No supo cómo ni cuándo había ocurrido, pero había pasado.

Tras desgañitarse, lloriquear y desesperarse, la chica había decidido hacerse una bola en un rincón del cuarto y sollozar. No sabía dónde ir, ni qué hacer. La llave... no podía coger la llave, estaba fuera de su alcance y nunca sería capaz de llegar a ella... o eso era lo que creía la joven.

Cuando se detuvo en sus llantos por un segundo y alzó la cabeza, no obstante, pudo ver que todo había cambiado. La sala ahora estaba llena de color, radiante y sobretodo hermosa. Un gran puente semejante a un arcoíris cubría el hueco que había en el suelo, permitiendo ahora el paso.

¿Cuándo había sucedido todo aquello?

Mary no podía recordarlo.

- Pero... ¿qué...?- La rubia se restregó los ojos, limpiándose las lágrimas, y se incorporó, aún confusa. No había oído ni visto nada... y estaba acostumbrada a que se le cumpliesen todos sus caprichos, pero en un sitio como aquel no lo había esperado en lo más mínimo. ¿Habría pasado algo en otra sala? ¿Alguien había hecho algo? No podía saberlo, pero parece que se había salido con la suya una vez más.

Sonrió levemente y avanzó un poco, confiada. Si conseguía aquella llave podría salir de ese piso y partir hacia su libro de bocetos. Allí... tenía que estar allí... ese cuadro... cruzar el puente arcoíris fue sencillo, y más aún llegar hasta el otro lado. Nada parecía querer impedírselo.

En serio estaba teniendo suerte aquel día, pensó mientras quitaba la llave del pequeño pedestal y salía de la sala, con una mueca torcida saliendo de sus labios.

Ahora sólo faltaba encontrar el cuadro.

X.x.X.x.X.x.X

Mientras tanto, en otro lugar, una pareja la mar de peculiar conversaba...

- Entonces eso fue lo que pasó...- Garry agachó la cabeza, avergonzado.- ... Lo siento mucho.

- Ahora lo sientes, claro. Pero no parecías arrepentirte en lo más mínimo cuando lo hiciste.- La muñeca había terminado de contarle al pelimorado todo lo que le había hecho a su familia y a sus hermanas. Por supuesto, había añadido unas cosas y exagerado otras, pero la esencia era la misma. Ahora que el joven mostraba tal cara de vergüenza la muñequita podía decir que su venganza se había cumplido... en parte.

- B-bueno, es que... si me dices que había una muñeca gigante que quería comerme... ¿cómo quieres que no me asuste?- Intentó defenderse el mayor.

- ¡No te metas con mi madre!- Chilló la otra, volviendo a patalear. Aunque se cansó enseguida y se puso en una postura más cómoda. El hombro de aquel tipo era bastante mullido, debía ser la chaqueta. Lo malo es que se relajó demasiado y rodó un poco más de la cuenta... al final acabó en el suelo.- ¡Ay! ¡Oye!

- Eh, ten cuidado.- Garry enseguida se agachó para recogerla y volvió a colocarla donde estaba antes.

- ¡Tú ten cuidado! Si andas tan rápido no puedo ponerme bien en el sitio, cabeza mopa.- Gruñó ella, echándole las culpas al otro para sentirse mejor.

Garry suspiró, mostrando una sonrisa leve. Aquella muñequita no era mala del todo, era... graciosa. Sí, graciosa. Oponía tanta resistencia y se quejaba tanto, pero en el fondo era un pequeño trozo de felpa adorable al que le gustaban las caricias en el pelo. Nada de lo que preocuparse excesivamente. Cierto era que le lanzaba muchos insultos extraños, y muy de vez en cuando... pero lo tenía merecido si todo lo que decía ella era cierto.

No había recordado absolutamente nada después de escuchar toda la historia, y aquello era una pena; sólo le quedaba creer.

Y con tanta historia ya habían llegado al final del pasillo.

- Bueno, ya estamos aquí. Ib debería estar al otro lado, supongo...

- ¿Esa tal Ib te importa tanto? Es lo mismo con mi señorita...- Musitó la muñeca, pensativa.

Era cierto que Ib era una persona amable y buena, todo lo contrario a la egoísta y mezquina de Mary, pero ella no podía evitar quererla de todos modos. Era su señorita, después de todo, habían pasado muchos años juntas... y la chica tenía un buen lado dentro de ella.

Entendía que se hubiese ido de la galería... después de todo era una niña, quería ver cosas nuevas y hacer más y más amigos... quería ver la nieve, comer helado, oler flores de verdad, y no simplemente una copia hecha con ceras. Y con quién iba la chica a estar mejor que con esa tal Ib. Parecía la bondad personificada si la comparaba con el idiota de Garry. Ib le había dado a Mary esperanza para poder salir de aquel lugar, le había hecho reír como nunca antes lo había hecho, pero... ¿qué había con Garry?

¿Por qué a él le importaba tanto? Si lo pensaba con mayor detenimiento, esos dos simplemente habían caminado juntos por un trecho de la galería y luego se habían vuelto a separar, ni siquiera habían estado juntos tanto rato. ¿Habría pasado algo entre ellos que les diese ese vínculo tan fuerte? Porque Ib había vuelto a la galería a por él, y él la estaba buscando expresamente a ella.

