Doctor Shinobi

Por: Letra A

Primera parte. "Un inicio diferente"

El guardián

Despertar

La Astucia del Sandaime

Un nuevo hogar

Nota de Autor: Saludos este es mi primer escrito sobre Naruto, está basado en un universo alterno a la serie, la cronología, eventos, secuencias, no siguen la pauta ni del anime ni del manga. Apreciaría mucho me dejen comentarios sobre este primer capítulo.

El Guardián

Konoha. Agosto 22. Año 5 del segundo reinado del Tercer Hokage.

— ¿Cual es el diagnóstico? Hijikata Sensei.

— Contusión cerebral severa, fractura de cráneo localizada en la zona del hueso frontal, cuatro costillas rotas, perforación del pulmón izquierdo, fractura de tibia y peroné en la pierna derecha, fractura abierta de radio y cubito en el brazo derecho, herida punzo penetrante en el costado inferior derecho con daño del riñón. Sarutobi sama, cualquier otra persona estaría muerta o al menos en estado comatoso con daños neurológicos irreversibles. Sin embargo debido a las propiedades de regeneración del "Nueve colas" no me extrañaría que despertase en cualquier momento.

Los sentimientos de vergüenza y tristeza que embargaron al líder de la aldea de la hoja al escuchar el breve resumen que le ofreció su consejero medico, se notaron claramente en la expresión de su viejo rostro. La impotencia, la rabia, la culpa, se sucedieron, tratando de conquistar el poco sentido común que se resistía a sus avances. Pocas veces en su larga vida, Sarutobi Hiruzen, otrora orgulloso Kage de la más poderosa aldea de las naciones elementales se sintió tan asqueado de su propia gente.

—Ya no se qué hacer Hijikata Sensei. Me siento tan impotente, ya son tres los ataques de este tipo en contra de Naruto kun en lo que va del año. Quisiera adoptarlo dentro de mi clan, pero los estatutos de nuestras leyes prohíben la adopción de personas no relativas a los clanes a no ser por alianza matrimonial, y ninguna de las familias civiles desea tampoco acogerlo en su seno, ya sea por ese estúpido odio injustificado o por temor a la retaliación. Por muy cruel que suene, a veces pienso que lo mejor sería que el niño sucumbiera a sus heridas y muriese, este mundo es demasiado sucio para una personita tan gentil e inocente.

Hijikata Tetsumo escuchó apesadumbrado las lamentaciones del Shinobi, la voz del Hokage apenas se dejaba oír mientras exponía sus culpas y remordimientos, parecía como si la intensa llama que alimentaba la voluntad del viejo líder se apagaba con cada frase que brotaba de su atormentada angustia.

Tetsumo no era tonto, sabía que detrás de toda esa cascada de emociones negativas que envolvían al líder de la aldea, se encontraba una circunstancia especial que era la clave para que Sarutobi fuese presa de tan profundo dolor, pero también era consciente de que todo lo relacionado al pequeño Naruto se trataba por el Kage con absoluto secretismo, el estatus de Jinchuriki del pequeño al parecer así lo ameritaba.

Tetsumo se encontraba de misión en la aldea de la lluvia cuando Naruto nació, por ello no pudo estar presente durante el alumbramiento del niño, solo al llegar y encontrarse con la masacre cometida por "el nueve colas", se enteró que el pequeño era el escogido por Minato Namikaze para llevar la pesada carga de su prisionero. Ese día lamentablemente, también se encontró con la penosa noticia de la muerte de su esposa.

Siempre había sido imparcial con respecto al niño, a pesar de que muchos aldeanos querían inculpar a este por las muertes de sus seres queridos, él nunca pensó de esa manera, ni siquiera cuando le relataron que el demonio era el asesino de su querida esposa. Y es que se tenía que ser bastante obtuso, para no comprender que "el nueve colas" y el niño eran dos entidades separadas, sin relación alguna.

Ahora, después de cinco años e incontables palizas sufridas por el muchacho, cuyas heridas cada vez aumentaban en intensidad, heridas que el mismo había tratado, Tetsumo se encontró a si mismo cansado de tanta injusticia y por primera vez, después de muchos años, siendo un elemento neutral dentro de la gran y compleja ecuación que rodeaba a Naruto, decidió intervenir.

—Sarutobi sama, quizá el muchacho estaría mejor bajo mis cuidados, como usted sabe vivo en las afueras de la aldea, solo vengo por provisiones y el trabajo en el hospital, desde que mi Akane murió he caído en una vida rutinaria y frustrante, siempre fue el deseo de mi esposa el tener hijos, pero debido a circunstancias de la vida, mi esterilidad nunca permitió al destino regalarnos esa emoción, sería un honor para mí criar al muchacho como hijo propio.

Sarutobi se vio sorprendido por la súbita e inesperada propuesta que le presentaba su consejero medico. Hijikata Tetsumo siempre le había parecido un hombre integro, honesto, muy profesional y ahora descubría, también compasivo. Le había conocido por medio de Tsunade, su entrañable discípula, quien le había recomendado lo incluyera en el roster medico de la aldea unos quince años atrás, para aquel entonces Tsunade era la líder del departamento médico y le había asegurado que Tetsumo era un prodigio de su mismo calibre en todo lo relacionado a la profesión. Y vaya que había resultado todo un prodigio en ese departamento, si bien Tsunade complementaba sus conocimientos médicos con su carrera como Shinobi, Tetsumo era un medico al completo, con una gran mente, al que extrañamente nunca le intereso ser Shinobi, de hecho, su discípula le había asegurado una vez que si Tetsumo hubiese seguido sus pasos en el mundo Shinobi estaría al nivel de los mejores Jonin de las naciones elementales.

Teniendo en mente que Naruto necesitaba con urgencia alguien que hiciese el papel de mentor en sus años formativos antes de la academia, Sarutobi empezaba a ver con buenos ojos la propuesta, sin embargo existían atenuantes que podrían ser perjudiciales tanto para Naruto como para el Galeno, por ello todavía no podía decidirse. Antes debía aclarar ciertas dudas.

—Hijikata Sensei, si bien es una propuesta muy alentadora y de paso muy conmovedora, tengo ciertas vacilaciones que me impiden por el momento decidirme.

—Quizá pueda ayudarle con esas dudas Hokage sama —dijo Tetsumo invitando al Kage a descubrir sus inquietudes.

El viejo Kage solo se limito a sonreír apaciblemente sorprendido como siempre por la afabilidad del médico para llevar las conversaciones.

—Bien, lo primero es que Naruto kun desciende de padres Shinobi, personas que siempre considere muy especiales para mí, por eso es mi deseo que el niño siga los pasos de sus padres y se enrole cuando tenga la edad para ello en la academia, sé muy bien que usted desprecia la violencia y la vida del Shinobi, por ello veo como inconveniente que Naruto kun sea criado bajo sus ideales, motivo que sin duda sería contraproducente para mis aspiraciones y las de la aldea.

—Entiendo —respondió Tetsumo haciendo una pausa tomándose un momento para reflexionar—, sin embargo creo que me está malinterpretando un poco con respecto a mis paradigmas Sarutobi sama.

El Kage le dirigió una mirada de confusión. El médico con un leve carraspeo intentó aclararse la voz.

—Para empezar esta en lo cierto en lo que respecta al desprecio que siento por la violencia, por ello nunca me hice Shinobi aunque tenía las capacidades para serlo, odio la violencia sin justificación mas no condeno la violencia por necesidad, no me hice Shinobi porque como tal tendría que aceptar esas dos perspectivas: la de atacar y defender, pero ello no quiere decir que desprecie la labor de los Shinobi en general, sin embargo estoy dispuesto aceptar que mi opinión es solo mía y que Naruto chan no tendrá ninguna influencia de mi parte en ese aspecto, eso se lo prometo.

