Capítulo 4. ¿Un nuevo comienzo?


Sirius se encontraba de pie, reclinado contra la puerta de su habitación y la de Hermione, observándola alistarse para su cita con Madame Pomfrey. Eran finales de febrero y a sus ocho meses que Hermione tenía, ante los ojos de Sirius, jamás había lucido tan hermosa. Su sonrisa era continuamente contagiosa y traía consigo ese brillo que sólo las mujeres embarazadas podían lograr.

Hermione volteó desde su lugar en el sofá y le envió a Sirius una cálida sonrisa.

—Vamos a llegar tarde —él le señaló. —Ya sabes cómo se pone Poppy cuando llegamos tarde.

Hermione sonrió. —Sí, ella tiende a echarte la culpa.

Sirius se acercó a Hermione con una expresión pensativa. —Que extraño, eso.

—Tal vez sea porque generalmente es por tu culpa.

—Ey, eso no fue mi culpa —dijo Sirius, defendiéndose. —¿Cómo se suponía que yo supiera qué era esa...cosa que tu madre envió?

Hermione no se molestó por ocultar su sonrisa, recordando que Sirius casi se rompe el cuello cayendo de cabeza sobre la carriola muggle que Anne Granger les había dado, antes de que prendiera el indefenso objeto-con-ruedas-dispuesto-a-matarlo en llamas.

Sirius se sonrojó, algo poco Sirius-tico, por un instante. —Eso fue un accidente, mi varita simplemente reaccionó a mi sufrimiento.

Hermione sonrió. —Oh, sí, más bien como accidentalmente-a-propósito.

Sirius ignoró el último comentario y continuó. —En ésta ocasión no puede culparme; Yo ya estaba listo desde hace diez minutos, a diferencia de otras personas.

—Sí, pero no ayudaste a otras personas a ponerse de pie, ¿cierto?

La sonrisa de Sirius se desvaneció y miró burlonamente a Hermione. —Eso es tan vil.

Hermione siguió sonriendo y extendió sus manos. —Bueno, ¿vas a ayudarme a pararme o no?

Sirius suspiró a regañadientes. —Supongo que no me queda de otra.

Hermione se rió como Sirius la levantaba para ponerla de pie. —Oh mi maltratado, Bugs.

Sirius sonrió y le plantó a Hermione un beso en la nariz, antes de tomar su mano y llevarla fuera de la habitación.


Mientras que Sirius y Hermione deambulaban entre los grupos de estudiantes disfrutando el fin de semana, Hermione escuchó a alguien llamarla por su nombre.

Al darse la vuelta, todo lo que Hermione vio fue a Snape y a un grupo de Hufflepuffs de primer año, que ninguno de los cuales se referirían a ella por su nombre de pila.

Snape se acercó y se paró junto a la pareja. —¿Podemos hablar, si es posible?

Hermione, quien se encontraba actualmente en estado de shock, no respondió "quién eres y qué has hecho con Snape" como pensó, mientras observaba con curiosidad al profesor de Pociones.

Ella le lanzó una mirada a Sirius, quien tenía una pequeña sonrisa en el rostro, plantándole un beso en su sien, él dio un paso atrás. —Te veré en la enfermería.

Hermione se quedó mirando a su espalda alejándose antes de darse la vuelta hacia Snape, quien justo acababa de despachar a los de primer año al lanzarles una mirada en su dirección general.

—¿Severus? —preguntó Hermione, finalmente recuperando su voz, un poco preocupada por la incertidumbre que podía notar en los ojos oscuros frente a ella.

—Gracias.

Hermione arqueó una ceja y sintió una sonrisa posarse en sus labios. —¿Por?

Snape miró hacia abajo a la panza muy embarazada de Hermione antes de reunirse de nuevo con sus ojos color chocolate.

—Por arriesgar tu vida, entre otras cosas, para ayudarme —respondió él, como si debería haber sido la cosa más obvia del mundo.

Hermione, una vez más, se quedó estupefactamente sin palabras. —De... de nada Severus, pero ¿por qué el cambio de actitud?

Snape sonrió burlonamente. —Sólo digamos que tu esposo hace todo lo posible por tu bienestar general.

—¿Qué fue lo que hizo? —preguntó Hermione, sospechando de las acciones de Sirius.

—Simplemente me mostró algo que yo necesitaba ver. Ya, suficiente con esta pequeña charla, los estudiantes comenzarán a pensar que me he vuelto blando —Snape asintió con la cabeza a modo despedida y se alejó por el pasillo en una ola de túnicas negras.


