Ustedes no saben lo que tardo en escribir e intentar actualizar y que al final del día no pueda sentir que mi tiempo invertido valió la pena, porque me desanimo al ver tan pocos comentarios, me dan ganas de no escribir más y dejar . De verdad si le gustan mis historias demuéstrenlo dejando su opinión, nada les cuestas no duraran ni la cuarta parte de lo que yo duro escribiendo.


Este capítulo es el más largo de todos, porque bueno, no por las cantidades de palabras, sino por el tiempo que tardé haciéndolo, casi doce horas, es que me daba me distraía como nunca, pero al final lo conseguí y creo que es bueno.


Digimon me lo prestaron por un segundo para hacer esta historia que no se parece a la original, pues no hay monmon, sin embargo, como ya saben es de Akoyoshi y Toei.


Dame alas para volar y motivos para quedarme.

-Acción poética-


Y allí estaba, parada en frente de la entrada de aquel edificio, de aquel hotel lujoso y alejado del centro de la ciudad. Sus manos se frotaban, sudaban y tiritaban. Echó un suspiro y luego sintió un susto recorrerle el cuerpo. Negó con la cabeza y se dijo así misma.

"Tranquila Kari, todo está bien. Es Lucas, tu amigo desde hace meses, lo conoces, nunca lo has visto pero si sabes quién es."

Se armó de valor y prosiguió a entrar al hotel. Llegó a recepción en donde preguntó por Lucas Mcguire. El joven que estaba a cargo tecleó en el computador el nombre del sujeto, luego tomó el teléfono que se encontraba en la pared y marcó un número. Se dio media vuelta hasta Kari y luego le sonrió y le dio el número de la habitación seguido de indicaciones para llegar a su destino.

Caminó hasta el lugar indicado y luego tocó el timbre. Pensando:

"Si es muy diferente al de las fotos gritaré y saldré corriendo. Sí, eso haré."

Al abrirse la puerta sintió el alivio de ver que si era quien decía ser, el chico del otro lado del umbral la miraba con el rostro lleno de vergüenza y timidez.

—Pensé que no vendrías —dijo indicando que podía pasar.

Ella entró y le contestó —Te dije que vendría.

—Creí que te habías arrepentido ¿estás bien? —La castaña negó— Escucha, lamento lo de tu novio y tú, siento que en gran parte es mi culpa y…

—Lucas —hizo una pausa y sonriendo negó con la cabeza una vez más.— no es tu culpa.

El joven esbozó una enorme sonrisa y caminó más hasta adentrarse a la habitación, Kari lo siguió.

—Esta era la sorpresa Kari, mira viajé hasta aquí solo para conocer a mi mejor amiga.

La castaña se sorprendió luego echó una risilla. —No era necesario Lucas.

—Sí, sí lo era. Escucha, si yo no hubiese venido tal vez no tendrías con quien desahogarte con lo de tu ex, somos mejores amigos, nos conocemos y ¿quién mejor que yo para ayudarte a sobreponerte?

La chica bajo la mirada y comenzó a sentirse triste al recordar a T.K.

—¡EY! —dijo el joven acercándose hasta Kari, con el dedo índice el cual colocó debajo de la barbilla levantó la cara de la chica lentamente y cuando esta lo vio él sonreía— Eres muy linda para verte triste ¿Has comido? ¿Quieres beber algo?

—Tengo un poco de sed. —dijo mostrando más optimismo.

Llevaban ya horas hablando, reían de todo. Sin duda Lucas era quien había dicho ser: Dulce, locuaz, chistoso, divertido y sobre todo lindo, muy lindo. El tiempo se iba a toda prisa con sus anécdotas de la vida. Ya TK no la hacía llorar, ya no, pues ni lo recordaba por ese instante.

Estaban sentados en la cama, el cuarto era enorme, típico de un hotel lujoso cinco estrellas. Parecía un apartamento ostentoso en vez de una habitación común. Tenía un pequeño living, la zona bar de bebidas y una habitación totalmente privada. En medio de la conversación el tema de Takeru volvió a relucir, Kari no lo soportó más y comenzó a derramar lágrimas de tristeza, el joven se acercó a ella que permanecía sentada a la orilla de la cama y la abrazó cubriéndola con sus brazos largos, le daba ánimos y le decía que todo estaría bien, que cuando una puerta se cierra otra se abre. Ella levantó la mirada para verlo, sintió enorme deseo de olvidar a Takeru en los labios de otro. Sus miradas se conectaron y él se acercó a ella acortando la distancia y dándose así un beso que rápidamente se llenó de pasión y así se alargó, él joven fue llevando poco a poco a Kari hasta la cama para recostarla sobre esta, ella no se opuso, los besos aumentaron y con ello las caricias, pero fue cortado cuando en una de ellas Lucas posó su mano en el muslo de la joven y comenzó a subir la falda. Ella reaccionó recobrando su postura y estando sentada una vez más, lo miró a los ojos con tanta vergüenza, no debía de haber hecho aquello.

—No Lucas no, para. —decía entre la culpa— esto está mal.

—Kari no, no lo está si me besaste fue por algo, sientes algo.

—¡NO! —al notar lo elevado de su tono de voz se detuvo y volvió a modular, esta vez más calmada— no Lucas, yo amo a T.K, además, solo te he visto una vez como podría…

—Como yo, podrías quererme como yo a ti. Volé desde tan lejos porque me enamoré de ti en cada mensaje, hay quienes creen en el amor a primera vista, yo creo en el amor sin necesidad de ver.

—Lo lamento Lucas, ya-ya debo irme.

Se levantó, le dio la espalda a su amigo de pelo negro, ojos verdes grandes y profundos, manos y piernas largas y proporciones muy masculinas, e hizo el ademan de tomar el bolso cerca de la mesa de noche pero Lucas la tomó del brazo, justo a la altura de sus muñecas y la giró logrando que quedara al frente de él.

—¿Por qué huyes a lo que sientes por mí?

Dijo el chico el cual su mirada se veía un poco turbada y perdida, diferente, muy diferente a la de hace un rato.

—Lucas es tarde y tú… Tú estás confundiendo todo, debo regresar a casa e intentar pensar cómo arreglar las cosas con mi novio.

Una vez más dio la vuelta con Kari intercambiando lugares y dejándola a ella del lado de la cama para luego lanzarla abruptamente sobre esta. Kari palideció, Luca había perdido el control.

