Aclaración: Harry Potter pertenece a J. K. Rowling.


Capítulo 22- La despedida


Aquella hija de muggles había conseguido lo que nadie nunca había soñado lograr. Había cambiado el futuro. Lo había iluminado. Porque había sido su unión con Tom lo que le había hecho cambiar. No había hecho falta la fuerza para ello. Había conseguido un lugar privilegiado en el mundo, un lugar que cada persona, por más que quisieran esconder y defender, poseían. Tom había presentado una gran batalla. Pero la bruja poseía algo especial. Y tuvo que ser suya. ¿Quién si no iba a tratar a Nagini con respeto y cariño? ¿Quién combatiría intelectualmente con él? ¿Quién sería capaz de hacerle sentir? ¿Planear un futuro bien diferente al que la historia tenía preparado? Era egoísta. Su necesidad era egoísta. Ahora nunca se podía marchar después de lo hondo que había llegado a estar en él. Y él en ella. Había sido su primero en tantas cosas. Le había reconfortado de tantas maneras, enseñado tantas cosas. Pero ambos habían sido alumnos y profesores de esa relación. Se habían enseñado a vivir, y ahora no eran capaces de hacerlo el uno sin el otro.

Si uno de los dos faltaba, el otro moría.


Tenía que abandonar la costumbre de despertarse en lugar extraños, decidió Hermione parpadeando con molestia. La luz que entraba por las grandes ventanas tendría que ser ilegal. Con un gruñido giró lentamente su cabeza latiente hasta que una mano en su mejilla le detuvo.

Alguien se alzó clavando su intensa mirada en ella. Tardó unos minutos en enfocar la vista, pero cuando lo hizo vio a su Tom Riddle mirándola con ojos duros. Los recuerdos volvieron a ella dejándola sobrecogida.

-Lo siento- susurró acobardada. Sabía lo que le había hecho sentir y no se lo desearía nunca- ¿Estás bien?- Tom asintió- ¿Y Harry y Ron?- volvió a asentir.

-Se despertaron poco antes que tú. Sus padres están ahora con ellos. Les sacaron de la enfermería para que no te molestaran- algo con lo que estaba segura que él había tenido que ver.

-¿Cuál es la versión oficial de todo este asunto?- preguntó con voz cansada.

-Fuimos en busca del Heredero de Slytherin y encontramos al basilisco. Os golpeó, le derroté y os traje a la enfermería.

-No está mal- trató de bromar- Toda la gloria para Slytherin.

Tom no sonrió.

-Hermione- la cogió firmemente el rostro- No vuelvas a hacerme pasar por esto- dijo con voz tensa.

-Lo siento- repitió sinceramente- Ven.

No necesitó que se lo repitieran dos veces. La enfermería estaba vacía y si no fuera porque Hermione estaba agotada ahora mismo estaría quitándola la ropa y haciéndola suya en la camilla. El beso apenas fue un ligero preámbulo de lo que le esperaba esa noche.

Un maullido les interrumpió.

-Essstúpido gato…- siseó una serpiente cada vez menos pequeña- Maleducado.

Hermione se congeló por unos instantes. Nada más ver a Nagini y a Crookshanks se relajó. Su gato estaba tumbado a los pies de su dueña, mirándole con ojitos de cordero. Le había echado de menos. Era como si supera que aquella noche casi la había perdido.

-Siento haberos preocupado chicos- dijo también a los animales. Nagini fingió molestia por unos segundos antes de asentir y hacer una especie de reverencia. El recuerdo del primer año en el castillo la hizo sonreír. Había hecho esa misma reverencia al conocerla.

-¿Y qué ha ocurrido en verdad con el basilisco?- preguntó girándose de nuevo a Tom.

-Está muerto. Con él desapareció el hechizo de Salazar- añadió. La bruja respiró aliviada.

-Supongo que podremos terminar el curso más tranquilos.

