo y moviendo la mano. Viendo a Alice, paré en mi lugar y, sin pensarlo, grité entusiasmada antes de correr hacia ella, con mi maleta rodando rápidamente detrás de mí.

"¡Oh Dios mío!" exclamé, lanzando mis brazos a su alrededor mientras la abrazaba. "¡No puedo creer que esté aquí!"

"¡Lo sé!" gritó Alice feliz. "¡Oh, te he echado mucho de menos, Bella!"

"¡Yo también!" dije, dando un paso atrás para mirarla. "Has dejado crecer tu pelo." Había esperado que Alice siguiera con el pelo corto como lo tenía cuando la conocí. Su brillante pelo negro ahora caía justo sobre sus hombros, enfatizando su mandíbula.

"Lo he hecho," dijo. "Y tú has cortado el tuyo más que la última vez." Estiró el brazo y acarició los mechones marrón oscuro que ahora colgaban justo bajo mi mandíbula, mucho más corto de lo que lo estaba el pasado otoño.

No podía parar de sonreír, estaba muy feliz de estar aquí de nuevo. "Así que, ¿cuál es el plan?" le pregunté, imaginando que probablemente no deberíamos quedarnos durante horas en el aeropuerto hablando.

"Volveremos a la casa y te contaré," dijo. "Cojamos el metro. No llevas muchas bolsas contigo esta vez."

Ir en metro desde Heathrow hasta Islington tomó una eternidad y siempre estaba alerta porque una cabeza de pelo broncíneo entrara en nuestro tren. Aunque realmente estaba muy entusiasmada por ver a Alice y los Cullen de nuevo, Edward era el primero en mi mente. Mi corazón latía con rapidez y me respiración era temblorosa mientras esperaba el momento en que o él o yo cruzara esa puerta y nos viéramos por primera vez.


Hola!

Bueno, espero que os haya gustado el primer capitulo. En el proximo... el reencuentro, veremos como reacciona Edward.

La proxima actualizacion será el sabado.

Gracias a todos...

-Bells, :)