Capitulo 1 Acto fallido

Tigresa empezó a abrir los ojos lentamente. Estaba confundida, mareada y triste al mismo tiempo, había perdido a un gran amigo, su compañero incondicional...su verdadero amor.

Abrió los ojos completamente y, para su sorpresa, se encontraba de nuevo en la mansión de haku. Miró lentamente a su alrededor. Estaba recostada sobre la cama de su habitación. Intentó levantarse pero sintió un gran dolor en todo su abdomen y pecho. A duras penas, logró levantarse de la cama y se dirigió a la puerta. Cuando la abrió, miró hacia ambas direcciones del pasillo pero no vio a nadie. Salió de su habitación en busca de un solo individuo.

Al llegar a la puerta de una de las habitaciones, la abrió lentamente. Haku estaba en el balcón de su ventana observando el gris horizonte. El sol no brillaba, solo estaba ese gris topo en el cielo.

-Veo que despertaste- Habló haku sin ánimos.

-Pero... ¿cómo...?- Balbuceó tigresa. En eso, observó la cama de haku. En ella se encontraba shang, el tigre con el que se habían enfrentado en el valle de la paz. Tigresa, al verlo, apretó los puños del coraje.

-¡¿Que hace el aquí?!- Preguntó furiosa.

-Lo necesitamos con vida...quizás, nos pueda dar algo de información- En eso, Shang empezó a abrir los ojos lentamente. Su tórax estaba completamente vendado hasta el vientre y una venda en la cabeza.

-¿Do...donde...estoy? - Tigresa y haku se voltearon rápidamente para ver al tigre y se acercaron a la cama.

-Estas en mi hogar- Dijo haku serio. Shang miró lentamente a haku de arriba hacia abajo. Sus ojos se ensancharon como platos.

-¡¿Tu...tu eres?! ...un...- Balbuceó shang.

-No te hagas el desentendido...ya sabes quién soy- Volvió a hablar haku.

-¡¿De...que está hablando?!- Preguntó alterado mirando a tigresa. Tigresa solo gruño y mostró sus dientes. Haku se acercó hasta quedar prácticamente cara a cara.

-Dime quien eres- Shang se quedó estático y asustado.

-Me...me llamo...shang...- Habló asustado.

-¡¿Estas al servicio de Kimaira verdad?!- Preguntó tigresa aun furiosa.

-Quien...quien es Kimaira?- Preguntó.

-¡YA! ¡Deja de hacerte el tonto!- Gritó tigresa.

-¡No sé de que están hablando créanme!- Vociferó shang. Haku pensó durante un rato.

-Creo que dice la verdad...-

-¡¿De qué estás hablando?!- Preguntó alterada tigresa.

-Creo que Kimaira lo tenía bajo control mental-

-¿Control mental?- Preguntó ahora más calmada.

-Sí, y al parecer pudo transmitirle poderes sobrenaturales- Haku miró de nuevo a shang.

-Mi cabeza...- Shang se frotó la cabeza.

-Shang...- Haku se acercó hasta el.

-Que... ¿qué quieres?- Shang aun estaba asustado.

-Dime... ¿qué fue lo último que hiciste, antes de que Kimaira te atrapara?-

-Bueno...estaba en mi pueblo...-

Flashback...

Era una mañana tranquila. Shang se encontraba en un jardín practicando como siempre hacia todas las mañanas.

-Vas mejorando shang- Un tigre anciano se encontraba sentado en una silla observando cómo entrenaba shang.

-Gracias abuelo- Shang sonrió a su abuelo. Ambos olfatearon un delicioso aroma que provenía una casa.

-Parece que el desayuno está listo- Dijo su abuelo.

-¡Genial! me muero de hambre- Exclamó shang con una sonrisa. -Ven, abuelo vamos- Shang se acercó hacia su abuelo y ambos empezaron a caminar.

