¡Hola genteeee! Hace años que leo fanfics de esta página y me dije, ¿Por qué no intentarlo? A ver que sale de esto! Acepto cualquier crítica. Esto de ser nuevito es complicado al principio. Espero les guste =)

Lo único raro aquí son las comillas "…" que representan pensamientos, y los puntos de suspensión, que indican silencios.

Todo el mundo veo que lo pone… así que yo también… por si las dudas… Detective Conan no me pertenece para nadaaaa! Esto es pura diversión.


DECISIONES

Era una noche relativamente agradable. El otoño había llegado hace un mes, y el cambio en el clima, llamémoslo frío, se empezaba a sentir de a poco. También podíamos notar como las distintas hojas de colores se iban cayendo de los árboles, creando un camino de contextura suave y colorinche, haciendo que te den ganas de pisarlas para escuchar el crunch debajo de tus zapatos o simplemente tirarte encima como si fuese un colchón de algodón.

En un parque no muy alejado de la ciudad, se podían visualizar dos figuras a través de los focos que iluminaban el camino. Parecería como si estos dos jóvenes se conociesen hace muchos años, y que estuvieran hablando amistosamente…..o quizás… no tan así.

-Ran, por favor, escúchame…

-¡NO, no lo haré! No quiero escuchar más patéticas excusas, no quiero saber absolutamente nada de TI! ¿Quién eres?... ¿Quién demonios eres? Ya no te conozco y pienso que nunca supe quien fuiste en realidad. ¿Cómo pudiste mentirme tan descaradamente de esa forma?

-Pero…

-¡NO! No más peros, no más nada. Creo que ya tuve suficiente y…no quiero volver a verte, ni ahora ni nunca más. No puedo soportar que me sigas haciendo daño. Así que, aléjate de mí y déjame vivir en paz. ¡Te odio!

Sin más que decir y sin querer escuchar una palabra, Ran se dio vuelta y empezó a caminar apresuradamente, mientras su corazón se contraía, provocando un dolor tan profundo y desgarrador en su pecho. Era tan fuerte, que lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas, como gotas de una lluvia helada en pleno invierno.

Una vez llegada a casa, ni se molestó en chequear que su padre haya llegado, y fue directamente al único rincón, donde sabía que podría desahogar toda esa carga emotiva negativa: su cuarto. Se tumbó en su cama y se ahogó entre sollozos, dolor, desilusión y más que nada…, con un corazón partido.


Shinichi se quedó estático en el lugar después de escuchar… esas… ¿palabras?... No podía creerlo. Una y otra vez, recordó cada palabra, cada movimiento… y aún así… no podía creerlo.

Sin embargo, su corazón empezó a dar signos de que sí había entendido, al dar golpeteos pesados en su pecho, provocando que no pudiera respirar con facilidad. Su cerebro, irónicamente le decía... "Hey! Tu corazón paró de latir hombre, pero estás vivo… ¿No es un poco ilógico e incoherente? Tú que eres pura lógica!"

Conclusión: la perdió, y esta vez para siempre. Esta vez no estaría ni en forma de un niño para verla. Perdió de vista sus sonrisas tan amigables y dulces, sus ojos tan profundos que te daban ganas de zambullirte en ellos, esa voz tan angelical, sus retos y golpes, sus peleas, sus tiempos y salidas juntos… incluso esas pequeñas llamadas telefónicas ocasionales…. Absolutamente todo. Perdido. Se acabó. Y esta vez, no hay vuelta atrás…

"¿Cómo diablos pasó todo esto? No tenía pensado que esto pudiese terminar de esta manera"

Empezó a caminar lentamente hacia su casa. Se sentía pesado. Si alguien lo hubiera visto, podría haber atestiguado un completo zombie callejero. Sus ojos perdieron su brillo tan característico y parecían apagados, muertos. Su cara tomó rasgos incrédulos, y una expresión de total sufrimiento e intolerable dolor lo acompañaban en su camino.

Llegó a su casa, e hizo lo único que pudo pensar en ese momento. Tomar el teléfono y marcar 3 números.

