-¡LIZZY! ¡DETENTE, SEBASTIAN!

El moreno se detuvo y observó a su amo a los ojos divertido. La chica estaba inconsciente en sus brazos, él la sostenía por la cintura y había pasado una mano por su cuello.

-Creía que me había ordenado devorarla…

Él se levantó y le quitó a la chica de los brazos abrazándola, su corazón latía todavía.

-Demonio… -escupió con odio- Tú lo sabías… Ella es…

-Sophie. Su compañera de clases, Joven Amo…

-No… -frunció el ceño- Lizzy…

Sebastian negó con la cabeza y comenzó a reírse abiertamente.

-Su reacción, my Lord, fue sublime -trató de refrenar la risa-. No esperaba obtener una visión tan espectacular. Como le dije esta tarde, señor, su alma es idéntica pero no es ella…

Le dedicó una mirada nuevamente todavía agitado por el recuerdo que le había evocado, había sentido su alma en el último momento exactamente igual que la de Elizabeth al ser devorada por él mismo.

Apretó los puños y dejó caer a la chica al suelo sintiendo el odio correr por su cuerpo. Se giró al mayordomo dándole una patada en el pecho. Éste cayó sobre la cama sin aire. Ciel se subió sobre él con una pierna a cada lado. Lo tomó del cuello con ambas manos haciendo presión. La habitación comenzó a prenderse fuego.

-Te estabas burlando de mí, Sebastian… -ejerció más fuerza haciendo que deje de sonreír. El moreno puso sus manos sobre las de él para que lo suelte, sin éxito- Tu sabías que ella estaba en este colegio por eso me hiciste inscribir… Tú… Tú… Estabas jugando conmigo… Bastardo…. Esta vez voy a matarte… no… Voy a quitarte la piel y a quemarte vivo hasta que me canse de oírte aullar...

Sebastian sonrió de lado de nuevo y en un movimiento veloz lo hizo girar invirtiendo las posiciones. Apartó las manos del menor atrás de su cabeza sosteniéndolas para que no pudiera golpearlo y presionó con sus piernas para evitar que se moviera.

-Debería agradecerme, Joven Amo -se acercó a su rostro para mirarlo a los ojos-. Acabamos de comprobar que sigue teniendo un alma y sentimientos humanos a pesar de que pase el tiempo… Es un demonio débil porque no es completo… -como el otro se removía hizo más fuerza con las manos estirándolas más atrás- Y sigue siendo fiel a sus votos… -rio y sus ojos centellearon.

Ciel frunció el ceño sosteniéndole la mirada con furia. Su mayordomo mordió su cuello dejando una marca en la piel.

-Sebastian, tu… -dejó de moverse al comprender y empezó a reír con malicia- Hiciste todo esto porque sientes celos… ¡Celos! -el moreno lo miró a los ojos con odio- Celos de algo que pasó hace más de un siglo... Eres patético, Sebastian -no podía refrenar la risa- Ya es suficiente, suéltame -ordenó cuando pudo controlarse-. Te he dado una orden -sonrió de lado al ver el odio en el otro.

El moreno lo soltó poniéndose de pie con el ceño fruncido, acomodó sus guantes. El fuego estaba lamiendo las paredes y el humo era espeso. En el suelo la chica retomó la conciencia y se aferró al borde de su pantalón.

-Ayu… Ayúdame… -suplicó tosiendo por el humo. El mayordomo la miró con molestia.

Ciel se puso de pie y levantó a la chica del suelo tirando de uno de sus brazos.

-Esta alma, es patética también… -se rió un poco de sí mismo- Puede que tenga los atributos de la de Lizzy pero… Ella era mucho más deliciosa… -borró su sonrisa y miró al moreno a los ojos con autoridad- Sebastian, te ordené que la devoraras ¿Por qué tardaste tanto? -empujó a la chica hacia él que no tenía fuerzas para resistirse. El aludido la atajó y lo miró sorprendido. El menor se colocó su sombrero y tomó su bastón caminando tranquilo hasta el balcón. El aire que entró por la puerta removió las llamas. De un salto subió al fino borde y se giró para mirarlo- Voy a casa, ya me aburrí de esto. Ocúpate de este desastre cuando termines de comer… -se quitó la alianza dorada y se la lanzó, el otro la atrapó en el aire- Que todo se queme hasta las cenizas -ordenó-. Cuando vuelvas quiero tarta de chocolate con frutillas, no te tardes.

"Y prepárate para tu castigo". Se dejó caer de espaldas del alféizar.

Pestañeó sorprendido y esbozó una leve sonrisa cerrando la mano donde estaba el anillo dorado.

-Yes, My Lord.


Y... Llegamos al final :)
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