Al cabo de unos minutos, llegaron hasta la casa de shang. Shang ayudó a subir a su abuelo por un par de peldaños que estaban en la entrada.

-Creo que ya estoy viejo para esto- Su abuelo se reía.

-No digas eso abuelo, te ves genial- Shang lo alentó. Ambos entraron en la casa para encontrarse con una pareja de tigres.

-Buenos días mamá- Saludó shang.

-Buenos días hijo- Su madre le sonrió.

-Hola papá- Shang saludó a su padre.

-Buenos días shang...te levantaste con energías esta mañana por lo que se ve-

-Sí, tengo que entrenar, ya sabes, para el torneo-

-Estoy seguro de que ganarás- Dijo su padre.

-No cabe duda en eso- Decía shang entusiasmado.

-Bueno, un campeón necesita alimentarse bien- Dijo su mamá trayendo consigo el desayuno.

-Mhhh...Huele delicioso- Dijo su padre.

-Bien- Su madre tomó lugar al lado de su esposo.

-Buen provecho-

-¡Buen provecho!- Contestaron todos al unísono.

El desayuno transcurrió normalmente. Todos disfrutaban del delicioso desayuno que había preparado la madre de shang. Al terminar, shang se levantó y se dirigió hacia su habitación.

-Hoy es un gran día...no hay duda de que ganaré ese torneo- Pensaba con una sonrisa mientras preparaba una mochila con algunos refrigerios.

Salió de su habitación dirigiéndose a la puerta pero su madre lo detuvo.

-Shang espera-

-¿Si mamá, que sucede?- Su padre y su abuelo se acercaron.

-Lamentamos no poder ir a verte-

-No se preocupen, su apoyo es suficiente- Shang sonrió.

-Y también queríamos decirte que estamos muy orgullosos de ti- Dijo su padre.

-Gracias papá- Shang abrazó a todos.

-Mucha suerte hijo- Susurró su mamá.

-No importa si ganas o no, siempre estaremos orgullosos de ti- Dijo su padre.

-Eres una gran persona, nunca podrías decepcionarnos- Habló su abuelo.

-Wow...gracias, de verdad- Shang los abrazó más fuerte lleno de felicidad.

-Te queremos- Dijeron sus padres y su abuelo al unísono.

-Y yo a ustedes- Shang se separó y los miró a todos.

-Ahora ve hijo, y a por todos- Su padre sonrió.

-¡Lo haré!- Shang abrió la puerta y salió corriendo mientras miraba hacia atrás y saludaba a todos por última vez.

Shang caminaba por un sendero de rocas y frondosos árboles a su alrededor. Shang miraba a sus costados embelesado por la naturaleza.

-Me encanta este lugar- Pensaba mientras miraba los arboles y el cielo azul.

Pasó un rato y shang llegó hasta un domo con alguien que lo esperaba en la entrada.

-Te estaba esperando shang- Un leopardo estaba parado a un costado de la entrada.

-Siento el retraso maestro Li- Shang saludó a su maestro y viceversa.

-Muy bien, ¿estás listo?-

-¡Listo!- Exclamó shang. El maestro li entró seguido por shang.

Shang esperaba en un pasillo. Los minutos pasaban y shang se ponía cada vez más nervioso. Frotaba sus manos perdido en sus pensamientos hasta que una voz lo interrumpió.

-¿Nervioso?-

-¿Qué?...ah!...Liang...no, yo solo...esperaba...- Al voltear, shang se encontró con una jaguar de ojos celestes. Liang se acercó hasta shang y posó una pata en su hombro.

-Se que lo harás increíble allí afuera...eres un gran alumno...y un gran amigo- Liang clavó su mirada a los ojos zafiro de shang.

-Tu... ¿tú crees?- Shang se sonrojó un poco.

-Claro- Liang sonrió. Shang se perdió en su mirada. Esos ojos celestes podían con él. Era muy linda pero nunca se animó a decírselo. Se conocían prácticamente desde que eran pequeños pero nunca obtuvo el valor para confesarle lo que sentía por ella. En eso, una puerta se abrió interrumpiendo la escena.

