Se que llevo algun tiempo sin escribir, supongo que estoy falta de imaginacion y de tiempo. Esta historia corta se me ocurrio el otro dia mientras sencillamente divagaba leyendo un libro que me gusto mucho. Supongo que sigo con la vena mitologica, esto esta inspirado en una leyenda de la patagonia argentina, y va dedicado a todos los que me leen desde el pais con nombre plateado ^^. Solo concretar que esta historia esta basada en el mito...entiendase que he cogido el mito y lo he retocado y retorcido para amoldarlo a la historia que me inspiro...asi que si conoceis la leyenda y veis las discrepancias...no me lo tengais muy en cuenta.

Disclaimer: los personajes y trasfondo de Harry Potter no me pertenecen. Son de JKR y yo solo los cojo prestados un ratito para jugar con ellos en el sotano. Prometo devolverlos cuando acabe.

Hermione estaba euforica. El septimo año de Howgards se habia planteado en un principio como que iba a ser duro. Despues de la guerra...despues de todo lo que habia pasado, y sabiendo que Harry y Ron no estarian alli pues a pesar de todas sus largas charlas sobre sus estudios y sobre el hecho de que no los terminaran para aceptar los puestos que les habían ofrecido en el cuerpo de aurores, la habian ignorado y cursaria ultimo curso del colegio sola. Bueno, sola no. No exactamente. Habria mucha gente que conocia de cursos anteriores. E incluso algunos repetidores. Y algunos como Luna, que estaban en su misma situación...que habían perdido demasiadas clases y que tenían que volver a cursarlo.

La castaña estaba eufórica por que la habían aceptado para el intercambio de estudios que se realizaría ese año. Bueno...no era un intercambio exactamente. Sencillamente escogian a dedo a los mejores estudiantes de Hogwards y cursarian el septimo año fuera. En otro colegio. Y eso le venia como mana caido del cielo. pasar gran parte del ultimo curso lejos del colegio donde tanto tiempo había pasado con sus mejores amigos, quizas le hiciera olvidar el hecho de que ellos ya no estuvieran allí.

Y pese a todo, tambien estaba indeciblemente deprimida. Por que entre el grupo que había sido elegido, tambien estaba alguien que estropeaba todas las mieles que ese fascinante viaje prometia. Una persona que estaba repitiendo septimo curso, como Luna. Alguien a quien Hermione habria pagado con tal de no volver a ver: Draco Malfoy.

Aun asi la ojimiel no iba a dejar que ese arrogante hurón botador le estropeara el viaje. Iban a ir a un colegio magico en la Patagonia Argentina. Iban a ir a uno de los confines del mundo...un lugar unico y especial que muy pocos tenian la suerte de visitar. Tendria seis meses para visitar e investigar en una de las bibliotecas magicas mas grandes del mundo, en una de las pocas bibliotecas donde tenian tratados sobre magia ancestral, uno de los rincones mas desconocidos del mundo. No iba a permitir que la petulancia de un rubio de bote le impidiera disfrutar de la que prometia ser una de las experiencias mas enriquecedoras de su vida.

Solo una docena de los estudiantes con mejores notas del colegio iban a ir a ese viaje. Y tendrían que estudiar muchísimo, pues antes de volver tendrían que enfrentar una serie de exámenes y pruebas para comprobar si habían aprovechado el viaje. Aunque claro esta...a los que pasaran esos exámenes les esperaban ciertas recompensas...como ciertos prestigiosos titulos que acreditaban los cursillos realizados, creditos extra en los extasis de septimo curso...Y relacionarse con estudiantes de las escuelas de magia mas prestigiosas del mundo. Noventa y seis alumnos eran aceptados en aquel viaje.

Una docena de cada una de las ocho escuelas inscritas. Las ocho escuelas mas prestigiosas del mundo magico. Hogwards, Drumstang y Beuxbottons por parte de Europa. El Instituto Magico de Salem por parte de Estados Unidos, La escuela Annasi de Africa, El colegio Badhr de Oriente Medio, La Pa Kua de china y la escuela de Shugenjas japonesa. Aunque claro esta...el continente sudamericano estaba representado por los estuidantes del Colegio de Magia y Hechiceria de CuernoPlata, en las Islas Maldivas, anfitriones del viaje de estudios.

El dia de la partida, Hermione no miro atrás. Ese año en particular, tenia muchas cosas que olvidar. Habia mucho que no queria llevar con ella en su viaje...como el hecho de que pasaria un año sin sus amigos. O los malos recuerdos de lo que habia pasado en verano anterior entre los muros de ese castillo en el que habia pasado los mejores años de su vida y algunas experiencias que la perseguirian en sus pesadillas durante el resto de su vida.

