Advertencia: Los personajes de K-ON! le pertenecen a Kakifly.


Epílogo

Tokyo – Japón, 14 de Febrero, 19:30

Mentiría si dijera que no estaba nerviosa.

Justo ese día se le iba a declarar a su novia. Le iba a pedir la mano para que sea su esposa.

Ya tenían más de cuatro años de relación, y no podía quejarse. Mio ha sido una novia buena y paciente para con ella. Incluso disminuyo su dosis de tabaco. Ahora fumaba los fines de semana, y apenas llegaba al quinto cigarrillo de una cajetilla. Su bajista le había ayudado a superar de a poco sus problemas. Es más, le ayudo que la viera un psicólogo. No que estuviese loca, sino más bien, alguien profesional la escuchara y la supiera orientar.

Ya les faltaba poco para graduarse, y eso la tenía contenta. No se podía quejar del trabajo. Hace dos años que consiguió trabajo en una oficina de revista musical dirigida para jóvenes. Ritsu es la asistente del jefe de editores de la revista, y gracias a ella, y su buen trabajo, incluido conocimientos musicales, aumento el número de ventas. Abarcaba gran parte del mercado juvenil, gracias a los diferentes estilos que se exponían en la revista. Podía ir desde el pop hasta el metal, pasando por una gran variedad de géneros musicales.

Recuerda con cariño como su jefe, en agradecimiento, mando a publicar en la revista acerca de la banda Houkago Tea Time, sus integrantes y lo que esperaba cada una de ellas para el futuro. Y hablando de la banda, a las chicas les iba muy bien dando conciertos en bares, restaurantes, entre otros. Ya estaban ultimando detalles para el lanzamiento de su nuevo álbum. Tuvo que ir, muy en contra de su voluntad y con un poco de chantaje de Mugi –le dijo que si iba al estudio fotográfico, le haría varios dulces favoritos de ella-, a la sesión de fotos de la banda.

La banda adquiría más seguidores. Y Mio seguía tocando como toda una princesa y aún conservaba la voz dulce y angelical, como en la preparatoria. Se sentó en el filo de la cama, con la cajita en donde reposaba el anillo de compromiso. Los nervios la comían por donde se la mire. Aún no entendía como es que Yui se le declaro a Azusa, hace dos años, como si hubiese pedido una invitación para ir al cine.

Ambas guitarristas tenían planes de boda para después de la graduación de Yui.

Mugi y Sawako vivían en el Penthouse que le regaló el señor Kotobuki, por el cumpleaños de la rubia. Aún no se habían comprometido, pero estaba segura, de que en algún momento lo harían. Sawako está my enamorada de la tecladista de la banda, y hacia su mejor esfuerzo por hacerla feliz.

—¿Estás bien, hija?

—¿Mamá? —pregunto la castaña hiperactiva, cuando sintió a su madre sentada a su lado —¿Cómo entraste?

Ayame sonrió con ternura. Su hija había olvidado que ella cargaba una copia de la llave del departamento, al igual que Manami, madre de Mio. Más que todo era por precaución. Al ver que su hija aún no llegaba al punto de encuentro, decidió pasar por el departamento. Intuyó que estaría preguntándose lo mismo que su esposo. En algún momento, creyó que su hijo menor saldría como él, pero fue lo contrario. Suspiro con cariño. Ver a Ritsu, es como ver a su esposo: el mismo carácter.

—¿Recuerdas que nos diste una copia de la llave del departamento?

—Cierto. Lo había olvidado. Pero igual, mamá, ¿cómo supiste que aún seguía aquí?

—Intuición, cariño. Vamos, dile a mamá lo que estás pensando

La baterista volvió a mirar la cajita con el anillo adentro.

—¿Por qué todos están tan seguros que Mio va aceptar ser mi prometida, mamá?

—Porque hay un amor verdadero, Ritsu. Se ve a leguas que ella está muy enamorada de ti, así como tú de ella.

—No lo sé, mamá. ¿Qué vio Mio en mí?

—Lo mismo que yo vi en tu padre. Y lo acepte.

Ante esas palabras, la mayor de los hermanos Tainaka se quedó pensando. ¿Será cierto? Bueno, al pasar los años, Mio siempre ha estado pendiente de ella, de cómo va evolucionando acerca de su rehabilitación con el tabaco, siempre la escucha, y cuando hacen el amor, se muestra tal cual es. Deja de ser la tímida y asustadiza bajista, para convertirse en toda una mujer de seducción. Incluso, su espalda ha sufrido uno que otro arañazo de parte de su novia, por el éxtasis que le ha provocado.

Ahora estaba ahí, a punto de salir de su departamento para ir al restaurante de Mugi, para una cena con Mio. Aún recordaba que Yui le comento acerca de declárasele a Azusa un catorce de febrero, pero que mejor lo haría en otra fecha, ya que ese día, intuía, sería especial para ella y la bajista. Hirasawa sabía cuan importante era esa fecha para la ojigris. Siempre había soñado con que ese día, tan especial, el amor de su vida se le arrodillaría y le pediría la mano.

