Disclaimer: Los personajes y la historia pertenecen a Walt Disney Animation Studios, a mi solo me pertenece el tiempo que invierto… y la película en DVD XD.

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Audiencia

-¿Eugene, porque no te sientas?-

El se detuvo un segundo y considero la sugerencia, luego sacudió la cabeza y siguió en su ir y venir, delante de la enorme puerta del salón de audiencias de los reyes de Corona.

-Así estoy bien. Gracias.-

-Te vas a cansar solo de caminar. Llevas diez minutos haciendo eso.-

-Te digo que estoy bien.-

-No tienes por qué estar nervioso.-

-¡No estoy nervioso!- contesto en seco y tal vez, solo tal vez, su tono de voz fue demasiado alto.

Flynn miro a Rapunzel y por un segundo quiso disculparse, pero solo bajo la vista al suelo y apretó la mandíbula. Flynn Rider jamás se ponía nervioso. Era un maestro en el control de sus sentimientos y en leer las actitudes de los demás, pero justo ahora, era Eugene quien se debatía entre los nervios y el pánico.

Los reyes de Corona, los padres de Rapunzel, lo habían citado ese día para discutir algunas cosas.

Tanto el Rey como la Reina habían sido muy amables con él durante las dos semanas que había vivido en el palacio. Habían puesto a su disposición, una acogedora habitación, convenientemente retirada de las estancias de Rapunzel, además de darle ropa nueva y poner a un par de sirvientes a sus órdenes. Pero Flynn no había obviado un par de cosas mas, como los dos guardias que lo seguían a luz y sombra por todo el castillo o que ambos reyes interrumpían abruptamente su conversación cada vez que el entraba a la habitación.

Flynn sabía muy bien de que se trataría esta audiencia. Si, había rescatado y regresado a la "Princesa Perdida", pero eso no borraba automáticamente su largo historial de crímenes y los dos guardias que lo vigilaban se lo dejaban muy en claro.

Sintió como unos dedos se deslizaban por su antebrazo y le tomaban la mano dándole ánimos, muy despacio, levanto la vista del suelo. Rapunzel le sonreía como solo ella podía hacerlo.

-Tranquilo. Nada malo va a pasar, ya lo veras.-

Era mucho mas optimista que el, eso sin duda, pero le regreso la sonrisa lo mejor que pudo.

Antes de que ninguno de los dos pudiera decir algo mas, las enorme puertas talladas se abrieron, un soldado asomo la cabeza y pidió que Flynn Rider entrar. Rapunzel intento seguirlo, pero el guardia la detuvo.

-Solo Rider alteza, así lo piden los reyes.-

Ambos se miraron por un segundo y la chica se puso en puntillas para darle un abrazo y un rápido beso. No era muy común que ella hiciera eso, parecía que a los habitantes del castillo los escandalizaba en cierto grado que la princesa besara al criminal que la seguía a todos lados, así que ambos mantenían al mínimo ese tipo de acciones, pero en ese momento a Rapunzel pareció importarle poco.

-Todo va a estar bien. Lo prometo… y cuando prometo algo…-

-Lo sé, lo sé…-respondió Flynn sonriendo y con el pulgar acaricio su mejilla. –Lo cumples.

Se dirigió a la puerta y lanzo una última mirada a la princesa. Ella asintió, el giñó en respuesta y las puertas se cerraron entre ellos.

Flynn respiro profundamente y se giro para observar el salón y a sus ocupantes. Había más gente de la que esperaba. En el centro del recinto ambos reyes permanecían sentados en un par de sillar ricamente decoradas, delante de ellos, una mesa con mantel purpura estaba llena de papeles y plumas. A la izquierda, otra mesa, donde tres hombres vestidos en negro lo fulminaban con la mirada. Otro hombre estaba de pie entre las dos mesas, su expresión era tan seria como la de un sepulturero o al menos eso pensó Flynn.

Cuatro guardias flanqueaban a los monarcas. Dos soldados a sus espaldas, cuidando la puerta y otros dos al fondo del salón y si contaba al capitán de la guardia y a los tres soldados que lo acompañaban, le daban como resultado doce soldados para lidiar con el en caso de que pensara en algo.

El capitán se acerco y poniéndole una mano en el hombro, lo guio hasta quedar de frente a los reyes.

-Vamos a empezar con esta audiencia.-hablo el Rey con voz potente. –Flynn Rider, estas aquí para discutir cuál es tu estado delante de la corte y el pueblo de Corona. ¿Esta eso claro?

-Si majestad, su señoría.-

-Señor ministro de justicia, sea usted tan amable de leer los cargos.-

El hombre con aspecto de sepulturero hizo una inclinación al Rey y leyó de un pergamino que guardaba bajo el brazo.

