13 AÑOS DESPUES. UNA HISTORIA DE AMOR.
Como todos saben los personajes y la historia original son de Misuky. Me tome el atrevimiento de tomar algunos fragmentos de la novela de Misuky Final Story. Y algunos pequeños datos que proporciono la actora de este gran novela.
Me gusto la temática de Misuky que Candy tenía 30 años. Y recordaba su pasado. Lástima que no dijo con quien se había casado, cuantos años tenia de casada, si tenía hijos o no. Todos esos pequeños datos que nos hubiera gustado saber.
Esta historia gira más en el personaje de Terry y todo lo que vivió él desde que termino el anime en la primavera de 1916 hasta la primavera de 1929. Por eso son 13 años después. =D
Un tipo de continuación de la otra historia que escribí "TERRY GRANDCHESTER, UNA INFELIZ INFANCIA Y JUVENTUD" pues no sabía cómo continuarla así que decidí escribir una segunda parte.
Soy novata, no soy escritora y en ocasiones me da eso de bloqueo. Espero de todo corazón les guste esta historia.
Capitulo 1
Candy estaba parada en la amplia terraza de su residencia en Stratford Upon Avon, observando melancólicamente el Río Avon y el enorme jardín trasero donde florecen los narcisos y en un lugar pequeño pero muy hermoso unas rosas blancas que estaban en capullo todavía, es primavera de 1929 y su cumpleaños será en tres días.
Sus dos hijos Ricky y Maggie de 8 años y 6 años esa mañana se habían ido a una excursión por dos semanas por parte del colegio. Así que ella se sentía sola sin el bullicio de la tarde cuando sus hijos regresaban del colegio. Extrañaba sus sonrisas, las risas, sus juegos, hasta los gritos y peleas entre hermanos, solo había pasado un día y ya los echaba de menos. Estaba deprimida pues su cumpleaños no lo iba a pasar con su pequeña familia. Ese estado de ánimo y la soledad repentina decidió ir a su recamara, abrió el armario y en un cajón especial tomo la pequeña caja donde guardaba muchos de los recuerdos, fotografías, invitaciones, cartas, recortes de periódicos, momentos de su infancia y parte de su adolescencia. Ya estaba anocheciendo y el tiempo se le había pasado volando leyendo cartas y recordando momentos agradables y alegres otros tristes y dolorosos se había quedado en la oscuridad de su recamara mientras se limpiaba con el dorso de su mano algunas lágrimas que había derramado. Cuando de repente la luz se encendió y vio entonces a su amado esposo que había llegado del trabajo.
–¡Candy! ¿Qué haces en la oscuridad?
Salte de emoción de la silla donde estaba sentada, – ¿Cómo fue que no escuche el sonido del vehículo cuando se estaciono? – mientras me arrojaba a sus brazos que él tiernamente me abrió para que lo abrazara.
–Te he extrañado tanto en este día – dijo la rubia aun en brazos de su esposo – sin los niños me siento aun más sola.
–No debes de preocuparte entonces. Pues he pedido mis vacaciones en el Parlamento por una semana, estaremos solo tú y yo y nadie más que nos interrumpa. – comento el castaño con una mirada ardiente y esa sonrisa tan picara que tanto la enloquecía.
–¡¿Y es por eso que decidiste darle vacaciones a "TODO" el personal, para qué tú y yo estemos solos? – Exclamó la mujer con fingido enfadado y apartándose de su abrazo – ¿Quién crees que va a cocinar y la limpieza de toda la mansión? ¿Tú? – preguntó la rubia irónicamente.
–Bueno yo puedo cocinar – sonrió y le dio un giño – esa tarea no te la encomiendo ya que no quiero que mi estomago sufra alguna consecuencia. – Candy lo miraba con el ceño fruncido al escuchar semejante cosa, ¿era tan mala cocinera acaso? – así que no te preocupes por cocinar.
–¡¿Tú cocinar? – lo interrumpió sorprendida y haciendo un gesto de terror que a Terry casi se moría de la risa.
–Pecosa, aunque lo dudes, yo por mucho tiempo me cocinaba cuando era un adolecente y se me daba muy bien la cocina. No siempre tuve como 20 personas trabajando para mí.
–Ya lo había olvidado, ¡Qué el hijo del Duque de Grandchester no es un inútil en la cocina y es excelente haciendo tareas domesticas, ya que el dormitorio de San Pablo estaba impecablemente ordenado! – Sonrió traviesamente – Creo que se me antoja una carne asada, con papitas gratinadas al horno, Sssssh ¡Dios que delicioso! Ya se me hizo agua la boca.
