Ok... tengo miedo! ¡Es mi primer fic de ICarly! Wow, hace mucho ke no escribía un fic sin saber como demonios voy a continuar... bueno, ya tengo algunas ideas, pero necesito aclararlas. Además, llevo demasiado con esta idea dandome vueltas por la cabeza... Yo creo que desde que ví IOMG y la primera promo de ILost my mind... Si, ya mucho tiempo. Pero primero kería acabar el otro fic ke había publicado... este, bueno...

ICarly y todos sus personajes no me pertenecen, le pertenecen al genio cruel de Dan Schineider que ha creado series maravillosas y las ha terminado demasiado pronto =(


Yo Acabe Con El Seddie.

Carly Shay se encontraba sentada en el sofá de su casa junto a Sam, ambas tenías los pies arriba de la mesita ratona y una pepi-cola en la mano.

−… ¡Y luego me pidió que besara a un pez!

Ambas chicas se rieron al mismo tiempo y luego suspiraron, mirando con adoración el programa que en ese momento estaba en la televisión.

− ¿Cómo es que nunca me canso de ver a "La Vaquita"?− preguntó Carly dejando de reír.

−Porque es una digna representación de la sociedad profunda y filosófica en la que vivimos− dijo Sam dándole un sorbo a su bebida.

−Se trata de una vaca que vive en el espacio, Sam.

− ¿Y qué? ¿Eso no es profundo?

Carly volvió a reírse justo cuando Freddie abría la puerta del departamento y entraba con la acostumbrada confianza.

−Escucho la risa de Carly… y el sonido que hace Sam al beber de una lata− comento el chico torciendo una sonrisa y sentándose junto a la rubia.

−Que raro− dijo Sam. –Yo escuche como un tonto entraba por la puerta.

− ¿Esa es la manera en la que me saludas, Sam?− preguntó Freddie cambiando repentinamente el tono de su voz.

Sam sonrió de lado y se acercó a Freddie para besarlo en los labios. Carly procuro concentrarse más en el programa de la Vaquita y soltó un resoplido.

− ¿Está mejor así?

−Perfecto.

−Bien, tráeme más pepi-cola.

Mientras Freddie se levantaba siguiendo las órdenes de Sam, Carly rodó los ojos, bufó y conto hasta diez.

− ¿Y que estaban haciendo?− preguntó Freddie cuando le llevo la soda a su novia.

−Carly y yo planeamos ver un maratón de "La Vaquita".

−Sí, todas las temporadas en un solo día.

−Nada como ver vacas espaciales para pasar el rato− dijo Sam bebiendo de su nueva pepi-cola.

− ¿Enserio?− preguntó Freddie volviendo a torcer una sonrisa. − ¿Y si te digo que "Buena-Carne" acaba de abrir hoy y que tengo reservación?

− ¿Es enserio? ¡Qué loco!− exclamo Sam repentinamente emocionada. − ¡He querido ir a ese restaurante por meses! ¡Dicen que van a vender más de cien estilos de carne!

−No existen más de cien estilos de carne− comentó Carly.

Sam se llevo una mano al pecho y puso cara de ofendida, como si su amiga hubiera dicho una grosería muy grave.

− ¡Por supuesto que las hay!− exclamo Sam fingiéndose indignada. − ¡Y ese restaurante por fin probara que no estoy demente por creerlo!

−Que creas que hay más de cien estilos de carne, no tiene nada que ver con que la gente te crea demente− bromeó Freddie.

Sam le pego en la frente y Freddie aulló de dolor.

− ¡No te burles de la carne!

−Bueno, pero… ¿Vamos?− preguntó Freddie mientras se sobaba el punto en el que Sam lo había golpeado.

− ¡Claro!

Ambos se levantaron apresuradamente, Sam tomo su chaqueta del sofá y se dirigieron a la puerta emocionados. Carly los miró atónita.

−Pero… ¿Qué pasa con el maratón de la vaquita? ¡Dijimos que lo veríamos durante todo el día! ¡Todas las temporadas! ¡Vacas espaciales! ¿Recuerdas?

