Buenas tardes, hace tiempo tenía tantas ganas de hacer un FF SessxRin, y bueno, ahora que ando inspirada pues aquí el resultado, espero les guste y no olviden dejar reviews, para quien gusta tan bien de los videojuegos, estoy actualmente escribiendo un ff de Residel Evil un LeonxAshley, así que si gustan… pues ahí los espero (jajajaja xD haciéndome publicidad) Bueno pasen buen día.

Perdonaran las faltas de ortografía, no soy NADA bueno en ello, pero el intento se hace, además de que tengo mil labores al día que me hacen imposible revisarlo debidamente.

Los personajes de Inuyasha, no me corresponden, los utilizo solo para ff y entretener… sin motivo de lucro jajaja xD pero si gustan depositar a la cuenta xxxx adelante xD.

CAPITULO I

Aun oscuridad en aquella fría y pequeña habitación, ella ya se había acostumbrado, es más, aquel espacio tan reducido y helado por los fríos, le parecía cálido y cómodo a la vez.

A la edad de 11 años había logrado por lo menos hacerse de un techo donde pasar las noches frías y guardar los pocos objetos que le pertenecían, ahora que ya tenía incluso 22 años, había logrado llenar ese espacio con pequeños muebles de reusó, contaba con una parrilla donde calentar sus alimentos, un colchón que en vez de proporcionarle descanso le ofrecía despertares dolorosos, puesto que uno que otro alambre se escapaba insistente peñizcandole la piel por las noches y eso sí, una televisión pequeña que había comprado en una tienda prendaria, por varios días la había visto en el aparador, al parecer alguien igual de pobre o mas jodido que ella, había tenido que prescindir de su televisión a cambio de dinero y bueno ella aprovecharía esa oportunidad, por lo que incluso durante una semana su estomago solo se lleno de pan y agua para juntar el dinero suficiente y comprarla, por lo que era su más preciado objeto. También se había hecho de una pequeña mesa e incluso un sillón color marrón. No era en si ni la cuarta parte de la casa que siempre deseo tener, pero la renta de esa habitación, le era accesible y le permitían además utilizar el baño y regadera que se encontraba justo al lado de los lavaderos, donde también ahí podía lavar su ropa.

A temprana hora antes de que el sol asomara, justo como tal en este momento mostraba su reloj-alarma descarapelado de metal, se tenía que levantar y alistar para vestirse y prepararse para buscar un nuevo trabajo, un día anterior, la señora de la fonda en la que trabajaba había lamentablemente tenido que cerrar el negocio a causa de deudas, por lo que presidio del trabajo de la chica.

Como todos los días, pese que su vida le limitaba de lujos y descansos, ella siempre se mostraba motivada y optimista y ese día no sería distinto, sujeto una toalla color morada, un bote de plástico con un jabón y zacate, un cepillo dental y una pasta de dientes dentro y salió de su "cuarto" dispuesta a darse un buen baño para despertar.

Tarareaba una canción cuando se detuvo de golpe.

-Oh no!- Murmuro con suavidad. En la puerta de aquel cuarto de baño se leía "No hay agua" –Otra vez! Es la tercer vez en la semana que pasa esto!-

-Y dicen que va a ser peor- Comento alguien a sus espaldas.

-Ah, buenos días Kagome, porque…? Qué ocurre?-

-Están arreglando unos ductos y los municipios y colonias alrededor sufrirán recorte de agua-

-Demonios y ayer no aparte agua- Se lamento la chica.

-Voy a casa de Sango, ayer vi que ella estaba llenando algunos botes-

-Voy contigo haber si quiere darme un poco-

Las dos chicas caminaron hasta llegar a otro cuarto mas, aquel lugar en si era una vecindad, algunos cuartos eran más grandes que otros, incluso quienes podían darse el lujo de pagar una renta más cara, tenían un baño propio.

Finalmente llegaron a casa de la otra chica, quien abrió adormecida, pero no por ello de mal humor, cuando Kagome y la otra chica le comentaron su problema, ella gustosa les ofreció un bote a cada una.

-Creo que será suficiente para que cada una pueda darse por lo menos un baño rápido- Comento Sango.

-Si gracias, Sango- Agradecieron ambas chicas.

-Bueno si quieres entra tu primero a bañarte- Comento Kagome.