Ante las palabras de la muñeca, Garry se quedó pensativo unos momentos. El pomo de la puerta que separaba el pasillo de la siguiente zona estaba ya en su mano, pero se había detenido para poder recordar. Recordar por qué. ¿Por qué la buscaba? ¿Por qué le importaba una chica que acababa de conocer? Bueno, en realidad la había conocido antes, pero fue un encuentro de apenas unas horas, ¿no? Tampoco era tanto tiempo el que habían pasado juntos...

- No lo sé...- Murmuró el de cabello morado, empezando a enojarse por no recordar nada. Abrió la puerta al fin, mientras pensaba en la Ib de sus recuerdos. La pequeña Ib... Volvió a detenerse cuando unas voces resonaron en su cabeza, y los recuerdos empezaron a arremolinarse...

X.x.X.x.X.x.X

"La sala era oscura. No oscura porque las paredes fuesen negras o porque tuviese adornos macabros al estilo secta satánica, o algo por el estilo. Era oscura en el sentido de que las luces no funcionaban bien. La única bombilla que había allí parpadeaba como en una de esas películas de terror que Garry tantas veces había visto, y no le inspiraba la más mínima confianza. Esperaba que en cualquier momento apareciese algo de entre las sombras y se lanzase a por ellos. La pequeña Ib caminaba a su lado, agarrada a su brazo como si pensase exactamente lo mismo. Debía estar alerta por ella, para que no pasase miedo. Le dio un par de palmaditas en la cabeza y le sonrió para intentar tranquilizarla. Quizás si miraban lo que había dentro de la sala la niña se calmase...

- Mira, Ib, aquí hay cosas muy extrañas.- Dijo él, señalando la primera... ¿escultura? que había en la sala. Era una gran copa de vino con un corte diagonal y un cojín rojo en el interior.- Sofá Vino... No parece que sea demasiado cómodo...

Ib negó con la cabeza, aparentemente de acuerdo con él. Su agarre se había relajado un poco, pero parecía reacia a soltarle. A él no le importaba, claro, podía estar así todo el tiempo que quisiera si se sentía mejor.

Lo siguiente que les llamó la atención fue otra especie de pieza. La pequeña fue la que leyó el rótulo que había a sus pies, con un gesto de concentración.

- ¿Melan... colía?- Leyó. Parecía no conocer esa palabra, pero Garry no estaba de humor para explicarla, así que simplemente hizo un comentario al respecto.

- Melancolía, ¿eh?- Musitó, más para sí mismo que para ella.- ¡Claro! ¿Y quién no lo estaría en este lugar?

Las luces parpadeaban cada vez con más frecuencia; la sala amenazaba con quedarse totalmente a oscuras. Pero no pasaba nada, no iba a pasar nada... o eso quería creer el mayor, claro. No podía saberlo, pero quería creer.

Entonces notó que Ib miraba con algo de miedo la siguiente obra. Era... un esqueleto. Un esqueleto pintado con todo tipo de colores. Los huesos parecían de verdad, de ahí la cara de angustia de Ib. Habían visto tantas cosas ahí dentro que ya no sabían qué era real y qué no lo era.

- Puzzle...- Leyó Garry, quien también parecía pensar que los huesos eran de un ser humano. Pero no iba a demostrar miedo ante Ib y hacer que se sintiese peor, no, tenía que reconfortarla.- Estos huesos no son reales. ¿Vale, Ib?

La jovencita sonrió ligeramente y asintió de nuevo, apartando su vista del esqueleto. Parecía aún más tranquila que antes; seguramente se fiaba mucho de Garry como para creer todo lo que éste dijese. Y lo más probable era que también intentaba parecer fuerte. Y lo era, era con diferencia una de las niñas más valientes que Garry había tenido la oportunidad de conocer. Había caminado sola por aquella galería de los horrores, le había salvado la vida luchando contra cuadros asesinos... quién sabe por lo que había pasado, y aún intentaba sonreír. Era admirable; no la había visto llorar una sola vez, ni alterarse en demasía. Ya era más de lo que se podía decir de él...

Garry estaba decidido a salir de allí, a volver a casa. Tenía que ser fuerte también, demostrar que era alguien confiable. Lo haría por ella.

Las luces se apagaron definitivamente. Aún se podía ver algo entre toda la penumbra, así que Garry continuó caminando, con la pequeña Ib pegada a él como una lapa. Aún no podían irse, no habían encontrado lo que debían para poder continuar... algo podría saltar desde las sombras para atacarles, pero si se iban no lograrían progresar. Por eso avanzaron, hasta la escultura que había al fondo del cuarto. Era un... árbol, pero se parecía ligeramente a una persona. Las letras grandes del rótulo permitían a Garry leer su nombre con facilidad.

"Sentimiento"

-Tienes que ser muy listo como para que se te ocurran estas cosas...- Suspiró él, pensando que ni en mil años lograría tener tales ideas. Pero si fuese tan fácil ya sería millonario, ¿no? Notó cómo Ib se soltaba un poco para observar con mayor detenimiento la figura. ¿Había algo que brillaba entre las hojas?"