−Será después− dijo Sam haciendo un gesto despreocupado con la mano. –Ahora quiero ir a comer esos cien estilos diferentes de carne… ¿Vienes?

−Eh… no. No, gracias− dijo Carly torciendo la boca. –No confió en un lugar que dice tener más estilos de carne que los que realmente existen.

Sam y Freddie se despidieron y salieron del departamento emocionados. Carly puso los ojos en blanco, resoplo y se dejó caer en el sofá nuevamente.

−Carly, ¿Dónde está el jamón mohoso que compre en el mercado?− preguntó Spencer saliendo de su habitación cargando un montón de cajas.

−Lo tire a la basura.

Spencer se dio la vuelta y dejó caer las cajas, miró a Carly con los ojos bien abiertos y grito de manera exagerada.

− ¡Noooo! ¿Por qué?

−Era un jamón mohoso, Spencer− dijo Carly levantándose del sofá y caminando hacia la cocina. –Sabes que no me gusta que hagas esculturas con comida caducada desde lo que paso con el galón de leche.

−Si…− dijo Spencer torciendo la boca. –Lo bueno es que viste que estaba caducada antes de servírsela al abuelo.

− ¡No me lo recuerdes!− pidió Carly sacando del refrigerador otra pepi-cola y sentándose en una silla de la cocina con actitud deprimida.

− ¿Qué tienes?

−Nada, yo solo… −Carly emitió un suspiro y abrió su bebida. –No te preocupes por mí.

− ¿Segura?

−Sí, no tengo nada− dijo Carly fingiendo una sonrisa.

Spencer se encogió de hombros y se dirigió a su habitación diciendo que iba a seguir trabajando en su escultura. Carly lo miró completamente indignada y se levantó de la silla.

− ¿Cómo puedes trabajar en una escultura de comida caducada cuando yo me siento tan mal?

Spencer rodó los ojos y se encamino de nuevo a la cocina, tomando asiento al lado de su hermana.

−Haber, dime qué pasa.

−Pues…− Carly le dio un sorbo a su bebida y suspiro. –Las cosas han estado raras.

− ¿Hablas de la vecina del 8F, verdad? Sí, yo también he notado que…

−No, no− dijo Carly rodando los ojos. –Hablo de Sam y Freddie. Son novios desde hace un mes y se supone que debería estar feliz por ellos…

− ¿Pero?

−Pero es… es… ¡Es raro!− se desespero Carly dejándose caer en la silla nuevamente. –Antes Sam lo insultaba y Freddie le devolvía el insulto, luego Sam lo golpeaba y yo interfería… Pero ahora, Sam lo insulta, Freddie se lo devuelve y luego… ¡Se besan! ¡Así nada más! ¡Es raro! ¡Ellos son raros!

−Bueno, si− admitió Spencer, suprimiendo una pequeña sonrisa. –Pero debes admitir que es adorable.

Carly lo miró con unos ojos que podrían helarle la sangre a cualquiera, por lo que Spencer se encogió en su asiento y mejor se quedo callado.

−Además, no es solo eso− siguió Carly apartando la mirada de su hermano. –Siempre que se insultan y después se reconcilian, lo hacen frente a mí… ¿Sabes lo que es estar viendo a dos personas matarse y luego decirse cursilerías todo el día? ¡Es cansado! Y luego, todos los seguidores de ICarly dicen que son la mejor pareja del mundo… ¡Ellos que saben! ¡Es horrible leer mil comentarios y que novecientos noventa y nueve traten sobre el Seddie!

− ¿Seddie?

−Ya sabes− dijo Carly con fastidio. –La "S" de Sam, "Eddie" de Freddie… Es un nombre inventado por los fans o algo así, pero… ¡No estamos hablando de eso! ¡Me lo recuerdan a diario, todo el tiempo! ¡Es frustrante!

