Hello people. Aquí escribiéndoles desde el hospital, jaja.

Inner Ken: ¿Y por qué te ríes? A mí me dolió mucho.

Es que… no sé, la contusión craneal me afectó… ¡Pero no lo suficiente para no subir el epílogo!

Inner Ken: más te vale no volver a dejar los lentes de contacto en la casa ¡Puta madre! El golpe más fuerte que nos hemos dado en la cabeza.

Bueno, ya no te quejes y presenta el capítulo.

Inner Ken: eh… ¿Qué se supone que diga?

Que South Park no es nuestro y… que disfruten.

Inner Ken: primero quiero que me quiten la jodida venda de la cabeza ¡Enfermeraaaaa! ¡ENFERMEEEERAAAA!... mierda, que tías tan incompetentes.

Em… para eso está el botón, para llamar a las enfermeras.

Inner Ken: Ou… pues… que bien.

Ah… Ken, Ken, Ken. Bueno, South Park no es nuestro y que disfruten del epílogo… T.T el epílogo, que rápido pasa el tiempo.

¿DE QUIÉN $!# ME ENAMORÉ?

Epílogo, 1 mes después: contigo hasta la eternidad.

Kyle observó su sala de estar. Se veía tristemente inerte. Solitaria. Suspiró, la tarde era cálida y opaca.

Allí estaba su sala, su costosísima sala; en su lujoso pent-house donde pocos habían penetrado antes de Stan. El lugar dónde había pasado los momentos más íntimos con diversas parejas. Dónde el mundo estaba vetado.

Todo estaba intacto. Perfectamente ordenado. Caminó lentamente por un largo pasillo hasta una puerta de cristal polarizado. La corrió y allí estaba, su larguísima piscina, la que usaba muy escasamente. A lo mejor Stan no tenía idea de que eso estaba allí. Se arrodilló al borde del agua y la tocó con la mano.

Sonrió. Recordó cuando fue pareja de su jefe. Les encantaba nadar, y Craig era realmente bueno en eso. Kyle solía pararse encima de él cuando nadaba por el fondo de la piscina. Y Craig lo tomaba por los tobillos y lo sumergía para besarlo. Pero todo eso había sido una aventura pasajera, al menos hasta que Kyle le presentó a Tweek. Esos dos eran la pareja perfecta, y Kyle lo reconocía sin resentimiento.

Cerró la puerta de cristal tras de sí y se dirigió a su estudio. El ambiente cargado de libros evocó sus tiempos de educación universitaria. Dónde había conocido a Bebé. Se habían convertido en mejores amigos en los momentos en que Kyle le explicaba alguna materia; y, no lo negaba, la chica era muy sexy.

Tocó lentamente el tapizado de cuero vino tinto se los muebles. Cerró los ojos lentamente, gozando el contacto. En esos muebles dónde había devorado libros durante noches enteras. Dónde su mente había vagado desde terror hasta Camasutra.

Cerró lentamente la brillante puerta de roble y caminó hacia el estar de TV. Esa oscura habitación dónde generalmente una película cualquiera acomodaba el ambiente para besos y toqueteos en la oscuridad. Dónde había llevado a Tammy una que otra vez; pero la cosa había parado ahí, simplemente ella era mejor de secretaria.

Los escasos dos asientos estilo 'cine de primera clase' se veían insignificantes ante gigantesca pantalla plana que ocupaba toda la pared. Kyle sintió ganas de recostarse y observar en la pantalla su vida, repleta más de éxitos que de cualquier cosa. Pero salió de aquella pieza y se dirigió a la cocina.

Una enorme cocina bien equipada que no usaba en lo absoluto, a menos que estuviera acompañado.

El pensamiento de Cartman vino a su mente como un relámpago. Sin duda la cocina de la mansión de Eric era imponente, pero el castaño amaba cocinar con Kyle. Y era muy buen cocinero. De hecho se habían conocido en una clase de cocina, Kyle quería cocinar algo para sorprender a su hermano Ike que vendría de vacaciones, y Eric simplemente quería probar lo que los demás cocinaran.

Habían formado parejas y a Eric le tocó con Kyle. Fueron a la casa de este último para preparar un soufflé, y ocurrió lo que tenía que ocurrir: el soufflé quedó espantoso. Al tratar varia veces por fin se rindieron y ocurrió lo otro que tenía que pasar: Kyle se enamoró.