X.x.X.x.X.x.X

Garry parpadeó, algo atónito. Aquel recuerdo había sido casi tan claro como el cristal, estaba clarísimo que aquello le había sucedido a él... en algún momento. No sabía cuándo, pero en algún momento de su vida, en la galería, él había estado con Ib en una sala oscura buscando... ¿un anillo?

La sensación de pánico que tuvo cuando se apagaron las luces... ¿por qué era? Es decir, la galería era peligrosa, pero no tanto como para ponerse así, no era como si alguien intentase matarle... entonces... ¿por qué?

Recordaba... guardar con cuidado una rosa azul...

- Eh, palurdo.- Gruñó la muñeca, molesta porque su... llamémoslo rehén, se había quedado soñando despierto en mitad del pasillo. Llamó su atención con toquecitos en el hombro.- ¡Que te encantas! Espabila y abre esa puerta de una vez.

- Ah, claro, perdona, es que... creí que... bueno, no, es que acabo de recordar...

- ¿Recordaste tus pecados?

- No, era otra cosa, lo siento.- Garry volvió a disculparse, aún sin poder quitarse esa rosa de la cabeza.- Pero... quería preguntarte algo...

- ¿Algo?- La pequeña le miró con desconfianza.- ¿El qué?

- ... ¿Sabes si alguna vez he llevado una rosa azul?

...

La muñeca le miró a los ojos un buen rato antes de procesar aquella información.

¿Una rosa azul?

Bueno, claro que la había llevado, después de todo él antes era... ... ¿ni siquiera podía recordar eso?

- Eh... bueno, no lo sé... quizás... eh... pero eso es porque antes tú...- Iba a contestarle, de verdad que iba a hacerlo; ya le daba igual que el pelimorado supiese qué era en realidad. Como si fue un castor en otra vida, eso no podía cambiar mucho lo que iba a pasarle, ¿o sí?

Iba a contestarle...

Pero un grito hizo que los dos se quedasen helados en el sitio.

- E... esa voz...- Garry miró en todas direcciones, intentando averiguar de dónde provenía el grito; parecía cercano.- ¡Ib! ¡¿Dónde está?!

- Uh oh...- Por una vez, aquel pequeño ser de felpa sabía perfectamente lo que estaba pasando. Y lo que estaba pasando era que se estaba perdiendo una reunión familiar la mar de... interesante. Por una vez tenían invitados, aunque... Ib no era alguien que debiese estar en su casa. A su señorita no le gustaría. A Garry no le gustaría. Diablos, a ella tampoco le gustaría, la chica le caía bien...

- ¿S-sabes de dónde viene su voz?- Tartamudeó Garry, aterrado al escuchar otro grito. Parecía venir de la derecha... ¿o era de arriba? ¡Aquel sitio tenía muy mala acústica!

La muñeca le miró, detectando el pánico en sus ojos. Y suspiró. Luego le maldijo con irritación, porque aquel tipo podía con sus nervios. Luego dio un saltito y cayó grácilmente en el suelo, para después comenzar a caminar. Garry sólo pudo quedarse mirando, sin comprender.

- ¿Vienes conmigo o te tengo que hacer un mapa para que vengas luego?- Farfulló. Fue entonces cuando el mayor literalmente corrió tras ella.

Pronto llegaron a una sección de aquella zona donde había una puerta; se escuchaban ruidos dentro, y luego sollozos y más gritos. Tenía que estar ahí dentro, tenía que ser ella... ¿Qué le estaría sucediendo para estar así de asustada? Aunque no había tiempo para preguntarse aquellas cosas, claro, tenían que abrir esa puerta.

Pero...

- ¿Cerrada? ¡Venga ya!- Casi gritó Garry, que comenzó a forcejear con aquel pomo tan frío.

- Lo que me temía...- Suspiró la muñeca, sintiendo que nadie iba a estar contento con el resultado de aquella situación tan disparatada.

- ¿Qué te temías? ¿Qué hay ahí dentro?- Preguntó el pelimorado, empezando a asustarse; trató de tirar la puerta abajo, pero sin resultados.

- Ahí dentro está... mi madre.- Murmuró ella. Enseguida notó cómo la cara de Garry se ponía más pálida que una sábana. Claro, recordar a esa muñeca tan grande y tan... aterradora, no debía ser muy grato. Pero si se quedaba paralizado, ¿cómo iban a sacar a la joven Ib de ahí?- ¡No seas gallina y abre la puerta de una vez!

Tras unos momentos de pánico, Garry logró procesarlo todo, y después de pensar que era Ib, y no él, quien estaba a merced de un ser gigante y horrible con aspecto asesino, decidió darse aún más prisa si cabe en rescatarla.

Aunque fue inútil. La puerta no cedió ni un milímetro.

Y los gritos cesaron.

- ... ¿Ib?- Garry la llamó al ver cómo ya no se escuchaba nada más. ¿Le habría pasado algo? No podía ser...

- La puerta... ya está abierta.- Murmuró la pequeña, con su voz chirriante algo más sombría de lo usual. Ya había terminado todo... no había nada que pudiesen hacer por la chica. Ya era presa de la galería... seguramente para siempre.

