Ante todo:
DISCLAIMER: los personaje pertenecen a Stephenie Meyer, aunque la historia es mía.
Las cursivas son conversaciones telefónicas o conversaciones que se oyen en la lejanía.
Los pensamientos de los personajes están escritos "entre comillas".
La historia está escrita desde el punto de vista de Bella Swan.
Los personajes son HUMANOS.
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11. EPÍLOGO.
El doctor Cullen me había llamado esa mañana para pedirme que fuera al hospital. Me había dicho que se trataba de algo muy importante, así que no me lo pensé dos veces y fui en busca de mi coche y fui hacia el hospital.
Cuando llegué allí, me encontré con Paul en el pasillo en el que estaba la habitación de Jacob. Hacía un par de meses que no nos veíamos, aunque solíamos hablar a menudo por teléfono.
- Hola Paul. - dije dándole un breve abrazo.
- ¿Que tal, Bella?
- Nerviosa. ¿Que pasa? - dije mirando hacia la puerta de la habitación de su hermano.
- Pues no lo se. El doctor me llamó esta mañana y me dijo que viniera lo antes posible.
- A mi también me ha llamado.
- Mientras esperamos, ¿por qué no me cuentas como va la preparación de la boda? - me cogió de la mano y fuimos hacia la sala de espera que teníamos a menos de cinco metros. - Suelo ver a Edward por aquí haciendo sus prácticas, pero no me atrevo a preguntarle. Ya sabes...
- Si, por la pelea que tuvisteis. - dije, sentándome en una de las incómodas sillas de plástico. . Pero vendrás a la boda, no? Quiero que vengas.
- Claro. Iré si tu quieres.
- Buenos días chicos. - dijo el doctor Cullen, que apareció de repente a nuestro lado. - Tengo que daros buenas noticias.
- ¿Le van a dar el alta a Jacob? - preguntó Paul, ilusionado, poniéndose en pie.
- Pues si. Esta misma tarde ya podrá irse a casa. - dijo mirando hacia atrás.
Intenté controlarme y me puse en pie lentamente. Vi a Jacob venir por el pasillo con andador. Hacía ya dos meses que Jacob me había contado la verdad sobre lo que sucedió entre Edward y Leah, yo le había insultado y no habíamos vuelto a vernos. Y no me apetecía seguir viéndole.
- Me alegro, pero tengo que irme. Lo siento. - Le di un beso a Paul en la mejilla, otro a mi futuro suegro y me marché.
Pasé por al lado de Jacob sin siquiera mirarle a la cara y no me detuve hasta que llegué a mi coche. No pude irme, no en ese momento. Me puse a llorar.
En el fondo me alegraba de que Jacob estuviera mucho mejor y que al fin pudiera salir del hospital después de seis meses, pero aun no había podido perdonarle por lo que nos había hecho a Edward y a mi.
cuando al fin había logrado calmarme, quince minutos después de haberme metido en el coche, lo puse en marcha y conduje hacia la casa de los Cullen, donde me encontré con Esme, mi hermana Alice y Rosalie, que estaban en el jardín con tres personas más que no conocía ni había visto nunca.
- Hola Bella! - exclamó Alice al verme y vino hacia mí dando brincos.
- ¿Quien es esa gente?
- Diseñadores. Para la boda.
- Ah!
- Ven. Aun tienes que darme la lista de invitados. - dijo mientras íbamos cogidas de la mano hacia las chicas.
- Esta noche lo hablaré con Edward y mañana te doy la lista.
- ¿Hoy no vas a trabajar? - preguntó Esme cuando llegamos a su lado.
- Si. Solo quería pasarme antes por aquí. - mentí. Había llegado el día que Edward y yo habíamos estado planeando. - ¿Edward ya se ha marchado?
- Creo que está en la cocina, desayunando. - dijo Esme.
- Bueno, pues nos vemos mañana.
Dejé atrás a las chicas y fui hacia la cocina, donde encontré a Edward desayunando, tal y como me había dicho su madre. Sin decir nada, se puso en pie y vino hacia mí.
- ¿Nos vamos ya? - dijo, abrazándome por la cintura.
- Si.
- ¿Estás preparada?
- Si.
- Pues vámonos.
- Leah se va a cagar.
Fuimos cada uno en su coche hacia la empresa de Jasper, que se había fusionado con la de Emmett y esa semana yo estaba trabajando allí.
Jasper nos estaba esperando en el aparcamiento. En cuanto nos vio salir de los coches, nos indicó con la mano que fuéramos hacia el ascensor.
