Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer y la historia a Kris Salvador.

LEAN LAS NOTAS DE AUTOR POR FAVOR, ES IMPORTANTE. Recuerden que las letras en formato negrita son las notas de Kris. Disfruten el capítulo.

Así que… después de más de un año, estoy actualizando. He borrado el otro capítulo 4 porque era un desastre, más de lo habitual, y lo reemplacé con este. Lamento haber tardado demasiado. No hay excusas, no había sido capaz de escribir algo que valiera la pena leer durante un tiempo. Espero que nos les importe (tanto) la espera. Este es el último capítulo de la serie. Sé que dije que serían 5 capítulos y tal vez después, haré un epilogo u otro outtake. Ha sido un viaje tremendo y voy a extrañar a éstos dos. Espero que ustedes también los extrañen. ¡Disfrútenlo!

Drift 4

Se acabó.

Los canales de noticias lo han titulado como "la mayor incautación de drogas de la última década". Diez meses después de que Bella recibiese un disparo, el FBI logró finalmente acabar con el Cártel de Juárez. Su equipo hizo la mayor parte del trabajo duro, contando con la ayuda de muchas coincidencias, bastante curiosas en ocasiones, que eventualmente llevaron a la captura del narcotraficante más peligroso del hemisferio norte. Pequeños detalles sin (en apariencia) importancia al principio, como un trato que había salido mal en el Sur de México, un distribuidor de un pequeño pueblo retirándose en California, el rastro del papeleo que rompió otro trato en Italia... Luego, unas semanas atrás, Marco Guzmán, el lugarteniente de mayor confianza del Cártel de Juárez, fue encontrado muerto en Rusia, supuestamente a manos de la mafia Rusa a quienes él previamente había traicionado. Le dispararon, al estilo de las mafias, en una habitación de un hotel en Leningrado. Un portátil fue hallado en su habitación, y curiosamente, contenía una gran cantidad de datos del tipo que se encuentra en los más salvajes sueños de los federales, tales como recibos de cuentas bancarias ocultas, archivos incompletos de empresas ficticias, un oscuro cuadernillo de cuentas de futuras transacciones, etc. El equipo de Bella trabajó horas extra para preparar la trampa final, un trato inexistente en Seattle. De un solo golpe, todo cayó en su lugar, diez meses después de que los matones de ese hijo de puta casi la mataron.

"Excelente trabajo Irina. Te veré en Roma el mes que viene."

Me reclino en mi silla después de cortar la conexión segura. Estoy de vuelta en la oficina que mi padre tiene en Nueva York. No hay duda de que ahora ya es mía. Unas semanas después del tiroteo, Anthony se vio forzado a asumir la presidencia, ya que me negaba a separarme de Bella hasta que ella pudiera regresar a trabajar. Él había dejado en claro a la junta directiva que yo estaba al mando, y que no había nada que ellos pudieran hacer para retrasar su jubilación.

Le llamé y hablamos durante un rato. Tengo algunos minutos de sobra antes de que vaya a las juntas durante el resto del día.

Anthony finaliza la llamada con su usual "dale mi amor a Bella," empujándola de nuevo al frente de mis pensamientos. Ella llamó el día anterior, diciéndome que hoy volaría desde Seattle pero que no la fuera a buscar al aeropuerto, porque quería pasarporsu oficina antes de llegar a casa, y que me esperaría allí… y que tiene algo que preguntarme… y que necesitamos hablar. Suena inquietante, salvo que sé exactamente de qué es lo que ella quiere hablar.

Ya debería estar en nuestra casa ahora mismo. Una casa que, en esta ocasión, elegí yo. Después del tiroteo, ella no estaba en posición de discutir nuestros viejos acuerdos y no desperdicié tiempo en hacer las cosas a mi manera. Su equipo había sido trasladado a la oficina de Nueva York para ese entonces, una afortunada coincidencia para mí, aunque de buena gana me hubiese trasladado a dondequiera que ella estuviera. Compré una casa bastante amplia en la calle 87a, con un pequeño jardín y varias habitaciones. Incluía personal doméstico pero arreglé para que todos vivieran fuera de la casa. Le compré un auto, ya que su motocicleta es poco práctica para la ciudad. Nada llamativo, por supuesto, ya que ella insistió en un modelo de precio moderado que pudiese aparcar en el limitado hueco que tenía en el aparcamiento de la oficina.

