Los personajes son de SM. La historia mía.


Capítulo 14

Me paseé de un lado al otro pero nada, el tiempo pasaba y nadie venia a verme, me estaba comenzando a desesperar y aunque lo negara, realmente tenía hambre. Después de haberme negado tantas veces, me rendí y acerqué a la mesita de comida que habían dispuesto en la habitación.

Antes de caer en la inconsciencia, en esa fracción de segundo, me imaginé los peores y más sórdidos escenarios, pero nunca, ni en un millón de años, me imaginé que me traería a un Pent-house en donde tuviera una maravillosa vista al Central Park.

Comí un poco de la elegante comida pero siempre manteniéndome alerta, no quería volver a ser drogada, aunque creo que eso era algo imposible de saber.

¡Mierda!, esto estaba bueno.

Gemí al probar esos pequeños dulces agrupados en la bandeja, estaban jodidamente exquisitos.

Por más que traté de controlarme, terminé comiendo más de lo que debía, creo que fue buena idea que me cambiaran la ropa por este hermoso y suave camisón de ¿seda?, lo que sea, tenía más espacio. De todas formas, ya después me encargaría de cortarle los dedos y arrancarle los ojos a quien me haya desvestido.

Estaba a la mitad de otro pastel cuando la puerta se abrió de golpe, inmediatamente me puse en posición de alerta y me preparé para defenderme, ahora tenía todas mis fuerzas y no los iba a dejar volver a agarrarme sin pelear.

-Veo que estás despierta… y decidiste comer.

-¿Quién diablos eres tú?

El hombre era alto, de color y se veía evidentemente intimidante, pero al leer su mente, me di cuenta que no era un Lounder. Eso me confundió aún más.

-O me dices quién…

-Creo que mejor pasamos al salón, Edward ya está aquí y se ve algo ansioso.

Sin decir nada pasé por su lado corriendo, llevaba despierta alrededor de dos horas y no había salido del cuarto, pero no me costó mucho encontrar mi camino hacia Edward. En cuanto lo vi corrí a sus brazos los que me recibieron gustosos.

-No vuelvas a desaparecer así, te juro que ha sido el peor día de mi vida.

-¿Día? – me alejé un poco de él y lo miré directamente a los ojos -, no seas exagerado, solo fueron un par de horas – miré por la ventana y seguía oscuro así que supongo que no fue mucho tiempo desde que perdí el conocimiento.

-Bella, te fuiste anoche… has estado desaparecida por más de 24 de horas.

-¿Qué? – al hombre de color ahora se le habían sumado otro hombre de igual tamaño pero rubio y una mujer pelirroja, todos igual de intimidantes -, ¿qué mierda me dieron anoche?

-Lo sentimos, tuvimos que usar una dosis más fuerte, tienes una resistencia mucho mayor de la que pensábamos. Sabíamos que no vendrías por ti sola y… tuvimos que improvisar.

-Ustedes…

Me iba a acercar a ellos pero Edward me detuvo tomándome por la cintura – Creo que será mejor que los escuchemos, algo no encaja acá.

Asentí pero me concentré en nuestro vínculo.

-¿Qué está pasando?

-No lo sé, me tomaron en un callejón mientras te buscaba.

-A mi me tomaron en un bar.

-¿Qué hacías en un bar? – incluso en su cabeza, su pensamiento sonó rudo.

Rodé los ojos pero volví a mirarlo – Pensaba.

-Bella, lo que pasó…

-¡Ey!, ustedes dos, dejen de hablar en sus cabezas y pasen a sentarse, hay mucho para hablar.

Edward me tomó de la mano y nos dirigió hacia el sofá más cercano, ambos miramos a los tres hombres y esperamos porque comenzaran a hablar.

-Bien, ahora que tenemos su atención… podemos comenzar con las presentaciones, mi nombre es Laurent – comenzó a hablar el hombre de color -, ellos son James y Victoria. Todos somos parte del servicio secreto… que supuestamente debería trabajar con ustedes.

-Oh – Edward se echó hacia atrás en el sofá y se cruzo de brazos -, así que ustedes son más de los hijo de puta que se creen con derecho sobre nuestras vidas.

