¿Están asombrados de todo lo que demoré en publicar el epílogo de esta historia? Yo también. En serio, debo de haber ganado algún tipo de record, ¡Nadie demora tanto en subir un epílogo! Sin embargo, acá está. Todas mis demás explicaciones y comentarios los haré más abajo. ¡Disfruten!


Epílogo.

Si había una lección que Tomoyo y Naoko habían aprendido muy bien en el último año es que nunca, jamás, irían a dudar de cualquier cosa o consejo que la tía Kaede les fuera a decir otra vez. Esa mujer era una bruja, así de simple, y era una bruja muy poderosa. Y si necesitaban prueba de ello, bastaba con dirigir sus miradas al patio del colegio y ver como Sakura y Shaoran les demostraban a todos que eran la pareja más dulce, única y real del mundo.

Si es que se le podía llamar dulce a Shaoran Li, claro.

- Es un poco molesto, ¿Sabes? – Reflexionó Naoko en voz alta – Si hubiéramos sabido que el consejo de la tía Kaede funcionaba tan bien, hubiéramos elegido mejor con quien emparejar a Sakura.

- ¿Honestamente crees que hay alguien mejor que Li para Sakura?– Cuestionó Tomoyo.

Naoko no fue capaz de contradecir eso.

- Está bien, elegimos bien. ¿Pero te imaginas si hubiéramos elegido a otra persona? – Replicó la chica.

Tomoyo no quería pensar en eso. Si bien ya las cosas no se podían cambiar, tampoco podía quejarse. En un comienzo el total asunto sobre los correos electrónicos y esa sarta de rumores había sido casi un desastre descomunal. La amatista perdió la cuenta de la cantidad de veces que quiso confesarle todo a Sakura y disculparse por todo el caos que se había ocasionado. Sin embargo, de algún modo, todo se había desarrollado maravillosamente bien. Sakura y Li estaban juntos ahora, y ni Naoko ni ella podían desear mejor chico para su amiga.

Por mucho que a Naoko le cueste aceptarlo a veces.

Ambas amigas estaban solas en la sala de clases y podían ver desde la ventana a la pareja en el patio, jugando fútbol con sus demás compañeros. Sakura, para variar, era la única chica en el montón, pero eso nunca era un problema. Ella siempre había jugado fútbol con los chicos, incluso desde primaria.

De repente, pudieron ver como Nagata pateó la pelota y pasó a golpear el brazo de Sakura. Observaron como la chica gritó y casi perdió el equilibrio. En el instante, todos sus demás compañeros se detuvieron y prestaron atención a la esmeralda, aunque sabían que el golpe no había sido lo suficientemente fuerte como para hacerle verdadero daño. No era nada que Sakura no haya sufrido anteriormente jugando con ellos. Sin embargo, eso no bastó para Shaoran. Con prontitud, se acercó a su novia y examinó su brazo. Por los gestos que la esmeralda hacía, de seguro trató de decirle que no había sido nada. Pero Shaoran, como terco novio preocupado, no quedó satisfecho hasta que se aseguró por sí mismo de que todo estaba bien. Y cuando eso pasó, le dio un tierno beso en la parte magullada, al igual que en sus labios, para alejarse y volver al juego.

Y esta no era la primera vez que Tomoyo y Naoko habían visto gestos como ese por parte del ambarino.

- ¿En serio puedes dudar de lo bien que elegimos? – Volvió a cuestionar la amatista.

- Quizás sean celos infantiles – Replicó Naoko cruzando los brazos – Li es demasiado perfecto.

- Sabes bien que eso no es así – Refutó Tomoyo – Li tiene muchos defectos.

- Sé que tiene defectos – Admitió la chica - Pero sabe compensarlos muy bien en otras cosas. Y eso hace que se le perdone todo.

- Suenas como si quisieras robarle el novio a Sakura – Se rió con burla la amatista.

- Amo a Sakura, jamás le haría eso a mi amiga – Aclaró seria Naoko – Pero eso no quita que Li sea un excelente novio, ¿Verdad?

Tomoyo sólo sonrió con algo de pena al escuchar eso último. Ya antes había oído a Naoko decir palabras parecidas sobre otro chico, pero sus palabras se las terminó por tragar con el tiempo. Porque Eriol Hiragizawa pudo haber sido el mejor novio del mundo en un comienzo, pero fue el peor de todos en el final.