-Shang, te toca- Shang se sobresaltó al escuchar a su maestro.

-S...si maestro- Shang caminó hasta la puerta pero fue detenido por Liang.

-Shang, espera-

-S... ¿sí?- Liang se acercó hasta el, posando sus patas en el pecho de shang y le dio un beso en la mejilla.

-Buena suerte...sé que lo harás de maravilla- Liang sonrió para luego alejarse de un shang totalmente sonrojado. Shang llevó su pata hasta su mejilla donde lo había besado Liang. Una sonrisa se formó en su rostro. Fue un momento, aunque haya sido un segundo, el más maravilloso de su vida. Tenía que agradecerle pero su maestro interrumpió nuevamente.

-Shang?-

-¿Qué?...ah! si maestro- Shang siguió a su maestro hasta el lugar de la batalla.

-Recuerda, mantente siempre alerta- Dijo su maestro.

-Descuide maestro...tengo todo bajo control- Decía shang algo nervioso.

-Y shang...-

-¿Si?- El maestro li se arrodilló hasta quedar al nivel de shang y posó una pata en su hombro.

-Buena suerte chico...lo harás de maravilla- El maestro Li frotó su cabeza en forma amigable.

-Gracias maestro- Shang sonrió. Todos tenían una fe ciega en el ya que era una gran promesa para el kung fu. Su maestro se hizo a un lado para dejar la salida libre. Shang respiró profundo y caminó hasta la salida.

Una multitud aplaudía la salida de shang mientras se acercaba al campo de batalla. Observó lentamente la multitud, ¿qué pasaría si hacia el ridículo frente a todos?, realmente estaba nervioso, era su primer torneo y había llegado a la final. Tenía que superarlo. Respiró profundo una vez más y adoptó su forma defensiva. Su rival era un enorme gorila.

-¿Listos?- Preguntó un cerdo en el centro del campo. Ambos luchadores asintieron con la cabeza.

-¡Comiencen!-

Mientras tanto, los padres de shang caminaban por el pueblo y platicaban.

-Espero que a shang le vaya bien- Dijo su madre.

-Estoy seguro de que ganará...es un gran luchador- su padre sonrió. En eso, un sonido estremecedor tomó por sorpresa a todos incluyendo a ambos.

-¡¿Que fue eso?!- Preguntó su madre alterada.

-¡Quédate aquí!- Su esposo corrió en dirección a unas casas que se encontraban cerca. Su esposa miró preocupada como corría. En un momento desapareció de su vista. De pronto una gran explosión surgió desde las casas en donde se encontraba el padre de shang.

-YU!- Pero antes de que pudiera correr hacia donde se encontraba su esposo, un cuerpo cayó en frente de ella. Cuando vio quien era, sintió que algo en su pecho se rompió en mil pedazos como si hubiera caído un vaso al suelo.

-No...¡NO! YU!- La esposa de Yu se acercó hasta el cuerpo de Yu.

-Yu! YU! ¡POR FAVOR DESPIERTA!- Sacudía el cuerpo de su esposo, pero no hubo respuesta. Lo peor había sucedido. Su esposa lloraba desconsoladamente sobre el cuerpo de su difunto esposo. En eso, una sombra negra se esparció por todo el lugar cubriendo el cielo.

-¿Qué pasa?...- Preguntó con voz rota mirando para todos lados. De pronto, una figura empezó a formarse en frente de ella. Una figura encapuchada con ojos purpuras.

-Quien... ¡¿quién eres?!- Vociferó.

Shang corría lo más rápido que podía. Su corazón estaba a su máxima capacidad, pareciera que en cualquier momento se le saldría del pecho. Llegó hasta su hogar muy emocionado por contarles a sus padres las buenas noticias.

