» "Nobody's Little Girl" pertenece únicamente y exclusivamente a HelloElla.

Capitulo 1. Corre

Mis mejillas me arden y me mantienen despierta. Están cortadas y duelen, victimas de los vientos de Seattle.

No abro mis ojos. Solo dormí por unos cuantos minutos. Por aquí no puedes mantener los dos ojos cerrados por mucho tiempo.

Estoy determinada en dormir un poco mas. Irte arrastrando por ahí con sueño y cansada no es manera de sobrevivir estas calles.

Pero mi cabeza duele.

Mi estomago ruge con ira. No me he alimentado en dos días. Simplemente no puedo. No tengo dinero.

Mis labios están partidos, mi ropa esta incomoda, húmeda y sucia. Mi cuero cabelludo pica y mi espalda me duele por dormir en el frio concreto.

Pero esta es mi vida.

He vivido así estos los últimos cinco años.

En la distancia escucho a un hombre reírse. Automáticamente me siento y veo a mi alrededor. Viviendo en la calles como una chica, rápido aprendes que no puedes confiar en los hombres. Ellos o quieren agarrarte o molestarte y algunos solo quieren hasta golpearte solo por diversión. Bastardos enfermos. Yo no estoy para nada de eso.

Tallo mis ojos con mis sucias manos, tratando de convencerlos de que es hora de levantarse. Sé que estoy muy bien escondida, pero nunca puedes ser demasiado cuidadosa, así que estiro mi cuello en todas direcciones, asegurándome de que estoy segura. Me siento contra la pared, aviento algunas hebras de mi grasoso cabello dentro de mi gorro y trato de idear un plan para conseguir comida.

Podría rogar. Podría sentarme fuera de esa iglesia con las estatuas escalofriantes. Podría salir con unos cuantos dólares de ahí. La gente de esa área siempre parecen ser buenas o al menos pretenden serlo para así estar en la lista de Dios.

Dale a la chica vagabunda un dólar.

Últimamente ha estado difícil. Se vuelve más difícil cada día. Parece que entre mas grande me vuelvo menos pena sienten las personas y menos dinero me dan.

Creen que soy algún tipo de drogadicta o revoltosa.

Una simple adolescente fugitiva.

Algunas vece me dicen "ve a casa, niña" y "llama a tu mamá y pídele perdón, ella te acogerá de nuevo". Nunca los corrijo. Solo asiento y trato de verme agradecida por su consejo.

Si tan solo supieran que nunca he tenido un hogar.

Y que nunca he tenido una madre.

He estado viviendo en la calles desde que tenia 12. Antes de eso me movía de un hogar adoptivo a otro. Es una larga historia, pero ni siquiera yo se me la se completa.

Mi estomago ruge de nuevo.

He estado hambrienta toda mi vida. Uno se acostumbra a todo. Pero el dolor en mi barriga a veces es demasiado.

Duele.

En días buenos me puedo conseguir hasta 20 dólares. Hago lo mas que puedo con ese dinero para así poder conseguir mas.

Soy inteligente, bueno… algo.

Compro una comida grande, como una hamburguesa, y la hago durar hasta dos días. Entonces compro un poco de jabón, me meto escondidas a una gasolinera y lavo mi rostro, brazos, manos y cabello en el lavabo.

La gente esta mas dispuesta a decir que si, si me veo medio decente. Lavo mi chamarra también y por ahí pido un "trabajo rápido". Me gusta ganarme mis centavos. Se siente mejor que rogar.

Además así consigo menos miradas feas.

Podando pasto, lavando autos, limpiando ventanas y algunas veces las señoras me dejan limpiar sus casa por un poco de dinero extra. Aunque la mayoría de las personas no confían en mi lo suficiente así que no me dejan.

Esos son buenos días.

Aunque la mayoría de los días son malos. Como la semana pasada.

Comenzó a llover. Aunque la lluvia es normal por aquí, las personas prefieren quedarse en sus casas que salir.

Nada exitoso eso de rogar. Tampoco puedo decir que los culpo. Yo no soy exactamente muy animada en la lluvia.

De todos modos lo intento y me siento afuera de la tenebrosa iglesia. Me consigo como cuatro dólares mojados, unos cuantos centavos y dos sermones sobre la vida y Dios.

Trato en un basurero afuera de este lugar de hot dogs que siempre parece tirar panes buenos los jueves.

Se irán al infierno por desperdiciar la comida, solo eso diré.

Encuentro unos cuantos panes que se ven medio decentes, los meto en mi mochila y corro antes de que los dueños me encuentren. La última vez llamaron a los policías.

Idiotas.

