Disclaimer: Katekyo Hitman Reborn! No me pertenece ni sus personajes es propiedad de Akira Amano.

Advertencias: Universo Alternativo. Personalidades un tanto diferentes (OCC). Reborn un tanto agresivo y perverso. Tsuna con doble personalidad. Posibles muertes, violencia y… lemmon (XD). Por si no queda claro, este fic es totalmente yaoi, con clasificación M. Pareja principal R27, ligeros toques 1827 y D27 (quien sabe y después puede haber más). Diferentes parejas aparecerán más adelante, que el fic sea yaoi no significa que todas las parejas serán chicoxchico, puede haber parejas heterosexuales y chicaxchica (esto ultimo no aseguro absolutamente nada, yo jamás en mi vida he escrito eso).

Aclaraciones:

_Hablan los personajes.

-Pensamientos-.

_'Los personajes hablan en italiano'.

-aclaraciones- (Mías XD)

Summary: Pensando que su vida esta completa, Reborn, un asesino a sueldo, toma la misión de averiguar sobre cierta familia que al parecer tiene mucho que ver en su mundo. Pero un invasor en su vida le hace darse cuenta que ser un asesino no lo es todo.


Yunmoon Projects

Presenta:

Unlimited

Parte 1: Ataduras

Capitulo 1: Hitman.

.

::


La definición exacta de quien era solo podía decirse con un par de palabras: un asesino a sueldo, un sicario, un "hitman".

Un asesino a sueldo era alguien que actuaba para obtener algún beneficio, en la mayoría de las veces un beneficio monetario, él no era diferente, su precio era alto y la calidad de su trabajo lo ameritaba, su trabajo era impecable y certero, no se equivocaba y mataba solo a quien tenía que matar. Por ello contratarlo era complicado, pues a pesar de ser un asesino era selectivo en su trabajo y dependiendo del objetivo aumentaba o disminuía sus tarifas, era un buen asesino después de todo.

Pero por primera vez acepto hacer un trabajo fácil, con, extrañamente, una buena paga, muy buena. Un trabajo que no le costaría más que un par de balas, no habría trabajo físico, no habría trabajo mental, solo tenía que actuar, el trabajo era tan sencillo que hasta con los ojos cerrados podía hacerlo. Su trabajo consistía en eliminar a una familia corriente, una familia que no sabía que tenía que ver con su mundo y había decidido por primera vez no pedir información, sabía que le mentirían, él mismo había investigado a esa familia y había descubierto que era corriente, una familia común. Se trataba de una familia de tres integrantes, el padre de la familia estaba muerto –o al menos eso le habían dicho-, la madre –una mujer bastante jovial- siempre atenta a sus dos hijos, el hijo mayor rondaba los 16 y la niña rondaba los 14. Se le había pedido eliminar a todos los integrantes de esa pequeña famlia y eso iba a hacer, o al menos eso pretendía que pareciera.

Sin esperar más tiempo tomo un arma, su favorita, un arma que podría ser considerada como 'normal', una pistola bastante llamativa, de color verde en algunas partes y el resto era negro, pero era un arma certera y silenciosa, con muchos otros trucos. Era una noche tranquila, sin luna y pocas estrellas que decidió escoger para cumplir su trabajo, era un buen día para hacerlo. Cuando la noche llego a lo más profundo, se adentro a la casa por una descuidada ventana medio abierta. La noche anterior se había encargado de quitar cada alarma que había encontrado, la casa estaba ahora desprotegida.

Con pasos firmes entro a la primera habitación. Dormía tan tranquila, esa mujer dormía esperando el mañana, sonrió, apretó el gatillo y la bala impacto directo a su corazón, se acercó, incluso después de haber parado de respirar esa mujer aún tenía esa sonrisa, era hermosa, habría sido una pena que le hubiera provocado dolor, después de todo esa mujer sonreía como el mismo sol. Salió de la habitación y entro a otra, a la de la niña. Se trataba de una chica, bonita, la había visto, una niña de poco más de catorce años, probablemente quince, sabía que un chico se le había declarado, uno de grado superior, era una lastima, esa niña no respondería nada, al menos no ahora. Le disparo al corazón y luego se acercó, tenía un dormir muy peculiar, sonreía poco y tenía las mejillas sonrojadas, seguro dentro de un par de años se volvería igual de hermosa que su madre.

