Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, son propiedad de Kishimoto. La historia lamentablemente tampoco es de mi propiedad, esta pertenece a EmbraceDiversity. Esta historia fue beteada por KattytoNebel.

Aclaración: Esta historia tiene lugar dos años después del capítulo 487.

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Capítulo Uno

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Había gente que hablaba sobre lo que vendría en el futuro. Muchos afirmaron que una luz blanca vendría y los llevaría al cielo. Muchos creían en la reencarnación, la capacidad de vivir múltiples vidas hasta que el espíritu estuviera lo suficientemente maduro para convertirse en uno con el cielo. Muchos creían que, si existía el cielo, existía el infierno, el hogar de los demonios.

Si le preguntaran a Uchiha Sasuke, él diría que más allá no había nada. Solo había oscuridad, vacío. No hay arriba, no hay abajo, nada. Simplemente sentirían sus pensamientos y una caída libre constante.

Pensó mucho. Pensó sobre su vida, sus acciones y sus decisiones. Pensaba constantemente en Itachi, su hermano, que había renunciado a mucho por culpa de un pueblo que ni siquiera merecía que lo protegieran. Todo su clan debía morir porque sus poderes eran demasiado y causarían una guerra. ¿Cuántos Uchiha podrían haberse salvado si simplemente se hubieran rebelado? Hubiera sido una batalla costosa, muchos habrían muerto, pero al final, incluso si su clan hubiera perdido, todavía algunos estarían vivos.

«¿Qué hay con Madara?», se preguntaba de vez en cuando.

¿Qué pasa con él? Un hombre senil que no murió cuando era su tiempo. Que se joda. Ese bastardo había, básicamente, asesinado a su propio clan por sus estúpidas ideas de dominación mundial.

«¿Qué hay con Orochimaru? El poder que obtuvo de él»

¿Quién sabe? Mejor aún, ¿a quién le importa? Si las cosas hubieran sido diferentes, el clan hubiera podido vivir, Itachi no hubiera sido un traidor, Sasuke no hubiera tenido que vivir la brutal experiencia de ver su clan masacrado a manos de su hermano. No habría necesitado de Orochimaru en primer lugar. Sasuke hubiera sido muy fuerte. Itachi lo habría entrenado, y lo más probable es que hubiera sido más fuerte de lo que llegó a ser bajo la tutela de un Sannin muerto. Que se joda. Que Kabuto también se joda, ese hijo de perra había profanado el cadáver de su hermano. Había disfrutado mucho matando a ese bastardo.

Nadie se metía con los Uchiha. En ese tiempo.

A veces escuchaba una voz en la oscuridad que no era la suya. Era Itachi, o eso asumió. Era eso, o estaba loco o la muerte lo estaba volviendo loco.

"Esto no era lo que yo quería para ti, querido hermano"

Él lo sabía.

"Tú eras lo suficientemente fuerte como para acabar con la maldición de los Uchiha, para ser algo mejor que nosotros"

Sabía que ahora la muerte le había dado una forma más clara de pensar. Entendía lo que Itachi quería, comprendió que Madara lo había utilizado. Una parte de él lo supo desde un principio y no le importo. Él estaba enojado, quería sangre, él quería que alguien sufriera lo mismo que él había sufrido, quería culpar a alguien por la muerte de Itachi, por la muerte de toda su familia. Madara lo había hecho fácil. ¿El enemigo? Konoha. Todos esos hijos de puta con una vida feliz… Tomó todo lo que ellos tenían. Había cosas que nunca hubiera hecho, pero fueron eliminadas salvajemente de él a una temprana edad, ¿y para qué?

El Uchiha deseaba encontrar a Danzou en el vacío, y matarlo de nuevo lenta y muy dolorosamente antes de enviarlo al olvido.

