Socios V –FINAL-

Ikny Shy

Levy y Juvia salieron justo cuando un inmenso martillo de hielo impactaba en la cabeza de Gazille al tiempo que un bloque metálico estrellaba a Gray contra una de las paredes exteriores del gremio. Ambos magos heridos, golpeados y cansados se libraron de ambos ataques y se prepararon para el próximo.

-Gray-sama! – Exclamó Juvia preocupada y corrió para situarse entre los dos magos mirando hacia Gray y extendió sus brazos con el intento de detener la pelea.

-Quítate del camino, Juvia. – Rugió el mago de hielo. –Esto es entre Gazille y yo. – Juvia dudó ante la fiereza de su amado, pero persistió en su posición.

-Juvia no puede permitir que se sigan lastimando. – Los ojos de Gray se fijaron en ella con ira. Juvia volvió a dudar y atinó a bajar la postura. Levy corrió hacia ella y se paró detrás, también extendiendo los brazos, pero mirando a Gazille. El mago de hierro miró la escena con fastidio y se cruzó de brazos desviando la mirada a un lado.

-No te metas, por favor. – Insistió Gray, esta vez tratando de ser más calmo. –Tengo cuentas pendientes con esa bestia. –

-Cuida tus palabras, hielito. Yo no te hecho nada. – Respondió Gazille con sorna. –

-Es verdad, Gray-sama, Gazille no ha hacho nada malo. –

Gray saltó por el aire, impulsado por una de sus creaciones de hielo y esquivando a las dos chicas conjuró un nuevo ataque para Gazille.

-Que molesto. – Comentó el Dragon Slayer y se preparó para atacarlo.

Pero desprevenidamente para ambos, un potente rayo de agua impactó contra Gray y un bloque de piedra cayó sobre la cabeza de Gazille, hechizo obviamente conjurado por Levy.

-¿Qué haces, pequeña? – Preguntó un confundido mago de hierro cuando la maga en cuestión se acercó corriendo a él.

-No sigas con esto. Juvia quiere decirle la verdad a Gray. – Gazille sonrió y se esforzó por levantarse del suelo hasta quedar sentado.

-¿Así que ya te contó todo? –

-Sí, algo así. Pero tú tenías algo que decirme, ¿verdad? – Gazille miró hacia otro lado, mientras su rostro se teñía levemente de rojo. Levy sonrió y trató de ayudarlo a levantarse. –No, está bien. No estoy tan grave. –La detuvo el mago –Los ataques de ese stripper no son más que cosquillas. – Continuó mirando en dirección a su oponente, quien escuchaba atento y confundido las explicaciones de Juvia. Levy siguió su mirada y respondió con una leve mueca pícara.

-No creo que te esté escuchando a ti, Gazille. –

Por otro lado, Gray estaba fastidiado por el ataque que recibió de la maga de agua y más molesto aun cuando ella le explicó que toda la situación que le había causado tanto dolor, no era más que un engaño. Las cosas no habían salido ni un poco como Juvia lo había planeado y a la distancia Gazille podía darse cuenta que el plan estaba fracasando.

-Juvia lo siente, Gray-sama… Juvia lo siente mucho. – Gray la miraba fijamente sin decir nada, con una expresión llena de furia y dolor. La mujer sentía el poder de aquel rostro y no podía más que fijar sus ojos acuosos en sus pequeñas manos temblorosas que retorcían el ruedo de su vestido. Sin decir nada el mago de hielo se levantó de su lugar y comenzó su camino al gremio. Juvia permaneció allí sentada en el suelo derramando lágrimas. Rápidamente el cielo se tiñó de gris y las nubes comenzaron a amenazar con una tormenta.

Gazille detuvo a Gray abruptamente en su camino al gremio.

-Golpéame. – Demandó el Dragon Slayer deteniéndose frente al mago de hielo. –Golpéame con toda tu ira y ve a hablar con Juvia. –

-No recibo órdenes y menos de ti. – Contestó simplemente y lo esquivó para continuar su camino. Gazille volvió a interceptarlo.

-No permitiré que le hagas esto. Es la única solución. Golpéame. –

-No. –

-Que me golpees. –

-Déjame en paz! –

-Yo te golpeo, Gazille! – Se voluntareó Natsu, pero fue silenciado por Lucy.

