Disclaimer: Todos los personajes le pertenecen a la gran Stephenie Meyer y todo el credito de la historia va para Red Roses ^^


*Sin darme cuenta*

.

.

Género: (Romance, drama.)

.

Clasificación: (+18)

.

Advertencia: (Lime, lemon, etc.)

.

Resumen: "Di que eres mía.- ordeno volviendo a penetrarla" "Edward... quiero el divorcio" "Dime que me amas" "Yo no puedo amar" "Ahora Bella puede estar muriendo... dime ¿que sientes?.- grito mirándolo".

.

.

.

*Prologo*

.

.

No supieron cómo llegaron a aquella situación... era algo que no imaginaron, pero... ahí se encontraban ellos... dos mejores amigos... en una misma cama.

.

Ella entregándole su virginidad y su corazón que hace mucho le pertenecía a él.

.

El por un deseo inigualable y una pasión desenfrenada que sentía por ella.

.

Una noche puede traer consigo muchas consecuencias.

.

Las siguientes semanas vinieron continuos mareos, vómitos y desmayos.

.

Una farmacia

Una prueba entre sus manos

Resultado positivo.

.

.

El se entero

Un hijo... de ambos.

.

.

Una proposición

"Cásate conmigo"

.

.

Una promesa

"Cuidare de ti y de mi hijo... nada les faltara"

.

.

Una advertencia

"La pasión que sentimos mantendrá vivo nuestro matrimonio pero... no pidas amor... porque es algo que no tendrás"

.

Ella acepto sin darle importancia a lo que el le advirtió pues lo amaba demasiado... y estúpidamente pensó hacerlo cambiar... o ¿no?

.

*Capitulo 1*

.

.

*Duele*

.

¨* 6 Años después *¨

.

Las lagrimas bajaban de sus orbes Chocolates continuamente, cerró los ojos con fuerza y los apretó, estrujo el volante del auto entre sus manos… que estúpida había sido… tantos trabajos hasta la madrugada, cenas, salidas… tantos viajes… fue una idiota… él se lo había dicho, se lo advirtió pero ella como una estúpida creyó poder hacerlo cambiar… él nunca la amo y nunca lo haría, todo lo que le causaba era deseo… solo eso… e incluso muchas veces pensó que él la amaba por la forma tan especial y dulce en que le hacía el amor pero… todo fue su imaginación… un deseo…muy lejos de su realidad, si, él se había vuelto más frió y distante con el pasar de los años y ella deseo creer que era el exceso de trabajo, pero, no era así y frente a sus ojos estaba la prueba.

.

.

Me cuesta tanto asimilar

Que todo lo que vi es real

Me tengo que alejar

Siento ganas de llorar

No lo puedo soportar

Me cuesta respirar

.

.

Un cobrizo de buena porte e imponente presencia salía de un lujoso hotel, tomado de la mano de una hermosa rubia… ¿Cómo no se había dado cuenta?... era algo que debía esperar ¿Cierto?... el nunca le prometió amor, ella fue la única estúpida… maldito masoquismo… tratando de crearle una historia de amor que nunca existió, que nunca existiría, él se lo había dicho muchas veces y una vez más se lo demostraba… pero con acciones.

Arranco rápidamente el auto, ya no quería ver aquello… le dañaba.

Dios… dolía mucho… demasiado.

Respiro profundamente tratando de tranquilizarse, saco de su cartera un espejo y miro su reflejo en el, limpio con sus manos libres sus mejillas eliminando todo rastro de lagrimas en estas, salió del vehículo y se acerco a la hermosa casa, toco el timbre y luego de breves segundos la puerta se abrió, sonrió escondiéndose tras esa mascara de felicidad que últimamente usaba mucho y miro a la pelinegra.

-Alice … lo siento se me hizo tarde… espero que Anthony no te haya causado ninguna molestia.- dijo con tanta naturalidad que se sorprendió a sí misma.

-No te preocupe Bella tu sabes que a David le gusta tener la compañía de Anthony además el es… un angelito.- dijo suavemente con una leve sonrisa, luego le hizo un ademán a la castaña para que pasara, ambas se encaminaron a la sala.

-Hey… no… no chicos… no hagan… eso… ahh… ayuda.- grito un rubio con voz entrecortada a causa de la risa, dos pequeños estaban a los lados del cuerpo tirado sobre una alfombra, haciéndole cosquillas. Ambas mujeres rieron llamando la atención de las otras personas.

-Mama.- dijo un cobrizo corriendo hacia su madre, abrazo una de las piernas de la castaña.

-Tía.- dijo un pequeño rubio abrazándose a la otra pierna de la mujer.

-Ahh… me botaran ¿Cómo están?- pregunto dulcemente alborotando el cabello de los dos niños mientras trataba de mantener el equilibrio.

