-Ritsu, Ritsu despierta- la castaña abrió los ojos lentamente, vió al rededor, estaba en la habitación de invitados de la casa de la abuela de Mio, abrió los ojos un poco más y entre la oscuridad pudo distinguir la esbelta figura desnuda de Mio, se habían acostado y entre las caricias y besos, una pasión casi salvaje se apoderó de las chicas y consumaron su amor, la castaña sonrió con picardía y se abalanzó sobre su amada, -luces hermosa Mio-chan- le besó los labios y bajó suavemente hasta el vuello y se lo mordió suavemente mientras le acariciaba el rostro y la espalda, la morena casi se deja llevar pero mordió la oreja de la castaña con fuerza -AUCH, eso dolió Mio- la ojigris se puso de pie -levantate, hoy vamos a hacer muchas cosas, y entre ellas es necesario que nos levantemos ahora-, la castaña se quedó sentada -pero si aún está oscuro Mioooo- dijo entre bostezos, la morena no le hizo caso, la ojimiel sonrió maliciosamente -está bien, pero solo con una condición- la morena la miró dubitativa -que nos bañemos juntas- la ojigris se sonrojó como un tomate maduro, respiró hondo y agarró a la castaña del brazo, tomó 2 toallas y fueron hasta el cuarto de baño.

La morena dió el agua de la ducha y esperó a que se calentara, Ritsu mientras, aprovechó de gastarle una que ota bromilla a la ojigris, se le acercó por la espalda lentamente y le dió una nalgada que la hizo saltar dentro de la ducha que aún estaba helada -KYAAAAAAAAAAAAAAAAAAA- la castaña se reía a carcajadas, hasta que Mio la tomó de la mano y la metió junto con ella y la abrazó con fuerza para evitar qe escapara, la ojimiel se retorcía como un pez fuera del agua, hasta que la ducha se temperó lo suficiente, hizo un puchero y le saco la lengua a su amada -malvada- la morena sonrió y le mordió el labio inferior -sip, pero solo tu malvada-.

Ya duchadas volvieron a la habitación, la castaña iba a tomar unos vaqueros y una camiseta amarilla pero Mio la detuvo -hoy no necesitaras esas ropas- se metió en un armario y sacó dos kimonos blancos, le dió uno a Ritsu y el otro se lo colocó ella, la castaña la imitó, -listo, ya está, ¿y ahora qué?- la morena sonrió -iremos a deayunar-.

Aún era temprano y el sol estaba recién despuntando, pero la casa ya estaba entrando en actividad, los criados ya estaban ordenando las cosas y preparando los desayunos para los distintos residentes de la morada -Mio-sama, Ritsu-sama, tengan ustedes un muy buen día, ¿les puedo ofrecer algo?- les preguntó una criada mientras pasaban por la cocina -nada de momento, muchas gracias Nayuki-chan- contestó la ojigris pasando de largo, la castaña la miró dudosa -¿no dijiste que iríamos a desayunar?- la ojigris asintió -sip, pero un desayuno especial ,en un lugar especial y de una manera especial- caminaron por la cocina hasta llegar a la perta trasera que daba a los establos, la castaña hizo un mohín de enfado -¿otra vez a caballo?- la ojigris rió suavemente -ya tranquila no será demasiado lejos- dió un silbido y yukito lleg´´o al galope y se detuvo ens eco al lado de su dueña, la morena montó con agilidad felina a su adorado caballo y luego ayudó a Ritsu, quien apenas se subió se le aferro como una percebe, la morena sonrió, andar a caballao era una de las pocas cosas en las que ella podía manejarse con más confianza que Rtisu, chasqueó las riendas y Yukito comenzó el galope.

