Título: Todo por una apatita.

Piedra: Apatita.

Autor del fic: Hana Furukawa (Antes SasuNaruItaDei)

Autor del manga: Masashi Kishimoto.


TODO POR UNA APATITA (Parte 4)

Itachi no pudo evitar que la curiosidad le ganara y terminó siguiendo a Naruto hasta una zona conocida por la abundancia de hoteles del amor. ¿El hijo menor de Minato estaba escabulléndose para encontrarse con un amante? No es como si fuera algo malo o incorrecto, pero el hecho de que el rubio se la pasara mirando hacia atrás a cada paso que daba, lo cual lo hacía completamente sospechoso.

Una vez que el joven rubio se detuvo en uno de los hoteles, Itachi pudo reconocer el automóvil negro que estaba estacionado en una esquina discreta, y todo le quedó claro cuando vio a su hermano bajar del automóvil y prácticamente comerle la boca al joven zorrito. No entendía la razón por la cual tenían que verse en secreto si lo que haría más felices a sus padres sería una alianza entre las dos familias que fuera más allá de los simples tratos económicos.

― Aunque tal vez deba encargarme yo de esa alianza ― murmuró la comadreja aferrando en sus manos la caja que planeaba obsequiarle al testarudo artista, esperaba que esta vez no volviera a perder la piedra o tendría que pegársela a Deidara en la frente.

I x D

― Deidara, ¿tienes las proyecciones de ganancias del próximo año? ― Itachi entró a la oficina del rubio sin llamar antes, encontrando al ojiazul bailando lentamente con los pies descalzos mientras escuchaba música con sus audífonos ― ¿Me estás escuchando? ― Susurró el pelinegro acercándose lentamente y pasando sus brazos por la cintura del rubio, acomodando sus movimientos para seguir el baile del menor.

― ¡¿Qué demonios haces?! ― Deidara se tensó e intentó soltarse del agarre del pelinegro dándole ligeros codazos en el estómago ― ¿Sí sabes que esto se considera acoso sexual? ― Murmuró al sentir la respiración del mayor en su cuello.

― Es que te veías muy relajado mientras estabas perdiendo el tiempo ― susurró Itachi acercando el cuerpo del menor al suyo y bajando su voz hasta convertirla en un suave susurro, provocando que un escalofrío recorriera la espalda del ojiazul.

― Se llaman técnicas de relajación ― explicó Deidara quitándose los audífonos y girando hasta quedar frente al pelinegro pero dejando de buscar el soltarse de éste ―. Estaba haciendo las proyecciones pero me empezó a doler la cabeza y con esto me relajo ― explicó poniendo los audífonos en los oídos de Itachi para que pudiera apreciar el efecto relajante de la música.

― De verdad tiene un efecto calmante ― murmuró Itachi cerrando los ojos y ocultando su rostro en el cuello de Deidara, lo que Itachi no quiso aclarar fue que lo más relajante para él en ese momento no era solamente la música, sino el hecho de tener al artista entre sus brazos al mismo tiempo que podía aspirar el aroma afrutado del rubio, estando tan cerca como no lo habían estado en muchos años.

Deidara no pudo evitar pasar sus brazos por la amplia espalda del Uchiha al tiempo que también cerraba los ojos para absorber el impacto que era para sus sentidos el poder volver a abrazar al moreno después de tanto tiempo, sus dedos se enterraron en el cabello de Itachi y sus fosas nasales se deleitaron ante el aroma varonil que las inundaba. Deidara ahogó un suspiro enamorado, el Uchiha no tenía por qué darse cuenta de lo que sentía por él.

― ¡Deidara, vamos por…! ― El aire escapó de los pulmones de Naruto al abrir la puerta de la oficina de su hermano mayor, al encontrarlo abrazando a su proclamado peor enemigo en una posición tan íntima que parecían casi una sola persona ―. Lamento haber interrumpido ― susurró el rubio ocultando parte de su rostro con los papeles que planeaba dejar con la secretaria de su hermano mayor mientras lo arrastraba hacia un restaurante cercano.

― ¡No, Naruto! ― Deidara se soltó rápidamente del agarre de Itachi al tiempo que trataba de detener a su hermano menor, quien se había alejado de su oficina con un sonrojo pronunciado en el rostro. No es como que no quisiera que alguien supiera que estaba saliendo con Itachi, ¡era que él no estaba saliendo con Itachi y ahora su hermano creería que sí! ― ¿Puedes soltarme ya? ― Deidara golpeó el brazo de Itachi para que lo soltara y fue en ese momento que se dio cuenta de que el moreno no lo estaba sosteniendo y que el tirón que sentía era su reproductor que aún estaba conectado a los audífonos que le había puesto a Itachi.

