Hola, regreso con una historia, creo que la primera que tendrá seguimiento, quizás de 9 a 10 capítulos aun no se con exactitud. Espero que la disfruten, a mi parecer me gusto la idea, aunque claro aquí ustedes son mis críticos. Sin mas les dejo leer, nos vemos abajo (:

Esta historia me pertenece, pero los personajes no, pertenecen a Masashi.


Capitulo 1- Introducción

..."Con la vida reluciendo ante el se creería que este hombre, llamado comúnmente Casanova, es uno de los más deseados y con más suerte en el mundo, pero créanme, después de conocer a una persona enamorada solamente de sí misma, y que a pesar de representar una moda exigente antes las jóvenes de esta época, no deja de ser un EGOLATRA, SUPERFICIAL, MACHISTA, CON INDICES DE SUPERIORIDAD..."

-Vaya que la hiciste enojar- que más se podría decir, supongamos que ante tal critica, cualquiera podría caer en depresión, pero por mas difícil de creer le causaba gracia saber que una mujer opinara tan mal de él.

-¿Yo?, más allá de lo que pienses, a ella ni siquiera le he hablado- y contestaba con la verdad, reconocía que era un mujeriego, es mas se declaraba culpable completamente, pero de esa mujer ni el nombre sabía bien, con menos razón hacerla en cierto punto, enojar.

-Estas diciéndome, que la escritora de la revista mas leída en la ciudad, siente un profundo odio por ti, ¿y ni siquiera te conoce?- bien, cierto, su amigo podía llegar a ser realmente exagerado, pero era la verdad, por acto divino, se había ganado el odio de la mujer que manipulaba a la mayoría de las otras.

-Exacto, además ni que estuviera tan buena, digo para ser tan exitosa como escritora, lo más seguro es que es una cuarentona, con anteojos y grasa de mas- y en ese caso no podía recurrir a seducirla.

-Estas criticando a la mujer, a la única, que podría destruir toda tu reputación. La UNICA, ¿me entendiste?- ahora lo trataba como un crio, vaya que su amigo era de personalidad múltiple, y si no lo apreciara lo suficiente ya lo habría despedido.

-Si entiendo perfectamente, pero vamos, yo lo arreglare-

-Bien, confiare en ti, y pensare que lo tomaras enserio, lo último que queremos es que vuelva a escribir una crítica igual a esta- se volvió, caminando lentamente por la estancia. Se relajaría, ya después pensaría en la solución perfecta.

-Bien sino te importa saldré un rato, aun criticado brutalmente- exagero su pose de víctima, colocando el dorso de la mano en su frente y continuo-este "superficial" quiere divertirse- tomo las llaves de su Ferrari y se adelanto a la puerta del despacho.

-Ya te advertí, quiero que esto lo tomes serio, tenemos que tener a la prensa contenta, y mantener tu perfil bajo- asintió, haciendo de menos las advertencias de su amigo. Mañana tal vez fuera a investigar sobre esa dichosa escritora amargada, pero ahora era de noche, y como buen ser nocturno, no dejaría atrás la oportunidad de divertirse.

Con rapidez abordo el ostentoso vehículo y partió.


-Como se te ocurre escribir tal cosa sobre él, ¿acaso estás loca?- y las quejas seguían para mas, los chillidos de su compañera eran estridentes, e inaguantables, si la matara ahora, y se deshiciera bien del cuerpo tal vez no la culparan. Descarto la idea, necesitaba a una fotógrafa.

"Diablos, y ya había elegido el lugar perfecto"

-No, no lo estoy, digo ese mujeriego lo único que llegaría a amar es a su reflejo, y eso querida amiga, es la pura verdad- movió la silla, sentándose en su escritorio.

Ser la escritora en jefe de la revista Fashion daba sus frutos, y que no mejor regalo, el de humillar a los hombres como él.

-Estamos hablando del actor mejor pagado del continente, y uno de los mas asediados por todas las mujeres, ¿y tú hablas de si está o no enamorado de su persona?- lo admitía, odiaba a esas personas que se creían superior a uno solo por verse mejor, o poseer mejores atributos. La enfermaban, y también admitía que se había propasado, pero para variar, ni que causara tanto revuelo una crítica que solo leerían y estarían de acuerdo unas cuantas personas.

-Vamos, sé que me excedí, pero dudo que el chico se ofenda, mencione sus "cualidades", ¿eso es algo no?- revolvió el escritorio, buscando las llaves de su auto.

-¿Algo?, no puedo creerlo, lo avergonzaste ante todos y aunque lo dudes el mencionar que es un superficial y ególatra, no lo vuelve cualidad - ok, ok, lo entendía perfectamente, pero eso ya era demasiado, ¿"avergonzar"?, si el mismo se había ganado esa reputación, ella solo confirmaba ante su público, lo maravilloso y a la vez mujeriego que era.