-Flynn Rider, se le acusa de asaltar en los caminos del reino, al menos cinco veces. Entrar y cazar en propiedades feudales, al menos seis veces. Robar caballos, nueve veces. Robo a carruajes de correos, al menos cuatro veces. Ingresar y robar en propiedades privadas, siete veces. Escapar de previos arrestos y evadir capturas, tres veces. Y por sobre todo, se le acusa de entrar al palacio real sin autorización y hurtar la tiara principal de Corona.-

Mientras escuchaba aquello, Flynn no podía más que mirar al piso y agradecer que Rapunzel no estuviera allí. Sabía muy bien que había hecho todas esas cosas y que no tenía una escusa para tantas acusaciones.

Recordaba claramente la primera vez que había robado, había sido en invierno y en ese entonces se estaba muriendo de hambre. Pero poco después, empezó a hacerlo con más regularidad y a sentirse orgulloso por sus logros, era en definitiva, mucho más fácil que trabajar como ayudante de herrero o pescador y la adrenalina era adictiva.

-¿Cómo se declara?- el Ministro hablo luego de una pausa.

Miro al hombre. Estaba loco si esperaba que se declarara culpable delante de tanta gente, sería como ponerse la soga al cuello él solo.

-Yo… pues, a decir verdad, la tiara regreso a su lugar y… y la traje con su dueña original, así que supongo que eso… puede quedar fuera de la cuenta.-

-Supone mal joven.- contesto el hombre.

Flynn trago con fuerza. Las manos le estaban sudando y las cerró en puños.

-Se le considera un proscrito Rider, alguien fuera de la ley, que no tiene cabida en la sociedad. Eso se castiga con la muerte, algo que usted también ya evadió.-

-Siendo franco, solo la "evadí" aquí, para ir a salvar a la princesa. Si hubiera dejado que los brutos de los soldados me colgaran como a un pedazo de jamón, Rapunzel no estaría sentada en la habitación contigua.- su voz fue subiendo de tono y por supuesto que no se le escapo el gesto de enojo del Rey al escuchar el nombre de su hija y que no se refiriera a ella como "Princesa".

-En esos momentos… -protesto el hombre. –Usted no sabia que ella era la princesa.-

-Y de todas formas hubiera ido a salvarla.- contesto apretando los labios.

-Si, pero no habría vuelto aquí para una audiencia como esta.-

Abrió la boca para contestar, pero Flynn se encontró a si mismo sin argumentos.

Era cierto, la única razón por la que se encontraba en esa audiencia era por Rapunzel. Sabía que si ella no le hubiera pedido regresar al reino, habría sido muy fácil llevarla lejos, donde nadie los conociera, para iniciar desde cero. Hubiera sido muy fácil dejarla en el puente que conectaba la isla con tierra firme y alejarse para nunca volver a un reino donde lo consideraban un "proscrito". Incluso sería muy sencillo intentar escapar de aquella habitación, tenia ventanas grandes y, según sus cálculos, no estaba tan lejos del suelo del jardín. ¡Sería tan fácil!

Pero estaba harto de lo fácil y prefería volver a morir antes que abandonar a Rapunzel. Suspiró pesadamente y se aclaro la voz. No podía creer que fuera a decir lo que estaba a punto de decir.

-¿Qué es lo que quiere que le diga? ¿Qué robe en los caminos o asalte a transeúntes? Usted ya sabe eso, tiene una mejor lista de la que yo podría darle. ¿Qué si soy culpable? Si, lo soy y no me siento orgulloso…-no pudo evitar sonreír. –Bueno, tal vez solo un poco…

-¡Aun pretende hacer una broma de todo esto!- exclamo el Ministro agitando el pergamino hacia el acusado. –Si de mí dependiera, usted ya estaría colgando del árbol mas alto…-

-Pero esa decisión no depende solo de usted señor Ministro.- intervino la Reina, luego miro a Flynn con una discreta sonrisa. –Señor Rider…-

-Fitzherbert.- le atajo él. La Reina parpadeo confundía y Flynn comprendió que Rapunzel había mantenido la promesa de no rebelarle a nadie su verdadero nombre, ni siquiera a su madre. Eso de cumplir sus promesas era un asunto serio.

-¿Perdóneme?-

-Fitzherbert. Mi verdadero nombre es Eugene… Fitzherbert, alteza, su majestad.- "Maravilloso momento para tener un ataque de sinceridad." pensó.

Uno de los tres jueces de la mesa contuvo una risa y los reyes intercambiaron una mira de extrañeza. Al fondo del salón, alguien más se rio y uno de los guardias mas cercanos fingió un ataque de tos. Flynn acababa de recordar porque había dejado de usar ese nombre en primer lugar, pero de momento no le importo, se sentía orgulloso de quien era… A pesar de que su nombre fuera horrible.