-Bueno, parece ser que eres tal cual lo indica tu perfil… tu también Isabella, digo, Bella.

-¿Qué perfil?, ¿nos están acosando o alguna mierda por el estilo? – mientras Edward se veía tan relajado, yo me comencé a exaltar -, nosotros ya hablamos con ustedes, quedaron en alejarse.

-¿Ustedes de verdad pensaron que los íbamos a dejar solos?, todo este proyecto es algo más grande que ustedes mismos y que nosotros… ellos… Liam y Doug trabajan para el Gobierno, nosotros no.

-¿No?, entonces, ¿Quién diablos son?

-Somos… fuimos, cazadores… justo como ustedes.

Los miré detalladamente y ninguno tenía el cabello rubio ni los ojos verdes, quizás tenían la contextura pero no se parecían en nada a lo que era un cazador. Mierda, si yo misma había cambiado toda mi jodida apariencia luego de ese beso.

-No – hablé con la mayor calma que pude -, nosotros somos cazadores, ¿ven? – tomé un mechón de mi cabello -, mi cabello era café pero ahora lo tengo rubio, además, sabemos que un cazador nace luego de que otro muere, así que sería mejor que comenzaran a decirnos la verdad.

Se miraron entre sí, y luego de un suspiro, James comenzó a hablar – Eso es porque morimos.

-Bien – Edward se puso de pie -, si van a comenzar a contarnos cuentos de hadas y monstruos, creo que necesitaré un trago para seguirles el ritmo.

En un rincón de la habitación había un bar bien surtido en el que Edward sirvió dos tragos, tomé el mío prácticamente de un sorbo.

-Ahora, comiencen con la mentira… digo, historia.

Victoria tomó la palabra esta vez – Hay varios de nosotros que encontramos la forma de salirnos… bueno – rodó los ojos -, de cambiar un poco el curso del destino.

-¿De qué estás hablando? – pregunté.

-¿Cómo te convertiste en cazadora?

-Oh – suspiré exageradamente -, era una fría noche en Forks, mi pueblo natal, salí temprano del trabajo y para ahorrar un poco decidí caminar, pero como mi suerte es una perra, me encontré con una linda chica que no halló nada mejor que besarme en los labios y pasarme esta… lo que sea – me miré y luego a ellos -. Luego comencé a escuchar voces, ya saben – me encogí de hombros -, lo típico, decidí seguir esas voces y me llevaron a este sexy chico aquí a mi lado.

-¿La chica murió? – pregunté Laurent.

-Justo en mis brazos.

-¿A dónde quieren llegar con todo esto? – preguntó Edward.

-¿Para ti la historia fue similar? – preguntó James mirando a mi chico.

Él asintió – Sí.

-Bien, como sabrán un cazador debe morir para que nazca uno nuevo. Hace unos… ¿diez años? – James miró al resto antes de continuar -, tuve una pelea horrible con varios Lounders, me dejaron tirado en un callejón, ahí se me acercó un chico. Lo besé porque sabía que se acercaba mi final y lo hizo, mi corazón se detuvo, pero luego… desperté en un hospital tres días después. Mi cabello estaba más oscuro y mis ojos habían vuelto a ser de mi color original… el chico estaba a mi lado.

-¿Entonces, podemos salirnos?, solo necesitamos preparar todo y… - Victoria me interrumpió.

-No es tan fácil, luego de lo de James, él con Riley se dedicaron a buscar más cazadores para ayudarlos, pero eso solo hizo que los Lounders aumentaran ya que ningún cazador duraba mucho, así que no completaba todas sus habilidades.

-Bien, he matado casi un centenar, tengo experiencia… me merezco salir de esto… Bella también.

-Es un poco complicado para ustedes – habló Laurent -, ustedes… son diferentes.

-¡Oh, mierda!, claro, somos así como los elegidos de los elegidos.

-Sí, lo son… desde el momento en que se enamoraron. La conexión entre dos cazadores es lo más importante y la de ustedes supera cualquiera que hayamos visto.

-Entonces, ¿de qué va todo esto?, ¿Por qué el secuestro y esta historia?