Sin embargo, Shaoran no era Eriol. Shaoran era mil veces mejor que Eriol. Y Sakura era la chica más afortunada del mundo por ser él el que tuviera su corazón.

- A propósito, escuché que desde ahora Li no era admitido en la casa de Sakura – Comentó Naoko cambiando el tema.

- Eso no es así – Aclaró Tomoyo – El problema es que Touya va a vivir en la casa por los próximos dos meses. Y ya sabes cómo es Touya.

- Ah, eso explica todo – Exclamó la chica – Por un segundo pensé que era por culpa del papá de Sakura, pero sé que a él le agrada Li. Pero Touya… Creo que él nunca va a aceptar a Shaoran, ¿No?

- Supongo que algún día lo hará – Replicó la amatista pensativa – Por suerte Li tiene mucha paciencia. Y mientras tenga el apoyo del señor Kinomoto, todo estará bien.

- ¡Ahí están!

Tanto Tomoyo como Naoko se dieron vuelta y vieron a Rika en la puerta del salón. Llevaba una gran sonrisa en sus labios y tenía algo de harina en su ropa y cabello. Era obvio que venía de su clase de cocina.

- Chiharu te está buscando, Naoko. Dijo que tú entenderías.

- ¿Qué yo entendería? – Repitió la chica - ¡Ah! Es por lo del paseo de fin de año. Yo tengo los registros del dinero.

- Pero si tu eres la secretaria de curso, no la tesorera – Replicó Tomoyo extrañada.

- Ya para estas alturas ni reclamo – Explicó Naoko – Si Chiharu me pide que haga algo referente al curso, simplemente lo hago y me ahorro la discusión. ¿Podríamos no elegirla como presidenta otra vez el próximo año?

- ¿Y quién sería presidente entonces? – Preguntó Rika - ¿Endo? ¿Hiragizawa? Ellos son los únicos que se han ofrecido para ese puesto además de Chiharu.

- Oh, no – Exclamó Tomoyo – Si dejamos a Eriol y Endo de presidentes de curso, iríamos de fiesta en fiesta. En serio que lo puedo imaginar.

- Pero sería divertido – Sonrió Rika.

- Sí, pero estaríamos en la bancarrota en menos de tres meses – Analizó la amatista.

- Está bien, está bien – Las interrumpió Naoko – Chiharu presidenta año que viene. Entendí su punto.

Las dos amigas sólo rieron al ver su frustración.

- ¿Qué estabas cocinando, Rika? – Preguntó Tomoyo cuando las risas cesaron.

- Pie de limón – Reveló la chica - Aunque aún está en el horno, por lo que debería ir a cuidarlo.

- Dime que no se lo vas a dar a Tsutomu. ¡Todo lo que haces en repostería se lo das a él ahora! - Se quejó Naoko con un mohín en su rostro.

- Eso no es verdad – La acusó Rika – Cuando termines de hablar con Chiharu, ven a la sala de cocina y te daré.

- ¡Lo haré! – Exclamó con seguridad la chica – De verdad iré después.

- Te estaré esperando entonces – Dijo Rika sin preocupación.

- ¿Y yo? – Preguntó a su vez Tomoyo.

- Por supuesto que estás invitada también – Aclaró la chica sonriente - ¡Nos vemos después!

Y así, Rika se fue, cerrando la puerta del salón antes de alejarse.

De modo que volvieron a quedar a solas Tomoyo y Naoko. Y otra vez volvieron a pensar sobre Sakura y Li. Eso era algo que solía suceder bastante cuando interactuaban entre ellas. Y es que aún había cierto detalle en el que no lograban estar por completo en acuerdo. Había un gran dilema de consciencia y honestidad que no les permitía seguir. O que, al menos, no permitía a Tomoyo estar tranquila.

- Naoko, ¿Jamás se lo podremos decir? – Murmuró la amatista con culpabilidad.

- ¿De nuevo, Tomoyo? – Replicó exasperada la chica - ¿Cuántas veces tendremos que hablar sobre esto?