-¡Mamá! ¡Papá!- Shang buscó en todos los rincones de su hogar pero no los pudo encontrar. En eso, se encontró con su abuelo.

-Shang! ¿Qué pasa? ¿Por qué tan alterado?- Preguntó su abuelo.

-Abuelo... ¡mira!- Shang le enseñó a su abuelo una medalla dorada que colgaba en su cuello.

-Sabía que podías hacerlo- Shang abrazó a su abuelo lleno de felicidad.

-Oye, ¿sabes donde están mamá y papá?- Preguntó.

-No los he visto en todo el día-

-Deben estar en el pueblo...iré a buscarlos- Dicho esto, shang salió de su casa y se dirigió hacia el pueblo. El cielo se tornó gris oscuro, la vegetación había perdido su color.

-¿Que pasó aquí?- Shang miraba a sus costados toda la vegetación muerta. No recordaba que estuviera así hacia unas horas. Siguió caminando por un rato. En un momento, pudo ver a lo lejos una gran luz naranja. Shang corrió hasta esa gran luz. Al llegar se encontró con el pueblo enteramente cubierto por las llamas.

-¡MAMÁ! ¡PAPÁ!- Shang corrió desesperadamente hacia las llamas intentando encontrar a sus padres. La gente corría por todos lados intentando escapar de las llamas. El intenso fuego y el humo se hacían cada vez más insoportables, pero eso no detenía a shang en su afán de encontrar a sus padres. De repente, una esfera negra cubrió su entorno. Shang miró hacia todos lados, no había salida alguna. Una risa escalofriante resonó en sus orejas.

-¡¿Quien anda ahí?!- Preguntó molesto. En eso, la figura encapuchada de ojos purpura se hizo presente en la escena.

-Pequeño shang- Shang volteó para encontrarse con esas esferas purpuras.

-¿Quien…eres?- Preguntó shang algo asustado. La figura solo sonrió.

-Tú serás un perfecto ayudante para mí- Aquella figura empezó a caminar en círculos alrededor de shang.

-Tú… ¡¿eres el causante de todo esto?!- Preguntó alterado. En eso, aquel ser, estiró su mano y elevó a shang por los aires. Shang se retorcía intentando zafarse pero fue en vano.

-¿¡Que quieres?!-

-Tú serás mi esbirro a partir de ahora…y no hay nada que puedas hacer para detenerme- Aquel ser sonrió maliciosamente.

-¡Déjame ir ahora!- Vociferó.

-¿O qué? ¿Llamarás a tu papi o mami para que te vengan a proteger?- Dijo en un tono burlón. – ¿Por qué no les preguntamos si es que de verdad te protegerían?...Oh…es verdad…- Detrás de la figura, aparecieron un par de sombras que shang reconoció al instante.

-¡Mamá! ¡Papá!- Pero lo que vio a continuación, le destrozó el alma. Sus padres, ambos muertos. Su padre tenía un gran corte en el estomago mientras que su madre estaba casi decapitada. Sus ropas totalmente empapadas de sangre.

Shang no pudo articular palabra alguna. Sus ojos se abrieron hasta su máxima extensión y quedó paralizado al instante. Unas cuantas lágrimas brotaron desde sus ojos, hasta que no pudo aguantar más y reventó en un llanto desgarrador.

-¡NO!... ¡NO PUEDE SER!...!SOLO ES UNA PESADILLA! ¡UNA MALDITA PESADILLA!...- Decía entre sollozos.

-Oh…casi me olvido de los demás…- Aquella figura sonrió y otras 3 sombras aparecieron detrás de ella. Cuando se hicieron visibles, solo fue para empeorar. Su abuelo y su maestro, ambos muertos también. Pero la tercera figura…

-Sh…shang…- Una voz femenina que reconoció fácilmente.

-Li…Liang…LIANG!-

-Mhhh…creí que estaba muerta…oh en fin…otra esclava- Liang cayó inconsciente.