Aquello seria un inciso en su vida, y lo sabia. Un pequeño parentesis...un cambio de aires. Un año sabatico donde los estudios tendrian un escenario distinto. Hermione suspiro y procuro no pensar mientras doblaba cuidadosamente su ropa y la acomodaba en el baul en el que metia su equipaje.

El dia previsto, los que se iban al viaje se juntaron junto al lago. Hermione miro a su alrededor: cinco ravenclaws a los que solo conocia de vista, exceptuando a Luna Lovegood. Tres hufflepuffs a los que no conocia en absoluto, Ginny Weasley por parte de Griffindor, como ella. Y dos Slytherins: Draco Malfoy y una chica bajita que fruncia mucho el ceño y miraba a todos los alli presentes con una expresion tan huraña que provocaba escalofrios.

Hubieron discrusos y largas despedidas...y sorprendentemente, a Hermione no le importo. Solo tenia ganas de partir. Le costaba mirar al castillo sin que le faltara el aire. Aunque habia sido totalmente reconstruido...no podia mirar a los pasillos sin que le tuviera la sensacion de que habian mortifagos acechando. Era incapaz de salir a los jardines sin esperar ver a gigantes pisoteando alumnos. Era incapaz de mirar los pasillos sin ver a Fred muriendo aplastado. No podia mirar el claustro interno sin ver hileras e hileras de cadaveres tapados por sabanas...

Era demasiado doloroso. Demasiado deprimente. No veia el momento de partir. Subio como una sonambula en el Expreso del colegio antes de plantearse siquiera como podria hacer ese viaje en tren. Tardo casi una hora en caer en ese pequeño detalle, y para entonces, cuando miro por la ventana, el Expresso ya llevaba un buen rato traqueteando tranquilamente sobre railes invisibles sobre las olas del Atlantico.

Con todo el tren para apenas una docena de estudiantes y un par de profesores, Hermione se recosto en un cubiculo en el que estaba sola. Se habia planteado el ir con Ginny en el viaje, pero su amiga peliroja parecia muy entretenida parloteando alegremente con Luna y los chicos de Ravenclaw como para ir a molestarlo.

Y pese a que el viaje debio de durar mas de doce horas, a la castaña se le paso volando. Casi sonrio al bajar del tren y ver como en el puerto rompia la superficie de las aguas el imponente velero de Drumstang. Rodo los ojos al ver el pomposo y recargado carruje frances descender de los cielos tirados por los pegasos blancos. Y se deleito con las espectaculares entradas de los otros colegios...los africanos aparecieron en un palanquin gigante montado a lomos de seis elefantes. La tierra se abrio literalmente formando una escalera por la que aparecieron los estudiantes chinos. Los japones, mucho mas practicos, sencillamente usaron un trasportador y aparecieron en ordenadas filas. Una bandada de alfombras voladoras anuncio la llegada de los orientales, y una enorme y llamativo autorbus magico que a Hermione le recordo muchisimo al noctambulo de Londres, solo que pintado con barras y estrellas en azul, blanco y rojo le dio a entender que los americanos de Instituto Salem eran los ultimos en llegar.

Lo primero que sintio al bajar del tren fue un azote helado que le hizo castañetear los dientes. No era precisamente la calida bienvenida que habia imaginado. Aunque el clima fue lo unico gelido en aquella recepcion.

Lo que vio al mirar a su alrededor la dejo sin aliento: habian llegado al atardecer, y el cielo se teñia de un purpuras y rojos como no habia visto en su vida. Casi parecia que un cuchillo invisible hubiera rajado los cielos y que sangraran sobre el oceano, derramando los colores de la puesta de sol en las aguas como en una oleada carmesi. La llanura de aquella playa se extendia hasta desaparecer en una jungla tan espesa e insondable que hechizaba con verdes intensos y vivos como no habia visto jamas. Y mas alla, montañas imposiblemente altas se alzaban orgullosas contra el cielo, de un inmaculado blanco por las capas de nieves milenarias que las cubrian.

Y mas alla...adentrandose en el oceano que todo lo rodeaba, imponentes glaciares flotaban magestuosos alrededor de los fiordos cubiertos de hielos. Y sobre todo el paisaje, que se abria ante sus ojos con una belleza tan pura y pristina que robaba el aliento de los pulmones, el sol seguia ardiendo en la linea del horizonte, sumergiendose en los helados oceanos, tiñendo todo lo que tocaba con las luces rojas y purpuras mientras las primeras estrellas despuntaban añadiendo mas belleza a aquel lugar si aquello era posible.