—¡NO! —Gritó desquiciado— él no es tu novio, terminó contigo, yo soy tu destino lo supe desde el momento que te vi.

—Lucas —Habló con miedo y una tranquilidad falsa, debía calmarlo si deseaba salir de allí— Cálmate, por favor, y-yo… Lucas iré a mi casa y no hablaré con Takeru, solo que es tarde y necesito descansar.

Más sereno y con la voz más suave habló —No tengo problemas en que te quedes a dormir hoy aquí.

—Pero…

—No te dejaré ir, debemos estar juntos.

En los ojos del chico se notaba la determinación y la locura, no la dejaría ir, debía de pensar con cabeza fría e idear una forma de escapar, ya que, por las buenas no lo lograría.

—Ahora si tengo hambre —Dijo sin más, aun tirada sobre el colchón y apoyada sobre sus codos.

—¿Te quedaras? —Preguntó con un brillo y entusiasmo en sus ojos verdes.

—¿Eso no es lo que queremos? –dijo ella, mintiendo por supuesto.

Él asintió —Voy por tu comida.

Apenas el chico dio media vuelta fuera de la habitación, Kari tomó su bolso y salió corriendo. Llegó a la puerta de entrada y al intentar abrirla notó que la manilla permanecía dura, estable, estaba con el seguro. Se llenó de pánico y corrió esta vez a una ventana y la abrió. Claramente se podía observar los autos en la avenida, todos muy pequeños desde el décimo primer piso. Perdiendo ya la cordura y fundida en el miedo miraba a todas partes del gran salón, no tenía más opción que salir por la ventana, ¿Pero que sería más peligroso? Sabiendo que no quería ser secuestrada y quién sabe qué cosas le haría, la idea de resbalar y caer al fondo del mar de concreto era bastante atractiva, se quitó sus enormes zapatillas negras de gran altura, y se giró para salir del lugar cuando…

—Allí estas — La voz de su no amigo la sorprendió, el pecho casi reventaba por los latidos de su corazón, sudaba y estaba pálida, fría, temerosa. —¿Qué haces allí?

—Yo, Yo… Y-Yo —El miedo no sucumbía, más bien crecía y si le decía que intentaba huir seguro la mataría, ¿Qué decir?— Yo, yo estaba tomando aire fresco.

El rió —Es muy tarde, te resfriaras, ten come —Mostró la bandeja de comida y frutas— te traje frutas y algo ligero para que no te caiga mal.

Lo único que me ha caído mal es que me has retenido aquí. Pensó la castaña de cabellos cortos.

Se acercó sigilosa y tomó una pera verde.

—Vamos al cuarto —Propuso el loco Mcguire.

No le quedó de otra que hacerle caso, mirando hacia atrás y viendo su oportunidad de escapar.

Diez minutos pasaron, diez minutos que parecieron diez horas. Tenía que salir de allí, pero ¿Cómo?

—¿Tendrás algo para el dolor de cabeza? —Se dirigió al hombre que la miraba con ojos de idolatría y vehemencia— Llorar por el estúpido de TK me ha dado jaqueca.

Una gran sonrisa mostró el chico estadounidense, se levantó y salió de la sala.

Está bien, no podría escapar pero si pedir ayuda, sacó el móvil de su bolso y con tirites en sus manos marcó el número de su hermano. El teléfono repicaba, repicaba, y repicaba. Marcó el de Takeru y estaba apagado. Volvió a intentar marcar a su hermano, una vez más sonaba hasta caer la contestadora.

No pudo más y por el temor y la incertidumbre de que hacer comenzó a llorar. Empezó a hablarle a la contestadora.

—Hermano por favor ayúdame, estoy con un loco que me ha retenido, por favor, estoy en el hotel Star Loops y hay un chico que no me deja salir.

—¿Qué haces? —Decía el hombre acercándose a Kari en pasos largos y gritando— ¡¿llamabas a la policía?! ¡¿Te quieres ir?! —Comenzó a forcejar para arrancarle el teléfono.

—No, por favor no, ¡NO LUCAS! —Gritaba llorando.

El chico apagó el teléfono y comenzó a dar pasos en el lugar, pasos desesperados y que se repetían, iba y venía como un loco desesperado, sus manos frotaban su cabeza y comenzó a desvariar.

—No, no, no, noooo ¡ARGG! ¡¿Qué hiciste?! —Gritó a Kari que estaba escondida entre un rincón y la meza de noche, lloraba y las lágrimas fluían y no paraban, lanzaba pequeños gimoteos y se abrazaba a sus piernas. —Ahora, ahora tendremos que irnos de aquí.

¿Qué sería peor que morir? ¿Esto? ¿Por qué le temía?

La chica se armó de valor y se levantó gritando —¡NO! —De manera muy rotunda y decidida— No me iré, no me obligaras.

El joven la miró extrañado y dio pasos rápidos hasta su cama y debajo de la almohada sacó un arma de fuego. Kari sintió un frio recorrerle el cuerpo entero y quedó inmóvil ante aquella pistola que ahora apuntaba hacia ella.

—No quería llegar hasta este punto —Dijo desquiciado el chico— P-Pero tú me obligaste Kari —Un tic nervioso de apoderó de él, uno en que doblaba su cabeza por segundo a la derecha.

—Por favor no… —Su voz se quebrantó del desasosiego— Lucas.

—¿A quién llamaste? ¿A Takeru?

—No, no era nadie.

—¿Quién era? —Exigió sin bajar el arma.

—Mi hermano, pero no le dije nada, lo prometo.

—¿No sabe que estas aquí?

—No, solo le dije que me quedaría a dormir contigo. —Se arriesgó, no sabía si había escuchado todo.

—¿Segura?

Si, lo logró.

—Baja el arma, yo solo quiero estar contigo.

El chico hizo lo que le pidió y se acercó a la ojos carmesí para darle así un beso.

Por otro lado. Tai intentaba marcarle a Kari, pero era inútil su teléfono estaba apagado.

—Maldita sea, Sora ¿Dónde estará metida Kari? —daba pasos de un lugar a otro al frente del pequeño negocio de comidas.

—Tranquilízate Tai. Tal vez no…

—¡NO! Está en peligro lo sé, lo sé.