Pero Garry no sabía nada de eso, él sólo quería ir con Ib, salvarla... no podía ser que acabase de recordarla y que así, sin más, se fuese de nuevo... se negaba a aceptarlo. Entró en el cuarto, y la vio... estaba sentada en el suelo, de rodillas, mirando a la nada. El cuarto estaba despejado, no había una sola muñeca a la vista, sólo... sólo estaba ella. Un escalofrío recorrió la espalda del mayor; sus ojos parecían tan... inexpresivos. Demasiado inexpresivos.

Ahora que lo pensaba bien, Ib siempre había sido una niña algo seria, desde el primer momento que la vio. Puede que fuese por estar atrapada en una galería llena de cosas que querían matarlos, a lo mejor en el día a día corriente era una niña mucho más feliz. O quizás no.

Pero Garry recordaba.

Recordaba cómo le había salvado la vida, cómo recuperó su rosa y se la devolvió antes de que fuese demasiado tarde.

Recordaba cómo habían caminado juntos por aquella galería de los horrores, recordaba haberla cuidado cuando se desmayó, recordaba haberle dado un caramelo.

Recordaba haberle prometido que comerían macarons juntos.

Recordaba...

- Ib... Ib, no... dime que estás bromeando.- Logró decir él, dejándose caer frente a ella pesadamente, y la sacudió un poco. No hubo reacción. La sacudió con más fuerza. No hubo reacción.- Ib, ¡responde! ¡vuelve en ti!

Pero no hubo reacción.

- Quizás sea tarde...- Murmuró la muñequita, acercándose más a la chica para mirarla bien. Estaba estática... y no parecía dar señas de estar escuchando.

- ¡No puede ser, estará sólo mareada! O algo... ...- Volvió a zarandearla, pero sin resultado. La llamó a gritos, pero nada. Empezó a agobiarse... no podía ser que nada más recordarlo todo, o casi todo, pasase aquello. No, no y no. Miró a su acompañante de peluche.- ¿Esto lo ha hecho tu madre? ¿No sabes cómo deshacerlo?

- ¡Eh, eh, pelo de mopa, que yo no lo sé todo!- Se defendió ella.- S-sólo sé que mi madre hace que pierdas las ganas de pensar con coherencia, ¿o algo así? Bueno, parece no estar pensando en nada en absoluto, quizás sí sea algo así...

- Y... ¡¿Y qué hago?!

- ¿Tengo cara de saberlo? ¡Si lo supiese ya habría hecho algo!- Gruñó.- No sé, haz lo que quieras, prueba a golpearla o algo así, como es muy reciente quizás eso logre sacarla del shock...

- ... No soy fan de pegarle a las chicas.- Murmuró Garry, que en realidad no era fan de pegarle a casi nadie.

- ¡No seas nena! Si no funciona ni se enterará, así que, ¿qué importa?- Preguntó la muñeca, empezando a golpear el suelo repetidamente con uno de sus pies, impacientándose por momentos. Ella también quería que la chica estuviese bien, así que más le valía a ese hippie ponerse a trabajar en una solución.

- ...- Aún así, Garry dudaba; no quería golpearla.

- ¿Has roto incontables piezas aquí y no te atreves a pegarle a una chica?- Casi gritó la pequeña, queriendo golpearle con fuerza en la cara o algo. No podía saltar tan alto, así que se contentó con darle repetidas veces en el brazo. No le hizo nada de daño, para su frustración. Eso le pasaba por estar hecha de felpa. Si fuese de roca ya se iba a enterar aquel palurdo.

- Ya, pero...

- ¡Que le des!- Chilló, visiblemente enfadada.

Garry reaccionó ante los gritos de la muñeca, sobresaltado, y le plantó un sopapo en la cara a la chica. ¿Quizás demasiado fuerte? Se arrepintió inmediatmente, aunque lo hecho hecho estaba. Se quedó mirando a Ib, esperanzado, y pudo ver cómo sus ojos empezaban a enfocarse.

Al poco rato el gesto de la joven se tornó en uno de dolor, y dio un salto hacia atrás, espantada. No sabía qué estaba pasando, sus pensamientos y recuerdos estaban más que mezclados... Sólo sabía que le dolía mucho la cara y que una enorme muñeca había intentado... espera, ¿aquel no era el tipo que...?

- ¡T-tú! ¡¿Qué crees que estás haciendo?! ¡Eso ha dolido!- Gritó, frotándose la zona golpeada, que se estaba empezando a poner roja. Pero Garry, lejos de estar arrepentido, estaba sonriendo como un idiota. No pasaron ni tres segundos antes de que el chico se lanzase a abrazarla.

- ¡Ib! ¡Estás bien, qué alivio! ¡Estaba tan preocupado!- Dijo mientras la estrujaba entre sus brazos. La pobre chica, que no entendía absolutamente nada, sólo podía sentir cómo se le escapaba el aire de los pulmones.

- ¡D-déjame! ¡Suéltame!- Logró decir, antes de rendirse totalmente. Aquel tipejo era demasiado fuerte para ella, no iba a ser capaz de soltarse. Pero... ¿por qué diablos la estaba abrazando así?