-Es lo que quieres, ¿verdad? – Gotas de lluvia comenzaron a caer con intensidad. -¿Acaso te gusta verla sufrir por ti? Maldito egoísta. – Gray se detuvo y apretó sus puños con fuerza. Juvia no miraba la escena, solo lloraba en su lugar con las manos cubriéndose la cara –No te mereces a alguien como ella. Juvia también, merece a alguien mejor. Pero que tonta! – Exclamó mirando a su amiga, quien bajaba sus manos de su rostro. –Eres una tonta, Juvia! ¿De verdad amas a alguien como él? Alguien que no te valora, que te ignora todo el tiempo, ¡A penas sabe que existes! No le importas, ¿Lo entiendes? A este no le import- Un potente puño encontró el rostro desprevenido de Gazille. El Dragon Slayer sonrió con satisfacción viendo los ojos furiosos de Gray.

-No te atrevas a seguir. -

-Jejeje, buen golpe, hielito. –

-¿Cómo puedes decir esas cosas? ¿Qué sabes tú de cómo me siento? –

-Es lo que vemos. ¿Acaso sientes algo distinto a eso? Demuéstralo o deja las cosas como están…. Pero no sigas lastimando a Juvia. –

Gray miró hacia su compañera que yacía en el suelo. Diluviaba con intensidad, prueba del dolor que albergaba el corazón de Juvia.

-Siento algo muy distinto… - Le respondió a Gazille mirando a Juvia. –Pero estoy demasiado enfadado y dolido ahora. – Se dio media vuelta y continuó su camino al gremio. –Déjame calmarme un poco… -

Un silencio espeso cubrió la escena. Levy se acercó a Gazille jugueteando con sus manos nerviosa, el mago la observó y le sonrió levemente. El resto de los presentes, aburridos al ver que la pelea había finalizado entraron nuevamente a Fairy Tail.

-Tengo algo que hablar contigo. – Informó el Dragon Slayer sin mirar a la maga. –Pero… - Continuó mirando hacia la frágil figura de Juvia. –Estoy preocupado por ella… -

-Está bien. – Contestó Levy. -¿Quieres que la acompañe a los dormitorios. –

-No… Mejor yo la llevaré… Si no se calma inundará todo Fiore. –

Gazille se acercó a su amiga y se arrodilló para estar a su altura.

-Juvia, vamos. –

-Gray-sama me odia. – Murmuro la maga sin siquiera prestarle atención a su amigo.

-No te odia, para nada. Es solo un idiota. –

-Pero, Gazille… -

-Confía en mí. No te odia. – Le extendió la mano y se levantó, ayudando a su amiga a levantarse. La maga abalanzó contra su amigo y se abrazó con fuerza.

-Juvia ama a Gray-sama, lo ama mucho! –

-Lo sé. Lo sé – Respondió Gazille, apoyando su mano en la cabeza de la maga. –y ahora él también lo sabe. – Juvia lo miró a través de sus ojos llenos de lágrimas. –Vamos. Necesitas un trago. –

Levy lo miraba con ternura, agradecida internamente por conocer un nuevo lado de Gazille que ciertamente le gustaba mucho más que aquel que él deja ver todo el tiempo.

Mientras, por la ventana del Gremio, Gray atestiguaba la escena con un sutil sentimiento de culpa…

Juvia continuó llorando todo el camino, apoyando su cabeza sobre el hombro de Gazille, quien la guiaba delicadamente llevándola de la cintura. Ninguno de los dos dijo nada durante todo el camino, hasta que una vez dentro de la casa, el Dragon Slayer sentó a su amiga sobre una silla cerca de la chimenea. Juvia lo miró, sus ojos azules empapados de lágrimas.

-Juvia quiere agradecerle a Gazille por todo lo que ha hecho. –

-Bah! No tienes nada que agradecer.

-Juvia está segura… que Levy perdonará todo el engaño que han armado. –

-Sí… - Murmuró Gazille mirando hacia otro lado. –No pareció molestarle demasiado. – Hubo un pequeño silencio, Gazille encendió el fuego en la chimenea y ambos permanecieron mirando las llamas que llenarían de calor la casa. –Creo que deberías cambiarte el vestido. Estás toda mojada y puedes enfermarte. –

-Juvia está acostumbrada al agua. – Murmuró la mujer, hipnotizada por el fuego. –Gazille, ve a cambiarte de ropa. Juvia estará bien aquí. –

-De acuerdo. Avísame si necesitas algo, enseguida vuelvo. –

Gazille se retiró de la sala y Juvia continuó allí inmóvil.