Sora no sabía que decir, había escuchado el mensaje de voz y era obvio que algo sucedía, pero debían de mantener la calma o podrían ser tres quienes estuvieran en peligro, ya que Tai al volante era una amenaza cuando estaba enojado, no media le peligro.

—Creo que me ha comentado algo de Lucas en una ocasión.

El moreno giró y se acercó a Sora tomándola de ambos extremos de sus hombros.

—¿Qué te dijo? ¿Sabes dónde vive ese canalla?

—No, bueno… creo que en Estados Unidos.

—No puede ser, Kari no está en América, seguro ese canalla ha venido a Japón. ¿No sabrás si tiene familiares aquí?

—¡No pero Willis es amigo de él! Si, Kari me comentó que por medio de Willis se conocieron.

Una luz de esperanza abrigó los ojos chocolates de Tai, Marcó el número de aquel chico, solo para que este le dijera que no lo conocía, que debía de tener cuidado ya que este chico podría ser un peligro.

—¡Maldición! —Gritó desesperado Tai.

—¡Izzy! —dijo Sora como si era una gran idea.

—¿Izzy? Si, Kou puede ayudarnos. Pero… ¿Cómo?

—Que se meta en la cuenta de Kari, que vea los mensajes y esas cosas, tal vez esté el número del chico y podamos rastrearlo.

—¡OH Sora! Eres genial.

Volvió a marcar esta vez al pelirrojo, pidió que guardara discreción, que irrumpiera en el correo y cuentas sociales de la chica, que buscara cualquier cosa que le sirviera, número de teléfono, direcciones en las que pueda estar el chico, todo lo que le diera una pista de donde pudiera estar su pequeña hermana. Trancó el teléfono y se volvió hacia Sora.

—Vamos Sora, te dejaré en tu casa, yo iré luego a lo de Kou.

—¿Qué? ¡Quiero ir contigo!

—NO. Creo que no deberías de ponerte caprichosa en este momento, es muy peligroso y ya tengo con mi hermana en apuros, no quiero que sean dos. Sé cómo eres y no me arriesgaré a arriesgarte. Ponte el casco y sube al vehículo sin hacer barullos ¿Ok? —extendió el casco a Sora.

Se miraron de manera desafiante durante unos segundos, ambos con el cejo fruncido. De las manos de Tai fue arrebatado un casco y pronto ambos estaban sobre la motocicleta.

Estaba bajando de la moto, al frente de la casa de la señora Toshiko, Tai no quería que Sora quedara sola en el departamento. Una llamada entró al teléfono del moreno, era Koushiro con noticias, Tai se dio media vuelta y caminó varios pasos lejos de Sora, no quería que escuchara los detalles, pues bien, él sabía que la chica era terca y si sabía algo de la ubicación hasta pudiera ir al lugar e interferiría con cualquier cosa que el chico fuese a hacer.

Sin embargo, el teléfono de la pelirroja comenzó a sonar. Era la voz de Kari.

—Alo, Kari ¿en dónde estás?

Estoy bien, solo llamaba para decirte que los Froot LOOPS —Dijo acentuando la última palabra— Están afuera de la despensa, esta noche no llegaré a la casa y no podré hacerle la cena a mi hermano, así que coma del cereal.

—¿Del cereal?

Sí, ya te dije no podré ir y él como es muy comelón y flojo deberá comer froot LOOPS, —Volvió a hacer ahínco en la palabra— AH, Saluda mucho a mi perrita, Star, adiós, debo irme.

—Kari espera… —la llamada culminó— no-te vayas.

¿Cereal y una perra? pero si Kari no vive con Tai y no tiene perros, solo a Miko y es un gato. Pensó la pelirroja., ¿Qué le habrá querido decir con ello?

Tai se acercó a Sora y le dijo que Izzy había logrado obtener un número telefónico que debía irse. Le dio un beso de despedida en la frente y la obligó a pasar. Luego se apuró en llegar a lo de su amigo. Sora no dijo nada de la extraña llamada de la hermana de su novio, caminó a la entrada y ya adentro del edificio llamó a Mimí. Si, a Mimí Tachikawa.

Por otro lado la ojos miel, veía el remitente de la llamada, le había extrañad, aun así atendió.

No lo podía creer, pero, si ella acababa de ver a Kari, Sora le contó todo lo que sabía y la llamada extraña de Kari.

—No, no lo sé ami… Sora, no sé qué habrá querido decir con eso. Posiblemente sea un juego de palabras, algo significa. Yo lo hacía mucho con mis amigas porristas en preparatoria, cuando no queríamos que nadie se enterara de lo que hablábamos. —La chica castaña pensó un momento y algo le vino a la cabeza.- Resalta lo más extraño de la conversación, el animal y la preocupación de que Tai coma algo.

Dijo de su perra Star, eso es extraño, también prácticamente ordenó que Tai comiera cereal, porque ella no iría esa noche a dormir a casa, es tonto ya que Tai no vive con ella.

—Su perra Star, el cereal, ¿Froot Loops? Star, Froot Loops, star froot… Star Loops ¡El hotel Star Loops! —Gritó sin más— Debe estar en el hotel.

OH, eso tiene más sentido, gracias. Debo irme.

Espera —Gritó una vez más— ¿Iras tu sola?

Sí, Tai está muy fuera de sí, no creo que actué tranquilamente.

Estaban molestas, sí. Quería matarla, quería restregarle que Tai estaba con ella, pero Sora era su mejor amiga, y pese a eso no dejaría que fuese sola.

—Iré contigo, no te muevas de donde estas, pasaré a buscarte.

*.*.*

—Qué extraña conversación, Me habías dicho que vivías con tus padres. —Habló Lucas.

—Sí, eso es cierto, pero todos los sábados mi hermano y yo cenamos juntos en su departamento.

Parecía calmada, aunque por dentro era la viva imagen de la obra de Arte "el grito de Munch"

—No lo sabía, aun así es extraño, pues ya son las once de la noche.

—Te sorprendería saber lo paciente que es mi hermano, él esperaría por mí hasta que llegue a cocinar, no importa la hora.

—¿No lo habías llamado antes? —preguntaba ingenuamente.

—Sí, pero no me dio tiempo de decirle todo, tú me quitaste el teléfono ¿lo recuerdas?

—Fue un mal momento, lo lamento, creí que te querías ir.