― ¿Qué es lo que te molesta? ― Cuestionó Itachi quitándose los audífonos y poniéndolos en las manos del artista ― ¿Que tu hermano piense que tenemos algo o que piense que tienes algo con un hombre? ― El moreno afiló la mirada, en todos esos años el rubio no le había parecido una persona con complejos, pero esto no se trataba sobre él, no esta vez, en este momento lo importante era saber cuál sería la reacción de Deidara cuando se supiera lo que sus hermanos tenían.

Deidara se alejó un paso del moreno, la pregunta que le acababa de hacer se le hacía demasiado sospechosa, ¿Itachi ya sabía que había estado ayudando a Naruto y Sasuke a verse a escondidas? No es que pensara que lo que hacían estaba mal, era solo que ambos jóvenes temían la reacción que tendría Fugaku y habían acudido al rubio para pedirle consejo. Deidara aceptó ayudarlos con la condición de que tendrían que decirle pronto a sus padres y también porque el artista era débil ante las historias de amores prohibidos; además, en el fondo, aunque no era consciente del hecho, probablemente veía la realización de la relación entre los jóvenes como la oportunidad que él no había tenido con la comadreja orgullosa que en este momento se le quedaba viendo con demasiada intensidad para su bienestar emocional.

― Me preocupa que me relacionen contigo, uhn ― se quejó el rubio abriendo la puerta de su oficina de forma brusca ― la próxima vez que necesites algo usa el teléfono o pídeselo a mi secretaria ―. Pidió señalando el exterior de la oficina, dándole a entender al moreno que su presencia ya no era tolerada en el lugar. Deidara sabía que estaba actuando como un imbécil en ese momento pero necesitaba hablar con Naruto para explicarle qué es lo que había visto en su oficina, primero se cortaba la mano antes de dejar que su hermano se enterara de la razón para el fracaso de su vida amorosa.

― Está bien ― como siempre, cada paso que Itachi daba estaba impregnado en elegancia, sensualidad y una leve aura de letalidad y esta vez no fue diferente, Deidara tuvo que hacer un enorme esfuerzo para concentrarse en las palabras del moreno y no dejarse llevar por ese magnetismo que lo había atraído desde que eran pequeños ―. Quiero que me entregues las proyecciones del año que viene hoy en la noche, tengo una reservación en el restaurante que está a dos cuadras a las 8 de la noche, hay algo importante que quiero discutir contigo y con otras personas así que no se te ocurra faltar.

Deidara se quedó en shock al escuchar las palabras del moreno, no solo tenía que terminar esas proyecciones en menos de cinco horas, ir a su apartamento, arreglarse y llegar a un estúpidamente snob restaurante donde el moreno seguramente lo haría discutir un montón de cifras que no entendía con posibles inversores que realmente no le interesaban. Él había planeado hablar con Sasori para que lo orientara en la escultura en la que estaba trabajando y ahora tenía que aguantar una noche con Itachi. Como si su vida no fuera ya un asco desde hacía unas semanas.

I x D

Deidara no sabía si entrar o no al restaurante, desde el lugar donde se encontraba podía ver a Itachi en una posición aparentemente relajada acompañado de Naruto y Sasuke, eso solo podía significar que el bastardo los había descubierto e iba a darles un sermón de por qué no era conveniente que los jóvenes continuaran su relación, sobretodo porque existían las sospechas de matrimonios por conveniencia con Sakura Haruno y Hinata Hyuga. El rubio estuvo a punto de darse media vuelta e irse hasta que vio el rostro de su hermano menor, el pequeño kitsune tenía cara de querer llorar de los nervios y definitivamente no iba a dejar que Itachi se portara como el patán "yo tengo la razón en todo" que era normalmente con él.

― De todos modos no me llevo bien con él, uhn ― susurró el ojiazul antes de caminar hacia la mesa con los tres ocupantes, si iba a haber una discusión era mejor que fuera cuanto antes para que empezara a consolar a su hermano a una hora temprana…


¡Ok! Decidí rehacer el final que tenía planeado para este fanfic, aunque me tardé tres años en hacerlo, me disculpo por eso… a partir de ahora trataré de actualizar cada mes, no voy a volver a abandonar a mis bebés, solo ténganme un poco de paciencia, sobretodo porque hace mucho que no escribo sobre Naruto. Espero sus comentarios diciéndome qué les pareció.

Larga vida y prosperidad.