-Bien.- contestaron al unísono al mismo tiempo que se separaban de la madre joven.

-Bella … ¿Como estas?.- dijo efusiva mente el rubio acercándose a su esposa, la abrazo por la espalda haciendo que Alice se sonrojara con intensidad, la castaña rió levemente.

-Yo… bien Jazz.- dijo con una sonrisa y alegría fingida que por supuesto el rubio noto… no por nada era su mejor amigo, casi hermano, desvió la mirada rápidamente al percatarse de la forma meticulosa en la que la observaba y se agacho a la altura de los dos pequeños.

-Mamá … te tardaste mucho.- dijo con un toque inocente mirando fijamente a su madre con sus ojitos esmeralda, la castaña cerró por un momento los ojos y respiró profundamente, era la forma en que Edward la miraba, luego los abrió mirando al pequeño con una sonrisa.

-Lo siento… es que se me hizo un poco tarde en el hospital… me perdonas.- dijo dulcemente, el cobrizo solamente asintió y ella lo atrajo hacia su cuerpo, abrazándolo, lo amaba tanto, el era su mayor tesoro y lo único que la unía a Edward, volteo hacia el pequeño rubio y agarro entre sus manos su rostro dándole un beso en la mejilla haciendo que un sonrojo apareciera en ambas.

-Bella ¿Quieres quedarte a cenar?.- propuso Alice con una sonrisa, esa que usaba para convencer a las personas e incluso ella había caído más de una vez.

-Esta vez no… Gracias Alice.- dijo devolviéndole la sonrisa, agarro la mano de su hijo y todos se encaminaron a la puerta.

-Está bien… será la próxima vez.- susurro dándole un beso de despedida, se agacho y le dio otro al pequeño.

-Cuídate.- Dijo el rubio acercándose a la castaña, le dio un beso en la mejilla y se aparto mirándola fijamente preguntándole en silencio qué le sucedía, luego se acerco al pequeño cobrizo alborotándole el cabello con una mano. La castaña simplemente se acerco al pequeño rubio y se agacho a su altura.

-¿Vendrán pronto tía.?- pregunto haciendo sonreír a la mujer quien se acerco a el dándole un beso en la mejilla logrando su misma anterior reacción.

-Te lo prometo.- dijo reincorporándose con una sonrisa sincera, agarro la mano de su hijo y salió de la casa.

.

.

Ahora que se supone que debía hacer… dejar todo como estaba… como si nada hubiera pasado, seguir como siempre con la estúpida esperanza de que el algún día la quisiera y jugar al papel de la familia feliz por su hijo o simplemente pedirle el divorcio y destruir la vida de su pequeño compartiendo custodia, una semana ella… otra él, no… eso no, dejaría todo como estaba pero el no volvería a poner sus manos sobre ella, no la volvería a tocar después de revolcarse con… otra… no lo permitiría, seco rápidamente con el dorso de su mano libre las lagrimas que brotaron de sus ojos y miro por el espejo retrovisor a su hijo, todo lo hacía por el… aunque amaba a Edward con todo su corazón, su hijo estaba primero.

.

.

Tanto tiempo te espere

Tantas noches te soñé

Solo en sueños te bese

Y en tus labios me quede

En cambio tu

Apagas mi luz

Sin mirar atrás

Hoy yo lo que quiero es despertar

Y borrar todo lo que fui

Pensando que serias para mí.

.

.

Estaciono el auto frente a una hermosa casa y salió de el, abrió la puerta del asiento en el que estaba su hijo y desabrocho el cinturón de seguridad, el pequeño cobrizo salió del auto sin ayuda de su madre y camino hacia la casa a paso firme y elegante a pesar de tener tan solo 5 años, la castaña lo miro y sonrió con melancolía se parecía demasiado a Edward… tanto en el físico como en su personalidad y carácter.

Abrió la puerta de su casa y encendió todas las luces, se encamino a la sala y dejo su cartera en la mesa de centro mientras el cobrizo encendía la televisión, subió las escaleras y fue directamente a la habitación principal, miro la estancia… él le había dado todo lo que le prometió a ambos… pero nunca pudo darle lo que en realidad deseo, suspiro y empezó a quitarse la ropa, deseaba ponerse algo mas cómodo, bajo a la primera planta con un pequeño short y una camisa de tirantes, se acerco al sofá y se sentó en el atrayendo a su hijo hacia ella, lo abrazo de espaldas, pero, el niño se mantuvo totalmente serio, empezó hacerle cosquillas logrando por fin hacerlo reír.

-Mamá … no… ahh… ya no.- dijo entre risas, la castaña lo abrazo fuertemente lo adoraba más que a nada en el mundo.

-¿Qué deseas comer?-pregunto dulcemente agarrando entre sus dedos algunas hebras de cabello cobrizo.