*.*.*

Izzy le explicaba a Tai que había jackeado la cuenta de Kari, posteriormente la de Lucas y a continuación había logrado forzar la cuenta del banco del chico. Allí, pudo ver sus últimos giros y pagos con la tarjeta de crédito y lo último que pagó fue el hotel "Star Loops"

—Perfecto, llamaremos a la policía.

—No lo creo Izzy, yo iré y le romperé la cara a ese imbécil.

—Tai, puede estar armado, pondrías en peligro la vida de tu hermana. Llamaré al 911.

*.*.*

Las chicas habían parqueado el auto al frente del hotel, llegaron a recepción en donde vieron a una joven alta de cabellos celeste y con ropa de cabaret.

—He venido a encontrarme con Lucas Mcguire,

La atención de las chicas se posó en la joven que hablaba, justo después de que esta dijo el nombre del secuestrador de Kari. Con mucha discreción ambas se acercaron para poder escuchar mejor.

—Soy Almendra —Dijo la joven identificándose.

—¿Almendra?- la recepcionista preguntó con una ceja arqueada ante tal nombre.

—Sí, estoy haciendo una visita de trabajo y en mi trabajo me llamo Almendra. Identifíqueme así, él entenderá.

Y ellas también entendieron, ambas chicas, pelirroja y Castaña se miraron, Sora haló a Mimí y la llevó lejos de recepción. En plan conspirador y en medio de susurros le dijo.

—Tengo una idea, conozco este edificio como la palma de mi mano.

Mimí la miró extrañada y con la ceja arqueada, su expresión era sugerente.

—¡OH! —Hizo una expresión de asco al ver lo que Mimí insinuaba— No, no lo conozco por haber venido aquí con chicos, en la universidad me ha tocado hacer un plano del lugar y lo he estudiado muy bien.

¡OHHH! Pensó Mimí. Eso tenía un poco más de lógica. —¿Y eso qué?

—Pues, utilizaremos a almendra —Una sonrisa ladeada e insinuante salió de parte de Sora.

Habían trazado el plan, aunque Mimí no le convencía del todo y eso que era Sora la de "el buen juicio".

Se acercaron hasta la chica del mostrador, alegaron que iban con la mujer y que trabajaban juntas, así que la muchacha las dejó pasar. Corrieron a prisa tras Almendra hasta lograr detenerla y acorralarla.

—Eh, disculpa — se adelantó Mimí.

—Creo que no deberías de ir hacia allá. —Ahora era Sora quien hablaba.

—Sí, estas en peligro, el chico de allá es un loco y tiene secuestrada a nuestra amiga.

—¿Quiénes son ustedes? —Preguntó la mujer.

—Eso no importa— Volvió a hablar Mimí— mira ¿Cuánto cuesta tu noche?

—Ah, ya sé por dónde viene la cosa —Dijo con altanería la mujer— Quieren robarse a mi cliente. ¿En dónde trabajan?

¿Acaso tenían cara de pu…? ¿Prostitutas? Pensaba la castaña —¿Quéee? Nooo, no somos p… no trabajamos en eso, mira te pagaré el doble, necesitamos sacar a nuestra amiga de esa habitación.

La mujer veía con altivez a las dos chicas, pero algo le dijo que aceptara el trato.

—El chico me pagará en dólares, ¿Me pagaran el doble y en dinero de USA?

—Mimí… — la pelirroja volteó a ver a su amiga.

—Está bien, pero no tengo los dólares conmigo, ten —sacó algunos yen y luego una tarjeta— Este es mi número y este dinero ayudará como adelanto.

Almendra le sostuvo la mirada por un momento, luego cedió y tomó los yen. —Habitación 310 piso 11. Por el tercer pasillo a la derecha.

Sora y Mimí se miraron echando una sonrisa de victoria.

*.*.*

Tai estaba nervioso, Willis le había enviado un artículo en donde hablaban del posible secuestrador de Kari, las cosas que les hacía a sus víctimas eran atroces el solo hecho de pensar que a su hermana.

—Maldición —Expulsó dando un golpe en la pared del cuarto de Izzy. Una lágrima salía de su ojo derecho, era raro verlo así, Koushiro no sabía qué hacer.

—T-Tranquilízate un poco, la policía está estudiando el caso.

—No puede tranquilizarme Izzy, debo ir a aquel lugar, si le pasa algo a Kari yo… debo irme.

Dio media vuelta y salió hacia la puerta, su amigo el pelirrojo intentó detenerlo, pero era inútil, nada de lo que dijera él lo haría entrar en razón. Plan b, debía llamar a Matt, él siempre lograba hacerlo entrar en razón.

¿Qué a Kari que? —Gritaba el rubio a través del teléfono— ok, le avisaré a Takeru, saldré hacia el hotel y detendré a Tai.

*.*.*

Estaban ya en el piso once. Pero Mimí moría de miedo, el plan de Sora la asustaba, necesitaban un reemplazo ¿Pero qué?

—¿Lista?

—Sora, hay que llamar a Tai.

—¿Por qué? Sabes lo precipitado que es…

—Y en este momento también nosotras, no podemos entrar sin un plan de respaldo, si no sale como lo planeamos, entonces seremos tres las que estemos en peligro.

—Ok, lo llamaré.

La chica de ojos escarlata hizo lo que dijo y luego de un par de tonos, la voz de Tai resonó.

Ahora no es buen momento Sora.

—Sé dónde está Kari.

Yo también y voy saliendo para allá.

—Tai, estoy en el hotel Star Loops, ando con Mimí.

La voz de Tai se volvió más preocupada que antes, quiso retar a Sora y decirle que salieran ambas de allí, que era peligroso, se trataba de un violador en serie, un chico con problemas mentales que estaba siendo perseguido por el FBI, pero cuando habló para decir algo fue interrumpido.

—Vamos a entrar, tenemos un plan, así que adiós.

¡Maldita sea con Sora y su plan de estúpida! ¿En qué rayos pensaba? ¡Rayos! Solo complicaba las cosas.

Subió a su moto de prisa, se puso el casco y salió a toda marcha, debía impedir que cometiera una estupidez

*.*.*.*

El plan consistía en que mientras Sora se adentraba por los conductos de ventilación, Mimí los distraería simulando que era la prostituta, seguro y si era el enfermo que creían que era le diría que harían una especie de trio en donde por un momento se llevaría a Kari al baño y allí Sora iría en su ayuda guiándolas por los conductos de ventilación.