Debe estar durmiendo justo ahora, acumulando horas de descanso antes de que yo llegue a casa. Desnuda bajo las sábanas, abrazada al lado de mi cama. Es una lástima que no cableara mi propia habitación para que pudiera verla dormir. Todavía es peor que no pueda cancelar mis juntas para correr a casa y reunirme con ella. Necesita descansar. No va a tener mucho descanso después.

Todavía está durmiendo cuando llego a casa. Sujetando las sábanas, la encuentro recostada boca abajo, con una pierna estirada hacia un lado, dándome una vista espectacular de su culo y su pulcramente recortado vello púbico. Me siento a su lado y deslizo un dedo entre sus piernas. Joder, está mojada, lo suficiente como para deslizar mi polla sin despertarla. La boca se me hace agua y mi polla se hincha dolorosamente dentro del pantalón.

Muevo su culo hasta el borde de la cama y la volteo sobre su espalda. Abro sus piernas, me coloco entre ellas y le doy un largo y pausado lengüetazo en el coño. Se mueve, lamo de nuevo. Comienza a despertarse con un gemido…

"¿Edward?" Parpadea adormilada.

"Shhh…"

Edward, espera, ahhhhh…"

Se estremece, su culo levantándose de la cama mientras echa sus brazos hacia atrás para aferrarse de la sábana mientras le doy una fuerte y larga chupada al clítoris.

Aún está prácticamente dormida y desorientada cuando meto dos dedos en su interior. Grita un "ahhhh", con sus piernas cayendo a los lados. Mantengo sus caderas bajas, mientras reajusto mi boca en su clítoris, chupando, lamiendo, bañando su coño con saliva mientras lo embisto con mis dedos. Rápido, luego más rápido, hasta que su hermoso coño está empapado e hinchado en un lindo color rosado.

Arquea la espalda mientras su coño se contrae, empujando hacia arriba sus senos. Tomo uno y lo estrujo mientras ella agarra mi cabello y lo jala fuertemente. Pongo mi boca donde mis dedos habían estado y tomo sus dos tetas, manteniéndola quieta en el proceso. Chupo y embisto su orificio con mi lengua, mis manos apretando fuerte sus tetas, lamiendo furiosamente mientras se retuerce y gime debajo de mí. Apenas está despierta cuando comienza a venirse, gritando pequeños gritos, sus piernas cayendo y levantándose mientras lucha contra mi agarre. Se estremece y retuerce, pero continuo chupando y lamiendo durante sus "ah-ah-ah-ah-ahhhhhhhh", sin parar hasta que se corre de nuevo.

Sonrió cuando sus piernas se aflojan alrededor de mi cabeza, y comienzo a besar desde su coño hacia el interior de sus muslos, hacia su rodilla y hasta su tobillo. Chilla en protesta y se aleja cuando trato de chupar sus delicados y pequeños dedos del pie. Algunas veces eso la prende como malditos juegos artificiales, algunas veces le resulta repugnante. Otras veces, no logra decidirse. Tomo su otro tobillo y jalo su culo al borde de la cama…

Mira hacia mí desde nuestras revueltas sábanas, tratando de recuperar su aliento, más despierta ahora que dormida. Luego me da esa sonrisa adormilada, y necesito de todo mi autocontrol para no embestirla con fuerza, una y otra vez, hasta que esté jadeando y sin aliento y no pueda decidir si quiere que yo me detenga o que continúe.

Me mira, riéndose suavemente. "¿Reunión con la junta Directiva?"

