Creo que todos ya lo saben, pero por si acaso, los personajes no son míos y la historia si jejeje.

Capítulo 8

POV Kyoko

Cuando desperté me sentía confundida, había tenido un sueño muy extraño, soñé que Sho me apostaba y que le ganaban, soñé que me había tenido que ir con n completo extraño y tenía miedo, pero ahora despertaba y era solo un sueño, un maldito sueño ¿verdad?

Pero no, cuando desperté no estaba en mi cama, no estaba en mi modesta habitación y no me despertó el molesto grito de Sho, la cama era diferente, tenía miedo y no quería abrir los ojos porque no sabía que verían, cuando por fin me anime a abrir los ojos no reconocía nada de lo que me rodeaba, era una habitación elegante, tenía una decoración sencilla pero agradable, moví un poco mi cuerpo y me dolía a horrores, lentamente levante las sabanas temiéndome lo peor, pero…

No, todo estaba en orden, tenía la misma ropa que traía ayer y eso me decía que al menos por ahora no me había hecho nada él, no se su nombre, pero él gano una maldita apuesta en la que yo era el premio, me sentí tan mal, no sabía que sería ahora de mí, tenía miedo, eran las 7:00 a.m. y no quería salir de esa habitación, no sabía a qué me enfrentaría, quise moverme, pero tuve un fuerte dolor y me di cuenta que mis muñecas y tobillos habían sangrado un poco por la fricción con las sabanas, estaban tan lastimadas y yo solo pude ponerme a llorar.

Pensaba ¿Por qué a mí? ¿Qué hice para merecer esto? ¿Qué sería de mí de ahora en adelante? ¿Qué me haría esa persona? No me di cuenta que mi llanto se hizo más intenso y cuando al fin reaccione alguien me abrazaba, no muy fuerte, se sentía tan bien y me acariciaba el cabello para que me tranquilizara, cuando fui consiente de este contacto temblé y por inercia me aleje de esa persona, no sabía que quería de mí, después de todo alguien que juega con la vida de otra persona no puede ser bueno ¿o no?

- Tranquila princesa – escuche que me decía, pero yo no era una princesa, yo no era nadie – ya nadie te hará daño – no podía creer lo que me decía

- Yo… - no sabía que decir

- Tranquila, solo respira – me dijo porque vio que me encontraba muy sorprendida y me volvió a abrazar suavemente

Quería alejarme de él, quería separarlo de mí, pero algo me lo impedía, su calor era tan reconfortable y su abrazo carecía de cualquier agresión yo quería alejarme, pero al mismo tiempo no quería separarlo nunca de mí.

Cuando me tranquilice un poco me dijo que tomara un baño para que me relajara, que cuando terminara fuera a desayunar, no sé porque, pero ya no sentía miedo, sabía que él no me haría daño, al menos no más del que ya me habían hecho. Salió de la habitación y yo me levante lentamente, el cuerpo me dolía como nunca, tantos golpes y maltratos me estaban pasando factura, al entrar al baño me sorprendí, era inmenso, muy diferente al baño de mi habitación, este era hermoso, tenía regadera, una tina, un pequeño cambiador y un guardarropa pequeño, me quite la ropa, pero no quise verme en el espejo, tenía miedo de mi reflejo, ya me imaginaba como estaba, lleno de marcas y verdugones, con solo ver mis muñecas y tobillos ya sabía cómo se encontraba todo. Me metí a la regadera y la abrí, el agua salió primero un poco fría lo que hizo vibrar mi cuerpo, después se fue entibiando y sentí como cada musculo de mi cuerpo se comenzó a relajar, cerré los ojos por unos minutos y comencé a sentir muchas sensaciones en mi cuerpo, al principio el agua se sentía placentera, pero conforme paso el tiempo, comencé a sentir ardor y dolor por todo mi ser, abrí los ojos y la imagen que vi me asusto mucho, mis heridas se habían abierto y ahora mi cuerpo sangraba, mis tobillos y muñecas eran los más dañados por los diversos amarres a los que Sho me sometía, pero mi espalda, piernas y brazos no se quedaban atrás, no era mucha sangre, pero al mezclarse con el agua se veía tan tenebroso, que no pude evitar que un grito saliera de mi boca, de pronto un golpe en la puerta me saco de mis pensamientos, era él.