La ojimiel tocó la puerta del apartamento 310, piso once. A los pocos minutos un hombre bastante simpático abrió la entrada. Era muy lindo, pero un maniático al fin y al cabo. Se valió de sus clases de actuación en los Ángeles, cuando vivía en USA, echó una mirada coqueta e insinuante y antes del que chico dijera algo se abrió paso hacia el apartamento.

—Hola —Dijo con mucha seguridad, aparentemente— Soy Almendra y tú debes ser Lucas.

Echó la mirada por el cuarto entero y luego volteó de nuevo hacia atrás para mirar como el chico que aún estaba parado en el umbral la veía.

—¿Y? —Volvió a hablar la chica —¿Te quedaras allí o pondremos manos a la acción? no tengo toda la noche.

El joven echó una mirada oscura y una sonrisa morbosa, cerró la puerta y dio pasos hacia Mimí logrando atraparla en sus brazos y queriendo besarla.

—¡EY! ¡Ey! —Exclamó Tachikawa alejándose del agarre— No tan rápido tigre, dinero primero y me darás cinco minutos en el baño, debo prepararme —El miedo estaba en ella, pero no debía demostrarlo, ¿por qué se había metido en este lio en vez de llamar a la policía?

—Lo que digas primor, pensé que serias una de esas chicas de apariencia exuberante, con grandes senos y trasero, con apariencia de chica prostituta, creo que me han enviado a una novata —La miró y sacudiendo sus cejas de arriba abajo, prosiguió— Me gusta.

—Pues, no obtendrás nada a cambio a menos que pagues. —Colocó su mano extendida, Lucas sacaba su billetera y le entregó los dólares —¡Genio! —Reprochó Mimí— Sabes que aquí falta dinero y no se vale la mitad ahora y luego la otra, completo o me voy.

Volvió a ver su billetera y extendió otro par de billetes —Chica nueva, pero bien entrenada, veamos si logro desaparecer esa mirada pura e inocente, tienes cinco minutos para arreglarte, estoy con una visita, apuremos esto.

—¡ohhh! —Maravilló la joven —¿jugaremos tres?

El chico le echó una mirada risueña y se dio la vuelta, no sin antes señalar el baño.

Ella dio pasos hasta allá y cerró la puerta con seguro y envió un mensaje

*Primera fase hecha ¿En dónde estás?*

Un nuevo mensaje entró en su bandeja.

*En posición, prepara la zona*

La portadora del emblema de la pureza busco con la mirada, y luego vio su objetivo. Se acercó al conducto de aire y con un destornillador que habían conseguido con el conserje abrió las rejillas de este. Un golpeteo en la puerta la hizo saltar un poco y estremecerse, con manos temblorosas envió el mensaje a Sora.

*Ya todo está listo*

Ya estoy listo, sal. —dijo el ojos verdes. Mimí echo un suspiro y abrió la puerta. Fue guiada hasta una habitación en donde encontró a Kari amordazada y atada a la cama.

Abrió sus ojos a más no poder, ¿Le había hecho algo?

Kari también hizo lo mismo, un gesto de Mimí la hizo disimular. La ojimiel miró al ojos verdes.

—No te preocupes —habló el al ver la expresión de Mimí— linda almendra, es solo un juego, no es que la tenga secuestrada.

Mimí entre cerró los ojos y le dio una falsa sonrisa. Ahora temía aún más por su vida y la de Kari. —No juego así. Debes soltarla para que yo la prepare.

—¿Preparar?

—Son las reglas de los tríos, de los juegos de sadomasoquismo ¿es tu primera vez?

—No, pero si la primera vez que me dicen algo así.

—Suéltala.

—No, mi dinero mis reglas.

—Mi cuerpo mis reglas, ¿deseas disfrutar no? Si eso deseas juega con mis reglas —Estaba en la peor situación para ser altanera, pero debía demostrar seguridad o todo se iría a la mierda.

Suspiró — ¿Qué necesitas?

—Que la sueltes ya, si quieres luego la volvemos a poner igual.

El joven la soltó.

*.*.*

—Es mi culpa Matt, es mi culpa. No debí discutir con ella.

—No te culpes viejo, no sabías de nada.

Iban en el auto, TK se echaba la culpa, tan solo si hubiese escuchado lo que Kari tenía para decir, tan solo si hubiese regresado a escucharla, ahora tal vez, posiblemente era tarde. Kari era su mundo, su vida. Si algo malo le sucedía, no se lo perdonaría, no podría.

—Matt si le pasa algo yo…

—No me digas que tendré que darte una paliza como hago con Tai para que reaccione, mira que detengo el auto y lo hago.

Miró al frente, estaba teniendo un mal presentimiento, el pecho le apretaba, algo andaba mal. Pero no preocuparía más a su hermano menor, alguien debía de guardar la calma. Un mensaje de Izzy llegó a su teléfono.

*Tai me acaba de llamar, Sora y Mimí están dentro del hotel y posiblemente vayan a rescatar a Kari solas. Dense prisa, la policía también va en camino*

Sus ojos se abrieron como platos, su mirada gélida se volvió perdida, su semblante calmado se borró y su cara perdió toda la sangre, todo el color hasta quedar blanca, pálida. Mimí… Mimí estaba en peligro, estaba con un posible violador en serie, Mimí SU Mimí, por eso sentía el pecho apretado, por eso sentía esa sensación. Sin decir ni una palabra arrancó aun en más velocidad su auto. No solo estaba Kari en peligro ahora Sora y su princesa también.

La velocidad de su moto, sobre pasaba el límite permitido, sentía el desasosiego y el temor de perder a dos mujeres, a las chicas más importantes en su vida, a tres si contaba a Mimí que se había vuelto parte de su vida y aunque no lo quisiera como ella quería, sentía un fuerte sentimiento para con ella, sin embargo no era más fuerte que lo que sentía por su pelirroja. Aquella niña que conocía desde hace… ya ni se acordaba, para él, se conocieron desde otra vida, era una pieza importante en su loca vida, tan solo se había separado de ella un año y cambió, se perdió en su camino y le dolió no saber de ella por ese tiempo, no poder consolarla en esa etapa de abandono que le dio su padre. Ahora estaba a punto de perderla otra vez. No, no podía, ni a ella ni a Kari, ni a Mimí. No podía. ¿Qué haría sin ellas? Sin su hermana tierna y a veces molesta, sin su mejor amiga y amor, sin aquella chica que lo comprende y consiente. Tres mujeres que amaba de diferentes formas, pero las amaba. Aceleró aún más.