-Quiero… pure de papas y pollo al curry.- dijo con una sonrisa, beso una de sus mejillas y se encamino a la cocina con una sonrisa sincera.

.

.

Dejo el pure ya listo y se encamino hacia la estufa moviendo el contenido en el sartén, su cuerpo se tenso cuando oyó la puerta principal abrir, miro su reloj de mano, pensaba que llegaría tarde.

-Papá.- oyó a su hijo gritar y sus pasos al correr, sus manos empezaron a temblar levemente y el latido de su corazón se acelero, se ordeno a si misma a tranquilizarse y a normalizar su ahora irregular respiración, no salió a su encuentro como siempre hacia, se quedo ahí terminando la cena. Sintió una mirada penetrante en su espalda pero no volteo, cerró los ojos con fuerza y controlo todas las sensaciones que sentía en ese momento, termino de servir los platos aun con aquella mirada sobre ella, se dio media vuelta cuando todo estaba listo, el cobrizo se encontraba de brazos cruzados, apoyado en el marco de la puerta observándola fijamente, se encamino hacia la sala pasando a su lado.

-Anthony ve al lavarte las manos la cena ya esta lista.- dijo y el pequeño inmediatamente se levanto, la castaña se acerco a la mesa ordenándola, nuevamente sintió la mirada de su esposo en su espalda y cerró los ojos, ignorándola. Camino hacia la cocina pasando a su lado nuevamente, por primera vez en su vida agradecía que Edward no fuera comunicativo.

.

.

Recogió los platos de la mesa y los llevo a la cocina, empezó refregarlos hasta que sintió como unas manos se posicionaban en su cadera, su cuerpo se estremeció, el cobrizo le dio la vuelta y la levanto poniéndola sobre el lavadero posicionándose entre sus piernas, la miro directamente a los ojos logrando estremecerla.

-¿Qué te pasa?- pregunto seriamente sorprendiéndola, nunca pensó que Edward hiciera algo normalmente él no le tomaba importancia a lo que hacía, sintió como las manos del cobrizo acariciaban sus piernas y reprimió un suspiro que rogó por salir de su boca, las manos del cobrizo recorrieron su silueta hasta detenerse en sus pechos y apretarlos por encima de la tela, nuevamente reprimió un suspiro y trato de mantenerse cuerda, el contacto visual aun se mantenía, ninguno de los dos pareció querer romperlo, sintió como las manos de su esposo bajaban nuevamente dibujando su figura hasta llegar a sus piernas, la castaña puso sus manos en el torso de él cobrizo y al contrario de lo que el creía que haría lo aparto de si con toda su fuerza de voluntad y bajo del lavabo.

-No tengo nada… es… solo que no me siento bien.- dijo volviendo a lo suyo, lo oyó gruñir por lo bajo y escucho sus pasos al alejarse, sus ojos ardieron pero no se permitió llorar, cumpliría su promesa, no dejaría que él la volviera a tocar nuevamente.

Apago la televisión y se acerco al sofá observándolo con ternura, se veía tan lindo, se puso de cuclillas y se cruzo de brazos apoyándose en el sofá aun sin dejar de observarlo, luego de un rato lo agarro en brazos con cierta dificultad y se encamino a las escaleras, subió cada escalón con sumo cuidado y se dirigió a la habitación de su hijo, lo acomodo en la cama con delicadeza, sonrió cada día crecía mas y mas, y ya no era tan fácil cargarlo, se recostó en la orilla de la cama apoyando su espalda en la pared, acaricio el cabello cobrizo de su hijo y se quedo ahí, no deseaba por nada del mundo ir a la habitación que compartía con su esposo, lo observo hasta que inevitablemente sus ojos se fueron cerrando y cayó en un profundo sueño.

.

.

Frunció levemente el entrecejo y abrió los ojos lentamente, un bostezo salió de sus labios y una leve punzada en la parte trasera de su cuello le hizo lanzar un quejido, se reincorporo en la cama pestañeando continuamente hasta ver un poco mejor a pesar de la falta de luz pues aun era de noche, la cobija resbalo de su torso y la miro extrañada no recordaba haberlos arropado a ambos… ignoro el insignificante detalle, tal vez lo hizo cuando estaba medio dormida y se levanto de la cama con cuidado de no despertarlo, se acerco a la puerta y evitando hacer el mínimo ruido, salió, bajo las escaleras en la oscuridad, caminaba de puntillas con los pies descalzos, cruzo la sala hasta llegar a la cocina… tenia sed, pero su cuerpo se paralizo en la entrada de esta al ver a su esposo tomando agua, trago grueso y un sonrojo cubrió sus mejillas, solo portaba bóxers, rogó por qué no la viera y sobre sus pasos muy lentamente retrocedió hasta que la mirada esmeralda se topo con la suya.