«Entonces, ¿cómo me siento ahora? Cansado, tal vez»

Había esperado ver a todo su clan al morir, y todo lo que veía era oscuridad. Ese era su infierno: flotar para siempre en un mar… ¿de nada? No es que él quisiera ver a Itachi y la decepción en sus ojos. Sabía que iba a estar allí porque él había hecho lo que Itachi le imploró que no hiciera. No había sido culpa de su hermano, él no sabía que la cordura de Sasuke pendía de un pequeño hilo, y éste fue cortado cuando lo mató. Madara supo aprovecharse de eso y Sasuke se lo permitió. Había sido fácil dar un simple paso hacia la locura, para arremeter contra el mundo. Era más fácil odiar que amar. Era más fácil luchar imprudentemente que tener una vida sin sentido.

¿Estaba todavía enojado? ¿Aún seguía odiando? ¿Fue realmente feliz cuando él y Naruto se mataron mutuamente? ¿Tenía alguna sensación de paz? Las palabras que su hermano le dijo, cuando le dio sus ojos… ¿Ahora lo entendía? Por supuesto que sí, de lo contrario Madara aún estaría vivo. Itachi siempre había sido cuidadoso en todo lo que hacía, incluyendo el hecho de mantenerse en sus pensamientos. Todo esto lo había hecho su hermano para protegerlo de un modo u otro, incluso después de su muerte.

Sasuke nunca fue el mismo tipo de hombre que Itachi. Él no tenía la fuerza. O más bien, pudo serlo, desde que lo mató y todo.

Ahora, los Uchiha estaban realmente extintos y aunque no había sido su intención ni la de Itachi, realmente parecía la mejor opción. Él pudo ser capaz de romper la «maldición» al final, pero ya era demasiado tarde. No había sido capaz de entender toda la verdad hasta ahora. Pero, ¿qué importaba? ¿Cómo restauraría su clan y cambiaría todo para mejor? ¿Cómo lo haría? ¿Cómo podría haber vivido una vida normal, regresando a su aldea natal, cuando esta aldea lo había traicionado? No importa que fueran solo unas pocas personas, no importaba que se disculparan, eso no traería de vuelta a su familia.

Era mejor morir que vivir en este momento. No tenía nada más por qué vivir. Ahora estaba muerto, ahora que ya no pensaba con locura. Sabía que, incluso aunque hubiera sobrevivido, no hubiera sido capaz de vivir la vida que Itachi quería para él, incluso ahora que no tenía sed de sangre y ya no se preocupaba por el destino de Konoha y de sus habitantes. Él había sido tildado de traidor por irse con Orochimaru, aunque la serpiente estaba muerta. Deseó que Itachi hubiera sido un poco más realista. ¿Cómo podía pensar su hermano que volvería a tener una existencia vacía, simplemente porque él lo quería así?

«¿Qué soy?». Llego el pensamiento. «¿Quién soy ahora? ¿Cuál es mi propósito? ¿Qué siento ahora?»

"Fuiste más fuerte de lo que crees"

La voz de Itachi de nuevo. ¿Por qué iba a oírlo y no a verlo?

"Si te dieran una segunda oportunidad. ¿Qué harías, hermanito? ¿Qué harías ahora que te diste cuenta de lo que realmente deberías haber hecho?"

Sin duda, se estaba volviendo loco, tal vez seguía igual que antes. ¿Una segunda oportunidad? Esas eran las palabras que diría Sabaku No Gaara, no su hermano. Una segunda oportunidad, ¿y para qué?

«¿Qué esperas de mí?»

"Tu futuro. Nuestro futuro"

Una erupción de luz entró, eliminando la oscuridad y llevando el dolor a sus ojos. Su piel se quemaba y la sangre comenzó a brotar, lo cual era extraño ya que sentía quemaduras y no cortes. Su pecho, por los dioses, cómo dolía.

«¿Qué diablos es esto?»

"Tú segunda oportunidad"

Sus ojos negros se abrieron sin ver, su mente gritaba cuando el dolor se intensificó y hasta pensó que iba a morir de nuevo. Su cuerpo se sentía pesado, tan malditamente pesado, y no podía pensar claramente. No solo era el dolor…

"Está despierto", dijo una voz que él no pudo reconocer. Parecía muy lejana. Sasuke todavía no era capaz de ver. "Bájenlo de nuevo"

La oscuridad le reclamó. Sin embargo, esta vez entendió que no era la nada sino la oscuridad de su propia mente.