Y al lado de la playa, donde largos atracaderos de madera se adentraban en en mar, estaba el colegio que seria su hogar los proximos seis meses. Habia esperado un castillo imponente. Habia esperado una obra de arquitectura impresionante. Pero lo que vio la descoloco completamente. Ante sus ojos, un extraño y compleja red de casas de piedra burda con acuciados techos a dos aguas se unian entre si por una red de pasillos tambien de piedra. Las enormes y gruesas piedras de los muros y el negro de las losas de pizarra de los tejados contrastaban extrañamente con la enorme cantidad de pequeñas ventanas.

-Es por el frio...-susurro Luna de pronto sacandola de sus ensoñaciones. Hermione la miro con expresion perpleja. La rubia ravenclaw continuo hablando tranquilamente, como si no esperara que nadie la escuchara.- Cuesta muchisimo, aun con magia, calentar los interiores con este clima tan extremo, asi que en lugar de habitaciones enormes o salas grandes, es una red de habitaculos mas pequeños. Por eso tambien las ventanas son pequeñas...y por eso hay mas. Igual que los muros de piedra y todo lo demas...es para mantener el calor.

-ah...claro...-atino a decir la castaña sonriendo. Luna Lovegood era la primera persona con la que hablaba en todo el viaje. Por no decir que era la primera persona en la que hablaba en dias.

Los profesores se pusieron a gritar ordenes. A organizar a los alumnos en grupos. Hermione sabia como iban a ir las cosas, lo habian explicado en las charlas antes del viaje: Tras la recepcion, volverian al tren. Iban a preparar los compartimentos de varios vagones con hechizos para que fueran los dormitorios. Y cada dia irian al colegio. Les explicarian las opciones que tenian para estudiar, les harian horarios, y empezarian las clases y las sesiones de estudio. Iba a ser interesante.

Pero lo que Hermione no habia esperado, fue la extraña sensacion que tuvo en en el preciso momento que dio el primer paso hacia el colegio: fue el deja vu mas inmenso que habia sentido en su vida. Fue atroz, y desconcertante. Fue como si una parte de si misma, volviera a casa. Fue como si se quitara un peso de encima por haber regresado a casa. Y al mismo tiempo, como si algo fuera increiblemente mal...como si hubiera algo inreciblemente importante que no recordara. Algo que no tendria que haber olvidado y que no podia recordar.

Dio otro paso mas. Y se dio cuenta de que habia dejado de respirar. Inhalo una bocanada de aquel aire helado, y cerro los ojos intentando calmarse. Seguro que habian sido los nervios. Otro paso mas, y la sensacion de panico mezclada con la de tranquilidad que habia sentido, aquel terrible deja vu, desaparecio. Seguro que no era nada. Seguro que solo se lo habia imaginado. Hermione rezo para que el mero hecho de repetirse aquellas palabras una y otra vez fuera ha hacerlas reales.

Sacudio la cabeza. Seguro que era por que estaba cansada. Seguro que estaba agotada del viaje. Seguro que se le pasaria cuando descansara. El cansancio juega esas malas pasadas sobre la percepcion...

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Draco estaba furioso. Y lo que mas furioso le ponia es por que no sabia por que estaba furioso. El viaje habia sido largo y pesado. No entendia por que no habian usado un maldito traslador. Eso sin contar con que le hubiera gustado que la escuela inglesa hiciera una entrada mas espectacular y llena de pompa en lugar de la sobriedad de la que habian hecho gala. Habian quedado faltal frente a todas las demas escuelas.

Eso sin tener en cuenta de que la maldita escuela de la patagonia estaba en medio de ninguna parte, de que hacia un frio que helaba hasta el tuetano en los huesos y de que nada mas poner un pie en aquel lugar perdido de la mano de dios se habia sentido extraño, mareado, y tuvo un deja vu extraño y potente...como si conociera aquel lugar. Como si le quedara algo por hacer. Como si algo estuviera fuera de su sitio y tuviera que arreglar algo que estaba roto...El! Draco Malfoy! el no tenia por que hacer nada que no quisiera! El nunca habia estado en aquel cubito de hielo olvidado por la civilizacion!

"ve al viaje" le habia dicho su madre... "sera muy util que estes fuera una temporada y estudies y tengas tus propios titulos por tus propios meritos" habia dicho...como se notaba que no era Narcissa la que tendria que pasar frio lejos de casa, lejos de cualquier amigo o cara conocida y de su circulo social...

Draco dio un paso mas. Y otro...y otro...y con zancadas altivas y con los labios azulados por el frio, se puso en marcha rumbo a la escuela que seria su hogar por un año.