Sarutobi asintió comprensivamente, luego intervino nuevamente:

—Otro asunto que me genera dudas es que debido a la condición de Naruto kun como Jinchuriki del "Nueve Colas" usted se vea involucrado en el circulo de odio que se manifiesta alrededor de esta circunstancia, si bien mi política de protección con algunos voluntarios de las fuerzas especiales seguirá en pie, me preocupa que otro incidente como el de hoy se repita, no solo dejando al niño herido sino a usted también Hijikata sensei, y no tengo que recordarle que es usted el médico más importante con el que contamos en la aldea. —explicó el Tercero preocupado.

—Entiendo Sarutobi sama, pero analice esto desde mi perspectiva, ciertamente soy el médico más capacitado de la aldea por la ausencia de Tsunade sama, durante mis años de labor en el hospital me he ganado el respeto de una gran parte de los ciudadanos de Konoha, esto es una baza a mi favor puesto que los antagonistas y fanáticos del odio, que buscan hacer daño a Naruto chan, se lo pensaran dos veces antes de poner en riesgo mi vida para alcanzar sus ambiciones. Si lo hacen se arriesgarían a la ira de sus conciudadanos, recuerde que en el caso de Naruto chan solo existe odio e indiferencia, pero en el mío cuento con la admiración y agradecimiento, puesto que muchos me deben la vida propia o la de sus familiares.

El Tercero abrió mas los ojos ante la sorpresa de la declaración, indudablemente Sarutobi no había ponderado bien esas circunstancias. Con un gesto afirmativo que dio como zanjado ese punto se preparo para exponer su duda final.

—Tiene razón Hijikata sensei. Solo una pregunta más: ¿Qué planes concretos tiene usted para Naruto kun? —Sarutobi lanzó la interrogante fijando su mirada con intensidad en la del médico.

Tetsumo no se mostro incomodo por lo inquisitivo de la pregunta, tampoco por la forma tan calculadora como lo miraba el Kage.

—Será mi aprendiz, para cuando Naruto chan alcance sus ocho años de edad, y esté listo para asistir a la academia, estará totalmente capacitado para asistirme en mis labores medicas. Sé que puede sonar a locura que tenga las aspiraciones de lograr tal hazaña con un niño en uno de los campos de investigación más complejos, pero estoy muy seguro que mi método de enseñanza obrara maravillas en mi futuro pupilo.

Sarutobi dejo escapar un suspiro nuevamente perplejo ante la declaración del galeno, ciertamente la rama medica era probablemente uno de los campos más difíciles y complejos de las profesiones en general, el lograr que Naruto kun absorbiera las enseñanzas relativas a esa modalidad sin duda seria todo un reto para Hijikata sensei. Ahora si el maestro tenia éxito y el pequeño ingresaba en el régimen académico Shinobi con esas bases, su carrera tendría un futuro brillante, los ninjas médicos eran escasos en todas las naciones elementales, seres tan valiosos que algunas aldeas sacrificaban primero los demás Shinobi solo para protegerlos, la Sannin Tsunade era un ejemplo muy claro de lo maravillosa que resultaba esa letal combinación.

—Me parece una meta muy loable Hijikata sensei, sin embargo Naruto kun tiene el inconveniente relacionado al chacra del zorro, que mezclado con su chacra natural le va a generar conflictos con su control, y sé que los médicos dependen mucho del control del chacra para la mayoría de sus labores ¿Cómo piensa solucionar ese problema?

—Sarutobi sama, tengo mis métodos. Le explicare mejor cual es el problema de Naruto chan con sus dos chacras. En realidad ambas energías pueden coexistir sin problema alguno, la cuestión es que el control se hace difícil debido a la gran cantidad de chacra que genera "el nueve colas". El chacra del zorro al fusionarse con el chacra natural del niño simplemente desborda las capacidades de sus espirales, por ello el control se hace casi imposible, es como tratar de contener miles de litros de agua con una simple pared de cartón. Sin embargo si los espirales son correctamente manipulados a través de masajes de chacra externos, con mucha paciencia la capacidad de estos para la distribución se incrementaran exponencialmente con el tiempo. Es muy posible que con los ejercicios que le asigne a Naruto chan tengamos progresos muy importantes en este contexto.

— ¿Que procedimiento es ese que menciona sensei? —preguntó el Hokage intrigado.

—Es una técnica que he venido desarrollando desde hace unos diez años Sarutobi sama, la llamo "masaje de chacra", para explicarlo lo más simple posible: se trata de la manipulación de los espirales de chacra a través del uso de la técnica de los escalpelos. Requiere una alta precisión y paciencia para ser ejecutada, la he probado en algunos animales siendo los resultados muy alentadores. Antes de que me juzgue de usar a Naruto chan como conejillo de indias déjeme decirle que hice pruebas en mi mismo antes de concluir mis investigaciones.

El viejo Kage no sabía que pensar, Hijikata Tetsumo era considerado un genio en lo relacionado a la medicina, incluso algunos se atrevían a comparar su habilidad con la de Tsunade su discípula. En los círculos de salud de la aldea el galeno era considerado por todos como una eminencia en su campo, por ello cada vez se convencía más que los beneficios de dejar a Naruto kun a su cuidado sobrepasaban los inconvenientes. Sarutobi no era tonto, detrás del interés personal de Hijikata por hacer del niño su aprendiz se escondían motivos que de seguro le interesaban, pero estaba dispuesto a dar el beneficio de la duda al médico solo para ofrecerle una oportunidad a Naruto, solo esperaba que la decisión que estaba por tomar no se le regresara en el futuro a morderle el trasero.

—Muy bien Hijikata sensei, desde este momento bajo mis órdenes queda encargado de la tutela de Uzumaki Naruto. Antes de irme para arreglar los papeles pertinentes quiero pedirle un último favor.

—Por supuesto Sarutobi sama.

—Le hare llegar con uno de mis Anbu un pergamino que contiene una técnica Shinobi especial que me gustaría Naruto kun aprendiese lo más rápido posible, si bien en cierto modo está considerada un Kinjutsu, creo que le beneficiará, teniendo en cuenta los altos volúmenes de generación de chacra que el niño posee.

Tetsumo sintió curiosidad por el ambiguo comportamiento del Hokage, de momento parecía que todo lo que el viejo líder de la aldea quería para el niño era brindarle la oportunidad de crecer y desarrollarse en un ambiente menos hostil bajo su responsabilidad, alejado del odio irracional de los aldeanos e incluso de algunos elementos de la familia Shinobi, pero por otra parte el anciano parecía debatirse en el tortuoso dilema de dejar crecer el niño a discreción propia o inculcarle desde temprana edad todo lo referente para que a futuro se convirtiera en una más de sus herramientas para la aldea. En este aspecto sentía empatía por su líder, pues sabía que la vida estaba llena de decisiones difíciles con consecuencias directas en lo relacionado a sus cargos.

Sarutobi complacido con el rumbo que había tomado toda la conversación con su jefe médico, brindo una última sonrisa al sensei mientras se ausentaba de la oficina con un simple Jutsu de transporte. Hijikata Tetsumo se quedo mirando fijamente por algunos segundos ensimismado, el lugar donde el Hokage se había desvanecido para luego salir de su letargo con una sonrisa de satisfacción dibujada de oreja a oreja en su rostro, era hora de ir a ver cómo iba la recuperación de su recién adquirido pupilo.