«Ya no estoy muerto»

"No"

«Itachi, ¿qué se supone que debo hacer? ¿Vivir? ¿Para qué? No tengo vida, no tengo futuro. Todo eso murió cuando el clan fue sacrificado. No hay nada, no soy nada»

"No", repitió la voz de su hermano. No, había algo, algo que Itachi no le diría. Sasuke podía sentir el espíritu de su hermano empujándolo de nuevo a su cuerpo.

El Uchiha entró en pánico.

«Itachi, no lo hagas», declaró, suplicó. «Prefiero permanecer en este vacío que volver allí.»

"Vivir sin sentido o vivir en un vacío, ¿cuál es la diferencia, Sasuke?"

«¡Hermano!»

"Tienes que hacer esto. Hubo una pequeña pausa. Este es el último regalo que puedo darte, hermano pequeño. Vive y haz lo que siempre quisiste hacer"

El dolor atravesó su pecho mientras volvía a estar consciente. Tragó saliva y aire como si se hubiera estado ahogando. Abrió aún más sus oscuros ojos. Los movía violentamente, esforzándose por lidiar con el dolor y también por determinar dónde se encontraba. Era muy difícil pensar o moverse, estaba muy lastimado. Trató de gritar, pero su garganta estaba demasiado seca como para emitir sonido alguno. Unos dedos se paseaban por su cuerpo y se agitó con dureza unas cuantas veces antes de finalmente relajarse. Podía sentir algo sobre él, algo fresco y ¿reconfortante?

«Alguien me está tocando»

Rápidamente su enojo creció, el Uchiha trató de enfocar su mirada en el individuo que se atrevió a poner las manos sobre su cuerpo. Las imágenes estaban todavía borrosas.

Al principio parecía una mancha púrpura y tuvo que abrir y cerrar los ojos varias veces. A medida que su visión se aclaraba, pudo empezar a distinguir las figuras. Era una mujer, no muy alta, de cabello largo y oscuro. Su cuerpo estaba cubierto de pies a cabeza con ropas holgadas, por lo que no pudo determinar su peso o tamaño real. Su piel era pálida, más pálida que la suya, pero no fue hasta que sus ojos se encontraron con los de ella que supo quién era.

Hyūga. Con su excelente memoria recordó a Hyūga Hinata, la heredera del Clan Hyūga. Ella siempre se sentaba de las ultimas en la academia, muy mansa, chica tímida y sin autoestima, eso afectaba claramente a sus habilidades como kunoichi. Su primo, Neji, había querido luchar contra él. No había puesto mucho cuidado en ella. La Hyūga era obviamente mayor, pero aún parecía una niña de doce años. Además del cabello, parecía la misma; aunque no podía decirlo con certeza, ya que escondía su cuerpo.

«¿Cómo se diferencia esto del infierno, Itachi?»

Abrió la boca, pero no surgió ninguna palabra. Sus ojos blancos lo miraron y él no podía decir si era honesta o buscaba algo de él. Era muy desconcertante. Rápidamente se preparó para memorizar todo lo que lo rodeaba, y sintió como ella se inclinaba ligeramente sobre su cuerpo.

La mitad de la cama comenzó a cambiar para que él se pudiera sentar. Podía oír el sonido de las maquinas. La miró de nuevo y vio como ella ponía algo fresco en sus labios. El agua fría pasó por su garganta y cuando alejó el vaso recibió un gruñido como protesta. Los ojos de la niña se abrieron por la sorpresa. Volvió a poner el vaso sobre sus labios y no lo retiró hasta que estuvo vacío.

—¿Dónde estoy? —Las palabras salieron ásperas, como si se hubiera tragado un papel de lija.

—Konoha…—Su voz era suave. Por alguna enferma razón, le recordó a su madre, a pesar de que los ojos de su madre no eran blancos.

Cerró los ojos y tragó saliva.

—Mátame.