El terreno pasaba velozmente mientras el sol nacía por el este, la castaña quedaba asombrada ante el hermoso paisaje, los pastizales largos y con gotas del rocío matutino iluminados por los primeros rayos anaranjado del sol, estaba como hipnotizada , y la fragancia del cabello de Mio la embriagaba, sentía qe estba en n cielo, por ella que cabalgaran durante todo el día, pero mientras pensaba eso el caballo de detuvo, la ojimiel jaló la manga del kimono de Mio -¿qué pasa? ¿por qué nos detenemos?- la morena le dedicó una sonrisa llena de malicia -será mejor que te sujetes con fuerza-, habían llegado a los límites de los terrenos Akiyama y una baya de metro y medio separaba un bosque de los pastizales, la castaña palideció de golpe -no digas que vas a sal...TAAAAAAAAAAAR- el caballo dió un corto galope y saltó la baya elegantemente, en cuanto tocaron tierra Ritsu hizo fuerzas para bajarse del caballo, mas Mio la detuvo -tranquila Ritsu, fue solo un salto- la castaña le dedicó una mirada con rencor y cierto sonrojo -no puedes soportar ni la más pequeña montaña rusa ¿pero si te gusta saltar en un caballo?- la morena dió una corta y suave carcajada, Ritsu tenía razón, montar a caballo era lo más extremo que podía hacer, y le fascinaba.
El caballo avanzó por el bosque con paso más lento, ya no podía galopar a su antojo, aunque sabía que unos cuantos metro más lo dejarían correr cuanto quisiera, avanzaron otro poco y la morena tiró de las correas para detener al caballo, se bajó y ayudó a bajar a Ritsu que estaba aún tiritando, y no por el frío, el kimono era muy cálido y sus pies estaban bien abrigados con unas calcetas de lana bajo sus zapatillas, tiritaba por ir tanto tiempo a caballo, sus piernas se habían como dormido -ahora a dónde planeas llevarme? Tengo hambre y quiero desayunar- la morena le dió un tierno beso en los labios -ya casi, solo dejame llevar a Yukito al claro, y efectivamente unos pasos más adelante había un inmenso claro, con pastizales no tan largos como los de los territorios Akiyama puesto que diversos animales se alimentaba de ese pasto, la morena le quitó la montura a su cballo y este salió hecho una bala a correr, la morena sonrió nuevamente y se internó con Ritsu en el bosque, la casrtaña se frenó en seco cuando sintió el sonido de una pequeña cascada -ni creas qe me voy a meter al agua nuevamente y menos a esta hora- Mio la tranquilizó con unas pocas palabras -tranquila, hoy no nos bañaremos, además esa poza es muy pequeña como para poder entrar-, cuando pasaron por el lado Ritsu comprovó que lo que decía su amada era cierto, apenas era una poza y un pequeño riachuelo que cruzaba el bosque, avanzaron un poco más hasta llegar a una suerte de muro de enredaderas, pero a diferencia de las del terreno de la abuela de Mio estas estaban llenas de unas flores blancas con rosa al fondo, y una fragancia muy dulce -bien, aquí está nuestro desayuno- la castaña casi se cae de asombor -¿me estas hablando en serio? Son flores, yo no voy a comer flore- la morena tomo una flor, le arrancó de la enredadera, le sacó su basa y se la dio a Ritsu -no se come, se bebe- la hizo abrir la boca y le dejo caer el nectar de la flor en la boca, los ojos de la castaña se ilumniaron -delicioso ¿qué es?- preguntó llena de emoción -solo es nectar, tiene mucha azucar y sirve para aquellos que se pierden, algunos la llama ambrosía, por el spuesto licor de los dioses griegos, pero solo es néctar- tomo 9 flores más, le dió 4 a Ritsu y ella tomó las otras 5, la castaña imitó el proceso con cada flor, cando terminaron sonrió -estaba delicioso, pero, supongo que eso no es todo el desayuno ¿cierto?- la morena asintió y señaló los pies de los árboles que las rodeaban, en ellos crecían muchos hongos -los que están en el árbol se llaman shiitakes y son medicinales, como no estamos enfermas de nada los dejaremos para lo que los necesiten- dijo mientras se agachaba y esparcía las hojas que pisaba Ritsu dejando ver un hongo con un sombrero un tanto grande y grueso -este, se llama matsutake, es delicioso y crece en estas zonas de humedad- despejó un poco más y logró sacar 12 grandes y aromáticos, la castaña solo se limitaba a observarla y admirar cuánto sabía la morena sobre la naturaleza, esa parte de Mio aún no la conocía del todo pero le agradaba y mucho, la morena le pasó los hongos a Ritsu y esta los juntó en sus manos como pudo.

Volvieron sobre sus pasos hasta la pequeña cascada, la ojigris le pidió los hongos a Ritsu para lavarlos, los dejó impecables y después dió un sonoro silbido, al rato llegó trotando entre los árboles su caballo con un pequeño saco de cuero en el hocico, la mornea tomó el sacó, guardó las setas y acarició la cabeza de su cabello -gracias Yukito- volvieron al claro con paso relajado, mientras marchaban Mio tomaba pequeñas ramas muertas de árboles y las cargaba, su Kimono increíblemente estaba casi limpio al 100 por ciento, Ritsu no sabía como pero lo habíoa logrado, llegaron hasta el centro del claro, el sol ya estaba completamente arriba, la casta se quedó mirando el cielo preguntandose en su mente qué hora sería -son un cuarto para las 9 de la mañana por si te lo preguntas- la ojimiel se quedó observando asombrada a su amada, sabía lo que pensaba, y aún más por la certeza de la hora, no habían llevado nada de nada, ni relojes ni celulares, solo al caballo y la montura que tenía un pequeño saco con elemento de supervivencia, la morena apuntó a unos árboles hacia el norte -¿vés las marcas?- la ojimiel se concentró y pudo ver varias marcas cada ciertos árboles -la abauela y yo las hicimos hace un tiempo para saber la hora concreta sin relojes y estar despreocupadas- dijo mientras tomaba el saco de la montura y sacaba un pedernal y un cuchillo, amontonó las ramas que había recojido y con el pedernal hizo una pequeña fogata, con dos ramas largas atravesó los hongos, 6 en cada una y le dió una a Ritsu, la castaña tomó la rama y la colocó sobre la fogata.}