Despertar

Para cuando la luz se hizo presente lastimando un poco la sensibilidad de su recién despierto enfoque visual, lo primero que pudo distinguir el pequeño Uzumaki Naruto, aparte del fastidioso halo blanco que generaba la lámpara halógena de exanimación, fue el rostro de uno de los pocos individuos en su vida que no sentía ningún tipo de animadversión hacia su persona. El ya característico color oscuro de piel, los ojos gatunos de tonalidad café, el cabello entrecano corto que terminaba pulcramente suspendido sobre sus ojos cansados y llenos de experiencia, dispararon en la mente del niño la emoción del reconocimiento, reflejo de la persona que se inclinaba sobre él para examinarle con más interés.

"Kata sensei" fue la palabra que dejo escapar de sus labios en un suspiro de esfuerzo, para hacer notar a la persona que ahora lo revisaba que estaba consciente de su identidad.

Tetsumo solo le pudo obsequiar una sonrisa, intentando dar a entender al pequeño su sorpresa ante su capacidad para reconocerle aun a costa de salir de un leve estado comatoso que le había separado del mundo por al menos diez horas. Tetsumo sabía que compartía con el niño ese raro tipo de comunicación sin palabras que solo personas bien conocidas entre si lograban forjar después de años de mucho contacto, lamentablemente en su caso, ese contacto siempre se derivaba de las brutales palizas que consecuentemente traían a su cuidado al diminuto Jinchuriki que ahora examinaba en su mesa de operaciones.

—Kata sensei… —murmuró el pequeño adolorido.

—Ah ¡Naruto chan! Me gustaría decir que me alegro de verte pero en este caso no tanto debido a tu condición. ¿Cómo te sientes? —preguntó sin dejar de sonreír.

El pequeño sintió una leve oleada de emoción dentro de su pecho al escuchar la reconfortante voz de la persona que le sonreía compasivamente mientras le seguía examinando.

—Me duele mi cabeza y mi espalda Kata sensei... —respondió con dificultad arrugando su diminuta expresión en una mueca de dolor.

—No te preocupes Naruto chan, en unos minutos más te sentirás mejor, es normal que te duela ahora, ya que apenas una persona recobra la conciencia el cerebro se pone al corriente de golpe con todo lo que ha sufrido el cuerpo.

—Creo que ya no me quieren más en la casa de la tía Tora, quemaron mis cosas Kata sensei. —agregó cerrando los ojos abatido.

— ¿Que ocurrió Naruto chan, quien te maltrató esta vez?

—Tía Tora se molesto conmigo, luego me saco a la calle Kata sensei, camine un rato pero no recuerdo más…

Tetsumo sintió como la piel se le erizaba y la furia amenazaba con resquebrajar la gran fuerza de voluntad que esgrimía para evitar perder los estribos, nuevamente esa vieja hija de puta sacaba a la calle al pequeño para que los ignorantes civiles le dieran una paliza. Hijikata Tetsumo odiaba la violencia, pero en ese momento miles de habilidades médicas con posible aplicación en la tortura, se agruparon en su mente imaginando cómo y cuándo serian aplicadas a todos esos asquerosos animales. Ningún ser vivo merecía el trato que tan estoicamente el niño que tenia frente había recibido, ahora estaba más seguro que su decisión de hacerse cargo de Naruto era la correcta.

—No te preocupes Naruto chan, no tendrás que regresar a ese lugar ¿Qué te parecería si te invito a mi casa para que vivas conmigo? Me hace falta mucho la compañía de un amigo, desde que mi querida esposa Akane falleció el lugar ha estado muy abandonado y no me caería mal que me dieras una mano para hacerlo más acogedor ¿Qué me dices Naruto chan? Te podría dar trabajo como mi aprendiz.

El pequeño Naruto en su primitiva e inculta mente solo atino a entender la palabra amistad de la verborrea con la que le intentaba seducir su sensei, el pequeño no quería abordar esperanzas con el súbito ofrecimiento, pero lo tentadora de la oferta, así como la inmadurez de su mente infantil para tomar decisiones, borraron de su pensamiento toda forma de desconfianza y cautela que por experiencias parecidas en su mente se habían grabado. Una casa, un plato de comida y lugar donde dormir ciertamente eran mundanidades que para él, un paria de la sociedad sumido en la pobreza y el abandono social, se convertían en lujos que valían la pena cualquier riesgo. Con una sonrisa iluminando su lastimado rostro y un brillo de sinceridad asomándose por su mirada decidió, aun dentro de lo inmaduro de su pensamiento, acceder a probar la experiencia que se le ofrecía.

—Kata sensei, ¿qué es un aprendiz? —preguntó inocentemente desechando sus anteriores reservas para con su nuevo guardián.

Tetsumo suspiró divertido.

—Naruto chan, sabes que soy un medico ¿correcto? —el pequeño asintió en silencio—, pues al convertirte en mi aprendiz me obliga a enseñarte todo lo que yo sé de medicina, a traspasarte mis experiencias en mi campo de experticia, todos mi conocimientos, así como inculcarte mis valores para que un futuro sigas mis pasos en esta profesión, no te voy a mentir Naruto chan, puede que no tengas lo necesario para convertirte en médico, pero cabe también una gran posibilidad que tu aprendizaje rinda frutos y te conviertas en un gran galeno útil a la sociedad.

— ¡Pero Kata sensei yo quiero ser Shinobi! ¡Quiero ser Hokage! Si me hago un médico como Kata sensei no podre ser un ninja poderoso como el cuarto Hokage y el abuelito. —protestó irritado.

Tetsumo no pudo evitar soltar una carcajada que termino por irritar más a su pupilo, que ahora hacia pucheros ofendido.

—Naruto chan, el hecho de que te hagas un buen médico no evitara que te conviertas en un poderoso Shinobi, al contrario, dominar las artes de la medicina te convertirá en un Ninja único, los Ninjas médicos son una especie muy extraña en el mundo. —le explicó mientras auscultaba su pecho con un estetoscopio.

— ¿De verdad Kata sensei? —Chilló Naruto emocionado —, ¿poderoso como el abuelito?

—Bueno llegar a ser tan poderoso como Sarutobi sama ciertamente es una meta muy ambiciosa Naruto chan, pero si te lo propones es posible.

— ¡Entonces me convertiré en el Ninja médico más poderos de todos Kata sensei! ¡Créelo! —Exclamó entusiasmado levantando el puño de su brazo sano al aire como queriendo afirmar su declaración —Auch…

Tetsumo nuevamente dejo escapar una leve risa ante el entusiasmo y la mueca de dolor que mostraba su pupilo al exaltarse con su promesa. Sería un gran trabajo sentar las bases de formación requeridas para pulir el diamante en bruto que se presentaba ante él, pero Tetsumo confiaba en sus propias habilidades y estaba seguro que en un futuro toda esa emoción y determinación que veía en el brillo de los ojos del niño sin duda rendiría sus frutos, de eso se encargaría con mucha dedicación.

—Ya veremos Naruto chan, ya veremos…

La Astucia del Sandaime

— ¡Orden, orden señores! —resonó la poderosa voz de Sarutobi Hiruzen silenciando la estancia.

Las murmuraciones y vociferaciones cargadas de espanto y escándalo cesaron tan pronto como se iniciaron.

—Pero Hokage sama, no podemos permitir que el niño demonio sea adoptado, el solo hecho constituye un peligro para la aldea, mas aun si su guardián es un civil, no podemos permitirlo. —se dejo oír la voz de Inuzuka Tsume, lideresa del clan Inuzuka.

