Encuentros
Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto.
¡Disfrútenlo!
Kushina podía notar su corazón palpitar con fuerza.
Minato solo seguía disfrutado de la cercanía de su cuerpo.
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El padre de la pelirroja quería ahorcar al pequeño demonio rubio.
Yusei (el padre de Kushina) gritó con una vena en la cabeza:
¡Oye tú, güero! ¡Baja a mi hija en éste instante, si no quieres que suba yo y te castre!
Minato salió de su ensoñación y miró con terror al pelirrojo.
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Él rápidamente volvió a saltar.
Ella rápidamente comenzó a imaginar la tortura de su padre.
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Él nunca había sentido tanto miedo. (Las fans no contaban)
Ella nunca había sentido tantas ganas de asesinar a alguien.
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Cuando Minato llegó al otro tejado, comenzó a caminar a paso rápido.
Ella, sin poder evitarlo, preguntó:
Minato, ¿Cómo me encontraste?
Él la miró, y le dedicó una sonrisa antes de contestar:
Fui hacia el centro de la cuidad, y de ahí comenzó a seguir los mechones de tu cabello.
Ella lo miró, incrédula:
¿Los notaste?
Él la miró cariñosamente:
¿Cómo no notar los mechones de tu hermoso pelo?
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Ella se sonrojó aún más.
Él sonrió sinceramente.
El padre y los hermanos de Kushina lo fulminaron con la mirada.
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Cuando llegaron, los padres de la pelirroja prácticamente le arrebataron a la chica, abrazándola, mientras el padre lloraba a moco tendido.
En medio de todo el ajetreo, Kushina miró de soslayo a Minato, que conversaba con Jiraiya-sensei y sus padres, que lo miraban orgullosos. Bajó su mirada y tomó un mechón de su pelo.
Ella pensó, con una discreta sonrisa y un leve sonrojo.
Quizá…mi cabello ya no sea tan malo.
2 días pasaron…
Su octavo encuentro fue en el autobús de la escuela.
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Él se subió a paso tranquilo.
Ella lo vio y se sonrojó con violencia.
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Él, al verla, le dedicó una sonrisa y la saludó con la mano.
Ella levantó la mano débilmente, sin dejar de ver el suelo.
Para su mala suerte, la señora que estaba a su lado se quitó, dejando el asiento libre.
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Él sin dudarlo se sentó junto a la pelirroja.
Ella no dejaba de maldecir su mala suerte.
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Él comenzó una amena plática.
Ella ni siquiera podía mirarlo.
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Él la rozó sin querer.
Ella sintió una descarga eléctrica pasar por su brazo hasta su espina dorsal.
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Ella pensó:
¡¿Por qué me tiene que pasar esto a mí 'ttebane?
Minato solo sonrió más.
Luego de unos segundos de plática por parte del rubio, Kushina se tragó su nerviosismo y comenzó a hablar con el chico.
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Ella nunca se había sentido tan a gusto conversando con alguien.
Él estaba feliz de poder hablar con ella.
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Sin que se dieran cuenta, el autobús ya había llegado a la entrada del instituto.
Ellos se bajaron siguiendo conversando amenamente.
Sus amigos, que los esperaban abajo, sonrieron pícaramente.
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Fugaku, que los miraba burlonamente, comentó:
Vaya, hablas como persona civilizada por primera vez, Uzumaki. Sin duda caerá el apocalipsis.
Kushina, desviando la mirada de Minato, le gruñó:
Cierra la boca, Fugaku-baka. Que no es mi culpa que yo no hable todo el día con monosílabos como si temiera gastar saliva.
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Fugaku la fulminó con la mirada.
Ella le sacó la lengua.
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Minato y todos los demás los miraron con una gota en la cabeza.
Al final de las clases, ambos volvieron a sentarse juntos en el autobús.
Así como los días restantes del año.
Una semana pasó…
Su noveno encuentro oficial fue una tarde en el parque.
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Él estaba caminando tranquilamente.
Ella corría desesperadamente sin fijarse por dónde iba.
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Él dio la vuelta en una esquina.
Ella siguió corriendo desesperadamente.
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Ambos chocaron, pero Minato fue más rápido y logró tomarla de la muñeca, evitando que cayera al suelo.
Él, reconociendo su larga cabellera roja, la miró preocupada.
Kushina, ¿te encuentras bien?
Ella, alzando la mirada – con sus ojos violetas llenos de lágrimas –, murmuró:
Minato…
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Él se sorprendió al sentir unos brazos rodeándolo con fuerza.
Ella solo se apretaba a él llorando con fuerza.
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Él no dijo nada, simplemente se quedó abrazándola más contra sí mismo, acariciándole el cabello.
Ella solo ocultó su rostro en su pecho, lagrimas bajando con rapidez por sus sonrojadas mejillas.
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Luego de un rato, Kushina logró tranquilizarse.