-Ah sí, gracias, no tardo nada, es mas… creo que me bañare con el agua fría, si me pongo a calentarla se me hará mas tarde, y tengo que apurarme si quiero conseguir trabajo hoy mismo-

-Es verdad, me entere de lo de Doña Meche, que lastima sus guisos eran exquisitos- Se lamento Kagome.

-Si…- Agacho la mirada y suspiro –Todo por culpa de ese señor…- Murmuro la joven. –Le subió la renta hasta por los cielos, pero a mí nadie me engaña, lo que él quiere es echarnos a todos de aquí, incluyendo casas como negocios, se rumorea bastante sobre un próximo centro comercial, el más grande de Ciudad Shikon y sé que el planea hacerlo aquí-

-No digas eso Rin! No sé qué haría, después de haber buscado por todos lados algún cuarto que se ajustara a mi presupuesto, finalmente di con este lugar! No creo poder encontrar algo igual de económico, ni con vecinos tan agradables como todos ustedes-

-Pues yo peleare con uñas y dientes si es necesario, no dejare que nos eche así por así…. A pesar de todo, siempre hemos cumplido con los pagos y tenemos derechos!- Rin cerro el puño y miro hacia el cielo, mientras Kagome, sonreía ligeramente, le gustaba mucho la forma de ser de esa joven, tenía una vitalidad y un aura tan noble que era imposible no contagiarse.

Así pues las chicas se despidieron y Rin comenzó a darse un baño exprés, no solo porque comenzaba a hacérsele tarde, si no porque el agua estaba helada y entre más rápido, más pronto acabaría ese mal rato.

Por fin regreso a su cuarto, prendió la luz y la televisión para enterarse de las noticias del día, ese día el frio aumentaría, mientras escuchaba eso, comenzó a vestirse, con el único traje de etiqueta que tenia color rosa pálido, después se coloco unas zapatillas negras y comenzó a limpiarlas con un trapo húmedo dejándolas relucientes, para minorar el frio, se coloco una bufanda color negra que combinara perfectamente con su traje sastre y un gorro del mismo color, se miro en un espejo pequeño que colgaba de una de las paredes, se sonrió a sí misma, para mostrar sus dientes y limpiarlos con hilo dental. Despues de arreglarse, apago la televisión, guardo en su pequeña bolsa negra sus llaves y apago la luz, finalmente salió de su casa.

Despues de caminar por media hora, llego a su primera entrevista de trabajo, entro a un centro comercial y se acerco a una zapatería y no dudo en dejar sus documentos ahí, entro tan segura y sonriente. Una hora después, salió un poco desanimada, le habían ganado ya el puesto.

Camino nuevamente en busca de otra opción, sin embargo al llegar, se topo con lo mismo, ya había sido ocupada la vacante. Y así estuvo toda la mañana y parte de la tarde, en busca de un nuevo empleo que nunca llego.

Algo decaída se sentó en una enorme jardinera, suspiro y observo sus papeles, su curriculum, no ayudaba bastante, solo había trabajado con Doña Meche y no tenía la preparatoria terminada.

Giro el rostro y observo un reloj público digital, al lado de un enorme espectacular que anunciaba cosméticos –Las seis de la tarde, imposible, a esta hora no encontrare nada…- Se sumió un momento en sus pensamientos, pero segundos más tarde salió de su letargo y se levanto impulsada por un arranque de optimismo –No importa! Ya encontrare algo mañana! Lo aseguro!- Grito, mientras levantaba el puño al cielo, pero le pego a algo… o mejor dicho, le había pegado a alguien.

Apenada giro el rostro para disculparse, pero una penetrante y fría mirada, le congelaron los sentidos, podía sentir como esas cuencas doradas la atravesaban como dos flechas.

-L-lo… siento- Trago saliva de manera lenta, aquel hombre le seguía mirando con bastante hostilidad, sin embargo, no paso por alto lo guapo y alto que era, además de calzar y vestir lujosamente. Agacho el rostro y observo varios papeles regados por el piso, fue consiente en ese momento de que su puño, había golpeado la mano del hombre parado frente a ella y que hizo que algunos documentos cayeran al suelo. Iba a agacharse a recogerlos, pero alguien que llego gritando histérico le paralizo.