- Kyoko-chan, estas bien, voy a entrar – me dijo desde el otro extremo

Yo solo pude atinar a jalar una toalla y gritar que no pero él ya había entrado y se quedó observándome, vio la sangre que estaba mesclada con el agua y su expresión cambio, yo no sabía qué hacer, después de todo, me gustara o no, él era mi dueño y yo no podía hacer nada.

De pronto se dio media vuelta y salió por un momento, pero todavía no terminaba de volver a respirar cuando el entro nuevamente y dejo una bolsa en el piso

- Vístete – fue todo lo que me dijo y salió

Mas por inercia que por otra cosa, me acerque a la bolsa que había dejado en el piso y vi que había algo de ropa, comencé a vestirme y me di cuenta que eso no me taparía nada, pero no me quedaba de otra, tendría que vestirme así, la ropa eran solo unas bragas, un sujetador, un pequeño top y un short, suspire, sabía que era demasiado bueno para ser verdad, así que con cuidado me vestí con lo que había dado y con todo el temor del mundo Salí del baño, pero a pesar de estar convencida de que mi vida había cambiado no estaba preparado para lo que vi cuando Salí del baño…

Pov Ren

Este día había sido caótico, desde el momento en que gane a mi princesa en una apuesta me sentí el hombre más desgraciado del mundo, aunque dentro de mi sentí la satisfacción de alejar a mi pequeña de ese monstruo que se creía su dueño, la tome de la mano y solo le dije a ese perdedor

- Pues ahora me voy con mi premio

Mientras tomaba todo lo que había ganado incluyendo a mi princesa, quise poner la mayor distancia entre ese sujeto y mi pequeña, la subí a mi auto y le abroche el cinturón, arranque y me aleje rápidamente de ese lugar y me jure que mi princesa jamás volvería a ese lugar y que nadie jamás le volvería a hacer daño.

Cuando llegamos al hotel ella estaba dormida, la baje con delicadeza y la acosté en la cama, quería quitarle ese horrible vestido y que se vistiera como lo que era una princesa, pero temía que si me atrevía a cambiarla ella mal interpretara la situación y la alejara de mí, así que solo la arrope y salí de la habitación hacia la pequeña sala que tenía la suite, tenía muchas que pensar y muchas cosas que hacer. La primera de ellas era hablarle a Yukito, saber cómo iba la empresa y sobre todo pedirle que acondicionara la habitación de huéspedes con los muebles que llegarían ese día a este.

Después de que llame a mi amigo, me quede un poco más tranquilo, las cosas en la empresa iban bien y me aseguro que él personalmente se encargaría de acondicionar el cuarto de huéspedes con lo que llegara.

Después de eso hice otra llamada, le hable ese sujeto, no quería saber nada más de él, pero necesitaba algunas cosas que él podría proporcionarme

- Bueno – contesto después de tres timbres

- Hola – dije con un tono frio – Fuwa Shoutaro? – pregunte, aunque de ante mano sabía que era él

- ¿Si quien habla? – pregunto con ese tono arrogante

- La misma persona que te hizo pobre y que ahora podrá regresarte nuevamente lo que te gané – dije sin ningún humor en particular

- ¡Eres tu maldito! – Me contesto muy exaltado – te quieres burlar de mí, idiota solo tuviste una racha de suerte

- Claro lo que digas – conteste – pero dime no te gustaría recuperar parte de lo que te he ganado

- ¿Cómo? – Contestó un poco confundido – estás jugando conmigo

- Claro que no, yo solo quiero proponerte un trato – dije de modo neutral

- De que se trata – contesto

- Yo te devuelvo tu dinero y las escrituras de la casa y negocio, pero me quedo con la chica y tú me entregas todos los documentos de ella y firmas un documento en donde cedes cualquier derecho que puedas tener sobre ella y en donde te comprometes a jamás buscarla

- ¿Qué? – Dijo un poco sorprendido – me quieres tomar el pelo, me devolverías el dinero y las escrituras a cambio de la documentación de ella – me dijo con un poco de burla, yo quería tenerlo frente para hacerle tragar sus palabras

- Así es, conteste, sin más, así de simple, te regreso lo que he dicho y tú me das sus documentos.