- Eh, que la vas a asfixiar, déjala en paz.- Dijo la muñequita, que se había subido al hombro de Garry de nuevo nada más tuvo la oportunidad de hacerlo. Ib aún no le prestaba atención a la pequeña acompañante del pelimorado, pero no tardaría demasiado. Por el momento, estaba ocupada tratando de encontrar aire para sus pobres pulmones.

- Oh, lo siento, lo siento mucho, corazón, es que creí que... ay, menos mal.- Dijo Garry, soltándola por fin. Ib se separó un par de pasos, aún asustada.

- ¿Qué haces tú aquí? Yo pensaba que...- La joven recordaba cómo le había golpeado y había huído de él, y cómo había estado recolectando... bolas de pintura, sí, y luego... luego de las campanadas todo estaba borroso. Le costaba todavía atar cabos...

- Te escuché gritar, y... te vi así, no sabía que hacer y te golpeé, lo siento mucho, ¡pero ha funcionado así que supongo que ha valido la pena!- El joven comenzó a hablar como metralleta, soltando así toda la tensión acumulada, aunque esto no ayudaba mucho a Ib.

- Espera, me viste así... ¿así cómo?- Preguntó, algo mosqueada.

- ¡Paralizada! No sé qué te habrá hecho esa muñeca gigante, pero...

- Calla un segundo. La estás mareando.- Ordenó la muñequita, dándole un golpe en la frente para que cerrase la boca.

En efecto, Ib parecía... aturdida, y eso era quedarse algo corto. Era comprensible, por supuesto, así que Garry le dio su tiempo; le dijo que estaría esperándola fuera por si necesitaba estar un rato a solas. Todo eso después de que la muñeca le confirmase que era seguro dejarla un rato sola, por supuesto. Tampoco iba a cerrar la puerta, por si acaso. La dejó abierta y esperó allí.

Esperó un buen rato, a decir verdad. Ib tenía muchas cosas que aclarar en su mente. Acababa de comprender lo que le había sucedido, y también que ese tipo la hubiese salvado. ¿Por qué lo había hecho? No lo sabía. Si era cierto que en su día había sido hostil... ¿por qué cambiar de actitud? Además, había entrado en pánico como una verdadera señora, era hasta gracioso.

Quizás... quizás todo era un malentendido.

Tenía sentimientos encontrados al respecto; sus recuerdos le decían unas cosas y luego otras, aunque quizás fuese porque no lo recordaba exactamente todo, sólo retazos... piezas sueltas, que quizás tendrían sentido si las juntaba con los recuerdos que aún le faltaban. O quizás no.

No podía saberlo.

Lo que sí sabía era que Garry le había salvado la vida. Y tenía que ser agradecida.

- Gracias...- Murmuró mientras salía de la habitación. Pasó por delante del otro, sin mirarle a la cara, pero no hacía falta hacerlo para que supiese que decía la verdad, que estaba realmente agradecida. Aún dándole la espalda, continuó hablando.- No sé muy bien por qué me has ayudado, pero igual tengo que agradecértelo. No sé qué hubiera sido de mí si no me hubieses sacado de allí.

- No hace falta que lo agradezcas así, Ib.- Rió Garry, algo avergonzado.- ¿Qué otra cosa podía hacer si no era ayudarte? Nunca hubiese pasado de largo...

- Pues podrías haberlo hecho.

- ¡No, Ib, claro que no! ¡Quiero ayudarte!- Rebatió el mayor, mirándola con seriedad. Ella le devolvió la mirada.

- ¿Ib? ¿Qué ha pasado con lo de llamarme "muñequita"?- Preguntó, sonriendo con algo de sarcasmo.

- Oh... eso...- Garry desvió la mirada. Vaya, cuánta incomodidad.- Es que... supongo que antes... no tenía las cosas muy claras. Lo siento. Pero ya empiezo a acordarme de ti, no te preocupes.

- ¿Tú también te acuerdas?- Sonrió la chica, esperanzada. Quizás ahora que eran dos podían ponerlo todo en orden.

- Sí, tú viniste aquí hace mucho tiempo, y me ayudaste... bueno, no lo recuerdo todo, pero al menos sé que te debo muchas cosas.- Dijo él, feliz de verla sonreír de ese modo.

- Pero fuiste violento con mi hermana...- Dijo Ib, echándole en cara lo que creía que era cierto. Y el pobre Garry ya empezaba a creer que tenía un pasado oscuro del que no se acordaba, un pasado donde era malo malísimo, golpeaba a niñitas y rompía cosas. De la chica rubia sí que no tenía memorias todavía, así que se apresuró a aclararlo.

- S-seguro que fue un malentendido... yo nunca querría hacerle daño a... ...

- ... ¿Qué pasa?- Preguntó la chica, viendo cómo el mayor se ponía más pálido a cada segundo que pasaba.

- T-tenemos que darnos prisa... ¿está la puerta al siguiente piso abierta?- Garry respondió con otra pregunta, dejando a la menor aún más confusa.

- N-no lo sé, quizás se abrió cuando recogí la pintura... eh... ¿qué ocurre? Estás pálido...