Me doy cuenta de que aún tengo puesto el traje, un Savile hecho a mano, corbata, saco, zapatos y todo.

Coloco sus dos piernas sobre mi pecho, su culo contra mi polla aún cubierta, mientras hago un espectáculo al quitarme el saco y la corbata. Ella mueve su pie sobre mí, sus dedos jugando con los botones de mi camisa. Agarro el pie que se movía y le beso el tobillo, ya que los dedos de su pie parecen estar prohibidos por el momento, yendo hacia abajo para lamer su rodilla, recorriendo con mi lengua hasta la unión de sus muslos para dejar un suave beso y una rápida lamida en su coño.

Suspira y me tira hacia ella para que la pueda besar correctamente. Un beso de cuerpo entero, lengua con lengua, boca abierta sobre boca. Ella envuelve sus piernas a mí alrededor, mientras sus brazos me abrazan la nuca. Pongo los míos gentilmente sobre los de ella.

Ella jadea cuando agarro un seno y lo estrujo, presionándola contra mí. Deslizo una mano para tomar su pezón, apretándolo, retorciéndolo entre mis dedos mientras juego con su lengua dentro de mi boca. Gimotea, luego captura mi lengua con la suya y la chupa. Gira su lengua alrededor de la mía, succionando y lamiendo, tal como lo haría si me estuviera dando una mamada. Joder. Gimoteo. Joder.

Ella me escucha, y me rueda sobre mi espalda.

"Tu traje está arruinado," dice mientras se sienta sobre mí a horcajadas. La pego hacia mí. A la mierda mi traje, yo quiero un beso. Quiero besos. Quiero profundos y húmedos besos con lengua que pueda sentir hasta en mis bolas. Quiero su boca en la mía mientras arranca los botones de mi camisa y yo desabrocho mi cinturón y cierre para que pueda sacar mi polla y Bella se pueda sentar en ella y me frote con los labios rosas de su coño.

"Así, así." Aprieto su culo, guiando sus movimientos mientras frota mi pene en medio de sus piernas. Lo quiero lento, luego rápido, sí. "Así nena."

La presiono contra mí, mis manos sobre su culo, mientras restriego mi entrepierna contra la de ella. Joder, sí. Ella gime también.

"Mámamela," digo. "Mámamela, por favor."

Mira hacia abajo, en donde mi polla sobresale de entre sus muslos, roja y goteando líquido preseminal. Se echa hacia atrás y prontamente me lleva a su boca. Peino su cabello hacia la parte posterior de su cuello, manteniéndolo alejado de su rostro para que pueda observarla. Me lleva adentro, pulgada por pulgada, con sus dedos envueltos alrededor de la base. Va tan profundo como puede, casi a la mitad, antes de que mi punta toque la parte trasera de su garganta. Comienza a succionar, tamborileando sus dedos contra la parte inferior de mi polla. Miro sus tetas balancearse y su culo mecerse mientras menea su cabeza de arriba abajo sobre mi polla. Me saca, y me lame desde la base hasta la punta, antes de meterme de nuevo mientras aprieta mis bolas. Me retuerzo en sus manos, deslizándome más profundo en su garganta.

Sí, joder.

Se aleja repentinamente, y yo lloriqueo.

Se ríe mientras me arranca la mitad inferior de mi traje de mil dólares y la tira detrás de ella. Me he quitado los zapatos en algún momento.

"Arriba," dice, y se hace a un lado y cae arrodillándose al lado de la cama.

Me pongo de pie y me planto sobre ella, mientras se sienta sobre sus talones en medio de mis piernas, lamiendo la punta de mi polla.

"¿Estás segura?" Le pregunto cuando comienza a meterme dentro de su boca de nuevo. Le dije antes que no era necesario que me comiera la polla entera, pues sin hacerlo ya me volvía loco. Pero ella lo deseaba, y tiempo atrás había decidido que lo que Bella desea, lo consigue.

Se ríe de nuevo porque, sí, como si no estuviera a punto de venirme de tan sólo imaginármelo.

