Tadaa~! Hola a todo el mundooo! yey! :D estoy tan feliz de poder subir mi nuevo fic! en el cual tomé la temática de magnet, por lo ke en esta historia no se verán sino amores imposibles nwn de esos ke se ke a todos les gustan. Bueno, les explico más o menos de que se trata. Este fic constara de 3 parejas (como dije en el sumary): RinxLen, MikuxLuka (manteniendo la versión original 1313), y estrenando GumixGakupo :D ojalá los reciban bien n_n y como tb dije el el sumary las 3 historias se entrelazan en un punto, más o menos como junjou romántica. Asi que, prepárense para el fic más largo que he escrito en toda mi vida (dejando de lado el hecho de que es mi segundo fic). Bueno, no les quito más tiempo, gracias por leer n_n ok, ADVERTENCIAS: incesto, yuri (recalco, yuri, no shojo ai), lemmon... eso :P

Disclaimer: Vocaloid no me pertenece, sino que a Yamaha Corporation.


Capítulo 1: Cómplices

Era una mañana serena, tan sólo se oía el cantar de los pájaros. De la mano, dos pequeños caminaban en dirección a su nueva escuela. Estaban emocionados, pero a la vez nerviosos, pero el cálido tacto en sus manos les daba más seguridad. Si que tenían suerte, tenían suerte de tener a alguien con quien enfrentar situaciones difíciles, como el primer día de clases. Ambos tenían 6 años de edad, que dichosamente cumplieron el mismo día. Compartir el día de su cumpleaños, el día más importante del año, los hacía sentir verdaderamente especiales, y sentían que ese día no lo podrían compartir con nadie más. No podían ser sino auténticos hermanos, pero no hermanos como cualquiera, sino gemelos, totalmente idénticos a excepción de su género. Ambos de la misma estatura, parecían dos gotas de agua.

Se detuvieron frente a la entrada e intercambiaron una mirada antes de entrar. Habían llegado muy puntualmente y no les costó encontrar su salón. Antes de entrar, aún tomados de la mano, asintieron con la cabeza a la vez y abrieron la puerta. Dentro del salón había un gran alboroto, estaba repleto de niños que gritaban y jugaban por todo el lugar. Ellos eran los últimos en llegar, y al momento de hacer acto de presencia toda la habitación se sumergió en un incomodo silencio, todas las miradas se encontraban centradas en los gemelos. Se encontraron con distintos tipos de miradas, miradas de sorpresa, de curiosidad, de indiferencia e incluso de desaprobación, especialmente estas últimas hacia Rin por parte de las niñas. Todas se encontraban envidiosas ante tan linda niña de cabellos rubios y ojos turquesa claro. Sin embargo, sus reacciones fueron completamente lo contrario frente al ser masculino que se encontraba a su lado, el chico más guapo que habían contemplado en sus cortas vidas. Todas las niñas del salón sufrieron algo similar a lo que llaman "amor a primera vista". Sin embargo, los niños no miraron con buenos ojos a Len, ya que despertaron sus celos al recibir tanta atención por parte de las niñas, por lo que Rin y Len se encontraron solos.

Pero Rin encontró una niña similar a ella en ese aspecto, dos años mayor que ella, por lo que no eran compañeras de clase, Hatsune Miku. Miku deseaba con todo su corazón entrar al coro de la escuela, pues amaba cantar, además tenía una dulce voz. Pero aunque fuera mayor que Rin, no poseía la edad suficiente para entrar al coro de la escuela, ya que solo a partir de secundaria se podía acudir a él. A pesar de saber eso, ella insistía frecuentemente suplicando que la dejaran entrar. Rápidamente se volvieron amigas. A Rin también le gustaba mucho cantar, de hecho, ella junto con su hermano estaban en el coro de la iglesia. Sus padres los habían puesto ahí ya que se escuchaba hermoso cuando cantaban juntos, sus voces se complementaban a la perfección ya que eran muy similares, los llamaban los ángeles del coro. El hecho de ser compañeros musicales solo hizo fortalecer aún más su lazo. A dos hermanos más unidos que ellos, no se vería jamás. Tan fuerte era su unión que solían conmover a todo aquel que los contemplara juntos.