- T-tenemos que llegar a mi casa. Ya mismo.- Dijo Garry, comenzando a andar a paso rápido. Ib le siguió, manteniendo un poco las distancias. El joven parecía demasiado alterado como para hablar, quizás recordó algo importante...

Ib sólo podía seguirle y confiar en que no le haría nada malo. Aunque ahora ya le daba un poquito más de seguridad estar a su lado... ¿sería por sus ojos? Parecían más... humanos. Mucho más que antes. ¿Qué habría cambiado? ¿Realmente lo habría recordado todo? Y si no era todo, al menos... ¿una pequeña parte?

Debía confiar, simplemente eso. Ya pasaría lo que tuviese que pasar. Al menos estaban avanzando, y así podría encontrar a Mary. Si aquel tipo no pretendía atacarla y avanzaban juntos, era mejor que caminar sola. Asintió, determinada, y continuó el paso del mayor. La siguiente puerta estaba abierta, para su asombro; seguramente reunir las bolas de pintura había tenido su efecto, para bien.

Descendieron por unas escaleras que a ambos les parecieron eternas, y llegaron a otro piso. Pero no había tiempo de pararse a echar un vistazo, dijo Garry. Tenían que darse prisa. Mucha, mucha prisa.

- ¿Por qué tendrá tanta prisa?- Farfulló Ib, preguntándose a sí misma porque el otro no le contestaba a esa pregunta. Una vocecita chirriante la sacó de sus pensamientos casi al instante.

- Porque si no se da prisa va a morir, eso va a pasar.

- ... ¿Eh?- Ib buscó de dónde provenía esa voz tan extraña, y al final acabó mirando delante suya. No sabía por qué había una muñeca escalofriante en el hombro de Garry, ni por qué ésta hablaba... pero teniendo en cuenta que ambos eran de la misma galería, tampoco le extrañaba demasiado. Quizás fuesen amigos o algo parecido... lo importante era lo que acababa de decirle.- Espera, ¿qué quieres decir con eso?

- Le he informado de que quieren romper su cuadro. Como no haga algo al respecto morirá.- Simplificó la pequeña, encogiéndose de hombros. Garry se estremeció al escucharla y aumentó el ritmo de sus pasos. Empezaron a bajar por otra escalera, una más... extraña. Más colorida, eso seguro, pero ante todo extraña.

- ¿Quién querría hacer eso?- Volvió a preguntar Ib, que necesitaba demasiadas respuestas. Pero la muñeca no respondió a eso. Pasó el rato y no respondía, así que decidió preguntar otra cosa.- Oye, y tú... ¿quién eres? ¿eres amiga de Garry?

- ¿Amiga? ¡Ja!- Farfulló la otra.- Voy con éste porque no tengo otra opción.

- Oh... entiendo.

- Es decir...- La muñeca dudaba; las puertas estaban abiertas y podría haberle pedido ayuda a alguien más, pero...- Es decir... eh... puedo ir yo sola, pero... con él es más rápido, eso es.

Se negaba a decir que el tipejo ese le empezaba a caer bien.

Ib sonrió, adivinando más o menos lo que la pequeña pensaba.

- Por supuesto.- Dijo, conteniendo una risita.- Oye, ¿cómo te llamas?

- ¡Oh! ¡Por fin alguien que pregunta!- Chilló la muñequita, tirándole a Garry del pelo. Eso le valió un gritito afeminado por parte del mayor.- ¿Has oído eso, pelo fregona? ¡Alguien que tiene dos dedos de frente y que sabe preguntar las cosas!

- ¡Ay, ay, ay! Espera, ¿tienes nombre?- Preguntó Garry mientras intentaba quitársela de encima. Hacerlo mientras casi corría no era muy fácil, por cierto.

- ... ¡Te voy a dejar calvo!- La pequeña continuaba con sus gritos y sus tirones, ofendida ante la densidad mental del chico.- ¡Claro que tengo nombre! ¡Me llamo Blue!

Garry entonces tuvo que parar para poder quitársela de encima. Después de un pequeño forcejeo, pues la muñeca tenía más fuerza de la que aparentaba, se la pasó a Ib.

- Vale... vale.- Jadeó Garry.- Entendido, te llamas Blue.

- Hmpf. ¿Ves como no es mi amigo?- Gruñó la aludida, subiéndose ahora al hombro de Ib. La joven aún tenía un pequeño trauma con las muñecas de la anterior sala, pero al menos Blue parecía inofensiva, así que decidió que no le importaba tenerla al hombro.

- Blue es un nombre muy bonito.- Dijo entonces ella, sonriendo. La muñeca sonrió un poquito y le dio las gracias amablemente. Luego se acomodó en su hombro, que era definitivamente mucho mejor que el del idiota pelimorado.

- ¿Por qué a ella la tratas tan bien?- Lloriqueó Garry, viéndolo todo muy injusto.

- Está claro, porque ella es la amiga de mi señorita Mary, y tú sólo eres un vándalo.- Respondió Blue, sonriendo con sorna.

- ... ¿Mary es tu señorita?- Preguntó Ib, empezando a sentir que algo fallaba ahí.