Y así fue. Yui se le declaro a la gatita un primero de abril, ya que ese día, los árboles Sakura empezaban a florecer. Y a la guitarrista le gustaba mucho ese árbol. De eso, hace dos años atrás. Nadie lo hubiese imaginado. Sonrió con melancolía. Sentía que no estaba aún a la altura de la bajista. Sentía que aún le faltaba mucho camino por recorrer. Pero otra parte le decía que se arriesgue, que ella si lo estaba y la haría feliz.

—Si sigues pensando, tal vez preocupes a Mio-chan, cariño.

—Tengo miedo, mamá.

—Lo sé. Pero si no arriesgas, no sabrás el resultado. Verás que todo saldrá bien —Ayame miro a su alrededor y notó que su hija había estado fumando —¿Cuántas?

—¿Cuántas, qué cosa mamá?

—¿Cuántas cajetillas has fumado?

—Tres, mamá. Los nervios me consumen.

Ayame comprendía a su hija. Se levantó provocando que su hija también lo hiciera. Le ayudo arreglar la habitación, y antes de irse definitivamente del hogar de su hija, se giro para mirarle a los ojos, aquellos dorados que tanto problema le había traído a ella y a Mio. Le acaricio el rostro con cariño, y sonrió con tristeza. A ella no le gustaba ver a su hija fumando, le partía el alma. Pero Mio, con su paciencia, le estaba ayudando a que dejara de a poco aquel vicio. Y se lo agradecía de corazón.

—Siempre te apoyaremos, cariño. Ahora, termina de arreglarte, y sal a ver a Mio. De seguro ya ha de estar esperándote. No la preocupes más, ¿si?

—Gracias, mamá. Lo haré.

Ritsu vio partir a su madre. Cerró la puerta y siguió el consejo de su madre. Termino de anudarse la corbata, se arremango las mangas hasta los codos, se acomodó su flequillo rebelde, y se puso su perfume favorito. Guardó la cajita donde estaba el anillo, en el bolsillo de su pantalón, cogió las llaves del departamento, su móvil y salió en dirección al restaurante de su amiga tecladista. En esos momentos, le agradecía al señor Kotobuki por tan hermoso regalo que le dio a su hija mayor.

Siete meses después de haber pasado las festividades de fin de año, Daichi le dio un pequeño regalo a su hija por su cumpleaños: una cadena de cafeterías y restaurantes para que estuviera bajo el mando de ella. Desde en ese entonces, la cadena ha ido en viento en popa. Son las más concurridas de Japón y los dulces con el té, son los más pedidos por los clientes. Al año siguiente, Mugi recibía otro regalo: el Penthouse. Y es el lugar donde lo ocupa junto a su amada novia. Para que negar, tiene el toque de Sawako, y un poco de la rubia. Es un lugar bonito, y confortable.

Mientras caminaba, pensaba en todo lo vivido durante esos cuatro años. Nada cambiaría. Si bien es cierto, al principio le costo trabajo dejar el cigarrillo, luego se fue acostumbrando ya fumar uno diario, a veces ni uno y por último, termino fumando los fines de semana. Procuraba no hacerlo delante de su novia. Sabía que eso la disgustaba enormemente, aunque no se lo dijera. Pero ese día, no pudo evitar y se fumó tres cajetillas. Estaba muy nerviosa, y la ansiedad la estaba carcomiendo.

Resutoran Ai (1)

Había llegado al lugar. La persona que estaba en la puerta al verla la reconoció, y la hizo pasar inmediatamente. No quería tener problemas con la dueña del lugar. El anfitrión la guiaba a la castaña hasta la parte de arriba, y la llevó a la mesa que su amiga le había separado. "Te debo una, Mugi", pensó. Se sentó, y espero paciente porque llegara su novia, de donde sea que haya estado. Aunque le pareció extraño que Mio aún no esté ahí. Según su madre, ella ya estaba esperándola. En fin, ese día se había levantado, y vio una nota a su lado, la cual decía lo siguiente:

Amor,

Salí hacer unas diligencias con mamá. No es nada grave, son cosas para la casa de ellos. De ahí paso por donde Yui, y finalmente voy un momento a donde Mugi. Necesito hablar sobre un proyecto. En la noche nos vemos en el restaurant de ella. Me dijo que tú sabías a que se refería.

Trata de no fumar, ¿si?

Recuerda que te amo.

Con cariño,

Mio.

Había roto la promesa. Pero si ella supiera porque lo hizo, tal vez la perdone. Lo único malo, es que Mugi le reservo la mesa en un lugar donde es prohibido fumar. Y es que su adorable novia, había hablado con el resto para que le ayudase a que la castaña hiperactiva no fumara más de una cajetilla por semana. Y ante ese pedido, también se le unió Azusa. Ambas estaban controlando a sus novias.