- Es tan sólo que me hace sentir mal – Aclaró Tomoyo con preocupación – Estamos ocultando algo que no es de menor importancia. Y Sakura se merece saber la verdad.

- Sakura se merece ser feliz – Refutó Naoko con terquedad – Después de todo lo que ha pasado, no es necesario que sepa lo que hicimos. Es feliz con Shaoran y no voy a hacer yo la que arruine eso. De toda esta mentira, algo muy bueno salió. Y hay ciertos secretos que son mejor no contar.

- Pero, quizás, si le explicamos todo… Sakura podría entendernos, ¿Sabes? Quizás no nos vaya a matar – Sugirió la amatista.

- Probablemente. Pero, ¿Y si afecta su relación con Shaoran? ¿Y si Li se enoja con Sakura por nuestra culpa? ¿No has pensado en eso? – Inquirió Naoko seria.

Tomoyo sabía que su amiga tenía muchos más argumentos a favor, pero no podía evitar sentirse mal. Sakura merecía saber que fueron ellas las que enviaron los correos electrónicos. Y que fueron ellas las responsables de lo mal que la pasó tras ese incidente. Y no, el que haya habido un final feliz tras todo ese caos no hacía que se sintiera libre de culpa. A lo mucho lo opacaba un poco.

- Tomoyo, no arruinemos las cosas. Todo el daño que pudimos haber hecho con nuestra jugarreta ya no le afecta a nadie más. No abramos heridas cerradas. No vale la pena.

- ¿Crees que al menos podamos decirle la verdad a Sakura cuando tenga 10 años de matrimonio con Li y tres hijos acuestas? – Preguntó Tomoyo con resignación.

- Suena eso como un buen plan. Sin embargo, por ahora, debes prometerme que jamás revelaremos la verdad. Incluso tú sabes que es lo mejor. Si no fuera así, le hubieras dicho a Sakura todo hace tiempo ya, con o sin mi consentimiento.

Naoko tenía razón. Por más que se lamentara, era mucho mejor guardar el secreto y dejar las cosas fluir. Tomoyo sabía que esa resolución era lo más lógico y práctico que podían hacer. Sin embargo, algo dentro de ella le decía que en algún futuro esa mentira le iría a cobrar cuentas. Y temía que esas cuentas fueran demasiado costosas de pagar.

- ¿No te hace sentir aunque sea un poco mal? – Preguntó Tomoyo como último intento para convencer a su amiga.

- Claro que sí – Reveló Naoko – Pero miro a Sakura y Li y hace que todo se pase. Ellos hacen que valga la pena, incluso si llegaran a terminar mañana.

Tomoyo tan sólo respiró hondo. Ya no había nada más que decir.

- Me debo ir, sino Chiharu me regañara. Juro que es peor que mi madre – Se lamentó Naoko.

- Tu madre jamás te ha regañado en tu vida – Se burló la amatista.

- Por eso mismo lo digo - Replicó Naoko con una sonrisa burlona para después ir a tomar sus cosas - ¿Nos vemos donde Rika?

- Está bien. Realmente se me antoja pie de limón.

- Si llego después, ¡No te lo comas todo!

Y con esa advertencia, Naoko salió del salón, dejando la puerta abierta y a una muy pensativa Tomoyo sola mirando hacia la ventana.

Los ojos de la amatista se fijaron en el partido de fútbol otra vez, pero su mente divagó en otras cosas. Se sentía dividida y preocupada. Algo estaba mal, pero no sabía qué. Algo se le estaba escapando, pero no podía concluir que era. Y esa sensación, especialmente en el último tiempo, no la había dejado tranquila.

- ¿No deberías estar con tus amigas o algo así?

Tomoyo cerró los ojos al escuchar esa voz.

Ella había aprendido de primera mano como el tiempo sí podía curar todas las heridas. Pero el estar a solas con Eriol Hiragizawa nunca era una buena idea. Ni siquiera para a poner a prueba el hecho de que ya había superado su traición. Como también el cuánto lo amó.

Él seguía siendo algo que no podía controlar.

- ¿No puedo estar a solas un rato? – Replicó la chica mientras cruzaba los brazos.

- Como siempre, a la defensiva. Le quitas a todo la diversión.