− ¿Sabes? Creo saber cuál es el problema− dijo Spencer torciendo la boca. –Cuando estaba en la escuela, Calceto y yo teníamos una mejor amiga que trabajaba cosiendo ropa…

− ¿Cómo se llamaba?

−Agujita− respondió Spencer mientras Carly rodaba los ojos. –Los tres fuimos amigos por años hasta que Agujita y Calceto comenzaron a salir… De ahí todo fue para abajo.

− ¿Ves lo que te digo?− exclamo Carly. –Si tus dos mejores amigos empiezan a salir, se vuelve insoportable y…

−Si, pero se vuelve insoportable por ti− le dijo Spencer. –Cuando Agujita y Calceto eran novios, yo me sentía desplazado, abandonado, sustituido, sin ninguna esperanza para…

− ¡Ya entendí!

−Tal vez eso es lo que sientes ahora− le dijo Spencer, intentando parecer maduro. –Tal vez solo te molesta que Sam y Freddie se vayan a olvidar de ti.

Carly bebió otro sorbo de su pepi-cola, meditando un poco las palabras de Spencer. Tal vez era cierto… Tal vez lo único que le molestaba era que el noviazgo de sus amigos los fuera a alejar de ella…

−No, no creo que sea eso− dijo ella encogiéndose de hombros y sin preocupaciones, siguió bebiendo su pepi-cola.


Un día después, Carly estaba caminando de un lado a otro por el tercer piso. Gibby estaba sentado en un puf, vestido de un huevo gigante y la miraba con las cejas arqueadas.

− ¿Qué te tiene tan nerviosa?

− ¿Qué?− exclamo Carly sin dar crédito a sus oídos. − ¿Cómo que qué me tiene tan nerviosa? ¡El ensayo empezó hace más de veinte minutos y ni Sam ni Freddie han llegado!

Carly miró su reloj y caminó hasta el auto, se recargo ahí y resoplo, luego volvió a levantarse y a mirar su reloj. Volvió a resoplar.

−Tengo una duda…− dijo Gibby. –En el segmento del huevo, ¿Tú y Sam me golpean con sartenes, no? ¿No crees que sea peligroso?

− ¿Ahora piensas en seguridad?− exclamo Carly enfadada. − ¿Después de que nos dejaste hacerte comer una hormiga viva?

−No tenías porque gritar…− murmuró Gibby afligido.

−Lo siento, Gibby. Tienes razón, estoy un poco ansiosa. Me calmare…

Carly respiró hondo y contó hasta diez. Luego la puerta del ascensor se abrió y por ella entraron Sam y Freddie, riendo animadamente.

− ¡Ahí están los dos!− gruño Carly volviendo a alterarse. − ¡El ensayo empezó hace más de veinte minutos! ¿Pueden explicarme donde estaban?

−En licuados locos− explico Sam parando de reír. − ¡Y mira, Carly! ¡Ya tienen "graseada"!

Sam le mostro un envase que contenía un liquido nada apetitoso. Carly le dirigió una mirada fulminante.

− ¿Llegaste tarde al ensayo por estar comprando grasitos líquidos?− exclamo Carly.

−No− dijo Sam ofendida, luego sacó de su bolsillo una bolsa de plástico. –También compre grasitos en bolsa.

− ¿Podemos empezar ya?− preguntó Gibby. − ¡Este traje no es muy cómodo, si es que me entienden!

El ensayo transcurrió sin pena ni gloria, aunque Carly volvía a bufar y a poner los ojos en blanco cada que Sam y Freddie daban alguna señal de estar enamorados.


El día del show, Carly se había propuesto no molestarse más por el tema de sus amigos. Después de todo, cuando se habían hecho novios, ambos habían hablado con ella para verificar que su relación no fuera a incomodarla y ella les había dicho que era lo mejor que podía pasarle a ambos.

Ahora seriamente dudaba que fuera cierto, pero bueno…

Carly llegó al tercer piso y espero a sus amigos. Pocos minutos más tarde llegó Gibby y se empezó a cambiar con el disfraz de huevo en la parte de atrás. Los minutos seguían pasando…

Faltaban veinte minutos para el show.