- ¿Hola?

-…. Hey… soy…yo.

-¿Shin-Chan? ¿Qué pasó? ¿Estás bien?- Yukiko preocupada preguntó.

-…

- ¿Shinichi?

- … No…

-¿ Qué está pasand….?

- Nada…mmm…. Sólo… necesito alejarme… de Japón por un tiempo. ¿Puedo ir para allá?

-… Shinichi, me estás preocupando… ¿Qué demon..?

- Shinichi, ¿Qué ocurre? – Yusaku perdiendo la paciencia le arrebató el teléfono a su esposa.

- Sólo necesito alejarme de Japón, ahora mismo…

- Pero…

- ¿Por favor?

- De acuerdo hijo- Dijo dando un suspiro- Sabes que puedes venir acá, somos familia y es tu casa también. Pero… ¿Estás seguro de todo esto? Huir de los problemas no es la solución.

- Lo sé. Pero esto ya, es mucho… y me superó por completo…y… no se qué pensar… o qué hacer. Necesito… necesito alejarme.

-Ok. Ven para aquí si es lo que crees que estará bien. Cuídate y dime en que vuelo y horario vienes. ¿Sí? Ya hablaremos aquí.

-…Gracias… Papá.

- No tienes que agradecerme nada hijo. Nos vemos pronto.

-Nos vemos.

"Bien, segundo llamado"….

-Aeropuerto Internacional de Japón, buenas noches ¿En qué puedo ayudarle?

"¿Buenas noches?… me estas cargando ¿Verdad? ¿¡Que puede tener de buenas este maldito día?"- Buenas noches, necesito un pasaje con destino a Los Ángeles.


-Yusaku… esto no se ve nada bien- Yukiko tristemente dijo.

-Lo sé. Y sabemos que está cometiendo un error, o al menos, eso pensamos. No sabemos bien que pasó allá. Pero nos enteraremos cuando llegue. Igualmente… ya tenemos una gran idea, de cuál es el problema.

-Sonaba destrozado. Nunca lo escuché tan…

- ¿Perdido? Aja. También lo sentí- terminó dando un profundo suspiro.


Mientras tanto, Kogoro llego recién a su casa, después de una tremenda reunión con todo el departamento de policía, el FBI y ¡hasta incluso la CIA!

"El caso de Kudo superó hasta lo irreal y lo absurdo. ¡Tuve que leer 3 veces los reportes y cerciorarlo con los superiores para poder creer los acontecimientos que ocurrieron! ¿En qué diablos estabas pensando Kudo? ¿Cómo has podido desmantelar esa organización? No quiero ni imaginar lo que has sufrido. Te detesto, pero tampoco para tanto jeje."

Terminó de subir las escaleras, abrió y cerró la puerta de su casa, y al caminar unos pasos, escuchó unos sollozos bastante lamentables. Y obviamente venían del cuarto de Ran…- " Oh no!... Lo único que me faltaba en el día de hoy…"

Al caminar al cuarto de su hija, vio su figura tendida en la cama llorando como si mañana no fuese a amanecer. Se sentó a su lado y comenzó a peinarle el pelo con sus dedos, como hacía cuando era una chiquita.

-Ya Ran… cálmate, tranquila- Susurrando, intentaba calmarla.

-Pa…Pá…él… no puedo…- Y se sentó de golpe aferrándose a él, llorando de forma desconsolada. Era mucho, y tanto su cuerpo, mente y corazón no podían aguantar más. Lloró y lloró hasta que sus lágrimas mojaron las ropas de su padre, y hasta que se rindió al cansancio y al dolor insoportable de cabeza que estaba teniendo por tanto llanto. Cerró los ojos, y se quedó dormida al instante.

-Ya imagino lo que pasó. Uff chicos- Dijo soltando un suspiro- Ser padre no es fácil. Ay ay ay Ran, ¿qué habrás hecho? Descansa.

