Declaimer: Hace rato que no escribía… jaja Teen titans no me pertenece.

Advertencia: AU y OOC.

Primer capítulo: Odio.

Era el primer día del último año de preparatoria y Wallace iba tarde.

"Tarde, Tarde, ¡Tarde!" se repetía mentalmente mientras azotaba la puerta de su cuarto para poder vestirse. Todo porque su querida prima, Nicole Díaz, se había tardado dos horas en el baño.

-Típico- soltó entre burla y fastidio cuando tomó su camiseta blanca favorita y salió para desayunar. Se topó de frente con la susodicha.

Su prima estaba usando un vestido de algodón negro con una camiseta morada por debajo del escote, tenía pintado el cabello de rosa "goma de mascar". No, no era emo, pero tampoco era el alma de ninguna fiesta. No se podría decir que fuese una rebelde tampoco, porque sus notas en la academia de Jóvenes Titanes eran las mejores. Ella era simplemente rara y toda la escuela lo sabía.

-Quítate de mi camino, West- le dijo la chica con una mirada de fastidio, mientras azotaba la puerta atrás de ella.

-Huy ¿qué te hizo la puerta?- bromeó Wally encaminándose atrás de ella para bajar las escaleras y poder desayunar.

-Es la puerta o tu cabeza, West- fue la respuesta de la aludida.

-¿Te pasa algo malo?- insistió el pelirrojo, la muchacha detuvo el paso.

-¿Por qué quieres saber?- refunfuñó Nicole. Wally le regaló una de sus sonrisas "a la Wally West" y ella suspiró.

-No me sonrías así- le suplicó la de cabellos rosados con una mirada de reproche.

-¡Es la sonrisa de la familia! Sabes que no puedes resistirla- de pavoneó él. Nicole se mordió el labio para no replicar.

-El barniz de mis uñas se cayó sobre mi libro de dibujos, de nuevo- respondió cortante y se fue a la cocina por una tostada.

-Aw, por eso eres mi pequeña, Jinxie, sí que tienes mala suerte- bromeó él quitándole la tostada de las manos.

-Wallace, no me provoques- gruñó Nicole tomando su tostada de vuelta con un movimiento sagas de su boca.

-Ouch, eso fue justo al corazón- exclamó su primo con ademán dramático, pero antes de que ella le contestara la tía Iris les dio el usual grito de las mañanas escolares.

"¡Niños, van tarde!"- se escuchó en la cocina y ambos adolescentes salieron corriendo de la casa con una caja de leche en una mano y una barra de cereal en la otra.

-¡Apúrate, Jinxie!- le urgió Wally corriendo.

-¡No puedo correr tan rápido como tú, Wallace!- gritó de vuelta su prima con aliento entrecortado. Wally se detuvo en seco.

-Lo siento, a veces olvido que soy el más rápido de toda la escuela- bufó el pelirrojo y la muchacha le lanzó una mirada de basilisco.

-Así como yo olvido que tienes el ego más grande de todo el continente ¿no?- exclamó con sarcasmo la muchacha. Wally rió entre dientes.

-Eres tan linda-jugó él y ella se sonrojó. Él no sabía cuánto odiaba ella que él hiciera eso, odiaba que fuera dulce, gracioso y perfecto.

Molesta desvió la mirada y siguió su camino. Wally fue a su lado con esa sonrisa familiar, esperando hacerla hablar.

-No tienes que llegar tarde por mi culpa- le dijo después de doblar una esquina. El pelirrojo contuvo su grito de victoria.

-Yo siempre te acompaño a clases, Jinxie- fue su respuesta cándida. Nicole miró al cielo suplicando piedad y paciencia, pero el cielo no le dio respuesta; suspiró.

-No es necesario, West, además un día de estos vas a dañar tu imagen de chico popular y ese día me culparas, así que no gracias, enserio, preferiría que no lo hicieras- insistió la muchacha.

-¿Mi imagen de chico popular? Me importa un bledo, primita, no se compara con torturarte todas las mañanas con mi presencia- confesó con tranquilidad Wally y le plasmó un beso en la mejilla, mientras pasaba el brazo por su espalda.

-Oye, Oye, guarda eso para tu novia- se quejó ella sintiendo como todos los poros de su cuerpo se ponían a flor de piel. Después de todo, tenía dieciocho años y sus hormonas eran perfectamente normales, el problema estaba en que esas hormonas no debían despertarse por él. ¡Oh! Pero lo hacían y cuanto odiaba ella eso.

Él no debía hacerlo. Él no.

-¿Qué clase de pervertido crees que soy?- le interrumpió sus pensamientos Wallace- ¿Eh? Estos son besos de primos, no cuentan.

Esa afirmación tan juguetona no animó a la muchacha, en lugar de eso la incitó a apresurar el paso entre la multitud de estudiantes que estaba en la academia, sin siquiera decirle "adiós" al pelirrojo.

Wally la vio partir con una sonrisa en el rostro, que se desvaneció tras ella. Suspiró.

-Ten un buen día tú también, Jinxie- susurró para sí el pelirrojo y se dirigió a su propia clase.

Jinx dejó salir un largo suspiro, pero ni el aire, ni los pensamientos ayudaban a disminuir los latidos de su corazón.

"No…es mentira" se dijo así misma, pero sin ninguna seguridad.

Ella estaba enamorada de la persona que no debía, eso lo sabía perfectamente y lo peor era que no podía hacer nada para remediarlo.

Entre el esfuerzo por aparentar calma en los pasillos que llevaban a su salón, en su mente quiso encontrar el momento en el que todo aquello había comenzado. Tuvo la epifanía cuando se sentó en el puesto de su salón: "desde siempre"

Desde el preciso momento en el que él le había abierto la puerta de la casa, el día en que fue adoptada. Cierto es que ella sólo tenía diez años, y él sólo estaba comiendo helado con chocolate, pero no le cabía ninguna duda, fue justo cuando ese pelirrojo puso sus ojos azules en ella, el momento en que aprendió a odiar la palabra: "primos"

Continuara…

Random?

Sí, sí, yo sé que lo es, pero ¡joder! No pude contenerme *tose* ah las interesadas en mis fan arts de teen Titans, ya puse el link en mi porfile :3