Cartman podía ser adorable cuando se lo proponía. Y Kyle cayó fácilmente. Pero a medida que Eric se obsesionaba más con Kyle, este sentía más temor y menos amor por él. Finalmente rompieron. Y, tras varias amenazas de muerte, suicidio y exterminación de judíos, Kyle logró zafarse de las garras de Eric.

La cocina estaba modernamente llena de gabinetes grises rotulados porque, a pesar de vivir allí, Kyle no tenía idea de dónde estaba cada cosa.

Sacudió la cabeza para despejarse de los recuerdos de Cartman, aun así no pudo evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas. Eric ahora estaba muerto, al igual que Wendy. Y técnicamente todo era su culpa.

No pudo estar más tiempo en la cocina. Todo era demasiado doloroso.

Caminó rápidamente hasta un cuarto que servía de bar. Con bellos muebles en caoba para alcohol. Sonrió. El lugar era sumamente acogedor, con un toque del 'Green house' que tanto le gustaba. La imagen sonriente de Kenny aparecía cada vez que detallaba cada rincón de aquella pieza. Aunque el rubio nunca había estado allí, era su compañero de fiesta favorito. Desde que conoció a Kenny, sus noches de rumba se habían convertido en algo más. Hasta llegó a creer que se había enamorado de Kenny, pero Ken era demasiado promiscuo, por decirlo de alguna manera, para el gusto de Kyle.

Rozó con la punta de los dedos las cabezas de las botellas de vino colocadas de costado en sus respectivos lugares. Recordó que le debía un Whisky de Malta a Bebé. Tomó entonces la botella que tocaba en ese instante y la miró con codicia. Quería beber (N/A: últimamente he observado mucho a los adultos, y he notado que el alcohol es un elemento fundamental en la vida de la mayoría de ellos) Se le hizo agua la boca.

Como en un bello sueño producido por la Heroína se dejó caer en el gran sofá que había en la estancia. Quitó cuidadosamente el sello de importación en la cabeza de la botella. Retiró el papel que la recubría. Tomó el sacacorchos y….

Corrió desesperado hasta su habitación. Al llegar suspiró tranquilo. No, no necesitaba emborracharse ahora.

Su habitación podría parecer más la de un adolescente o un niño que la de un adulto maduro vicepresidente de una exitosa empresa. Y eso se debía a que la había decorado con muchos de sus adornos de la infancia. Tenía una lámpara de Terrence y Philip; un cartel de una película de acción; una alfombra peluda color naranja al lado de la cama; unos dinosaurios en una repisa en la pared; un bate de beisbol junto con una pelota y un guante en una esquina. Y del mismo modo muchos más juguetes que contrastaban con la decoración de las paredes y el techo del cuarto.

Caminó tristemente hasta su cama. Tocó la suave colcha con la punta de los dedos. El solo contacto le recordó su primera noche con Stan. Cuando se huyó aterrorizado apenas se quitaron la ropa interior el uno al otro. Luego cuando durmieron (Él, porque Stan no pudo dormir) cuando durmieron juntos la primera vez. Fue tan hermoso… Hasta que la difunta Wendy lo arruinó todo, pero luego todo se arregló, y luego estuvo mal de nuevo y finalmente se arregló y todo quedó bien. O eso esperaba.

Se había abstenido de usar algo de su pent-house durante todo el día, desde que tendió su cama; pero ya no se contuvo y se dejó caer en la cama. Extendió los brazos y tomó la colcha, luego recogió los brazos y se enrolló sintiendo el suave aroma de la colcha. Lo disfrutó sobremanera.

Entonces un suave ruidito llamó su atención.

-Miau- dijo Ty acercándose a la cabeza de Kyle, lo lamió suavemente en la mejilla.

-Hola Ty- saludó Kyle sentándose en la cama y tomado a su gato en brazos –no te veía desde hace un tiempo ¿Qué has estado haciendo?

-Miau- respondió Ty.

-Eres taaaaan lindo- dijo Kyle abrazándolo. El gato comenzó a jugar con el cabello de Kyle –Eh-espera Ty… no ¡No! ¡Esper…! ¡AU!- exclamó Kyle cuando Ty comenzó a halarle fuertemente del cabello –mierda, eso duele.