-DEJALA! MALDITA SEA DEJALA!- Vociferó shang. Sus ojos eran unas cascadas de lágrimas.

-¡YA CALLATE!- Aquel ser lanzó una bofetada que impactó de lleno en el rostro de shang y este cayó de lleno al suelo.

Shang lloraba desconsoladamente en el suelo. Todo lo que amaba, sus padres, su abuelo, su maestro, todo, había desaparecido en cuestión de horas. En eso, sintió otra vez estar en el aire, y efectivamente estaba en el aire, aquel ser lo elevó de nuevo.

-Ahora eres mío- La figura empezó a reír como una hiena. Shang no tenía fuerzas para luchar ni para resistirse. Aquella figura posó una mano sobre la cabeza de shang.

-AAAARRGH!- Shang lanzó un grito desgarrador, como si algo lo estuviese quemando vivo.

-¡TU ALMA ME PERTENECE AHORA! YO SOY TU AMA…KIMAIRA!- Kimaira empezó a reír nuevamente. Había conseguido lo que quería. En cuanto retiró su mano de la cabeza de shang, este cayó inconsciente. Cuando abrió de nuevo los ojos, ya no estaba ese rojo zafiro, ahora había un purpura oscuro.

-Mi querido shang…él fue quien mató a tus padres, a tu abuelo y a tu maestro- Kimaira formó una especie de espejo donde se veía a Haku y a los demás en su mansión.

-Lo mataré…-Shang apretó los puños. – ¡LO HARÉ!- Gritó. Kimaira sonrió.

-Así se habla mi gatito…pero ya tendrás tu oportunidad de matarlo en cuanto llegue el momento…- Kimaira abrazó a shang por la espalda y ambos desaparecieron en la negrura incluyendo la esfera celeste.

Fin del flashback…

-¿Solo recuerdas que aquel ser encapuchado posó una mano sobre tu cabeza?- Preguntó Haku.

-S…si…sentí un gran fuego en mi cabeza…y luego…todo se apagó- Los ojos de shang se humedecieron.

Haku se quedó callado. Se sentó a los pies de la cama mientras encendía un cigarrillo.

-¿Por qué no pude ayudarlos?- Preguntó shang con voz rota.

-No es tu culpa…esa maldita es muy poderosa- Dijo tigresa acercándose a él.

-Mamá…papá…- Shang se volteó y hundió su rostro en la almohada. Otra vez rompió en llanto. Haku se levantó y se arrodilló al lado de shang.

-Tranquilo…no fue tu culpa…esa maldita es demasiado rápida…incluso para mi…- Haku posó su mano en la cabeza de shang. Tigresa imitó a haku y se arrodilló del otro lado.

-Soy un inútil…- Dijo shang entre sollozos.

-No lo eres…se que eres un gran chico…- Dijo haku. Shang intentó levantarse pero sintió un agudo dolor recorrer su pecho.

-Aguarda, déjame ayudarte- Haku ayudó a shang a sentarse y colocó una almohada en su espalda para que esté más cómodo.

-Gracias…por cierto… ¿cómo te llamas?...-

-Es cierto…no me presenté…me llamo jeremy pero puedes decirme haku-

-Haku…- Haku sonrió levemente.

-No te preocupes, ahora estas bien…-

-Haku… ¿puedo hablar contigo? A solas- Dijo tigresa.

-Claro…volveremos en un minuto- Dicho esto, tigresa y haku salieron de la habitación.

-¿Tú crees que deberíamos decirle todo lo que pasó?-

-No…tendremos que guardar el secreto…el pobre ya sufrió demasiado…así como yo…- Haku bajó la mirada. Tigresa posó una pata sobre su hombro.

-Lamento mucho lo de tu padre…se que era una persona muy importante para ti-

-Lo sé…- Tigresa tuvo la osadía de abrazarlo, no sabe por qué lo hizo, solo lo hizo y ya. Pero para su sorpresa haku también la abrazó. Tigresa sintió algo de sueño al estar abrazada con haku pero ¿por qué?

