SEDUCIENDO A NEJI-NIISAN

Capitulo 11: Tú y yo

Por Okashira Janet

Neji cerró los ojos, los volvió a abrir y soltó un suspiro que encerraba en sí mismo toda la frustración y el nerviosismo de aquellos momentos.

—¡Te lo digo Neji!, —Naruto a su lado brincoteaba como si se tratara de un pez fuera del agua—, ¡esas mangas están demasiado largas!

—Estoy casi convencido de que así son. —Lee a su lado frunció el ceño y colocó una mano bajo su barbilla.

—¡Por supuesto que son así! —Kiba gruñó callando a los otros dos—. ¡Dejen de poner alfileres donde no los necesita!

—¿De verdad no los necesita? —Naruto que ya se había ocupado en recoger las amplias mangas para que no cayeran como abanico parpadeó, en esos momentos el joven Hyuuga bien parecía un alfiletero.

—¡Claro que no! —Kiba arrancó todos los alfileres al mismo tiempo, Neji tuvo que cerrar los ojos y contar hasta diez, a ese paso ese trío destruiría su atuendo.

—Veamos, —Naruto tomó una libreta—, cabello bonito, ya.

—Mi cabello siempre esta bonito. —Neji murmuró, pero todos lo obviaron por engreído.

—Traje ceremonial ya. —Lee le alzó un brazo a su amigo como para darle mayor énfasis al punto, Neji rodó los ojos—. Zapatos ceremoniales…

—Ya. —Kiba alzó el amplió hakama para dejar ver los zapatos que desde el punto de vista de cualquiera eran una perdida de tiempo ya que (de hecho) no se veían.

—¿Nerviosismo?

—En su punto. —Neji declaró con voz firme.

—¿Ganas de salir huyendo? —Kiba lo codeó en el hombro.

—Fuertes y claras. —El Hyuuga asintió con la cabeza.

—¿Quieres sake para tomar valor? —Lee preguntó alzando un puño al cielo.

—Prefiero estar sobrio. —Neji cerró los ojos—. Pero gracias por el ofrecimiento.

—Y aquí tenemos a la victima directo al matadero. —Naruto colocó ambas manos sobre sus hombros—. Mis sinceras condolencias camarada.

—Ya quisieras. —Neji siseó entre dientes, aunque no pudo evitar ese retortijón en el estomago que le avisaba a las claras que se estaba muriendo de nervios.

—Y acuérdate, —Kiba le dio unas palmaditas de ánimos en la espalda—, si quieres puedo escribir "¡HELP!" en las suelas de tus zapatos para que cuando te arrodilles toda la concurrencia pueda ver que actúas en contra de tu voluntad.

—No gracias. —El Hyuuga arqueó una ceja. ¿Era su imaginación o empezaba a hacer calor?, de verdad que quien hubiera inventado esas ceremonias no tenía idea de lo que era andar por ahí con el traje ceremonial esperando la hora acordada.

—Si no te acuerdas de lo que tienes que decir puedo hacerte un acordeón. —Naruto alzó una pluma y le sujetó la mano—. Te manchare de tinta, pero…

—Por enésima vez, no gracias. —Neji retiró su mano y aguantó un nuevo suspiro, sólo a él se le ocurría confiar en aquellos tres descerebrados.

—Ya casi es hora. —Lee giró a ver el reloj en la pared, inconscientemente Neji juntó ambos dedos pulgares y los apretó hasta causarse daño, tenía que relajarse, tenía que relajarse…

—Y llegando a este punto ya no hay marcha atrás. —Naruto se colocó tras él y empezó a masajearle los hombros—. Ya no puedes escapar.

—Nunca fue mi intención hacerlo. —El hecho de que su estomago fuera un revoltijo de sensaciones no tenía nada que ver con el inminente deseo de fuga.

—Que bueno. —Kiba hizo que los huesos de sus nudillos tronaran—. Porque no iba a permitir que dejaras a mi mejor amiga plantada.

—No tenías que preocuparte. —Neji le echó una mirada solemne.

—Puff. —El rubio se cruzó de brazos—. Es imposible, no se puede bromear con semejante samurai de la era antigua.

—El honor y el destino. —Lee susurró unos pasos atrás y Neji levantó un puño en señal amenazadora.

—Debe haber unas quinientas personas en ese salón. —Kiba arqueó una ceja—. Así que no te equivoques.

—Pareciera como si esto fuera un examen. —Neji soltó con irritación.

—Es lo que sucede cuando vienes del clan más importante de la Hoja. —Kiba colocó indolente ambas manos tras su nuca—. Incluso los Kages y los señores feudales han venido.

—Claro, agreguen más estrés a la situación. —Neji cerró los ojos—. La verdad ya no me importa nada.

—¿Gaara también esta aquí? —Al instante Naruto saltó con los ojos iluminados por el deseo de ver a su amigo.

—Él y sus hermanos. —Kiba confirmó meneando la cabeza.

—Por cierto Neji, cinco minutos.

—Ok. —El joven Hyuuga abrió lentamente los ojos—. Quiero declarar que lo que esta por suceder a continuación fue a causa de mi propia ceguera, nadie me obligó a hacerlo, caí presa del hechizo de una hada demasiado hermosa y no escuché las plegarias de mis amigos para escapar a su mortal embrujo, que así sea.

—¡Tantos consejos tirados a la basura! —Naruto fingió llorar.

—Nosotros tratamos de salvarte. —Kiba se reclinó sobre el hombro de Naruto y ambos se abrazaron en una falsa tragedia.

—Esto es lo que quieres. —Como siempre fue Lee el que se acercó a él y le puso una mano en el hombro sonriendo con serenidad—. Vas a ser muy feliz Neji.

—Lo sé. —El joven Hyuuga devolvió una arrogante y rápida sonrisa, luego se acomodó por última vez el cuello de su elaborado traje, abrió los brazos para que las mangas le cayeran como en abanico hasta la cintura e irguió la hermosa cabeza de perfil griego—. Estoy listo. —Y los tres hombres presentes supieron que lo estaba, se los decía el brillo en sus ojos y la postura de emperador que había adoptado, las bromas estaban fuera.

—Sé que vas a hacer muy feliz Neji. —Naruto le puso una mano sobre el brazo, luego se rascó al descuido la nariz—. Si te descuidas…

—Eso no pasara. —Neji apenas lo giró a ver de reojo.

—Adelante. —Kiba le dio una palmada en la espalda—. Ya es hora. —Neji asintió con la cabeza y salió del salón, el piso que lo conduciría hasta el salón ceremonial tenía alfombra, pudo escuchar el susurro de su hakama contra el suelo, atrás Naruto, Kiba y Lee caminaban en silencio, también ellos llevaban trajes ceremoniales, pero no eran ni por asomo tan elaborados como el suyo, después de todo era el clan Hyuuga del que se trataba.

—¿Listo? —Kiba y Naruto se adelantaron, cada uno sosteniendo en una mano el asa de la gran puerta que lo llevaría a enfrentarse a su destino.

—Nunca he estado más listo en mi vida. —Atrás Lee pareció lloriquear "ese es mi eterno rival".

—Adelante entonces. —Con idénticas sonrisas los jóvenes abrieron la enorme puerta que les correspondía al tiempo. Neji tuvo que poner en su rostro el gesto inquebrantable propio de los Hyuuga, todos los presentes se giraron hacía él.

No podía equivocarse, el pasillo se le figuró una columna rodeada de dragones y demás monstruos peligrosos, sintió que resbalaba y caía como gelatina hasta el suelo, en el peor de los casos se perdía y se metía entre las bancas en lugar de caminar derecho hasta el atrio que le correspondía.

Con razón era necesario que llevara un padrino, de no ser porque Lee avanzaba sin preocupaciones a su lado estaba seguro de que ya habría caído reducido por aquellas miradas que se clavaban en él sin piedad.

Pero bueno, era Neji Hyuuga, nada más y nada menos que el genio Hyuuga.

—"Barbilla arriba, las manos dentro de las mangas en forma de cuadro, caminar elegante, derecho, izquierdo, derecho, izquierdo, ya casi llegas" —Y bien, sería estupido confesar después que aquel largo recorrido por la alfombra roja había requerido de todo su dominio y capacidad de concentración, pero no ayudaba escuchar los cuchicheos a su alrededor.

—Tan joven…

—¡Tan guapo!

—¿Será que fue obligado por su clan? —De no ser porque en el último momento vio a Gai sentado en primera fila guiñándole un brillante molar bien habría podido pensar que todos en ese salón esperaban que su nueva empresa fracasara.