La luz de la luna se filtraba por las ventanas permitiéndole ver la silueta del cobrizo, sus orbes esmeraldas parecían brillar en la oscuridad observándola fijamente, eso hizo que un escalofrió recorriera su columna vertebral erizando los vellos de su espalda, se ordeno a si misma a moverse pero su cuerpo no respondía y aun mas al verlo acercarse.

Se paro frente a ella y su respiración movió los cabellos castaños de su esposa haciéndola estremecer, sus manos se posicionaron en la pequeña cintura de la mujer elevándola.

Sintió como era elevada y por mero instinto rodeo la cadera del cobrizo con sus piernas, no supo en qué momento el se movió solamente sintió su espalda chocar contra una pared, las manos del cobrizo bajaron a sus piernas acariciándolas gracias al diminuto short, subiéndolas por sus muslos y ascendiendo aun mas a su redondeado trasero, la castaña se mordió el labio inferior reprimiendo cualquier sonido que reclamara salir de su boca aun sin romper el contacto visual con él.

El cobrizo la observo fijamente bajando por un segundo su mirada a los labios rosas, siempre se le antojaba tan sensual verla morderse el labio, la restregó contra si, haciéndole sentir su erección, la observo cerrar los ojos… apretó su trasero empujándola contra sí mismo haciendo que sus sexos entraran en contacto… la sintió temblar entre sus brazos e inevitablemente una sonrisa se formo en sus labios, no rompió el contacto de sus sexos y la apretó contra la pared haciéndola sentirlo lo más profundo posible aun sobre la tela, sus manos viajaron hasta los pechos de su mujer y los envolvió con ambas apretándolos sobre la ropa, la cadera de la castaña se movió inconscientemente de manera circular sobre su miembro, frunció el ceño, odiaba eso… como ella podía llegar a ser tan inocente y no saber lo que un simple movimiento o gesto suyo causaba en el, sus manos se metieron bajo la camisa de la castaña recorriendo su plano abdomen hasta llegar a sus pechos estrujándolos sobre el sujetador, la oyó suspirar mas él se mantuvo totalmente serio, solamente observando su rostro… sus gestos, apretó los pezones endurecidos y cerró los ojos al sentirla arquearse hacia él.

Dios… su cuerpo reaccionaba a él… a sus manos… a sus caricias, cerró los ojos fuertemente ante las sensaciones que sentía y un nudo se formo en su garganta… ¿Por qué lo amaba tanto?... pronto sintió como los labios del cobrizo chocaron con los suyos y sintió algo oprimir su pecho… solamente la deseaba… no podía esperar más… solo eso, hizo todo lo posible por no llorar aun con el molesto ardor en sus ojos, puso sus manos en el pecho de su esposo y con toda la fuerza que tenia lo alejo, trato de mantener el equilibrio cuando sus pies tocaron el suelo y llevo una mano a su pecho tratando de regularizar su respiración, sintió un fuerte agarre en su brazo halándola hasta chocar con el torso desnudo del cobrizo.

-¿Qué demonios te pasa?-exigió saber en un tono furioso agarrándola de ambos los brazos para que quedara frente a él.

-Yo… nada.- dijo en un susurro mientras trataba de alejarse de el, Edward frunció aun más el ceño la arrincono contra la pared pegando sus cuerpos, acerco su rostro a ella hundiéndolo en el hueco del cuello de la castaña.

-Te deseo tanto.- dijo con voz ronca empezando a repartir besos en su cuello, cerró los ojos con fuerza al sentir sus vellos erizarse, evito flaquear ante aquello… no podía dejar que el la siguiera tocando, por más que quisiera, no podía hacer el amor con él cuando el sentimiento no era mutuo, cuando él se había acostado con otra… solo pensarlo… dolió, puso sus manos en el torso desnudo de su esposo y lo alejo nuevamente.

-Pero yo no te deseo… yo no.- grito y empezó a correr, subió las escaleras rápidamente antes de que el reaccionara y corrió hacia una de las habitaciones de huéspedes encerrándose en esta, se recostó en la puerta deslizándose por esta hasta terminar sentada en el piso y empezó a llorar, nuevamente por el… ella lo único que quería era que el la amara a ella y a su hijo… eso es lo único que quería… amor.

.

.

Tanto tiempo te espere

Tantas noches te soñé

Solo en sueños te bese

Y en tus labios me quede

Pensando que serias para mí.


Holaa! :D Aqi Ame con una nueva historia jijiiji bueno espero que les guste como me gusto a mi cuando la lei por eso le pedi permiso a la autora para adaptarla y claro ella acepto pidiendome a cambio que la mantuviera informada acerca de como le iba a su historia a si que les pido que no sean malitas siii? ^^

Nos leemos

¿Review?