Deslizo mi polla hasta la mitad en su boca sin fricción alguna. La siento relajarse y deslizo un poquito más, esperando, preparándome para aquella ligera presión de sus manos contra mis muslos, que me indicaran que ya es suficiente. Pero no realiza ningún movimiento así que me desplazo y me deslizo un poco más, gruñendo, hasta que estoy enterrado por completo en su boca. Lentamente, tan lento como me deslicé adentro, me salgo, sintiendo sus labios y dientes raspar cada pliegue y borde de mi polla.

"Jodeeeeeeeeeeer."

La siento sonreír, y suspiro en aprecio, mientras detiene mi progreso con sus manos y me chupa de nuevo. Completito. La mitad. Completito una vez más, y de nuevo. Mis manos se enredan en su cabello mientras trato de controlarme para no embestir su boca bruscamente. Siseó y gruño alentándola. Joder, sí, joder, joder, nena, más, más, más, así, sí, así, justo así. Ella sonríe y se burla de mí mientras me chupa, lame y me mete dentro y fuera, cuando me sostiene y me aprieta hasta que estoy al borde del colapso. O de ponerla de pie y follarla sobre el colchón mejor.

Me corro. Por supuesto que lo hago. Espectacularmente. No puedo no correrme en las manos y boca de la mejor mamadora del mundo. Caigo sobre la cama antes de que ella pueda terminarme, mis manos sobre mi polla mientras lanzo un chorro de semen sobre mí y las sábanas.

Ella se arrastra junto a mí sobre la cama y me besa, dándome la lengua, mientras masturbo mi polla semi-erecta.

Se ríe del desastre que hice después de acabar. Luego se inclina y comienza a lamer el semen de mi polla semi-erecta. Arquea una ceja en un gesto desafiante mientras limpia mi polla con su boca.

Tiro de ella y la coloco sobre su costado, alzando su pierna contra mi cadera y me adentro en ella desde atrás. Mi polla se pone tiesa cuando su coño se contrae en sorpresa.

Volteo su cabeza hacia mí para besarla, manteniendo su pierna alzada con mi brazo. Embisto en ella de inmediato, fuerte y rápidamente, alimentando el orgasmo que ya se está formando en mis entrañas.

"Vamos," le insto, mientras mi polla se ensancha aún más dentro de ella, estirando sus paredes vaginales. "Vamos, vamos, vamos." Cambio de posición, embistiendo profundamente y rozando algo bien cuando ella abre la boca en un grito ahogado.

"¿Así, eh?" Gruño contra su boca mientras comienza a retorcerse y gritar ah, ah, ah, ah, ahhhh, cuando toco ese lugar de nuevo.

"Vamos." Levanto más su pierna y pongo mi mano sobre su coño para ayudarla. "Vamos nena, vamos." Embisto en ella rápido y más rápido, frotando su clítoris con una mano, apretando sus tetas con la otra.

Grita cuando se corre y la ruedo sobre su espalda y me pongo de rodillas, sosteniendo sus piernas contra mi pecho e inclinándome, penetrando profundamente, muy adentro de su coño. Mis manos están en sus hombros, manteniéndola abajo mientras la penetro con furiosas y rápidas estocadas, golpeando su punto G una y otra vez. Intenta liberarse de mi agarre, retorciéndose sobre las almohadas cuando abre su boca para gritar y suplicar…por favor, oh por favor, oh Dios, ahhhh, ahhh, ahhhh. Su coño se ciñe y se afloja alrededor de mi polla cuando ella cae en éxtasis debajo de mí. Siento que mis bolas están a punto de estallar, y entonces está por venir, sí, ah…ah…ah…ah…sí nena, me estoy corriendo, me estoy corriendo. Mierda.

Joder.

Caigo a su lado, llevándola conmigo, y mi polla aún palpitando en su interior. Ambos estamos respirando con dificultad, casi jadeando, pero inclino su cabeza para besarla de cualquier manera.

"¿Estás bien?"

