Pareja: Spamano
Advertencias: alguna que otra escena Lemon y las malas palabritas de Romano xD,
Notas: Hi minna!~
Bueno aqui les traigo mi nuevo FanFic, que será el que ahora tratare de continuar. Podeis dar todas vuestras opiniones y comentarios! ^-^
Mio Amore, Mi Preciado Amor
Capitulo 1 – Llegada a la nueva casa
-Flash Back-
Aquella tarde era aburrida, como si nunca hubiera sido diferente. Siempre encerrado en esta casa, con mi idiota hermano menor y toda esa gente extraña que hay dentro de este lugar. Eso pensaba el mayor de los hermanos Italia. Para él, todo cuanto le rodeaba apenas le gustaba, y estaba empezando a cansarse de aguantar a su hermano a cada momento, casi sin que le dejase de incordiar. Sabía claramente que no les quedaba opción que estar bajo el control de personas más poderosas, pero había una sensación de amargura que apenas entendía.
Lovino se encontraba parado de pie, en medio de los lujosos pasillos de la casa Austriaca, enfrente de una puerta inmensa longitud, donde parecía haber alguna clase de reunión importante. Y le entraba la curiosidad por escuchar la conversación, así que sin hacerle ningún caso (como normalmente hacia) al señor Austria, se puso a oír a través de la puerta.
-Fratelloo…! –gritaba una vocecita que enfadaba enseguida a Lovino al acercarse corriendo
-¡¿Qué es lo que quieres ahora?! Veneciano, no grites tanto, maldita sea..!– contestaba el mayor de los italianos agobiado por el llanto irritante
El otro pequeño jovencito lloraba desconsolado, moviendo su rizito de un lado a otro.
E-El señor Austria dice que te llevaran a otra casa..-decia Veneciano sollozando con berridos- Fratello,yo no quiero que te lleven..!
Lovino se quedaba en silencio, ignorando la ñoñería que su hermano le estaba dando.
-..Prefiero irme…odio este sitio…-murmuró con su típica mirada furiosa, pensando con qué clase de persona estaría ahora.
Al otro lado de las puertas, dos hombres discutían sentados en el salón principal. Tan lujoso como de costumbre, la casa llena de aristócratas de Austria no dejaba escapar nada de su majestuosidad. Frente al dueño de la gran mansión, había otro joven casi de la misma edad. Un muchacho de lo más atractivo, pelo castaño con unos preciosos ojos verdes y una clara sonrisa que lo hacía tan alegre.
-No voy a debatirme mucho en este asunto -continuó hablando Roderich, colocándose sus gafas con delicadeza- Antonio, voy a dejar que te quedes con el hermano mayor de los Italia y que se convierta en tu subordinado.
El joven español grito con emoción, mientras se le iluminaban los ojos de alegría. Llevaba mucho tiempo queriendo tener un aliado a su lado, aunque pensando que Austria no era muy de dar cosas precisamente, que le diera un subordinado fue una estupenda sorpresa.
-¡¿Rody Lo dices enserio?!¡ Aww! ¡Gracias! ~- dijo dándole un cariñoso abrazo- ¡Muchas gracias!~
-¡D-Deja de hacer eso, por favor! –se quejaba el austriaco por la conducta de un emocionado Antonio que no paraba de agradecerle todo el rato.
Se aclaró un poco la voz, y prosiguió.
-Mañana te lo llevare a tu casa, a partir de ahora te encargaras de mantenerle contigo y que sea tu sirviente
Tras esto, Antonio regresó a casa en un carruaje, más feliz que nunca. Casi no podía dormir, siendo muy pero que muy impaciente no podía esperar a que al día siguiente tuviera a uno de los hermanitos viviendo con él.
-¡Es como un sueño!~-pensaba el castaño en medio de su cama, con una sonrisa de total felicidad
A la mañana siguiente se despertó más temprano de lo normal (pues le daba la mayoría de veces mucha pereza levantarse tan pronto) y se vistió con la ropa que mejor podría quedarle para la ocasión. Faltaba muy poco tiempo para que llegasen y había que hacer miles de tareas.
-Sera mejor que puedas comportarte y ser educado esta vez- dijo el señor Austria en el interior de un carruaje junto con el pequeño Romano a un lado, enfurruñado obviamente.
-No hace falta que me digáis todo lo que tengo que hacer, joder..! –gritó Romano al escuchar una y otra vez los sermones del aristócrata.
-Uff…-suspiró con algo de preocupación- Me pregunto si Antonio podrá ser capaz de controlarlo…-pensaba hacia sus adentros, viendo que el mayor de los hermanos era un completo desastre y no le quedaba mejor idea que dárselo a Antonio. Realmente, no podía educar bien a Lovino y para él estaba siendo un gran problema.
Finalmente el carruaje se detuvo, llegando a la gran casa de España. El pequeño italiano salió afuera, quedándose impactado al ver lo gigantesca que era esa mansión, más grande que en la que había estado viviendo.
-E-Es enorme…-dijo Romano con los ojos muy abiertos, casi daba miedo por lo grande que se veía, y su rizito temblaba un poco. Lo negaba, pero estaba nervioso.