Sorbiendo por la nariz, la pelirroja se separó levemente de él, viendo el suelo aún con los ojos rojos e hinchados, y en un suave murmullo, se disculpó.
La-Lamento haber chocado contra ti y…por haber dejado mojada tu camiseta.
Él negó con la cabeza, mirándola comprensivamente, aunque en sus facciones se denotaba la preocupación.
No importa. Pero, ¿Qué es lo que te pasa, Kushina?
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Ella volvió a temblar ligeramente, apretando los labios.
Él se reprendió por haberla hecho volver a ponerse triste.
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Ella murmuró.
Es que…yo…
Él negó con la cabeza.
No es necesario que me digas, Kushina. Si no te sientes bien al decirlo, no tienes por qué hacerlo.
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Kushina lo miró sorprendida.
Minato solo le sonrió.
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Kushina, entonces, tomó a Minato de la mano, y lo jaló hasta una de las bancas del parque.
Se sentaron, Minato viéndola expectante, y Kushina jugueteando con sus manos.
Ella, tomando un profundo respiro, habló.
Mi…Mi abuela Mito murió.
Minato la vio con sorpresa, antes de ponerle una mano en el hombro, tratando de transmitirle su apoyo.
Lo siento, en verdad.
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Ella negó fuertemente, gruñendo por lo bajo.
Él la miró sin comprender.
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Kushina frunció el ceño, haciendo una mueca de desagrado.
No es eso...Si, me dolió que mi abuela muriera, pero….
Minato inclinó la cabeza, mirándola expectante.
¿Pero…?
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Ella soltó un chillido.
Él saltó en su lugar, asustado.
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Ella dando gimoteos, respondió refunfuñada.
Me dejó a su mugroso zorro que tiene por mascota.
Minato parpadeó, aturdido.
¿Solo eso? ¿Qué tiene de malo?
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Ella lo miró como si estuviera loco.
Él simplemente la miró dudosa.
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Kushina habló, exasperada.
¿Que qué tiene de malo? ¡¿QUE QUÉ TIENE DE MALO? ¡Ese maldito zorro es como un demonio en carne y hueso! ¡Me odia! ¡Es horrible, insoportable, mal educado, salvaje, peligroso y muy, muy irritante!
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Él pestañeo con rapidez, viéndola incrédula.
Ella respiraba agitadamente, casi con enojo.
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Minato, no creyéndoselo del todo, comentó.
Vamos, Kushina, no puede ser tan malo.
Kushina lo miró con una sonrisa burlona.
Cuando lo conozcas, cambiaras completamente de opinión.
Ambos pasaron el resto de la tarde paseando por el parque, hablando de cosas vagas y jugando a una que otra cosa.
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Cuando estuvieron por irse cada quién a su casa, Minato, sin aguantar su curiosidad, preguntó.
A todo esto… ¿Cómo se llama?
Kushina, sabiendo a quien se refería, lo miró seriamente.
Su nombre es Kurama…
Una semana pasó…
Su décimo encuentro (ya que había un largo puente de una semana) fue en la casa de Kushina.
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Minato saludó cordialmente a toda la familia.
La madre de la pelirroja – que según recordaba, se llamaba Akira –, lo abrazó efusivamente, como si no hubiera un mañana.
El padre y los hermanos lo saludaron formalmente, aún así queriendo estrangularlo.
Kushina bajó por las escaleras rápidamente, tomando a un rubio desprevenido del brazo, jalándolo hasta su habitación con prisa.
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Él intentaba no tropezar con sus propios pies al subir las escaleras.
Ella simplemente corría más rápido.
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Llegaron por fin a la habitación de la pelirroja, que era de un color azul claro. Minato se fijó que – mientras su cama estaba bien tendida –, por el resto de la habitación había un gran desorden de ropa, libros, y otras cosas que mejor decidió ignorar.
Ella lo acercó hasta un tumulto de ropa, señalando acusadoramente con su dedo índice y una mirada fulminante a un pequeño bulto de color rojo.
Ella habló, frunciendo el ceño.
Esa es la…bola de pelos maléfica.
Él se acercó un poco, viendo a la criatura "maléfica" dormir plácidamente en su improvisada cama.
A mí me parece lindo…
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Ella lo miró con incredulidad, casi como si estuviera loco.
Él simplemente se encogió de hombros, dándole una sonrisa nerviosa.
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Ella le tocó la frente, verificando que no tuviera fiebre.
Él solo se reía nervioso.
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Ella lo miró con una ceja alzada.
Minato… ¿necesitas lentes 'ttebane?
Él parpadeó, confundido.
Eh, no. ¿Por qué?
Kushina lo miró con sospecha. Debía de estar ciego, o tener mala vista, ¡Porque le había dicho lindo a esa bola con pelos del demonio!
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Minato la miró con una sonrisa.
Tranquila, Kushina. No creo que sea para tanto.
Kushina se cruzó de brazos, sonriéndole con burla.
Oh, ya lo veremos, Mina-chan. Solo espera a la hora de la cena y veras Dattebane.