Sarutobi se quedo mirando fijamente a la persona que había protestado. Inuzuka Tsume, era en su opinión, una mujer imponente, hermosa, una deliciosa fiera, pero en lo relacionado a emitir juicios sobre los asuntos que realmente lo requerían, era tan dolorosamente ignorante como un simple civil, a veces Sarutobi se preguntaba qué extraña maldición se desató con el sellado del "Nueve colas" que produjo que la mente de tantas personas en su aldea se idiotizaran hasta tal nivel, que no se daban el tiempo para reflexionar sobre lo que estaban opinando. Sería un trabajo muy duro convencer a quien no quería ser convencido, que Uzumaki Naruto era solo un niño, un niño que debía ser vigilado sí, pero a fin de cuentas solo un niño.

—Lo siento Inuzuka san, pero la decisión está tomada, Uzumaki Naruto desde el día de hoy quedara bajo la responsabilidad y tutela de Hijikata Tetsumo, cualquier intento para poner en riesgo la integridad física de ambos será visto como un atentado personal en contra mía como líder de esta aldea, por lo tanto el castigo para ello será severo de acuerdo a lo que estipula nuestra legislación en lo referente al Hokage como figura política y militar.

Nuevamente el caos estalló en la sala con ruidos de protesta ante la declaración del viejo líder, algunos como Hyuga Hiashi, líder del clan Hyuga y Haruno Itsuko, lideresa del consejo civil, se levantaron de sus asientos mostrándose ofendidos por lo que estaban presenciando.

Sarutobi notando como todo nuevamente se estaba convirtiendo en un desorden decidió dar un fuerte golpe con un poderoso puñetazo a la gran mesa de roble que servía como base para la reunión. El efecto fue inmediato, un nuevo silencio acompañado con las miradas llenas de sorpresa de todos los presentes por la extraña reacción de su líder, trajo paz a la sala.

— Veo que he sido demasiado blando en este segundo ciclo de mi rol como líder de esta aldea, si hay algo que no soportaba durante mi primer mandato como Kage era la insubordinación y el desorden, todos ustedes están aquí como consejeros, esto no es una democracia, esto es una dictadura militar y yo soy el líder de esta aldea Ninja por derecho propio. Si alguno de los presentes desea cuestionar mi liderazgo con mucho gusto aceptare cualquier desafío que en mi contra sea declarado para removerme de mi posición, solo deseo acotar que el mismo será a muerte, pues es la única manera que abandone mis deberes como conductor de esta sociedad ¿bien, alguien desea cuestionar mi posición?

Nadie en el lugar se atrevió a siquiera moverse por temor a que el iracundo "Dios de los Shinobi" pudiese interpretar el gesto como un reto a su sorprendente declaración.

Desde su lugar en la mesa de consejo, Danzo Shimura se sonreía plácidamente, satisfecho por la forma como se estaban desarrollando los acontecimientos. A pesar de su carácter frívolo, calculador y arrogante, Danzo era un hombre que respetaba el poder, se consideraba a sí mismo la persona más leal a Konoha como sociedad, mas no a sus individuos, por ello el destino personal del Jinchuriki del "Nueve colas" en cierta forma le era irrelevante, pero por otra parte desde su punto de vista más pragmático, el destino como entidad del mismo individuo si le interesaba de una forma más intima, pues dicho sujeto como persona era inservible, pero como herramienta era una ventaja que estaba seguro a largo plazo traería beneficios a la aldea. Encontró divertido que hiciese falta que el niño corriese peligro de muerte unas cuantas veces para que el idiota de Sarutobi volviese a retomar su dureza como líder y tomase cartas en el asunto en lo concerniente al muchacho. Si bien no estaba muy de acuerdo con el destino escogido para el niño, y hubiese preferido tenerlo bajo su tutela para moldearlo como una gran arma a futuro, tampoco veía con tanto desagrado que Hijikata Tetsumo fuese el encargado de criar al mocoso, teniendo en cuenta que podría haber sido peor, Sarutobi en su idiotez podría haber dejado al niño en las calles creciendo como un idiota para más adelante convertirse en una patética excusa de Shinobi, en su humilde opinión a veces el destino ordenaba los asuntos de los hombres cuando estos eran incapaces de enmendar sus errores.

—Creo que todos entendemos claramente Hokage sama. Imagino que la decisión fue tomada pensando en el futuro del muchacho. —dijo Danzo inclinando un poco su cabeza como gesto de respeto y sumisión.

Sarutobi levanto una ceja extrañado por el inesperado apoyo del halcón de la guerra.

— ¿Hijikata san lo convertirá en su aprendiz? —agregó Danzo antes de que Sarutobi pudiese contestar.

—Así es Danzo san, Naruto kun estudiará medicina bajo la tutela de Hijikata sensei, sin embargo eso no impedirá que el niño no sea admitido dentro de nuestro sistema militar cuando tenga la edad para formar parte del mismo.

— ¿Puedo sugerir que le sean inculcados los principios básicos Shinobi al muchacho mientras dura su instrucción bajo su guardián? Sería una gran ventaja ir moldeando al niño desde temprana edad con la filosofía y las habilidades básicas de su futura carrera, además claro está, será una buena oportunidad para diseñar los futuros patrones de conducta que deberá seguir en todo lo relacionado a los deberes para con nuestra aldea.

—No voy a convertir al niño en una máquina de guerra Danzo san, el estado mental del pequeño es traumático debido a la influencia e ignorancia de algunos elementos de nuestra comunidad, no quiero que se manipule su mente implantando paradigmas que más adelante puedan traer consecuencias dañinas tanto para su persona como para la aldea en general.

—Pero Hokage sama, tenemos en nuestras manos una poderosa herramienta que a futuro tendrá gran valor para nuestra sociedad: un Jinchuriki bien entrenado, con la capacidad de decimar unidades enemigas enteras, completamente leal a nuestra comunidad, influenciado por nuestras ideas, entrenado por nuestros mejores efectivos, no podemos desperdiciar semejante posibilidad.

Sarutobi arrugó la mirada consternado. Luego dejo escapar un suspiro irritado.

—Naruto kun es también una persona Danzo, si bien estoy de acuerdo en que sería una gran herramienta a futuro como Shinobi me temo que no está analizando esto desde la perspectiva correcta. El niño tiene cicatrices emocionales muy graves como consecuencia de los intentos de asesinato y vejámenes sociales a los que ha sido expuesto en esta aldea, si forzamos su mente para que acepte precondiciones sin dejarle libertad de elección, mas adelante estas decisiones podrían estallarnos en la cara, trayendo como consecuencia un grave riesgo tanto para Konoha como para sus habitantes.

—Entonces el mocoso es un peligro Hokage sama, debemos disponer de él mientras no represente ningún riesgo para la aldea, ¡es inconcebible que dejemos seguir girando las manecillas del reloj de esta bomba de tiempo! — decidió intervenir nuevamente la matriarca de los Inuzuka levantando la voz alarmada.

Sarutobi encogió sus hombros ante el molesto chillido que generó la voz de la lideresa del clan canino. Luego indignado, su rostro se empezó a llenar de sangre por la presión que su furia ejercía.

—Y que propone entonces Inuzuka san, ¿qué cometamos un infanticidio contra un ser inocente? ¿Tiene usted idea de lo que está diciendo? ¿Debemos saltarnos nuestras leyes y condenar a un inocente sin juicio, sin pruebas, solo porque en un futuro podría representar un peligro para la aldea? A ver, por ejemplo, Uchiha Itachi, un prodigio de 12 años, miembro de nuestras fuerzas especiales, con rango de Jonin, el más joven Shinobi en obtener la capitanía de uno de sus escuadrones, ¿debo ejecutarlo porque en un futuro podría representar un peligro para Konoha debido a su potencial?

Uchiha Fugaku, líder del clan Uchiha, se sonreía desde su lugar, orgulloso de que su hijo fuese tomado como ejemplo por su Kage.