-Muchacha inútil! Que has hecho? Pero mira el desastre!- Rin parpadeo copiosamente, mirando a ese extraño hombrecillo, de ojos saltones y de poca estatura. –Señor! Se encuentra usted bien?- Pregunto inmediatamente aquel pequeño hombrecillo, al hombre guapo y gallardo, sin embargo este último no contesto, dirigió una última mirada a la azabache y comenzó a alejarse de ahí.

Rin también le miro nuevamente, era imposible no hacerlo, sin embargo, otra vez la vocecilla histérica y ruidosa de el otro hombrecillo la interrumpieron.

-Niña! Qué esperas? Anda levanta todo esto? O esperas que lo haga yo?-

-Lo siento señor…- Rin se inclino un poco, pidiendo disculpas nuevamente, y al instante recogió todos los papeles tirados.

-Bah! Da gracias a todos tus santos que el Señor Sesshoumaru se ha portado diplomáticamente- Despues de decir esto, le arrebato los papeles a la chica y corriendo se fue tras el otro hombre apuesto.

-Que señor tan estresado-Murmuro la azabache observando la pequeña espalda del hombrecillo, –Sesshoumaru…- Sin embargo, no pudo evitar recordar el nombre de el otro hombre.

Cambio de escena:

-Señor espéreme!- El hombrecillo se acerco corriendo hacia donde estaba Sesshoumaru, quien en ese momento subía a un Rolls-Royce Phantom gris oscuro en la parte trasera. –Sus papeles señor- El pequeño hombre le dio sus documentos, mientras el ojídorado, solo los tumbo a su lado. Segundos más tarde el hombrecillo se subió al auto también y lo encendió.

-Jacken, dirígete a la oficina-

-Si señor- Eran ya las siete de la noche, cualquiera diría que el horario laboral había concluido, pero para Sesshoumaru no era así, el solía pasar casi todo el día en su oficina o relacionado en asuntos de trabajo, algo por lo que Jacken ya estaba acostumbrado y no importaba si eran las dos o tres de la mañana su fiel chofer y asistente, siempre le acompañaba a donde fuera.

Sesshoumaru, miro de reojo su mano y recordó a la joven azabache, el golpe que sin querer le había dado, no le había dolido ni un ápice, pero le había agarrado de sorpresa, por lo que los papeles que llevaba en la mano, se le habían escapado sin poder evitarlo.

Despues miro a su lado, y observo sus documentos, los tomo y comenzó a acomodarlos, mientras leía uno por uno.

-Ese estúpido…- Dijo entre dientes, cuando una de las hojas, mostro un nombre. –Si piensa que podrá quedarse con algo que por naturaleza es mío… está muy equivocado, Jacken, cuando es la reunión con el abogado?-

-Pasado mañana señor, y debo… comentarle que ese tonto de Inuyasha estará presente-

-Iluso… piensa que podrá quedarse con la fortuna de mi padre…-

-Tenemos al mejor abogado… dudo mucho que pueda hacer algo al respecto señor-

-No solo eso… le dejare en la calle… el no merece nada, es solo un bastardo…- Dijo con rencor, recordando que su padre, había engañado a su madre, a una gran dama con una cualquiera y producto de ello, había nacido Inuyasha… su medio hermano.

Cambio de escena:

Le dolían las piernas, había estado todo el día en la calle, y no había conseguido nada. Al estar dentro de su cuarto, sin dudarlo ni un segundo, se quito las zapatillas y se dejo caer en la cama.

-Ayyyyyyy! Estoy tan cansada… y no pude encontrar nada, pero mañana debe ser el día!- Justo en ese momento en la puerta de su cuarto se escucho un "toc-toc", Rin giro el rostro, y se ubico frente a la puerta, jalando la cortina y mirando hacia afuera, para ver de quien se trataba. Solo basto un vistazo para que se le dibujara una amplia sonrisa y abriera la puerta rápidamente.

-Kohaku!- La chica se abalanzo a abrazar al joven, mientras este se sonrojaba ligeramente.