—¿Jade?

—¿Sarah?

—¿Annalise?

—¿Claire?

—¿Dominique?

—¿Madison?

Los ojos de Hermione se iluminaron ante la sugerencia de Remus.

—¿De qué se trata eso de que sean todos nombres de niña? —se quejó Sirius. —No sabemos con certeza lo que vamos a tener —señaló él.

—¿Troy?

Hermione y Sirius se miraron el uno al otro y negaron con la cabeza, y Ginny lució un poco decepcionada.

Ellos se encontraban rodeados de amigos y familia, a los que habían invitado a cenar y ahora estaban en la parte del 'juego de ponerle nombre' de la noche.

—Elizabeth, siempre me ha gustado —sugirió Sirius.

Hermione sonrió. —Pensé que estabas seguro de que tendríamos niño.

Sirius sonrió. —No hace daño ver todas las posibilidades.

—¿Qué les parece Eleanor? —recomendó Remus desde el sofá, ganándose otra mirada calificativa de Hermione.

—¡Lunático! ¡Nombres de niño!

Remus le reviró la mirada a su amigo. —¿Qué tal James, entonces? —preguntó él, tranquilamente.

—Bueno, um, realmente aún no lo hemos discutido —dijo Sirius, mirando con incertidumbre hacia Hermione y luego a Harry.

Harry sonrió. —Me gusta James, pero si tú usas James, me toca Lily.

Sirius arqueó las cejas y miró entre su ahijado y Ginny, quien en ese momento tenía un tono similar al cabello de ella.

—No va a ser niño —señaló Hermione, descansando cómodamente en su mecedora, con sus manos reposando suavemente sobre su panza.

—Eso es lo que tú piensas —replicó Sirius.

—Eso es lo que sé.

—Será niño —dijo Sirius, obstinadamente.

—Por mi parte, creo que serías estupendo con una hija, Sirius —dice Tonks, desde el otro extremo de la habitación, con Remus asintiendo con la cabeza, concordando.

Sirius observó a Harry y a Ginny, Ginny asintió, pero Harry sólo se encogió de hombros y sonrió. —Creo que ambos serán estupendos padres sin importar si es niño o niña.

Sirius asintió y le sonrió a su esposa.

—Además —continuó Harry. —Siempre hay la salvedad de que sean gemelos.

Hermione palideció ligeramente y Sirius se puso blanco, mandando a la habitación a un ataque de risa.


Más tarde en la noche, Hermione observó a Remus y Tonks marcharse antes de regresar a la habitación y sonreír ante la escena que la recibía. Sirius se había quedado dormido en el escritorio, rodeado de libros de bebés, con su cabeza descansando suavemente sobre su antebrazo.

Hermione se paró a su lado y recogió algunos de los libros.

'Guía de magos para la paternidad'

'Guía práctica para magos criando brujas'

'El gran libro de nombres mágicos'

Sonriendo, Hermione le dio un pequeño beso a Sirius en el costado de su cabeza antes de dirigirse a su habitación, sin querer perturbar su descanso mientras que ella se preparaba para la cama.

Al entrar a su amplio baño y cerrar la puerta tras ella, Hermione sintió que un dolor cegador la golpeaba, y gritó antes de agarrarse del lavabo para estabilizarse.


Después de darle las buenas noches a Ginny, Harry se dirigió de regreso a los aposentos de Sirius y Hermione para regresar a su casa vía polvos floo. Al entrar silenciosamente a la habitación sonrió con regodeo al ver la forma de dormir de Sirius, al no ver a Hermione por ninguna parte, él se acercó para despertar suavemente a su Padrino.

Sin embargo, antes de que Harry lo alcanzara, Sirius se irguió de golpe, con sus suaves ojos grises abiertos y alerta.

—¿Sirius? —preguntó Harry, tentativamente.

—¿Hermione? —preguntó Sirius, mirando a su alrededor antes de pararse y correr dentro de su habitación, con su túnica negra ondeando tras de él.

Harry, cada segundo más preocupado, lo siguió.

—¡Hermione! —repitió Sirius, llamando a su esposa.

Un grito ahogado proveniente del baño hizo que ambos hombres de cabello negro salieran disparados.


Disclaimer: Ésta es una traducción al español, oficial y autorizada
por MoonyNZ de su fanfiction "This Left feels Right", mayor información en perfil.