Carmen caminaba por los largos techos de lo que se creían que era la base de Espiráculo con un sigilo digno de su especie mirando a todos lados, asegurándose que no había nadie que pudiera delatar su posición.

─Despejado, avancen con cautela muchachos.─ Dice Carmen hablando por el intercomunicador.

─Entendido. Seguiré vigilando desde aquí.─ Comunico Joshua que estaba en la base improvisada que habían armado y donde le habían dado una breve explicación de cómo usar el equipo, él tenía que quedarse ya que era el comodín en el plan.

─Cabo, ¿Cuál es tu situación actual?─

En posición, espero la señal.─

─Okey, ambos recuerde apéguense al plan. Cambio y fuera.─ Carmen apaga el intercomunicador no antes de oír un "cambio y fuera" de los dos machos.

Ella sigue su camino hasta llegar a una de las ventanas para luego abrirla con cuidado y meterse dentro del edificio encontrándose con un cuarto a oscuras que apenas se iluminaba por la luces de afuera. En este había un montón de jaulas vacías a los alrededores, en la única parte bien iluminada una cama de hospital para cirugías.

─ Esto es espeluznante.─ Carmen sigue caminando por lo que creía sería un tipo de prisión/laboratorio deteniéndose de vez en cuando para examinar algunas cosas. Lleva su pata al intercomunicador.─ Hey muchachos, creo que encontré algo.─

─ ¿Encontraste a los demás?─

─No. Más bien algo más terrorífico.─

¿Qué exactamente?

─No estoy segura.─ Carmen se acerca a la cama y la examina viendo una enorme mancha negra en esta, como si estuviera quemado.─ Parece una prisión combinada con un laboratorio hay paneles y todo este pero también un montón de jaulas.─

─ ¿Prisión con laboratorio? E-es-o es- nu-e.─

─ ¿Joshua? ¡Joshua! No te oigo, se está cortando la comunicación.─

C-ar-rme.─

─ ¡Cabo! ¡Lo mismo está pasando contigo! ¡Cabo!─ La comunicación se cortó finalmente quedando todo en silencio. ─ Genial.─ Agacha la cabeza frustrada agarrándose con una pata la sien. Caídas en seco se oyeron alrededor de Carmen quien extrañada levanta la cabeza fijándose en un pelotón de más de 50 animales conformado por calamares y langostas.─… Antes de empezar ¿Alguien quiere retirarse?─

.

.

.

─ ¿Hola? ¿Alguien me oye?─ Joshua intentaba comunicarse con cualquiera de los dos por medio del panel de comunicación que Clasificado les dio pero nada de lo que hacía, que era picar botones a lazar, funcionaba.─ Rayos debí poner más atención cuando Clasificado y los demás me explicaban usar esto.─ Siguió picando hasta que oyó como algo o alguien se acercaba a él.─ ¿Qué rayos?─ Un sonido en seco acompañado de un golpe en la cabeza fue lo suficiente para noquear a Joshua, dejándole a merced de los calamares.

.

.

.

─ ¿Chicos? ¿Chicos están ahí? Oh chispitas .─ Cabo caminaba por el pasillo oscuro un poco aterrado por no poderse comunicar con sus compañero─ Vamos Cabo contrólate. Piensa, ¿Qué diría Skipper?─ Un ruido sobresalta a Cabo que se pone en guardia acercándose sigilosamente a una de las esquinas del pasillo.─ ¡Hia!

─ ¡Aaaaaaah!─ Un pingüino, un poco más pequeño que Cabo de una tierna mirada café y de cuerpo redondito con un extraña marca en el torso del brazo en forma de nutria.

─ ¿Quién eres?─

─ ¿Quién eres tú?─ El joven pingüino se pone una posición de batalla que le parece familiar a Cabo.

─ Cabo.─ Cabo estira su aleta hacia él en un acto de confianza.

─ Sig Sauer.─ Le corresponde el gesto un tanto desconfiado el chico mirándolo como si lo estuviera analizado.