Regreso a mi lugar abajo del viejo puente. Difícilmente algún otro vagabundo viene por aquí dado que esta cerca a la estación de policía. Me imagine que los policías no pensarían en buscar aquí. ¿Quién seria lo suficientemente tonto como para dormir debajo de un puente que esta al lado de una estación de policía?

Inteligente, les digo.

Me trago un pan hot dog con desesperación, bebo las ultimas gotas de agua en mi botella y me siento esperando por que la lluvia se calme un poco. Puedo decir que a mi barriga no les gusto el pan feo y estoy sedienta, pero simplemente lo ignoro.

Trato lo más que puedo de alejarme del agua debajo del puente.

Si te mojas, te puede dar gripe y si te da gripe, te enfermas. Estar enfermo por aquí puede ser mortal sin nadie que te de agua o comida, y sin doctor.

Así que me mantengo lo más seca que puedo.

Me quedo viendo mis zapatos y a los hoyos a cada lado de ellos. Mis pies y manos están fríos.

Tallo mis frías manos juntas por algo de calor.

Mis pantalones están sucios y asquerosos. Mi chamarra huele raro y estoy bastante segura que para los demás huelo aun peor.

Aprieto toda mi ropa mas hacia mi pues esta haciendo mas frio. Es demasiado grande para mi y se pone cada vez mas grande por cada día que no como. Un tiempo me estuve quedando en un albergue, el director de ahí dio ropa, ya que había recibido una gran donación de una tienda. Todos agarraron camisa y pantalones. Yo tome una chamarra ya que sabia que no iba a salir muy pronto de las calles y necesita mantenerme caliente.

Tenía razón. En las calles es donde vivo.

Todos los días, me pregunto cambiaran las cosas para mi. ¿Cuándo saldré de estas calles?

Que yo sepa no tengo numero de seguro social o acta de nacimiento así que no puedo conseguir una identificación oficial o un trabajo.

Abro mi mochila que tiene otra camiseta, una delgada manta, mi agua de botella y Dolly, mi muñeca de trapo.

Me dijeron que mi verdadera madre dejo a Dolly conmigo cuando me regalo de bebe, así que la conserve aunque ella no me conservo a mi.

Siento a Dolly enfrente de mí y paso mis dedos por su cabello. Se supone que es rubio pero con la suciedad de mi vida, se ve gris.

—Hey D-D-Dolly, ¿tie-ee-nes hambre? — he ahí otro obstáculo. Bueno de hecho tengo tres.

Tartamudeo. Tartamudeo muy feo. Las personas creen que soy estúpida o uno de eso niños "especiales". Pero no lo soy.

¿Los otros dos obstáculos?

No puedo leer ni escribir.

Nunca fui a la escuela.

Esa es otra completa historia.

Dolly ha sido mi única amiga. Ella tampoco piensa que soy estúpida.

No dice mucho. Solo se me queda viendo con sus ojos de botón azules. Yo hablo con ella todo el tiempo. Trato de quitarme mi tartamudez mientras hablo con ella, pero no funciona.

Le cuento mi día y lo que estoy pensando. Nunca responde, así que simplemente la aviento de nuevo a mi mochila o duermo abrazada fuertemente a ella soñando que es real.

Una amiga real o una hermana.

—¿Mi-mi-mis mejillas esta rojas di-c-c-e-es? Bueno hace fri-fri-frio, Dolly. — Acaricio su rostro y le sonrió. —Yo te mantendré ca-ca-calienti-ta.

A veces me pregunto que se sentirá ser abrazada. Cuando era pequeña, veía como mis padres adoptivos abrazaban a sus hijos y luego me dormirá muy apretada a la pared y fingía que mi mamá estaba abrazándome.

Apuesto a que no se siente frio y duro como esas paredes.

Apuesto a que se siente lindo.

Supongo que jamás lo sabré.

¿Quién carajos querría abrazar mi sucia persona?

Dolly se me queda viendo mientras le digo tartamudeando lo que deseaba para la cena.

—Un gran bi-bi-bisteck con pa-pas y una coca, ¿que tal t-t-tú? ¿Pescado? E-e-es-eso es asqueroso.

Unos vagos creen que estoy loca por que hablo con una muñeca, pero me ayuda a no sentirme tan sola.

La lluvia finalmente para y aviento a Dolly de nuevo dentro de la mochila. Corro hacia la estación de gasolina en la esquina y checo la hora. Voy allí por que su reloj es una con grandes números rojos y he aprendido a leer el tiempo así.

Son casi las cinco, cuando salen del trabajo.

Me apresuro al final de la siguiente calle, esperando que alguien me de un poco del cambio suelto en sus bolsillos.