—Perdón por llegar tarde. ¿Esperaste mucho, amor? —Mio se veía preciosa con ese vestido negro de tiritas.

—No. Acabo de llegar.

Mio sintió el olor de tabaco.

—Lo siento. Fume más de una cajetilla, cariño. Estoy con mucha ansiedad.

—¿Por la universidad?

—No.

—¿Pasó algo en la oficina?

—No. Es por otra cosa. Ya mismo lo sabrás.

El mesero llegó a la mesa para recibir la orden de lo que iban a servirse la pareja. Ritsu pidió el mejor vino de la casa, un salteado de fideos udon con pasta de pescado y jengibre y un yaki soba. De postre pidió unos wontons dulces, y un pastel de cerezas. Mientras esperaban a que les sirviera la orden, ambas se pusieron a conversar de varios temas. Mio no quería topar el tema de graduación, pues sabía que eso ponía a su novia con los nervios de punta. A veces Ritsu le solía decir que ella no está preparada para enfrentarse al mundo de los adultos.

La comida llegó al cabo de unos cuantos minutos. Si algo caracterizaba a la cadena cafeterías y restaurantes que Mugi administraba, era el tiempo de entrega del pedido. No se demoraba más de quince minutos. Ritsu tomaba el vino como tomar agua, Mio al darse cuenta de aquello, le cogió la mano con dulzura y le susurro un: tranquila, todo esta bien. A veces Ritsu se puede dejar llevar por sus emociones, y por su hiperactividad.

Una canción empezó a sonar. La castaña enseguida la reconoció. Cogió a Mio de la mano y la saco a bailar. La comida podía esperar, pero esa oportunidad, de cantarle en el oído de su amada, la canción que tanto significado tiene para ella, no. La canción era un poco lenta, Akiyama le había cruzado los brazos alrededor del cuello de su baterista, y Tainaka la tenía abrazada por la cintura.

Ohhh all I have to give
Without you I don't think I can live
Give the world to you
But love is all I have to give to you
(that's all I got to give)

Le canto en el oído de Mio, mientras terminaba de sonar los últimos acordes de la canción. Se quedaron ahí, abrazadas, tratando de decir todo lo que sentían la una por la otra. De un momento a otro, Mio sintió como perdió el calor del abrazo de su novia. Poso sus ojos grises en ella, y vio con cierto asombro, como sacaba una cajita cuadrada pequeña del bolsillo. Ritsu se arrodilló, mientras abría la caja para mostrar el anillo; le dijo las siguientes palabras:

—Sé que no he sido la mejor novia del mundo, pero al menos he intentado hacerte feliz. Quisiera bajarte el universo, pero no puedo, y sólo puedo darte mi amor por ti, mi cuerpo, mi alma. Soy feliz a tu lado, y hoy, catorce de febrero, quería festejar este día del amor y de la amistad, con esta petición. Mio Akiyama, ¿me concedes el honor de pedirte la mano para que seas mi esposa?

—¡Sí! —y la beso. Un beso suave, cariñoso. Mio tenía las emociones a flor de piel. Jamás se imagino que su novia haría algo así. Ritsu le puso el anillo en el dedo anular izquierdo.

Terminaron la velada, y a llegar al departamento, la castaña recibió un mensaje en su móvil. Era su madre. "Te dije que todo saldría bien. Felicidades."

Sonrió.

—Bueno futura señora de Tainaka, esta noche aún es joven. ¿Qué más deseas hacer? —Mio rió ante la ocurrencia de su novia.

El resto de la noche, la pareja se entrego en cuerpo y en alma, como solían hacerlo cuando hacían el amor. ¿Cómo su madre se enteró de que Mio acepto ser su esposa? Bueno, eso lo sabrá el día que la vaya a visitar. A veces le tenía miedo a su madre, podía llegar a ser muy perceptiva.

Por el momento, Ritsu no se preocupaba por el futuro. Mientras tuviera a Mio a su lado, todo estaría bien. Porque ella es la mujer que eligió su corazón. La mujer con la cual piensa pasar el resto de sus días, y de las festividades, a su lado. Compartiendo buenos y malos momentos, porque de eso se trata la vida. Por esa noche, se dejó llevar por la pasión, para luego caer rendida, abrazando a su novia y dejando que Morfeo las rodeara con su manto de sueño profundo.

The End


Notas de la Autora:

Y como lo prometí, el ansiado epílogo.

Espero que les haya gustado mucho esta historia, y sobre todo, que la hayan disfrutado. Aquí no termina, como dije, para Junio, espero, empezaré a publicar nueva historia. Y habrá mucho drama.

El extracto de la canción que esta en el epílogo, pertenece a la canción de los BackStreet Boys, All I have to give.

Aquí les pongo el significado de la frases en japonés. Cualquier error, échenle la culpa al traductor de Google.

1 Resutoran Ai: Restaurant "El amor"

PD: Dejen un Review, me harían feliz. De hecho, seré una escritora feliz, si me dicen unas cuantas palabras en sus reviews :)