-Miau- dijo Ty dejando de molestar a Kyle.

-Bueno- dijo Kyle mirando su reloj de pulsera -supongo que ya es hora de irnos.

Se levantó y caminó junto con Ty hasta la puerta de salida, bajó los switch (1) de los servicios. Se echó la mochila al hombro, abrió la puerta y colocó las dos maletas afuera. Sacó las llaves de su bolsillo.

-Quizás… algún día regrese- susurro para sí mismo dándole un último vistazo a su sala se estar antes de cerrar la puerta y colocarle seguro.

Tomó el elevador para ir al sótano. Había decidido vender el apartamento del piso de abajo de su pent-house y ya tenía varios candidatos. Pero su pent-house seguiría allí, intacto, con todos sus muebles adentro. Solo había retirado su ropa y algunas prendas de cama.

Se montó en su camioneta después de colocar las maletas en el baúl.

-¡KEN!- llamó Stan por enésima vez -¡APÚRATE, VOY A PERDER EL VUELO!

-¡QUE TE ESPERES, COÑO!- respondió Kenny por enésima vez -¡YA CASI LO ENCUENTRO!

-Kenny, no es necesario- dijo Stan rodando los ojos.

-¡YES!- exclamó Kenny triunfante volviendo de la habitación.

-¿Y qué era eso tan necesario que tanto buscabas?- preguntó Stan sarcásticamente.

-Esto- respondió Kenny mostrando un lazo de tela naranja de un metro.

-Y… ¿qué es eso?- interrogó Stan ladeando la cabeza.

-Pues un lazo, Einstein- respondió Kenny mirándolo como si fuera un estúpido.

-Eso ya lo sé, pero ¿Para qué es?

-Ah, perdón- dijo Kenny sonriendo –quítate la chaqueta.

-¿Eh?- murmuró Stan desabrochándose su chaqueta. Mientras, Kenny fue a la cocina y trajo unas tijeras –Hey ¿Qué piensas hacer con eso, Ken?- preguntó Stan desconfiado.

-Nada malo- contestó cortando el delgado lazo de tela por la mitad.

-¿Pueden moverse?- pidió Bebé asomándose e interrumpiendo la escena –se nos hace tarde.

-Puedes enseñármelo en el camino Kenny- dijo Stan tomando sus maletas y caminando hacia Bebé. Kenny frunció el ceño, pero los siguió.

-Miau- dijo 'Gatito' antes de que Stan montara en el auto de Kenny.

-¡Oh!- exclamó Stan dejando caer sus maletas y corriendo hacia 'Gatito' -¡'Gatito'!- dijo emocionado alzando a su mascota. 'Gatito' lo miró con ojos tristes –Lo siento 'Gatito', pero te quedarás aquí con Kenny- informó lastimero.

'Gatito' dijo un melancólico Miau. A Stan se le aguaron los ojos.

Sostuvo a 'Gatito' cerca de su rostro y ambos miraron a Kenny con ojitos suplicantes.

-Oh, vamos Stan. Madura de una vez- dijo evadiendo la vista. Stan dio unos pasos a la izquierda, posándose junto con 'Gatito' de nuevo en frente de Kenny y lo miraron de nuevo con ojitos suplicantes –Mnnnn… ¡Ah! Está bien Stan, puedes llevarte a 'Gatito'- se rindió.

-¡SIII!- celebró Stan abrazando a su gato.

-Pero entonces ve y empaca sus cosas. South Park es muy frío- dijo Kenny. Stan corrió de nuevo dentro de la caza para alistar rápidamente la maleta de 'Gatito'. Mientras lo hacía se le cruzó por la mente su gorro ¿Dónde estaría? Lo tenía desde hace años, no podía habérsele perdido… ¿o sí?

-STAN, MUEVE EL CULO- ordenó Kenny a gritos.

-Oh ¡Sí, lo siento!- respondió Stan terminando de cerrar la pequeña mochila.

-Entonces ¿Estamos todos listos?- preguntó alegremente Bebé cuando Stan estuvo de nuevo junto a ellos.

-Butters dijo que nos vería en el aeropuerto. Así que sí- respondió Kenny.

-Ok ¡GO!- exclamó la rubia colocándose al volante.

….

-¡Kyle!- gritó Kenny al divisar al judío sentado, leyendo una revista en el aeropuerto.