Tomoyo sintió como el chico se iba acercando hacia ella. Pudo sentir como se detuvo a su lado, pero no lo miró. Simplemente siguió observando por la ventana tal como si estuviera sin compañía. Eriol también se dedicó a mirar el patio. Y no le tomó mucho tiempo encontrar lo que la chica estaba observando.

- No te preocupes. Shaoran jamás le hará daño – Comentó Eriol tras unos instantes.

- Nunca me ha preocupado eso. Li no es del tipo de chico que lastimaría a su novia.

- ¿Cómo yo? – Preguntó el inglés con burla, pero con desafío.

Tomoyo por fin despegó su mirada de la ventana y miró a Eriol a los ojos. Pudo ver como en ellos había tranquilidad y certeza. Si había culpa, no pudo notarlo. Eriol no era el tipo de persona que se acobardaba ante la verdad, por muy escandalosa o terrible que sea.

Así que, con misma tranquilidad, la amatista respondió de forma tajante y sin mucha explicación.

- Sí.

Eriol sonrió al escuchar esa respuesta. Era como si realmente lo estuviera disfrutando.

- Eso es lo mejor de ti. Esa coraza, la de una muñeca de porcelana sin defecto – Eriol entrecerró los ojos - Lo que hace que sea tan interesante tratar de quebrar tus defensas.

- Sí, sí, lo sé. Mientras más difícil sea una mujer, más interesado está el hombre. Ya lo sé, lo he visto – Replicó la chica con rapidez, sin darle mucha importancia.

- ¿Y ustedes, mujeres? ¿No acaso les gustan los chicos malos? ¿Esos a los que tratan tan desesperadamente cambiar, pero que nunca logran hacer?

- Oh, no. Yo ya aprendí mi lección respecto a eso. Si hay algo que aprendí estando contigo es que, por mucho que confíes en un chico problema, ellos nunca cambiarán y terminarán lastimándote de todas formas. Esa lección la aprendí muy bien.

- ¿Aprendiste eso conmigo? Qué honor.

Tomoyo tuvo que hacer de todo su esfuerzo para no sonreír. Su comentario no le había gustado a Eriol. Y por su respuesta sardónica, sabía que se estaba comenzando a molestar, pese a que había sido él el que trajo el tema a flote.

Aunque normalmente sus conversaciones siempre trataban sobre ese asunto.

- En fin, Li jamás le hará nada de eso a Sakura - Insistió la chica volviendo a mirar por la ventana – Ni siquiera es un chico malo.

- ¿Y cómo es que yo paso a ser un chico malo y él no? – Inquirió Eriol con curiosidad, poniendo sus manos en sus bolsillos – Shaoran se ha acostado con media secundaria, tiene un carácter de mil demonios y ha probado más de una vez que no le teme a meterse en problemas.

- Li nunca se ha acostado con una chica estando en una relación con otra, su carácter no es de mil demonios, y lo sabes bien, y la única vez que se metió en verdaderos problemas fue por esa pelea que tuvo con Tsutomu hace meses atrás - Refutó la amatista con serenidad.

- ¿Qué no tiene un carácter de mil demonios? – Repitió Eriol como si eso hubiera sido todo lo que dijo Tomoyo – ¿Es una broma?

- Que a ti te trate mal no cuenta - Replicó la chica - Al resto de nosotros nos trata muy bien.

- Pero si ayer casi me mata con un cuchillo de cocina… - Comentó Eriol casi ofendido.

- De seguro te lo merecías.

- Siempre has defendido a Shaoran, incluso cuando estábamos juntos – Encaró el chico molesto.

- Yo te amaba, pero no era idiota.

Algunos podrían decir que Tomoyo estaba loca por hacer comentarios como ese último, pero la chica había aprendido hace tiempo que era mejor así. Eriol era un zorro astuto, con una habilidad impresionante para encontrar las debilidades de los demás. Y la amatista sabía que era mejor que ella misma remarcara sus falencias a que dejara a Eriol hacerlo. De esa forma sus debilidades jamás podrían hacerle daño. O, al menos, el chico no podría hacer uso de ellas para lastimarla.

- Y yo que te adoro tanto… - Suspiró con fingido pesar el chico.

- Lo superarás.

- Sin embargo, yo no vine a hablar contigo sobre el resplandor de antaño de nuestra maravillosa relación.