"Agua," dice con voz rasposa y me río, porque amo cuando la hago gritar de placer. Le doy un beso y una perezosa embestida antes de salirme. Agua, cena, luego la charla sobre la misteriosa muerte de cierto capo de la mafia. No hay razón para ocultárselo. Probablemente ella descubrió la mayoría de los detalles, de cualquier forma.

Sigue tumbada en la cama cuando regreso, respirando tranquilamente. Su cabello está regado por todas las almohadas en un lindo desastre enredado, su cuerpo brilla con una fina capa de sudor que hace que me den ganas de lamerla completita.

"Hola."

Se despierta y la levanto contra mí para que pueda tomar el vaso con agua que le traje. Su mano roza involuntariamente mi entrepierna y mi polla se para en atención. Mira mi polla mientras bebe.

Tal vez la cena puede esperar.

"Hice la cena," dice.

Tal vez no.

De mala gana me pongo los bóxers y ella mi camisa arruinada.

"Entonces," dice cuando terminamos de cenar, habiendo pasado de un tema insustancial a otro mientras comíamos, "comienza a hablar."

No finjo ignorancia. "¿Qué quieres saber?"

Va hacia la sala y regresa con su iPad.

Toca la pantalla para enseñarme una foto de la escena del crimen del hotel donde Guzmán fue asesinado, con la policía Rusa recolectando evidencias. Luego una serie de fotos de lo que asumo, fue la fiesta la noche anterior.

Comienzo por identificar a los sujetos.

"¿Y éste?" Señala a un hombre en traje. Es mediterráneo, y en sus brazos está Irina Deveyrenko.

"Deangelo Marcus, jefe de la 'Ndrangheta". Él atrajo a tu Cártel a Europa. Solía salir con Irina." No le digo que los días de ese bastardo están contados, o que Irina está haciendo la cuenta.

"Parece que son amigos de nuevo."

No respondo. Aún hay algunas cosas que ella no necesita saber. Recarga su cadera en la mesa y cruza los brazos sobre su pecho en una clásica pose de interrogación. La miro, echándole el ojo disimuladamente. La camisa que trae puesta está rasgada al frente, dándome un buen vistazo de la parte superior de sus pechos. Deliciosamente despeinada, húmeda entre las piernas y sin bragas, mi fantasía de policía mala.

"¿Marcus mandó a matar a Guzmán?"

"No."

"¿Mandaste tú a matar a Guzmán?"

"No," digo, "lo acorralé. Ha estado robando ganancias del cártel por años. Le remití a su jefe algunos detalles de sus indiscreciones, y ellos se encargaron de él."

"Así que lo entregaste al Cártel de Juárez."

"Yo simplemente le proporcioné pruebas."

"Luego tú nos entregaste al Cártel de Juárez en bandeja de plata con el portátil que Guzmán convenientemente dejó tirado en aquel lugar."

"Una vez más, yo simplemente entregué pruebas. Tu equipo hizo el resto."

Ella me da una mirada mordaz. "¿Te das cuenta de que si se corre la voz de que tuviste algo que ver en esto, vas a estar en cada lista negra de todos los cárteles de drogas en América del Sur?"

"Y en los de Europa Occidental, incluso también en Rusia, sí."

No fue mi intención sonar poco interesado, pero por la mirada que me está dando, probablemente lo hice.

"Algún día," dice quedamente, "las cosas se te van a escapar de las manos y vas a lograr que te vuelvan a arrestar por interferir con una investigación Federal o peor, te mataran."

Le doy una sonrisa. "Esperemos que eso no pase."

Ella niega con la cabeza. "Debería decirle a Uley."

"Pero no lo harás," digo con absoluta convicción.

"Tal vez podríamos hacer algo para prevenir que nada de esto salga a la luz."

Es mi turno para negar con la cabeza. Durante meses he planeado y tramado, ondeando carnadas, poniendo trampas y cerrándolas. Canalicé millones en tratos no existentes y establecí organizaciones ficticias para crear un campo de juego complicado, empujando a cada jugador al rincón donde quería que cayeran. Y cayeron, pero no antes de conocer la mano que los había empujado.