- Vale. He llamado a una amiga mía que es policía. - Empezó a decir Jasper en un susurro, en plan conspiratorio. - Se esconderá en el baño de mi despacho con todos sus trastos.
- ¿Has puesto micro en tu despacho? - pregunté también entre susurros.
- Mejor. Ha puesto una cámara con micro.
- Bien.
- Edward, ya sabes lo que tienes que hacer. - dijo, poniendo la mano sobre el brazo de su primo.
- Si, lo se. - suspiró.
- Encerremos a esa puta. - dije antes de besar a Edward.
- Vamos.
Las puertas del ascensor se abrieron y cada uno nos fuimos por nuestro lado. Yo fui hacia mi despacho, Jasper a la sala de reuniones y Edward hacia la mesa de Leah, que estaba al lado del despacho de Jasper. No se de que estuvieron hablando pero mientras Edward la distraía, yo entré disimuladamente en el despacho de Jasper y me metí en el cuarto de baño.
- ¿Renesmee?
- Hola prima! - exclamé, abrazándome. - ¿Que haces aquí? - dijo mirando hacia el monitos que había puesto encima de una mesa plegable. En él se veía el despacho de Jasper.
- Soy la novia del primos de Jasper.
- Vaya! Que casualidad! - exclamó. - Hace años que nos conocemos.
- Si que es casualidad. - murmuré. - Mira, ya entran.
Mi prima me pasó otros auriculares que tenía por un maletín, como los que llevaba ella, y centré la atención en la pantalla.
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- ¿Qué quieres? - Leah entró en el despacho y se apoyó en la mesa de Jasper.
- ¿Por qué estás tan a la defensiva conmigo? - preguntó Edward. - No estabas así hace seis meses, cuando viniste a verme con tus pastillitas.
- No se a que te refieres.
Leah, no te alteres. - dijo Edward, acercándose lentamente a ella, poniendo las manos sobre la mesa, con su rostro a pocos centímetros de el de Leah. - No te lo estoy echando en cara.
- ¿Y a que has venido?
- Quería verte.
- ¿A mi? ¿Para qué? - exclamó, claramente sorprendida. - Estás saliendo con Bella.
- También estaba saliendo con ella cuando viniste a buscarme con tus jueguecitos. - Edward pasó su mano por el brazo de Leah y la fue subiendo hasta su mejilla. - Reconozco que no fue nada mal, a pesar de lo drogado que iba.
- La verdad es que eres bueno. . dijo pasando ambas manos por el pecho de Edward.
- Dime una cosa.
- ¿Qué?
- Me pusiste preservativo, no?
- Claro que si. - dijo soltando una risita, empezando a desabrochar su camisa, que terminó quitándole. - No te acuerdas de nada, verdad?
- No se que es lo que mezclaste, pero no. No recuerdo apenas nada. Por eso quiero que lo repitamos. - le quitó la blusa que llevaba y empezó a besar su cuello. - Ahora.
- No creo que sea buena idea, Edward.
- ¿Por qué? Me gustas.
- Pero tu a mi no.
- Lo dudo. Debo de gustarte, sino, ¿Por qué te acostaste conmigo?
- Porque queria que Bella te dejara. - desabrochó los pantalones de Edward y empezó a bajárselos, dejándole en boxers. - funcionó, pero al final volveis a estar juntos.
- ¿Por qué hiciste eso si no te gusto?
- Fue divertido. Vale, siento haberte drogado, debimos haberlo hecho estando los dos serenos.
Edward se apartó un poco de ella y se subió los pantalones.
- ¿Que te pasa? - dijo abrazándole por la espalda.
- Me drogaste para acostarte conmigo, para que Bella nos pillara y cortáramos.
- Suena un poco fuerte pero si, eso es lo que ocurrió.
- ¿Sabes que a eso se le llama violación y que por eso se va a la cárcel? - dijo Edward seriamente, dándose la vuelta al momento.
Leah se apartó un poco, como si estuviera sorprendida.
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Renesmee se quitó los auriculares y salió casi corriendo del baño. Yo fui tras ella.
- Leah Clearwater, queda detenida por la violación de Edward Cullen. - exmpezó a decir mi prima, esposando a Leah, que aun se sorprendió más cuando me vio salir.
- Serás...
- Cállate guarra. - dijo al pasar por su lado. Fui hacia Edward y nos abrazamos.
- Cuanto me alegro de que al fin haya acabado todo. - dijo abrazándome con fuerza.
- No fue idea mia! Todo fue idea de Jacob! - gritó Leah mientras mi prima le sacaba del despacho.
- Al fin esa tía no podrá hacerle daño a nadie más. - dije, estrechando aun más mi abrazo. - ¿Tú estás bien?