Los hongos comenzaron a expeler un aroma muy agradable y delicado que contrastaba con su apariencia -Ritsu si los tienes más tiempo se te van a quemar- le advirtió Mio al ver que los primero ya expelían un poco de humo, la ojimiel los retiró y se comió el primero con cuidado de no quemarse, lo saboreó y un sabor intenso y delicioso recorrió sus papilas gustativa, se comió el siguiente, mientras, Mio la observaba y comía los suyos lentamente -¿estan buenos?- la cataña asintió frenéticamente, pero luego se quedó mirando a Mio fijamente -creo que conozco una manera para que sean mcho mucho mejor- una expresión de duda se dibujó en el rostro de la ojigirs -¿cómo?- Ritsu tomó un trozo de su hongo y se lo colocó entre los dientes dejando un extremo fuera y ofreciendoselo a s amada, la pelinegra se sonrojó totalmente mientras la ojimiel reía con tono de victoria, pero la risa se le atoró cuando sintió unos dientes morder el trozo de hongo y luego unos labios, la morena se separó rápidamente sonrojada hasta las orejas y se comió el trozo rápidamente, Ritsu estaba asombrada, pero no iba a desaprovecha la oportunidad para cobrar venganza por lo del caballo y con su trozo aún entre los dientes dijo -todavía te queda un poco- la morena se sonrojó aún más -Mooh- se abalanzó sobre la castaña y le quitó el trozo con la lengua y lo pudo haber sacado pero otra lengua la detuvo, Mio se separó para comerse el hongo, y al segundo siguiente Ritsu le saltó encima y la besó con pasión, estaba comenzando a desatarle el kimono a Mio cuando esta le tomó la mano -h-h-ace f-frío aquí- la castaña no le contestó y solo se limitó a atacar el punto débil de Mio, su cuello, se lo besaba y le daba suaves mordidas, la morena dejó escapar unos gemidos y solo se dejó llevar, la castaña le desató el kimono y metió sus manos por debajo de la camiseta blanca que llevaba debajo su novia, lo mismo hizo Mio mientras con sus labios buscaba con desesperación los de Ritsu, y no paró hasta que los encontró y desató toda su pasión en los labios de la castaña, mordiéndolos, lamiendolos, mientras sus manos acariciaban la tan preciosa figura de su amadisimia, lo mismo hacía ritsu y aprovechaba para acariciar el trasero de la ojigris cada que podía.

Pasó el tiempo y llegaron al punto de quedar ambas tendidas sobre sus kimonos completamente desnudas y abrasadas, al aldo de la fogata que el inteligente caballo había avivado con varios leños grandes que encontró tirados, las chicas respiraron profundamente, Ritsu acariciaba el cabello de su amada y sonreía feliz dela vida mientras Mio solos e limitaba a mirarla a los ojos, esos ojos ámbar que la hipnotizaban y le provocaban ganas de besar una y otra vez a su amada, Ritsu captó el mensaja y subiendo sobre Mio la besó con ternura y amor, apretó los pechos de Mio -blanditos- se dejó caer completamene sobre Mio y apoyó su cabeza en los pechos de la morena, la chica, aunque sonrojada solo se limitó a acariciar el cabello de Ritsu.

Así se quedaron abrasadas hasta que Ritsu se levantó de un salto como asustada -M-M-MIO- la morena la miró con duda -¿qué pasa Ritsu?- la chica de ojos ámbar señaló los árboles -si mal no recurdo y puedo comprender cómo marcan la hora ya es medio día, tus padres se va a enfadar- la morena se rió suavemente -se me había olvidado contarte, nos quedaremos toda la semana aquí, mis padres ya hablaron con los tuyos y con la escuela, además ya es fin de año, no darán materia muy importante, pero si insistes- se puso de pie, se colocó ss ropas y se ató su kimono, lo mismo hizo la castaña, apagaron el fuego, Mio tomó una pala pequeña del bolsillo de la montura y otra bolsa pequeña, guardó las cenizas en la bolsa y luego devolvió la pala ay la bolsa con las cenzas a la montura, Yukito que había estado esperando al lado se dejó poner la montura, esperó a qe ambas chicas estubieran arriba, y que la miedosa castaña se sujetara bien de su dueña para partir al trote.