Los años pasaron y las tensiones entre sus compañeros comenzaban a desaparecer. Los gemelos eran vistos con distintos ojos, y distintas intenciones también. Los chicos comenzaron a mostrar interés y a notar la belleza de Rin. No tardaron en acercarse a Len para poder llegar a ella. Pero también ocurría en el caso contrario, Len se volvía cada vez más guapo.

Cuando cumplieron doce años de edad y entraron en secundaria, ambos se inscribieron en el coro de la escuela, alentados por la mayoría de sus conocidos. Rin estaba feliz de que vería más seguido a su amiga Miku. Pero Miku ya tenía un lugar estable dentro del coro, y casi siempre era la voz principal. Rin se esforzaba lo que más podía para tener un puesto tan prestigioso, pero sin muchos resultados.

Una tarde, luego de un día de escuela normal, Len se encontraba en casa sentado sobre el sofá de la sala de estar. Miraba el reloj un tanto preocupado. "Rin ya se está tardando... ¿Habrá finalizado ya la elección?" se preguntó Len. Realmente tenía fe en su hermana, y deseaba que obtuviese la voz principal esta vez, como ella tanto anhelaba.

- Estoy en casa... -se escuchó un susurro desde la puerta.

"¡Rin!" se alarmó Len sobresaltándose y dirigiéndose rápidamente hacia la entrada.

- Bienvenida -dijo Len estudiando su expresión cuidadosamente- ...una vez más, fue Miku, ¿No es así? -trató de confirmar suavemente.

Rin asintió tristemente con una media sonrisa.

- Ya se, Miku es mi amiga y en verdad estoy feliz por ella, pero... quisiera que a veces -la voz de Rin se comenzó a quebrar- me tomaran en cuenta a mi también… de vez en cuando -una lágrima rodó en su rostro al momento de concluir su frase.

En ese mismo instante Len capturó el cuerpo de Rin y lo apretó con fuerza. Rin no pudo contener más el llanto. Len le acariciaba la cabeza.

- Sabes... -dijo Len tratando de sonar lo menos preocupado posible- hay algo que tú tienes y que Miku no.

- ¿Qué cosa? -preguntó Rin tratando de controlar sus lágrimas, separándose un poco de Len para ver su rostro.

- Un compañero de dueto, que siempre estará a tu lado -respondió Len con dulzura.

Al escuchar esto Rin abrazó con cariño a Len, sonriendo entre lágrimas.

- Y no un compañero de dueto cualquiera, sino que un gemelo con una hermosa voz, algo que nunca tendrá -dijo victoriosamente Rin.

Len soltó una breve risa al oír la orgullosa afirmación de Rin, luego se separó de su abrazo para besar su frente con ternura.

- Te quiero, Len -dijo Rin.

- Y yo a ti, Rin -respondió Len al momento de juntar sus cabezas y cerrar los ojos con una sonrisa en sus labios.


Todavía resonaba en sus oídos el estruendoso sonido de la ambulancia, la intranquilidad la consumía, amenazando en convertirse en desesperación. Lo único que impedía que cayera en pánico era la fuerte mano que apretaba la suya en aquella sala de espera de hospital. Sus lágrimas no podían cesar, sentía como si un elefante aplastara su pecho.

- Tranquila, aquí estoy -dijo Len apretando aún más la mano de su hermana.

Rin respondió únicamente con sollozos, apoyando su cabeza sobre el hombro de su hermano.

En cuanto el doctor apareció en la sala de espera ambos se pusieron de pie, interrogándolo con la mirada en una expresión preocupada.

- Lo lamento -pronunció el doctor con la mirada hacia el suelo.