- Solo dame unos minutos.
- He visto a Nessie llevarse a Leah esposada. - dijo Jasper, entrando corriendo en el despacho. - ¿El plan ha funcionado?
- Ha ido como la seda.
- Bien, pues me vuelvo a la reunión, que me he escapado. - dijo guiñándonos un ojos.
Jasper salió del despacho y Edward fue a por su camisa, aunque la cogí de su mano y la dejé sobre una silla.
- ¿Qué haces, Bella?
- Se que acordamos no tener sexo hasta la noche de bodas, pero es que me has puesto muy cachonda. - dije, acariciando su pecho desnudo. - a pesar de la situación.
- Lo se. Soy irresistible. - dijo, abrazándome, soltando una risita.
- Te quiero, Edward Cullen.
- Yo también te quiero, Isabella Swan.
- Entonces hazme el amor ahora mismo encima de esa mesa.
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Ese día no podía estar más nerviosa. Llevaba ya diez minutos sentada, un poco mareada, con Álice abanicándome y con Rosalie buscando agua fresca.
- Vamos, chicas. Edward lleva ya esperando media hora. - dijo Paul, entrando en la habitación en la que estábamos. - Le he visto muy nervioso. Creo que cree que te has arrepentido.
- Alice, ve y dile a Edward que ya voy, por favor. - dije, poniéndome en pie, aunque tuve que volver a sentarme al momento con la ayuda de Paul, ya que había vuelto a marearme. - Creo que... Paul, llévame al cuarto de baño.
- ¿Te encuentras mal?
- Voy a vomitar.
Paul me cogió en brazos y me llevó corriendo al cuarto de baño de la habitación. Me dejó en el suelo, me puse de rodillas, al lado del retrete y eché la cena de la noche anterior. Rosalie estaba a mi lado, mientras Paul estaba buscando una toalla.
- Bella.
- ¿Qué? - dije cuando al fin pude hablar.
- ¿Te has acostado con Edward antes de la boda?
- solo una vez, y ya hace un mes y medio. - dije limpiándome la boca con la toalla que me había dado Paul. - Oh, oh. Mierda.
- Genial! - exclamó Rosalie, acariciando su tripa. - Ya solo le faltaban dos meses para tener a su bebé. - Paul, guarda el secreto.
- Aun no se que secreto tengo que guardar...
- Mejor. Ve e impide que Alice entre de nuevo en la casa. - dijo Rosalie, empujando a Paul. - Vamos en menos de cinco minutos.
- Muy bien.
Paul se marchó corriendo y Rosalie me ayudó a ponerme en pie, poniéndome bien el velo y la corta cola de mi vestido. Volví a sentarme en el sofá y bebí un largo trago de agua.
- Aun no me lo creo. - murmuré, aunque aun no se como pude hablar.
- Bella, es uno de los riesgos de tener sexo. Pensaba que lo sabías! - exclamó, riéndose de mí.
- Pero aun así...
- Aquí lo que importa es que voy a ser tía! - exclamó, riendo aun con más ganas, esta vez de felicidad. No era mi hermana de sangre, pero si de corazón. - Buff, que fuerte. Se me ha puesto el vello de punta. - dijo enseñándome su brazo.
Yo estaba temblando de nuevo y me puse a reír de los nervios y la emoción. Me puse en pie, me puse el velo cubriéndome el rostro y fui hacia la puerta. Rosalie vino conmigo y salimos juntas de la casa de los Cullen al jardín. Ahí estaba mi padre, que sonrió al verme.
- ¿Preparada? - preguntó, enlazando su brazo con el mio.
- Si.
- ¿Como estás? - empezamos a caminar por el pasillo que nos llevaba al altar. - Has tardado bastante en salir.
- Luego te cuento eso.
- Vale.
Al fin llegamos al lado de Edward, que sonrió en cuanto me situé a su lado. Mi padre entregó mi mano a Edward y los dos nos volvimos hacia el altar, donde estaba Aro, hermano de mi futuro suegro.
Mientras Aro iba hablando, yo no podía dejar de mirar a Edward mientras pensaba en lo que había sucedido en la casa. Quería contarlo, pero antes debía confirmar que mis sospechas eran cuiertas. Desperté justo cuando llegó mi momento.
- Si quiero. - dije, sin poder evitar que me temblara la voz.
- Entonces, por el poder que se me ha concedido, os declaro marido y mujer. Edward, ya puedes besar a tu esposa.
Edward me cogió por la cintura con una mano y me levantó el velo con la otra. Me lancé a su cuello y le besé. Todos aplaudían, silvaban y nos felicitaban, y yo no podía dejar de besar a mi ya marido.