Para las seis de la tarde, tengo 8 dólares en monedas. Me compro un sándwich y solo me como la mitad. Me guardo el resto para cuando realmente este hambrienta de nuevo. Lleno mi botella de agua en el lavadero del lugar de los sándwiches y corro hacia el refugio de mujeres esperando que haya una cama para mi.

Algunas veces cuando no hay muchas mujeres allí, me dejan tener una cama. Ellos las reservan para mujeres golpeadas por sus esposos y para sus hijos, pero como no siempre se llenan, la señora a cargo me deja pasar la noche y desayunar.

Eso es dos o tres veces al mes, pero lo intento todas las noches.

Esta noche es un no. Esta lleno.

No me gusta ir a cualquier albergue por que en su mayoría están llenos de vagabundos y borrachos y yo no me voy a acerca a ninguno de ellos. Prefiero dormir en la lluvia.

No parece que va a llover esta noche, así que me dirijo al parque. Dormir bajo las bancas en el pasto es más cómodo que en el pavimento.

De camino allí veo a Jessica para en su esquina de siempre. Jessica consigue dinero de los hombres, por que los deja tocarla y hacer cosas horribles con ella. Es buena, a veces me da el cambio suelto que trae y hasta me saluda cuando me ve pasar.

Pero sé que no debo molestarla cuando esta haciendo "negocios".

Hasta ahora no parece que este haciendo negocios, así que camino hacia ella.

—Hey, Je-Je-Jessica.

—Hey Kid.

Todas las personas lo que conozco en las calles o que me conoces me llaman Kid. Cuando tenía cinco, mi madre adoptiva en ese entonces nunca podía recordar mi verdadero nombre, nunca, así que me decía Kid. Supuse que eso tenía que pasar, así que de ahí en adelante les decía a las personas que mi nombre era Kid y se quedo.

—¿Has es-es-tado haciendo buen di-di-di-nero?

—Siempre Kid, — dice ella secamente y enciende un cigarro. —Pero ahora no puedo darte nada.

—No, yo no que-que-quería nada. Solo es-es-estaba preguntado.

—Oh, bueno esta bien.

Ella me mira y rápidamente ve hacia otro lado tratando de evitar mirarme a los ojos.

—Bueno, te v-v-veo luego, — murmure y comencé a alejarme.

Unos cuantos pasos mas, la oí maldecir y tomar una respiración profunda. — ¿Dónde te vas a quedar esta noche, Kid? Tal vez si no tengo más clientes o termino temprano, ¿te puedo dejar quedar en mi sillón?

A veces creo que ella se siente mal por mí.

—Estaré de-de-deba-debajo de las bancas en el parque.

—Está bien.

—Está bien.

Dormí bien, hasta que unos ruidos me despertaron. Al principio, trate de ignorarlo y apreté mis ojos cerrados, pero continuo. Me di cuenta que era un hombre gritando.

Gritos y maldiciones llenaban la noche.

Me arrastre de debajo de la banca y mire a mi alrededor. Algo malo estaba pasando. Podía sentirlo en mis adentros. No había estrellas en el cielo además de los gritos del hombre eran extrañamente quietos y terribles.

—¡Ayuda! ¡Por favor! ¡Alguien ayúdeme!

Tome un fuerte respiro y me arrastre de nuevo debajo de la banca, espero que los ruidos se vayan, pero los gritos continúan y parecen acercarse mas y mas.

Estoy asustada.

Me levanto. Tomo una respiración profunda, muerdo mi labio, tomo mi mochila y corro. No se a donde. Dejo que mis pies y corazón decidan. Todo lo que sé es que los gritos de ayudan aun están acercándose. Y difícilmente puedo ver algo. Todavía es muy tarde.

Veo las luces de un auto y por alguna estúpida razón corrió hacia ellas.

Me congelo cuando veo lo que esta pasando.

Ahí, enfrente del auto en el suelo, yace un hombre y alrededor de él un grupo de hombres y mujeres.

—¡Levántate niño rico! — grita la mujer pelirroja.

—¡Pelea! — grita otro hombre.

—¡Jodete! — se las arregla para rugir el hombre en el suelo. Con un brazo se esta sosteniendo la parte baja con dolor de su cuerpo y esta tratando de arrastrarse lejos de ellos con su brazo libre, pero ellos siguen golpeándolo. Me quedo viendo mientras la banda continua su crueldad con ninguna idea de que hacer.

No es sino hasta que uno de los hombres se arrodilla junto al pobre chico y saca una navaja.

¡Van a matarlo!

No se por qué me siento mal por el extraño o por que siento la necesidad de hacer algo. No es la primera vez que veo a alguien ser golpeado y apuñalado, pero por alguna inexplicable razón no quiero que le a pase este chico en el suelo.

