Lo cobijan las plumas

Ella veía que él seguía acostado en aquella cama, su cuerpo estaba relajado y en paz, ajeno a todo lo que sucedía alrededor, y con los ojos humedecidos, le dirigió la palabra por última vez:

—Ya no lo soporto, yo lo siento, pero ya no puedo estar contigo.

Cherilee dejo a su lado el anillo de peridoto cuya gema simulaba ser una manzana verde y comenzó a llorar mientras salía galopando de la habitación…

Big Mac cayó de la cama y dio contra el suelo, se incorporo bruscamente mientras realizaba grandes exhalaciones para recuperar el aire. Rápidamente giro su cabeza hacia la cama, y vio a su pareja que apenas se levantaba por el ruido, sus ojos no podían apartarse de aquel cuero color fucsia, la cual se hallaba rodeada de plumas, que por la luz del amanecer le daban un color azulado como a toda la habitación.

— ¿Rompimos de nuevo las almohadas?—pensó Big Mac.

— ¿Estás bien amor? —le pregunto ella preocupada.

—Eeyup—dijo agitado Big Mac—una pesadilla.

—Eso es raro.

— ¿Por qué lo dices? —pregunto curioso.

—Uhm…pues…desde que dormimos juntos, jamás te he visto así—respondió mientras se le ruborizaban las mejillas— ¿Pero qué viste?

—No lo recuerdo bien—dijo Big Mac poniéndose los cascos en la cara para reaccionar—pero se sentía muy vivido, paso algo terrible, creí verte llorando y después…

La poni rápidamente le envolvió en sus cascos y lo reconforto con un beso en la mejilla, y susurrándole en la mejilla:

—Está bien, está bien...Estaré contigo para siempre.

Con ese gesto, al potro se relajo, y la pareja siguió la rutina de asearse, y preparase para recibir el día, mientras ella preparaba papeles para su trabajo, Big Mac preparaba el desayuno, y sintiéndose de humor, preparo unos pastelillos, usando puré de manzana como sustituto de huevo. Casi como ritual, se quitaba su cadena en la cual se hallaba su anillo de compromiso, lo ponía en la mesa, y luego empezaba a cocinar, se sorprendió de que últimamente no le tomase nada de tiempo, y cuando menos lo esperaba ya estaba en la mesa comiendo.

—Me andas descuidando mucho—le dijo ella dando una gran bocanada al pastelillo.

—Bueno, entonces me beberé yo solo el primer barril de sidra de la temporada.

—Que malo eres—le dijo ella riendo reglándole una mirada traviesa.

— Eeyup—dijo Big Mac que rápidamente la tomo entre sus patas, le planto beso en la mejilla, y el potro solo deseando estar con ella así para siempre, y que nunca acabara la escena.

—Cariño, creo que se nos hace tarde, y debo darme prisa, las princesas irán de vista a ver las remodelaciones de la escuela.

— ¿Irán acaso todas las princesas?—pregunto apenado Big Mac.

—Pues, si—dijo extrañada— ¿Por qué preguntas

—Es que no he visto a las princesas desde hace tiempo, y quise saludarlas—mintió Big Mac, y hasta su acompañante sabia eso, puesto que nunca frecuentaba a las princesas en primer lugar a excepción de Twilight pero solo porque vivía en Ponyville, pero esta no era la razón por la que realizo la pregunta, quería hablar con cierta poni de la realeza y ver si se hallaba bien, después del choque que tuvo ella con él.

—Pues no sé si vallan todas…

—Ah—irrumpió Big Mac.

Después de eso Big Mac se dispuso a lavar los trastes, y continuar su rutina de ayudar en la granja Apple, pese a que ya no vivía en esa casa, siempre estaría dispuesto a ayudar a la familia. En la casa, ahora Applejack se ocupaba de las que eran sus tareas y Applebloom de las que hacia su hermana, e inclusive su abuela echaba un casco a la casa, cosa que le sorprendía al potro, pues lejos de envejecer, ella permanecía sin ningún cambio, e incluso su cadera parecía mejorar. La misma abuela Smith lo atribuía a la felicidad de ver a su nieto a punto de comprometerse con una yegua, y en broma le dijo que recuperaría el color de cabello y perdería las arrugas si este le daba bisnietos. Esa idea siempre lo ruborizaba, y no se sentía listo para el asunto, pero después de estar tanto tiempo con Cherilee se preguntaba porque nunca ocurría, pero abandono la idea de inmediato al llegar a la granja, solo de entrada veía como las manzanas eran más grandes de lo acostumbrado.