─ ¿Eso no es un tipo de marca de armas militares?─

─ Exacto.─

─Entonces no es tu nombre real, ¿Verdad?─ Pregunta/afirma Cabo con una ceja (¿?) levantada.

─ Ha si tú, me dirás que Cabo es tu nombre real ¿No?─

─Toche─ El sonido de pisadas (¿?) resonaron por todo el pasillo, Cabo tomo al niño de su aleta. ─ Sígueme─ Ambos se deslizaron por los pasillos intentando no encontrarse con ninguno de los que los estaban siguiendo. ─ ¿Qué haces aquí?─ Pregunta sin parar de deslizarse.

─Le estoy demostrando a mis compañeros que no soy solo un niño pequeño y gordito.─

─Conozco el sentimiento pero esto es muy peligroso.─ Cabo se detiene haciendo que el pequeño lo siga pegándose a una pared, Cabo se fija en la orilla de la pared viendo como pasa un grupo de langostas y calamares pasaban.

─Pero es que nadie me toma en cuenta, solo mi prima. Pero ahora es "Esto es muy peligroso te dejare aquí y luego vendré por ti."─ Dice Sig en un tono agudo representando una niña.

─ Pues tiene razón, esto es muy peligroso y no deberías estar aquí.─ El menor le saca la lengua. ─ Pero como necesito ayuda y no sería bueno dejarte solo, tendrás que venir conmigo a ayudar a mis compañeros.─

− ¿En serio?− Pregunto el más pequeño sorprendido.

−Solo si haces lo que yo te diga, ¿Entendido?−

−Ta bueno.−

Ambos pingüinos empezaron a deslizarse donde se supone estaría Carmen, con la esperanza que aun estuviera ahí más fue su decepción no encontrarla Cabo al ver esto teme lo peor.

-Vamos tenemos que revisar un lugar más.-

-¿Otro de tus compañeros?-

-Si.-

Cabo junto al pequeño se dirigieron donde esta Joshua encontrándose con el mismo resultado, sin huellas, sin pistas, sin Joshua.

-¿Qué paso aquí?- Pregunto el mayor en un susurro.

-Ni idea.-

-… Lo mejor es intentar seguirlos.-

-¿En serio?-

-¿Tienes un mejor plan?-

-No, pero no creo que sea una opción pregúntales a ellos ¿Verdad?- Señalo el menor a un grupo de langostas que venían hacia ellos.

-Chispitas.- Cabo agarro a Sig de la aleta y ambos empezaron a alejarse de las langostas más su camino fue detenido por un grupo de calamares.- ¡Oh debe estar bromeando!-

Ambos pingüinos se pusieron de espaldas uno contra el otro viendo a todos lados intentando encontrar con una salida del circulo que sus enemigos formaron alrededor de ellos.

-¿Sabes pelear, Sig?-

-Por supuesto que si.-

Con esa simples palabras ambos pingüinos se enfrentaron al pequeño ejército intentando escapar del tumulto de animales, en un descuido uno de los calamares agarraron al menor de una de sus patas jalándolo para arriba.

-¡Hey suélteme!-

-¡Sig!- Cabo intento hacer camino hacia el pequeño pero cada vez que se acercaba más calamares y langostas se interponía en su camino sin dejarle ver a Sig que seguía gritando que lo bajaran.- ¡Déjenme pasar!- Cada paso que daba sentía que lo alejaba más del pequeño, lo único que podía repetir en su mente era llegar al menor. Este había confiado en él y no podía fallarle.

Las turbinas de un avión se hicieron sonar muy cerca de donde estaba apenas pudo observar cómo se llevaron a Sig dentro del avión para luego que este despegara, no noto como los animales se empezaron a disparar a su alrededor y se fueron sin dejar rastro, simplemente se quedó petrificado sin saber qué hacer.

.

.

.

-¡SIIIIIIIIIIG!-

Hola mis lectores, sé que me ausente por mucho tiempo pero con la escuela y las vacaciones e idas y vueltas déjeme decirle que subir un capitulo se me ha hecho difícil.

Pero ya regrese y con mas capítulos y mejores para que puedan disfrutar y todo eso.