El camino comenzaba a oler fuertemente a pintura y a ceras.

- Eh... q-quiero decir...- Blue comenzó a darse cuenta de su error. No debió decir eso... probablemente.

- ¿Cómo puede ser mi hermana tu señorita?- Preguntó de nuevo la chica, insistente.

- Eso, yo también quiero saberlo.- Dijo Garry, quien no había encontrado la oportunidad de preguntarle.- ¿Mary no es humana? ¿Cómo puede ser que sea tu señorita?

- Eso es porque... ... porque...- La muñeca no sabía qué decir; comenzó a jugar con su pelo, nerviosa. No podía decirles la verdad... no, aún no. Pero no se le ocurría nada con lo que poder contestarles.- Porque...

- ¿Os conocíais de antes?- Ib pensó que quizás se conocieron la anterior vez que estuvieron ahí.

- ¡S-sí, eso! ¡Eso es!- Se apresuró a afirmar Blue. Luego se dio aún más prisa en cambiar de tema.- Pe-pero no hay tiempo para eso, tenemos prisa, ¿o no?

- ¡Cierto, cierto!- Garry reanudó la marcha; se veía el final de aquel pasillo tan extravagante ya, el olor a ceras se hacía más intenso.

Ib entonces se acordó de lo que había leído en la biblioteca.

- Oye, Garry...

- Dime, Ib.- Aunque le estuviese hablando, no aminoró el paso ni un poco. Aún así Ib le siguió sin problemas.

- ¿Eres realmente una pintura de Guertena?- Preguntó. No tenía muchas dudas acerca de si Garry era o no un cuadro, pero sí le había llamado la atención aquel pasaje donde decía que no se sabía con exactitud.

- ¿Yo?- Garry pensó un poco, y le iba a contestar que sí, pero... no pudo. Empezó a caminar más despacio... hasta detenerse.- Yo...

- ¿Sí?- Insistió la chica. Ninguno de los dos notó cómo Blue se empezaba a poner más y más nerviosa.

- ... Yo...- Garry recordaba. Recordaba su rosa. Recordaba haberle prometido a Ib salir de allí juntos.

¿Salir?

¿Salir a dónde?

Él pertenecía a aquel mundo... ¿no? Tenía un cuadro y todo en la zona siguiente, un cuadro suyo. Él vivía ahí, tenía que serlo, ¿no? No podía ser humano... pero... pero entonces... ¿la rosa azul era una mentira?

Imposible, la recordaba demasiado bien.

¿Entonces?

Podía ser que él...

- ¿Garry?- Ib empezaba a preocuparse, no estaba respondiendo en absoluto. Garry seguía pensando. Recordando.

Él también había entrado allí desde fuera. Si eso era cierto, ¿por qué tenía un cuadro? Su cuadro siempre había estado ahí... o... o quizás... ¿quizás no?

- Ib... ¿yo tenía una rosa azul?- Preguntó él, queriendo asegurarse de que lo que creía recordar era cierto.

- Sí.- Asintió ella.

- Claro... y tú me salvaste.- Asintió también el mayor. Lo recordaba todo con más claridad todavía. Y luego fuimos juntos, y... y luego nos encontramos con... ... espera un segundo... eso no tiene sentido.

- ¿El qué?

- ¿Dices que Mary es tu hermana?- Preguntó Garry. Ib no entendía a qué venía la pregunta.

- ¿Por qué lo dices?

- Porque... acabo de recordar algo. Creo que os conocisteis aquí.- Dijo él, dudoso. Ib resopló.

- Eso no es posible, ella y yo somos...

...

Un segundo.

Ahora que lo decía así... ahora que la miraba con esa expresión tan seria y tan segura... los recuerdos empezaban a volver a su mente.

X.x.X.x.X.x.X

"La chica rubia estaba en el suelo. El golpe que se había dado era bastante fuerte, a juzgar por su expresión de dolor. Había caído bastante aparatosamente al chocarse contra ellos, lo cual les había cogido por sorpresa; no esperaban encontrarse a nadie más en aquel lugar tan extraño.

- Wow, ¡¿te encuentras bien?!- Garry enseguida corrió a socorrerla. La ayudó a ponerse en pie, pero la jovencita se asustó cuando la tocó y se echó hacia atrás rápidamente, evadiendo más contacto físico.

- ...¡!- No parecía saber muy bien qué decir. Ante esta actitud el mayor se comenzó a sentir un poco incómodo, pero dejó eso de lado al darse cuenta de algo.

- ¡Ah! ¡Espera! Oye, tú eres... ¡¿Tú eres una de las visitantes de la galería de arte!?- Preguntó, sonriendo ampliamente.

- ¡Ah...!

- Como sospechaba...- Dijo el pelimorado, orgulloso al parecer de sus habilidades deductivas.- Yo soy Garry. ...Y esta chica es Ib.- Dijo, comenzando con las presentaciones. Ib y Mary se miraron a los ojos un segundo; la recién llegada aún parecía algo incómoda. No dijo nada, así que Garry continuó con su animado monólogo.- Estábamos en la galería de arte, y de repente nos quedamos atrapados dentro de este lugar... Así que ahora estamos tratando de escapar de aquí. ¿Asumo que tú estabas haciendo lo mismo?