—Ese fertilizante que me regalo Twilight ha hecho milagros—dijo Applejack que pareció leerle la mente a su hermano— ¿Todo bien para el señor Apple?

—Eeyup—replico su hermano ruborizado.

Luego vio a su hermana más pequeña saludando y mostrándole con orgullo su marca, como todo Apple tardo en conseguirla pero al final fue feliz con el talento que le toco. El potro pensó en el porvenir y pensó que vería algunos familiares más en la granja, todos de visita para el gran día de Big Mac. La boda seria en la granja, y la que los uniría seria ni mas, ni menos que la Princesa Twilight, sería una boda sencilla y solo con familia, tal como el quería, aunque tuvo la oportunidad de que todo fuese distinto, de casarse en Canterlot e incluso la oportunidad de que fuera la misma Princesa Celestia la que la uniera con otra poni.

— ¿Qué es lo que te perturba? —pregunto Smith, interrumpiendo los hubiera de Big Mac.

—Oh, pues la boda, abuela Smith—respondió con cierta sorpresa Big Mac, pues su abuela se apareció de repente.

—Oh, cálmate, ese será tu gran día, cuando menos lo espere estarás en el altar diciendo tu votos, lo cual ya tardo por alguna razón—dijo ella rascándose la barbilla.

— ¿Y eso?—dijo Big Mac mostrando sorpresa y confusión por el comentario de la Abuela Smith.

—Pues que siento que ya deberías haberte casado, pues se me acaba el tiempo muchacho

—No diga eso, eso no es verdad

—Tienes razón, ya no tengo tiempo, pero vamos, no pongas cara larga, disfruta el tiempo que dispones—dijo de forma risueña y dándole una fuerte palmada en la espalda a manera de que se avispara.

Big Mac se preocupaba día a día de su abuela, pues mientras mostraba señales de que su físico mejoraba de forma milagrosa, casi hasta el punto de que realmente parecía rejuvenecer, era su mente la que parecía fuera de lugar. Si bien, la abuela podía confundirse, narrar historias excéntricas y exclamar cierto delirio de vez en cuando, no solía realizar comentarios incómodos y crípticos, incluso llegaba un momento en que sonaba fatalista y ominosa, y estos se volvían cada vez más frecuentes. Pero igual consideraba la edad de su abuela, tal vez ella quería apresurar las cosas porque realmente sentía… Big Mac interrumpió el pensamiento, no quiso desarrollar esa funesta idea y se puso a trabajar arduamente en la granja.

Después de un larga jornada, el potro se despidió de su familia, estos lo invitaban a partir el pan con ellos y servía también para tenerlo entre ellos por un momento más, pero el negó la invitación, y en cambio invito a estos compartir a cenar a la casa de su amante, pero estos se negaron, pues no querían causarle inconvenientes, además que a Apple Bloom se le hacía incomodo cenar en la casa de su maestra, que tal si le pedía la tarea en medio del postre o le ponía realizar una tarea extra demás. Por suerte para ella, la modestia de la familia evito la cena, al menos de momento, pues se prometieron compartir la mesa algún día de estos.

El gran potro tenia la vida de sus sueños, no podía pedirse algo mejor, quizás sí, el ser una princesa…príncipe, deseaba tener alas y un cuerno mágico, de nuevo Big Mac pensó en los hubieras, por increíble que parezca se le ofreció esta oportunidad una vez, y eso sin ser estudiante o practicar magia, tendría la habilidad de surcar los aires y manipular los elementos, y lo única que tenía que hacer era cambiar los deseos de su corazón y dirigirlos a otra poni.

Sin darse cuenta, figuro que ya estaba en la escuela de su amada y vio a alagunas princesas mirando con detalle las ampliaciones, pues aun siendo de la realeza, la educación era un asunto serio, aun en un sitio pequeño como aquella villa. Las Princesas y Spike fijaron su mirada a Big Mac y este después presento sus respetos a las princesas que se hallaban ahí, a Twilight aun le incomodaba que le tratasen de esa forma. Y luego Celestia se despidió para lidiar con otros asuntos dejando al poni con Cadance, Twilight y su acompañante dragón.

— ¿Listo para el gran día? —pregunto Twilight guiñándole el ojo.