Kyle levantó levemente la cabeza y, al ver a Stan y los otros tres rubios, cerró respetuosamente su revista y se levantó para saludarlos.

-Hola Kyle- saludó Kenny alegremente. Kyle sonrió melancólicamente y chocó la mano con Kenneth.

-h-hola Kyle- tartamudeó Butters. Kyle le revolvió el cabello (Butters era más bajo que Kyle).

-¡KY!- exclamó Bebé lanzándose en sus brazos y entrelazando las piernas tras la espalda del pelirrojo.

-Ah… Bebé- susurró Kyle muy suave rodeándola con los brazos.

-Bebé- dijo Kenny apretando los dientes –deja por lo menos que Stan salude.

-Oh, lo siento- se disculpó la chica apartándose unos pasos de Kyle.

Stan clavó sus azules ojos en los verdosos de Kyle, se veía triste. El pelinegro se forzó a sonreír para alegrar al pelirrojo. Kyle sonrió alegre. Stan siempre lo alegraba.

-Hola…- dijo Stan acercándolo para darle un abrazo -…lindura- terminó susurrándole al oído.

-Hola Stan- dijo Kyle divertido.

Se separaron al instante y miraron a los demás. Kyle miro de reojo a Stan y este le tomó de la mano.

-Y… ¿Qué quieren hacer?- preguntó bebé ansiosa por hacer alguna actividad.

-¡Comer!- exclamaron todos al unísono. Bebé rió.

-"Los pasajeros del vuelo 22 3 64, con destino a Denver por favor pasar a la sala número 8"- anunció una voz femenina por un altavoz.

Kyle miró su reloj de pulsera. Estaban en una bonita y divertida tienda de regalos dónde despilfarraron dinero comprando comida y cositas tontas pero muy curiosas.

-Stan, es nuestro vuelo- avisó Kyle tocando el hombro del pelinegro, que estaba mirando una especie de "Esfera de rubik"

-Oh- musitó Stan decidiéndose por una de las esferas y colocándola en la caja, junto a la señorita que atendía –también me llevo esta- le dijo a la chica. Ella la pasó por el lector de códigos mientras Stan sacaba su billetera. La mujer le entregó el recibo y Stan pagó, luego tomó la linda y pequeña bolsita que contenía el curioso juguete. Con esa ya serían ocho bolsas que Stan cargaba en las manos, y todas las había pagado por separado.

Kenny y Butters les ayudaron con el equipaje, y tuvieron que acomodar las ocho bolsas de Stan junto con las dos de Kyle repartidas en las maletas.

Estaban al lado de la máquina detectora de metales (N/A: esa por la que tienes que pasar tu equipaje, y otra más grande por la que pasas tú, y te requisan, antes de que pases a la sala dónde están los demás que esperan el mismo vuelo)

-Bueno… supongo que este es el adiós- dijo Stan sonriendo tristemente.

A bebé se le aguaron los ojos, los cerró fuertemente y se dio vuelta. Kyle puso expresión preocupada.

-No llores- pidió el judío a la chica abrazándola por detrás –nos vamos a volver a ver, te lo juro.

Bebé se volteó sollozando y con lágrimas en los ojos, desvió su mirada al suelo. Kyle colocó su mano con suavidad en la barbilla de Bebé y le levantó la mirada, dándole una reconfortante sonrisa.

-No te preocupes- consoló –todo irá bien, no nos despedimos para siempre.

La rubia lo miró directamente a los ojos, cómo rogando que eso no fuera verdad, que todo fuera un mal sueño y que cuando despertara estaría observando el molesto rostro de Kyle, aquél que hacía en la universidad cuando ella se quedaba dormida mientras Kyle le explicaba algún área.

Kyle tragó en seco. La mirada suplicante de su mejor amiga lo partía en dos.

-Bebé, no creo que sea bueno deprimirlos ahora- opinó Kenny tomando a bebé por los hombros y acercándola a su pecho. La rubia sonrió levemente, lo cual tranquilizó a Kyle.

-Bien- dijo ella secándose los ojos con el antebrazo de su abrigo –tendrán que venir a visitarme todos los veranos- sentenció un poco menos triste.

-Hecho- dijo Kyle tomando la mano derecha de bebé y dándole un tierno beso en ella. Stan sonrió satisfecho, Kyle era muy responsable… y sensible.