-Juvia es una tonta. – Murmuró para sí misma. -¿Cómo pudo pensar que algo así funcionará? Engañar a Gray-sama… que tontería… - Nuevas lágrimas hallaron su camino por el contorno de su rostro, la tormenta se incrementó afuera y Juvia comenzó a llorar nuevamente.

Alguien golpeó a la puerta y Gazille salió de la habitación con una camiseta en la mano y el torso desnudo.

-Deja de llorar mujer… - Masculló el Dragon Slayer y caminó hacia la puerta. –Ya resolveremos este problema de alguna manera. – Abrió la puerta y para su sorpresa, Levy estaba allí de pie, sonriendo ampliamente. Juvia la miró un instante y sonrió con tristeza, por un leve momento había pensado que Gray vendría a hablar con ella.

-¿Qué haces aquí, pequeña? –

-Estaba preocupada por Juvia. – Respondió la maga, aprovechando el momento para obtener una buena imagen del mago de hierro. –Tal vez una charla entre mujeres le ayude. –

-Ah, está bien. – Accedió Gazille haciéndose a un lado para que ella pasara. –No sé realmente que decirle, no ha dejado de llorar. –

Levy se acercó a su compañera y se sentó frente a ella en uno de los sillones. Gazille se colocó la camiseta y se ubicó junto a Levy. Juvia levantó la mirada y los observó, por primera vez desde el incidente con Gray, la maga de agua mostró una sonrisa genuina.

-Juvia se siente feliz de verlos juntos. – Comentó con sinceridad.

-¿Juntos? – Preguntó Gazille a la defensiva. –No tengo otro lugar para sentarme. –

-Gazille no debe ser tan testarudo. El plan funcionó para ustedes, ¿Verdad? –

-Todavía no lo hemos hablado. – Respondió Levy al notar el sonrojó predominante en el rostro de su compañero.

-Juvia no entiende, ¿De que tendrían que hablar? Está muy claro. –

-Bueno… supongo que Gazille me debe algunas explicaciones. –

-¿Cómo cuáles? – Inquirió Juvia con curiosidad. Fue el turno de Levy de sonrojarse y bajar la cabeza. –Lo que es realmente importante ya lo sabes. –

-Pero no lo he escuchado de él. –

-Hey, dejen de hablar como si no estuviera aquí. La pequeña y yo hablaremos en el momento que sea… conveniente… ahora debemos resolver este problema con ese idiota stripper. –

-A Juvia le haría bien distraerse de ese horrible momento. – Insistió la maga de agua. –Y ver el resultado de su plan le ayudaría bastante. –

-¿El resultado? – Preguntó Gazille sin entender a lo que se refería su amiga. Levy podía darse una leve idea de las intenciones de Juvia, pero no dijo nada.

-Juvia quiere saber, ¿Qué le tiene que decir Gazille a Levy? –

-Creo que eso es privado, Juvia… Asuntos entre la pequeña y yo. –

-Si eso le hace sentir bien a Juvia… ¿Porqué no? – Preguntó Levy con inocencia –Después de todo… ella te ayudó. – Gazille gruñó y miró hacia otro lado, al hacerlo notó que ya no llovía afuera, la distracción realmente estaba ayudándole a su amiga. El Dragon Slayer se levantó de su lugar y se paró frente a Levy. La pequeña maga de escritura sólida lo miró sonriendo divertida y nerviosa a la vez.

-No lo he pensado demasiado. – Advirtió él con voz grave. –Pensaba que con solo decirlo bastaría… - Continuó mirando fijamente a Levy.

-Gazille no divagues, solo dilo! – Animó Juvia entusiasmada, Gazille la miró de reojo con fastidio y volivó su atención a Levy con el rostro totalmente rojo.

-Pequeña… Me gustas. –

Hubo un silencio largo, ambas magas esperaban que él siguiera con algo más florido y emocionante, pero nada más. Gazille estaba petrificado en su lugar, mirando a Levy intensamente, esperando que ella respondiera algo más. Los tres esperando en una nube de tensión que se disipó con el sonido de la puerta.

-Diablos! – Protestó Gazille por la interrupción. -¿Quién demonios es? –

-Juvia irá a abrir. Ustedes sigan por favor. – Gazille volvió a gruñir levemente y Levy rió divertida, delicadamente tomó la mano del Dragon Slayer y lo miró fijamente a los ojos.