—Felicidades de antemano por hallar a tu poni especial—dijo Cadance alegrada por la unión de dos almas.

Big Mac asintió como suele hacerlo y con cierto orgullo en su voz.

—Realmente me siento honrada que me pidieras a mí que los uniera—dijo Twilight entusiasmada—realmente no sé qué decir al respecto, es la primera vez como princesa que se me pide hacer algo como esto, y no te decepcionare, he leído todo al respecto de bodas en libros y ya tengo cierta experiencia gracias a la boda de mi hermano.

— ¡Incluso leímos el de las despedidas de solteros!—dijo Spike conmocionado— ¡Eso es lo que significaba todo este tiempo!

Twilight giro su cabeza a manera de vergüenza y gracia al escuchar a su amigo hablando de ese asunto, mientras Cadance se ruborizaba por el comentario y Big Mac se sentía incomodo por la mención del asunto.

— ¿Realmente quieres una despedida de soltero?—pregunto preocupado Spike—No conozco a yeguas que…

—Spike—irrumpió apenado Big Mac—no será necesario, solo quiero una boda sencilla.

— ¿Estas seguro? —insistió el dragón—no tendrás tanta libertad una vez que te cases.

— ¡Spike! —le regañaron las princesas.

— ¡Está bien!—dijo el gran poni para la sorpresa de ambos—pero una pequeña fiesta y será todo, nada salvaje o atrevido.

— ¡Muy bien!—dijo Spike—hablare con Pinkie para organizar una fiesta.

Twilight y Spike se despidieron de su amigo y se dirigieron a casa de Pinkie, pero antes de que Cadance partiera el potro de tierra le llamo la atención por un momento.

—Disculpe Princesa Cadance—dijo Big Mac con cierta humildad y con un nudo en la garganta— ¿Ella estuvo aquí?

—¿A quién te refieres? —pregunto Cadance confundida, pero al ver la mirada triste del potro supo de inmediato a quien se refería—Vino y se fue temprano, pero podría llamarla para que ustedes dos hablen.

—Oh, muchas gracias, Princesa, pero no hace falta—dijo Big Mac.

La Princesa no estuvo de acuerdo con lo que dijo, pero pese a que ella tenía protestad sobre el deseo de los ponis, ella no podía intervenir en esta ocasión pues el asunto lidiaba con el amor no correspondido. Ambos se despidieron de forma agria y cada uno partió en su camino.

Big Mac camino por un rato y llego al pequeño puente de la villa el cual era bañado bajo la luz de la luna, recordaba que fue en este sitio donde decidió concluir su romance que nunca fue. Pensaba en todas cosas que ocurrieron en aquel reino de ensueño, reflexionando sobre el pasado o algo parecido a ello, y los simulacros de las andanzas que tuvo con ella, esta manera de pensar quizás suene rara, pero es que en realidad, nada de lo que hizo con ella en realidad pasó, y al despertar se le iban de la cabeza las cosas que hacía con ella y si lograba retenerlos en su mente, se le esfumaban durante el transcurso del día. Big Mac, hablo con su familia al respecto, y le decía sobre algunas de las andanzas que tuvo con aquella princesa, pero lo tiraban de a loco o le decían que en realidad no era ella, sino una fantasía suya. El potro ya no quiso de pensar en ello, y deicidio distraerse con el paisaje.

Big Mac se quedo mirando el agua bajo el puente y vio al gran orbe plateado reflejado en ella, y pensó de nuevo en ella, y a la mente le vino la última conversación que tuvo con ella:

— ¡Porque me haces esto! —le dijo suplicante la Princesa.

—Pero Luna, yo solo soy un simple granjero.

— ¡Esa es tu excusa! —le dijo enfada Luna con lagrimas en los ojos—A mis ojos y en tus sueños eres mi Príncipe y de corazón más noble que cualquier monarca que he conocido.

—Pero solo en sueños soy alguien así—dijo apenado Big Mac

—No importa qué clase de poni seas, te sigo que amando con todo mí ser.

—En la vida real nunca estaré a la altura, soy mero potro de tierra, y no un alicornio como su majestad

— ¿Y ese es el problema?—dijo enfada Luna— ¿No quieres seguir conmigo por eso? Twilight pudo volverse alicornio con esfuerzo, pero si lo deseas, entregaría parte de mi poder para que te vuelvas alicornio.

—No hagas eso por mí.