Finalmente pudo llegar al lugar donde debía esperar arrodillado, se suponía que todo el tiempo su vista debía estar al frente, pero aunque se mantenía quieto como una piedra (una elegante y hermosa estatua desde el punto de vista del público) en realidad ahora lo asaltaba un pensamiento que no había tomado en cuenta antes.

Con los chicos había bromeado acerca de escapar, pero… ¿y si la que escapaba era ella?, con el rabillo del ojo volteó a ver a Lee que se mantenía de pie viendo hacía la entrada, no podía confiar en nadie más que él, cada segundo parecía avanzar de manera espantosa, ¿qué pensarían los presentes?, ¿qué lo habían dejado plantado?, ¡como vil novia de rancho!, se le caía la cara solo de imaginárselo.

Notó con turbación que su respiración se estaba acelerando, oh no Neji, no un ataque de pánico, aunque eso parecía más ego aplastado que otra cosa, ¿oh acaso era su corazón cayendo en pedacitos?, quien diría que tendría un sonido como cristal haciéndose añicos.

Apretó los dientes y volvió a ver de reojo a Lee, su amigo estaba viendo hacía la entrada con gesto serio, pero al instante siguiente sonrió de una manera muy dulce, ¡por fin!, no podía equivocarse, no cuando conocía tan bien a Lee, ella estaba ahí, no lo había dejado, sintió que el aire podía entrar a sus pulmones de nuevo con facilidad.

—Que hermosa…

—Es tan joven…

—¿La habrá obligado su clan? —Le consoló saber que por lo menos la opinión pública no tenía un favorito a quien apoyar en su trágica unión. Casi pudo ser capaz de contar los pasos que los separaban y cuando ella se arrodilló a su lado su aroma de violetas llegó alto y claro para envolverlo con su fragancia.

Sabía que no podía hablar así que simplemente colocó su mano grande y pesada de hombre sobre la frágil de ella.

—"¿Pensaste que no vendría?"

—"No lo dude ni por un segundo". —Y aunque no se lo dijeron ambos sonrieron, la ceremonia estaba por empezar.

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—Hinata-neesan, ¡deja de moverte!

—No me estoy moviendo Hanabi-chan. —Hinata tragó saliva, su hermana estaba creando algo extremadamente extraño con su cabello, o quizás es que ella no estaba acostumbrada a peinados tan elaborados.

—Si que lo haces. —Tenten frunció el ceño, llevaba más de cinco minutos queriendo pintar sus uñas, pero parecía que la joven tenía algo que no le permitía el dejar de temblar.

—Vamos, —Ino que colocaba maquillaje perfectamente en su rostro arqueó una ceja—, no debe ser tan malo casarse con "me-muero-de-bueno-Neji".

—¡N-no es así! —Hinata sintió que el color subía a sus mejillas de una manera apabullante.

—¿Para que usar rubor? —La rubia lanzó la brochita de maquillaje hacía atrás—. Cuando tus colores naturales lo sobrepasan por mucho.

—¡Por fin acabe! —Tenten soltó un suspiro, las tres chicas dejaron a la novia en paz y se separaron unos metros para admirar su obra. El vestido ceremonial blanco le quedaba como guante, el obi resaltaba su estrecha cintura y su cabello recogido dejando caer dos mechones al frente dejaba a la vista su cremoso cuello.

—¡Neji no va a poder resistirse! —Ino soltó triunfal, Hinata sintió que el aire se le iba, la verdad esperaba que Neji lo resistiera, de hecho, no quería pensar en eso por el momento…

—No vayas a desmayarte durante la ceremonia Nee-san. —Hanabi la aleccionó con el dedo—. Toda la familia esta reunida.

—Y los Kages y los señores feudales también. —Tenten murmuró y ella sintió que un escalofrío la recorría, pensar que tanta gente extraña estuviera en su boda le daba terror.

—Entiendo… —Hinata murmuró lentamente, aunque la verdad parecía que el color había abandonado su rostro.

—Veamos. —Ino alzó un dedo—. ¿Nerviosismo extremo?

—Pre-presente. —Hinata tragó saliva.

—¿Ganas de salir huyendo? —Tenten alzó otro dedo.

—Muy fuertes…

—¿Sensación de un inminente desmayo?

—Cla-claro y preciso.

—¡Entonces estas lista para casarte! —Las tres chillaron a coro, Hinata simplemente se dejó caer sobre un banco, solo esperaba no hacer ninguna tontería que dejara mal parado a Neji.

—Por si las dudas. —Hanabi le susurró en la oreja—. No se te ocurra girar a ver a Naruto, no queremos que te acobardes a última hora.

—Hanabi-chan. —Hinata frunció el ceño.

—¡No te perdonare si dejas a mi mejor amigo plantado! —Tenten la apuntó con un dedo acusador—. Sobre que tienes el descaro de quitármelo…

—¿Los celos para después, ok? —Ino se metió en medio apartando a Tenten, luego giró unos ojos azules encendidos hacía Hinata—. Escucha, si se te olvida lo que tienes que decir finge llorar de la emoción, nunca falla en una chica.

—Hum… bien…

—Di a todo que sí y si no sabes decir algo dale un codazo a Neji y deja que él saque el barco a flote. —Tenten la aleccionó con el dedo.

—Y ni se te ocurra enredarte tu misma con la falda de tu kimono. —Hanabi bufó como un toro—. Te matare si te caes antes de que Neji alcance a sostenerte.

—Bien… —Hinata bajó la cabeza con pesimismo, de verdad que esas tres hacían las cosas bastante difíciles.

—Solo asegúrate de llegar con Neji-niisan y todo estará bien. —Hanabi colocó un dedo bajo su barbilla—. Él te cuidara.

—No solo hoy, —Ino le sonrió al tiempo que le daba un ultimo retoque a su nariz—, él te cuidara siempre.

—Porque él te ama. —Tenten le guiñó un ojo.

—Lo sé. —Una suave sonrisa se pintó en su rostro, aún tenía nervios, las rodillas con sensación de ser poco confiables y un vacío en el estomago, pero estaba bien, dentro de poco estaría con Neji.

—Cinco minutos. —Hanabi miró el reloj y luego arqueó ambas cejas—. Si tienes ganas de vomitar éste es el momento.

—No gracias. —Una mueca apareció en su rostro al tiempo que cerraba los ojos.

—Acuérdate que aún puedo poner "HELP" en la suela de tus zapatos para que cuando te arrodilles los demás sepan que Neji-nii te ha secuestrado para sus propios fines maléficos.

—No gracias. —Hinata contestó con un profundo suspiro.

—Conste que nosotras tratamos de convencerte de que no lo hicieras. —Ino la apuntó con una larga uña pintada de dorado—. El matrimonio es una cárcel.

—Es porque es con Neji-niisan… —Hinata juntó ambas manos en su pecho, sus ojos parecieron dulcificarse—. Porque yo amo a Neji…

—¡Horror!, —Tenten dio un paso atrás cubriéndose los ojos—, enamoramiento a su máxima potencia.

—La hemos perdido. —Hanabi fingió lloriquear—. Tendrá un perro, dos gatos y Nejicitos corriendo por ahí la próxima vez que vaya a visitarla.

—Por ahora nada de niños. —Ino puso una tacha con sus dedos frente a los ojos de la Hyuuga—. Sería un desperdicio no disfrutar de…

—¡N-no lo digas! —Hinata volvió a colorearse como un tomate maduro.

—Oye, ¿entiendes el concepto de noche de bodas? —Ino entrecerró los ojos, pero antes de que Hinata pudiera contestar Hanabi tomó aire con fuerza.

—Es la hora. —El ambiente se puso serio.

—Adelante. —Hinata asintió con la cabeza. Alzó la mirada y se irguió tan alta como pudo, iba a casarse con Neji porque así lo había decidido, porque lo amaba, no tendría dudas. Al salir se encontró con que su padre la esperaba con el brazo extendido, aquel fue el gesto más tierno que jamás hubiera tenido en su vida para con ella.

—Ottou-san… —Pero él no contestó nada, ambos caminaron con aquel porte orgulloso de los Hyuuga hacía el salón ceremonial y por primera vez en su vida Hinata sintió que podría lograrlo, que podría ser lo que el clan esperaba de ella, que podía encajar en esa familia, que con Neji y el apoyo de su padre podría lograrlo.

Lo primero que vio cuando las pesadas puertas se abrieron para ella fue un mar de gente que se giraba en sus bancas para poder verla, aquella primera impresión hubiera sumido en un mar de nervios e inquietudes a cualquiera, pero no a ella, porque en el fondo del salón vislumbro la sonrisa tranquila de Lee y el mensaje claro en sus ojos "aquí te lo tengo esperando", a su costado Neji estaba arrodillado, la espalda amplia y varonil esperando por ella, la cabeza de Dios griego bien erguida, sin dudas.