- Yo...- La chica por fin habló, con cierta timidez.- Estaba buscando si había alguien más por aquí... Quería salir de aquí... Así que..

- Ah, ¡lo sabía!- Garry asintió, orgulloso.- Bueno, ¿quieres venirte con nosotros?

- ¿Eh...?- La rubia parecía alterada. Volvió a mirar a Ib, Ib la volvió a mirar a ella. Después volvió a enfocar su atención en Garry.

- Es peligroso andar solo por aquí. Hay muchas criaturas extrañas en este lugar. Así que, ¿vendrás con nosotros? Creo que sería lo mejor que permaneciéramos juntos.- Enunció el mayor, sonriendo más aún. Seguro que el hecho de haber encontrado a alguien más le daba un poquito más de esperanza. La chica rubia sonrió también, al parecer más animada.

- ¡Claro! ¡Iré con vosotros...!- Dijo, dándose unas palmaditas en el vestido para quitarle el polvo que había quedado allí por su caída de antes.

- ¡Decidido pues!- Garry iba a continuar caminando, pero paró un segundo para preguntarle algo más a la chica.- Oh, ¿cuál es tu nombre?

- Mary...- Respondió ella, que seguía mirando a Ib de reojo. La pequeña se había dado cuenta de esto, pero simplemente creyó que era porque la chica era algo curiosa.

- ¡Mary, pues! ¡Encantado de conocerte!

- ...¡Claro!- Mary entonces miró a Ib de una forma más obvia; estaba claro que quería hacerse su amiga, su sonrisa la delataba.- Um... encantada de conocerte, Ib...

- Igualmente.- Contestó la castaña, sonriéndole también. Eso hizo que Mary se animase aún más.

- Jiji... ¡Gracias!- Rió ella, acercándose un poco más.

- ¡De acuerdo!- Exclamó Garry.- ¡Ahora que tenemos más compañía, podemos continuar con la moral alta!

- ¡Viva!- Exclamó a su vez Mary, quien sonreía ahora mucho más que antes. A Ib le gustaba esa chica, era muy alegre, y eso estaba bien en un sitio como aquel... seguro que serían grandes amigas.

Eso pensó la pequeña mientras continuaban caminando por aquel pasillo, en busca de una salida de aquella galería de los horrores."

X.x.X.x.X.x.X

Una voz la llamaba...

- Ib, ¡Ib! ¿Estás con nosotros?- Garry la estaba zarandeando levemente, intentando sacar alguna reacción de ella.

- Mary... n-no lo entiendo. Esto tiene que estar mal.- Logró murmurar ella, confusa. No podía ser que la hubiese conocido allí, ellas dos eran hermanas, se conocían desde que nacieron, tenían toda una vida de recuerdos juntas...

Recuerdos que... empezaban a desvanecerse poco a poco...

...

¿Realmente la conocía desde hacía tanto tiempo?

- Te quedaste parada un rato, creí que volvías a perder la consciencia.- Suspiró el mayor, que se había preocupado bastante.

- No, yo... estoy bien. Acabo de recordar que... conocí a Mary aquí.- Ib aún no salía de su asombro. ¿Estaba aquel sitio jugando con su mente? ¿Qué significaba todo aquello? Pero sus recuerdos... empezaban a cambiar, poco a poco. ¡No! ¡Tenía que ser mentira! ¡Todo era porque estaba pasando demasiado tiempo ahí dentro, por eso todo estaba...!

- No pareces muy segura.

- Yo... es que...- Ib no sabía qué decir.

- Tranquila, corazón.- Dijo Garry, poniendo una mano en su hombro para calmarla.- Cuando os encontréis quizás podáis hablarlo. Seguro que hay una explicación para todo esto.

- Claro... gracias, Garry.- La chica sonrió un poco, agradeciendo tener a Garry ahí con ella.

- Bien... ahora... ¿podríamos darnos un poquito más de prisa? No quiero morir aún...- Rió el chico, que empezaba a recordar que querían dejar su cuadro hecho trocitos muy pequeños. Eso nunca era algo bueno, así que...

- ¡C-claro, perdona! Vamos, hay que apresurarse.- Afirmó Ib, acomodando un poco más a Blue en su hombro para que no se cayese mientras corrían. Porque estaban corriendo. Cada vez más deprisa, se acercaban al final de aquel pasillo.

Las respuestas que necesitaban, por fin, estaban cerca.


gjghasdgjhfasdas no cumplí con la promesa de actualizar mis fics una vez a la semana c': pero pero pero tengo excusa! (?) la anterior semana estaba ocupada con el salón del manga y con los viajes y ggasjghaasd al menos vuelvo a retomarlo ya, no me peguen muy fuerte c':

Y a este fic le queda muuuy poquito! Como mucho dos capítulos canónicos más :B digo canónicos porque tengo planeados varios finales diferentes para esto, igual que el juego original que tiene varios finales, pues este también! Y planeaba ponerlos como extra después de acabar con el fic, qué os parece la idea? Espero que refantástica, porque a mí me gusta mucho cómo quedó todo!

Saludos y hasta el siguiente capítulo~ :3