Dichas palabras bastaron para que los ojos de Rin se abriesen de sobre manera y estallaran en lágrimas sobre el pecho de Len, quien abrazaba a Rin con expresión dolida.


Enterraron al matrimonio Kagamine juntos, en el funeral asistieron únicamente amistades y los únicos dos familiares que poseían, sus hijos que eran idénticos entre sí.

- Fue lamentable el accidente, ¿verdad? -dijo uno de los asistentes a un confidente.

- Si que lo fue, sobre todo para sus hijos gemelos, tan sólo tienen doce años de edad.

- Pero... ¿Se quedarán solos los niños?

- Lo dudo, debe de haber algún familiar que los apadrine.

- Cierto, aún son muy jóvenes. En cierto modo, tienen suerte de que los Kagamine eran una familia muy adinerada.

- Así es, dudo que les falte algo, de seguro estarán bien.

Pero los gemelos Kagamine estaban completamente solos, sólo se tenían el uno al otro. Antes de marcharse, depositaron dos rosas amarillas completamente idénticas al igual que ellos, una cada uno, sobre la tumba. Se habían quedado horas en completo silencio tomados de la mano, sosteniendo dicha rosa. Se marcharon juntos aún de la mano al anochecer, cuando ya no se encontraba ningún presente salvo ellos.

Al llegar a casa comenzaron a revisar las cosas de sus padres juntos. Encontraron un montón de recuerdos, cómo el primer diente de ambos, sus brazaletes de nacimiento, y muchas, muchas fotografías. Mientras revisaban encontraron dos pequeñas cajitas con aspecto de regalo que poseían pequeñas tarjetas. Abrieron la primera, no sin antes leer la tarjeta, que decía: "Para nuestra hermosa y talentosa hija, en su cumpleaños. Rin, te amamos, mamá y papá". La tarjeta de la segunda decía algo similar: "Para nuestro apuesto y virtuoso muchacho, en su cumpleaños. Len, te amamos, mamá y papá".

Ambos intercambiaron una triste mirada antes de abrir sus regalos a la vez. Los dos regalos eran colgantes, cadenitas de plata que se diferenciaban en la placa. La de Rin tenía forma de una llave de Sol y la de Len de una llave de Fa. Era un tierno gesto, sus padres adoraban que sus hijos fuesen tan buenos músicos, amaban oírlos, tanto en la iglesia como en las presentaciones del coro escolar.

Rin tomó el colgante de Len, quien a su vez tomo el colgante de ella, y se los colocaron al otro. Parecía que se hubiesen entendido por energía telepática, de esa que solo poseen los gemelos. En cuanto terminaron su tarea, Rin dejó caer sus manos sobre los hombros de su hermano, deslizándolas hasta sostener su cuello por los costados, mientras que Len deslizó sus manos desde el cuello de su hermana hasta llegar a sus mejillas, tomando su rostro con ambas manos. Se miraban a los ojos, dejándose entender que a partir de ese momento eran sólo ellos dos, juntos contra el mundo, y que siempre se iban a apoyar el uno al otro. Unieron sus frentes y cerraron sus ojos, decidiendo guardar silencio.

- No te abandonaré nunca, Rin -pronunció Len con los ojos cerrados.

- Ni yo a ti, Len -respondió con dulzura a su hermano.

En ese entonces, ninguno de los dos se podía haber imaginado que aquellas inocentes palabras serían el inicio de su condena…


Chan! :D bueno, lamento que haya sido un poco introductorio :P pero no se desanimen! Pretendo subir un cap por semana, asike no se preocupen, no voy a dejar abandonado este proyecto, además que tengo caps de reserva, por lo que lamentablemente no acepto sugerencias en la trama, ya que la tengo lista xD

Bueno, que más puedo decir? un review no le hace daño a nadie n_n cada vez que te vas sin dejar un review una aplanadora aplasta una banana, no hagan sufrir a Len D:!

Bueno eso n_n hasta el próximo viernes!