Sálvame

Umh... después de cuatro años sin escribir me atreví a volver... esta historia tiene meses dando vueltas en mi cabeza así que decidí publicarla... ¡sólo espero que sea de su agrado!

Por el momento es el prólogo, así que será corto, de antemano pido disculpas si llega haber errores de ortografía u OCC de los personajes

Y nop, KHR no me pertence, si no a Amano-sensei!


Prólogo

Sentía el viento soplar fuertemente, moviendo su cabello de un lado a otro. Dio un leve respiro intentado calmarse así mismo.

Tenía miedo.

Siempre le había tenido miedo a las alturas, de hecho ni el mismo sabía porque había escogido ese lugar de todos, pero le daba igual ahora.

Pronto terminaría todo.

Era una noche hermosa lo debía admitir, las luces de los negocios, la gente caminando, las estrellas en el cielo, simplemente era un panorama hermoso, pero para el ya nada importaba. Toda esa hermosura no era más que una hipocresía, una basura. Por años había aguantado las críticas, los golpes, las miradas, los maltratos de todo el mundo y el desprecio de su familia.

Estaba cansado.

-Sólo hazlo Tsuna- Se dijo así mismo viendo hacía abajo. –Caer de un edificio de 10 pisos no puede doler más de lo que ya duele-

Tomó otro respiro. Todo terminaría. Sonrió, lo único que quería era desaparecer, así el dolor que siente desaparecerá y todo el mundo estará mejor. Su madre podría irse a vivir con su padre, los maestros no tendrían que soportarlo más en clase, simplemente todo estará mejor sin él.

Dio un paso hacia al frente, un paso más y su vida terminaría, tomó otro respiro y levantó el pie, estaba decidido.

-Yo no haría eso si fuera tú-

Su corazón se detuvo por un segundo, sus manos empezaron a temblar, volteó su cabeza lentamente. ¿No se supone que estaba… solo? Pero ahora se encontraba un hombre parado detrás de él, vestía un traje negro con una fedora. Tsuna analizó su mirada, era seria, calculadora, pero en ella… había algo diferente, algo que no podía reconocer.

-¿Q-Quién eres?- le tembló la voz, estaba nervioso, si la persona era policía se metería en más problemas, o tal vez no… no estaba seguro, pero… no importaba si esa persona lo viera o no, si sólo daba un paso más su vida terminaría pronto, ya nada importaría. Si eso era, sólo un paso más y todo terminaría.

-¿En verdad piensas saltar?-

Pasaron unos segundos "sí" pensó, pero era incapaz de hablar. Por supuesto que quería saltar, su vida nunca tuvo sentido alguno ¿de qué le servía seguir con vida aguantando todo el dolor? Para nada, no le servía para nada.

-Escucha-

Esa voz lo sacó de sus pensamientos, era extraño, su voz… la voz de esa persona lo hacía sentir… diferente.

-Tal vez no conozco nada de ti, pero estoy seguro de algo- Hubo uno silencio por unos momentos, ninguno de los dos hablaba ni se movía –pero no creo que sea necesario que saltes y termines con tu vida-

Tsuna se quedó inmóvil, se sentía confundido, con miedo y con cierta ira. ¿Quién era esa persona para decirle que hacer? Quería que todo terminara. –Exactamente, no sabes nada de mí, así que no tienes por qué meterte- dijo el castaño en un tono molesto pero ¿Porqué no brincaba? En cierta manera esa mirada… lo detenía, había algo en ella que… le causaba una emoción diferente que no sentía desde que era un niño.

-¿Cuántos años tienes?- Pregunto el hombre de traje

-¿E-eh?- exclamó, no esperaba una pregunta así en un momento como ese

-¿Cuántos años tienes?- Volvió a repetir

-Dieciséis-

Volvió haber un silencio entre ambos, el viento seguía soplando fuerte, la mirada de ambos era fija en la del otro, Tsuna podía sentir como la otra persona analizaba sus acciones, le incomodaba un poco. Observó que el otro dio unos pasos para acercarse a él.

-Dieciséis, eres joven- Una corriente de viento volvió a soplar. El sujeto analizaba la mirada del chico, era como un libro abierto, podía ver que tenía miedo pero que el deseo que todo acabara era grande. Soledad, fue la palabra que vino a su mente, el chico debía de estar solo, sus ojos mostraban una tristeza profunda, pero al mismo tiempo rogaban por un poco de atención, por un poco de cariño. Pensó por unos segundos más, si hacia un movimiento en falso la vida del chico acabaría, tenía que ser preciso. Levantó su mano lentamente, ofreciéndole al castaño tomarla. Tsuna sólo la vio, pero la forma en que lo hizo, como si fuera un bicho extraño, como si lo que acababa de ocurrir era un milagro.

-No puedo-

-¿Por qué?-

-S-Sí me quedó… el dolor- el menor puso una mano sobre su pecho –El dolor sólo será más grande-

-Hagamos un trato- el azabache bajó su mano y miraba fijamente al otro –No brinques y… -

-¿Y qué? ¿Me quedaré solo por más tiempo? ¿Seguiré escuchando a mamá decirme lo mucho que desea estar con mi padre en vez de tener que cuidarme? ¿Tendré que seguir viendo sus miradas de desaprobación y vergüenza? ¿Seguiré soportando los golpes, las críticas y burlas de las demás personas?- La voz se le quebraba conforme seguía hablando, lágrimas se acumularon en sus ojos, pero se negaba a dejarlas caer. Quería brincar, pero quería seguir viendo esa mirada. –No quiero estar solo, ya no- dijo bajando la mirada. –Nadie me necesita, nadie me quiere con vida, soy un inútil-

-No brinques hoy- Tsuna se sorprendió y volteó a ver al sujeto enfrente de sí. –Ven mañana a la misma hora, si yo no estoy aquí puedes brincar- Volvió a ver que una mano se extendía enfrente de él, ofreciéndole tomarla de nuevo. Lo dudó por unos segundos, pero su mano temblorosa se levantó y tomó la mano del desconocido, quién aprovecho y lo jaló hacia donde se encontraba él. Ahora estaba a salvo.

-¿Q-Quién eres?- preguntó con la mirada fija en esos ojos, esa mirada… lo hacía sentir cálido, aún no podía describir lo que veía en ella pero… le gustaba.

-Reborn- sonrió -¿Qué hay de ti?-

-S-Sawada Tsunayoshi- en ese momento se dio cuenta que aún seguí tomando la mano de su acompañante, rápidamente la soltó y se formó un sonrojo en su cara.

Reborn se dio la vuelta y empezó a caminar. –Bajemos, o te congelaras aquí arriba- Tsuna observó como el otro se alejaba y después lo siguió, bajaron las escaleras del edificio en silencio, decidieron no tomar el elevador para no llamar la atención y una vez en la planta baja, salieron del lugar.

-C-Creo que… d-debo ir a c-casa- Dijo el castaño dubitativo.

-Te veo mañana- fue la respuesta que recibió

Y con eso último sus caminos se separaron.


Pensaba agregar más pero como es el prólogo decidí cortarlo aquí...

nuevamente espero que haya sido de su agrado...

Y si dejan un review me alegrarán el día! umh... porque quiere decir que les gusto! (?)

Gracias por leer!