"No necesito protección," le digo. "Y no necesitas decirle a Uley nada. Ya habíamos tenido esta conversación antes, ¿recuerdas?" Le pregunto en voz baja. "Existe una salida para estas situaciones complicadas."

Me mira callada y decido que es tiempo de que pongamos todos sobre la mesa de nuevo. Me levanto para tomar dos juegos de papeles que he estado cargando conmigo durante días.

Los extiendo enfrente de ella y coloco un bolígrafo al lado de ellos.

"Firma."

Uno de los juegos es un acuerdo prenupcial, el otro una licencia especial. Ella coge el primero, hojeándolo, e ignora el último. Firma, y luego comienza a leer el documento a conciencia.

"Dejaste el porcentaje de distribución en blanco," dice después de unos minutos.

"Pon cualquier porcentaje con el que te sientas cómoda."

No contesta nada, tan sólo coge el bolígrafo y continúa leyendo.

"¿Cincuenta por ciento de todos mis bienes? ¿Qué bienes?"

Le sonrío engreídamente. "En realidad quería el cien por ciento, pero los abogados dijeron que eso no está permitido."

"Esta cosa es ridícula," dice, dejando caer el acuerdo en la mesa.

"Tú insististe en que se hiciera," le digo. "Yo no quería uno en primer lugar. Fírmalos, Bella." Le regreso los papeles. "Acaba con esto."

Sácame de mi miseria.

Se reclina en la silla y me mira intensamente. Puedo verla tratar de descifrar mis motivos detrás de esto en su mente.

"¿Hay algo que tú quieres," pregunta, soltando lentamente el bolígrafo, "específicamente?"

Esperé casi un año para que ella me hiciera esa pregunta. Y tuve el tiempo suficiente para pensar mi respuesta.

"Quiero que tomes mi apellido," comienzo con voz queda, tranquilamente. "Quiero que en todos tus documentos se vea reflejado ese cambio. Quiero todos mis derechos y autorización como tu familiar en caso de emergencia y como tu esposo en todos los demás. Quiero comunicación y privilegios testimoniales contra toda amenaza y posibles casos que potencialmente puedan poner en peligro a ti o tu puesto en la oficina."

"Quiero que te quedes aquí, conmigo, en Nueva York, tanto como sea posible. Si tu trabajo te lleva a cualquier otra parte, quiero que nos quedemos en una casa de mi elección, a menos que estés entrenando o trabajando encubierta."

"Pero no más misiones encubierto," añado. "No creo que pueda soportar la separación."

"Quiero una fracción de tu tiempo cada año, o cada seis meses, dependiendo de tu itinerario. No pondré objeción alguna en que trabajes a deshoras, pero estarás conmigo en tus días libres, días festivos, fines de semana y tus vacaciones."

Mantengo mi tono de voz sereno, razonable. "No quiero quejas cuando ponga en marcha nuestras cuentas compartidas, propiedad compartida de todos nuestros bienes y futuros fideicomisos. He comenzado a retirar todas las inversiones a mi nombre, y de mis compañías todos los contratos relacionados con el FBI para evitar futuros conflictos. No necesitar tener conocimiento, o estar involucrada de ninguna forma, con las compañías, a menos que así lo desees. Si me muero, quiero que te quedes con todo, y con todo, me refiero a cada cosa."

Ella niega con la cabeza, pero no discute.

"¿Y qué obtendrás tú?

"A ti," replico y lucho contra el impulso de inquietarme. Me siento inusualmente nervioso, pero entonces me doy cuenta de que jamás he hablado más en serio en toda mi vida.

Me mira durante un buen rato, antes de tomar el bolígrafo e inclinarse a firmar. Contengo el aliento, escuchando el bolígrafo raspar los papeles mientras ella firma del resto de su vida conmigo.