Y su ultimo objetivo, el niño mayor de la casa, un chico que por cierto compartía la belleza de ambas mujeres, raro, pero así era. El chico era bastante… peculiar, era tonto, patético, bajo y bastante manipulable, un completo inútil, un bueno para nada en pocas palabras, nada interesante, debía agregar. Abrió la puerta de la habitación y se sorprendió, ahí no había nadie, entrecerró los ojos al escuchar un sonido, miro detrás de la puerta abierta y lo vio, en un rincón, abrazando una almohada y con los ojos totalmente abiertos, repletos de lágrimas, ¿lo habría escuchado?

Interesante, pensó, nunca nadie le había escuchado hacer su trabajo.

_¡Aléjate!

Había gritado el pequeño mientras se alejaba hasta pegar la espalda en la esquina, se veía tan aterrado. Tal vez si que lo había escuchado, coloco el arma en su frente, era una lastima, nunca le había gustado lastimar a personas corrientes en la frente, después de todo solo eran personas normales, sus mentes no conocían secretos que pudieran dañar su mundo, la mafia, así que no tenían porque morir o ser lastimados de esa forma. Pero ese niño sabía demasiado, al parecer a ese si tendría que matarlo, no era como si ese niño fuera a ser importante en el mundo. Sin duda no sería una gran perdida.

_Mi mamá… ¡Kyoko! Ellas, ¿qué les has hecho?

Interesante, volvió a pensar, ese chico se veía aterrado, como si fuera a orinarse en los pantalones, pero hablaba sin titubeos, demasiado interesante debía de admitir.

_Están muertas.

Dijo, estaba ansioso de conocer la reacción del chico, ¿lloraría o se orinaría en los pantalones por el miedo? Al menos quería entretenerse un poco. Pero el niño pareció perder el temor de un momento a otro. Se levantó del suelo y de un puñetazo rompió su arma haciéndola volar de su mano, dejándola destrozada en el suelo, eso si que era una sorpresa, una total sorpresa, algo que nunca se hubiera esperado de ese niño, de ese bueno para nada.

_Entonces te pagare con la misma moneda.

Su mirada asustaba había cambiado a una mirada brillante, una mirada llena de ira, de dolor, de determinación. Parecía la mirada de un héroe, o algo similar, pero era una mirada completamente diferente a la de momentos atrás, era como si no fuera el mismo chiquillo de hace cinco segundos, ¿qué había pasado con el niño llorón de hace menos de dos segundos? Estaba tan impactado que no se movió, pero una sonrisa apareció en su rostro y su mente se lleno de ideas. De cosas que podría hacerle a ese niño.

Moldearlo.

Tocarlo.

Quitarle el valor.

Destruirlo.

Romperlo.

Quien sabe, tal vez también mancharlo un poco.

Todo eso se le antojo hacerle a ese niño, por esos ojos, por esa mirada llena de dolor, de ira, odio, determinación, miedo y pureza. Tantos sentimientos en esa mirada deslumbrante, era una mirada brillante, como si fuera oro derretido. Esa mirada pedía a gritos ser mancillada, tanta pureza en un chico de probablemente dieciséis años, era algo inconcebible, increíble, incomparable. Algo que nunca había visto, era diferente de lo que se hubiera esperado de ese niño que realmente era un inútil.

Con un movimiento rápido tomo al chico por el cuello y lo levanto hasta quedar frente a sus ojos, eran tan deslumbrantes e impresionantes, esa mirada incluso quemaba, ese niño tenía una mirada sorprendente, una mirada que fácilmente podría llevarlo hasta la cima del mundo, pero a la vez esa mirada pura podía moldearse de cualquier modo, podía volverse la mirada de un héroe, de un asesino, de un delincuente, de un chico inútil, de un presidente, de un empresario astuto, de un padre, de un amante, habían tantas opciones, miles de opciones que parecían tentadoras.