-Señor… Fitzherbert…-concreto la Reina. –Seria usted tan amable de decirnos que hizo luego de que huyera de la cárcel.-

Esta era justo la parte a la que más temía llegar. Rapunzel se había encargado de contar todo lo acontecido en la torre con lujo de detalle a los Reyes, Flynn por su lado, solo había asentido cada que ella así se lo pedía.

Pero narrar como tu patético intento de rescate había terminado en un total fracaso y con tu muerte, solo para ser regresado por una lagrima magica de la princesa, era mucho mas complejo de explicar de lo que quería admitir. Sobre todo con un público tan dispuesto a creer que todas y cada una de las palabras que salen de tu boca son una completa mentira.

Antes de que el acusado hubiera terminado de hablar, el ministro ya estaba dando alaridos de indignación y los tres jueces en la mesa meneaban la cabeza en forma negativa.

-¡Esto es ridículo! Este hombre solo quiere burlarse de nosotros. ¿Qué revivió, quien se cree, El salvador?-

-No lo estoy inventando. Pregúntele a Rapunzel… - hizo una pausa y corrigió sus palabras al ver la expresión del Rey. -A la princesa… ella le dirá la misma historia.-

-No dudo de que usted le haya obligado a memorizar esta absurda invención solo para salvarse. Además, es bastante obvio que la princesa siente algo por usted y quien sabe que sería capaz de decir para salvarlo.-

Esta vez, Flynn sintió que le ardía la sangre. Podía ser muchas cosas, un ladrón, embustero y canalla, pero jamás obligaría a Rapunzel a mentir para salvar su pellejo y que este hombre alegara en contra de ella hizo que el corazón le latiera en los oídos. Nunca había conocido a una persona más amable, ni a una chica tan dulce o a una mujer más hermosa. Nadie nunca jamás le había demostrado tanto cariño y ternura, así que tuvo que refrenar el impulso de sujetar al Sepulturero por el cuello de la toga y golpearlo un par de veces en la cara.

-Jamás le pediría a Rapunzel que mintiera por mi.- torció el gesto lo mejor que pudo para convertirlo en una sonrisa. –Además es pésima haciéndolo.-

-¡Usted…!-

-¡Señor Ministro!- el Rey se levanto de golpe de su asiento. –Me parece que ya quedo muy en claro cuáles son sus puntos de vista sobre este asunto. Ahora me gustaría pedirle que usted y los jueces se retiren unos minutos de la sala.-

El Ministro no se veía nada contento con la petición del Rey, pero tampoco parecía sorprendido y solo le hizo una corta reverencia al monarca, para dar media vuelta y salir con aire indignado del salón.

-Capitán, usted y sus hombres también, si es tan amable.-

El militar dio una orden y sus soldados se dirigieron a la salida. El tampoco parecía satisfecho con la petición y le lanzo una mirada furica a Flynn.

-No intentes nada extraño.- advirtió en tono bajo antes de alejarse y salir.

El Rey permaneció de pie y, mirando al joven, se acaricio la barba con aire serio.

-Flynn Rider, Flynn Rider… ¿Qué hacer contigo Flynn Rider? No has sido sino un dolor de cabeza en los últimos años y ahora que estas delante de mi solo tendría que dar una sencilla orden para terminar con mis jaquecas.-

Por un momento Flynn sintió que las rodillas le empezaban a temblar y que le faltaba aire en los pulmones. De los dos gobernantes, el Rey había sido el más reservado y el menos dispuesto a tratar con el ladrón. Además daba la impresión de que al hombre no le agradaba para nada la relación de su hija y Flynn. ¿Pero quién podía culparlo? Ha ninguno de los otros padres le había resultado agradable hasta el momento.

-Friedrich, por favor, no asustes mas al muchacho.- la Reina coloco una mano en el brazo del Rey y este relajo un poco su postura, de nuevo se sentó, pero su mirada no se suavizó.

-Rescataste y regresaste a nuestra hija a su hogar, te lo agradezco.- suspiro pesadamente. –Solo por eso he decidido perdonarte la vida.-

-Majestad. Su señoría, gracias, yo…-

-Aun no he terminado de hablar.-

Flynn guardo silencio de inmediato. Se había sentido seguro por unos segundos, pero la seguridad se esfumo de inmediato. El Rey acababa de decir que le perdonaba la vida, pero eso no era todo, se le ocurrían varias otras opciones igual de desagradables. Azotes, el cepo, prisión de por vida, destierro… cualquier cosa menos eso.