—Neji… —Susurró suavemente por debajo del velo y empezó a avanzar, no hubo un tropiezo ni un solo error, porque al final de aquel camino el hombre que amaba la estaba esperando. En algún punto el brazo de su padre la soltó, escuchó algunos murmullos a su alrededor, pero no importaba que la gente creyera que aquella ceremonia era solo con fines políticos o una trágica historia que unía a dos primos.

No importaba que los demás no supieran cuanto se amaban.

Con elegancia se arrodilló al lado de Neji, se sorprendió al escuchar que él dejaba escapar un pequeño suspiro, como si el alivio hubiese llegado a su cuerpo. De haber podido hablar le hubiera dado las gracias, gracias por estar ahí, gracias por darle valor con su mera presencia.

Pero como siempre él fue más rápido al momento de comunicarle lo que quería, no por nada era el genio de su familia. Con delicadeza colocó su mano sobre la suya, una mano que parecía querer decir "ya todo esta bien".

—"¿Pensaste que no vendría?"

—"No lo dude ni por un segundo". —Y aunque no lo dijeron en palabras ambos sonrieron.

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Cuando por fin le fue posible Kiba se dejo caer al lado de Hanabi en una de las bancas del frente.

—¿Todo marcha?

—Todo marcha. —Ambos castaños cruzaron una sonrisa maliciosa.

—Bueno, —Kiba le susurró rascándose una oreja—, Naruto se ha dormido y esta babeando la banca.

—Y Shikamaru se ha puesto a dormitar también. —Hanabi señaló hacía donde el joven parecía haberse adormilado en el hombro de Ino que se debatía entre tirarlo al suelo o fingir que no se había dado cuenta, aunque aquello (tomando en cuenta que era Shikamaru de quien se trataba) podría ser una treta para darle celos a Temari.

—Aunque los sentimientos cambian. —Kiba ladeó la cabeza mirando el tenue sonrojo que empezaba a pintarse en el rostro de Ino.

—Si que lo hacen. —Hanabi volvió de nuevo la vista al frente donde Neji y Hinata seguían las palabras del ministro con atención. No pudo evitar sonreír al comparar a su primo con un durmiente (y baboso) Naruto sentado en las filas de en medio, de verdad que el cambio había sido radical.

El sacerdote dijo algunas palabras y los novios intercambiaron copas de sake, Hinata lucía sonrojada a pesar del maquillaje blanco y Neji lucía impecable y hermoso en su traje negro.

Lee sonrió un poco nervioso cuando le pasó a su amigo los anillos y él colocó el indicado en el anular de su novia. En las filas de en medio se escuchó un romántico sollozo por parte de Kurenai y unos fuertes y desacompasados gemidos de emoción de un Gai demasiado orgulloso por su pupilo.

Neji pensó con diversión que para fungir como un padre lo cierto es que él y su maestro no se parecían en casi nada, a Dios gracias que quien le había dado sus consejos de "hombre a hombre" antes de la boda había sido Kakashi, quien, en un acto sin precedentes, se ocupaba de observar con atención la ceremonia sin que su Icha Icha hiciera aparición.

—Bien. —Hanabi se removió en su asiento—. Viene lo difícil.

—Querrás decir lo divertido. —Kiba frotó sus manos, incluso Naruto había despertado luego de un buen codazo otorgado por Sakura.

Neji tomó aire, la ceremonia estaba por finalizar, era hora de decir sus votos. Era una lata que sólo el hombre sufriera esa humillación, aunque suponía que era debido a que en el resto de su matrimonio no sería demasiado sentimentalista por decirlo de algún modo.

Y bien, Shikamaru tenía razón, en esos momentos se iría por la borda toda la imagen de chico frío e insensible que se hubiera forjado a lo largo de su vida, ni modo.

—Yo, Neji Hyuuga. —Su voz resonó en el salón de tal manera que incluso creo eco, no se escuchaba ni el vuelo de una mosca—. Me entrego a ti con todo lo que soy y lo que seré. —Aunque había ensayado muchas veces (frente al espejo, declarándosele a la escoba, usando a Lee como sujeto de prueba, antes de dormirse, mientras entrenaba…) al final tuvo que cerrar los ojos y tomar aire tratando de imaginar que sólo estaba frente a ella, que no había más de quinientas personas escuchando una declaración de amor que inicialmente había sido creada para susurrarse en el oído—. Nací para ti, nací siendo tu guardián y mi vida siempre ha tenido por único objetivo protegerte. Amarte era mi deber pero se convirtió en mi única razón de existencia. Por eso, si hoy me lo permites, si me das tu mano y aceptas mis sentimientos estaré a tu lado para toda la vida, yo seré tu guardián, tu escudo, tu amigo y tu más ferviente amante. Si tú me lo permites mi corazón solo latirá en el eterno arte de adorarte. —Por fin Neji dejo escapar el aire que retenían sus pulmones, estaba avergonzado (mucho más porque los sollozos de Gai se habían intensificado), pero lo había dicho.

—Yo, Hinata Hyuuga, —su joven novia sonrió suavemente—. Acepto tus votos. —Oh, ¡bendita ella que sólo tenía dos líneas y no había tenido que quebrarse la cabeza inventando cursilerías!

—Es hora del brindis. —Hiashi Hyuuga se puso de pie alzando una mano, los personajes más importantes de la reunión brindaron en honor de la nueva pareja que desde ese momento unía su destino en uno solo. Por debajo del velo Hinata le sonrió tímidamente a Neji, él no pudo hacer otra cosa que sonreírle de vuelta, lo peor había acabado, ¿cierto?

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—¡Apura, apura! —Bien, había sido muy ingenuo si creía que podía relajarse…

—De verdad no cabemos todos aquí. —Neji lanzó un suspiro desganado, había creído que después de la salida del salón podría por lo menos abrazar a su candida novia, pero no, sus (ya ni siquiera sabía como llamarlos) amigos. Lo habían tomado en volandas y lo habían trepado en una carreta.

Kiba, Lee, Naruto, Shino, Shimaru, Sai, Chouji y él se hacían un enredo intentando caber en la cabina trasera, mientras tanto al frente…

—¡Ya te lo he dicho Kakashi, soy el mejor guiando un caballo!

—Lo que digas. —El ninja copia lucía desganado en su traje ceremonial, las dos manos sujetando las riendas.

—¡Esto merece una competencia!

—¿De que estilo Gai?

—¡Ninguna competencia! —Shikamaru chilló apretujado desde atrás—. ¡Nos van a matar! —Neji asintió en silencio.

—¡Ey Gaara! —Naruto se pegó al vidrio, por la calle (y con su elegancia innata) Sabaku No Gaara caminaba con regio porte precedido de sus hermanos.

—¿Eh? —Eso fue lo último que pudo decir el dirigente de la Arena antes de ser violentamente secuestrado frente a las narices de sus acompañantes.

—¡Más rápido Kakashi!

—Yosh, yosh. —Aunque el ninja copia no lucía muy entusiasmado.

—Acabas de secuestrar a un invitado de honor en un vehiculo en movimiento. —Shikamaru se cruzó de brazos como pudo en el apretado espacio—. Acabas de romper unas diez leyes.

—¡Hola Gaara!, —pero parecía que Naruto no había escuchado nada—, ¿te gusto la boda?, ¿verdad que Hinata-chan lucía preciosa?, ése es el novio. —Acto seguido señaló a un apretujado Neji que ni siquiera pudo asentir con la cabeza en señal de presentación.

—Hyuuga Neji. —Gaara murmuró entre los traqueteos de la carreta—. Felicidades.

—Gracias Kazekage. —Un bordo particularmente alto los mandó a todos contra el techo, esperaba que no le reclamaran al pelirrojo sano y salvo porque si no se iban a llevar un gran chasco.

—Por cierto, —Chouji que lucía sudoroso entre tantos cuerpos musitó ahogadamente—, ¿a dónde vamos?

—A cambiarnos. —Naruto exclamó con rapidez—. Tenemos que estar en el salón antes de las ocho treinta.

—¿Y por qué yo tengo que ir con ustedes? —Neji siseó.

—No íbamos a permitir que vieras como Hinata-chan se quitaba el kimono nupcial para ponerse otra cosa. —Naruto se cruzó de brazos con tan mal tino que le clavó un codo en el ojo a Sai—. No seas goloso.

—¿Goloso? —Sin poder evitarlo el Hyuuga se sonrojó.

—Por cierto, —Sai se frotó su ojo sin quejarse por el golpe recibido—, ¿estas listo ya para esta noche? —Al instante la carreta se sumió en el silencio.

—¿Por qué?, —para colmo parecía que el Kazekage no era ducho en ciertos temas—, ¿qué va a suceder en la noche?