-Porque está en ustedes hacer la diferencia… el Gobierno es una mierda que quiere controlarlos, que les dice que hacer y cuando hacerlo… nosotros creemos que las cosas pueden ser diferentes, hemos cazado más Lounders ahora que cuando debíamos, pero nuestros poderes son mucho más limitados como simple humanos… necesitamos a los cazadores de nuestro lado.

El rostro de James era serio y firme, era fácil adivinar que esto era realmente importante para él, que incluso había preparado el discurso y todo.

-Yo… no puedo con esto – me puse de pie -, es simplemente mucho, ¿Por qué deberíamos confiar en ustedes y no en el Gobierno?

-Porque nosotros no les hicimos esto… nosotros no desarrollamos el gen.

Por las siguientes dos horas, Laurent, James y Victorias nos contaron casi todo, como se juntaron, como ayudaban a las personas, como se deshacían de los Lounders y por sobre todo, como estaban en contra del Gobierno.

Con Edward nos mantuvimos al margen y procuramos hacer preguntas solo cada tanto, esta era mucha información para procesar en tan poco tiempo, por suerte, ellos tres se veían mucho más compresivos que nuestros dos amigos, Liam y Doug y entendieron que aún no estábamos listos para aceptar sus palabras así como si nada.

-Bien, los vamos a dejar por esta noche, sabemos que tienen mucho que procesar.

-Sí – Edward se puso de pie y tomó mi mano –, yo también creo que es lo mejor. ¿Vamos?

-Por supuesto.

Cuando yo me puse de pie, Laurent alzó sus manos – No queremos obligarlos ni nada, pero este departamento lo compramos para ustedes, no es soborno ni nada, solo queremos que estén cómodos.

-Aún no hemos decido nada, ni siquiera hemos pensado en ello – habló Edward.

-Lo sabemos – interrumpió James -, pero ya es tarde para volver y sé que ambos están cansados, quédense acá y mañana veremos qué pasa.

Por suerte, nuestro vínculo sirvió a la perfección en esta ocasión.

-¿Te quieres quedar?

-Tiene una vista hermosa – hablé con mi mente.

-Bien.

Victoria me dio una tímida sonrisa antes de cerrar la puerta, la diferencia con ellos es que no sentía la misma aprensión que sentí con Liam y Doug y aunque no sé si eso basta para confiar, por lo menos debía admitir que hacia una gran diferencia.

Cuando por fin quedamos solos, nadie dijo nada, pero sabía que era yo quien debía comenzar.

-Lo siento, no debí irme así anoche, es solo que… estaba tan molesta. No lo pensé.

-Está bien, lo que único que me importa es saber que estas bien, estuvimos realmente preocupados.

-Oh, Emmett, no le hemos avisado…

-Le dejé un mensaje así que está enterado.

Volvimos a nuestro silencio, esta vez fue él quien lo rompió - ¿Qué piensas de todo esto?

-Que es extraño, pero una vez más… esto es extraño desde el principio, no hay una explicación lógica para todo lo que pasa y ya decidimos dejarlo ir.

-No tenemos que aceptar nada, lo sabes, podemos seguir siendo solo nosotros – Edward tomó mis manos y besó mis nudillos.

Agradecí su gesto – No Edward, no sé si podemos ser solo nosotros… no tenemos idea de lo que estamos haciendo.

-¿Y qué haremos?

-Nada – negué con la cabeza -, por ahora… esta noche solo quiero disfrutar de mi novio, tenemos una enorme cama y una hermosa vistas, sería un pecado desaprovecharlas.

-Mmm, pareciera que me estás haciendo alguna clase de proposición – sus brazos me rodearon por la cintura y me acercaron a él.

-Eso depende…

-¿Y de que depende?

Fingí pensar por un segundo mientras mis brazos subían hacia su cuello para rodearlo – De si aceptas o no.

-Intenta que alguna vez te diga que no… eso es imposible.

Sin decir más, sus labios tomaron los míos en un fiero beso. Sé que no había pasado mucho desde la última vez que estuvimos juntos, pero se sentía como semanas.