Y para hacer más claro su punto, Eriol se movió, ubicándose entre la ventana y Tomoyo, interrumpiendo de eso modo la vista del patio. Y, de pasada, quedando peligrosamente cerca de la chica. Sólo unos pocos centímetros de espacio había entre sus cuerpos ahora. La amatista se percató de que, para lo que sea que quería el chico hablar con ella, demandaba toda su atención.

- No tengo pruebas, ni mucho menos entiendo el porqué lo hiciste, pero hay algo que me tiene bastante intrigado – Comenzó a decir el chico.

- ¿Se supone que debo entender a que te refieres con todo eso? – Inquirió la chica mientras levantaba una ceja.

- Los correos, darling. Esos correos electrónicos de hace meses atrás.

Gracias a Dios, Tomoyo era pálida por naturaleza. Porque, si hubiera sido de otro modo, Eriol hubiera podido ver con mucha claridad como toda la sangre de su rostro desapareció. Sólo rezó para que él no notara como su corazón latía a mil por hora. Sin embargo, de algún modo, la chica logró mantener una actitud de indiferencia.

- ¿Te refieres a esos correos con los rumores? – Preguntó la amatista con fingida inocencia.

- ¿Y cuáles más? Tomoyo, no es necesario que juegues el papel de inocente. No tengo pensado comentar esto con Shaoran o Sakura – Aclaró el chico.

Pero Tomoyo no bajó la guardia. Ahora, más que nunca, debía estar en alerta. Si Eriol llegaba a saber o, en este caso, confirmar que ella estaba detrás de esos correos, cabezas irían a rodar. Comenzando con la de ella. Por lo que mantuvo su actitud de ignorancia e indiferencia, sin relajarse ni por el más mínimo segundo.

- Vas a tener que tratar de explicar mejor tu punto – Musitó la chica con actitud aburrida.

- Tú los enviaste. Enviaste esos correos, aunque aún no sé el por qué. Debiste tener ayuda de alguien, claro, pero sé que estás detrás de todo ello.

¿Y por qué Eriol la indicaba a ella como la mente maestra detrás de esos correos? Si mal recordaba, había sido Naoko la de la idea en un comienzo. Ella sólo la ayudó.

- Interesante conspiración. ¿Y qué más?

- Como ya te dije, no tengo pruebas concretas de ello… aún – Siguió explicando el chico – Pero tampoco me interesa que los demás lo sepan. Sin embargo, hay algo que no deja de inquietar mi mente.

- ¿Tu conciencia, tal vez? – Sugirió la chica por lo bajo.

- Sakura - Aclaró Eriol, ignorando el comentario de la amatista - Ella representa una verdadera incógnita en todo esto. Yo sé que la amas casi como si fueran hermanas, por lo que no puedo entender porque la irías a lastimar. Y esos correos, como bien podrás recordar, le hicieron muchísimo daño.

Tomoyo podía fingir indiferencia en momentos incómodos, impasibilidad en momentos tensos, e incluso serenidad cuando estaba enojada. Pero no podía ocultar la pena en sus ojos. Sakura era feliz ahora, pero la amatista jamás se perdonaría todo el sufrimiento que le causó. Quizás era eso la que la hacía estar tan intranquila. Quizás necesitaba confesar y disculparse. Y, más que nada, necesitaba ser perdonada. Sakura era alguien demasiado importante para ella.

- ¿Entonces? – Preguntó el chico esperando respuestas.

- Todo ha sido muy interesante, pero no sé qué decir.

- No mientas, vi la pena invadir tus ojos – Exclamó con molestia el chico, apretando su boca.

- Por supuesto que me da pena. Vi a mi mejor amiga sufrir por algo que no merecía. Y yo no pude hacer nada para evitarlo – Explicó la chica, medio entre verdad y mentira.

- Podrías no haber enviado esos correos, por ejemplo – Sugirió Eriol.

- ¿Y por qué tanto te molestan esos correos? – Preguntó la chica exasperada – Fue hace meses atrás y ni siquiera te viste implicado en algún escándalo por ellos.

- No es que me moleste, es que no entiendo. Y odio no entender las cosas.

- Nunca me entendiste a mí – Comentó por lo bajo la chica.