-Ok, Kenny- dijo Stan dirigiéndose al rubio más alto –no vayas a cometer ninguna estupidez.

-¡¿YOOOO?- dramatizó Kenny.

-Sí, tú- contestó Stan sonriendo –Bebé, Butters, no dejen que su impulso de idiotez lo haga cometer locuras- Los rubios más bajos asintieron riendo. Stan se acercó al oído de Kenny y susurró –hazlo solamente con Butters ¿Entendido? No quiero que cuando vayas a visitarnos hayas pescado alguna ETS.

-¿Quién crees que soy?- susurró Kenny al oído de Stan sonriendo.

-Butters ¿Pórtate bien, si?- dijo Stan separándose de Kenny.

-Claro- aseguró Butters mirándolo directo a los ojos. Stan dio un pequeño brinco de asombro, usualmente Butters esquivaba las miradas.

-Adiós Bebé. Fue un placer haberte conocido, hermosa- dijo Stan abrazando a la chica. Ella le devolvió el abrazo con fuerza y le dio un beso en la mejilla. Stan gozó al sentir los senos de bebé presionados contra su cuerpo, pero ese sentimiento se evaporó cuando recordó que ahora él era de Kyle, el hombre que se había robado su corazón.

-Kenny…- intentó decir Kyle, pero el rubio lo tomó bruscamente de un brazo para acercarlo y lo abrazó fuertemente.

-Te voy a extrañar Kyle- le dijo cerrando los ojos.

-Y-yo igual Kenny- correspondió Kyle sintiendo que se ahogaba. Kenny lo soltó finalmente para que respirara.

-Adiós Butters, mantén controlado a Kenny ¿Ok?- dijo Kyle revolviéndole igualmente el cabello a Butters.

-Prometido- respondió Butters mirándolo también a los ojos. Kyle se sobresaltó igualmente.

-Bueno… ya debemos- intentó decir Stan, pero fue interrumpido por bebé.

-¡ABRAZO GRUPAL!- gritó la rubia. Tras la orden ella, Butters y Kenny se abalanzaron hacia Stan y Kyle, aprisionándolos entre ellos, a lo cual la pareja soltó un par de quejidos de dolor.

Ya iban a cruzar el aparato detector de metales, cuando Kenny recordó algo y llamó a los gritos a Stan y Kyle.

-¿Qué ocurre ahora?- preguntó Stan llegando junto con Kyle al lado de Kenny de nuevo.

-Esperen un momento- pidió rapando el bolso de Bebé.

-¡Hey!- exclamó ella. Pero antes de que se lo pudiera quitar, Kenny ya había conseguido lo que buscaba,

-Quítense la chaqueta- ordenó Kenneth. Stan y Kyle se miraron intrigados y obedecieron. Kenny le dio un trozo de la cinta de tela naranja a Bebé y seguidamente él se dispuso a atar su parte en el brazo de Stan, arriba cerca al hombro. Bebé notó que Kyle tenía bajo su chaqueta un buzo gris, así que le dio varias vueltas a la cinta en la muñeca de Kyle y finalmente la ató.

-¿Y a qué viene esto?- preguntó Kyle observando su muñeca.

-Se supone que no deben quitársela hasta que nos volvamos a ver- respondió Bebé quitándose parcialmente su chaqueta para dejar al descubierto su hombro y mostrar que ella tenía igualmente una cinta naranja atada. Kenny se levantó un poco la bota de su jean para mostrar su cinta atada al tobillo y Butters mostró su antebrazo con la misma cinta.

Kyle rió suavemente ante esa ingeniosa forma de recordar.

-Que… interesante- susurró tocando las puntas desiguales de su cinta.

La chica uniformada que estaba al lado del aparato detector de metales les indicó que ya era hora de que entraran.

Stan tomó a Kyle de la mano y caminó rápidamente sin voltear hacia el detector de metales. Kyle lo siguió un poco confundido y sin ofrecer resistencia. Parecía que Stan estaba triste.

Adentro del amplísimo cuarto con paredes de cristal Kyle observó a los tres rubios mirando hacia adentro junto al cristal. Bebé era abrazada por Kenny, parecía que la chica iba a llorar. Y Butters solo sonreía observando de reojo a Kenny.