Furioso, camino apartando a la gente a empujones de su camino. Pero algo le llamo la atencion. Algo que vio por el rabillo del ojo. Algo de color rojo. Giro la cabeza y lo vio. Una flor. Una unica flor solitaria creciendo en medio de la nieve y el hielo. Una flor que desafiaba la logica, la cordura y el sentido comun. Tendria que haberse quemado, tendria que haber muerto. Tendria que estar congelada. Y alli estaba, aquel pequeño tallo verde coronado por unos petalos rojo intenso. Rojo sangre, creciendo y desafiando a los elementos con su mera existencia.

Y la sensacion de deja vu volvio. Se acerco a la planta y tomandola la corto. Y se la acerco al rostro. Aquello era importante. Algo...algo que no recordaba. Algo que tenia que enmendar...Draco se saco un libro de bolsillo de la chaqueta y prenso la flor entre sus paginas. Ya pensaria en ello mas tarde. C uando hubiera tomado algo caliente.

Sintiendose extraño y confuso, camino hacia los portones del colegio. Tenia mucho en lo que pensar...

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Las primeras semanas fueron desquiciantes para todos. Habia un caos cultural en el colegio CuernoPlata. Trombas de alumnos de todas las nacionalidades se desperdigaban en todas las aulas, y poco a poco, las clases fueron imponiendo su rutina pese a las circunscancias especiales de aquel año.

Hermione estaba encantada. Las clases eran mas de lo que habia podido imaginar. Eran de un nivel muy avanzado, eran densas, eran increibles. Y la biblioteca de aquel lugar era un paraiso bibliografico...y luego estaban los jardines...

Aquel paraje parecia hecho para meditar. Basto y silencioso. Increiblemente bello y distante...parecia construido para la meditacion...invitaba a ello. Pero aun asi...aun asi no habia podido quitarse de encima aquella molesta sensacion de que algo estaba pendiente...y se sentia incapaz de averiguar que.

Aun asi, habia encontrado un rincon para si misma. En Hogwards eran la biblioteca y uno de los balcones de la torre de astronomia, lugares donde nadie iba, o donde nada hacia ruido. Donde la gente iba a estar sola y pensar. Ella habia encontrado el suyo propio en CuernoPlata. Era una pequeña gruta que habia en una de las lomas detras del colegio. Siguiendo el sendero que bordeaba uno de los pequeños lagos helados del colegio. Aquella pequeña cueva la abrigaba del viento y el frio y le daba una panoramica sin igual de los alrededores. Y sobretodo estaba el silencio... Solo el ulular del vieto y el arrullo del agua que se descongelaba y corria en riachuelos para alimentar los lagos se oian en aquel lugar. Era un lugar perfecto. Desde donde podia ver sin ser vista. Un lugar que habia descubierto por casualidad.

Aunque eso no seria cierto del todo...Hermione habia partido una tarde de paseo para hacerse con los alrededores y sus pasos la habian llevado directa a aquel lugar mientras su mente estaba en otra parte. No queria describirlo como un trance...pero habia sido algo que se le parecia. Aquella sensacion de familiaridad con el lugar la tenia aterrada. Era demasiado desconcertante no entender por que sabia cosas de aquel sitio que nunca habia estudiado ni en el que nunca habia estado.

Pero habia que reconcer que era bellisimo. Era magico, y nunca mejor dicho. Y desde luego no habia mejor lugar en el que pasar las tardes con un libro o dos...o mejor sitio donde hacer los deberes.

Sentada en una roca recubierta por una densa capa de musgo, encendia un pequeño fuego a su lado y se sentaba a resguardo del viento en aquella cueva con la unica compañía de los ecos del agua...

Hasta aquella tarde. En la que encontro un libro que leyo con voracidad como siempre. Y una vez acabo, lo volvio a leer. Y cuando acabo, lo cerro a toda prisa y lo arrojo lejos de si. Como si el hecho de tirarlo lo mas distante posible pudiera alejar a las terribles palabras que habia leido.

Salio de la cueva corriendo a toda prisa. Prometiendose que no volveria, pero sabiendo a ciencia cierta, que regresaria a aquel lugar...

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Draco llevaba varias semanas en las que su rutina solo le hacian estudiar, dormir y comer. Desde que habian llegado era lo unico que habia hecho. No tenia humor para relacionarse ni para hablar con nadie. Y aquella tarde decidio que se la tomaria libre. Habia cogido su escoba y estaba volando sobre el colegio despejando las ideas y arremetiendo contra el gelido aire como si tuviera una deuda pendiente con el.

Y lo vio. O mas bien la vio. A Hermione Granger, esa repelente sabelotodo bajar corriendo una de las colins salida de ningun lugar como si algo la persiguiera. Para sus adentros sonrio. Verla tan asustada valia la pena, aunque no fuera el el que la habia alterado de ese modo. Pero la curiosidad pudo con el rubio.

