Capítulo 24.

No tenía tiempo, no tenía tiempo para esperar a que Adria contestara, no tenía tiempo para explicarle a Thomas porque lo estaba llamando al celular de Adria, porqué necesitaba que volviera por ella lo más pronto posible. No tenía tiempo para la explicación que seguramente exigiría Adria cuando Thomas le dijera que la pizza tendría que esperar. No tenía tiempo para esperar a que Thomas hiciera el intrincado camino de regreso a la casa de los Cullens para recogerla. No tenía tiempo para llamar un taxi o pedir un uber, no estaba siquiera segura de que tuviera cobertura tal lejos de la ciudad. No tenía tiempo para sopesar mucho sus opciones tampoco, en realidad solo tenía una, un chico de ojos verdes que la miraba intrigado desde la cocina, seguramente tratando de descifrar porque parecía de repente tan desesperada.

Entró a la cocina aun con el teléfono contra su oído, la llamada finalizada hace ya un minuto, que fue lo que tardó en decidirse en volver y enfrentar a su única opción.

" Te puedo pedir un favor?" preguntó Isabella, atropellando una palabra con otra, sintiendo como se empezaba a formar un nudo en su garganta.

" Claro, lo que necesites" contesto Edward, levantándose de su silla cuidadosamente, como si tuviese miedo de que un movimiento brusco la asustara.

"Necesito…" alcanzó a decir Isabella, pero de pronto sintió que le faltaba el aire. Tuvo que tomar una gran bocanada antes de continuar " Necesito que me lleves a mi casa, es una emergencia, si… si quieres te explico en el camino"

La castaña solo se atrevió a levantar de nuevo la mirada cuando termino la oración, justo a tiempo para ver cómo la expresión de Edward pasaba de confusión absoluta a una extraña forma de entendimiento. Era inútil tratar de entender ese cambio abrupto, ni él mismo lo entendía, pero algo en la actitud de la chica hizo que la imagen de la misma en el hospital hace unos días apareciera en su cabeza, haciéndole sentir la misma urgencia de ese día.

No hubo necesidad de mediar palabras hasta que se encontraron dentro del auto, Isabella aun aturdida por la forma en la que no solo había aceptado sin hacer preguntas sino que también parecía entender, solo pudo volver a hablar cuando cayó en cuenta que él en realidad no sabía donde vivía ella.

" Tardaremos unos 15 minutos en llegar" Dijo por fin Edward después de que le diera la dirección "Quieres que llame a Adria para que puedas hablar con Thomas?"

"Yo la llamo… " Contesto Isabella inquieta, fue hasta que encontró el número que captó lo que probablemente implicaba Edward al hacer la oferta, era posible que si le avisaba a Thomas, él alcanzara a llegar antes y sabía que cuanto antes, mejor.

Había sido estúpido de su parte asumir que se habían librado de ese terrible hombre. Era claro que no se iba a quedar de brazos cruzados y mucho menos cuando la denuncia que había realizado posterior al incidente pasado le había costado su trabajo. Si antes las torturaba por simple placer, ahora tenía otro "motivo" para hacer de su vida algo imposible.

El teléfono timbro cuatro veces antes de irse a buzón de mensajes. Era muy probable que Thomas pudiera llegar antes que ella si le avisaba a tiempo, así que volvió a marcar enseguida.

Cuando Bella volteo su mirada hacia la ventana, Edward se permitió robar un vistazo de la castaña. Bella mordía nerviosamente su labio inferior mientras escuchaba una vez más la grabación del buzón de Adria, su ceño fruncido se acentuó aún más y fue por poco que el cobrizo logró apartar la mirada de ella antes de que volviera a dirigirse a él. Pudo ver por el rabillo del ojo como abría la boca para decirle algo, solo para luego arrepentirse y volver a marcar.

Oh, cuánto daría él para poder hacer desaparecer esa angustia que parecía consumirla en ese momento, pero era algo que sabía no era posible, al menos no para él.

Al parecer fue la tercera la vencida y justo cuando se preparaba para escuchar una vez más la grabación, escucho...