La acomodó en su cama, la tapó con una frazada, le dio un beso en la frente y se dirigió al comedor, deteniéndose en el teléfono. Pensando todas las posibilidades, llegó a una determinación. "Creo que será lo mejor" Pensó mientras marcaba un número que conocía muy bien, y esperaba a que respondiese.

-Hola Eri, soy yo. Tenemos... una especie de pequeño problema. ¿Puedes venir?


Por el Oeste, la noticia no le llegó bien a alguien…

-¿QUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE? ¿Estás loco? ¿¡No me di cuenta y te pegaron un tiró en alguna parte de tu cuerpo, provocándote una infección fulminante que te subió al cerebro y te lo comió, y ahora hablas estupideces! KUDO! ¿Eres idiota o te haces? ¿Cómo es eso que te vas?

- Hattori, ¿Qué quieres que haga?- Intentaba explicar un sordo Shinichi después de tantos gritos.

- ¡Pero pelea maldición! ¿Desde cuándo te rindes tan fácilmente? ¡Tengo ganas de ir hasta allá y hacerte entrar en razón… a los golpes si es necesario!

-…- Cansado y desolado respondió- Estoy agotado y exhausto de pelear Heiji. Ya me cansé… todo lo que hice, por lo que pase y te hice pasar dado que te involucré también, sabes lo difícil que fue todo. Ya,… no quiero saber más nada de nada, necesito irme ¿Me entiendes?

-Sinceramente, creo que los dos están cometiendo el error de los errores. Decisiones en caliente amigo, son muy mala idea.

-Y justo tú, el rey de los calentones me vienes a decir eso. El mundo está totalmente loco ya.

- Hey hey!

-Jaja… mmm bueno, nos vemos Heiji. En caso de que ocurra algo o… cualquier cosa, ya sabes mi numero de allá.

-De acuerdo Shinichi. Si pones los pies otra vez en la Tierra o necesitas algo me avisas ¿ok?

-Gracias. Eres como un gran hermano Heiji y nunca te agradecí todo lo que has hecho. Así que… gracias.

-Snif snif…voy a llorar de la emoción…. ¡IMBECIL! DEJA LA SENSIBILIDAD Y VUELVE QUE AQUÍ TE NECESITAMOS…. AHOOOO!

-Sin palabras. Hasta luego Heiji.

-Chau Shinichi.

Y Heiji Hattori cortó su celular. En ese momento, una muchacha con unos ojos verdes llenos de vida y con el pelo recogido en una colita, entró a su casa. Lo vio sentado en la escalera pensativo, pero también pudo ver rasgos de tristeza e incredibilidad.

"Es raro verlo actuar tan callado y tranquilo"

Se quedó quieta esperando que la vea. Pero siguió en desconocimiento de su presencia. Así que decidió acercarse y ver que andaba mal. -Heiji, ¿Estás bien?- Dijo poniendo una mano sobre su hombro.

Sobresaltado por el contacto inesperado dirigió su mirada hacia arriba, y se encontró con dos esmeraldas que lo miraban con preocupación.

-¿Kazu?...mmm sí, estoy bien.

- Pues no lo parece. ¿Qué pasa?

-Acabo de hablar con Kudo. O con lo que queda de él.

- ¿Cómo con lo que queda de él? ¿Está bien?

- Nee-chan y él pelaron… bastante feo.

-¿Qué? ¿Cómo que pelearon? ¿Tan grave?

-Shinichi se fue del país. ¿Contesté tu pregunta?

-¿QUEEEE? ¡Se fueee! ¿Pero qué demonios pasó? Tengo que llamar a Ran urgentemente. – Intentó levantarse para comunicarse con su amiga, pero Heiji la detuvo.

-Yo que vos no lo hago. No soy para nada especialista en estos casos. Pero, creo que los dos necesitan un tiempo para calmarse y pensar lo que están haciendo. No sabemos qué pasó y no sonaba nada bien. Cuando Ran crea que necesite hablarlo, lo hará y te llamará. Mientras tanto, lo único que podemos hacer, es esperar.

-Creo que tienes razón.