Estuvieron unos minutos abrazados hasta que tigresa rompió el silencio.

-Haku…yo…- Tigresa se sonrojó. Haku la miró a los ojos.

-Gracias…necesitaba eso- Haku sonrió.

-No…no fue nada- Tigresa también le devolvió la sonrisa.

-Tenemos que hablar con los demás para que no hablen acerca de lo que hizo con mi padre- Dijo haku cambiando de tema.

-Tienes razón-

-Pero en cuanto se despierten…dejémoslos descansar por ahora…ven- Haku caminó de nuevo hasta la puerta de su habitación.

-Shang?- Preguntó haku abriendo la puerta. Shang se encontraba meditando en la cama de haku. Abrió de nuevo los ojos para encontrarse con haku y tigresa.

-Oh…lo siento…solo quería…relajarme un rato- Shang bajó la mirada.

-Lo comprendo… ¿sabes una cosa?- Haku brincó hasta la cama quedando así frente a shang. Tomó asiento y cruzó sus piernas.

-Yo también perdí a mis padres-

Shang levantó la mirada. – ¿De verdad?- Tigresa enmudeció, ¿sería tan tonto haku en decirle que shang había matado a su padre?

-Si…pero fue a una edad muy temprana…solo fue cuando tenía 5 años…- Tigresa suspiró aliviada.

-Oh…cuanto lo lamento…- Dijo shang apenado.

-Gracias…escucha, sé que es muy doloroso perder a todos tus seres queridos…pero tienes que ser fuerte…así como lo fui yo…- Haku posó su mano en el hombro de shang.

-Lo sé…pero es muy difícil…- Shang volvió a bajar la mirada.

-Lo sé…te entiendo…- En eso tigresa interrumpió.

-Sabes una cosa shang?-

-No, ¿qué?- Ahora dirigió su mirada a tigresa.

-Yo jamás conocí a mis padres…me crié sola en un orfanato- Tigresa empezó a contar su no muy alegre anécdota sobre su vida en el orfanato de Bao Gu. Haku y shang escuchaban atentos la historia de la maestra que, tanto shang como haku, desconocían.

-Entonces… ¿así fue como terminaste en el palacio?- Preguntó Haku.

-Si…aunque las cosas no fueron para mejores-

-¿Por qué?- Preguntó Shang.

-Pues…- Tigresa suspiró. –Creí que el maestro shifu podía ser el padre que nunca tuve…pero no…siempre estuvo pendiente en Tai Lung-

-Quien es Tai Lung?- Preguntaron Haku y Shang al unísono.

-Fue el hijo adoptivo de shifu-

-Ah sí…creo haber oído la historia…- Dijo Shang.

-El estaba cegado por el hijo que perdió…nunca pudo ver más allá de su nariz- Tigresa bajó la mirada triste.

Haku notó el semblante triste de su mirada. Nuevamente se puso de pié y posó una mano en el hombro de tigresa.

-Creo que deberías hablar con él-

-No lo sé…es muy complicado-

-Bueno…no conoceré muy bien tu historia pero creo que haku tiene razón…si no hablas con él, nunca resolverán el problema-

El silencio reinó en la habitación de haku. Nadie sabía bien que decir exactamente hasta que tigresa lo rompió.

-Tienen razón…hablaré con él…- Tigresa levantó la mirada con una media sonrisa. Haku y shang sonrieron.

-Así me gusta…-

-AAAAHHHH!-

-¡¿Que fue ese grito?!- Preguntó shang.

-Parece...- Dijo haku. En eso tigresa y él se miraron.

-¡Víbora!- Dijeron al unísono. Ambos salieron disparados hacia la habitación de víbora.

-¡Oigan esperen!- Dijo shang brincando de la cama y persiguiendo a haku y a tigresa.

CONTINUARÁ…