— ¡Entonces dime porque!—dijo con lagrimas la Princesa Luna— ¡No me vengas con mas rodeos por favor!

—Mi corazón le pertenece a otra.

— ¡Que!—le dijo enfadada— ¿Nada de lo que hicimos significo algo para ti?

—Princesa Luna, en mis sueños no actuó como debería, en ese reino soy elocuente y sin inhibiciones, pero solo es una idealización de lo que soy.

—Pero eres tú, solo que no muestras esa cara y amo tus dos caras, tanto el del mundo de la vigilia como en el del ensueños.

—Pero majestad, se que nosotros nos vemos en sueños y que tengo una vida contigo, pero solo lo recuerdo de manera vaga, pues al despertar no recuerdo nada.

— ¿Entonces nada de lo que hice fue importante?—le dijo en lagrimas.

—No es eso, pero no estaba consciente…

Pero la princesa ya no quiso escuchar mas, galopo al cielo nocturno derramando sus últimas lágrimas y dejando al potro gritando su nombre y pidiendo que volviera. Pero al final el potro la dejo ir, rompiendo su frágil corazón. Big Mac termino la remembranza y regreso a su hogar para encontrar el consuelo de aquella noche fatídica. Abrió las puertas de su hogar y encontró a su amada esperándolo en la mesa, ella le hablo de su día, pero Big Mac estaba indispuesto a compartir sus pensamientos y ambos se dispusieron a dormir.

En la obscuridad, Big Mac abrió los ojos al sentir algo cálido cerca de su cuerpo, abrió los ojos y figuro que era su amada que se encontraba besándole el cuello.

—Cherrie…

—Shhh, todo estará bien, se que algo te preocupa, pero te hare sentir mejor…

El gran potro jadeó de sorpresa ante las sensaciones que lo llenaban de dicha y Big Mac aprovechó para colar su lengua y explorar la boca de su amada. En ese momento sintió su cuerpo finalmente reaccionar, uno de sus cascos agarró con cierta delicadeza el cabello de su amada y acaricio con delicadeza hacia abajo, tornando el beso más fogoso y brusco.

Haciendo sus caderas hacia arriba, Big Mac sintió su virilidad restregarse y su amada comenzó a gemir sin parar cuando la lengua de Big Mac salió de su boca comenzó a recorrer su cuerpo con una gentileza que nunca podía haber esperado.

El tiempo pareció congelarse ante los poderosos cascos del poni de tierra que recorrían la línea de su rostro con reverencia y lentamente hacían su camino hacia abajo, por el cuello, su pecho, el vientre y finalmente la entrepierna, a lo que la yegua emitió gemido, a veces el potro sentía que el cuerpo de su amada crecía por el mero rose de sus labios.

—Big Mac—el nombre brotó de los labios de Cherieelee sin que pudiera evitarlo. El sonido había estado tan lleno de devoción y súplica que no hizo más que llenar al poni de tierra de un deseo insano de que le rogase una y otra vez.

Atacó el cuello de Cherilee con más brusquedad de la que venía utilizando, dejando fuertes marcas ante el paso de sus dientes. Cuando hubo terminado se tomó unos momentos para admirar a su anda y ver sus patas abiertas debajo de las suyas eran una enorme tentación, pero no se detuvo hasta que obtuvo cada detalle, deleitándose en el sonrojo que provocó tan cercana inspección, aquella vista hacia parecer a su amada de forma más grande de lo acostumbrado.

Después, Big Mac le puso su casco delantero derecho en su boca y la poni de tierra abrió su boca y los capturó, succionando de una manera tan lasciva y lujuriosa que definitivamente tenía que ser ilegal. Big Mac jadeó ante la vista y las sensaciones, comenzando a restregarse contra el muslo de su ahora amante en busca de alivio.

Cuando su casco estuvo lo suficientemente lubricado lo sacó de los labios y los dirigió a la entrada entre las piernas de su amada, la cual se sobresaltó. La lengua y uno de los cascos de Big Mac comenzaron a recorrer el cuerpo de la yegua para distraerla, acariciando cada sección de su pelaje que podía alcanzar y dejando marcas con su boca cada poco tiempo, pero ella no pudo distraerse con las administraciones y soltó un grito de dolor y placer, dejando las lágrimas caer por su rostro.