–¿Desea algo más la princesa? – Preguntó el aristócrata burlonamente.
–Princesa no, ¡Marquesa! Además no fui yo que mando a todo el personal de vacaciones por toda una semana completa. – Terry la miro con frialdad fingida. – además no te gustara que tu estomago se enferme ¿O sí? – dijo ella inocentemente.
–Hoy tuve un día muy pesado en el trabajo y no deseo cocinar, así que te invito a cenar a un restaurante cerca de aquí. ¿Qué opinas?
–Me agrada la idea, porque ya me estoy muriendo de hambre. – dijo mientras se sobaba el estomago – Creo que comería un búfalo entero. – sonrió y rápidamente se puso un abrigo ligero que colgaba del pechero de su recamara.
–¡Pero cómo es posible! ¿Qué no comiste en la tarde? ¡Me dejaras en la ruina! – en eso Candy le estampa un almohadazo justo en el rostro que Terry no pudo evitar esquivar el proyectil.
El restaurante donde la llevo a cenar era elegante, pero no tan formal, había música en vivo que tocaba melodías románticas y las parejas podían pararse a bailar. Los Sres. Grandchester habían cenado entre miradas tiernas, besos románticos y una conversación en donde se podía ver que a pesar de los años aun seguían tan enamorados como si fueran novios.
–Sabes que en tres días será tu cumpleaños, normalmente me gusta darte tu regalo en ese día tan especial para ti. – Dijo él tomando la mano de su esposa amorosamente y depositando un beso en sus dedos – pero hoy no pude contenerme así que decidí dártelo hoy – dijo soltando su mano y llevándola al bolsillo de su saco mientras sacaba un sobre. – esto es para ti mi amor, espero que te guste.
–Terry, no debiste de molestarte – dijo ella tomando el sobre mientras lo abría vio una reservación de una semana completa a Paris. – ¡Terry! ¡Paris! Es asombroso, te quiero tanto mi amor – comento mientras le daba un beso apasionado, después de un momento observo nuevamente la reservación y se dio cuenta que partían mañana en la mañana. – ¡Terry mañana partimos y no hemos hecho maletas! – Grito desesperada. – ¡Dios mío, hay que pedir la cuenta ya!
–Pecosa – dijo él cariñosamente mientras trataba de calmarla, sonrió en sus adentros al ver aquella reacción de histeria que a pesar de que ella tuviera 30 años seguía teniendo la misma jovialidad y espontaneidad de la chica que conoció en el Real Colegio de San Pablo. Lo único que ya no hacía era subir a los arboles y brincar de un árbol a otro. Lastima su apodo de Tarzan pecosa ya no le quedaba bien desde hace muchos años atrás. Sin embargo sus sonrisas, su alegría, su sentido de humor, no habían cambiado en nada y eso era lo que hacía que siguiera tan enamorado de ella como el primer día que la conoció y hasta más. – no te preocupes, le dije a Emilia que preparara las maletas antes de que ella partiera. Le dije el destino y cuanto tiempo nos iríamos de vacaciones, así que como eficiente que es Emilia todo ya está preparado para irnos.
–Terry, que susto me diste – suspiro profundamente.
Al día siguiente ya estaban en Paris, la ciudad de los enamorados. Caminaban por las calles, ella le tomaba del brazo tiernamente mientras que el hombre que amaba profundamente la guiaba por los lugares más turísticos y le platicaba un poco de la historia del lugar donde visitaban. Ya que en su infancia visito Paris en varias ocasiones y su padre le obligaba a estudiar la historia, personajes históricos, lugares de interés de todas las ciudades de los países que visitaba en sus vacaciones de verano como de invierno.
Ya en la tarde decidieron tomar un paseo por el río Sena, en el bote no había más de 30 turistas disfrutando de aquel paseo. La pareja se levanto de sus asientos y se recargaron en el barandal mirando la hermosa catedral de Notre Dame, él abrazando a su amada esposa como protegiéndola del frio mientras que ella tenía una conversación amena y de vez en cuando se miraban a los ojos y seguidos de un beso con tanta pasión. El sol se ocultaba en el horizonte y el cielo se podía aprecia diferentes tonalidades de naranjas que hacía que el espectáculo del ocaso se viera increíblemente hermoso.
Al día siguiente Candy cumplía treinta un años, era 7 de mayo de 1929 pero una parte de ella estaba triste pues le hubiera gustado disfrutar de ese día a lado de toda su familia. Pero sabía que sus dos hijos estaban esperando la excursión desde hace varias semanas con entusiasmo y estarían disfrutando del campamento junto al lago y un cielo estrellado con todos sus compañeros del colegio, sonrió después de un tiempo pues estaba disfrutando enormemente a esposo en Paris.