-Te perdono la vida, pero tienes que ganártelo, merecerlo. Sobre todo porque después de esto el Ministro de Justicia no dejara de darme quejas y de exigir que se de contigo un castigo ejemplar, al menos por seis meses. Lo conozco bien.-

-Friederich.- la Reina lo calmo de nuevo. Luego miro a Flynn. –Estamos en deuda contigo Eugene. Pero hay muchos otros ciudadanos a los que tu les debes no solo una disculpa, si no una retribución.-

-¿Retribución, su alteza, majestad?-

-Así es, me parece que debes… -ella tomo una hoja de papel y leyó. –unos nueve caballos, hay cinco personas a las que deberás regresar su dinero, seis terratenientes con los que tendrás que disculparte. Además de ganarte la confianza de los habitantes de Corona, si es que planeas quedarte a vivir en el castillo.-

-¿Quedarme a vivir… en el castillo?-

-¿Es que mi castillo no te resulta suficiente?- dijo el Rey levantando una ceja.

-Claro que lo es. Es magnífico Señor, señoría.-

-Y tendrás que trabajar.- concluyo la reina.

-Tra, tra. ¡Trabajar!- "¿Sera ya muy tarde como para pedir el cepo, los azotes tal vez? Ahora que lo pienso no suena tan mal."

-Si, te vendrá bien conocer el valor de las cosas y saber lo que significa un día de honrado y duro trabajo. ¿Verdad Sophie?- el monarca sonrió con placer. Se inclino hacia adelante en su asiento. –Voy a estar muy atento a lo que hagas Flynn Rider, me considero un rey justo, pero hazme dudar, dame un solo motivo y encontraras que mi paciencia es corta.-

-Puedes irte Eugene y dile al Ministro y a los jueces que entren.- la Reina le sonrio de nuevo.

-¡Y algo más joven! Con que diga "su Majestad" o "su Alteza" en una sola oración basta, luego puede referirse a nosotros como "Señor" o "Señora. También le recomiendo que mantenga algo mas de formalidad con la Princesa. ¿Está claro?-

-Entendido Majestad… Alteza, lo que diga Señor. Con su permiso Señor, Señora.- hizo una rápida y nerviosa reverencia, para salir de ahí de inmediato.

Abrió la puerta y se topo de frente con el Ministro que esperaba afuera. Al mirarlo, este hizo un gesto de desagrado y sus cejas casi se tocaban. Flynn mantuvo abierta la puerta invitándolo a el y a los jueces a pasar, ninguno le dio las gracias, cerro de tras de ellos y respiro hondo apoyando ambas manos en la madera.

Se tomo un segundo para pensar. ¿Qué rayos acababa de pasar? Lo habían perdonado cuando él esperaba que lo colgaran o algo parecido. No que le pareciera mal, al contrario, iba a vivir y eso era genial. ¿Pero como iba a lograr ganarse la "confianza" de los habitantes de Corona? Había mas de una persona que seguro querría matarlo antes que dejarlo hablar para disculparse… y el Rey bien podría formar parte de la lista.

Dejo de divagar cuando escucho el sonido de un lápiz recorriendo el papel justo a sus espaldas. Se giro y vio a Rapunzel concentrada sobre un cuaderno de dibujos. Obviamente, no lo había escuchado aun, así que se acerco con todo cuidado y echo un vistazo a la hoja.

La cabeza de Pascal. Los ojos de la Reina (¿O eran sus ojos?). Una pata de Maximus. Pero el boceto en el que la princesa se afanaba era en un plano frontal muy parecido a los afiches que ofrecían una recompensa por Flynn Rider.

"Así tenga que ir de rodillas y suplicar perdón de puerta en puerta por todo el reino o trabajar en minas de carbón de sol a sol. Voy a ser digno de ella. Lo vale."

Sonrió. Rapunzel era la única siempre dibujaba bien su nariz.

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Nota de Autora: Hola a todos. Bueno, después de darle vueltas al asunto por mucho tiempo, me puse a escribir esto. Sigo pensando que hay muy pocos fics de Enredados en español, asi que les traigo algunas viñetas que se me han ido ocurriendo, no se cuantas vayan a ser, pero a ver que sale.

Esta es la primera y creo que me salió algo larga pero me gusto. Al Rey no le cae muy bien Flynn, o al menos a si se me ocurrió. Ok, rescato a su hija, pero no puede ser de a gratis que se olviden de todas sus fechoría, además pretende a la princesa. ¡Tienes que ganarte de alguna forma a los suegros! Por otra parte, Rapunzel puede dibujar bien la nariz de Flynn porque es la única que en verdad lo conoce (o al menos asi funciona en mi cabeza). En fin, que si han llegado hasta aquí y de menos les gusto un poco, dejen un review, que eso siempre ayuda a la motivación.

Nos vemos pronto.