Prologo
1453. Reino de Inglaterra.
Esto es extraño, ni siquiera sé cómo expresar lo que siento. Nunca antes había tenido un diario, pues no había tenido la necesidad de hacerlo, pero ya no encuentro una manera para desahogar todo este dolor, angustia y desesperación. Estoy en una situación que nunca antes pensé vivir.
Hace un par de días terminó la guerra con el wine bastard, aun no entiendo como logro ganarme, pero eso ahora no me preocupa, tengo cosas peores de las cuales preocuparme.
Utilice cada hechizo que conozco, pero nada, incluso pensé que podría haber sido un castigo por parte de un hada, pero incluso ellas no saben que paso conmigo.
Hace unos días me llamo el príncipe Enrique VI, me quise morir, ¿Cómo iba a llegar a su presencia con la apariencia de una mujer?. Pensé en miles de excusas, pero no se me ocurrió nada, tuve que comprar algunos vestidos y asistir.
El Rey me trato dulcemente, como si siempre hubiera sido una mujer. No supe que pensar, lo peor es que me encontré con Francis ese día, pero el también me trato como una mujer. Me encontraba desesperado y le pregunte si recordaba cuando yo era "pequeña", quise gritar por usar ese apelativo, pero no tuve otra opción. El sonrió y me dijo como podría olvidarte, tan pequeña y adorable con tus grandes ojos verdes, eras un niña encantadora Angleterre, aunque un poco huraña. Creo que al escuchar eso me desmaye. Tan solo me quiero morir.
1604. Imperio Británico. Londres.
Hoy firme el tratado de Londres con Antonio, a pesar de las rencillas que hemos tenido no deja de mirarme y eso me molesta. Cada vez que tengo que salir en público tengo que usar los vestidos que el Rey me regala y los odio. Odio recordar lo que soy ahora, pues me hace recordar lo que perdí. Puedo decir que lo único que mantiene en pie es que tengo acceso libre a las guerras, así que en el campo de batalla libero toda mi frustración y soy tal cual soy, Arthur Kirkland. Soy respetado, pues peleo tan bien como un hombre o peor aún, me han dicho que parezco una bestia cuando uso la vestimenta militar, aunque muchos jamás me vieron en mis viajes piratas que tendré que dejar en el olvido por este tratado. El Rey me dijo que esperaba verme en Norteamérica en un par de años, pues me veía deprimida. Agradezco su preocupación, pero no hay nada ni nadie que pueda hacerme feliz, después de 1453 nada es lo mismo, ni siquiera yo.
1607. Norteamérica. Jamestown.
Hoy baje de la embarcación y me encuentro finalmente en América, como me dijo el Rey. Tan solo me baje y me fui dejando una nota, advirtiendo que volvería en unas horas y quizás a la mañana siguiente.
Estoy sofocado, no hay momento que me dejen a solas, siempre preguntando si quiero algo, si necesito algo como si fuera a romperme, tan solo me gustaría romperles el cuello, no obstante son parte de mi pueblo. Siempre respondiendo con miradas bonitas y gestos delicados, necesito un respiro…Creo que escuche algo.
No lo puedo creer, encontré la cosa más bonita que he visto, es un bebe rubio de hermosos ojos azules. Apenas camina, él era el que merodeaba mi carpa hace unas horas, ahora se encuentra dormido en mi regazo, es tan lindo. Lo cuidare y lo protegeré de Francis.
1763. Fin de la guerra de los siete años
No puedo sentirme más feliz, logre quitarle Canadá a Francis, como otras colonias en las Indias, la satisfacción al verlo traer a Mathew, no tiene precio. Alfred está contento, pues ahora va a vivir con su hermano, aunque el pequeño Mathew es mucho más tranquilo que Alfred, pero lo cuidare tanto como a América.
Si no recuerdo mal, también salió beneficiado Gilbert en el tratado, a pesar de ser amigo de Antonio y Francis, quizás lo felicite, ahora debo recuperarme de esta guerra, pero me preocupa más Alfred, esta extraño conmigo, quizás son paranoias mías, pero me preocupa, pues se queda callado y eso no es normal en el. Espero que solo sean imaginaciones mías, por verlo crecer tan rápido.
3 de febrero de 1783.
Creo que es el peor día de mi vida, hoy tuve que reconocer a Alfred independiente después de la Guerra de Independencia, aun no lo puedo creer. Canadá se encontraba a mi lado con su suave sonrisa, pero no es lo mismo. No entiendo porque me duele tanto el pecho, pero me duele tanto. ¿Acaso hice algo mal para que Alfred me odiara? Me quiero morir, no puedo dejar de llorar, es tanto el dolor que siento.