*.*.

Al llegar Matt notó que Tai recién bajaba de su moto e iba dispuesto a hacer una estupidez. Corrió impidiendo que pasara al recinto, lo tomó por el brazo girándolo.

—¡¿Qué crees que haces?! —le gritó el rubio.

—Voy a rescatar a Sora, Kari y Mimí. Eso hago.

—No seas ridículo Tai, si entras tal vez vuelvas las cosas más peligrosa.

Se soltó el agarre arrebatando su mano con fuerza, de mala gana. —No intentes detenerme.

El rubio una vez más atrapó a Tai, esta vez por sus ropas, arrugó su camisa y lo atrajo muy cerca de él con la mandíbula tensa y las cejas fruncidas.

—No solo pones en peligro tu vida, egoísta de mierda, sino la de las chicas. —Reclamó a gritos.

—Muchachos… —Intentaba tranquilizar TK. Sin éxito.

Una vez más Tai azotó las manos de Matt alejándola de su cuerpo —¡¿Pretendes que me quede de manos cruzadas?!

—No puedes entrar así como así —Seguían gritando.

—¡Chicos! —Takeru interrumpió, pero ninguno prestaba atención.

Las miradas de ambos permanecían fijas, llenas de miedo, Zozobra, resentimientos y sentimientos encontrados, pero que sin embargo, eran ocultados por uno en peculiar la ira. El juego de toda su vida, cualquiera de los dos que diera un paso, pestañara si quiera seria reprendido por el otro.

—No me quedaré aquí.

Dijo Tai dando media vuelta, Matt lo tomó por el hombro logrando girarlo y ¡PAM! Dio un gran golpe en la quijada del moreno que se levantó casi de inmediato respondiendo el golpe, un golpe dado justo en la mejilla.

—¡MUCHACHOS! —Gritó Takeru, esta vez lo voltearon a ver. No solo porque el grito fue más sonoro sino por el sonido de las sirenas acercándose.

En pocos minutos, la policía rodeó el lugar e impidió la entrada y salida de los inquilinos y huéspedes del lugar, un grupo de personas se reunieron, la ambulancia y bomberos también estaban allí. Las Luces de las sirenas alumbraban por todas partes. Un auto llegó al sitio, era el de Ken, de él bajaron los demás chicos, Yoley, Iori y Daisuke. Otro auto se avecinó y estacionó era el de Joe y de allí bajó Izzy.

Se acercaron hasta los demás chicos. Y aguardaron con ellos.

*.*.*

Las dos chicas habían entrado al baño, donde Sora las esperaba dentro del conducto. Engañaron al secuestrador al decirle que armarían un juego, algo entretenido y morboso que le garantizaría el mejor orgasmo de su vida. Las chicas estaban en el baño, Kari entró por el conducto luego Mimí.

—No olviden seguir derecho, luego a izquierda, siguen otra vez derecho y a la tercera ventada de aire doblan a la izquierda allí bajaran y saldrán al otro lado del pasillo, por el cuarto de servicios.

Agregó Sora.

El desquiciado chico escuchó el constante sonido de la sirena, al asomarse por la ventana dedujo que la multitud y la policía eran por él, ¿una trampa? La olió en el aire, corrió al baño que estaba cerrado con seguro, sacó sus llaves y abrió con prisa la puerta, no había nadie, salvo unas piernas que intentaban huir por el viaducto. Las tomó y haló de inmediato, Las piernas que terminaban mostrando unas botas pateaban y luchaban por zafarse, pero le fue inútil, pues logró arrastrarla.

"Sora, Sora" gritaban las castañas.

"Huyan, salgan de aquí" fueron las palabras de la pelirroja.

La chica salió y comenzó a forcejear con el hombre de ojos verdes, este la atrapó con ambas manos, logrando impedir sus movimientos de manos.

Las chicas dentro del pequeño "túnel de ventilación" reñían si volver o no por Sora, si volvían serian tres en vez de una, si se iban seria la misma situación de hace un instante, una de ellas secuestradas. Optaron por irse. Servirían mejor afuera que adentro.

—¿Así que la heroína fue capturada? —un tono malicioso y sarcástico— ¿Quién te salvará ahora?

La arrastró hasta el cuarto y la tiró a la cama, Sora se levantó e intentó correr pero fue enviada al colchón una vez y luego escuchó que cargaban un arma, al levantar la cabeza vio como la apuntaba, se paralizó.

—Así me gusta, quería a Kari, pero peor es nada y tú eres muy sexi. Creo que me gustaran las pelirrojas.

Los ojos de la chica estaban del color de su pelo, su mirada estaba llena de odio, su cejo muy pronunciado rabiaba, sentía miedo, pero... Algo dentro de ella guardaba la esperanza de que Tai la fuese a salvar, que la historia se repitiera y que su moreno la salvase como aquella vez con Datamon.

—Mirada desafiante, me gusta.

Este tipo era un enfermo mental.

—Posiblemente esta sea mi última noche en libertad, por culpa de tu amiga, que no dudó en dejarte a solas conmigo. Pero antes de volver al hospital psiquiátrico, te follaré como si no hubiese mañana.

¡oh Dios Tai, ven por mí! Pensaba.

*.*.*.*

Como Sora había dicho, salieron por el cuarto de servicios, corrieron a la entrada donde un grupo de policías tramaba una forma de entrar y salvar a las chicas sin que hubiesen bajas, al verlas venir a ellos todas asustadas, gritando al mismo tiempo y de manera que no se entendía nada, las detuvieron, ellas explicaron la situación y sin más las sacaron del hotel.

Iban casi a gachas, corriendo de prisa para protegerlas.

Tai se llenó de felicidad al ver a su hermana. Corrió a abrazarla, unos policías lo quisieron detener, el alegó que era su hermano. La portadora de la luz, se abrazó con fuerza por el cuello del moreno, el reía mientras la alejaba y la tomaba con fuerzas por la cabeza con ambas manos.

—No me vuelvas a dar ese susto Kari, no lo vuelvas a hacer —Decía entre su felicidad y con entusiasmo. La comenzó a besar por la frente, mejillas y el resto del rostro de Kari. Era un milagro.