Ese día se dejo consentir plenamente con su marido. La llevo de compras. Le compro un vestido de noche, un par de zapatos, unos pendientes de oro y claro no podían faltar los perfumes. Lógicamente Terry no se dejó atrás y pidió tres lociones de caballero, cosa que Candy pago con su propio dinero y él le agradeció profundamente ese acto de amor.
La semana en Paris pasó rápidamente y como todo lo bueno acaba regresaron a su residencia en el Reino Unido. Al día siguiente otra vez a la cruda realidad, el tráfico y el trabajo en el Parlamento de Westminster lo esperaba.
Hacía ya tres años que había entrado a trabajar en el Parlamento, sin embargo esta no había sido una decisión que lo había obligado su padre el Duque de Grandchester el trabajar ahí, esta era una decisión que había tomado Terry por él mismo.
El 6 de marzo de 1926 el Teatro Royal Shakespeare donde trabajaba se había incendiado, apenas comenzaba los ensayos de una nueva temporada. Y la obra se había trasladado a un cine local. Hubiera podido continuar con su carrera que tanto le apasionaba, pero un año atrás El Teatro recibió una Cédula Real de Incorporación en 1925. Que le daba cierto status y se convirtió en uno de los más prestigioso teatros en toda Gran Bretaña.
Terry tuvo la ambición de ser productor junto con otros dos socios. Le estaba yendo bastante bien hasta que el trágico accidente todo lo echo abajo. El incendio fue devastador y había perdido mucho capital en la obra, la escenografía, vestuario, utilería, toda una gran producción que estaban montando y que ahora era solo cenizas. Los ahorros de toda su vida que había trabajado los había perdido de la noche a la mañana. Se sentía devastado perder casi todo su capital.
Una tarde fue a ver a su padre para pedir su apoyo, le explico la situación y que estaba arruinado. Necesitaba trabajo, un trabajo donde le pudieran pagar el estilo de vida que estaba acostumbrado a darle a su familia, principalmente a sus hijos de 5 años y 3 años. Sus hijos habían entrado al preescolar, tenía que pagar la nómina de todos sus empleados en la casa, y mantener una residencia tan grande como la que vivían… definitivamente con el sueldo de un actor consagrado como él, no podría con todos esos gastos. Podía vivir cómodamente como actor y productor de las obras que montaba… pero ahora la situación cambiaba drásticamente había perdido todo en aquel incendio.
–Terry – le dijo su padre quien lo amaba profundamente y se habían reconciliado hace una década atrás – yo puedo hacer que entres mañana mismo a trabajar en el Parlamento si tú así lo deseas, porque eres un Lord. Porque eres mi hijo y eres Marques desde que cumpliste tu mayoría de edad, pero yo… sé, que si tu trabajas en el Parlamento serás muy infeliz porque tu pasión está arriba de un escenario y no en una oficina lujosa atrás de un escritorio.
–No tengo otra opción, perdí todo en el incendio y aunque gano bien como actor consagrado, no puedo con todos los gastos y despedir a mis empleados – hizo una pausa y suspiro profundamente acongojado – no tengo corazón para decirles que no puedo pagar la nómina… – dijo bajando la mirada al suelo, me sentía completamente devastado.
–Tú sabes que puedes seguir trabajando como actor si tú así lo deseas, tú sabes que lo que tengo es tuyo Terry – dijo mi padre levantando mi rostro para que lo viera a los ojos. – Terry tú eres mi heredero, y si tu deseas yo te puedo heredar en vida.
–¡Esa no es la ayuda que he querido de tu parte, padre! – crispió los puños con fuerza. – Yo sé que tienes muchísimo dinero y que me prestarías todo lo que yo quisiera y más. ¡Hasta podría dejar de trabajar y aun así tendría una vida de rey! Pero no quiero que tú mantengas a mi familia… yo quiero darle a mi familia el sustento de mi trabajo, que se sientan orgullo de mi, como yo lo siento de ti.
–Tú sabes que por muchos años me esforcé para que trabajaras en el Parlamento… y ahora que me lo pides, me duele tanto… – había dicho mi padre en esa ocasión tristemente.
En el siguiente capítulo Terry recuerda su alcoholismo y el veto de Broadway, pues nadie lo quería contratar nuevamente como actor.
Espero que les haya gustado el primer capítulo. Espero recibir sus comentarios si les ha gustado la historia o no. Tratare de actualizar cada semana.
Gracias por leerme.