La Hyūga abrió la boca y lo miró horrorizada. Tal vez había madurado, estaba seguro de que en el pasado habría sido incapaz de decir tal cosa.

—No puedo hacer eso. —Ella se volteó y comenzó a llenar el vaso con agua nuevamente.

Incluso su risa sonaba áspera.

—¿Tienes miedo? —Sasuke se burló y le dio una sonrisa vacía—. ¿Nunca antes has matado?

Su cuerpo se quedó quieto. Se volteó con el vaso de agua en una mano y la jarra en la otra. Poco a poco, puso la jarra en una mesita y se trasladó junto a él. No podía leer sus emociones, qué extraño, estaba seguro de que siempre las mostraría en esos grandes ojos.

Sasuke trató de tomar el vaso en esta ocasión, pero su cuerpo no respondía a sus órdenes. Molesto por ello, no se dio cuenta de que lo miraba fijamente.

—¿Tiene miedo de vivir?

Él se apartó de ella todo lo que pudo, ignorando el dolor punzante en su pecho y en el resto de su cuerpo, derramándose el agua encima. Rápidamente, la Hyūga apartó el vaso y trató de tomar una toalla para secarlo un poco.

—Vete a la mierda —le dijo con maldad. Esa chica oficialmente lo había hecho enfadar hasta el punto de querer hacerle daño físico. Quería agarrarla del cuello y preguntarle si tenía miedo de morir. El Uchiha quería arremeter contra ella, gritarle algo, lo que fuera.

Decidió que la odiaba. La odiaba porque ambos sabían la respuesta a su pregunta. Le enfurecía tener miedo a vivir, y siempre se jactó de no temerle a nada. Él odiaba el hecho de que ella vio claramente su debilidad y, en lugar de estar enojado consigo mismo por tener miedo, le resultaba más fácil odiarla a ella.

En lugar de arremeter contra él, ella se limitó a sonreír. Era una sonrisa fina y él pudo decir que era una sonrisa de compasión. La odió aún más.

—¿Quiere un poco más de agua? —preguntó, como si no lo hubiera regañado hace un momento. Su expresión parecía triste, aunque no se acordaba de cómo era cuando era más joven. La Hyūga no lo miró, pero sostuvo el vaso en su mano todo el tiempo.

El Uchiha quería decirle que se fuera al infierno, quería decirle que él no quería ni necesitaba su compasión. Él quería hacerle daño, ya que ella lo miraba como si fuera un cachorro.

—¿Por qué estoy aquí? —preguntó, necesitaba entender lo que estaba sucediendo a su alrededor, un ninja no podía permitirse la ignorancia.

Al darse cuenta de que él no iba a aceptar más agua, la muchacha dejó el vaso en la mesita y comenzó a revisar sus signos vitales.

—Usted fue traído aquí por Sakura-san, junto con Naruto-kun, de entre los muertos. Tsunade-sama también ayudó, así como Ino-san y Shizune-san. —Sin embargo, ella no lo miraba cuando le hablaba. Él esperaba que muriera, porque la odiaba.

Sasuke evaluó la situación a partir de la pequeña información dada. Así que él y Naruto murieron, como se lo había prometido. Por desgracia, Konoha no tenía límites de intromisión. Y ahora estaba aquí, el último lugar donde alguna vez quiso estar. La muerte era preferible a este infierno.

—Yo soy un prisionero aquí. —No era una pregunta, aunque ella no lo trataba como tal.

—S… sí, lo es —ella vaciló—. Naruto-kun aún está en proceso de sanación, junto con muchos otros. Hokage-sama no ha decidido lo que quiere hacer con usted.

Sasuke trató de mover los brazos y las piernas. Al igual que antes, se encontró con que no podía moverlos. Al principio creía que no podía porque estaba muy lastimado, ahora lo sabía: ataduras. Miró hacia abajo y, efectivamente, tenía tatuajes negros a lo largo de sus brazos y estaba seguro de que también los tenía en sus piernas. Tsunade no sabía qué hacer con él, pero se aseguró de que no pudiera escapar. Estaba inmovilizado, no podría huir.