Mimí estaba tras Kari guiada aun por el policía, Tai levanto su cara y la observó, ella lo miraba de manera casta y pura, él le sonrió tímidamente sin saber qué hacer. Kari fue arrebatada de sus brazos por los demás niños elegidos, pero las miradas de Tai y Mimí no se despegaban. Ella corrió hasta encontrarse con sus brazos y abrazarlo.

Matt miraba desde lejos. Eso era lo que podía hacer.

—¿Estas bien?

—Si Tai, no me sucedió nada.

El rubio miraba con una sonrisa en su rostro, le dolía verla con su mejor amigo, pero ella estaba bien, estaba a salvo y feliz.

Aun abrazada a Tai, vio por sobre el hombro del chico a Matt y no pudo evitar dejar escapar su nombre en un susurro: —Matt…

Tai la alejó lentamente, tomándola por los hombros. La miró y le sonrió —Ve con él.

—Tai yo…

—Anda, descuida, ve con él ha estado muy preocupado.

Ella sonrió y se puso en puntillas para luego rosar sus labios con la mejilla del castaño. —Eres un gran chico.

La vio ir tras Matt, podía quedar como egoísta, pero dejarla partir le dolía, aunque no más que estar sin… Giró rápidamente, asustado, nervioso y sin control buscándola. ¿En dónde...? ¿Dónde estaba? Giraba su cabeza de un lado a otro, ¿En dónde está Sora?

—¡Kari…! —Gritó, la chica lo volteó a mirar — ¿En dónde está?

Su rostro se volvió oscuro, triste y culpable. No le quedó más que agachar la cabeza y no mirarlo a los ojos.

—¡NO! —Su voz se quebró, se llenó una vez más de angustia —¡Maldita sea Kari! ¡¿En dónde está?! ¡Sora! ¿En dónde está ella? —Su respiración se volvió pesada producto de las múltiples sensaciones que invadían su cuerpo. Giró repentinamente hacia el inmenso edificio y lo observó con pánico.

*.*.*.*

La miraba con ganas de quitarle toda su ropa y devorarla, su mente había volado desde hace mucho y hecho con ese cuerpo mil y una cosas asquerosas. Tal era su problema, que no le importaba saber que habían docenas de policías dentro y fuera del edificio, solo quería terminar esa noche de hacer lo que debía hacer. Por eso contrató una prostituta, para pasarlo bien, pero Kari le pareció mejor opción cuando la llamó y supo lo de su novio, la situación perfecta, pues, el despecho la haría hacer cosas sucias y ricas para él, sin embargo, su naturaleza de mojigata la hizo reaccionar y no hacer nada, luego llegó la prostituta de pelo castaña, dos platillos para uno solo. Sus planes se acabaron más rápido que nada. Se conformaría con esta pelirroja, que estaba bastante buena. Un polvo bueno seguramente, las pelirrojas son candentes.

—¿Qué esperas? Puedo ser yo quien te quite la ropa ¿Si quieres?

—No lo haré, ni tu tampoco —Envió un escupitajo al chico con el arma.

—Salvaje — Dicho esto le dio con mucha fuerza una cachetada que le giró del tiro el cuerpo. Se acercó apoyando una rodilla sobre la cama, extendiendo la otra hacia el suelo, la tomó por el pelo llevando la cabeza hacia atrás y con la otra mano colocó el cañón del arma en su garganta. —Así yo domo a las salvajes como tú, puedes vivir y hacerme feliz o morir, igual me harás feliz, mientras estés calientita aun eres "follable".

El miedo de la pelirroja se hacía sentir, todo su cuerpo gritaba por dentro y no era para poco, estaba en la peor situación de su vida. No dejaba de pensar que Tai tenía razón, debía dejar las cosas en mano de los policías, pero ella prefirió ser una egoísta e ir a hacerse la superhéroe, que error, posiblemente Kari a estas alturas le hubiese pasado algo o lo hubiese controlado. Las lágrimas comenzaron a brotar y se rompía poco a poco, el miedo era peor que el fuego consumidor.

—Auuu — Se burló —Estas llorando, ¿Qué pasó con la "fierecilla indomable"? — Pegaba aún más su pistola y halaba su cabello de igual manera. Comenzó a pasar su lengua por el cuello de Sora, quién cerraba sus ojos con fuerzas, gemía del miedo y jadeaba con fuerza esperando a que un milagro sucediese, pero, no pasaba nada. —Mantente sumisa y todo pasará pronto. —Susurró al oído.

*.*.*

No le importaba la policía, no le importaba nada ni nadie, Sora estaba sola, sola con ese pervertido, corrió a la entrada donde el paso le fue negado, desesperado miraba a los lados en busca de una solución, el guardián de la puerta fue llamado, aprovechó el momento y corrió a pasos súper rápidos, la policía gritaba que se detuviera, pero él no hacía caso. Corrió saltando los escalones de dos en dos, cayó, luego se puso de pie, no importándole el fuerte dolor en su espinilla, cuando al fin llegó al piso Diez vio policías en la puerta, agachados, sigilosos, estaban contemplando la situación para actuar, su hombro fue tocado por el hombre que lo perseguía, pero no dio tiempo de ser sacado del lugar un fuerte sonido proveniente de la habitación los hizo echarse al piso. Un disparo, un sonido seco, vacío y cortante. Se le detuvo el alma y corazón.

—Sora…— Escapó del policía que lo había cubierto y corrió como alma en pena, tiró la puerta y al entrar vio el cuerpo tendido en el piso. Levantó la mirada y allí estaba ella, de pie, con el arma en las manos, respirando a profundidad, llorando, envuelta en pánico, no se movía solo lo veía con miedo en sus ojos. Aparte del miedo que era notorio, estaba sin camisa, sin pantalón, en puras bragas y Brasier...

Detrás del joven entraron los policías.

—¡Manos arriba! —Le exigieron a la joven —Tira el arma y pon las manos arriba.

¿Qué diablos hacían? ¿Sora era la victima?

—Sora… Sora, baja el arma —Tai se iba acercando con pasos cuidadosamente lentos —Haz caso a la policía, tira el arma.

Ella negaba con la cabeza mientras hipaba —Y-Yo, n-no no, no quería.- Su mirada se volvió desequilibrada, su mandíbula inferior se movía de arriba abajo, queriendo dejar escapar una palabra, pero sin éxitos —Esta muerto.