Descendio lentamente cuando ella se hubo perdido en la distancia y volo senta arriba, hasta que encontro la cueva. Y el fuego aun encendido. Y la piedra con el musgo chafado donde alguien se sentaba a menudo. Asi que ese era el escondrigo de la sangresucia...

No entendia por que, pero la presencia o la cercania de la castaña ultimamente le alteraba mas de lo normal. Tenia ganas de arrancarle el pelo a tirones. Tenia ganas de romperle la cabeza. Tenia ganas de destrozarla...y eso le aturdia. Queria hacerle daño...mas de lo normal. Queria zaherirla y humillarla y...y...queria cobrarse su deuda. Aunque que deuda? Por que se sentia tan furioso desde el mismo dia que llegaron? Por que se sentia tan iracundo y dolido con Granger si nos e habian cruzado ni una maldita palabra desde que habian hecho el viaje?

Vio el libro tirado y lo recogio. Draco se sento en la roca donde unos minutos antes habia estado Granger y se puso a leerlo. Por algun motivo, queria saber que la habia asustado tanto. Y comenzo a leer:

"Hace mucho, mucho tiempo...cuando el tiempo y el mundo eran jovenes, las plantas no tenian flores..."

Draco leyo. Y sus ojos grises como los glaciares que lo rodeaban se abrieron desmesuradamente. No podia creerlo. Aquello...aquello...aquello era tan familiar...tan cercano...

Los minutos se conviertieron en horas. Y la noche fue callendo. Draco avivo el fuego varias veces para que no se apagara y continuo leyendo la historia. Y cuando acabo, la volvio a leer. Seguia sintiendose furioso. Y cada vez mas.

Perdio la nocion del tiempo. Perdio la nocion de si mismo. Y sin ser conscietne de ello, a medida que se enfurecia, el cielo se enturbiaba. Esa noche no se verian ni las estrellas ni la luna. Una tormenta se formaba sin pausa alguna sobre la escuela.

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-Hermione! -Grito Luna mientras corria tras la castaña- Hermione!

La ojimiel dejo de correr y se giro respirando pesadamente. Despues de enfocar la vista, vio que era la ravenclaw la que la llamaba.

-Hermione...que te pasa? Llevo un rato corriendo tras de ti y llamandote!

-Yo...-hermione no sabia que decir, asi que cerro los ojos, respiro y dejo que las palabras salieran- Es que me he asustado...

-de que?

yo...yo...-no sabia como seguir- Luna...alguna vez has tenido un deja vu? La sensacion de que ya has estado en algun lugar aunque sabes que no es cierto?

-Si claro...

-Pues yo los llevo teniendo desde que llegamos aquí...y hoy he leido un libro que...bueno...se puede tener un deja vu con un libro?

-No se que decirte, Hermione...-dijo la rubia extrañandose y ladeando la cabeza- que libro has leido.

-Uno de mitos y leyendas de la zona...

-Hay muchos libros sobre eso...

-Uno que hablaba sobre la historia de Kospi...

-La leyenda del origen de las flores?- pregunto Luna alzando las cejas

-Lo conoces?- Hermione se extraño ante la respuesta de su amiga.

-Mas o menos. Nos lo dieron para leer para que conocieramos la mitologia local.

-Pues he tenido un deja vu con esa historia...

-Vaya...que curioso...

Las dos chicas se miraron extrañadas, y en silencio se fueron al salon a cenar. Hermione se disculpo y se fue sola a la sala de estudio y estubo alli hasta tarde. Por primera vez en su vida, no toco un libro por miedo a lo que podia encontrar en el. Y ya tarde, cuando se iba a dormir, un estudiante cruzo corriendo la sala. Un alumno habia desaparecido y lo estaban buscando. Llevaba desaparecido desde la tarde.

-Quien?- pregunto Hermione.

-Draco Malfoy.

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"Una muchacha de una tribu nomada de los pueblos del sur, era la mas hermosa de entre su gente. Con sus suaves cabellos oscuros siempre trenzados, y sus dulces ojos almendrados. Se llamaba Kospi. Tales eran su belleza y dulzura que muchos jovenes se acercaban a la tienda de los padres de Kospi para poder contemplarla y procurarse una mirada de aquellos ojos con el color de la miel.