Big Mac fascinado y loco como estaba por ella, no la hizo esperar más. Despacio, sin dejar de mirar sus ojos fue enterrándose en él mientras sus cascos lo aferraban fuertemente. Estaba tan excitado que tuvo que obligarse a ir despacio para no lastimar a su ansiosa amante que, moviendo las caderas, lo instaba a entrar más de prisa. En eso la yegua gemía de placer al sentir que su interior comenzaba a contraerse, hasta que finalmente termino viniéndose.

En eso su querida se separo, pues se hallaba completamente exhausta, aunque técnicamente, su prometido había hecho casi todo el trabajo, pero Big Mac tuvo una remembranza extraña, que le hizo recuperar la chispa en su interior, recuperando la virilidad, se decía a sus adentros que tenía que descargar esta energía y complacer a su amante, al ver a Cherilee débil y sin fuerzas, el potro tomo la iniciativa.

El poni comenzó a embestir con fuerza una y otra vez sintiendo cómo se deslizaba cada vez más dentro de aquella caliente y deliciosa estrechez. A cada avance sus cuerpos encajaban perfectamente mientras ellos se comían las bocas mutuamente.

Big Mac, abrazado a ella, le enterraba los cascos en la cabellera gimiendo descontrolado dentro del beso, pidiéndole más; y Big Mac se deshacía en placer mordiéndole los labios y el cuello, suspirándole al oído. Cuando al fin la penetración fue completa dio comienzo el cadencioso vaivén entre ambos, y esos suspiros se volvieron gemidos delirantes que se mezclaban, se convulsionaron sin dejar de restregarse, arqueándose y enterrándose en el cuerpo del otro, queriendo desgarrar y abrazar al mismo tiempo, hasta que finalmente ya no distinguían que era arriba o abajo y ambos ponis habían alcanzando las estrellas provocado por el climax ajeno.

Para cuando ambos terminaron comenzaron a besarse de forma pausada y calmada como si no hubiera mañana, después se separaron jadeantes, y por momentos se quedaron con los ojos abiertos y con sus frente apoyadas la una a la otra y con sus ojo cerrados por el cansancio.

En eso, los ojos verdes se abrieron y una sonrisa absolutamente deslumbrante apareció en esa hermosa y delicada cara.

— ¿Te sientes mejor amor? —pregunto la yegua.

—Sí, gracias amor.

En eso Cherilee le prodigo un dulce beso y volvieron a dormir, no sin antes notar que se hallaba rodeado de plumas, "otras almohadas rota", pensó para sus adentros el poni de tierra, mientras comenzaba cerrar sus parpados.

Al despertar el porto despertó y noto que la cama estaba limpia y que las almohadas estaban acomodadas y como nuevas. Se cuestiono si aquella ardiente noche era un sueño o si realmente había ocurrido, pero también porque noto cosas que estaban fuera de lugar, pero no le dio importancia pues quizás lo olvidaría en el transcurso del día. Fijo su vista a otro lado y miro el anillo de compromiso que le daría a su prometida, y noto algo anormal al ver que la piedra que tenía incrustado el anillo tenía otro color, quizás era la luz, pero le daba un tono un poco ciano, y algo estaba mal en eso.

Fijo más su mirada y vio su imagen en el reflejo de aquel anillo…

…Y el anillo lo reflejaba a él, fijando más su mirada.

Tomo el anillo con sus cascos y miro fijamente y ya tenía el color correcto, era un peridoto, se dijo que era por la luz y prosiguió a continuar con su día, pero entonces se dio cuenta que no podía tener la rutina de siempre, hoy no era un día cualquiera, hoy era la boda. Se arreglo a prisa pues se dio cuenta que se le hacía tarde, luego fue a ver a su hermana para tener algo de apoyo moral, Big Mac al caminar se dio cuenta que el clima estaba con algo de brisa, se alegro porque le refrescaba del sudor que sentía por los nervios.

—Tranquilo hermano, todo saldrá bien—dijo Applejack mientras le acomodaba la corbata que tenia y comenzaban a humedecérsele los ojos a su hermano—la abuela Smith estaría tan orgullosa de ti.

Los hermanos se dieron un abrazo y la poni manzanera le dio ánimos a su hermano para proseguir en su compromiso. La boda se haría fuera del granero y todos los Apples estaban ahí, pero también estaba la familia de Cheerilee. Nadie se esperaba que al igual que los Apples la familia de la poni también fuera igual de numerosa, por lo que el sitio quedo apretado, lo cual provocaba calor, por suerte la brisa se transformaba en un fuerte viento, por lo que el bochorno del sitio se aminoraba.