− ¡Carly, creo que el cierre se atasco!− le grito Gibby desde atrás.

Diez minutos.

− ¡Carly, enserio! ¡No sube!

Cinco minutos.

− ¡Spencer dejo unas pinzas por ahí! ¡Úsalas!

−Creo que puede ser peligroso…− murmuro Gibby asustado.

Faltaba un minuto para empezar el show. Los nervios de Carly estaban en su límite… ¿Cómo podían ser tan desconsiderados? ¿Dónde estaban? ¿Ni siquiera le mandaban un mensaje? ¡Si no llegaban en ese momento…!

La puerta del ascensor se abrió en ese preciso segundo y Sam y Freddie entraron al tercer piso tomados de la mano y riendo a carcajadas.

− ¿Dónde estaban?− preguntó Carly cuando los vio entrar.

−Fuimos al parque− le dijo Freddie riendo. –Había dos ancianitos dándole de comer a las aves, y Sam fue a…

− ¡No interesa!− exclamo Carly enojada. − ¡El show empieza en menos de un minuto!

−Sí, pero ya llegamos− dijo Sam tomando el control remoto y colocándose junto a su amiga. − ¿Dónde está Gibby?

−No puede subir el cierre del traje− explico Carly, apuntando con la cabeza hacia la parte de atrás del estudio. –Comencemos con las video llamadas y la comida, ¿si?

Freddie tomo su cámara, la apunto hacia ellas y presiono unas teclas de su laptop.

−Muy bien. En cinco, cuatro, tres, dos…

− ¡Hola, gente del planeta tierra!− exclamo Sam.

− ¡Y de Neptuno!− exclamo Carly, que aunque seguía mirando a Freddie y a Sam fríamente, ya estaba contenta de empezar el show.

−Aun no logramos transmitir a Neptuno, Carly.

− ¡Lo sé! ¡Pero sería increíble! ¡Soy Carly!

− ¡Y yo soy Sam!

− ¡Y esto es ICarly!− exclamaron las dos al mismo tiempo mientras daban unos saltitos.

−Ahora, en el programa anterior, prometimos que vestiríamos a Gibby de huevo y haríamos un rico omelette− dijo Carly sonriendo a la cámara.

−Pero nuestro amigo es demasiado tonto y está en la parte de atrás tratando de ponerse el traje− dijo Sam. –Así que mientras Gibby logra subir el cierre…

−Les presentaremos esta nueva sección que se llama… ¡Llama y lánzate comida!

A continuación, Sam apretó un botón del control remoto y una voz estridente resonó en todo el estudio, diciendo el nombre de la nueva sección.

−Si tienes una cámara web− explico Sam. –Y no eres una persona horrible…

−Entonces llama al programa− dijo Carly sonriendo. –Y cuando termines de decir tu comentario…

− ¡Te lanzaras a la cara la comida que tengas a tu alcance!− exclamo Sam emocionada, como si no hubiera cosa más divertida en el planeta que lanzar comida.

− ¿Tenemos a alguien, Freddie?− preguntó Carly.

Freddie se dirigió a su laptop y tecleó un poco.

−Ella es Rose de Boston− anunció el productor técnico. A continuación dirigió su cámara hacia la pantalla en donde había aparecido una chica de su misma edad y pelirroja.

− ¡Ahhhh, estoy en ICarly!− exclamo ella emocionada.

− ¿Quién lo diría?− preguntó Carly con sarcasmo. − ¿Algún comentario sobre el show?

− ¡Es el mejor del universo!− dijo la chica, temblando. − ¡Adoro todo lo que hacen! ¡Son tan divertidos! Además, quiero decir que yo soy fan del Seddie.

La chica mostro una camiseta morada, que estaba estampada con las caras de Sam y Freddie y con letras grandes decía "SEDDIE POR SIEMPRE".