" Al final del verano, cuando los arboles comenzaban a pintarse de colores calidos y el viento aminora notablemente su marcha, cuando el calor empieza a partir y el frio comienza a llegar, cuando los dias estan en calma absoluta y hacen que se desdoblen los cielos, cuando las montañas se reflejan nitidamente en los espejos en las que se convierten las superficies de los lagos, los jovenes de la tribu mandaban sus mensajes de amor a aquellas a quienes admiraban y por aquellas a las que suspiraban. Y Kospi siempre recivia mas mensajes que ninguna otra, pero a ninguno respondia.

"Como todas las mujers de su pueblo, ocupaba sus dias en las tareas que se le encomendaban. Y por las tardes miraba su reflejo en la superficie del lago suspirando con tristeza. Acaso nadie la amaria por algo mas que por su belleza? Peino distraidamente sus largos y lacios cabellos oscuros mientras cantaba los kaanyi de su pueblo, las largas historias milenarias que pasaban de generacion en generacion junto a la sabiduria de sus ancestros a traves de los siglos. Y su tristeza era tan grande como su belleza, y su voz arranco ecos en la montaña y los hielos. Y su voz llego al cielo, a las altas cumbres cubiertas perpetuamente de nieve...y desperto a Karut, de su letargo.

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-Draco!- Gritaban los profesores

-Draco!- Gritaban los alumnos

Los terrenos del colegio eran una pequeña marea de varitas alzadas con el hechizo lumus iluiminando el lugar. Peinaban el terreno buscando al esquivo rubio que habia desaparecido.

Hacia frio. Hermione estaba aterrada. Y congelada...hacia frio...pero no tanto como para que le castañeteran los dientes y no pudiera apenas moverse.

Y aun asi...aun asi algo al impulsaba a seguir adelante. El viento parecia empujarla. El sendero parecia aparecer solo bajo sus pies... tenia que regresar...tenia que buscarle...tenia que...tenia que recordar algo que se escapaba de su mente.

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"Karut, señor del trueno y la montaña quedo aturdido por aquella triste voz, y benevolente aunque iracundo, descendio desde su hogar en los glaciares para ver quien cantaba. Y vio a Kospi, hermosa, fragil y triste. Y la dulzura de aquella mortal derritio su corazon de hielo.

"Karut grito y aturdio con su potente voz a Kospi, y como hacia con todo lo que queria, la tomo y la rapto, llevandola a su hogar en los glaciares. Karut oculto a Kospi en un gruta en la montaña y le declaro sus intenciones de hacerla su esposa. Y que ningun mortal volveria a verla.

"Kospi se sumio en la tristeza y la desesperacion. Y los frios y crueles vientos del glaciar enredaron y rizaron sus cabellos convirtiendo el antaño sedoso y lacio pelo en una melena salvaje. Con el paso de los dias, su tez oscura se tiño leñosa por el frio y la falta de sol. Y sus ojos vivos y hermosos se empañaron de una profunda tristeza. Hasta el corazon de Kospi se fue enfriando, y latia cada vez con menos fuerza.

"Karut, señor del trueno y la montaña teñia con su magia el cielo de colores imposibles para Kospi, pero las maravillas que el le mostraba no la hacian reaccionar. Hurgo en sus dominios de piedra y roca y arranco para ella las gemas mas hermosas, y los minerales mas extraños. Pero Kospi no se sintio conmovida ni agasajada. Karut arrastro con su aliento a aves de tierras lejanas para que cantaran para Kospi. Pero la voz de la doncella seguia en silencio.

"Karut, deseperado por volver a verla sonreir, partio en busca de maravillas que complacieran a su amada y poder asi hacerla feliz, sin darse cuenta que no habia bien o posesion en la tierra que pudiera complacer a Kospi mas que lo que el mismo Karut le habia quitado.

"Y mientras Karut estaba fuera, la tristeza de Kospi fue completa, pues se le nego hasta la unica compañía que tenia: la de aquel que la habia raptado. Y finalmente su corazon se detuvo. Y se convirtio en hielo. Pero el glaciar, conmovido por la tristeza de Kospi, convirtio su carne en hielo y la doncella prometida al señor del trueno quedo convertida en una estatua de nieve.

"Cuando Karut regreso, su corazon se partio al verla en ese estado. Y durante muchas lunas se sento al lado de Kospi para ver si la doncella despertaba. Todos los dias, le traia caza para tentar su apetito. Todos los dias traia coronas de hierba trenzada con la que decorar su hermoso rostro. Todos los dias le traia peines de hueso para convencerla de que peianra sus enredados cabellos. Todos los dias le traia regalos para agradarla. Pero Kospi seguia siendo una estatua de hielo.

