Ni la historia ni los personajes me pertenecen.
Los personajes son de J.K. Rowling y la historia le pertenece a Hitto que me permitió hacer una adaptación.
ADVERTENCIA: Contenido sexual muy explícito.
Hermione era una linda estudiante de secundaria. Aplicada, cariñosa, algo cambiante en sus emociones. Podría pasar como una típica y común alumna de la secundaria Hogwarts, pero no para todos, para algunos ella era mucho más que eso.
Era de día en el colegio, Hermione mordía su lápiz a la espera del Profesor Draco Malfoy, quien tenía la capacidad de sacarte el aire con solo una sonrisa.
El Profesor Draco Malfoy era un maestro nuevo, recién había ingresado un mes atrás.
Hermione sentía cierta atracción por él, ¿y quién no? era un joven y apuesto profesor; claro que Hermione sentía una mayor a tracción por algunos de sus compañeros: Harry Potter le quitaba el aliento con su tranquila personalidad, y Ron, el pelirrojo fastidioso se le hacía… tierno, y eso era algo que le atraía también. Ella pensaba que ninguno le prestaba verdadera atención, cuán equivocada estaba…
—Tendrán una semana para realizar el trabajo— dijo el Profesor Draco Malfoy — además de la investigación escrita deben presentar un video, documentando la forma en la que realizaron el trabajo. Los pondré en grupos de tres, así que espero trabajen bien— añadió levantando la lista con los grupos que había conformado — Luna, Neville y Seamus, son el grupo uno; Colin, Dean y Hannah son el grupo dos; Ron, Harry y Hermione son el grupo tres…
Mientras continuaba dictando los grupos Hermione brincó en su asiento entusiasmada, le había tocado con los chicos más lindos del salón ¿podía ser mejor?
—Mañana trabajaremos aquí, Ron traes la cámara y nos quedamos después de clases— avisó Harry, de un momento al otro tomó el liderazgo del grupo, aunque ninguno de sus compañeros protestó.
Al día siguiente Hermione esperaba ansiosa el término de la clase. Cuando todo se fueron los tres permanecieron en el salón.
—Traje un libro que nos servirá y mi laptop— dijo Hermione muy entusiasmada por empezar.
—Ron pon la cámara y cierra la puerta— dijo Harry, ignorando por completo a la joven de cabello marrón.
El pelirrojo hizo caso de inmediato. Puso la videocámara en un trípode apuntando al escritorio del maestro y trancó la puerta con llave.
Hermione miró algo extrañada esa acción.
— ¿Por qué la cámara está ahí?— les preguntó
—Porque es ahí donde trabajaremos— dijo Harry con una sensual sonrisa, extendiéndole la mano a su compañera para que se levantase.
Los dos chicos llevaron a Hermione hacia la mensa y la levantaron para que se sientase sobre el escritorio.
— ¿Qué pasa? ¿Qué hay de los libros?— preguntó sin entender nada.
Fue callada por un beso de Ron. Mantuvo su expresión de sorpresa al sentirlo besarla y meter su lengua de una forma sensual y atrevida.
—No la acapares— protestó Harry molesto haciéndolo a un lado.
Antes de que Hermione pueda decir nada Harry la besaba de la misma forma. Ella no entendía nada, ¿por qué la besaban de pronto? ¿Qué tenían planeado? Lo cierto era que le encantaba, no sabía quién besaba mejor, pero de un momento a otro se encontró intercalando besos con ambos, intercambiando saliva de una forma apasionada.
Cuando los tres respiraban agitadamente Harry comenzó a besar el cuello de la chica.
—Esperen ¿Por qué…?— intentó decir Hermione entre los gemidos que ambos chicos le sacaban.
—No creíste que trabajaríamos en serio ¿verdad? ¿O que nos tocó juntos por coincidencia?— le susurró Harry al oído.
—Hermione ¿eres virgen?— preguntó Ron mientras metía sus manos por debajo de la blusa del uniforme.
Ella se ruborizó ante la pregunta y no se animaba a contestar.
—Ron te hizo una pregunta, contesta— dijo Harry con tono autoritario mientras ambos chicos desabotonaban la camisa de ella.
—Sí, lo soy— afirmó avergonzada.
Ambos chicos sonrieron con lujuria y continuaron acariciándola. Ron pasaba las manos por las piernas de la joven, llegando por debajo de su corta falda de uniforme.
Harry acariciaba su vientre y subía suavemente hasta sus pechos, los cuales estaban cubiertos por un sujetador rosa.
Hermione sentía sus mejillas arder, sabía a donde iban todas esas caricia, Ron y Harry le harían el amor ¡ambos! Intento reaccionar ante ese pensamiento y recordó que el video cámara estaba filmando.
— ¡Esperen! ¡No soy una cualquiera!— gritó intentando levantarse, pero ambos la sujetaron con fuerza.