Roderich también bajaba del carruaje con su traje tan elegante habitual, mirando su reloj de bolsillo.
-Ya llega tarde, se está retrasando –decía un poco estresado
Pero enseguida vio como el joven español aparecía en la entrada de la casa.
-Lo siento Rody, lamento llegar tarde –dijo Antonio llevandose la mano la cabeza
-Te dije que no te retrasaras, no tenemos mucho tiempo –respondió algo molesto, y giro la cabeza al ver que Lovino estaba escondido detrás y le dio un leve empujoncito para que se acercara- Veneciano vivirá en mi casa, así que te encargaras de cuidarle a él.
-Bien, avísame si tienes alguna urgencia- dijo el austriaco, volviendo a entrar en el carruaje y marchándose dejando al pequeño niño en manos del español.
Antonio se quedo un tanto perplejo por la actuación por parte del señor Austria.
-Parece como si le hubiera abandonado…-pensaba el castaño en esos momentos.
El muchacho español se percató del pequeñín que tenía delante. Con un trajecito blanco y un sombrerito a juego, estaba callado con la cabeza bajada y noto por sus adorables ojitos color miel que estaba un tanto cabreado, y a la vez triste
Antonio sonrió y se inclino hacia el pequeño.
-Así que tú eres Lovino…- continuaba sonriéndole con su alegre sonrisa- jeje eres más lindo de lo que me imaginaba.
-¡N-No soy lindo..! ¡Yo ya soy mayor para que me digan esas jodidas cursiladas, maldición..!-dijo el pequeño Romano con una cara enfadada hacia el ojiverde que tenía delante, con un sonrojo en sus mejillas que no conseguía disimular
El español se rió con su reacción, no pensaba que fuera a ser tan adorable. No apartaba su mirada del pequeño italiano, y cuanto más le observaba, menos podía comprender el por qué Austria no quería tenerle en su casa.
"Es un completo desastre, Romano es maleducado, impertinente y todo un perezoso. No se puede dejarle hacer una sola tarea sin que lo haga mal"
Las palabras que le había dicho resonaron en su cabeza por unos momentos, pero a Antonio al mirarle al chiquitín con el gracioso rizito que salía de su cabello no le parecía tan mal como le decía Austria.
-Escucha Lovi, ahora vivirás aquí conmigo-dijo el español con mucha tranquilidad- yo soy el Jefe España, así que de ahora en adelante serás mi subordinado, ¿de acuerdo? –volvió a poner esa tonta sonrisa en su cara, guiñando su ojo derecho
Romano se le quedo mirando fijamente a sus expectantes ojos verdes, pero luego suspiró, como si no fuera gran cosa.
-¿Ehh? ¿Tú? Hunm…Preferiría que fuese una chica bonita, pero bah, no importa-dijo sin hacerle caso al castaño, mientras este se reía un poquito, con un poco de molestia
Entonces Antonio se fijó en el rizito del menor. Era gracioso como se movía poquito a poquito, y le hacía ver a Romano muy dulce con aquel rizito sobresaliendo en su pelo. Acercó la mano y sin pensarlo agarró el rizo, tocándolo un poquito con los dedos. Pero el pequeño pego un grito nada más tocar su rizo.
-¡Chigiiiiiii..!-grita sobresaltado pegándole a Antonio en el estómago con un cabezazo, poniéndose totalmente cabreado y sonrojado- ¡bastardo..! no me toques ahí!
-L-Lo siento..!-decía sujetándose el estómago con la mano, le había dado demasiado fuerte (casi pasándose de daño)- es que se veía tan adorable…
Lovino tenía la cara completamente roja, y muy avergonzado decía toda clase de insultos al pobre Antonio que aun le perduraba el golpe que le había dado.
-¡Che palle!...-dijo con mucha furia dándose la vuelta y corriendo hacia la casa.
-¡Lovi, espera!- respondió el español que corría también a la entrada
Antonio no dudo en ir tras él. Quizás se había pasado al haberle enfadado de esa manera… Pero mientras seguía al pequeño, en el fondo le había parecido más lindo que antes.
-Tiene la cara como un tomatito~ -pensaba Antonio con una tonta sonrisa en la cara, sin evitar sacar una risa.
-Fin del Flash Back-
Así fue su llegada a la casa de España. El mayor de los hermanos Italia acababa de dejar la aburrida mansión de Austria, y no tener que estar aguantando a su molesto hermano Veneciano. Cansado de sus normas y estúpidos sermones, cada día en ese lugar era como un infierno para Lovino.
Aunque su primer encuentro con el jefe Antonio no le había dado muy buena impresión, pero en realidad, una parte de él se sentía feliz por poder vivir sin sentirse solo.
A partir de aquel día, iba a cambiar totalmente la vida de ambos.
Continuará…
Bueno, hasta aquí el primer capitulo. (Me quedó más largo de lo que creí xD) continuaré con el siguiente capitulo muy pronto, tened paciencia si llego a tardar en subirlos ^^U
Comentad mucho y arigato por leer! n/n