Por supuesto, no era considerado un genio por nada. Decidió hacer que la chica se sintiera tan incómoda como fuera posible.

—Entonces, ¿cómo se supone que iré al baño? —preguntó y, cómo era de esperar, el rostro de la niña se tornó de un rojo brillante.

La Hyūga hizo una serie de señales con las manos, y puso una mano sobre su brazo y la otra sobre su pierna. Los sellos estaban todavía allí, pero sintió que podía mover sus extremidades. Sin vacilar, levantó su mano y la puso en el cuello de ella. Hinata dejó escapar un grito ahogado, sus delicadas y pequeñas manos se posaron sobre otra más grande que la estaba estrangulando. Con una sonrisa, el Uchiha aumentó la presión del agarre.

—Aún una idiota —murmuró. Sasuke no iba a matarla, pero definitivamente quería hacerla sufrir por la humillación que le había hecho pasar antes—. ¿Siempre eres tan confiada? —Como táctica de intimidación, activó su Sharingan.

Miles de agujas calientes atravesaron su cerebro. La chica tenía las manos detrás de la cabeza, el dolor era más intenso que el dolor de su pecho. Dejó escapar un grito ahogado y desactivó su línea sucesoria. Parpadeando para contener las lágrimas, el dolor cedió rápidamente y se convirtió en un latido sordo. Quedó sentado en la cama, jadeando, con los ojos abiertos por la sorpresa y la incredulidad. Una vez que recobró el sentido, volvió su atención a la muchacha, que lo miraba alarmada, pero no con miedo… como debería ser.

—¿Qué… qué me hiciste? —El Uchiha exigió—. ¿Qué hiciste? —A pesar del dolor en su garganta, fue capaz de gritar. Quería agarrarla por el cuello, pero ella estaba a una distancia segura.

En lugar de contestarle, comenzó a caminar hacia la pared del fondo. Casi le gritó de nuevo:

—No me gusta ser ignorado—Ella se volteó y comenzó a caminar hacia él con un espejo en sus manos. Cuando ella se lo ofreció, Sasuke se lo arrebató rápidamente y se miró.

En su frente había un sello casi idéntico al sello que tienen los miembros de la rama secundaria de los Hyūga. Había algunas diferencias: este sello era de color azul en lugar de verde brillante, y había dos símbolos adicionales que descansaban por encima y debajo de la marca central.

Lo sellaron. ¿Quién mierda puso un sello sobre él? Con toda la fuerza que tenía, tiro el espejo al suelo y este se rompió en mil pedazos. Sus ojos negros se posaron sobre la chica, pero ella no se movió, ni siquiera se inmutó. La Hyūga solo se limitó a mirar el suelo, en silencio.

—¿Tu hiciste esto? —siseó. Ella agitó lentamente la cabeza.

—C-cuando supieron que usted viviría, mi padre y Tsunade-samadesarrollaron este sello.

«Mantén la calma. Ella está dispuesta a darme información, la obtendré rápidamente y luego la mataré»

—¿Qué hace?

Aunque mantenía la cabeza agachada, Sasuke pudo ver cómo se mordía el labio inferior antes de mirarlo a los ojos.

—F-funciona como el sello de mi clan. Si usted muere, s-su Sharingan quedará inútil. L-los símbolos adicionales se hicieron exclusivamente para prevenir que utilice su línea sucesoria.

—Mátame —No era una broma. Realmente era un infierno, porque sabía que los sellos de los Hyūga no podían destruirse, solo podían debilitarse… pero nunca podría tener acceso a su verdadero poder. Uchiha Sasuke estaba total y completamente indefenso, y bajo el control de Konoha. Estaba obligado a permanecer en el pueblo. Ese maldito sello era su sentencia. Si se marchaba, ellos podrían activar el sello y convertir su cerebro en gelatina—. Prefiero morir que vivir así.

Por alguna razón, las lágrimas surgieron de sus ojos. Ellos no lo matarían y él era demasiado orgulloso para quitarse la vida. Esto era por lo que Itachi lo había traído de nuevo, este era su futuro. ¿Qué futuro había en esto? ¿Qué clase de vida se suponía que iba a llevar ahora?