− ¡Pienso que son la mejor pareja del universo! ¡Son tan adorables! ¡Me encanta cuando Sam lo golpea!

−Eso es porque no has sentido esos golpes− murmuró Freddie.

−Eh, Rose…− le dijo Carly un poco incomoda. –Las llamadas con comida son para que comentes sobre el programa, no sobre la vida amorosa de Sam y Freddie.

− ¡Pero es que, amo cuando…!

− ¡Solo lánzate comida y cuelga!− exclamo Sam frunciendo el seño.

La chica tomó un plato de sopa que había frente a ella y se lo embarro en el pelo. Sam apretó un botón del control y un sonido de aplauso retumbo en el estudio.

Freddie tecleó otras cosas que solo él entendía en su laptop y luego presentó a David de San Francisco.

− ¡Hola, ICarly!− exclamo el chico saludándolos entusiasmado. − ¡Adoro su programa! ¡Me encanta cuando molestan al portero que tiene la verruga!

−Oh, sí. Las bromas casi letales a Lewbert son divertidas− dijo Sam sonriendo.

− ¡Y me encanta el programa ahora más que nunca! ¿Saben por qué? ¡Porque ahora Sam y Freddie son novios!

Carly bufó y puso los ojos en blanco. Sam y Freddie se miraron incómodos.

− ¡Soy fan Seddie desde que vi por primera vez a Sam lanzándole el control remoto a Freddie!− seguía diciendo David. − ¡No hay amor más puro que el que empieza con odio!

− ¡Gracias, David!− le dijo Carly, comenzando a ponerse tensa. − ¡Ahora lánzate comida!

David sonrió y se embarro un poco de puré de papa en la cara.

Las siguientes llamadas no mejoraron mucho: Los chicos y chicas decían que ICarly era increíble, pero que adoraban como lucían Sam y Freddie juntos; que el color del Seddie era morado; que Sam golpeaba a Freddie porque lo amaba; les preguntaban sobre su primer beso; sobre como comenzaron a salir…

Carly los interrumpía apenas veía sus intenciones de seguir con las ridiculeces del Seddie y los obligaba a lanzarse comida, cada vez más enojada.

− ¡ICarly es el mejor programa del universo!− exclamo Jenny de Texas. − ¡Son los mejores, chicos! Me encanta la comedia que hacen, les juro que nunca paro de reír.

Carly sonrió. Por lo menos esa chica no había empezado con…

− ¡Y lo que más me gusta del show es el Seddie!

Fue la gota que derramo el vaso. Carly miró atónita la pantalla, luego a sus dos amigos que se tensaron en sus lugares.

−Bien, Jenny…− dijo Sam mirando de reojo a su mejor amiga. –Será mejor que te lances comida y…

− ¿Lo que más te gusta?− exclamo Carly. Ya había perdido todo el control que tenía sobre sí misma. − ¡¿Lo que más te gusta? ¡No puede ser lo que más te gusta! Es decir… ¡No! ¿Cómo que lo que más te gusta de ICarly es el Seddie?

La chica se encogió de hombros, un poco nerviosa por las notas histéricas que salían de la voz de Carly.

−No lo sé, solo pienso que es fantástico que se amen y…

− ¡ICarly es sobre comedia!− grito Carly. − ¡Comedia! ¡No es una novela romántica!

−Carly…− le dijo Freddie.

− ¡No! ¡Estoy harta!− exclamo Carly. − ¡Ustedes dos y su estúpido romance son lo único que le importa al publico!

− ¿Qué? Eso no es…

− ¡Si es cierto! ¿Saben qué? ¡Si tanto les gusta el Seddie, entonces pueden hacer un programa de ello! ¡Sin mí!

Carly salió del estudio dando un portazo. Un silencio tenso reino el tercer piso, Jenny se desconecto rápidamente, antes de lanzarse comida.

− ¡Oigan!− exclamo Gibby saliendo de la parte de atrás. − ¡Ya me subí el cierre!


− ¡Carlangas, abre la puerta!

