ANTES DE NADA, PARA LOS QUE VAYAN AL DÍA EN REBORN... FILE 367. DIOSSSSSSSSSSSSSS COLONNELLO ADULTO! Y ESA SONRISA DE CHULOPLAYA QUE PUSO ANTE LA NOTA DE LAL! Y ESE "LAL, ZORRA" En fin, que estoy muy enferma XDDDDDD y dejándome con mi enfermedad... comencemos XD

¡Bien! Traigo uno antes de que se acabe el año e_e xDDDDDDD ¡Y ESTE ES ESPECIAL!

¡FELIZ CUMPLEAÑOS, HIKARI EVANS! Dedicado única y exclusivamente a ti, que eres quien me ha pedido esta palabra y este tema. (No Mizu, de ti no me he olvidado xDD no te preocupes) Pues eso, siento que sea una semana después de tu cumple, pero pilla en malísimas fechas XDD con navidad de por medio y tal... imagínate XDDDDDDDD En fin, que cumplas miles y miles más y ¡Que prime la alegría!

En fin, vayamos con los trámites xD

Para la tabla Ventura de 30vicios del livejournal.

DISCLAIMER: Katekyo Hitman Reborn NO ME PERTENECE, pertenece a Akira Amano, a la que agradeceré por siempre haber creado esta serie.

BASADO EN EL FINAL DEL TYL, JUSTO DESPUÉS DE LA RESURRECCIÓN DE LOS ARCOBALENO.


#25.- Alegría.

-x-

-¿Qué?

Lal parpadeó un par de veces, percibiendo la sonrisa burlona en los labios del bebé.

-¿Eh?

-Te has quedado mirándome, kora. –Ahora fue Colonnello quien la miraba.- ¿Pasa algo, Lal?

"Que estás vivo, idiota"

-Nadie te estaba mirando. –Gruñó, desviando la vista.

Una suave risa infantil llenó el ambiente y Lal no pudo evitar ruborizarse estúpidamente. Se sorprendió a sí misma pensando en cuanto había echado de menos ese sonido, cuanto había añorado la calidez de su voz, la fuerza de sus palabras.

-Oye, Lal. –Se estremeció al oírle pronunciar su nombre. Apenas se acordaba ya de lo que sentía al escucharlo de su boca, de lo terriblemente bien que sonaba y lo feliz que la hacía.- Yo… lo siento, kora.

-¿Por morirte? –El tono le salió frío y cortante, más frío y cortante de lo que había previsto. Él suspiró, incómodo.

-Sí, se puede decir así. –Respondió, acercándose a ella por encima de la mesa que los separaba con sus pasos diminutos de bebé, quedándose en frente suya.- Pero tú viviste. Estoy muy orgulloso de ti, kora.

-No lo hice por gusto. –Espetó ella, ignorando la tenue sonrisa del rubio.- Quería vengarte, eso es todo.

-Pero estás viva. –Insistió.- Y yo también, Lal. He vuelto, y no pienso volver a irme, kora.

La mujer apoyó la frente en su mano intentando no volver a mirarle, porque si lo hacía, estaría perdida. Nunca había podido enfadarse con él de verdad porque era imposible ignorar su entusiasmo, esa forma tan simple que tenía de solucionarlo todo con un par de palabras y una sonrisa arrogante. Y ella tenía mucha amargura que expulsar. Mucho miedo, mucho sufrimiento, mucha soledad.

-Me abandonaste. –Murmuró, cerrando los ojos y recordando cada una de las lágrimas, los recuerdos, la pena y el dolor.

-Lo siento. –Repitió. Parecía sincero.- Pero ahora estoy aquí, kora. –Alzó una mano y la posó en su mejilla.- Contigo.

El contacto con su piel era algo que Lal no se esperaba. Alzó la vista sin pensar, sin saber que decir. Su mano era extremadamente pequeña, sin ser capaz siquiera de cubrir su mejilla, pero la calidez que desprendía casi la hizo llorar. Era real, era tangible y podía sentirlo, su cuerpo reaccionaba al de él. Colonnello estaba allí y ahora, después de tanto tiempo y tantos llantos él había vuelto de la tumba y estaba en esa base, en esa mesa, justo delante de ella, tocándola, acariciándola, exactamente igual que cuando se despidieron después de volverse bebés. Había deseado con todas sus fuerzas volver a tocarlo, lo había soñado cada noche, pero la rabia actuó sola y al momento siguiente su mano voló directamente a su mejilla, dejando un rastro de piel roja a su paso. La incredulidad brilló en los ojos del soldado y su mano descendió, rompiendo el contacto.

-¿¡Qué te crees que estás haciendo! –Le gritó ella, furiosa, levantándose bruscamente de la silla donde estaba sentada. Aún sentía el calor de su caricia y eso sólo era peor.- ¿¡Después de todo…!