"Un dia, a principios de primavera, Karut se sentia impotente y destrozado, y grito clamando a los cielos. Su atronadora voz partio las nubes y espanto a todas las aves. Y las tormentas se formaron sobre los ecos de su llanto derramando lluvias torrenciales sobre la tierra. Los rios se llenaron, los lagos se desbordaron. Y su propio dolor desencadeno la tragedia: pues la constante lluvia erosiono la fragil efige de Kospi y la deshizo. Y por mas que helara y conegalara las aguas, Karut no pudo reconocer que agua de entre toda la que le rodeaba era Kospi y cual no. Y la perdio para siempre.

"El deshielo siguio, y las lluvias continuaron. Y cuando Kospi, convertida en agua lleno a los valles se fundio con la propia tierra. Y esa primavera, cuando las plantas brotaron de nuevo, corolas de mil coroles y petalos de todas las formas llenaron las plantas. La belleza de la misma Kospi habia inundado el lugar. Y ese fue el origen de las flores.

"Pero la belleza del mundo no hacia mas que recordarle a Karut lo que habia perdido, y despesperado, clamo justicia. Clamo por una segunda oportunidad. Se despojo de su orgullo y arrogancia. Se despojo de su altivez y su señorio, y renegando de su propio poder sobre la montaña, el hielo y el trueno, se convirtio en un mortal.

"Karut, sento donde la misma Kospi habia estado sentada, y espero la el espiritu de Kospi, presente en todas las flores, lo vio y suplico a Karut que lo olvidara. Pero Karut se nego a escuchar. Su dolor era demasiado grande. Kospi se lamento de ser solo un espiritu y no poder ayudar a Karut, que quien aunque equivocado, no le deseo mas que complacerla. Pero Karut no podia escucharla. Kospi era intangible para el ahora que el era mortal. Y Kospi lloro de nuevo. Y las flores se tiñeron con rocio.

"El glaciar se compadecio de nuevo por la tristeza infinita de Kospi, y decidio darles una nueva oportunidad. Helo el rocio de las flores, capturando asi el espiritu esquivo de Kospi, y helo el cuerpo de Karut. El glaciar pidio ayuda al viento, al trueno y a la montaña y los tres juntos, lanzaron a traves del tiempo los espioritus de su señor y de aquella a la que su señor amaba, para que pudieran buscarse, para que pudieran encontrarse, para que pudieran darse otra oportunidad, otro comienzo, lejos del frio.

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Draco se sentia furioso. Y traicionado. Alguien lo habia traicinado. Alguien...habia hecho mucho daño a alguien. Eso lo sabia. Pero aun asi...aun asi...hubiera puesto el mundo a sus pies. Y ella lo rechazo. Ella lo abandono. Habria doblado los cielos por ella. Habria cambiado el mundo por ella. Si solo lo hubiera pedido...no hubiera habido nada en el mundo que no hubiera conseguido para ponerlo a sus pies. Y ella...ella...no recordaba los detalles...era algo que era esquivo para Draco...pero la sensacion de tristeza...de vacio...de furia...eso si persistia.

Sentado sobre la roca en la cueva, rodeado de hielo...con su cabello platinado como una aureola gelida sobre su cabeza. Con una piel marfileña que clareaba dejando ver sus venas azules. Sus ojos azul hielo desafiando a los glaciares que lo rodeaban, con su imponente estatura, Draco bullia de furia y tristeza por algo que no podia recordar. Pero que lo consumia por dentro. Por eso, cuando Hermione aparecio por la entrada de la cueva tiritando de frio, no pudo mas que taladrarla con la mirada. No entendia por que queria abofetearla y besarla al mismo tiempo.

-Mal...Mal...Malfoy...-tartamudeo ella a causa del frio- te he encontrado.

El rubio la miro a los ojos. Las palabras de ella lo habian aturdido. Te he encontrado... esas tres palabras le atravesaron el alma como una saeta, haciendo sonar campanas en los lugares mas reconditos de la memoria. Te he encontrado.

Se alzo de la roca cubierta de musgo en la que estaba sentado como el señor del trueno se habria alzado de su trono de hielo...y camino hacia Hermione. Por algun motivo que no quiso comprender, saco el pequeño libro que llevaba en el bolsillo de su tunica, y abriendolo, saco la flor prensada que habia cogido al llevar alli, el primer dia del viaje. Y se la tendio.

Los atenazados dedos de Hermione se desplegaron como petalos y tomaron la flor, y sin ser consciente de sus actos, se acerco a el y se acurruco en su pecho.

-Te he encontrado...-repìtio ella mientras Draco cedia a un impulso ancestral y la rodeaba con su brazos. Y mientras la tomenta que amenazaba menguaba por momentos sin razon aparente, ambos se sumieron en un ensueño confuso de recuerdos de una vida que no era la suya.