-A mi también me gustas, Gazille. –

Juvia miró hacia atrás y sonrió. Abrió observando la feliz pareja por encima de su hombro. Solo la voz de Gray la hizo olvidar a sus dos compañeros…

-Juvia… -

-Gray-sama… - A lo lejos un trueno estalló en el cielo. Gray se estremeció al oírlo, pero su rostro permaneció serio.

-Tenemos que hablar. – La maga de agua, simplemente asintió con la cabeza y salió de la casa cerrando la puerta tras de sí. Gazille y Levy esperaron unos instantes antes de correr a la ventana para mirar la escena a través de las cortinas.

Gray le dio la espada a Juvia y observó el cielo gris seriamente. Ella permaneció unos pasos detrás, juntando sus manos y mirando el suelo, preguntándose por dentro que querría decirle su amado Gray pero sin el valor necesario para empezar a hablar.

-Estaba muy enojado… - Comenzó Gray todavía dándole la espalda. –Todos estos días… sentí mucha ira… -

-Juvia lo siente… - Gray la ignoró continuando.

-Al principio no sabía porque me molestaba tanto… - Volteó lentamente y la miró… -Pero después… después lo entendí todo. – Juvia lo miró tímidamente sin levantar la cabeza, Gray seguía serio, pero había algo distinto en su expresión, algo que ella no había visto antes. –Fui un tonto… creo que me he portado muy mal contigo… -

-No, Gray-sama no ha hecho nada malo… es todo culpa de Juvia… -

-Claro que no. – Se impuso Gray enfadado. Juvia se sobresaltó por la respuesta firme del mago de hielo, quien redujo la distancia entre ellos y la tomó delicadamente de las manos. –Siempre estuviste allí… al pendiente de mí… cuidándome… mirándome… queriéndome… - Juvia bajó la cabeza sonrojadísima, con una sonrisa avergonzada en su rostro. Gray miró hacia el cielo, las nueves parecían tener la intención de disiparse, pero aún estaban allí. –No es que no me daba cuenta… o que no me importara… es solo que… No sé… No sé manejar una situación como esta… Nunca me he sentido así por alguien… - Juvia levantó la mirada y clavó sus ojos azules en el rostro de su amado mago.

-Gray-sama… -

-Me gustas mucho, Juvia… pero no creo que sea el novio que estás buscando… o que imaginas… -

-No, nonono, Juvia está segura. Juvia quiere a Gray-sama como es. –

Gray sonrió un poco y apoyó su mano en la mejilla de Juvia, barriendo delicadamente con el reverso de sus dedos, una de las últimas lágrimas que recorrían el contorno de su rostro.

-Entonces, creo que podríamos intentarlo. –

Mientras Gray y Juvia sellaban el momento con un tierno beso, Gazille se apartaba de la ventana con una mueca de desagrado.

-Puaj! No entiendo que ve esa mujer en ese idiota. – Levy también se apartó de la ventana, dejando a la feliz pareja del exterior con la intimidad que necesitan. El mago de hielo se echó en el sillón pesadamente con la mueca de desagrado aún instalada en sus facciones. La pequeña maga se acercó a él y se sentó sobre sus piernas, rodeando el fuerte cuello del mago con sus pequeños brazos. Gazille sonrió dejando atrás la imagen "desagradable" de Gray y Juvia y acompañó el afecto de Levy tomándola de la cintura y acercando su rostro en busca de otro beso.

Mientras, en Fairy Tail,

Lucy se asoma por la ventana del gremio para ver el hermoso cielo despejado que ahora cubre Fiore. Sonrió complacida, sabiendo que podría significar el repentino cambio del clima. Dentro del gremio los otros magos continúan con su alboroto habitual.

La maga de espíritus celestiales voltea para escanear por el salón alguna señal del mago de cabello rosado, para encontrarlo devorando un enorme plato de pollo en el centro del salón, mientras le grita algo a Elfman con su boca llena de comida. La maga rubia suspira y se echa contra la pared, vuelve a mirar a cielo y se pregunta si podrá pedirle algún consejo a Juvia…

FIN FIN FIN FIN

Ikhny…

GRACIAS A TODOS POR TODOS LOS COMENTARIOS A ESTA HISTORIA!

Realmente necesitaba el apoyo de ustedes para continuar, se me ha hecho muy cuesta arriba finalizar esta historia! Espero que les haya gustado el final!

Saludos a todos! Y será hasta otro fic…

Ikhny Shy