-¿Pasa algo Stan?- preguntó Kyle suavemente. Stan tenía la mirada clavada en el piso y negó con la cabeza –no puedes engañarme Stan ¿Qué te pasa?- inquirió de nuevo Kyle. Stan suspiró.

-Es que… voy a extrañar mucho Nueva York… fue mi casa durante muchos años…

-Bueno… también fue mi casa- intentó animar Kyle –pero ¿no quieres que recomencemos? ya sabes sin Cartman y sin tanta… pendejada- Stan rió levemente.

-Supongo que será bueno… Nueva York también tiene muchos malos recuerdos- opinó Stan mirando al techo -¿Crees que ese sea nuestro avión?- preguntó mirando hacia afuera señalando a un avión que aterrizaba en ese momento.

-Probablemente- respondió Kyle. Miró hacia la pared contraria y allí seguían Bebé, Butters y Kenny. La chica le lanzaba besos mientras Kenny y Butters se despedían con la mano. Kyle sonrió y volteó la mirada para notar que Stan también los estaba mirando y estaba sonriendo.

…..

-¿Están cómodos, necesitan algo?- preguntó amablemente una de las elegantes azafatas que atendían a la primera clase.

-Gracias- susurró Kyle, que tenía el asiento del pasillo, mientras Stan miraba por la ventana.

El avión había despegado hacía pocos minutos y Kyle encendió su celular, no lo sorprendió encontrar un mensaje de Bebé:

"No ha pasado una hora y ya te echo de menos"

Kyle sonrió y guardó su teléfono. Pensó en checar su coreo en la pantalla personal instalada en la parte trasera del asiento se enfrente que le proporcionaba la aerolínea a todos los pasajeros de ese avión, pero luego pensó que sería mejor pensar qué harían al llegar a South Park.

Visitar a la familia y amigos quedaba descartado, era un fastidio. Tal vez podrían tomar una habitación en un hotel no muy pretensioso para no llamar la atención, sí. Allí podrían hacer todo lo que quisieran…

Stan sintió algo en su hombro y notó que Kyle se había recostado en él. Un sutil sonrojo surcó sus mejillas. Estiró la mano y acarició el suave y extraño cabello rizado de Kyle. Tenía un color tan lindo y era tan suave. Recostó su cabeza en esos bellos mechones naranjas y se durmió.

….

Stan escuchaba que lo llamaban desde un lugar muy lejano. Abrió lentamente los ojos y recordó que estaba en un avión.

-Stan- repitió Kyle moviéndole el hombro –Ya llegamos a Denver, tenemos que salir del avión

-¿Ah?... digo, sí, ya vamos- susurró levantándose. Observó por la ventanilla que ya estaba oscuro ¿Cuánto habría durado el viaje? no tenía idea, pero sentía que había estado sentado en una incómoda posición durante mucho tiempo.

Bajaron del avión y se dirigieron a una habitación dónde había una cinta transportadora que exhibía el equipaje. Encontraron sus maletas rápidamente y ambos abrieron rápidamente un par de canastillas de mascotas, dónde iban Ty y 'Gatito'. Los abrazaron alegremente.

-¿La pasaste bien?- preguntó Kyle a su gato mirándolo con compasión.

-¿Allá adentro es cómo en 'Toy Story 2'?- preguntó Stan a 'Gatito'

-Miau- respondió él.

Seguidamente se dirigieron a buscar un taxi que los llevara hasta el terminal de autobuses, para tomar uno que se dirigía a South Park, y Stan escuchó las múltiples quejas de Kyle de que en South Park deberían construir un aeropuerto con la capacidad de aterrizaje para un avión cómo en el que ellos viajaban.

Afortunadamente para ellos, un bus a South Park estaba por partir, entonces pudieron embarcar rápidamente.

-Oye Stan- dijo Kyle cuando ya hubieron subido en el bus e iban de camino -¿Cómo es tu familia?

-¿Mi familia?- repitió Stan mirándolo curiosamente. Kyle asintió –Pues… normal, supongo. Pero en South Park solo están mis padres Sharon y Randy. Mi hermana, Shelley, vive en Washington. ¿La tuya?

-Bueno, allí solo está mi hermano Ike. Pero no vive allá, solo tiene un condominio en las montañas y va de vacaciones. Mis padres… ellos murieron dos semanas después de que conocía a Eric, en un accidente, y… bueno, eso.