—Según el libro "La sociedad humana y sus rituales de procreación"…

—No necesito hablar de mi procreación con ustedes. —Neji tragó saliva azorado.

—Pensé que íbamos a asistir a una fiesta esta noche. —Gaara lucía perplejo.

—El libro menciona que después de la fiesta viene un ritual conocido como "Noche de bodas". —Sai le aclaró con su voz monocorde.

—¿Eso que es? —Lastima que uno no pudiera callar sin más al dirigente de otra aldea ninja, si no Shikamaru ya lo hubiera hecho con mucho gusto.

—En sí es el resultado de una danza sexual que… —Al instante Naruto, Kiba y Neji se derritieron quedando como globos desinflados (y muy rojos) en sus respectivos asientos.

—¿Qué pasa? —Gaara parpadeó sorprendido, pero luego giró la vista hacía Sai—. Eso quiere decir que Hyuuga Neji se acostara con su esposa, ¿cierto?

—Sí. —Sai parecía ajeno al caos que había desatado.

—Tsk. —Shikamaru se frotó el rebelde cabello—. No creo que Neji necesite que se lo estemos recordando.

—Hinata-chan… —Kiba y Naruto se abrazaron llorando—. ¡Nooo!

—Oigan. —Con enfado creciente Neji se pasó la mano por la frente—. No es como si se lo fuera a hacer pasar mal… —Bien, había escogido unas pésimas palabras, unas terribles palabras…

—¡¿Qué? —Naruto y Kiba chillaron al tiempo.

—Con el físico que presentas supongo que has tenido mucha experiencia previa. —Sai dictaminó sin inflexiones en la voz.

—Yo… —Neji sintió que era acorralado.

—¿Has mantenido relaciones de ese tipo con Hinata Hyuuga con anterioridad? —Los ojos verdes de Gaara lucían curiosos.

—¡No! —Neji por un momento agradeció el estar tan apretados, así el brazo de Lee cubría parcialmente su rostro enrojecido.

—¿Estas convencido de tus capacidades entonces? —Y venía Shikamaru a sumarse al juego.

—Ya basta.

—Acuérdate Neji. —Kiba habló entre los traqueteos—. No termines sin haber hecho que goce.

—Uh. —¿Qué más podía responder a algo como eso?

—Sí, es la primera vez de Hinata-chan. —La voz ahogada de Naruto llegó desde el otro lado de la cabina—. Tienes que asegurarte que la pase bien. —Claro, ¿y nadie pensaba que también era la primera vez de él? (no que fuera a confesarlo), ¿cómo se lo haría pasar bien a ella si no sabía ni siquiera que tenía que hacer por si mismo?

—¡Demuestra quien manda!

—¡Que sepa que eres el hombre!

—¡Y a darle y darle!

—¡A darle y darle! —Todos gritaron al mismo tiempo y Neji sintió como el alma se le salía del cuerpo, por Dios, de verdad, por Dios.

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Hinata fue subida en una carreta con Sakura, Ino, Hanabi y Tenten antes de poder siquiera intercambiar alguna palabra con Neji. De ahí en adelante se suponía que la fiesta sería más informal así que tenía que cambiarse el kimono nupcial por algo más sencillo.

Todo el viaje se fue en escuchar chillidos de emoción hacía las palabras que había dicho Neji como votos.

—¡Que romántico!

—¿Quién lo diría?

—¡Ojala y a mí me digan algo tan bonito! —Hinata sentía como si los cumplidos fueran hacía si misma y por lo tanto estaba más roja que rosa en flor.

Finalmente llegaron a casa de Kurenai donde se colocó un kimono un poco más sencillo (no por eso menos majestuoso), le quitaron todo el maquillaje blanco e Ino volvió a hacer uso de su magia para darle un tenue maquillaje que resaltaba más aún sus ojos.

—Que guapa te ves. —Sakura declaró sonriendo con sinceridad.

—Espero que Neji-niisan pueda contenerse hasta ese momento. —Hanabi se encogió haciendo un mohín—. Sería de mal gusto si desaparecen a mitad de la ceremonia para…

—¡Hanabi-chan! —Hinata se escandalizó.

—Oh de verdad, —Tenten rodó los ojos—, ¿nada de nada?

—¿A-a que te refieres? —La joven Hyuuga se encogió sobre si misma.

—Llevan seis meses de novios. —La castaña la señaló con un dedo—. ¿Hasta donde has llegado con Neji?

—A ningún lado. —Con pesadez Hanabi respondió por su hermana.

—¿A ningún lado? —Las otras tres preguntaron perplejas.

—Muy a penas se roban algún beso casto, si se toman de las manos es un milagro y no creo que se hayan sobado en ningún lado aún.

—¡¿Qué?

—¡Hanabi-chan! —Hinata chilló, no era justo que aquel animalito despreocupado que decía ser su hermana fuera tan lengua floja.

—¡Pero Hinata! —Sakura la sujetó de los hombros y la sacudió—. ¿De verdad Neji ha soportado eso?

—Lo ha hecho como un campeón. —Hanabi susurró con pesar, pero casi al instante sus ojillos brillaron maliciosos—. Pero estoy segura que Nii-san ahora si desquita de todas, todas.

—Acuérdate de cooperar. —Tenten la miró fijamente.

—Ya sabes lo que dicen, flojita y cooperando. —Sakura apretó las manos, aunque era Hinata la que estaba frente al dilema de su vida también ella se contagiaba de su emoción.

—Si te duele trata de no llorar mucho, si no puede que lo hagas sentir mal…

—Ya-ya basta… —Sintió que de un momento a otro se desmayaría, parecía como si esas cuatro consideraran los sentimientos de Neji por encima de los suyos, ¿de verdad su primo habría estado esperando ese momento como un santo?, se volvía un manojo de nervios solo de considerarlo.

—Son las ocho veinte. —Hanabi miró el reloj y empezó a parar a todas de mala manera—. Moviéndose, moviéndose. ¡Tenemos diez minutos para la entrada triunfal!

—Ay no. —Hinata cerró los ojos, había sido una muy mala idea dejar que Hanabi y Kiba se encargaran de eso y peor había sido consistir en que fuera sorpresa incluso para ellos.

A las ocho treinta se encontraba escondida tras un telón rojo, Neji no estaba por ningún lado, el salón apenas estaba alumbrado por unas tenues luces y todos parecían compartir una travesura de la que ella no tenía la más minima idea.

—¿Hanabi-chan?

—Espera un momento. —Sus amigas parecían estar esperando una señal, a esas alturas suponía que lo mejor era esperar y dejarse llevar por lo que fuera que estaba por suceder.

A las ocho cuarenta del otro lado del salón una cortina roja fue removida y apareció la mano de Kiba levantando el pulgar, las luces se bajaron aún más y sólo quedo una luz brillante que apuntaba a la cortina cerrada del lado de su amigo.

—¿Qué esta…? —La pregunta de Hinata quedo en el aire, en ese momento Kiba salió con un micrófono en mano, lucía gallardo en su traje de gala al modo occidental, de hecho hacía juego con el vestido que se había puesto Hanabi.

Yo me siento al fin feliz, —Kiba comenzó a cantar con brios, la gente le aplaudió riendo—, la tristeza no es para mi, ¿qué me importa lo que viví?, si me regalan el futuro no lo quiero sin ti. —En ese momento una decena de piernas sacaron de mala manera a Neji de la seguridad del telón rojo, por una fracción de segundo el Hyuuga piso el mundo de un mortal común y miró a la audiencia con aturdimiento.

¡Ay no me digas no! —Hanabi siguió la canción saliendo del otro lado del salón—. Si escondes algo dámelo, porque llego la hora de estar conmigo, pues el destino así lo escribió. —Antes de que pudiera reaccionar Hinata también fue lanzada fuera por varios brazos hacía el escenario, tan aturdida como Neji apenas y si alcanzó a sonrojarse.

¡Si es amor, abrázame con ganas! —Los castaños cantaron al unísono, los chicos corrieron y tomaron a Neji por volandas, las chicas hicieron lo mismo con Hinata, al llegar al centro del salón (y cuando parecía que los soltarían para que estuvieran juntos) Naruto brincó para pasar a tomar a Hinata por la cintura y girar con ella, Sakura se colgó a los hombros de Neji haciendo lo mismo— ¡Si no lo es, tal vez será mañana!, estando juntos mi mundo se llena de luz, ¡lo mejor de mi vida eres tu! —Neji intentó infructuosamente quitar a Hinata de las manos de Naruto, en ese momento el rubio le dio una vuelta a Hinata en el aire y se la pasó a Shikamaru quien la recibió sonrojado (al parecer el recuerdo tardío de un cumpleaños pasado hacía mella en su espíritu), él en cambio fue pasado a los brazos de una sonriente Ino.