Durante la fiesta, después de comer, Rosalie vino a buscarme a mí y a Alice y nos encerramos las tres en el cuarto de baño de la casa.
- ¿A qué viene este secuestro? - dije, quitándome el velo y la falta larga del vestido, quedándome con una falta que me llegaba hasta las rodillas. Quería ir cómoda.
- Por si no os habeis dado cuenta, me he fugado unos minutos y he ido a comprar esto. - dijo dándome un test de embarazo. - Va, hazlo.
No me quejé. Yo también quería tener claro que estaba embarazada antes de decir nada. Me metí en el lavabo mientras que Alice y Rosalie barajaban nombres para mi bebé. Cuando salí, a los pocos segundos, Rosalie me quitó el test de la mano y yo fui a refrescarme un poco.
Antes de que pasara el minuto necesário para que el test diera su resultado, se lo cogí a Rosalie de la mano y me fui corriendo. Me encerré en el antiguo dormitorio de Edward y esperé. Casi me desmayo cuando vi el resultado, aunque me encantó saber que era ese. Tenía que decírselo a Edward cuanto antes. Él debía de ser el primero en saberlo.
Como Rosalie y Alice ya me habían encontrado, salí como pude por la ventana. "Suerte que es una planta baja, que sino me mato." Edward estaba bailando con Renesmee cuando llegué al jardín.
- Hola.
- ¿Que pasa, prima mayor? - preguntó Renesmee.
- Necesito hablar con Edward un momento.
- Claro. Yo voy a buscar a mi Jacob.
Renesmee y Jacob se habían conocido cuando mi prima, en función de policia, había ido a interrogar a Jacob sobre el asunto de Leah, que estaba en la cárcel. Llevaban saliendo ya un mes.
Edward me cogió de la mano y fuimos a sentarnos en una de las mesas. Edward me pasó una copa de champán que tuve que rechazar.
- Me preocupas Bella. Te encanta el champán.
- Edward, tengo que decirte algo muy importante.
- Venga, parejita, a bailar. - dijo Emmett, apareciendo de la nada, cogiéndonos a ambos del brazo. Llevaba la video cámara colgada del cuello.
- No, bailar no. - murmuré.
- Edward tío, ¿no has enseñado a bailar a Bella? ¿Pero que clase de profesor de baile eres?
- Va, Bella, solo un baile. - dijo Edward en tono suplicante, cogiéndome de la mano. - El primer baile de nuestro matrimónio. Y el último, si tu quieres.
- De acuerdo. - me rendí tras varios segundos de profundas miradas por parte de Edward y Emmett, que ya estaba a punto para grabar. - Perdona si te piso. - dije mientras íbamos hacia la pista de baile.
Durante el último mes, Edward y yo habíamos dado clase de bailes. Con eso quiero decir, obviamente, que Edward me las daba a mí. Le había dado muchos pisotones, pero durante esos días había ido con deportivas y ese día llevaba tacones. Me preocupé por sus pies.
Empezamos a bailasr. No se me estaba dando nada mal. Al menos, el sufrimiento de haber tenido que bailarcada día durante un mes, estaba dando sus frutos. Decidí aprobechar ese momento para darle a Edward la gran noticia.
- Edward, tengo que decirte algo importante.
- ¡Ah, Si! Antes querías decirme algo.
- Si, bueno... voy a decirlo con andarme por las ramas. Estoy embarazada. ¡AU! - grité cuando Edward me pisó. Todos se nos quedaron mirando.
- Gane! - exclamó Jasper.
"¿Han hecho apuestas sobre quien pisaba a quien?"
- Mierda! - exclamó Emmett.
- "Si. Han apostado sobre ello."
No les miré. No podía apartar la vista de Edward, que se había quedado para lizado. Llevé mis manos a sus mejillas y noté una ligera humedad. No me había dado cuenta de que Edward estaba llorando. Me preocupé.
- ¿Edward?
Me abrazó con fuerza al momento y no controló sus lágrimas.
- ¿Qué le pasa a Edward? - preguntó la preocupada voz de Esme.
- Voy a ser padre. - dijo entre sollozos. - Voy a ser padre. - dijo un poco más alto, mirando a todo el mundo. - ¡Voy a tener un hijo!
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Lo se, lo se. Es una forma rara de acabar una historia, pero es que no sabía que más poner.
Espero que os haya gustado. A mi me gustaría que os haya gustado. Y espero que me deis vuestra opinión al respecto.
Gracias a todas por seguirme. Solo por vosotras sigo escribiendo.
Un besito ENORME. Voy a por la siguiente historia, que tengo mucho que actualizar.