—No es lo mismo Hokage sama, el Uchiha no es un demonio con sed de sangre y de venganza —exclamó la Inuzuka sonriendo con ironía —, el mocoso es la reencarnación del "Nueve colas", una vez recobre sus recuerdos todo estará perdido.

— ¡Por favor Inuzuka san! Usted es una mujer inteligente y perceptiva, donde quedo esa persona por la cual sentí tanta admiración y cariño en el pasado. ¿No se dan cuenta que Naruto kun es solo el carcelero del "Nueve colas"? ¿No les explicó Jiraiya, antes de marcharse, que Minato kun utilizó al niño como contenedor para evitar que el demonio siguiese rampante y destruyese lo que quedaba de la aldea? Si algo debemos hacer es reconocer al niño por su sacrificio, dotándole de la mejor calidad de vida posible dentro de nuestra sociedad, para evitar que en el futuro nos odie por todo lo que le hicimos y estamos haciéndole.

La vehemencia y el fervor con el que Sarutobi defendía al niño no dejaban de causar admiración en la matriarca de los Inuzuka aunque esta siguiese firme en su planteamiento. Para Tsume, el mocoso representaba un gran peligro para sus congéneres, si bien Jiraiya el Sannin les menciono que el niño era solo el contenedor del demonio, eso no daba la certeza necesaria para creer que era la verdad absoluta, después de todo, el procedimiento de sellado llevado a cabo por Namikaze Minato, el cuarto Hokage, estuvo rodeado de un extraño secretismo que mas que respuestas solo heredó muchas más dudas, y siendo ella la mujer cautelosa que siempre había sido toda su vida, no podía dejar que se tomaran riesgos en lo referente al asunto relacionado con el Jinchuriki. Tsume era madre de dos hijos y sentía pena en el fondo por el mocoso, pero se estaba poniendo en peligro la vida de miles de personas solo para resguardar la de un solo individuo, y eso bajo sus paradigmas era algo inaceptable.

—Entiendo lo que trata de hacernos entender Hokage sama —dijo Tsume en un tono de voz más pausado—, pero debe usted entendernos a nosotros, el mocoso es una variable llena de incertidumbre en esta ecuación que tratamos de solucionar aquí en este consejo, no puedo entender y le aseguro que muchos de mis colegas lideres aquí presentes tampoco, el porqué tanto secretismo con los detalles del sellado del "Nueve colas", esas lagunas en el informe que se presentó a este concilio escrito por usted y avalado por el Sannin Jiraiya hace cinco años deja muchas interrogantes abiertas a interpretaciones, una de ellas, la más discutida por todos, es: ¿de dónde salió el mocoso, quienes son sus familiares?, si fue un sellado como ustedes aseguran, alguien de su familia tuvo que haber autorizado ese sacrificio. Jiraiya explicó algunos detalles del Jutsu utilizado por el Cuarto Hokage para llevar a cabo la operación, pero si no se nos explica de donde proviene el mocoso aquí asumiremos que lo que el Cuarto hizo para salvarnos fue aplicar una regresión al demonio encerrándolo en una forma humana. Una forma humana que poco a poco tomara conciencia de quién es y será nuestra perdición más adelante.

Sarutobi se recostó abatido en el sillón desde donde presidia la reunión, su mirada estaba llena de incredulidad, rabia y decepción. Era irónico para el Kage que toda la paranoia de los líderes de clanes y consejeros civiles derivaba del simple hecho de desconocer la procedencia del niño, ciertamente había lógica en las inquietudes que le presentaba la matriarca de los Inuzuka en nombre de todos los presentes por los cuales creía hablar, el mismo si estuviese en su posición comprendía que el solo hecho de no saber de dónde había surgido el pequeño le generaría dudas razonables que le conllevarían a emitir juicios tan descabellados como el que exponía la hermosa mujer que se debatía con él. Pero no era eso lo que en verdad le enojaba, lo que le llenaba de rabia y decepción era la poca fe que todos los presentes tenían en las habilidades y el honor de sus líderes, porque Sarutobi se consideraba así mismo un hombre integro en su honor, y Minato Namikaze a sus ojos era el epitome de la grandeza en ese aspecto, que dudaran de ambos en sus decisiones y habilidades simplemente le ofendía y asqueaba.

—No voy a permitir que al niño se le condene de forma arbitraria sin ningún tipo de justificación, he tomado esta decisión y no puede ser revocada.

Nuevamente la voz de Inuzuka Tsume se dejo escuchar en la estancia:

—Lo siento Hokage sama pero como usted mismo lo dice, todo debe hacerse bajo nuestra legislación, el niño es un civil, por lo tanto su caso encaja bajo el artículo 122 de la legislación civil de la aldea donde se establece que el destino jurídico de todo civil recae en las decisiones tomadas en consenso por los miembros del consejo general, tomando en cuenta que las opiniones del Kage serán consideradas pero podrán ser revocadas con la mayoría de votos de ambos cuerpos: el civil y el militar, por lo tanto bajo este precepto proponemos dos soluciones para este conflicto de intereses: la primera: que el niño sea ejecutado en juicio público por los crímenes cometidos hace cinco años en detrimento de nuestra aldea, la segunda opción: que el niño sea absorbido en el programa de entrenamiento de las fuerzas especiales bajo la supervisión de nuestros oficiales del cuerpo de interrogación y tortura, los cuales moldearan su mentalidad para hacerle una herramienta útil a nuestra sociedad como miembro de la rama militar de la aldea.

Sarutobi no pudo reprimir las nauseas que provocaron en su interior las frías palabras cargadas de crueldad que acababa de escupir la matriarca de los Inuzuka, lo peor de todo era que su declaración era apoyada asertivamente por casi todas las personas que asistían al concilio, nadie protesto tamaña canallada. Pero el viejo "Profesor" no estaba dispuesto a dejarse derrotar tan fácilmente en el campo político, no era llamado el "Dios de los Shinobi" por nada, su conocimiento de las artes ninja también brillaban en la astucia y la decepción.

—Debo aceptar que tiene la razón y no me queda más remedio que aceptar ese basamento jurídico expuesto tan brillantemente por usted Inuzuka san —dijo el Kage en un todo de voz que delató su resignación.

A Tsume le brillo el rostro consecuencia del éxito de la astuta treta política con la que había arrollado a su Hokage. Los demás miembros del concilio se miraban unos a otros en parte sorprendidos por la rápida concesión del venerado anciano. A Sarutobi sin embargo le brillaron los ojos con satisfacción sin que nadie más lo notase, con excepción de la matriarca Inuzuka que ahora sonería nerviosa por el abrupto cambio de expresión del mismo.

—Sin embargo —prosiguió Sarutobi—, entonces me veré obligado a tomar una nueva decisión apoyándome en el artículo 12 de nuestra legislación civil, donde se establece que, el Hokage, líder supremo de la aldea, tiene la atribución absoluta para concertar acuerdos, tanto comerciales como civiles y militares, con cualquier entidad o persona, dentro o fuera de la aldea teniendo en cuenta el bien común de la comunidad general. Dentro de dichos acuerdos se cuentan entre otros: las alianzas políticas, militares y económicas, así como la concertación de matrimonios o enlaces familiares que sean considerados convenientes a discreción del Kage. Por lo tanto señores de este concilio, declaro, bajo decreto absoluto amparado en este articulo que: Uzumaki Naruto, ciudadano seglar de esta aldea, por atribuciones que me confiere esta ley queda asociado a través de una alianza matrimonial a la heredera del clan Inuzuka, identificada como Inuzuka Hana, de rango Gennin, heredera de su clan. Por lo tanto, el ciudadano Uzumaki Naruto, con su nuevo estatus como prometido y futuro esposo de la heredera del clan Inuzuka, queda bajo la protección del mencionado clan, por consiguiente, cualquier acción jurídica, civil o militar en contra del ya citado ciudadano será considerada una ofensa en contra de los intereses militares de la aldea, las acciones consecuentes de cualesquiera de esos actos serán castigadas de acuerdo a lo establecido por nuestra ley.