-Diría que me arrepiento, pero volvería a hacerlo, kora. –Le cortó, haciendo caso omiso del dolor de su mejilla.- Al final, soy un soldado que tuvo una instrucción especialmente dura. –Dijo sonriendo y sintiendo como la ira de su instructora se aplacaba por momentos.- Soy así.

-Idiota. –Soltó ella, esta vez en un tono más bajo.- Aunque ahora hayas vuelto, sigues siendo un bebé. -Se dejó caer pesadamente en la silla y cerró los ojos con cansancio.- Apenas levantas dos palmos del suelo y aún dices que has vuelto a mi lado. Creceré, se irá mi maldición, envejeceré y moriré, y tú seguirás teniendo el mismo aspecto que cuando tenías un año. –Hizo una pausa para ordenar sus pensamientos.- Al final, no hay futuro para nosotros.

-¿Tan rápido te rindes? - La provocación de la pregunta dejó descolocada a Lal un instante. Colonnello volvía a sonreír.- Verde ha comenzado ha investigar el Trinisette de nuevo*. Llevaba ya algunos progresos antes de su muerte y la radiación Non-Trinisette es una prueba de ellos, kora.

-¿Y eso qué-?

-Cree que puede eliminar la maldición de forma permanente, kora. –La cortó Colonnello, lanzándola una mirada cargada de seriedad.- Al fin y al cabo, con los anillos Mare destruidos, el Trinisette ya no tiene sentido y nosotros, sus guardianes, tampoco. Puede tardar tiempo pero… pero todo esto acabará, Lal. Los arcobaleno, las maldiciones, la mafia… Todo terminará y entonces volveré de verdad a tu lado.

Ella abrió la boca un par de veces para luego cerrarla, incapaz de decir nada ante la noticia. Después de toda una vida de palos y golpes por parte del mundo, aquello era demasiado bueno para ser real.

-¿Eso significa…?

-Que podremos estar juntos, kora.

-¡N-no lo digas tan alto! –Gritó, notando sus mejillas arder ante la rotundidad de la frase y la naturalidad con la que Colonnello la había pronunciado. Puede que con casi cuarenta años reales hubiera debido empezar a dejar de sonrojarse como una adolescente idiota, pero Colonnello tenía un don natural para despertar en ella las reacciones más vergonzosas.

-Lo siento, Lal. –Había perdido la cuenta de las veces que se había disculpado.- Nunca quise hacerte daño, kora. A ti menos que a nadie.

Ella negó con la cabeza sin saber que decir, sin saber que hacer. Tanto tiempo llorando su muerte, tantos años de destrozarse a sí misma, de penas y sufrimiento, para que de repente ese bebé volviera a entrar en su vida, poniéndolo todo patas arriba. Había sentido ira, miedo, dolor, tristeza, venganza, pena y odio. Había olvidado que existían cosas como la alegría, la esperanza o el amor. Y ahora todas volvían, ahogándole como habían hecho el día que se enteró de su muerte, sumergiéndola en el caos y la confusión. Pero esto tenía un matiz distinto, un sabor especial y dulce que nunca había experimentado. Ahora estaba él y ella estaba llorando de alegría.

Alegría… Que extraño sonaba, era una palabra completamente desconocida. Apenas podía pensar una definición mientras se agachaba, agarraba el brazo del bebé y lo acercaba con brusquedad a ella para abrazar su cuerpo diminuto, para abrazarle a él. Su calor, sus manitas cerrándose en torno a su cuello, su pelo rubio haciéndole cosquillas en la cara y limpiando sus lágrimas, lágrimas que ya no sabían saladas sino dulces, porque ahora estaban juntos, fuera como fuese. Él y ella. Colonnello.
Le abrazó con más fuerza, deseando haberlo hecho mucho antes y prometiéndose a sí misma que no volvería a ser tan estúpida de perder el tiempo nunca más. Porque si él volvía a irse, si le volvía a perder, ella se perdería con él de forma definitiva, sin venganzas ni rezos vacíos. No lo soportaría.

-Quédate.

Su voz fue tan queda que la petición pareció un suspiro, una leve exhalación de aire. Pero él sonrió contra su cuello.

-Siempre, kora.

-x-


*Sí, señores, sí. Me he fumado lo de Verde de una forma alucinante. Aunque yo tengo la teoría de que lo que ha dicho Colo en el fic es cierto y de que algo raro pasaba ahí cuando Colonnello le dijo a Lal en el último file del TYL "Cuando todo esto acabe, volveré contigo Lal". Fue como: Cuando acabe... ¿Qué? ¿Qué tiene que acabar? ¿La maldición? Yo espero que sí, personalmente...

En fin, quería hacerlo algo más romántico, pero esto ya es considerado OOC, imagínense si llego a hacerlo más romántico aún... Por cierto, para el siguiente, prometo que será de risa (o eso espero... xddd) Son jodidamente difíciles de escribir en otra situación que no sea el drama, en serio...

En fin, disfruta de tu regalo, Hikari . Y muchos besos y arriba con la uni y con todo, guapa! que me debes dos testamentos! Ja ne!