Tomo la cosa mas cerca a mí, que es un ladrillo de un callejón y con toda mi fuerza se lo tiro al hombre con la navaja y grito "¡Po-po-policía!"

El hombre con la navaja gime del dolor.

¡Lo golpee!

¡Lo golpee en la cabeza!

Pero ahora tengo a cuatro hombres y una mujer viéndome con ira, el aire ha dejado mis pulmones.

¡Mierda! ¿En que me he metido?

Toman unos pasos hacia mí. Antes de que pueda correr, atrapo al hombre en el suelo viéndome directamente a mí.

Es joven. Con ayuda de las luces y a través de la sangre y moretones, puedo ver sus ojos, ardiendo con un fuego que no entiendo. Puedo ver que se esta preguntado por que lo ayude. No me quedo para responderle.

Antes de que me de cuenta, estoy corriendo.

Estoy corriendo tan rápido que siento que estoy volando.

No siento mis pies tocar el suelo.

Escucho las pisadas de las personas detrás de mí.

—¡Te vamos a atrapar!

—¡Te vamos a matar, jodida perra!

No me espero a saber si están diciendo la verdad y corro más deprisa. No puedo respirar y mi pecho esta doliendo, pero no puedo parar.

Cruzo una calle sin mirar y antes de llegar al otro lado, escucho un auto chirriar. No me detengo a ver que sucede y continúo girando a la izquierda.

Puedo decir que los he perdido, pero no me detengo.

Encuentro un callejón y corro hacia este, en el hay un basurero. Soy pequeña así que me puedo meter atrás de el para esconderme.

—¿Dónde esta? — escucho a alguien susurrar.

Mi rostro esta contra el frio y sucio contenedor. Cubro mi boca con mi mano.

—No lo se, creo que corrió en esa dirección.

—¿Estas bien Jimmy?

—Si, Vicks. Es solo un poco de sangre. Encontremos a esa pequeña perra.

Estoy temblando. Puedo escuchar y sentir sus voces. Muerdo mi labio y trato de aguantar la respiración. Me contengo, tratando de detener los temblores.

Están cerca.

Hay una sombra en la pared contra la que estoy apoyada.

Está justo enfrente de mí.

Golpea el basurero. Chifla y se ríe.

—Sé que puedes oírme, — susurra. Su voz es helada y llena de maldad. —Puedes correr por un buen tiempo, pero tarde o temprano, te vamos a encontrar y cuando lo hagamos…— se detiene y truena la lengua unas cuantas veces. —Finalmente tendrás un hogar, pero en el paraíso de Dios, pequeña.

Después de unos cuantos eternos minutos, puedo escuchar sus pasos desaparecer, pero no me atrevo a moverme.

El suelo y el basurero huelen a orina y están mojados. Dejó caer mi cabeza contra la pared y enredo mis manos alrededor de mi cuerpo.

Estoy temblando.

No creo que sea por que tengo sueño.

Estoy asustada de que me encuentren y me maten. No quiero morir. Algún día quiero salir de las calles.

Todos estos años me he alejado de bandas y hombres. Eso es lo que Cara, una chica de 14 años que conocí cuando tenia 12 y era nueva en esto de no tener hogar, me dijo.

"Tienes que ser inteligente Kid. Si quieres vivir, debes de ser lista. Nada en estas calles debe salir a la luz. Si te lastimas, te mueres. No te cruces con nadie y aléjate de los hombres"

Lo prometí. Pero aquí estoy. Todo por ese estúpido chico.

Me limpio la solitaria lágrima que escapo y cierro mis ojos. Sé que tengo que dormir. No dormí nada la noche anterior, comí una vez en el día y tengo frio. Me voy a enfermar y no me puedo permitir eso.

Sé que voy a tener que encontrar un buen escondite en las próximas semanas. Sé que no se van a rendir. Si no encuentro un bueno lugar para esconderme, me van a encontrar y a matar.

Pero necesito descansar.

No voy a dormir mucho, por que todo en lo que puedo pensar cuando cierro mis ojos es en ese chico. El chico golpeado con fuego en sus ojos.

Ok, aquí de nuevo con una traducción, ¿Qué les parece? Buena, mala, abucheando a la traductora, como ven nuestra Bells, pues como que no tiene la mejor se las suertes, ya saben dejen un lindo review con sus comentarios, miren que amo leerlos, btw gracias a todas las que pasan por YLET, en serio, ya un año y mas y lo siguen leyendo, no saben mi pobre corazón. ¡graciaaaas! Me voy saben donde me pueden encontrar en twittah como at/OneSweetStuff c'mon let's talk

Tasers en el blog o en twittah, el blog anda de gay.