El salón entero se heló para cuando Sarutobi termino de exponer su última baza ganadora, si tenía que utilizar al niño tan impunemente para poder protegerlo lo haría sin dudar.

Tsume sintió que las fuerzas abandonaron su cuerpo encontrándose incapaz de articular una sola palabra, lo que decretaba Sarutobi definitivamente la sorprendió como si un gran baño de agua fría le hubiese sido arrojado sobre la cabeza. No solo el anciano le había devuelto magistralmente su golpe para deshacerse de una vez por todas del mocoso Jinchuriki, sino que además haciendo gala de una astucia casi grosera, había comprometido a su clan de una forma tal, que ahora solo le quedaba resignarse a servirle como escudo al demonio. Lo peor de todo es que ahora su Hana chan estaba condenada gracias a ella, a un futuro de pesadilla, y todo a causa de su propia estupidez, Hiashi se lo había advertido, no se podía ir a la guerra con Sarutobi sin estar completamente seguros de una victoria, su error fue haber subestimado al Sandaime.

Intentando hacer acopio de lo que le quedaba de voluntad intento razonar de qué forma podía salirse ahora de todo el enredo.

—Ho…Hokage sama los estatutos internos del clan prohíben que personas ajenas al mismo decidan sobre el futuro de sus herederos. —dijo Tsume intentando encontrar un escape a su recién adquirida tribulación. Su voz delató su nerviosismo, que se hizo visible por algunas gotas de sudor que se deslizaron por su rostro.

El viejo Kage solo se limito a sonreír con amargura desde su asiento, luego llevo su la pipa a la boca para expulsar otra bocanada de humo.

—Los estatutos internos de los clanes quedan abolidos por sus símiles de la aldea Inuzuka san, para que lo entienda mejor: si dos leyes son parcialmente iguales dentro de un clan y la legislación de la aldea, esta ultima por acuerdo supra constitucional deroga la primera, por lo tanto la decisión de concertar alianzas dentro de un clan se anula por el bien común de la aldea a través de su figura conductora: el Hokage.

—No por favor Hokage sama —rogó desesperada—, ¡no puede condenar a mi niña a una vida de infelicidad con ese demonio!

—Naruto kun no es el demonio Inuzuka san, solo el contenedor, por favor dele la oportunidad de demostrarlo, el niño no ha llevado una buena vida, hasta ahora no ha dañado a nadie, se merece el beneficio de la duda.

—Por favor Sarutobi sama, por favor… es mi niña…

—Lo siento Inuzuka san, pero la decisión está tomada, estoy seguro que Naruto kun será un gran esposo para Hana, solo deben darle la oportunidad de demostrar que no es el demonio que todos creen, con el tiempo me agradecerá que haya tomado esta decisión.

— ¡Nunca! —Gritó la matriarca levantándose abandonando su lugar en la mesa enfurecida—, ¡nunca Sarutobi! ¡Nunca! ¡Ese demonio solo traerá desgracia a mi familia y a esta villa! ¡Te vas a arrepentir de esta decisión Sarutobi Hiruzen, te vas a arrepentir de haber usado a mi familia para escudar a ese engendro!

Invadida por la furia, el desespero y la humillación, Inuzuka Tsume salió de la estancia arrollando en su salida a uno de los guardias Anbu que custodiaban la puerta del recinto. Sarutobi siguió la figura de la mujer hasta que esta se desvaneció en el aire con el Jutsu de transportación, luego suspiró buscando aliviar la tristeza que se apoderaba de él en su pecho.

—Hokage sama —dijo Danzo buscando la atención de Sarutobi—, esto cambia las cosas completamente, con el niño protegido por su estatus de Inuzuka ahora más que nunca debemos entrenarlo para ser una herramienta de guerra que ofrezca seguridad a la aldea. La idea de casarle con la heredera Inuzuka si bien inesperada, es un beneficio que permitirá que el Jinchuriki sea moldeado mentalmente por su esposa bajo la supervisión de su madre para seguir los preceptos de la aldea sin discusión, debo decir que me ha sorprendido su astucia para fraguar un plan tan brillante.

—No te equivoques Danzo, si bien parece que esto es un plan premeditado para controlar al niño y asegurar su lealtad para con la aldea no quiero que se coarte su libre albedrío, no quiero que Naruto kun sea programado mentalmente por su futura esposa y menos por su suegra, con esto lo que busco es evitar que ustedes cometan la estupidez de manipular la vida del pequeño a la conveniencia de este concilio, aparte esta unión no se llevara a cabo hasta que Naruto kun sea Chunnin, y nadie en este concilio deberá informar a Uzumaki Naruto o Inuzuka Hana de la identidad de sus prometidos hasta que el primero se convierta en Gennin. La violación de esta ley será castigada con la muerte.

—Pero Hokage sama, ¿sabrán que están prometidos pero no con quien? —intervino Haruno Itsuko visiblemente confundida.

—Así es, esto permitirá que Naruto esté a salvo de la posible influencia, tanto de su prometida como de su futura suegra así como la de este concilio mientras pasa la etapa inicial de su crecimiento y se forma una personalidad propia.

Haruno Itsuko se quedo mirando al anciano con la boca abierta.

Danzo no tuvo más que resignarse rendido ante el ingenio del Hokage, la jugada acabada de hacer por Sarutobi era de muy lejos, una de las mejores maniobras políticas que había presenciado en su vida. Todo lo planificado por el anciano Kage no dejaba grietas por donde realizar un contraataque: El cargar la responsabilidad del bienestar social del Jinchuriki a un civil maestro de las artes medicas, la utilización de sus poderes supra constitucionales para concertar una alianza unilateral con el clan de los Inuzuka con el vinculo del matrimonio, institución demasiado sagrada para ese clan como para denigrarse en un futuro tratando de anular el contrato, el uso de las propias leyes de Konoha que ofrecen protección legal adicional a los miembros o futuros miembros de los clanes dejando al mocoso en un limbo legal donde no podía ser tocado por leyes civiles ni militares hasta su graduación como ninja, y ahora ocultando la identidad de los prometidos para evitar la manipulación de las hembras del clan Inuzuka protegiendo el futuro del mencionado Shinobi. Todo demasiado bien orquestado como para pensar que el viejo Hiruzen actuó al calor del momento durante el transcurso de la reunión.

Danzo se preguntó porque tanta deferencia para con el pequeño demonio, ciertamente Sarutobi parecía encariñado como un imbécil con el niño, pero enfrentarse a los deseos de toda la aldea por defender el futuro de un elemento sin historia, sin familia, que solo era importante por lo que contenía, le parecía muy sospechoso.

—Debo insistir que el muchacho debe ser entrenado en las artes básicas Shinobi Hokage sama, de nada vale que se convierta en un médico desperdiciando el potencial que ofrece su estatus como Jinchuriki. —Insistió Danzo retomando su idea inicial de convertir al niño en una arma para la aldea.

—Naruto kun será entrenado en las artes Shinobi, sin embargo seré yo personalmente quien se encargue de esa labor.

Las murmuraciones y gestos de asombro se dejaron oír nuevamente en la sala.