Me voy de fiesta si quieres ir. —Hanabi arqueó sugestiva ambas cejas cuando Neji era rodado como trompo por enfrente de ella.

¡Quiero ir! —Kiba gritó entusiasmado al tiempo que atrapaba a Hinata al vuelo y la pegaba a su pecho.

De Sunagakure a Konoha, sí. —Hinata estiró una mano cuando Neji pasó volando a su lado atrapado entre los brazos de Ino, pero el férreo abrazo de Kiba no le permitió ni rozarlo.

Eso sí. —Kiba la soltó, mareada Hinata intentó seguir a Neji, pero apenas había intentado dar un paso cuando las manos de Sai se posesionaron de sus caderas.

Y sin dormirnos acabar con Oro-chii, te juro que jamás te vas a arrepentir. —Neji por fin sintió como Ino lo soltaba, trató de alcanzar a su novia (y del potencial peligro de un Sai sincerándose acerca de lo que sabía acerca de la noche de bodas), pero fue atrapado por los brazos de Tenten… y otra vez a girar…

Sai le pasó la novia a un acelerado Lee que le dio un apretado beso en la mejilla deseándole toda la felicidad de la llama de la juventud, Neji estaba dispuesto a acabar con esa llama al instante, pero para su desconcierto algo parecido a tierra lo tomó de los tobillos y antes de que siquiera pudiera pensar en un ataque asesino en plena boda se dio cuenta con frustración que Sabaku No Gaara se había unido a la broma.

—¡Neji-nii! —Escuchó el grito lejano de su prima mientras la arena lo botaba en el aire como trampolín.

¡Lo mejor de mi vida eres tú!

—¡Ah! —No supo cómo, pero su prima cayó a su lado en aquella alfombra de arena movible.

¡Pues el destino así lo escribió!

—¡Neji-nii!

—¡Hinata-sama! —En medio de aquella catacombe se agarraron de las manos.

¡Lo mejor de mi vida eres tú!

—¡Neji-niisan!

—¡Hinata-sama!

—¡Lo mejor de mi vida eres tú! —Ambos gritaron al tiempo para después juntar las frentes y cerrar los ojos, hubiera sido el momento romántico que ambos habían estado buscando a lo largo del día… lastima que Naruto Uzumaki tuviera otros planes…

—¡Waaa, esto esta genial! —Y así (en menos de lo que decían "maten a Danzou") todos los novatos se encontraban saltando bajo la mano de Gaara, no que al pelirrojo le importara al parecer…

Luego de eso Neji tenía la vaga idea de que todos sus amigos lo habían cargado, le habían quitado los zapatos y se los habían puesto en la nariz, también lo habían semidesnudado entre los jaloneos que le habían dado. Mientras tanto su Hinata-sama había pasado de hombre en hombre, a veces teniendo que bailar, a veces recibiendo abrazos y besitos, ¿es que acaso el único que no podía tocar a la novia era el novio?

El único momento en que habían estado juntos fue cuando tuvieron que partir el pastel (de tantos flash Neji creía que su pupila había sido dañada irremediablemente), por cierto, el pastel era enorme y había un sello del clan Hyuuga como vela.

Naruto había acabado tomando tanto que se había apropiado del micrófono (y del karaoke como consecuencia), Sai se había puesto a dibujar en pleno apogeo de la fiesta y cuando Sakura le había preguntado porqué lo hacía se había encogido de hombros.

—Es la primera vez que voy a una boda de verdad. —Bueno, era Sai después de todo.

A la una de la noche alguien le había dado sake a Lee y habían tenido que usar a Gaara, Naruto y Shikamaru como fuerza de ataque para que no acabara demoliendo la parte norte del salón.

A la una y media Kakashi coqueteaba descarada y francamente con Anko quien tenía una mirada que quería decir "quiero todo contigo" en toda su ebriedad contenida.

A las dos Neji se sabía cada milímetro de la pista de baile y también sabía que sus pies no volverían a ser los mismos, nota mental, no, no, no aceptar bailar con una Hokage medio alcoholizada: Un pisotón, "¡que puedan llevar el clan muy bien Neji!", otro pisotón, "¡yo sabía que ustedes dos estaban hechos el uno para el otro!", otro pisotón…

A las dos quince Chouji se puso a vomitar, Shikamaru lo tomó "del ala" como solía decirse y se lo llevo arrastrando, Ino también se fue con ellos.

A las dos y media Gaara también se llevo arrastrado a Naruto y a Kankuro, Temari y Sakura se despidieron deseándoles enhorabuena.

A las tres los que aún quedaban fueron desapareciendo, algunos demasiado alcoholizados para despedirse, la servidumbre empezó a recoger el desastre. Neji intentó sentarse en una silla pero alguien le echó en los brazos el álbum de firmas y el buzón que contenía los sobres con el dinero que sus amigos le habían regalado, sólo esperaba que no hubieran exagerado, la cosa esa pesaba una barbaridad.

A las tres y media, molidos, con la ropa mal acomodada, sudados y cansados Hinata y Neji fueron puestos en una carroza (que compartían con porquerías varias) y fueron enviados a una nueva sección de la mansión que habían construido expresamente para ellos.

Ambos bajaron con los brazos llenos, cualquier fantasía mental de la entrada triunfal a su nuevo hogar cargando a su bella novia se fue al demonio, eso y que Neji tuvo que apoyar su carga en la pared para tantear por la llave de su nueva casa en su pantalón.

Apenas entrar ambos soltaron el suspiro que habían estado reteniendo desde la mañana cuando sin previo aviso habían sido engullidos por una montaña de gente que ya no los había dejado solos ni a sol ni a sombra.

—Por fin…

—En casa. —Hinata contempló la frase y ambos se dejaron resbalar en el suelo, las espaldas juntas y el mismo deseo refrenado de arrancarse los zapatos y tirarlos al rincón más cercano. Pasaron así cerca de dos minutos, como cuando cansados del entrenamiento se sostenían en el otro sin palabras de por medio, pero entonces lo recordaron con sorpresa, se suponía que aquella era su noche de bodas…

Hinata considero (y seriamente) el desmayarse, de hecho lo ameritaba tanto física como mentalmente, pero luego recordó las palabras de sus amigas, ¿no habían dicho que Neji había esperado con la paciencia de un santo?, ¿no sería entonces ella una arpía si se negaba a hacer lo que (de hecho) en alguna parte de si misma también deseaba?

—Hu-hum… —Por alguna razón el ambiente se había vuelto pesado—. Fu-fue una boda extraña, ¿verdad?

—Creo que los demás se divirtieron bastante. —Neji tamborileó con los dedos en el piso, estaba cansado, estaba sudado y seguramente no era ni por asomo la octava maravilla, ¿cómo iba a complacer a su Hinata-sama en tales condiciones?, ojala simplemente una oleada de arena lo enterrara y pudiera saltarse esa noche, no es que no la deseara, pero…

—Bueno… —Sintió como Hinata se encogía a sus espaldas—. No había visto esta casa…

—Yo tampoco. —Neji se apresuró a contestar y llevar la platica por otros rumbos.

—E-es bonita.

—Si que lo es. —Y de nuevo el silencio, Neji se devanó los sesos recordando las enseñanzas de Kakashi (aunque quizás era pura experiencia Icha-Icha, así que igual y eran por parte de Jiraiya).

Escucha Neji, es la primera vez de tu esposa, ella esperara que la guíes pacientemente por los derroteros del amor, tienes que mostrarte confiado y a la vez cariñoso, ¿entiendes? —Claro, ¿y de dónde iba a sacar la confianza en su primera experiencia?, seguro su Hinata-sama se daba cuenta de que era un inexperto y se desilusionaba, ¿y que habían dicho los muchachos?, ¿qué tenía que complacerla?, aquello parecía más difícil que misión rango S súper clasificada.

Mientras tanto Hinata se encontraba echa un ovillo detrás de Neji, de repente había dejado de ser el primo de siempre, el amigo y el guardián de toda la vida para pasar a convertirse en un hombre y aquello de alguna manera daba miedo y a la vez curiosidad.

Las chicas le habían dicho que tenía que cooperar, que debía dejarse guiar por él y alentarlo un poco.

—Me-me voy a bañar. —Ese había sido el consejo de Ino.

Tú sólo báñate, ponte ropa sugerente y si quieres cierra los ojos. —La conocían demasiado bien como para pedirle que intentara hacer algo más, todo mundo sabía que híperventilaría de solo pensarlo.