—Yo, lo siento… —Su voz sonaba sincera—. Yo… no puedo hacerlo.

—¿No puedes o no quieres? —gruñó—. Tú no tienes valor, no vales nada…

Sintió dolor en su rostro, ella lo había abofeteado. Una vez más, su fría mirada se encontró con otra cálida pero acuosa. Incluso después de tantos años, ella todavía era débil y patética al permitirle insultarla de esa forma. Ella apretó los puños y parpadeó un par de veces para contener las lágrimas, respiró hondo y soltó el aire. La chica levantó la cabeza, para verlo a los ojos.

—No. —En su voz aún se reflejaba su suavidad, pero era firme—. Tengo mis órdenes, así que… voy a cumplirlas. N-no me iré s-solo porque usted quiera.

Esta vez, él sonrío ampliamente, era una sonrisa casi salvaje.

—No vas a ser capaz de cumplir con tu trabajo si estás muerta. ¿Qué sucederá si me acerco a ti de nuevo? ¿Acaso olvidaste lo que sucedió hace cinco minutos?

En lugar de mirarlo asustada o alarmada, mantuvo la calma.

Uchiha-san, por favor, mire su brazo.

¿Cómo no lo había notado antes? Trató de moverlo y se encontró con que no podía. Desde la muñeca hasta el bíceps, había docenas de marcas rojas. Sus ojos se abrieron es un estado de shock evidente. Había sido cuando las manos de ella se movieron hasta su cabeza. Debido a que había activado el Sharingan, no se dio cuenta de que, al mismo tiempo, sus dedos cerraron sus puntos de chakra. El dolor por la activación de su línea sucesoria había anulado el dolor de su ataque.

La tímida, llorona y patética niña de doce años que había conocido, había crecido hasta convertirse en una verdadera kunoichi. Ella le había permitido creer que era demasiado débil para atacarlo y luego lo golpeó cuando tuvo la oportunidad

—Te he subestimado —admitió—. No volverá a suceder.

La Hyūga asintió con la cabeza, realmente lo comprendía. Su extraña calma y su conducta podían sacarle de quicio, pero no podía asustarla. Por otra parte, ella era de la casa principal, lo que significaba que sabía activar el sello, así que no debía tener miedo de él.

Una vez más, hizo algo extraño. Caminó de regreso a él, con venas rodeando sus ojos. Tenía su línea sucesoria activada. Luego, con gran velocidad, abrió los puntos de chakra que había bloqueado. El Uchiha se quedó mirándola. Ella no dijo nada, en cambio, continúo su trabajo, quitando los vendajes para ver y tratar las enormes heridas que tenía en el lado izquierdo de su pecho. Bueno, eso explica por qué le dolía como el infierno.

A diferencia de cualquier otra mujer con la que había tratado en su vida, ella era totalmente profesional con él. No lo tocaba mucho, se sonrojaba a menudo, se notaba que trataba de hacer un buen trabajo. El ungüento que puso sobre sus heridas no parecía de hospital y sus sospechas se confirmaron cuando olió las hierbas. Era obvio que había mezclado esa pomada ella misma. Quemaba como el infierno, pero se negó a darle la satisfacción de verlo incómodo. Rápidamente, vendó las heridas y le ofreció agua por última vez, pero él se volvió a negar.

—Por favor, trate de no moverse mucho —pidió—. No soy una ninja médico, aunque tengo conocimientos en hierbas medicinales y, como heredera del Clan Hyūga, sé cómo utilizar el sello. Por favor, dígame cuándo necesite ir al baño, yo le ayudaré a ir y volver. Todavía está muy débil.

—¿Y qué? —se burló—. ¿Por qué te importa si no me siento cómodo? —Lo que decía era verdad, la única razón por la cual ella estaba allí era porque tenía el poder de destruir su mente si así lo deseaba. Era su guardia, solo tenía que asegurarse de que no lo hiciera de nuevo, eso era todo.