Para todos el hecho de que Sarutobi Hiruzen "El Profesor", "El dios de los Shinobi", maestro de los Sannin, tomase otro pupilo bajo su ala era algo simplemente impactante, mas aun después de la deserción y traición de uno de sus discípulos favoritos tres años atrás, herida que todavía no había sanado en la mente del venerado líder de la aldea. Sin embargo lo que pesaba en el ambiente más que el asombro por esa declaración, era la indignación de muchos de los líderes de clanes quienes consideraban que dentro de sus familias existían elementos mucho más merecedores de ese honor que el simple niño demonio de la aldea.

—Ahora el último punto que deseo discutir en esta reunión es la aprobación de un estipendio para la manutención de Uzumaki Naruto a cargo de Hijikata Tetsumo, sé que soy un tonto al esperar la colaboración en este asunto de parte de este consejo pero no pierdo nada con intentar, los lideres de clan que puedan aportar algo para este fin se les agradecerá el soporte.

Los diferentes líderes de clanes se miraron entre sí, algunos con gestos de indignación en sus rostros mientras otros simplemente aparecían perplejos por la inesperada moción.

Nara Shikaku fue el primero en levantar la mano.

— ¿Si Nara san? —dijo Sarutobi esperanzado.

—El clan Nara no dará su soporte, y no está de acuerdo con las decisiones tomadas hoy en este concilio, queremos que se deje constancia de esta posición Hokage sama. —Exclamó el líder Nara desviando la mirada avergonzado.

—Que se tome nota —replicó el anciano decepcionado.

—El clan Yamanaka se opone a dar soporte al demonio, tampoco está de acuerdo con las decisiones tomadas aquí el día de hoy, que se deje constancia de esta posición Hokage sama —intervino Yamanaka Inoichi

—Que se tome nota —replicó el Kage sin mirar al rubio patriarca de los mentalistas de la aldea.

—El clan Hyuga se opone a dar soporte de cualquier tipo a Uzumaki Naruto, nuestro clan también muestra su desacuerdo con las decisiones tomadas por Hokage sama con respecto al aludido sujeto.

—Que se tome nota —repitió nuevamente Sarutobi fijando su mirada en el Hyuga, indignado por tanta frialdad.

—El clan Uchiha da pleno soporte económico a Uzumaki Naruto, ofrecemos además derechos al mencionado para hacer uso de nuestras instalaciones cuando sus entrenamientos lo requieran, así como alojamiento y comida de ser necesario. También queremos expresar apoyo a Hokage sama por las decisiones tomadas aquí el día de hoy. Que se deje constancia. —exclamó Uchiha Fugaku sonriendo arrogantemente desde su lugar.

A Sarutobi Hiruzen y todos los presentes en el lugar se les detuvo la respiración por unos segundos al escuchar la inesperada declaración de Uchiha Fugaku. Los Uchiha eran conocidos por ser el clan más hermético y orgulloso de toda la aldea, el solo hecho de que su líder ofreciese soporte a un extraño del clan era algo tan inaudito que simplemente dejaba confundidos a todos en el salón hasta el punto de que algunos se cuestionaban si el líder del afamado clan de los ojos de Ónix estaba en sus cabales. Sarutobi sin embargo no pudo evitar sentir cierto alivio al saber que al menos contaba con la aprobación de uno de los clanes de la comunidad, y más aun, de uno de los clanes más importantes.

—Que se tome nota —agregó Sarutobi sonriendo satisfecho.

El resto de clanes después de salir del estupor generado por la decisión de los Uchiha siguió expresando su inconformidad con las decisiones del Hokage, dejando la moción final con una votación de 9 contra 2, siendo el otro voto de soporte el del propio Sarutobi representando su clan.

Años después de la famosa reunión, muchos de los presentes considerarían muy seriamente si no se habrían equivocado aquella tarde llena de sorpresas.

Un nuevo Hogar

—Y bien Naruto chan, ¿qué te parece tu nuevo hogar?

El pequeño Jinchuriki no dejaba de admirar la humilde casa de campo que se mostraba ante él llena de promesas y sueños. Por fin podría tener un lugar donde descansar, correr, jugar y vivir sin la incertidumbre de esperar ser masacrado a golpes, humillado y usado por las personas del orfanato o sus vecinos.

La modesta vivienda se levantaba sobre una de las colinas ubicada en la periferia de la aldea, desde allí se podía divisar claramente una gran parte de Konoha. La gran vista abarcaba hasta el famoso monumento dedicado a los Hokage del otro lado de la urbe, sin duda el lugar se encontraba en un punto privilegiado desde una perspectiva militar, puesto que desde esa zona se podía vigilar claramente en toda su extensión la villa más importante del país del fuego.

Un amplio patio cubierto de hierba servía como antesala a la entrada de la casa, la cual estaba guarnecida por un inmenso Samán que brindaba sombra como un gigante sobre su tejado. La construcción era una mezcla del estilo japonés y occidental, con paredes y pisos de madera y techos de teja de arcilla, una mejora que a simple vista parecía reciente.

Tetsumo observó pacientemente el rostro de su pupilo esperando encontrar algún tipo de reacción negativa para con su nuevo hogar, pero sus aprensiones se desvanecieron cuando el niño, después de un intenso estudio del exterior del lugar, fijo su mirada en la suya regalándole una sonrisa de satisfacción y gratitud.

— ¡Este lugar es increíble Kata sensei! —Exclamó emocionado—, ¡todo este campo, y se ve Konoha! ¡Desde aquí veo la casa del abuelito! —señaló apuntando con uno de sus deditos la torre de los Kage.

—Así es Naruto chan —respondió Tetsumo divertido por la explosión de emotividad del niño—, desde aquí se tiene una hermosa vista de la aldea, además este campo nos servirá como lugar de entrenamiento para tus actividades físicas.

— ¿Acti… que? ¿Sensei?

Tetsumo soltó una estruendosa carcajada ofreciendo su mano al pequeño para guiarle a la entrada de la casa.

—Ya hablaremos de eso luego Naruto chan, ahora vamos dentro, que quiero mostrarte más de tu nuevo hogar.

Naruto asintió feliz a la sugerencia de su maestro y se dejo llevar de la mano examinando durante el recorrido a esta persona que de un momento a otro le estaba dando un inmenso cambio a toda su vida.

A los ojos de Naruto, "Kata sensei", como él le llamaba, era sin duda un hombre muy diferente a todos los demás, desde lo físico a lo emocional. El hombre que le llevaba de la mano a su nueva vida, estaba convirtiéndose poco a poco en una de las pocas personas a las que el niño veía como una luz entre tanta oscuridad, esa pasividad y paciencia con la que se desenvolvía en sus interacciones para con él, ayudaban a fomentar esa imagen que trasmitía seguridad y confianza, un sentimiento empático del que muchos carecían pero que el pequeño Jinchuriki sabia reconocer por experiencia propia al crecer en un mundo donde cada mirada, cada gesto y cada emoción recibida estaba cargada de animadversión y desprecio.

Su sensei era un hombre físicamente muy alto, más alto incluso que el Hokage, con una contextura física de guerrero, lo cual contrastaba irónicamente con el marcado pacifismo y la noble profesión que este ejercía, su hermosa tez, inusualmente oscura en el mundo Shinobi, realzaba agraciadamente su ligera sonrisa y la emotividad que trasmitían sus amelados ojos. Si bien no era un hombre joven, en apariencia parecía rondar los cuarenta años, dándole un sutil toque de juventud a la exuberante experiencia que rezumaba de su imponente presencia.

Tetsumo notó como era presa del estudio de su pequeño pupilo y decidió sacarle de su distracción más por curiosidad que por diversión.

— ¿Que estas pensando que de pronto estas tan callado Naruto chan?

El pequeño se sobresaltó mientras caminaba, ruborizándose inconscientemente.

—Kata sensei, ¿cuántos años tiene? —preguntó mientras Tetsumo insertaba una pequeña llave en la cerradura de la puerta principal.