Se pone de pie después de terminar con la última página y se dirige al refrigerador, sacando algo del congelador.

"Deberíamos hacer esto de la manera correcta," dice y pone una pequeña caja negra enfrente de mí. De terciopelo. La miro sorprendido.

Se sacude de hombros restándole importancia. "¿En verdad creíste que no notaría tu nombre en la recepción del registro para una licencia de matrimonio, o sí? Especialmente si esa licencia fue procesada con ambas partes ausentes y emitida en menos de una hora. Algo inofensivo, sí, pero aún así altamente irregular. Es como pasarse una luz roja. Piensas que siempre puedes salirte con la tuya, y algunas veces puedes, pero no siempre."

Siempre he sabido que ella me sigue los pasos. Pero no sabía cuán cerca.

Trago saliva y carraspeo. "Estaba esperando que prestaras un poquito de atención."

"¿Y que se arruinara la sorpresa?" Preguntó con una pequeña risita.

Abro la caja. Hay una argolla de titanio adentro. Negra. Sencilla. Tan ligera, que prácticamente no pesa nada. La giro con mis dedos. Hay una fecha grabada en el interior, y nada más. Jadeo cuando la reconozco. Es el día en que nos conocimos en el tren.

Pongo la argolla en la palma de mi mano y la estudio con reverencia, recordando cada segundo de ese día.

"¿Qué crees que debamos contarles a nuestros nietos?"

Nadie a excepción de nosotros dos sabe de nuestro encuentro. Todo mundo cree que la vi por vez primera en Forks y decidí entonces corromperla.

Me sonríe. "Vamos a contarles que nos conocimos en un tren…"

"…que nos enamoramos y nos escapamos." Termino la sentencia por ella. "Al menos por un día." Amor a primera vista, ahogado en una incontrolable necesidad de lujuria tan poderosa que casi no la reconocí.

"Eso funciona para mí," dice con una risa.

Me pongo la argolla. Es fría contra mi piel. La escondió en el congelador, después de todo. Flexiono mi mano y miro la argolla reluciendo en mi dedo. Me queda, perfectamente.

"Es la verdad," digo.

La miro, la chica de mis sueños y fantasías, mi futura esposa. Está recargada en su silla, brazos cruzados sobre su pecho, con la cabeza ligeramente inclinada hacia un lado. Parece tranquila, contenta…feliz. Está esperando que diga algo pero por primera vez, tengo trabada la lengua. Abrumado. Así que permanezco sentado, y la miro a través de nuestra mesa de la cocina, un mueble que ha tenido acción regularmente, aparte de comer sobre ella.

"Deberíamos celebrar," dice repentinamente, parándose y dirigiéndose hacia el refrigerador y sacando una botella de champagne. "Compré esto en el aeropuerto."

Cena, argolla, champagne. Nunca me había sentido tan bien manipulado.

"Tengo una mejor idea."

Chilla cuando la cargo, quitándole la botella. Ella envuelve sus brazos y piernas a mí alrededor mientras la beso y nos tropezamos, en busca de la superficie disponible más cercana. Su trasero termina sobre la barra de la cocina. En un lugar tan bueno como cualquier otro.

Va a ser una larga, larga noche para ella. Lo bueno es que ella ya descansó.

FIN

N/A Las amo a todas.

PD. No me di cuenta de que al sacar el otro capítulo y reemplazarlo con este nuevo, significaría que todos quienes comentaron no podrán hacerlo de nuevo. Entonces, permití los comentarios de invitados. Me pueden dejar una nota como invitado, sólo dejen su nombre (o su Tiwitter) para que pueda agradecerles correctamente. Gracias, gracias, y gracias a todos

N/T Tan sólo un anuncio rápido. Por las razones que menciona anteriormente Kris, he decidido no borrar el capítulo 4 original por el momento. Muchas gracias por leer esta traducción y ha sido muy divertido leer ésta historia y compartirla con ustedes. Gracias Marina por tu ayuda.

Xoxox Cin