—Pues ya eres nuestra Hermione, de acá no nos vamos hasta que dejes de ser virgen— dijo Harry mientras metía su mano por debajo del sujetador rosa y le pellizcaba uno de sus pezones.
Hermione lanzó un gemido involuntario y Ron se emocionó.
— ¡Yo también!— dijo como un niño pequeño y metió la mano por debajo del sujetador y acarició el pecho izquierdo de la chica.
Hermione gemía suavemente al sentir ambas manos tomando posesión de sus senos. Se excitaba más y más y sabía que no podría parar.
Ambos chicos la soltaron. Harry se subió al escritorio y se arrodilló detrás de ella. Subió el sujetador, dejando expuestos los rosáceos pezones de Hermione.
Ron se arrodilló frente a ella y le levantó la falda. Hermione cruzó las piernas e intentó bajarla la falda, pero Harry le sostuvo los brazos.
—Ya estás mojada Hermione— Ron tocó su entre pierna sobre la ropa interior y Hermione sintió vergüenza y placer al mismo tiempo.
Harry soltó una de sus sonrisas de medio lado. La tomó del mentó y la besó, recorría con su lengua cada rincón de la boca de la muchacha y con las manos apretaba sus pechos.
Ron le abrió las piernas y la acarició en su entrepierna un poco más, para luego besarla en ese privado lugar, logrando que las húmedas braguitas se mojen todavía más.
Hermione se excitaba cada vez más con las caricias, sentía que su intimidad palpitaba. Después de unos minutos Ron se levantó y Harry dejó de besarla. Ella respiraba agitada, totalmente acalorada.
Ron tomó el video cámara y Harry bajó a Hermione del escritorio, como si supieran exactamente qué hacer.
—Arrodíllate—, le ordenó a Hermione.
Ella obedeció, se puso de rodillas y Harry le separó las piernas. Sin previo aviso le bajó las bragas hasta las rodillas. Hermione sintió una terrible vergüenza, más cuando le levantó la falda y Ron hizo un acercamiento a ese íntimo lugar.
La chica intentó levantarse y el pelinegro la sostuvo con fuerza.
—No escapes— dijo quitándose la corbata del uniforme. Ron dejó la cámara a un lado y lo ayudo a atar las manos de la chica en su espalda, dejándola totalmente a su merced.
Mientras Ron filmaba de nuevo, Harry, sin ninguna clase de decoro, comenzó a acariciarle la entre pierna. Hermione gemía fuertemente.
—Ahgg Harry… — gesticulaba mientras él acariciaba su vagina, introducía sus dedos, sólo un poco para humedecerlos. Luego se los llevó a la boca, saboreando la humedad de la chica.
Después de chuparlos bien, volvió a repetir la acción, jugó con la entrepierna y el clítoris de Hermione, metiendo la punta de los dedos y sacándolos totalmente mojados.
—Chupa— le ordenó aproximando los dedos al rostro de la sonrojada chica.
Ella volteó la cara, no quería probar sus propios líquidos, pero él la forzó a abrir la boca. Mientras le metía los dedos en la boca usó la otra mano para seguir masturbándola. Poco a poco ella disfrutaba más, pasaba la lengua por los de dos de Harry y disfrutaba de la sensación en su entrepierna.
Ron se relamía mientras filmaba el rostro de la joven y luego bajaba y hacía un acercamiento de lo que ocurría debajo de la falda.
La erección de ambos chicos ya era grande, sus miembros reclamaban atención. Ron devolvió la cámara a su lugar y bajó el cierre de su pantalón, metió la mano y liberó su gran miembro, el cual Hermione miró con sorpresa.
—Dale una mejor utilidad a tu lengua— le dijo aproximando su pene al rostro de ella. Harry le quitó los dedos de la boca y dejó que Ron le introdujera su erecta masculinidad.
Hermione ya estaba tan presa de la pasión que dejaba que ellos le hiciesen lo que quisieran, siempre y cuando Harry no dejase de masturbarla de esa deliciosa forma, ella haría lo que fuera.
Inexpertamente lamió el miembro. Ron, impaciente como siempre, no espero más y la jaló del cabello, haciendo que Hermione meta en su boca casi todo su pene.
—Eso es Hermione, saboréalo, succiona y mueve la lengua— le indicó el pelirrojo, comenzando a gemir por la excelente sensación.
Hermione apenas se dio cuenta cuando un sonido indicó que alguien abría la puerta. Abrió los ojos y se encontró con la sorpresiva mirada del Profesor Draco Malfoy.
No puedo más que sentirse aterrada y extremadamente avergonzada. Ahí estaba ella, con la camisa abierta, el sujetador arriba de sus senos, sus bragas en las rodillas, Harry metiéndole mano en la entrepierna y ella chupándole el miembro a Ron.
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