- Lo sé, pero del odio al amor no hay mucha distancia.

De nuevo, Tomoyo tuvo que controlarse para no sonreír. Eriol nunca la había odiado, y eso lo sabían bien los dos. Ni siquiera había estado alguna vez molesto con ella.

- Entonces, ¿Así va hacer? – Inquirió el chico - ¿Te llevarás el secreto hasta la tumba?

- Claro. Lo que tú digas – Replicó de forma evasiva la amatista.

- ¿En serio vas a seguir mintiéndome a la cara? – Insistió Eriol, ya ahora más intrigado que enojado.

- ¿Honestamente? No sé qué decir. No envié esos correos, no sé qué esperas de mí.

Tomoyo tenía que seguir el plan original. Naoko y ella estaban enterradas en esto hasta el cuello, y no iba a ser ella la que terminaría de poner tierra en sus cabezas. Además, pondría en peligro muchísimas cosas más. Su amistad con Sakura, su amistad con sus demás amigas. Incluso, y ese era uno de sus mayores miedos, la misma relación de Sakura y Li. Y su amiga estaba tan feliz… Ella no iba a destruir eso. Existían secretos que no merecían la pena ser revelados.

La amatista pensó que Eriol volvería a insistir pero, para su sorpresa, el chico sólo se dedicó a observarla con bastante detenimiento. Tomoyo no bajó la mirada, por mucho que quiso hacerlo. Si lo hacía, Eriol vería más vulnerabilidad de la que ella quería demostrar. Y ella realmente no quería demostrar fragilidad alguna.

Finalmente, tras unos instantes, el chico sonrió poco a poco. De esa forma tan típicamente burlona, tan suya.

- Está bien – Asintió Eriol - Dejaré de molestarte sobre esto. Sin embargo, y escúchame muy bien Tomoyo, algún día lo sabré todo. Quizás no sea mañana, ni la semana que viene, pero lo sabré. Porque debe haber una muy buena razón por la que seas tan reticente. Y la intriga es una droga muy adictiva.

- ¿Cuándo va a ser el día en que te vas a meter en tus propios asunto? – Preguntó la chica con fastidio.

- Tú eres uno de mis asuntos, bella. Por mucho que no lo desees.

Y sin permiso, Eriol acarició la mejilla de la chica con ternura, para después moverse y dirigirse hacia la puerta del salón.

- Nunca bajes la guardia – Le aconsejó el chico antes de irse – Yo siempre estaré pendiente de ti. Incluso cuando yo no lo quiera. Supongo que ese será mi castigo de toda la vida por haberte perdido.

Y con ese comentario final, Eriol salió de la sala, dejando a Tomoyo de nuevo sola en ese lugar. Más sola de lo que jamás se había sentido en su vida.

Cuando escuchó que los pasos de Eriol se habían alejado lo suficiente, pudo sentir como patéticamente unas pocas lágrimas se acumularon en sus ojos. Sin embargo, de alguna forma, no las dejó caer por sus mejillas. No esta vez. No iba a permitirlo. Había llorado lo suficiente para toda una vida a causa de Eriol Hiragizawa y ya era suficiente. ¿Cuánto más iba a llorar por su culpa? No más, se dijo a sí misma la amatista. Había llegado al límite y un poco más.

Por lo que, respirando profundo un par de veces, Tomoyo logró controlarse, tragándose las lágrimas y la frustración. Ya habría otros amores por los que sufriría, otros chicos que tendrían su amor. Pero el amor que por Eriol había alguna vez sentido ya no estaba en su corazón. Él y el tiempo se habían encargado de matarlo. Y ahora esa herida tan sólo producía daño. Ya no quedaba nada de su brillo o calor.

Qué triste ver como del cielo se podía caer tan fuerte al suelo, ¿No?

Tomoyo miró por última vez hacia el patio con una mezcla entre pena y felicidad. Pena, por todo lo que no fue. Y felicidad, por lo distintas que eran las cosas ahora. De forma silenciosa, le deseo lo mejor a Sakura y a Li, y se decidió por dejar el pasado atrás. Las decisiones del pasado sin duda tendrían repercusiones en el futuro, pero no por eso debía sacrificar el presente. Y si todo estaba bien ahora, entonces era momento de disfrutar, no de preocuparse.

