Me vino la inspiración escuchando el Lenguaje de los Dioses, de Nach.
Sobra decir que es perfecta para leer esto.
Gracias por leer.
Siéntela
Deja que fluya. Por tus dedos, por tus labios.
Siempre presente. Acompañando a las risas, las lágrimas, la serenidad. A la melancolía, a la amargura. A la guerra y a la paz. A la vida y a la muerte.
Desde las notas clásicas del piano de Austria compuestas por Mozart, hasta el Punk estruendoso de la eléctrica de Inglaterra, evocando a los Sex Pistols.
Los dedos de España trazan acordes en su guitarra mientras que de entre sus labios se abren paso las amargas frases de Joaquín Sabina.
Frank Sinatra vive aún, cada vez que América cesa de hablar, y, con su voz desnuda, canta poniendo su alma.
Nos envuelve, nos abraza. Nos grita, nos susurra.
Desgarra almas, cura corazones. Ama y odia, ríe y llora.
Las más bellas notas que salieron jamás de un violín fueron obra de Paganini y Vivaldi y vuelven a ver la luz cada vez que los dos Italias acarician este instrumento.
Rusia jamás olvidará el sentimiento que despierta el chelo de Rostropóvich, el mejor violonchelista que nunca existió.
Jamás nos abandona, jamás se oculta. Guía y espera.
El don que continúa a través de la Historia, que hace que las almas de aquellos a los que roza sean recordadas.
¿Quién imaginaría que las melodías de Beethoven sonarían igual de hermosas interpretadas por Alemania en un piano?
¿O quién podría creer que las bellas voces de Diana Krall o Alanis Morrisette serían capaces de salir de la garganta de Canadá?
Es el juego en el que ambos ganan, un mundo en el que refugiarse.
Por muy bajo que esté en el suelo, ella otorga alas al menor de los mortales.
Incluso ahora, en las melancólicas noches de París, el eco de Clair de lune retumba en la mente de Francia, aquel que acunó al gran compositor Debussy.
Una sonrisa se forma en el rostro de Lietchtenstein cada vez que cierra los ojos, porque los acordes de Organ Concerto de Rheinberger perdurarán en su memoria para siempre.
En cada calle, cada rincón. Aún en el silencio, sigue ahí. Esperando, esperándote. A ti. A que bailes con ella una vez más.
Es la música.