5 horas pasaron…
El onceavo encuentro fue en la hora de la cena.
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Kushina ayudaba a su madre a poner la mesa, mientras su padre y sus hermanos miraban analizadoramente a Minato.
Kushina se sentó al lado del rubio.
Minato se pegó un poco más a ella.
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Akira los miró con una sonrisa cariñosa.
Los miembros masculinos los miraban con enfado.
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Todos dieron las gracias, comenzando a comer.
No pasaron ni diez minutos cuando una bola de pelos color rojo se asomó por la cocina, caminando con elegancia y lentitud.
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Kushina lo miró con odio.
Minato lo miró curioso.
Kurama los ignoró a todos.
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Ella le insultó por lo bajo.
Su madre la regañó, diciéndole que tendría que darle de comer al zorro, para horror de ella.
Él solo comía en silencio su cena.
Kushina, enfurruñada, se levantó de su silla y se perdió en la cocina, comenzando a buscar por todas las alacenas la comida del animal.
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Kushina gritó, algo alegre.
¡No está! ¡Tendremos que dejarlo sin comer!
Minato se levantó también, yendo hacia donde estaba ella.
Puedo ayudarte, si quieres.
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Ella se dio con la mano en la frente, mirándolo a matar.
Él solo se encogió de hombros.
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Así pues, ambos comenzaron con la búsqueda de la comida para "la cosa con pelo" sin mucho éxito.
Para su sorpresa, el Kyubi – como lo denominaba Kushina, al ser un "maldito zorro endemoniado" –, se acercó a ellos con el sobre de comida en el hocico, rasguñando a Kushina para que le prestara atención.
Kushina lo miró enojada, mientras Minato se agachaba para tomar el sobre.
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Ella gruñó.
Él le acarició la cabeza.
Kurama lo mordió.
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Él alejó su mano rápidamente.
Ella le dirigió una mirada matadora al Kyubi.
Kyubi solo quería que le dieran su comida de una vez.
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Minato le aseguró de que no era nada serio, haciendo que Kushina, a regañadientes, le diera de comer al zorro, que la miró con sus ojos rojos – Kushina aseguraba que era burla –, y comenzó a comer.
Tres horas pasaron…
El resto del día pasó de una forma peculiar. A todas partes que iban, Kyubi los seguía como si fuera su sombra.
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Ella no dejaba de gruñir y maldecir todo el día.
Él miraba con cierto recelo al zorro.
El zorro se divertía a lo grande.
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Kyubi parecía tenerle cierto afecto a Minato, pues a él se lo llevaba torturándolo más que a Kushina. O simplemente era que no le agradaba. Cuando estaban en la cama platicando, el zorro iba y atacaba la cara del rubio, cuando estaban jugando al Monopoli* iba y destrozaba todo. Cuando estaban en el jardín aprovechaba y comenzaba a jalonearles los pantalones, llenándoles la ropa de barro o simplemente haciéndoles la tarde imposible.
Para cuando Minato se tuvo que ir, estaba lleno de aruñones, marcas de mordida, barro y una sonrisa nerviosa en la cara.
Él dijo.
No te preocupes, Kushina. Estoy bien.
Ella gruñó.
En verdad lo lamento, Minato. Te prometo que la próxima vez tendré atado a ésta bola de pelos.
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Él asintió y se fue despidiéndose con la mano.
Ella lo vio alejándose, mordiéndose el labio inferior, antes de gruñir y mirar de forma fulminante al zorro, subiendo a su habitación.
El zorro solo mantenía una sonrisa burlona y esperaba con ansias la próxima visita del rubio.
Notas del autor:
*Es un juego de mesa donde puedes comprar terrenos y poner hoteles, casas o edificios, y cuando una persona cae en uno de tus terrenos tiene que pagarte la cuota que dice en la tarjeta. Gana el que tiene más terrenos y más dinero...lo cual significa que yo nunca gano ¬¬
¡LO SIENTO, NO ME MATEN! !
Juro que soy inocente de mis pecados (?)
No, mentira, no tengo excusa TT^TT. Mi inspiración se fue mucho al demonio, y solo eh tenido la poca para hacer otros proyectos e.e, además de que subí el cap equivocado la otra vez TToTT
Sé que no es tan bueno como el anterior, a mi realmente no me dejó satisfecha, pero lo hice lo más largo que pude para que compensara la falta de ideas. ¿Pueden apagar sus antorchas, por favor? ^^U
Bueno, agradecimientos a:
Aniyasha, Lal Mirch 96, Bella Scullw, Emina Uchiha, Isi-san, Sabaku no Kuraii, Janet Amaya Haughton, Kumi Shihori y Uchiha Natsuki-san, por sus hermosísimos reviews!
Así como a todos aquellos que me leen, me ponen en favoritos y Alerts. ¡Me hacen estúpidamente feliz! :D
Espero les haya gustado éste cap!
Nos leemos!
Bye xD
¿Me regalan un review?