Cuando llegaron nuevamente a la baya el caballo retrocedió unos metros sobre sus pasos, hizo un galope para darse impulso y saltó la baya, cuando cruzó comenzó de inmediato el galope de vuelta a los establos.
Cuando estaban llegando a la casa pudieron ver a los padres y la abuela de Mio paseando por el jardín, la abuela les mostraba las lámparas de piedras los estanques y todo cuan hermosos era, aunque el señor Akiyama se había criado ahí desde niiño, nunca había recorrido el sitio al completo.

Las chicas dejaron a Yukito en los establos, le dieron alfalfa y agua y luego se reunieron con la familia de Mio -Bienvenidas chicas, ¿se divirtieron?- preguntó la madre de la ojigris, las chicas se miraron a los ojos y asintieron al mismo tiempo -Mio me mostró un bosque al otro lado de los terrenos y me dió de comer unos hongos taaaaan exquisitos y un néctar de unas flores del otro mundo- la auela se rió por lo bajo -vaya vaya Mio-chan, darle a tu novia hongos afrodisiacos como desayuno, es muy original y atrevido de tu parte- la morena se snrojó por completo, y Rits también que parecían dos guinda maduras tomadas de la mano, la morena no contaba con que su abuela lo dijiera tan abiertamente, los padres de Mio solo se limitaron a reír -bueno bueno, vayan adentro y quitense esos kimonos que ya estan bastante sucios de pasto y tierra- dijo la abuela, y era cierto, cuando lo hicieron no se molestaron en fiajrse en los kimonos y los dejaron todos embarrados.

Ya dentro se quitaron toda la ropa, puesto que la habían ensuciado toda, incluso las pantaletas de Mio quedaron muy cerca del fuego y pues, solo digamos que se quemó en cierta parte que dejaba su retaguardia descubierta, la morena buscó en la maleta y sacó otras, precisamente las misma que llavaba en el primer concierto del K-ON, la castaña no pudo evitar arrojaarle una pulla -pero que hermoso tazón de arroz Mio-chan- la morena se sonrojó hasta las orejas y le dió un coscorrón a su novia -callate- se vistió rápido con una remera azul, unos jeans ajustados y un chaleco que le quedaba suelto, la castaña mientras se vestía con su atuendo casi típico, pantalones blancos, remera anaranjada y su cintillo, Mio se le acercó y le besó la frente -eres hermosa Ritsu pero...- acarició el cabello de la castaña y le quitó la diadena -te ves más hermosa sin esto- la ojimiel se sonrojó y puso una cara de enfado -ooo devuelveme mi diadema- la morena le sacó la lengua y subió el brazo lo más que pudo -alcánzala- la casta dió saltos pero no pudo y en eso Mio salió corriendo de la habitación y detrás partió Ritsu -Mi diademaaaaaaa- la morena salió de la casa y corrió por todo el jardí escapando por el lado de su familia se tomó el tiempo de saludarlos -¿reviviendo viejos tiempos hija mía?- le preguntó su padre, la morena asíntió y comenzó a correr nuevamente con una gran sonrisa en su rostro, recordando las inumerables veces que había hecho lo mismo cuando ella y Ritsu eran niñas, aunque la última vez que lo hizo estaban en un parque, y en un momento dado la castaña ya no estaba detrás de ella, caminó por el parque buscándola cuando de repente salta detrás de un arbusto y la pequeña Mio se asustó tanto que se puso a llorar, Mio miró hacia atrás y pudo ver que la castaña se había perdido -no puede ser que...- no terminó la frase cuando la ojimiel saltó detrás de una lampara de piedra, la morena se quedó tieza del susto, en eso aprovechó Ritsu para recuperar su diadema, se la colocó y trató de despertar a Mio, quién por más que la movía no lograba recuperarse -cielos esta chica- la ambarina se acercó a los labios de su amada y le dió un suave beso, la morena comenzó a despertar lentamente, apenas vió el rostro de Ritsu le dió un coscorrón y luego la besó en los labios con ternura -no me asustes así de nuevo- la castaña le sacó la lengua y sonrió -hey que yo debería ser la enfadada, tu me quitaste mi diadema- la morena suspiró y le tendió la mano -ya te dí un beso para compensarlo, y ahora mejor vovamos a casa la abuela nos esta llamando- dijo señalando a su abuela que movía la mano en señal de que regresaran, la castaña le tomó la mano y sus dedos se entrelazaron -esta sserá la mejor semana de mi vida- pensaron ambas chicas.