Todo es culpa de Francis, lo odio, lo detesto.
Cuando termino la reunión entre Gran Bretaña y Estados Unidos, Alfred me intercepto en el pasillo, iba solo y distraído, pues no he estado muy bien desde que lo perdí. Tan solo se fue a reír en mi cara, me escupió que había sido una mala madre, que tan solo lo había visto como una entrada de dinero para mi país. Quise decir algo, pero me sentía tan débil, al menos apareció Mathew y lo alejo. Creo que me dijo algo mas, pero no logro recordarlo y por más que lo intento más me duele el pecho.
Alfred me rompió el corazón.
1940. II Guerra Mundial. Reino Unido
Alemania ha dejado grandes destrozos en mis ciudades, me siento débil, pero no permitiré que esos nazis avancen, no permitiré que tomen mis dominios, primero muerto. Recibí ayuda de mis pequeños hermanos, mis ex colonias, Canadá fue el primero en llegar. Ya no me duele tanto verlo, pero su parecido con Alfred es inmenso.
Hace tanto tiempo que no lo veo, me duele tanto el pensar en el.
1944. Batalla de Normandía.
Ayer logramos liberar al Wine bastard de los nazis, lloraba como nena cuando lo encontramos, aunque se abalanzo de inmediato contra Mathew. Siento un gran dolor en el pecho, pues me encontré con América, pues mis superiores idearon esto con Estados Unidos. Lo reconocí en cuanto lo vi y sentí como mi corazón latía con fuerza, había crecido más de la última vez que lo había visto, pero no lo demostré. No le demostraría cuanto me alegraba verlo, después de todo el dolor que me había causado, no sería capaz de resistir una decepción así.
1970. Estados Unidos. Washington D.C.
Alfred se emborracho, pues no está teniendo buenos resultados en la guerra de Vietnam, pero…¿Qué hice yo?.
No debería haberlo acompañado.
No me dejo escapar.
No me dejo defenderme.
Tuve relaciones con Alfred y no fui capaz de detenerlo.
Cuando fui capaz de moverme, el estaba dormido y mi cuerpo lleno de chupones y algunos moretones, siento nauseas, pero por más que miro a Alfred no lo puedo odiar. ¿Qué pasa conmigo?
1970. Reino Unido. Londres
Me había sentido mal, después de lo ocurrido con Alfred, obviamente él no lo recuerda. Así que fui al médico a hacerme un chequeo y me mando al ginecólogo, en un principio no entendí a que me derivaba.
La especialista me hizo hacerme unos exámenes a los cuales no tome atención.
Recién me di cuenta de la situación cuando ella me felicito. Le pregunte de que me estaba felicitando y ella me dijo que iba a ser mama, de ahí mi mente quedo en blanco. Me desmaye de la impresión, ¿De quién iba a estar embarazada? Y la respuesta apareció en mi mente con el rostro de Alfred. Después tengo recuerdos nebulosos hasta que llegue a casa.
¿A quién le podía contar?
¿Cómo lo iba a sobrellevar?
No puedo decirle a Alfred, pues lo único que hace es tratarme mal y no me creería.
Recién ahora fui capaz de darme cuenta. Me enamore de Alfred y voy a tener un hijo de él.
Quizás ahora puedo ser feliz, a pesar de no ser yo.
1980. Reino Unido. Manchester
Alex cumplió 10 años, aunque tiene la apariencia de un niño de 5 años. Se parece mucho a su padre, pero es más tranquilo y todo un caballero.
Hoy descubrió la habitación de América. Me quise morir cuando lo encontré dentro.
La primera vez que había preguntado por su padre, yo le había dicho que le contaría cuando fuera más grande, pues no entendería. Ahora ¿Qué hacia?
Le conté con sinceridad, pues es mi tesoro y mi vida, así que debía contarle la verdad, incluyendo que era hijo de dos naciones y todo lo que implicaba, a pesar de todas las cosas complejas que le dije, me entendió me abrazo y me dio muchos besos. Es un niño tan lindo que me dijo mami te quiero mucho mas, eres tan linda. Creceré y te hare feliz junto a papa.
Es tan adorable Alex, aunque no le dije sobre mi verdadero yo y lo que paso realmente con su papa, sus sentimientos son apreciables, pero sé que no tengo oportunidad de ser feliz, desde que desperté como mujer.