- De acuerdo – dijo sin más – si prefieres a esa mujer insípida que al dinero por mí no hay problema, peo eso sí, no me hago responsable cuando ella te abandone para irme a buscar, después de todo un perro faldero siempre regresa con su amo.

Esa frase suya me enfureció mucho, pero debía mantener la calma

- No estés tan seguro de tus palabras – dije entre dientes – nos vemos en el parque a las diez, fue todo lo que dije y colgué.

Estaba enfurecido, hablar con ese tipo me hacía salir de mis casillas, pero de pronto un pequeño gemido me regreso al mundo, mi princesa lloraba, me acerque a la habitación y n pude evitar entrar, ella se encontraba llorando, no supe que hacer, así que solo la abrace y comencé a acariciar su cabello. Vi como poco a poco se iba tranquilizando pero cuando fue consiente de mi abrazo tembló y por inercia se alejó de mí, me sorprendió su reacción, pero bueno era normal, después de todo, yo jugué con su vida en mi afán de salvarla

- Tranquila princesa – le dije y me di cuenta que se sorprendida ante mi calificativo– ya nadie te hará daño – le dije sinceramente para tranquilizarla

- Yo… - su respuesta solo fue esa y yo quería saber que era lo que pensaba en ese momento

- Tranquila, solo respira – le dije porque la vi que estaba un poco entre asustada y sorprendida y la volví a abrazar, no quería soltarla jamás, si de mí dependiera, jamás volvería a verla derramar una lagrima por nadie y jamás le volverían a hacer daño.

Era tan reconfortable tenerla así, sentir su calor y ver como poco a poco me aceptaba, ya no había un rechazo por su parte y eso me agradaba.

Cuando se tranquilizó un poco le dije que tomara un baño para que se relajara, y que cuando terminara fuera a desayunar, me di cuenta que su expresión se relajó, en el fondo quería creer que ella sabía que no le haría daño. Salí de la habitación y me fui a hacer el desayuno, quería que cuando ella saliera del baño tuviera un agradable desayuno. De pronto un grito, que provenía del baño, me asusto sin pensarlo dos veces entre a la habitación y…

- Kyoko-chan, estas bien, voy a entrar – le dije, avisándole, para que se pudiera cubrir.

Lo que vi no me gusto, ella se cubría con una pequeña toalla, pero lo que me impacto no fue eso, sino ver la magnitud de lo que le pasaba, pude ver que muchas de sus heridas se habían abierto y ahora su cuerpo sangraba, sus tobillos y muñecas eran los más dañados, no quería saber porque se encontraba así, aunque sabía quién había sido el desgraciado que se lo había hecho, su espalda, piernas y brazos no se quedaban atrás, no era mucha sangre, pero al mezclarse con el agua se veía tan tenebroso, por lo que pude adivinar a que se debía su grito.

Mi expresión cambio de rápidamente de sorpresa a furia, quería tener enfrente de mi a ese maldito y romperle la cara, como se había atrevido a lastimar así a mi princesa.

De pronto me di media vuelta y salí por un momento, volví a entrar después de tomar una bolsa y se la deje en el piso.

- Vístete – fue todo lo que pude decir, estaba furioso.

Salí del baño y me quede esperándola en la cama de la habitación, necesitaba tranquilizarme, necesitaba…


Que les pareció el capitulo

De verdad que me costó subirlo, peor bueno ya estoy escribiendo el siguiente capítulo, las quiero chicas y chicos (por si hay alguno por ahí jejeje) espero sus reviews y muchas gracias por sus buenos deseos por mi boda jejeje, hasta el próximo capítulo.