Sam y Freddie estaban afuera del cuarto de su amiga. Habían dado por terminado el show diciendo que tenían fallas técnicas y luego habían bajado a tratar de hablar con Carly.

− ¡No puedes ponerte así solo por lo que dijo esa chica!− exclamo Freddie.− ¡Abre la puerta!

−Ya me harte− gruño Sam.

Se quito del cabello un pasador y luego lo metió en la cerradura de la puerta. Luego de cinco segundos, la puerta se abrió y Sam entró al cuarto bruscamente. Freddie torció una sonrisa al ver las habilidades criminales de su novia.

− ¡Bien, ya basta!− le dijo Sam a Carly, que estaba tirada en su cama y abrazaba una almohada. − ¡Fue una chica solamente!

− ¡No es verdad!− exclamo Carly levantando la vista. − ¡Fueron muchos chicos! Y además, no es lo único que hacen. Los comentarios que escriben… "¡Sam y Freddie son los mejores!" "Seddie por siempre" "El programa debería llamarse ISeddie".

− ¡Es porque son bobos!− le dijo Sam.

–Lo único que le gusta a la gente de ICarly, son ustedes dos− dijo Carly con resentimiento y se levanto de su cama.

− ¡Eso no es cierto!− dijo Freddie.

− ¡Claro que lo es! ¡Me lo recuerdan todo el tiempo y en todos lados! ¡Igual que ustedes!

− ¿De qué hablas?

− ¡Hablo de cuando casi se asesinan y luego se besan en frente de mi! ¡Cuando estamos haciendo algo importante y me dejan sola por irse a una de sus citas! ¡Cuando llegan tarde a los ensayos por estársela pasando de lujo en otro lado! ¡En otro lado sin mí, además!

− ¡Cuando esto comenzó dijiste que no te molestaba!− exclamo Sam, comenzando a enfadarse. − ¡Dijiste que estabas feliz por nosotros!

− ¿Si? ¡Pues a veces digo cosas tontas!− grito Carly con la cara tensa. − ¡Además no sabía que todo se iba a salir de control, ni que la gente los preferiría a ustedes, ni mucho menos que me dejarían a un lado por siempre!

− ¡Nosotros no…!

− ¡Todo era mejor antes!− exclamo Carly. − ¡Cuando no eran novios, ni tampoco existían esas tonterías del Seddie!

−Carly, nosotros…

− ¡Desearía que ustedes dos nunca se hubieran enamorado!

Carly se sentó en el sofá, dándoles la espalda y con los brazos cruzados.

El silencio invadió la habitación como una bomba explosiva y Sam y Freddie se miraron sin saber qué hacer.

−Está bien− dijo Freddie después de unos momentos. –Te dejamos sola.

Freddie se dirigió a la puerta y espero a su novia. Pero Sam no se movía, miraba a Carly con un profundo resentimiento mientras ella fingía no estar prestando atención.

Después de unos segundos, Sam se dirigió a la puerta y salió del cuarto enfadada. Freddie la siguió.

Cuando estuvo segura de que ya no estaban ahí, Carly se dio la vuelta y descruzo los brazos.

Se sentía terrible… Pero, es que bueno… ¡Tenía razón! Todo el mundo parecía haberse vuelto loco con eso del Seddie y la habían dejado a un lado sin ninguna consideración.

¿Tenía razón, no? Todo sería mejor si sus amigos no fueran novios… Todo estaría mejor si ellos nunca se hubieran enamorado.

Sin más, se quedo dormida.


Ok, si... como habran adivinado, esto será parecido a el capitulo de Navidad de ICarly...este, ¿como lo hice? ¡Diganme! Actualizaree hasta que me digan ke tan mal lo hice.

Yo creo fervientemente en el Seddie y es una de las cosas que más me gusta de ICarly, pero NO LO KE MÁS ME GUSTA y Carly me cae muy bien y no me gusta ke los fans la dejen de lado, despues de todo, es la protagonista, ¿no? Hum...creo que de ahí salieron varias ideas.

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