Enredé mis manos en sus cabellos y lo apreté lo más que pude hacia mí, necesitaba sentirlo lo más cerca posible, y al parecer él tenía la misma necesidad porque tomó una de mis piernas y la enrolló en su cintura, cuando lo hizo, pude sentir a la perfección lo mucho que me deseaba.

De esta forma lo podía sentir muy bien, pero necesitaba algo más, así que tratando de no dejar sus labios, lo guié hacia la habitación, esa cama se sentía muy solitaria, necesitaba algo de acción.

-Cama – murmuré cuando él comenzó a mirar por alrededor.

Por un momento, dejó mis labios, pero a cambio tomó mi rostro y me acercó a él - ¿Piensas abusar de mi?

-Oh, no tienes idea… esto es sexo post reconciliación… vamos a follar duro, nene.

-¿Nene? – su frente se frunció y me miró de cualquier forma menos excitado.

-Sí, no te gusta que te diga así… nene… es sexy.

Y para romper un poco el ambiente, soltó una profunda carcajada – No, amor… si me dices nene… o peor aun… Baby… - se estremeció al decirlo -, es como si me pegaras una patada en la verga, y creo que no es lo que buscas.

-No – me reí y lo tomé por el cuello para volver a acercarlo -, lo que quiero ahora… es chuparte la verga.

-Bueno, si lo dices así…

No lo dejé continuar, tan rápido como pude, me puse de rodillas delante de él y trabajé en liberar su polla, cuando lo hice, tuve que relamerme los labios… se veía tan brillante… sabrosa. Sin esperar más, lo llevé directamente a mi boca y lo succioné tanto como mi garganta me lo permitió, disfruté de sus gemidos y de las maldiciones que salían de su boca, pero quería un poco más, así que llevé mis manos hacia sus testículos, les di un sueva masaje el que luego acompañé por una pequeña caricia en la entrada de su ano.

-¡JODIDA MIERDA!, vas a dejarme seco Bella… vamos nena, sigue chupando así… succióname entero.

Me separé a regañadientes de él - ¿Nena?

-Sí, yo si puedo… ahora, por favor… vuelve a chuparme la polla, por favor…

Se veía tan rendido y completamente dispuesto a lo que yo pudiera darle que lo hice, lo llevé nuevamente a mi boca y no lo dejé hasta que no se corrió.

-Ahora… necesito follar… duro.

Me tiró al centro de la cama y se subió encima de mí, hábilmente nos quitamos toda la molesta ropa y cuando por fin estuvimos desnudos, nos rendimos al placer de nuestros cuerpos.

-Necesito que lleves tus rodillas a tu pecho, afírmalas entrelazando tus manos.

Lo hice tal cual me lo pidió - ¿Así? – el asintió.

-No te puedes mover, quiero tenerte así… dispuesta y apretada para mí.

Antes de que pudiera reaccionar, Edward tomó su polla y la llevó directamente a mi coño, por suerte estaba lo suficientemente húmeda como para que entrara sin ningún problema. Aunque si debo añadir que la posición hacia que todo fuera mucho más placentero.

-¿Me sientes?, ¿sientes lo mucho que me estas succionando?

-¡Sí!... Edward, se siente tan bien… dame más, por favor.

Él lo hizo, me penetró duro y salvaje, tanto que noté como las venas de su cuello se marcaban. Disfruté del movimiento de sus caderas hasta que mi orgasmo me golpeó duro y sin previo aviso.

Me deshice en la cama pero no cambié mi posición, la mantuve hasta que Edward alcanzó su propia liberación.

-Eso fue una jodida aventura – murmuró él mientras se acomodaba a mi lado -. Gracias.

Suspiré cuando Edward me besó en la frente – Gracias a ti, por estar para mí, siempre.

-Siempre, Bella, siempre.

Nos abrazamos y esperamos porque el sueño nos llevara, teníamos mucho que hablar pero ya tendríamos tiempo para ello después.


Hola!

Creo que esta es la historia que tenía más abandonada, por eso quiero dedicarle este capítulo a Caroline Smit que no dejó de preguntarme por cuando volvería a actualizar, así que gracias :D

Gracias también a todos los que no me odian mucho y me siguen leyendo :D

Besos, Joha!