—Entiendo. —Neji asintió y ella se levantó con torpeza para después pasar al salón de baño, en cuanto se quito la ropa y vio su cuerpo desnudo en el espejo se soltó a gimotear y lloriquear sin sentido, ¿y si a Neji no le gustaba?, ¿que tal si se desilusionaba?, tenía la piel demasiado blanca, en algunas partes se le notaban las venas de tan transparente y no tenía una cintura estrecha y chiquitisima como la de Ino, además sus caderas eran demasiado grandes y aquellos pechos, ¡si hasta parecían artificiales!, con nerviosismo pasó saliva y se hundió en la tina hasta la nariz, su cabello flotaba a su alrededor, ojala y pudiera quedarse en esa tina para siempre, ojala y pudiera ahogarse.

Bueno, tenía que suceder y bien, también ella tenía algo de curiosidad acerca de que sucediera, pero se sentía tan nerviosa en esos instantes que podría morir sin mayor aspaviento.

—Neji-nii. —Susurró bajo el agua creando burbujas a su alrededor, no quería salir y era probable que de seguir ahí dentro su piel se volviera el equivalente a un camarón, pero tenía miedo, había amor, curiosidad y miedo danzando en su estomago.

Cerró los ojos recordando su despedida de soltera, o debería haber dicho, ¿su sorpresa de soltera?

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Neji se quedo sentado en medio del recibidor, frente a él (y regados por el suelo) descansaba un álbum de firmas, un buzón con dinero, unos manteles, una bolsa con adornos que se habían quedado y el kimono nupcial que su ahora esposa había botado de cualquier manera.

Sin poder aguantar más tiempo se sacó los zapatos y los arrojó lo más lejos que pudo, sus cansados dedos se movieron rítmicamente para quitarse el estrés, de verdad que estaba cansado.

De reojo giró a ver el pasillo por el que Hinata se había perdido y volvió a lanzar un pequeño suspiro para después doblar las rodillas contra su pecho, sería mentir el decir que no lo deseaba, es decir, que el momento de la verdad llegara, pero de igual manera tenía un pánico atroz.

Para intentar relajarse tomó el álbum de firmas y lo abrió en una página al azar.

¡Hinata-san!

Siempre supe que sería muy feliz, Neji-kun seguramente la cuidara muy bien y aunque estoy profundamente celoso de que su guardián sea él de ahora en adelante estoy seguro de que tendrá felicidad en su vida.

Koh

Neji sonrió ante los sentimientos del antiguo guardián de su prima, la verdad le debía mucho a Koh.

Hinata-chan

Siempre fuiste la mejor dattebayo, no creo que Neji te merezca, pero cuando te canses de él acuérdate que puedes ir a platicarlo con tu Hokage (yo seré el Hokage entonces)…

Neji rodó los ojos y se pasó el resto de tonterías que había escrito el rubio, de verdad que Naruto no tenía decencia, ni siquiera en el álbum de firmas dejaba de coquetearle a su esposa.

Iba a seguir leyendo, pero escuchó el sonido del agua que decía bien a las claras que Hinata estaba llenando la tina del baño. Su prima por lo general no era de darse baños de esa manera, en el clan todo debía tener un tiempo estimado y perder el tiempo tomando una ducha no era algo que se hiciera todos los días, aquello pues quería decir una de dos cosas, o su prima estaba extremadamente nerviosa y quería relajarse o estaba intentando hacer el mayor tiempo posible antes de enfrentarlo… o quizás era ambas.

Era una noche calida y Neji empezó a sentirse pegajoso, sin mucha ceremonia se desabrochó la parte superior de su traje ceremonial y dejó su pecho descubierto, ¿le gustaría a Hinata tocarlo?, nunca antes había tenido que preguntarse cuestiones como esa. Su noviazgo había sido todo lo conservador que uno esperaría de alguien del clan Hyuuga, se veían en el parque, en el jardín o en el bosque, entrenaban y luego pasaban el tiempo juntos lado a lado, a veces conversando y en ocasiones en un cómodo silencio.

Los besos habían sido escasos y en su mayoría bastante castos. Neji aún recordaba con vergüenza una ocasión en que empezó a ganarle la pasión y sujetó a su prima por la nuca para profundizar el contacto, como consecuencia Hinata se había desmayado encima de él y Hanabi que iba pasando no había dejado de llamarlo pervertido por cerca de dos semanas.

Por supuesto, había sido una sorpresa cuando se había plantado frente al consejo (con todo el coraje que podía dar la fuerza del amor) y había declarado que quería a su prima y afrontaría las consecuencias de aquel sentimiento.

Para empezar Hiashi le había palmeado el hombro, luego el resto de los ancianos se habían felicitado entre sí, el joven genio creyó que había caído en dimensión desconocida cuando sus sentimientos fueron aprobados, promovidos y fomentados por el clan en vilo.

Y aquello lo llevaba a la situación presente.

No había tenido que enfrentarse a ningún obstáculo para conseguir su objetivo (de hecho a veces le daba la impresión de que había sido manipulado para llegar hasta el altar), pero no importaba cuando la recompensa venía envuelta en hebras oscuras y piel clara como la luna.

A lo lejos escuchó a Hinata hundirse en la tina, podía imaginar su cuerpo desnudo siendo acariciado por el agua, el mismo cuerpo que dentro de poco sería suyo… oh cielos, que posesivo había sonado eso…

El cansancio empezaba a alejarse dejando paso al nerviosismo que amenazaba con revolver su estomago de manera poco agradable. Debían hacer guías para ese momento.

Icha-Icha- Tu primera vez.

Seguro y se vendería como pan caliente.

Sin poder aguantarlo por más tiempo se puso de pie y salió descalzo al patio, hacía una luna hermosa y el viento calido lo golpeaba en la cara como una invitación más a una noche de pasión. Si hasta la naturaleza estaba en su contra.

Sintiéndose débil caminó hasta el pozo de agua y se mojó la cara, tenía mucho calor… en un recuerdo vago volvió a visualizar lo que había pasado en su despedida de soltero.

Todo había empezado en la casa de Shikamaru, específicamente en un domo para invitados donde la constante habían sido el sake y las bromas malas acerca de que acababa de ser encarcelado de una manera más funesta que con el sello del pajaro enjaulado.

Chouji y Kiba habían estado asando la carne y Neji se debatía entre partirles la cara a todos por cachondearse con sus sentimientos o mostrar una media sonrisa ante los halagos que hacían sobre su futura esposa.

El caso es que cerca de las dos de la mañana (y siendo sinceros en un estado etílico que dejaba mucho que desear) Sai tuvo la brillante idea de que, según los filmes de comedia romántica que había visto últimamente, se suponía que los chicos tenían que ir a espiar a las chicas en su despedida de soltera.

Al principio Neji se negó (¿quién diablos decía que su noviazgo era una comedia romántica?), pero tuvo que aceptar a las volandas porque Kiba empezó a enumerar con los dedos todas las veces que había hecho el ridículo en su noviazgo (y antes de éste) por lo que tuvo que cerrarle la boca de la mejor manera posible, que en ese caso era cumpliendo el capricho colectivo.

Konoha nunca antes había visto a grupo más escandaloso de jóvenes corriendo por sus calles y diciendo incoherencias. Neji creía estar un poco más sobrio, pero sus esperanzas fueron hundidas cuando dio de frente con un poste y musitó un "discúlpeme" antes de notar que el cemento no le contestaría la gentileza.

La reunión era en una vieja finca de los padres de Ino así que tuvieron que caminar en penumbras guiados por Shikamaru, el resultado fue que Naruto se cayó unas diez veces, se enredó con las telarañas y empezó a musitar que había visto un fantasma poniendose pálido de terror.

Lee, quien no había tomado nada, intentaba animarlos con la fuerza de la llama de la juventud, pero Sai (a quien el alcohol desinhibía hasta un punto alarmante) se ocupó en interrogarlo a fondo acerca de su filosofía: ¿a que se refería con la llama de la juventud?, ¿era una llama real o metafórica?, ¿tenía algo que ver con el alma?, ¿podía apagarse?, ¿que clase de fuerza poseía?, ¿en que momento de la vida abandonaba a un joven?, ¿en que bases científicas se cimentaba para decir que la vida giraba alrededor de esa sospechosa llama que nunca nadie había visto, que no se podía sentir, tocar o ver?, como consecuencia Lee acabó reducido a balbuceos y Sai empezó a dibujar una llama en medio de la oscuridad tratando de encontrar la verdad por sí mismo.