Era algo que ya todos sabían.

-¿Te estás escuchando?, solo fue una crítica, si veo que realmente fue demasiado, pediré una disculpa, ¿está bien?- cerro los cajones, y levanto su chaqueta de la silla, tomando el café con su otra mano.

-Solo tú te entiendes, y solo yo veo lo exagerada que eres en tus criticas, pero respetare tu trabajo, asi que mejor me callare- camino a su lado saliendo de la cómoda oficina, dirigiéndose a la salida.

-Bien, bien, ya ves, te ves mejor sin tanto griterío- le sonrió de forma traviesa pellizcándole una mejilla- Nos veremos mañana, cuídate-

-Tú igual, y a la próxima procura mencionar sobre su trabajo y no sobre su personalidad- bla, bla, su amiga llegaba a ser dolorosamente insoportable.

Camino al estacionamiento tanteando las llaves de su bolso, abriendo sin esfuerzos la puerta, se metió en su carro dirigiéndose al fin, a su hogar.

"Hogar dulce hogar"...


-¿Y entonces, sugieres que me vaya a casa, a "dormir"?- la noche apenas empezaba y su queridísimo amigo salía con sus exigencias como siempre, como podría disfrutar de la vida, si su diversión dependía de que humor tuviera su amigo, y si el quería o no dejarlo salir.

"Vaya mierda"

-No es una orden, pero por buen amigo que eres me harás caso, porque sabes que esto lo hago por tu bien- sabía que era cierto, y su amigo sabía que no diría que no ante tales argumentos, siempre lograba convencerlo. Ahora pensándolo bien, esa escritora amargada había sido la causante de tanto revuelo, sin ni siquiera conocerla, ya comenzaba a odiarla.

"Vieja santurrona"

-Bien, me dirigiré directamente a la casa, no te preocupes, lo hare- colgó antes que las advertencias se escucharan. "Qué más da, directo a la casa".

Y aun más sorprendente para él, hizo exactamente lo que su amigo le dijo, después de todo, debía mantenerlo junto a el, y la peor forma de hacerlo, era haciéndolo enojar. Así que dejaría las cosas en paz, ya tendría tiempo para divertirse, aparte quien decía que no podría divertirse en su casa, o hasta llegada la media noche poder dormir, como desde hace mucho no lo hacía.

Las solitarias calles de la ciudad, hacían de su viaje más placentero, continuo con la velocidad normal, después de todo no tenia urgencias de llegar a su hogar.

Se detuvo ante el semáforo en rojo, y esperando cambio la estación de radio, con la mirada en frente diviso en contra esquina como un carro Mini Cooper emprendía paso enfrente. Y dentro del carro, un par de gemas resplandecieron por la ventana.

Un par de jades.

Se mantuvo quieto, siguiendo con la mirada a la dueña de ese par de ojos, sentía que difícilmente podía respirar. Se movió hacia el frente, golpeándose contra el volante, y desvió su cara al vehículo que salió de su lado izquierdo, pasándose el alto. Lo demás fue tan lento, que pudo ver el horror en esos jades.

Observando como una camioneta arremetía contra el carro, perdiéndose el brillo de esos ojos.


(Minutos antes)

Aun después de lo cansada que estaba, llegar a casa realmente no se le antojaba, pero que mas daba. Desde hace mas de dos años, que no asistía a un bar para divertirse, o a un lugar para quitarse el estrés, desde aquel acontecimiento, su vida había dado un total giro.

"Cosas que te cambian para siempre"

Pensando en la pequeña exageración cometida contra ese famoso chico, tal vez debería disculparse, después de todo no lo conocía de verdad, y un libro no podía juzgarse por su portada.

"Que frase tan conveniente".

Aceptaba su error, pero ahorita lo único en lo que podía pensar era en su cama.

El semáforo se alumbro en verde, y siguió su camino sin acelerar demasiado, no había prisa. Volteo observando a ambos lados, pero unos ojos oscuros como la noche refulgieron del Ferrari detenido a su lado, contuvo la respiración, mientras intentaba concentrarse. Después todo fue tan de prisa, el impacto la hizo estremecerse y golpearse contra el respaldo del otro asiento. Todo perdía brillo, pronto todo acabaría.

"Que buena forma de morir".

El dolor se agudizaba de a momentos, y ligeros murmullos se escuchaban.

Intento mantenerse despierta pero no lo logro. Viendo hacia su lado, sintió la presencia de un hombre que la sujetaba y murmuraba ciertas cosas, intento sujetarle la mano, pero el esfuerzo la venció.

Solo murmuro un gracias antes de caer rendida.

Y todo se oscureció.


Bien el final de esta pequeña introducción, espero les haya gustado, nos leemos en la próxima (:

Reviews? No hacen daño eh!