Una vez más, ella le sonrío, pero esta vez con tristeza. Increíblemente, sin lastima ni nada.

—Porque es una persona valiosa. A mí me importa mucho y también lo respeto —contestó con honestidad—. Y porque creo en las segundas oportunidades.

—Entonces, eres una tonta.

Ella no estaba en desacuerdo con él.

—Y a pesar de ser quien es, y de lo que hizo… hay gente que aún lo ama, que aún se preocupa por usted y que quiere que sea feliz. Yo creo que… si no hubiera valido la pena, no estaría haciendo esto. A-además yo también quiero que sea feliz, p-porque no se es especial sin ninguna razón.

«Los veo. Veo a todos riendo, riendo de mí»

—Supongo que es fácil comentar alguna tontería cuando se tiene todo —dijo. Sin embargo, no fue capaz de mirarla. De repente se sintió muy cansado. Él deseaba estar de vuelta en el vacío, porque al menos allí no había chicas de ojos blancos calmadas y sinceras que creían que él era verdaderamente importante y no una mierda—. Supongo que es muy fácil mantener algún tipo de amor sin límites cuando tú nunca has perdido a alguien importante —dijo con ira. La odiaba, odiaba realmente a esa chica. Las personas así no existían, no deberían existir. Las personas como ella eran asesinadas a sangre fría.

Esta chica posiblemente era la mujer más pura que había conocido en su vida. Ella lo enfermaba completa y absolutamente.

«¿Estás haciendo esto, hermano?»,pensé con rabia.«¿Qué crees que resulte?»

Por supuesto, solo recibió un silencio frío. Itachi, al parecer, no deseaba hablar con él. ¿Vivir y hacer lo que debería haber hecho? ¿Qué demonios significaba eso? ¿Vivir su vida? Sin su clan, no tenía vida, no tenía nada. Él no quería ni necesitaba nada de nadie. ¿Por qué su hermano no lo dejó muerto? ¿Era una especie de castigo?

—Tuve muchas pérdidas… y tengo experiencia —Su suave voz lo sacó de sus pensamientos y volvió a mirarla. La mirada de Hyūga estaba en el piso—. Y mis dificultades… no son nada en comparación con las suyas. Nunca seré capaz de relacionarme con usted, ni entender lo que realmente siente. No creo que nadie pueda. Solo están extendiendo sus manos con la esperanza de que usted los deje llenar ese vacío… no para reemplazar lo que perdió. Lo que quieren… es ser importantes para usted. Porque para ellos usted es precioso y lo quieren. Siempre lo amarán, porque para ellos usted… usted es su familia.

Si hubiera dicho eso hace un año, podría haberse reído en su cara. No, se habría reído en su cara mientras le atravesaba el pecho con el Chidori. Desafortunadamente, muchas cosas habían sucedido después de que tomó los ojos de su hermano, incluyendo este último intento de Itachi por salvar su vida antes de ser asesinado por Naruto. No quería admitirlo, porque sabía la verdad. Con la muerte, entendió lo que en vida no hizo, sus palabras le afectaron. Uchiha Sasuke era un joven inteligente y comenzó a entender lo que Itachi había estado tratando de decirle.

Así que ignoró eso. Él lo negó y cerró los ojos. Se negaba a reconocerlo, se negaba a aceptar que su hermano le hubiera regalado una nueva vida. Se negó a aceptar que esta chica pensaba lo mismo que Itachi, porque la idea era ridícula.

Vivir en Konoha no era vida, era un infierno.

Le permitirían fecundar a alguna mujer. ¿A quién no le gustaría empezar desde cero y tener el control de los Uchiha y del Sharingan? ¿Era eso lo que Itachi quería? ¿El clan restaurado y completamente bajo las órdenes de Konoha?

«Esto no es vida, hermano, esto es el infierno. Un infierno insoportable»

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Fin Capítulo Uno.

Notas Naoko: La bellísima KattytoNebel, es la responsable que todo este gramaticalmente bien en esta historia, así que muchas gracias linda. Disfruten la historia.

Naoko Ichigo