Seguía acercándose hasta que llegó a ella y la rodeo con sus brazos, con cautela bajó sus manos por las de ella, hasta tocar el arma, que lentamente fue despojada de sus manos y posteriormente entregada a un agente policial. Él la abrazó esta vez con fervor, no la quería soltar, no lo haría nunca, ella hizo caso omiso y luego pasó sus manos por la espalda de su amigo donde se quebró y comenzó a llorar. Por lo lejos se escuchó.

—Está vivo, llamen a la ambulancia.

—Tranquila, todo estará bien. —susurraba él mientras acariciaba su pelo.


Matt abrazaba a Mimí, hace unos minutos esta había corrido a sus brazos, llorando, diciendo que estando dentro lo único en que pensaba era que no volvería a verlo, que no volvería a besarlo, que no miraría esos hermosos y profundos ojos azules. Pidió perdón y le dijo que lo amaba, que siempre lo amó, solo que…

—Tenía miedo, —seguían hablando— miedo a perderte y a que todo doliera, miedo a que me olvidaras.

—Pero me dejaste.

—Lo sé, es mejor afrontar que todo terminó, que ver como poco a poco te alejas de mí y te ibas con Jun. Pero quiero que sepas, que si me lo permites, quisiera volver a ser tu chica, tu novia.

—¿Ya olvidaste a Tai?

—Lo quiero, no lo negaré, lo quiero mucho, pero no como a ti, a ti te amo. Él no es tú.

Se miraron de frente, él permanecía inescrutable, pero luego sonrió.

—Pero esta vez, promete que me escucharas antes de actuar así.

—Y tu prometes no dejarte besar por más Jun's

Rieron, pero la risa duró poco, se fueron acercando hasta besarse. De nuevo volvieron a sentirse, se envolvieron en miles de emociones, se sentían el uno al otro a través de aquel ósculo, un beso dulce y delicioso, ya no estaba envuelto en agonía, era un beso que prometía un nuevo comienzo.

Por otro lado, al fin, cuando la dejaron sola. Kari se acercó a TK.

—Hola. —dijo con timidez

—Hola Kari. —No sabía que sentía, solo le alegraba verla a salvo.

—Cuando estuve allí adentro me di cuenta de mi error, TK, debí escucharte.

—Sí, debiste hacerlo.

—Cuando salí de allí, que te vi, que sentí tu abrazo, que me besaste y que me dijiste que no podrías vivir sabiendo que al me paso, yo…

—Kari, te amo, te lo dije, no podría vivir con la idea de caminar por este mundo mientras sé que tu no. Es horrible pensar en un universo sin ti.

Se miraban con ternura. Ella rió.

—Lo bueno es que pronto volveremos a empezar y…

—No —La voz de TK era seca.- no volveremos a empezar, no como novios.

—Pero si acabas…

—No Kari, me mentiste, me ocultaste cosas y no es el hecho de que hayas hecho eso, sino que arriesgaste la vida de dos de nuestras amigas, y la tuya solo por ser terca. No confiaste en mí, pese a mis esfuerzos porque lo hicieras.

Los ojos de Kari se llenaron de lágrimas. Él que estaba sentado en el parachoques del carro de Matt, se levantó y puso al frente de ella, limpió una lagrima y luego beso su mejilla.

—Te amo, solo que ahora, no puedo. No puedo estar de novio contigo. Me hiciste mucho daño. Saber que podrías haber sido asesinada yo… —hizo una pausa— Creo que nos veremos en el colegio.

Ella asintió mientras lo vio partir, comenzó a llorar. Había sido una tonta y ahora lo pagaba.


Las vacaciones de verano habían llegado, los chicos se dividieron y cada uno tomó su camino. Un ciclo se cerró, pero otro estaba por venir, sus historias aun no terminaban de escribirse.

Una pelirroja estaba con una enorme camiseta gris de algodón y mangas largas, sentada en el mueble al frente de la televisión con un tazón de palomitas de maíz sobre sus piernas, debajo de ella un castaño sonriente la abrazaba por la cintura y de vez en cuando robaba alguna que otra palomita.

—¿Imaginas un verano más interesante que este semestre? —Habló Sora. Claramente recordando los sucesos de semanas atrás.

—Bueno, teniendo en cuenta de que ahora eres mi novia y estas a mi lado, sí, pero será interesante del buen modo.

—¡Ohhhh! ¿Y cómo lo lograras?-Preguntó con picardía

—Jugando bien mis cartas— su tono de voz era sugerente y atractivo. Su mano acariciaba el brazo de la chica.

—-¿Esto es un juego para ti?-Preguntó manteniendo el ambiente coqueto.

—De amor Sora, un juego de amor… Nuestro juego de amor.

La sonrisa de la joven resonó. Fue removida por el castaño y acostada en el mueble quedando debajo de Tai. Las palomitas cayeron al piso y los juegos de parejas comenzaban.

ÉL se acercó a ella y la besó castamente, luego se alejó la miró a los ojos, echó una sonrisa ladeada y la volvió a besar.

Y así comenzaban las vacaciones de verano. Para algunas parejas era momento de la redención, para otras un final incierto. Pero como dije, sus historias aún continúan, pues, nada aún está escrito para el grupo de Niños elegidos. Nuevas aventuras aguardan y fuertes pruebas de amor se avecinan.

Como dicen por ahí… Ahora es cuando esta aventura "Digievoluciona"


*.*.*

Taránnn, this is the end. Ok, esto no es el final. Bueno si, solo de la primera parte.

Es como una especie de final de temporada. Y a medida que escribía este capítulo me acordaba de The O.C y de Gossipgirl. Por eso el final tan "xoxox Gossipgirl" xDDD el que vio la serie entenderá.

Mis queridos, gracias por su RR's,FAV y Follow. No sé cómo decirles a los que me siguieron en cada capítulo que agradezco su apoyo, me caí muchas veces, me llené de ansiedad al ver que otros fics de diferentes autores a la altura de diez capítulos tiene 200 RRs y el mío solo cuarenta y algo… Pero luego pensé, no debo desanimarme tengo fieles seguidores que aprecian mis fisc y lo demuestran con sus Comentarios. Gracias de verdad ;)

No olviden leer mis otrs historias y opinar que tal :D nos leemos pronto.

Genee^^