Si, si, lo sé, no tengo vergüenza. Publicando algo nuevo sin terminar lo anterior, ¡¿pues quien me creo que soy? También pienso lo mismo, hechemosle la culpa a mi ciclo menstrual, siempre es culpa de la menstruación de todas formas.

¿Qué más puedo decir? de todo lo que me tachen ahora mismo, me considero culpable.

Y con mi cinica declaración comienzo esta historia, aclarando, además, que los personajes no me pertenecen, pero eso no impide que los pueda tomar para hacer con ellos lo que me plazca.

.

.

"Para salvar su vida, Inuyasha lleva a Kagome con un ermitaño. Sin embargo cuando ella despierta descubre que no es humana del todo.

A partir de allí ambos atravesarán algunas "dificultades" antes de que aprendan a vivir con ello."

NUEVA VIDA

Prólogo

Inuyasha había perdido la espada en la contienda, no era un buen signo tomando en cuenta que cuando lo hacía —y si se encontraba en peligro— su mecanismo de defensa actuaba transformándolo en Youkai.

Desde las batallas con Naraku —y su hermano, Sesshomaru— en aquel tiempo, esto no había vuelto a ocurrir.

Kagome entró en pánico. Estaban a las afueras de una aldea. Si Inuyasha perdía el control de sí mismo, las consecuencias serían catastróficas. Quería evitar el desastre. No quería que los aldeanos salieran heridos, y en general no quería que nadie lo viera de esa forma, pues sabía perfectamente que después de haber visto su transformación, la gente lo repudiaba, le temían y le daban la espalda. Tampoco quería ver a Inuyasha sufrir, porque ella recordaba la forma en que el hanyou se sentía una vez que recuperaba la consciencia.

Justo ahora se arrepentía de haber accedido a liberarlo del hechizo del collar. Ahora que sabía que no podía volver más a su época, éste no tenía demasiada utilidad, aunque de todas formas siempre extrañó el no poder darle unos cuantos merecidos "siéntate" a su necio compañero después de quitárselo, lo hizo porque en cierta manera se sintió culpable por ser tan agresiva con él —y porqué Inuyasha insistió bastante, a decir verdad—.

Ahora sólo dependía de ella para hacerlo volver en sí mismo. Y con esa verdad pesando sobre sus hombros, corrió la poca distancia que los separaba y con fuerza se apegó a él.

—Por favor, Inuyasha… —el gruñido desesperado del hanyou la interrumpió y una lágrima resbaló por su mejilla—. Por favor —repitió —vuelve en ti, te lo suplico…

.

.


Al principio esto comienza un poco dramático... y de hecho, confieso que esa era la intención pero conforme fui escribiendo... bueno, me di cuenta que no podía hacerlo, no podía hacerlos sufrir tanto. Así que pronto esto se transformara en una orgía de erotismo y (espero) comedia.

No sé que resulte de esto, quiero pensar que he mejorado mi redacción (quizás no así con la ortografía), y la verdad es que cambio el estilo a cada rato, no puedo evitarlo, también me pasa en el dibujo. Espero que puedan disfrutarlo.

Un saludo y un abrazo.