Big Mac decidió ir a su cuarto para calmarse un poco y mirarse al espejo, pero para su sorpresa se sorprendió de ver a su prometida arreglándose el vestido.

—Lo siento cariño—dijo Big Mac.

—No, yo lo siento por entrar a tu cuarto sin permiso—dijo apenada Cheerilee—pero este era el único espejo grande.

—No importa, te ves hermosa en ese vestido—dijo fulminado Big Mac al ver lo afortunado que era por casarse con ella.

—Gracias, pero sabes que es de mala suerte que los prometidos se vean antes de la boda—dijo sonriente Cheerilee.

—No creo en esas cosas, y sé que tu tampoco—dijo Big Mac confiado acercándose a ella para tomarla en sus cascos—y aun de ser ciertas, no me impediría ver al amor de mi vida.

—Aun no amor—dijo ruborizándose Cherilee—nos casamos en unas horas.

—Yo no puedo esperar más—y al decir esto Big Mac le robo un beso.

—Espera amor, yo jamás he…

Pero su prometido le planto otro beso, y sonrió para sus adentros ante la idea de ser el primero para Cherilee, cosa que él nunca supo y no le importo, pero por alguna razón, sentía la idea excitante, y ante la cara que obtuvo cuando su casco entró por la entrepatas traseras de su prometida, estuvo seguro de que lo era.

Inconscientemente el potro de los cabellos dorados se lamió los labios en anticipación y antes de que Cheerilee pudiera comprender lo que estaba pasando, unos labios carnosos chocaron contra los suyos, y ambos cuerpos fueron empujados hacia atrás. Torpemente retrocedieron y sus patas traseras chocaron contra algo haciéndoles caer sobre la cama con un muy ansioso Big Mac sobre ella, luchando por poner los cascos sobre la yegua.

Sobra decir que siempre hay muchas ganas, pero siendo que ninguno de los dos tuvo experiencia previa, lejos del placer, lo único que consiguieron ambos fue trajes sudados, dolor en las entrepatas y un vestido manchado, que propicio a que Cheerilee acomodara su vestido a manera de que no se notara la mancha, pero al menos le sirvió a la pareja para desestrezarse.

Ocurrió la llamada para el evento principal y todos se ponían a sus puestos, luego de la ceremonia, era el tiempo de dar votos y luego que la pareja cruzaba miradas para la gran ocasión, el viento fuerte comenzó a volverse ventisca. Big Mac, alzo la mirada y vio que se comenzaban a formar remolinos moviendo todo el granero.

— ¡Todos, aléjense del granero!—ordeno Big Mac.

La boda parecía que iba a posponerse por un momento, la gran multitud de ponis chocaba una contra otra. En un momento fatídico Applebloom tropezó y cayó al suelo, la cosa empeoro cuando una de las paredes del granero se debilito, provocando que todo el granero fuera caer en una sola zona y Big Mac al ver que la más pequeña de su familia caída corrió a su auxilio, corrió a prisa empujando a familia y amigos para salvar a su pequeña hermana, no iba a llegar a tiempo para cargarla pero podía hacer algo al menos.

Corrió aun más a prisa y cargándola como si cargase a su peluche Fancy, la tomo en su cascos y la arrojo fuera de la zona de peligro pero a costa de que el potro recibiera todo el impacto.

— ¡Big Mac! —fue lo último que escucho el potro de los labios de su amada…

Ha pasado mucho tiempo, y la familia y amigos parecían perder la esperanza, no obstante, alguien en secreto parecía pagar las cuentas y cuidarlo cuando nadie miraba, el staff no sabia quien era, ni como le hacía, pero todos estaban agradecidos. Ese alguien entro en la habitación vacía, y vio el anillo a su lado, lo levito con magia y lo puso en la mesita. Ella siempre lo visitaba todas las noches, aun cuando todos perdieron la esperanza con él. Siempre cuidándolo, aun cuando este jamás le correspondería, ni aun en sueños. Ella sintió que algo perturba su paz, de nuevo los recuerdos se mezclaban con los sueños y decido arreglarlo haciendo brillar su cuerno de tono azulado y dándole un dulce beso la frente y susurrándole al oído:

—Está bien, está bien... Estaré contigo para siempre.

Mientras sin querer, se le caia un pluma azulada al lado de su amor no correspondido...


Ultima parte de la trilogia, espero que les halla gustado.