-Eso te lo prometo- susurró Tom más para él que para que le escucharan. Tenía casi 17 años, pero había cosas que no podía soportar.


Hermione no estuvo demasiado tiempo en la camilla de la enfermería. Esa misma tarde se encontró en condiciones de volver con Tom a su cuarto, del que no salieron en lo que quedaba de día. Harry y Ron estaban que se tiraban de los pelos, sin querer imaginarse y acertar respecto de las actividades que estarían haciendo, sobre todo si tanto Nagini como Crookshanks estaban fuera del cuarto. Si antes querían matar a Riddle, ahora no se lo pensaban. Pero pese a todo lo que habían pensado, se había formado una especie de relación de respeto. Básicamente se habían limitado a cada vez que le veían, mandarle miradas de odio, pero eso era todo.

Y era mucho contando con que tenían motivos de sobra para denunciarle a las autoridades y mandarle a Azkaban. Había soltado a ese basilisco por el castillo y había realizado una maldición imperdonable, la más imperdonable de todas. Y les había salvado. Además, no le podían hacer eso a Hermione. La matarían si les separaban y eso les había costado comprenderlo. A su pesar, la noche en que se colaron en la Cámara de los Secretos vieron que de alguna extraña manera, Tom Riddle amaba Hermione. Y eso tenían que respetarlo.

Aunque a cambio Hermione tuviera que soportar los nervios de la Tercera Prueba.

-¡Por Merlín, Ron! ¡Tú no vas a participar!- exclamó la bruja llegando adonde se encontraban las gradas frente a una especie de laberinto de setos.

-¡Pero sigo estando muy nervioso!- exclamó el pelirrojo al lado de la chica. No estaban muy juntos ya que Tom caminaba con un brazo alrededor de la cintura femenina, ignorando a los dos magos.

-¡Pues anda que yo!- exclamó Harry casi sudando.

-Os habéis enfrentado a un basilisco, no creo que esto tenga mucha comparación- intervino Sirius tras ellos. Tom se congeló. No le gustaba que le recordaran esa noche y no le gustaban los parientes de Potter.

-Vamos, Harry, ¡demuestra de qué estamos hechos los Potter!- exclamó James empujando a su hijo hacia el pequeño descampado donde los campeones se encontraban con sus padres. Tanto Remus, como Sirius y Lily le despidieron deseándole buena suerte.

Increíblemente no se metieron con Tom. El cambio era evidente desde el incidente con los Grindylows. Le respetaban a él y a su relación con Hermione.

-Voy a echar de menos esto- murmuró Hermione observando cómo Harry se internaba en el laberinto- No me puedo creer que mañana ya nos vayamos.

-Yo tampoco creí decir nunca esto, pero será un respiro estar en el orfanato- respondió Tom cerca de su oído- Aquí estás expuesta a demasiados peligros y te metes en más problemas que todo Slytherin junto.

Hermione soltó una carcajada.

-Al menos estaremos juntos- sonrió regalándole un rápido beso. No quería que Remus y Sirius volvieran a coger la costumbre de meterse con Tom, así que no les daría razones.

-¡ ¡Y atención, queridos magos y brujas! !- resonó la voz de Dumbledore- ¡ ¡Parece que tenemos un Campeón! !


-Os voy a echar mucho de menos- casi lloró Hermione abrazando a sus amigos y su familia en la salida del andén nueve y tres cuartos. Tom esperaba pacientemente con un solo carro donde llevaban el equipaje de ambos. Nagini se quejaba sin querer pasar tanto tiempo en aquel sitio. Hermione iba de abrazo en abrazo, incluida Ginny, hasta terminar con sus dos mejores amigos.

-No os metáis en ningún lío sin mí, ¿de acuerdo?- sonrió abrazando a Ron. El pelirrojo le mandó una mirada indignante.

-¡Jamás!- prometió con una sonrisa.