—Tengo cincuenta y dos años Naruto chan. .

— ¡¿cincuenta y dos? Wow Kata sensei luce mucho más joven. Yo tengo 5 sensei —exclamó mostrándole su mano abierta para ilustrar visualmente su aseveración.

— ¿cinco Naruto chan? Pero si pareces mucho más viejo —replicó divertido ganando una carcajada del niño que le miraba amenizado.

Naruto reparó en algunos detalles de la acogedora sala donde se encontraban, si bien no era muy espaciosa, el minimalismo del decorado incitaba a la mente a expandir los espacios, en el suelo se encontraba una pequeña mesa de té de caoba acompañada de dos almohadones de descanso muy cómodos y lo que parecía un pergamino encima de ella. Una serie de fotografías de su sensei con una hermosa mujer de cabello corto azulado y ojos café reposaban encima de la chimenea al lado de una extraña vasija hermosamente adornada, que resaltaba magníficamente sobre los contrastes blancos que emitía la habitación.

—Esa es mi difunta esposa Akane Naruto chan —dijo Tetsumo al notar como Naruto no despegaba la mirada de una de las fotografías de la estancia —, le habría encantado mucho conocerte.

—Es hermosa Kata sensei —suspiró el niño inocentemente cautivado por la dama del retrato. Tetsumo solo se limito a sonreír melancólicamente ante la confesión del pequeño.

—Así es Naruto chan, pero sigamos explorando la casa, todavía tengo muchas cosas que mostrarte.

Tetsumo le mostro a su nuevo pupilo la pequeña cocina que casi nunca utilizaba, el lugar de aseo personal, las tres habitaciones, una de las cuales era donde residiría el niño el cual brinco de emoción al enterarse que tendría por primera vez en su vida un espacio propio, y por ultimo Tetsumo condujo a su pupilo a la habitación más importante de su casa, su estudio, el lugar donde se retiraba para hacer sus investigaciones mientras estaba fuera del hospital y que ahora sería el santuario de ambos mientras se encargaba de su educación.

—Este es el lugar donde vamos a pasar gran parte de estos años aprendiendo juntos Naruto chan.

Naruto al cruzar el umbral se quedo asombrado por la gran cantidad de libros y pergaminos que se encontraban ordenados en unos estantes próximos a las paredes, el lugar era sin duda más grande que las otras estancias de la casa juntas.

En el centro había una gran mesa con muchos instrumentos extraños que el niño no reconocía, la misma estaba repleta con numerosos papeles desperdigados en desorden por toda su superficie. Más adelante pudo divisar otra mesa de diferente configuración, como las que habían en el hospital y donde tantas veces se había visto el mismo tumbado, esta se encontraba ubicada muy cerca de uno de los rincones, donde un detallado mapa de lo que parecía un ser humano desnudo se extendía por toda la pared a modo de persiana, del otro lado de la mesa una pizarra de madera mostraba escritos de lo que parecían ser símbolos incomprensibles para la mente del pequeño.

Pero lo que más llamo la atención del niño fue el estante lleno de frascos de cristal los cuales parecían contener en su interior muestras de seres amorfos que daban la sensación de pertenecer a otro mundo.

Tetsumo siguió estudiando las reacciones del pequeño mientras este último seguía recorriendo con la mirada todos los detalles de la estancia, en las expresiones del niño pudo reconocer la curiosidad, el asombro y la ansiedad, pero en ningún momento la apatía, el disgusto o el asco, por lo que su primera impresión del Jinchuriki le dejo muy gratas sensaciones.

—Y bien ¿qué te parece este lugar Naruto chan?

— ¿Kata sensei que es eso dentro de los frascos?

—Son órganos del cuerpo conservados en alcohol Naruto chan, se le extrae a los cadáveres para que nosotros los científicos los estudiemos.

— ¿Cadáveres sensei?

—Personas que ya están muertas Naruto chan.

— ¿Pero no es malo sacar las partes de las personas muertas Sensei? ¿No se molestan y vienen a asustarlo por las noches como fantasmas?

Tetsumo soltó una carcajada.

—No Naruto chan, las personas a las que se les extrae esos órganos cuando estuvieron vivos dieron su autorización para que se les diera este tipo de uso, a eso se le llama donar órganos para la ciencia.

—Ah ya entiendo sensei —exclamó el Jinchuriki sin dejar de observar los frascos—, ¿pero cómo me van ayudar estos frascos para hacerme un Ninja poderoso como el abuelito?

De nuevo Tetsumo volvió a reír.

—Naruto chan, las artes medicas usadas correctamente son una poderosa herramienta para un Shinobi, todo este estudio al que te voy a someter durante tu periplo como mi aprendiz rendirá sus frutos en tu futuro, tanto si te haces Shinobi para la aldea o decides seguir la senda de la investigación médica, es una situación en la sales ganando cualquiera sea tu vocación.

—Pero no entiendo Sensei, los médicos solo curan, no he visto a médicos hacer poderosos Jutsu como el Abuelito o el Hombre de la máscara de perro que a veces me vigila por las noches.

— ¿El hombre de la máscara de perro Naruto chan? —replicó Tetsumo intrigado.

—Si Sensei, por las noches cuando a veces me expulsaban del Orfanato, un hombre con máscara de perro siempre me seguía por las calles, las primeras veces pensé que quería también golpearme, pero nunca lo hizo, una vez intente hablarle pero desapareció con un poderoso Jutsu que también hace el abuelito cuando quiere ir para algún lugar sin caminar.

Las sospechas de Tetsumo de que ese hombre con mascara era miembro de los Anbu, terminaron por confirmarse al recordar como el Hokage había mencionado algo referente a la protección que a veces le brindaba al niño con sus fuerzas especiales, sin embargo se preguntó, si el niño era vigilado por Anbu, ¿porque entonces no intervenían para defenderlo en algunas de sus palizas? ¿Acaso le vigilaban intermitentemente?, o algunos de sus elementos se hacían de la vista gorda en detrimento del pequeño, esas eran preguntas que mantendría reservadas para cuando tuviese de nuevo la oportunidad de hablar con su Kage. Por lo pronto decidió responder a la inquietud de su pupilo.

—Bien Naruto chan yo no soy un Shinobi como ya sabes, sin embargo presta mucha atención a esto.

Tetsumo se dirigió a la gran mesa donde se hallaban algunos de sus experimentos, después de rebuscar un poco entre los papeles saco un pequeño objeto metálico que a simple vista tenía la forma rudimentaria de un Kunai, luego se acercó a Naruto ofreciéndoselo cortésmente extendiendo su mano. El niño intrigado, tomo el objeto para estudiarlo mientras su Sensei se alejaba varios pasos hacia atrás para finalmente detenerse al otro lado de la habitación.

— ¿Sabes lanzar Naruto chan? —Preguntó Tetsumo haciendo gestos con la mano para animar al niño a lanzarle el objeto.

— ¡por supuesto que se lanzar Kata sensei!Créelo!

—Entonces lánzame ese abrecartas con todas tus fuerzas Naruto chan.

—Pero sensei, le puedo hacer daño.

—No te preocupes Naruto chan simplemente obedéceme, te mostrare algo asombroso ¡créelo!

Naruto no pudo impedir dejar escapar una risotada al oír su propio sello personal en los labios de su sensei. Luego confiando en su maestro, apuntó a su persona y arrojó con toda la fuerza que pudo acumular el objeto afilado que tenía entre sus manos.

Lo que aconteció después convenció al pequeño Jinchuriki que una nueva vida se abría paso para él, que el destino de alguna forma estaba obrando por primera vez a su favor, y que el futuro no se veía tan oscuro como en otros días.