Estaba tan ensimismado en sus pensamientos que no había notado que el chico levantaba un puño y sin que lo esperara el niño le acomodo un golpe en la boca del estomago, el golpe le provoco tambalearse y soltar al niño, pero ese golpe no logro dejarlo inconsciente, el golpe había sido fuerte, pero su cuerpo resistía esa fuerza y más, su arma era débil comparado con él.

Pese a que se había enojado por el golpe y una ira lo había invadido no quería matar a ese chiquillo, su deseo era diferente, quería tomarlo, quería moldearlo, quería mancillarlo, sencillamente quería muchas cosas de él. Era un chico que tenía muchos sentimientos en sus ojos y esos sentimientos se instalaban en el interior del que lo mirara, si fuera alguien común se habría doblegado ante esa mirada, pero no era alguien normal, era un asesino a sueldo, alguien que manipulaba y difícilmente podrían manipularlo, ni esa poderosa mirada podría quemarlo.

Con un ágil movimiento –cosa con la que no contaba ese chico pero sin duda deseaba cambiar- le golpeo con un puño en el plexo solar, el chico ni siquiera tuvo tiempo de gritar, solo cayó inconsciente, la prueba de su fuerza fue la saliva que escurría por la boca del niño, le había dado un golpe certero y fuerte, lo había dejado fuera de combate con un solo golpe cosa que realmente no le sorprendía, ese chico parecía tener mucha fuerza pero poca resistencia. Lo dejo caer al suelo y se agacho para quedar a su altura, era tan interesante, su cabello era suave y esponjoso, su piel era tibia y aterciopelada, y con eso ojos deslumbrantes se volvía sin duda alguna en un chico hermoso, no había notado eso, después de todo su forma patética de comportarse daba mucho que desear y él odiaba a los buenos para nada.

Lo toco suavemente, anhelando comenzar con su entrenamiento, o con lo que le fuera a hacer, realmente quería lastimarlo, entrenarlo, cuidarlo, no sabía lo que realmente deseaba hacer con él, pero lo primero era obtenerlo y ya lo tenía, estaba bajo su poder, era suyo a partir de ahora, y no pensaba soltarlo.

Era la primera vez que estaba interesado en alguien de esa forma tan abrumadora, ese chico era tan interesante que le llenaba de una emoción incalculable y ese tipo de sentimiento nunca lo había tenido antes, su vida no era tan emocionante como lo que sentía por solo mirar a ese chico.

Miro los pedazos de su arma, sonrió de forma perversa, sin duda alguna le iba a hacer pagar por destruir una de sus armas favoritas, el castigo iba a divertirlo sin duda. Junto con paciencia cada pieza hasta que no quedo ninguna y las guardo en los bolsillos de su pantalón. Tomo al chico por la cintura, se lo coloco en el hombro y se lo llevo de ahí.

Había comenzado un nuevo ciclo para él y para ese chiquillo.

.


Ejem… Si habrán notado no fingía cuando dije que Tsuna tenía doble personalidad, uff, me voy a meter en líos por hacer esto, realmente esta será una historia sería –mis historias realmente son bastante sencillas, si lo han notado-, meteré muchas cosas que ya conocen de KHR pero también agregare elementos de mi propia imaginación. Vongola existe, las llamas y los anillos y en si todo eso existirá, pero Tsuna esta como en el comienzo de la serie, ignorante sobre el mundo de la mafia. En el transcurso del fic se explicara un poco sobre Reborn, quien les digo desde ahora, Reborn no trabaja para Vongola. Bueno, este será un fic largo, de los más largos que pienso hacer, realmente no se que tan largo pero tengo pensado muchas cosas para este fic.

Espero que les haya gustado e interesado esta introducción. Si llegaron hasta el final y no se quedaron dormidos o disgustados entonces me siento satisfecha.

Por cierto, habrán notado que al principio del capitulo, debajo del titulo del fic, viene escrito algo así "Parte 1: ataduras", con esto me refiero que el fic estará divido en varias partes, similar a la serie, que este se encuentra dividas en "arcos", al igual que la serie cada "parte" contendrá, por decirlo de una forma, una historia atada a hechos en común. Poco a poco irán comprendiendo porque esta primera parte se llama "Ataduras". Como siempre me disculpo por la mala ortografía y falta de coherencia en algunas partes.

Sin nada más que mencionar me despido.

Shao~ shao~