Kiba hacía ruido como si cien elefantes fueran en estampida, se quejaba acerca de que no debía haber dejado ir a Hanabi a semejante fiesta, luego empezó a pintar tal escenario de terror que Neji tentado estuvo de salir corriendo así dejara a todos atrás: ¿Qué tal si las chicas habían contratado a uno de esos tipos que se quitaban la ropa?, ¿y si se quitaba toda la ropa?, ¿sería cierto que se permitía tocar lo que se quisiera?, ¿la novia tenía un trato especial?, ¿sería cierto que el tipejo aquel hacía privados?, entre más imaginaba Kiba más grande era la desesperación de Neji y al final ambos castaños estaban en tal estado de crisis que de buena gana hubieran aventado a Shikamaru sobre sus hombros y hubieran corrido con él para llegar a su destino lo más rápidamente posible.

Chouji, el más despreocupado de todos, opinaba que las chicas estarían haciendo cosas aburridas de chicas (maquillaje, chismorreos, comer), pero nadie le presto atención, cada uno perdido en sus miedos personales.

Shino había estado quitándose la ropa mientras caminaban (situación realmente alarmante), porque a pesar de que llevan quince minutos caminando aún seguía tan cubierto como cuando habían salido de casa de Shikamaru (¿pues cuantas gabardinas llevaba encima ese sujeto?, seguro que cuando terminara de quitárselas quedaría reducido a un simple fideo).

—Ya casi llegamos. —Shikamaru había anunciado de repente y todos dejaron sus cosas para volverse uno solo con la misión: Espiar a las chicas.

Desde lejos podía verse que aquello no estaba demasiado retirado de sus fantasías más disparatadas, una canción pegajosa y estridente podía escucharse mucho antes de arribar al lugar, el salón estaba oscuro, luego pasaba a tener luz rosa, naranja, verde, amarilla… de verdad que aquellas chicas sabían como crear una Disco en casa.

Shikamaru se echó panza al suelo y empezó a arrastrarse por el jardín en dirección al shoji principal, los demás lo imitaron creando casi al instante una ondulada (y ebria) serpiente humana.

Conforme avanzaban Neji empezó a escuchar los berridos de las chicas, si ellos habían creído que tenían ambiente en su fiesta era porque no sabían de lo que eran capaces un grupo de chicas después de unas copas (por decirlo de algún modo).

Destacaban los chillidos de Ino y Sakura que berreaban la canción electrónica en algo que parecía ser ingles, la luz se apagaba y se encendía, Tenten y Hanabi de repente chillaban y luego estallaban en carcajadas.

Shikamaru giró hacía atrás alzó dos dedos y luego señaló a la izquierda, Naruto y Sai asintieron y se deslizaron en esa dirección, Sai dando vueltas sobre el césped y Naruto aventándose de palomita. Hicieron un ruidazo mortal que hubiera despertado hasta al sueño más profundo, pero las chicas tenían tal escándalo que ni lo notaron.

Shikamaru se pasó una mano por la cara (ser el líder de semejante panda de idiotas era su pesado karma), sin embargo se repuso rápidamente, alzó tres dedos y señaló a la derecha, al instante Chouji, Kiba y Lee asintieron e hicieron las maniobras evasivas para llegar a ese lugar. Chouji se arrastró como gusano y Kiba se subió en los hombros de Lee.

—¡Adelante alazán, adelante! —Su grito de guerra fue acallado por Neji que le aventó una piedra a la cabeza que lo dejo parcialmente K.O.

—Nosotros dos al frente. —Shikamaru le susurró a Neji y el genio Hyuuga asintió con la cabeza para colocarse de panza al suelo al lado del Nara, ambos se arrastraron centímetro a centímetro, hombro con hombro, codo con codo y justo cuando iban a abrir el shoji que los separaba de la verdad…

—¡Iugh! —La puerta de papel se abrió sorpresivamente, Neji rodó en acto reflejo, pero Shikamaru quedo aplastado por acido gástrico combinado con algo que olía a ron. De verdad que Hanabi-sama era muy joven para tomar…

—¡Aborten, aborten! —Kiba ordenó intentando correr por el patio, pero se tropezó con el cuerpo inerte de Chouji y cayó al piso.

—¡Quiero ver! —Naruto pisó a Shikamaru en la cabeza y se asomó por el shoji sin reparar en Hanabi que seguía vomitando como si no hubiera un mañana, Neji se vio obligado a seguir su ejemplo al notar que las chicas parecían demasiado ebrias para notar su intromisión.

Lo que vio lo dejó sin habla, en el centro del salón Ino y Sakura se le estaban restregando encima a Hinata, ¡a su Hinata-sama!, las dos con los hombros descubiertos y las mejillas sonrojadas por el alcohol. Hinata parecía estar en un mundo paralelo porque aquella sonrisa atontada no se la había visto nunca antes en el rostro (nota mental: emborracharla sólo cuando estuviera a solas con él).

Aquel era todo un cachondeo femenino y Naruto se había quedado con la boca abierta, estaba seguro de que dentro de poco le saldría sangre por la nariz.

Las tres estaban bailando de una manera que podía hacer enloquecer a cualquiera, Hinata llevaba puesto un kimono con rajadas a los lados que dejaba ver hasta la mitad de sus muslos y la ropa se le había bajado de tal manera de arriba que un seductor hombro estaba al descubierto.

—Voy a inmortalizar este momento para la eternidad. —Sai susurró a su lado empezando a dibujar a toda prisa, por primera vez en toda la noche Neji lamentó que se encontrara tan borracho, seguro su capacidad artística no sería la misma en semejante estado de embotamiento mental.

—Hinata. —Shino se acomodó las gafas oscuras y luego las inclinó para ver por encima de ellas, Neji sintió un espantoso escalofrío cuando al Aburame se le escapó un silbidito de admiración. Nueva nota mental: no hacerle mucha confianza a Shino Aburame.

—¡Ey!, —y de pronto toda la magia se acabo cuando Tenten señaló hacía ellos con un solo nombre culpable en labios—, ¡¿qué hace ahí Neji?

Y así la misión se fue al carajo, hubiera querido decir que habían salido ilesos, pero lo cierto es que habían tenido que abandonar a ciertos compañeros en su desesperada huída. Chouji y Naruto decían que su vida no volvería a ser la misma después de los tormentos de esa noche. Al parecer había tenido algo que ver con terminar amarrados a una silla y mucho lápiz labial, pero preferían no saber los detalles…

Cuando Neji pudo volver al mundo real (y a su momento presente) se dio cuenta con sorpresa que había terminado echándose agua directamente del pozo con un cubo y ahora estaba más mojado que perro callejero en aguacero.

Sin entender aquella desconexión con la realidad volvió a entrar a la casa y se sacó la ropa ceremonial empapada, su cabello le caía completamente mojado hasta la cintura y sus pies descalzos dejaban huellas por el recibidor. Apresurado se dirigió al cuarto que compartiría con Hinata (no quería pensar mucho en eso porque igual y se le pegaban manías de su prima y se desmayaba) y recorrió rápidamente toda la habitación en busca de una toalla, que suponía que presentarse frente a su esposa con unos boxers mojados (todo él mojado a ser sincero) no sería precisamente algo usual.

Pero no había ninguna toalla (seguramente el cuarto de baño las había raptado todas para sí) y ya estaba planeando envolverse en las sabanas de la cama cuando con un "click" la puerta del baño se abrió y apareció en el umbral una tímida Hinata, sus mejillas completamente rojas y su mano que sujetaba tambaleante el marco de la puerta.

—Hinata-sama. —Neji murmuró y aquello fue como si hubiera desatado una corriente eléctrica por todo su cuerpo.

—Ne-Neji-niisan. —Finalmente la joven terminó de abrir la puerta, llevaba un diminuto negligé morado que realzaba de tal manera sus ojos que parecía como si fueran luceros en el firmamento. Neji abrió la boca completamente tomado por sorpresa, por desgracia ella hizo lo mismo, no esperaba que Neji también se hubiera preparado para ella y aquella apariencia salvaje y húmeda era como para que todas las chicas del mundo cayeran rendidas a sus pies.

Ambos parecieron reaccionar al mismo tiempo y cerraron la boca de tal manera y con tal fuerza que se escuchó el golpe que hizo su quijada al volver a su sitio original.

—¡Ou! —Si hasta en eso ambos eran despistados…

—Hum… —Hinata se preguntó si debía caminar hacía el futon, hacía Neji o simplemente quedarse donde estaba. Neji se cuestionó si debía explicarle que quería una toalla o si debía seguir gozando el momento que se le estaba entregando sin reservas.

—Yo… —Titubeante Hinata empezó a juguetear con sus dedos índices, no sabía que hacer, ella no era del tipo de chicas que pudiera llevar adelante esa situación tan incomoda.