La chica tomó su bolso y miró su reloj de muñeca. Aún le quedaba mucha tarde por delante y muchas cosas por hacer. Partiendo por ir a comer el pie de limón de Rika. No le haría nada de mal un bocado dulce después del trago amargo. Y si Naoko o Tsutomu aparecían antes que ella, dudaba que le quedara pedazo alguno.

Una sonrisa cubrió su rostro y salió del salón, cerrando la puerta cuando se encontró en el pasillo. Y tarareando la última canción que estaban practicando en el grupo de coro, se dirigió a la sala de cocina.


Notas de la autora:

Primero que todo, debemos agradecer que mi país está de fiestas patrias y que mi Universidad me dio una semana de vacaciones por ello. Porque, si no fuera así, aún estarían ustedes esperando el epílogo de esta historia para un mes más. En serio, no he tenido tiempo para nada. Recién en los últimos 4 días pude realmente terminar este epílogo como quería.

Respecto al epílogo en sí, casi tuve que escribirlo todo de nuevo tras publicar el capítulo anterior. La cantidad de reviews pidiéndome que hablara sobre muchas cosas que quedaron "en el aire" en la historia hizo que me viera forzada a partir de nuevo y agregar más párrafos y diálogos en este capítulo. Así que cúlpense ustedes también por la demora xD Aún así, espero haber hecho a la mayoría feliz. Sé que se me quedaron muchas cosas en el tintero, pero espero haber abarcado la mayoría de sus dudas y peticiones :)

Ahora, se podrán haber percatado de que este epílogo en vez de estar enfocado en Sakura y Shaoran (Como probablemente debió haber sido) está más enfocado en Tomoyo y Eriol. Y eso lo hice intencionalmente. Sé que a muchos de ustedes realmente les encantó esa pareja en esta historia (Aunque aún no sé porqué... ¡Eriol engañó a Tomoyo con dos chicas a la vez!), por lo que ya hace tiempo me decidí a que escribiría sobre ellos dos. Sí, leen bien. Escribiré una historia corta (En lo posible un one shot largo) sobre Tomoyo y Eriol de esta historia. Es lo único que puedo hacer por todos los fans de esta pareja que me pidieron más sobre ellos. Será publicado de forma aparte por lo que, me temo, para leerlo deberán estar atentos a la página principal de Card Captor Sakura en fanfiction o tenerme entre sus alertas. En especial porque no tengo ni idea de cuando lo publicaré.

Y, respecto a esa historia, necesito pedirles un gran favor. En realidad, es más bien una opinión. En mi mente, y de acuerdo a lo que tengo pensado escribir, esa historia debería ir en la categoría M. Es más que nada por el vocabulario, ciertas escenas y una que otra cosa que, aunque no caería dentro de un lemon propiamente tal, si llevaría de forma implícita contextos algo subidos de tono. Sin embargo, Parece que le gustas está en la categoría T y creo que, quizás, a varios lectores le molestaría el cambio. Por lo que, ¿Qué prefieren? ¿Categoría T o M? ¿O les da igual? Por favor, en sus comentarios expresen su opinión al respecto. Incluso si no quieren escribir un review, tan sólo escriban la letra de la categoría que quieran, y el mensaje me quedará claro :) Mientras más pronto sepa esto, más pronto puedo comenzar a escribir bosquejos de la historia. ¡Ah! Y si llegara a ganar la categoría T, no se preocupen. De alguna forma me las arreglaré para contar la historia tal como quiero, sólo que sacando ciertos elementos. Yo voto por la categoría M, pero respetaré completamente si gana la categoría T :)

Y después de ese testamento, ha llegado la hora de despedirme de verdad. ¡Muchísimas gracias por todo! Por todo su apoyo, por todo los que han agregado PQLG a sus favoritos, por los que incluso a mí me han agregado entre sus autores favoritos. Por sus comentarios, por su paciencia, por su lealtad. La pasé muy bien con esta historia, y nada me hace más feliz que saber que ustedes disfrutaron de este fic tanto o más que yo.

¡Espero verlos de nuevo en futuras historias!

¡Adiós y muy buena suerte a todos!

(22 de septiembre de 2013 - 1:43 AM)