-Ou- musitó Stan -¿No tienes frío?- preguntó ansioso por cambiar de tema.

-¡Ah! A propósito de eso- dijo Kyle animado, le pasó su gato a Stan y se levantó para bajar su maleta del compartimento superior -¿recuerdas esto?- preguntó sacando un sombrero azul oscuro coronado por un pompón rojo.

-¡Mi gorro!- exclamó Stan feliz.

-Exacto- dijo Kyle colocándoselo en la cabeza al pelinegro.

-¿Sabes Kyle?- dijo Stan acariciando la suave tela de su gorro –Tengo algo para ti.

-¿Ah sí?- preguntó Kyle curioso.

Stan asintió y sacó una bolsa de regalo que tenía guardada en su abrigo, se la entregó a Kyle sonrojado. Kyle la abrió curiosamente y dentro encontró una hermosa y muy verde Ushanka, de su medida.

-Stan- susurró Kyle sacándola y rozándola contra su mejilla.

-Sé que les gustan a los judíos- dijo Stan moviendo la cabeza.

-Es… muy bonita- dijo Kyle intentando ponérsela, pero Stan se la quitó rápidamente y se la colocó al pelirrojo. Le quedaba perfecta -Y yo tengo otra cosa para ti.

-Mierda, yo no tengo algo más para ti- se lamentó Stan.

-No importa- dijo Kyle buscando en el bolsillo de su pantalón. Sacó un llavero con un dije plateado y una llaves.

-Kyle… ¿Estas son…?- preguntó Stan sospechando.

-Sí, las llaves de… mi pent-house en Nueva York- completó entregándole las llave a Stan. El pelinegro abrió los ojos sobremanera. Eso simplemente había sido un detalle muy hermoso e inesperado.

-El verde te queda bien- opinó Stan con actitud analítica guardando las llaves en su bolsillo y observando el sombrero de Kyle. Kyle sonrió ante el halago y se acercó para besarlo. Entonces alguien les alumbró el rostro, haciendo que ambos cerraran los ojos, fastidiados.

-Qué carajo- susurró Kyle intentando ver a quién sostenía la linterna.

-Disculpen- dijo una voz muy profunda –es casi media noche y los pasajeros se preguntan si ustedes podrían apagar sus luces, algunos intentan dormir.

-Oh si, perdón- dijo Stan levantando su mano y presionando los dos interruptores correspondientes a las dos luces de sus asientos.

El hombre con la linterna se retiró.

-¿En qué nos quedamos?- preguntó Stan colocándole a Ty de nuevo en las piernas a Kyle.

EL judío sonrió y lo besó por un tiempo que se le antojó increíblemente largo, cuando se separaron alcanzó a ver por la ventana al lado de Stan, de reojo, a través de la oscuridad de la noche, el viejo letrero de madera que decía "South Park".

FIN

(1) 'Los switch de los servicios' es cómo en mi casa (no sé si también en mi país) le llamamos a unos interruptores que determinan el uso de los servicios. Digo, si bajamos el switch de la electricidad, por ejemplo, el servicio de electricidad se suspende hasta que vuelvan a activar el switch ¿Si me explico? Al igual con el del gas, el agua y demás servicios. Mi madre me dijo que no es así en todas las casas, por eso aclaro.

Supongo que pedirles que no me maten es mucho pedir ¿verdad?

Y, para que no me maten lenta y dolorosamente, aclaro que Stan y Kyle vivieron juntos y felices por siempre y que Butters y Kenny se mudaron con Bebé e hicieron un trio y también vivieron felices por siempre. Y la pareja y el trio se visitaron constantemente.

El llavero plateado que le entrega Kyle tenía el dije que él buscó en el capítulo 3 'Otra chica'.

Y… bueno, es el final (*llora desconsoladamente*)

Inner Ken: Si, si, el final. Agradece y luego llora.

Ok, ok. Bueno, les agradezco a todos los que leyeron, dejaron reviews, colocaron alerta, favoritos y demás. Cada uno de sus reviews me hacía infinitamente feliz.

Quisiera nombrarlos a todos, pero me da miedo que se me vaya a olvidar alguno T.T

Y también pido excusas por todos los errores de ortografía y espacio-tiempo (Que al parecer no fuero gran cosa).

¡Thank you!

(¿Reviews?)