" Bells! Ya pedimos, nos dicen que se demoran unos 20 minutos. Dios, al parecer en Forks la pizza no es una comida rápida. Además Thomas hizo su orden imposiblemente complicada, estoy segura que tardó 5 minutos listando ingredientes " Adria hablaba rápido y alegre, soltando todo en un solo respiro. A Bella se le dificulto entender más de la mitad de lo que había dicho, pero la verdad, le tenía sin cuidado.

" Adria, perdona ser tan tajante, pero me puedes pasar a Thom?" El tono sombrío de la castaña no daba espacio a cuestionamiento, Adria sólo acertó a pasar el teléfono como le habían pedido, con una mirada que borró la sonrisa que hasta ahora portaba el rubio en su hermoso rostro.

" Bella?" Contestó Thomas alejándose de Adria automáticamente, como si su cuerpo supiera que algo no andaba bien. "Todo bien?"

" No…" alcanzó a soltar Bella en un suspiro, pero no pudo continuar sin antes tomar dos bocanadas de aire " Renee me llamó, esta asustada, en casa, Phill volvió y lleva tal vez media hora tratando de entrar y y yo ya voy en camino pero no se cuanto demore en llegar y ella... "

Tuvo que detenerse para no perder la compostura, recordando que no estaba sola en el carro y que si empezaba a llorar en ese momento volvería la situación mucho más complicada.

"Ya mismo salgo para allá" Thom contestó casi en el preciso instante en que Bella dejo de hablar, sabiendo que seguramente él podría llegar " No creo que demore más de 10 minutos en llegar, no te preocupes, no va a pasarle nada malo a Renee"

Bella murmuró un gracias, sus nervios un poco apaciguados ahora que había podido comunicarse con Thomas y sabía que su madre no estaría a merced de ese monstruo por mucho más tiempo.

No fue necesario mediar más palabras, Thom susurro rápidamente un "todo va a estar bien" y cortó la comunicación, seguramente preparándose para explicarle a Adria porque la pizza iba a tener que esperar.

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Isabella nunca llegó a explicarle a Edward que sucedía. Cuando Thomas colgó apenas le dirigió una pequeña sonrisa antes de marcar rápidamente el número de su madre, queriendo asegurarse que seguía a salvo en su cuarto. Parte de ella sabía que seguramente Edward ya se había hecho una y buena idea sobre lo que pasaba, después de todo la había visto en el hospital y no era muy difícil relacionar ambos sucesos. Eso no le quitaba el sentimiento de que le debía una explicación… o tal vez era más que quería darle una explicación por alguna extraña razón, después de todo ya no parecía tener sentido ocultarle algo y en realidad no es que quisiera hacerlo, pero ahora había asuntos mucho más importantes que atender y entre ellos estaba volver a marcarle a su madre que no le contestaba.

Edward por su parte hacía un esfuerzo sobrehumano para mantener su mirada fija en el camino, sintiendo como todo su cuerpo reaccionaba a cada movimiento o ruido que emitía Isabella. Su mente trabaja a mil por hora, captando cualquier trozo de información que la chica dejaba escapar y que le permitía construir su pequeño rompecabezas mental. Era tristemente evidente la situación en la que se encontraba la castaña y su madre y no podía evitar sentir una ira inmensa. Ira que crecía mientras recordaba la imagen del hospital, viendo una y otra vez a Isabella cubierta en sangre y solo pudiendo imaginar cómo se encontraba su madre en esos momentos, sin querer pensar en que podría pasar si no llegaban a tiempo y teniendo que hacer uso de todo su autocontrol para no acelerar aún más, considerando que ya iba por encima del límite permitido.

Él mismo se había sentido aliviado cuando Bella por fin lograba comunicarse de nuevo con su madre, pudiendo escuchar a la lejanía la voz de una mujer que no conocía pero que por asociación no podía evitar sentir una gran necesidad de ayudar. Escuchó atentamente como a pesar de todo, Bella mantenía un dulce tono en su voz, tranquilizando a su madre, asegurando que ya iban en camino, que todo iba a estar bien y que, por todo lo que era sagrado en esta vida, ese hombre no iba a tocarla. Y al escuchar esto Edward no pudo evitar el pensamiento que repentinamente ocupó toda su mente y es que él mismo, si la hermosa castaña a su lado se lo permitía, se aseguraría que ni ese monstruo ni ninguna otra persona las volvería a lastimar.