-Y estoy muy orgullosa de ti, Harry- le abrazó fuertemente- El campeón del Torneo.

-¿Viste la mirada de Krum? Por ese momento valdría la pena volver a presentarse.

Hermione rió recordando el no tan buen momento de la despedida de Viktor y la varita de Tom impidiendo demasiado tiempo en ello. Apenas les dejó unos minutos para despedirse del búlgaro.

Hermione miró por encima de su hombro y sonrió.

-Nos vemos el próximo curso, chicos.

Ambos asintieron.

La bruja salió corriendo a brazos de Tom, quien esbozó una sonrisa sólo para ella.

-Vamos. Tenemos que alegrarle las vacaciones a la directora- ironizó. Hermione rió yendo con él a buscar un taxi. No tardaron en encontrar uno y subirse a él con el equipaje y sus mascotas guardadas en el maletero. En poco tiempo recorrían en silencio las calles de Londres, cada uno metido en sus pensamientos.

Al llegar al orfanato, la directora les estaba esperando, como si quisiera comprobar si otro año iba a tener que aguantar. No les ayudó a subir las cosas a sus cuartos, simplemente les advirtió de que no se metieran en líos y se internó en el orfanato. Los magos subieron sus cosas, cada uno a su cuarto aunque fueran a pasar la mayor parte del tiempo en el de Tom. Así de claro se lo había hecho saber él.

Cuando terminó de ordenar todo, la bruja fue a su cuarto. Tom estaba terminando de ordenar. Detuvo sus movimientos y de un giro tuvo a Hermione agarrada, ambos sentados en la cama con él bajo ella. Nagini y Crookshanks investigando por los alrededores. La chica se giró para poder mirarle a los ojos. Abrió su mente a él. No había necesidad de palabras para expresar su unión.

-Si es contigo, acepto tu objetivo- dijo de pronto.

Su corazón palpitó con fuerza al verle sonreír ampliamente.

-Pero sabes que será bajo mis condiciones- añadió. Él iba a ser profesor durante una temporada y ella se encargaría de hacerle cambiar sus pensamientos sobre los muggles. Pero la idea de que el secreto acerca de la existencia de los magos saliera a la luz era muy tentadora.

-Siempre que pueda discutir contigo, no me importa Hermione.

-Entonces puedes estar tranquilo- rió la chica abrazándole- ¡Eh!- exclamó de la sorpresa cuando fue tirada a la cama.

-Todavía no hemos estrenado este cuarto- sonrió perversamente.

-Vamossss gato,- le empujó Nagini con la cabeza, sacándole del cuarto. Su amo no estaba esperando y ya le había quitado la camiseta a Hermione, besándola ya por el ombligo. La serpiente cerró a tiempo de escuchar el grito de sorpresa y placer de la bruja. Vale que él les hubiera juntado, pero no quería escuchar esas cosas. Aunque estaba feliz. Su mago tenía a una bruja leal y que le amaba. No podía pedir nada mejor para él sonrió siniestramente mirando al aterrado gato de la bruja.

-Te voy a enssseñar a dominar esste orfanato, gato. Vamossss.- era hora de volver a recordar quién tenía el poder.


¿Qué puedo decir? No me gustan ni las despedidas ni matar a los personajes jaja.

He dudado mucho en cómo terminarlo. Sé también que ha sido un final muy abierto. Me ha gustado mucho escribir este fic y no descarto la posibilidad de continuarlo algún día.

Pero por ahora aquí está el final. T.T Muchas gracias a todos los que habéis estado desde el principio, a los que os habéis incorporado y a los que me habéis ayudado a mejorar. Espero habéroslo devuelto, y como ya digo que no me gustan ni se me dan muy bien las despedidas… ¡Hasta el próximo fic y gracias a vosotros también!

Y si tenéis alguna duda, no vaciléis en preguntarme jaja.

Así que, como debe ser costumbre terminar un fic de Harry potter...

¡Travesura realizada!