—Eh… —Neji se dijo que debía girarse para no incomodarla con su mirada, pero luego se recordó con sorpresa que ella era ahora su esposa, se suponía que tenía que verla, se suponía que tenía que hacerla sentir deseada, eso era lo que había dicho Kakashi. Tímidamente la recorrió con la mirada y tuvo el desfalleciente pensamiento que no se estaba portando varonil en lo absoluto, cada cosa que veía lo hacía enrojecer más, si hasta parecía un cachorro indeciso.

Hinata bajó la mirada sin poder aguantar más tiempo la mirada de él sobre ella, si Neji no hacía algo rápido simplemente se desmayaría sin más, ¡pero no!, las chicas habían dicho que Neji la había estado esperando, no podía hacerle algo por el estilo, tenía que resistir, tenía que mantener su consciencia por ella y por él.

—Hinata-sama. —Empezó a avanzar hacía ella más por instinto que por el entrenamiento previo. Ella juntó las manos en su regazo sintiendo todos y cada uno de los latidos de su corazón.

—Ne-Neji… —Intentó ser firme y certero como lo era en sus misiones, pero sus dedos parecían estar temblando cuando se colocaron bajo su barbilla y le alzaron la cara para que se vieran a los ojos, aquel fue un momento eterno en el que sus mejillas se sonrojaron al mismo tiempo y sus pupilas temblaron con el mismo deseo agazapado.

Neji quiso recordar las enseñanzas de Kakashi y los tips que le había dado para no acabar haciendo el ridículo, pero todo conocimiento parecía haber huido en desbandada de su mente así que tuvo que conformarse con sus instintos primitivos.

Con lentitud dejó que su mano rodeara el talle de su prima, apegándola lentamente a él, despacio, muy despacio… Hinata pareció derretirse en sus brazos, un pequeño y delicado suspiro se escapó de sus labios rosas.

Neji tragó saliva y bajó la barbilla hasta que sus labios gruesos hicieron contacto con la piel suave de su cuello (Sai había dicho que eso siempre pasaba en las películas francesas), para su sorpresa Hinata se removió risueña, suponía que aquel beso no buscaba crear cosquillas en primera instancia (de cualquier modo Sai no se lo había aclarado), sin embargo aquello pareció relajarlos así que volvió a buscar su cuello.

—Ja, no, basta Nii-san. —Entre risitas Hinata intentó apartarlo, sonriendo él la sujetó de los hombros y se inclinó hacía ella para seguir besándola—. ¡Nii-san, ja, ja! —Su risa era suave y delicada, tal como lo era ella, aquello se estaba convirtiendo rápidamente en una lucha por las cosquillas que Neji tenía planeada ganar. Realmente Hinata era sensible en el cuello, se estaba riendo de tal forma que apenas podía manotear e intentar respirar, divertido Neji trató de inmovilizarla, pero el resultado de aquel forcejeo fue que ambos se fueron al suelo.

—¡Hinata-sama!, —preocupado Neji colocó ambas manos a los costados de su cabeza—, ¿se encuentra bien, se hizo daño?

—No me paso nada Neji-niisan. —Al parecer seguía demasiado divertida y risueña como para tartamudear.

—Su constante entretenimiento es asustarme. —Neji la censuró dibujando apenas una pequeña sonrisa en los labios.

—O-oye Nii-san… —Parpadeando Hinata desvió la mirada, al parecer algo llamaba su atención.

—¿Sí?

—No se suponía que… bueno, que el futon…

—¿El futon?

—Que-que teníamos que llegar al futon…

—Ah sí, el futon… —Por un momento hubo silencio, Neji parpadeó, hasta ese momento se dio cuenta de que su posición era altamente comprometedora—. Es decir, —tragó saliva—, ¿quiere ir al futon?

—Hum… —Hinata se sonrojó furiosamente.

—Aunque supongo que es mi deber llevarla hacía allá tomando en cuenta que yo la hice caer al suelo y bueno, no debe ser muy cómodo.

—¿Cómodo?

—En el suelo. —Neji volvió a sonrojarse—. Hacerlo en el suelo quiero decir.

—Ah, —Hinata pasó saliva azorada—, supongo que no. —Ambos volvieron a verse como cachorros perdidos, Neji supo que su momento de actuar había llegado.

—Yo… —No pudo agregar más, la sujetó en brazos y la cargó contra su pecho.

—¿Nii-san?

—Este será nuestro recorrido de amor al futon. —Y bien, para ser una idiotez del momento había sido una buena broma para relajarlos.

—Bien. —Hinata sonrió pasando las manos por su cuello, había sido un acto reflejo (en las misiones a veces se hería y la cargaban, aquella era la manera más fácil), pero en ese momento pareció como que estaba poniendo de su parte, se felicito por eso.

Neji finalmente la deposito en el futon y se quedo de rodillas a su lado… ¿y ahora?

Hinata hubiera querido hacerse un ovillo, pero suponía que aquello no sería ni por asomo sensual. Tragando saliva adelantó una mano y acarició la rodilla desnuda de Neji, él pareció reaccionar cerrando los ojos y dejando escapar un placido suspiro, pero luego dirigió la mirada hacía ella y era esa misma mirada que aseguraba que era sincero.

—Hinata-sama.

—¿Sí?

—Sé que esta es su primera vez. —La joven se sonrojó furiosamente, no es que le diera vergüenza, quería entregarse solo a su esposo, ese siempre había sido su sueño, amar desesperadamente a una sola persona y compartir con ella su sueño y su vida por entero. Pero decirlo en ese momento era como la antesala a lo que iba a suceder—. Sé que esta nerviosa y que tiene miedo y que espera que yo la guíe… —Neji cerró los ojos, se le notaba extrañamente perturbado—. Pero lo cierto es que… —Junto fuerzas, ¡vamos Neji, mejor desengañarla ahora!—. Lo cierto es que no tengo experiencia previa, —habló lo más rápido que pudo—, lamento desilusionarla, pero no tengo la menor idea de lo que…

—Neji-niisan. —No pudo seguir hablando, Hinata le cubrió la boca con dos dedos, había una pequeña sonrisa en sus labios y por alguna razón (una que en ese momento no supo comprender) se le veía aliviada—. E-esta bien ser los primeros e-en todos los sentidos… —Su rostro se sonrojó—. Estamos asustados y nerviosos, pe-pero ambos queremos… queremos hacerlo… aprendamos juntos.

—Hinata-sama. —Los ojos de él se llenaron de gratitud, había sido un tonto tratando de aprender formulas y grabándose consejos, no se podía planear un momento como ese, su Hinata-sama siempre sería su Hinata-sama y él era él, Neji Hyuuga, el genio del clan que nunca había hecho el amor, pero que aprendería al mismo tiempo que su esposa.

Con ternura se inclinó sobre ella y juntó sus labios con los suyos, sus cuerpos se fusionaron en uno solo y sí, habían sido torpes, habían actuado de manera aturdida, no se habían acoplado bien a la primera y quizás se habían hecho un enredo con brazos que no sabían donde colocarse, labios que titubeaban al tocar y piernas que se enredaban de manera extraña, pero al final habían acabado uno en brazos de otro y quizás (y sólo quizás) Neji había hundido la nariz en medio de aquellos dos senos que tanto lo habían torturado en el pasado durmiendo como un niño y quizás ella había comprobado eso que había dicho Kiba en el pasado "que los Hyuuga tenían atributos grandes de familia", pero el caso es que al despertar pudieron verse fijamente y sonreír con los ojos modorros y la misma cabellera larga, despeinada y enredada sabiendo que aquel era el rostro que querían ver al despertar en lo que durara su vida en apagarse.

Sólo una cosa no entendió Neji cuando su hermosa esposa se acostó sobre su pecho y sonriendo avergonzada lo sujetó por los hombros.

—Misión cumplida.

—¿Qué misión Hinata-sama?

—N-no nada.

—¿Hinata-sama?

—Na-nada Nii-san.

—¿Hinata-sama? —Pero ella simplemente se refugió más en su pecho, quizás algún día se lo diría… quizás.

FIN

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Notas finales de Okashira Janet: Bien, extrañare una infinidad a mi Neji (sollozo), este fic fue realmente divertido de escribir.

Agradezco a:

Mitchel0420

Hinamel

Vejibra Striker

Leontinees

Angelo di luce

Ania-coug

Maribelteka

Kage ni Hime

Zeldi-chan de hyuuga

Diana carolina

Tsuki Tsuruga

Naghi-tan

Rociio Uzumaki

Adlgutie

Flordezereso

Gaby L

Brujita Merlina

Guerrera221

Legendary

Princess331

MeganWeasleyGranger

DanBrownfan

A todos muchas gracias por leer, realmente han sido fabulosos, sacarles una sonrisa ha sido un placer. Un beso Ciao

28 de Junio del 2012 Jueves