-Hola Rin, como estas?-

-Que gusto verte! Pensé que llegabas mañana…-

-Si bueno, mi general hizo que trabajáramos lo triple para terminar antes de tiempo… y pues… aquí estoy- Kohaku tenía años dentro de la milicia, por lo que en ocasiones, viajaba por bastante tiempo. –Por cierto Rin, mi hermana me conto lo de Doña Meche, lamento que hayas perdido tu trabajo-

-No pasa nada Kohaku, yo lo siento más por Doña Meche, ella no solo perdió su trabajo, si no su sustento-

-Veremos qué podemos hacer por ella… y por ti por supuesto, y hablando de ello, toma…- El chico le dio una tarjeta. –Tienes que presentarte aquí el día de mañana, un amigo mío, tiene una hermana trabajando ahí, quizás puedan ayudarte a trabajar en esa empresa-

-Lo dices en serio? Gracias Kohaku! El día de hoy no tuve nada de suerte…-

-Si mañana asistes, estoy seguro de que te quedaras, el puesto es para la cafetería, es como ayudante de cocina, quizás primero debas entrar como lavaplatos o algo así… pero no te desesperes, en cuanto tengan la oportunidad de probar tus platillos, incluso podrás superar a todo el chef presente en esa área-

-Basta Kohaku, no soy tan buena…- Se sonrojo un poco la chica.

-Eres la mejor- El chico sonrió ampliamente, la atrajo hacia él y la abrazo con un deje de posesión. –Cuando me voy y tengo que probar la comida de otra persona, temo por mi estomago créeme… -

-Exageras…- La chica correspondió el abrazo y cerró los ojos, Kohaku siempre le transmitía tanta seguridad y paz.

-Bueno, dejare que descanses Rin- El chico se separo de la azabache y le dio un beso en la frente –No olvides asistir mañana a tu cita de trabajo, veras que todo saldrá bien-

-Si, muchas gracias Kohaku, tu y Sango siempre han sido tan buenos conmigo… a veces no sé, como podre pagarles tanto…- Kohaku sonrió dulcemente.

-No seas tontita… tu no nos debes nada Rin, además considero que mereces mas… pero… te aseguro que no pasara mucho tiempo cuando Sango y tu… no tendrán que preocuparse por nada, ya lo veras!- Kohaku se dio la vuelta. –Bueno anda, ya duerme y prepárate para mañana.

-Está bien, descansa Kohaku-

-Descansa Rin- Kohaku espero hasta que la azabache cerró la puerta para comenzar a caminar, pero una voz en un oscuro rincón le detuvo.

-Eres demasiado torpe… tenias la oportunidad de tu vida y no hiciste nada…-

Kohaku suspiro con pesar –déjame en paz Inuyasha-

-Bah! Yo no sé que tanto esperas para decirle a Rin que la quieres… quizás esperas a que otro hombre te la quite-

Kohaku, giro el rostro y observo a Inuyasha con bastante molestia –Solo quiero darle lo mejor a Rin, y no falta mucho para que me asciendan de puesto… cuando eso suceda, será el momento indicado-

-Te confías bastante… - Volvió a insistir el peliplateado.

-Si Kykio te dejo a ti… por otro… no pienses que a todos nos pasara lo mismo- Un golpe bastante bajo, para Inuyasha.

-Idiota… entonces haz lo que quieras…- Un sepulcral silencio se hizo entre los dos chicos. –iré a jugar un rato billar, no quieres ir?- Se aventuro a preguntar el peliplateado, intentando que su amigo, dejara de lado el tema de Rin.

Kohaku suspiro y se encogió de hombros –Pues no tengo más nada que hacer, vamos un rato-

Al día siguiente:

Rin se mordió el labio inferior y se tronaba los dedos de vez en cuando.

-Señorita Rin Nagano, pase por favor- Una joven realmente hermosa y de muy buen cuerpo, dirigía a la chica por los largos y extensos pasillos del lugar al que Kohaku había mandado.

No había sido difícil encontrar aquel edificio, era todo hermoso y elegante en el, paredes de vidrio de una oficina a otra, muebles de un color ébano barnizado y lo que más imponía en sí, era lo enorme del lugar, definitivamente una de las empresas que generaban más ventas y utilidades en aquella ciudad.

-Aguarde aquí por favor, mientras tanto, lléneme estas hojas-

Rin no dudo en acatar aquello e inmediatamente se puso a hacer el llenado correspondiente de esas hojas.