Entraron en calor el uno contra el otro, como si fuera lo unico que hicira falta para no morir de hipotermia, y la noche se fue desgranando con una promesa de milenios saldada sin saberlo.

Cuando rompio el alba y la cueva se inundo de luz, ambos despertaron de su ensoñacion y se separaron rapidamente el uno del otro avergonzarodos y confusos.

-Por que me estabas abrazando?- le espeto el completamente rojo de vergüenza.

-Querras decir que por que NOS estabamos abrazando...-le corrigio ella instintivamente.

Desviaron las miradas confusos.

-Te estabamos buscando...anoche desapareciste.

-perdi la nocion del tiempo...-se escuso el

-Si,...por suerte te he encontrado...

Esas palabras de nuevo. La memoria de ambos se movio con pereza y gravitaron acercandose antes de separarse cuando fueron conscientes de lo que hacian.

-Deberiamos volver...-comento ella por no quedarse en silencio.

-Si...

Se creo una pequeña conmocion...Draco se invento una historia de que se habia quedado dormido en uno de los claros pero que estaba bien...le regañaron los profesores y estuvo castigado. Hermione tambien fue amonestada por no haber pedido ayuda al perderse...o al menos ella dijo que se habia perdido.

Y pese a que a ninguno de los dos le hizo gracia, tuvieron junta la detencion. Una de las tardes, Draco se dio cuenta de que la enredada melena de Granger se habia convertido en una masa lacia y lisa de color miel. Era fascinante y sedosa. No pudo reprimir su pregunta.

-Te has cambiado el peinado, Granger?

-Eh?- repuso ella confusa por la pregunta- no...lo cierto es que no. Despues de aquella noche en la cueva...bueno, el pelo se me ha quedado asi. No le he hecho nada. Sencillamente ha pasado de ser rizado y encrespado a liso.

-Asi, por las buenas?- se extraño el

-Si, asi, por las buenas...

Ambos se miraron. Y Hermione lo miro aun mas confusa cuando sintio la mano de Draco en su pelo, acariciandolo distraidamente.

-Que haces?- repuso ella sintiendose incomoda.

-Lo cierto es que es bonito...-dijo el, complemente ajeno a lo que hacia y decia.- me recuerda a...a algo que no puedo recordar.

Vamos Malfoy...-le espeto ella encogiendose, intentando alejarse de aquella caricia que tanto la perturbaba.- Tu me odias...a que viene tanta amabilidad?

-Creo que es por que te he perdonado.,...-Draco se encogio de hombros y sonrio divertido

-Que TU me has perdonado a MI?- Hermione casi no podia concevir la altivez y descaro de esas palabras- Soy YO la que tendria que perdonarte a TI todas las barbaridades que me has hecho y dicho a lo largo de los años!

-Todo eso fue por que estaba enfadado contigo por algo que no puedo perdonar. Pero cumpliste con tu palabra, me encontraste...y por eso te he perdonado. Ahora supongo que debo hacer que tu me perdones a mi...y poder volver a empezar.

La ojimiel no salia de su asombro por lo que oia. Y menos aun por lo que veia. Draco seguia sonriendo. Draco se habia levantado y le estaba tendiendo la mano.

-Vamos a dar un paseo, Hermione.

Ella no pudo contenerse. Le dio la mano, le permito ayudarla a levantarse, y lo siguio a los jardines.

-A donde vamos?

-A donde quieras ir, o a donde me permitas llevarte.

-Draco...

-Si?

-Leiste el libro que deje en la cueva?

-Si

-Crees en las leyendas?

-No se que decirte Hermione...aunque creo que la pregunta es que si creo en las segundas oportunidades.

-Y bien?

-Eh?

-Crees en las segundas oportunidades?

-Solo si estas dispuesta a darme una...

Hermione se rubirizo, y tomo del brazo a Draco mientras paseaban junto a los importurbables lagos helados, rodeados de glaciares. Y mientras el sol brillaba con fuerza entre las nubes, reflejando sus rayos en los bloques traslucidos de hielo, arrancando colores y arcoiris que le daban al paisaje un aspecto etereo, un trueno retumbo a lo lejos, como unsolitario grito de triunfo final. Una nueva vida, un nuevo sendero. Una vieja historia. Varios miles de años despues, la leyenda continua.

Nota de la autora: Badhr significa luna llena en arabe. El Pa Kua son las posibilidades que el tiempo va poniendo a prueba cuando los seres llevan a cabo con sus movimientos individuales son estudiados por las reglas de las Ocho posibilidades, una de las disciplinas del Taoismo. La palabra Shugenja se usa para definir a los usuarios de magia japoneses, una de los caminos, como el bushido o el shinobido.