Minutos más tarde, un joven realmente apuesto de cabello oscuro se acerco a la chica. –Así que… tu eres Rin Nagano- El chico le sonrió, y no disimulo una mirada profunda de arriba abajo de todo el cuerpo de la chica.

-Si…- Respondió Rin.

-Bien, pues… Áyame me ha dado buenas referencias de ti…- El chico miro de reojo a la hermosa pelirroja, que había llevado a Rin hacia ellos, quien en realidad resulto ser la hermana del amigo de Kohaku. –Mi nombre es Miroku Fuwa gerente de Recursos Humanos, el procedimiento en sí, seria entrevistarte, mientras leo esas hojas que por lo que veo has llenado, pero bueno… como tu caso es "especial", omitiremos esos pasos… y daremos marcha al siguiente… necesito todos tus documentos-

-Los traigo señor…- Se apresuro a responder Rin.

-Ahhh, bueno, pero que practica eres… y por favor Rin… no me digas señor, estamos en confianza…- El le lanzo una mirada traviesa, pero la pelirroja fingió una tos. –En fin, entonces, solo me basta decir bienvenida a Empresas Yako, a partir de este momento serás asignada a tu área de trabajo, en el transcurso del día serás llamada nuevamente para que vengas aquí conmigo y puedas firmar tu contrato, el pago se realiza los días 12 y 28 de cada mes, tendrás vales de despensa y todas las prestaciones de ley, tienes derecho a una hora de comida y tu hora de entrada será a las 7:00am, las demás indicaciones te las dará tu jefe inmediato… alguna pregunta?

-No…- Respondió Rin seria, aun no podía asimilar que ya había conseguido trabajo y no en cualquier lugar, en una gran empresa, claro, con un puesto bajo, pero… quien no le decía que podía crecer laboralmente?.

-Bueno, adelante, áyame te enseñara el comedor y la cocina, tus instalaciones en pocas palabras y nuevamente bienvenida Rin-

-Gracias…- Rin se inclino ligeramente para agradecerle, para después seguir a la pelirroja.

Iba contenta, contentísima, mirando todo a su alrededor, empleados viniendo de aquí para allá, con planos, y montones de papeles, por lo que Áyame le iba diciendo, entendió que era una empresa que se encargaba de los servicios de Construcción, en pocas palabras, Empresas Yako, había realizado los diseños y las instalaciones más hermosas de toda Ciudad Shikon y no solo de esa ciudad, sino de bastantes estados de todo el país, e incluso ya comenzaban a internacionalizarse.

Pero de repente todo quedo en calma, los empleados que corrían de aquí para allá con los planos, se quedaron parados, agachando el rostro, las llamadas por teléfono también habían sedado, era como si de pronto alguien hubiese detenido el tiempo, incluso Áyame detuvo el paso e indico a Rin que también se detuviera.

Y fue justo en ese momento que nuevamente le vio, con ese porte inigualable, con esa expresión tan fría y tosca, mirando hacia el frente, mientras los empleados le saludaban o le daban la bienvenida con una voz casi inaudible, aunque él no se dignaba a responder a nadie.

-El…- Rin murmuro, mientras Áyame le miro de reojo.

-Es el dueño de la compañía… por una parte, envidio tu puesto Rin, no tendrás que lidiar JAMAS con el…-

-El…dueño?- pregunto nerviosa.

-Si, y créeme… si necesitas y valoras tu ahora trabajo, lo mejor será… que no te hagas notar frente a él…-

-Tan… malo es?- Pregunto mirándole curiosamente.

-Así como ignora a todo el mundo un día… así se pone a despedir a cualquiera cuando le da la gana…- Rin sintió que su corazón le latía con fuerza, pedía a todos los santos que no la viera, si él se enteraba que ella estaba ahí… como lo tomaría? Después de que ella, justo el día anterior había tenido un "pequeño" incidente con él, sin siquiera saber que pronto trabajaría para él.

Agacho el rostro, justo cuando iba a pasar frente a ella y cuando pensó que ya había pasado, levanto la vista, pero palideció, al ver que el Ojídorado había detenido el paso y le miraba, solo fue cuestión de segundos, cuando sintió que las piernas le fallaban y que su ritmo cardiaco se había acelerado.

C O N T I N U A R A . . .