Todo estará bien
por Doncella de Lorde
Disclaimer: Nada de lo que reconozcan me pertenece, la dueña y señora es J.K., yo solo tomo prestado su mundo y personajes para tratar de entretenerlos.
Este fic participa del reto "Solsticio de Invierno" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.
Este es el primero de dos capítulos, nos leemos al final.
Seguir viviendo
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Todo lo que quería era no tener que seguir respirando. De nada servía que su familia entera quisiera levantarle los ánimos porque en el fondo George sabía que todos estaban tristes, quizá no tanto como él, pero si lo suficiente como para no querer celebraciones.
En el fondo de su mente estaba el conocimiento de que estaba siendo egoísta. Egoísta al rechazar los intentos de su madre por fingir que todo está bien, egoísta por gritarle a Ginny cada vez que le habla de los regalos y la comida, y egoísta por centrarse solo en su propio dolor y agregarlo al que todos sienten.
Lleva días sin salir de su habitación, porque es la única forma en que lo siente cerca. Pero de alguna forma Ron logró que accediera a bajar al salón donde toda la familia se reúne en torno al árbol de navidad.
Arthur ve a su familia reunida y no puede creer que por primera vez no estén completos para Navidad. Se detiene más de la cuenta en el rostro de George y algo en su pecho se estruja al comprender que es la primera vez que no le ve con un sonrisa en su rostro, porque es la primera vez que no tiene a Fred sentado a su lado.
Sabe que Molly intenta sonreír y todos corresponden porque odian verla llorar, y en esos meses ha llorado mucho. Se odia por no poder ayudarla a sanar, sobre todo porque a él mismo le está costando hacerlo. La ve y ella también está mirándolo, sus ojos se cristalizan por ver el rostro de su hijo vacío.
Todo sucede como en cámara lenta para él, se siente observado por sus padres y le duele saber que su estado les provoca tristeza. Hace meses que no sonríe y no cree que alguna vez pueda volver a hacerlo, ni siquiera ha tenido ánimos para ir a la tienda porque nada tiene sentido. Todos sus hermanos han notado el cambio en él porque ha dejado de jugarles bromas.
Tiene la mirada fija en los adornos que cuelgan del árbol, ese año no ha ayudado a decorarlo como siempre. Supone que quizá lo hizo Ginny o tal vez Ron, en un intento por seguir adelante. Una piña capta su atención, el fruto se balancea en círculos y su propia cabeza comienza a dar vueltas. Por fin se gira para ver a los demás, charlan y sonríen. De pronto se siente demasiado furioso para notar que a ninguno la sonrisa les llega a los ojos.
Se levanta con un movimiento brusco e inmediatamente todas las miradas se dirigen hacia él. Habría querido gritar, pero era la primera vez en mucho tiempo que articulaba palabra alguna y su voz salió como un gemido ronco.
—¿Cómo pueden celebrar la maldita Navidad sabiendo que él no está, que nunca más regresará? —todos se quedaron congelados por sus palabras. Las lágrimas comenzaron a acumularse en sus ojos y la furia dio paso al dolor más profundo cuando añadió —: ¿Cómo puedo yo continuar si él no está aquí?
Hermione lloraba en silencio y todos los demás miraban a George sin saber qué decir. Le vieron hincarse en el suelo y llorar desconsoladamente. La única que se atrevió a moverse fue Molly, se acercó y poniéndose de rodillas a su lado, lo tomó entre sus brazos.
No había llorado desde el día de la batalla final y las lágrimas ardían contra su rostro. El contacto de su madre provocó que el llanto se hiciera más fuerte y temblaba por los sollozos.
—Es lo que Fred habría querido —escuchó que le susurraban al oído —. Sabes que él habría querido que celebremos y le recordemos sin tristeza, que celebremos y seamos felices por él —logró identificar la voz de su madre y sentirla firme como siempre le dio el valor para tratar de comprender que tenía razón. Si Fred le viera en ese estado probablemente se burlaría de él para toda la eternidad.
Cuando por fin fue capaz de recuperar un poco la tranquilidad se dio cuenta que no era solo su madre quién lo abrazaba, toda su familia estaba sentada en el suelo a su alrededor, pero ya nadie lloraba. Ver su fortaleza plasmada en sus rostros a pesar de la pérdida y sentir su apoyo silencioso le hizo sentir que de alguna forma sería capaz de seguir adelante.
Le devolvió el abrazo a Molly y le dio un beso en la mejilla. Se puso de pie lentamente y con toda la tranquilidad que pudo reunir, dijo:
—Preparen la cena, subiré un momento y en seguida bajo.
Esperaba que se negaran a dejarle solo después de su arranque de llanto, pero lo único que hicieron fue ponerse de pie y asentir en silencio. Quizá comprendieron que de alguna forma a partir de ahora estaría un poco mejor, quizá solamente sabían que necesitaba un momento a solas con su recuerdo para poder armar los pedazos de sí mismo.
Subió los escalones con una lentitud reflexiva, arriba le esperaba el sitio donde por años había dormido junto a su hermano gemelo, donde ambos se sentaban durante horas a inventar sus artículos de broma y donde cada objeto tenía impreso de alguna forma su memoria.
Abrió la puerta y su convicción decayó un poco. Las lágrimas volvieron a caer por su rostro sin que él pudiera contenerlas, y no quiso hacerlo, se permitiría llorar por última vez. La foto sobre la cómoda le hizo ahogar un grito de dolor, se acercó y tomó con fuerza la imagen donde Fred sonreía parado a su lado frente a la recién abierta "Sortilegios Weasley". Abrazó el retrato contra su pecho y se recostó sobre la cama de Fred, buscando la forma de sentirle más cerca.
En algún momento sus sollozos se fueron apagando para dar paso a los recuerdos.
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NA: Quiero disculparme por los errores que tiene la historia, pero el tiempo no me permitió betearlo como es debido.
Me ha costado muchísimo por fin escribir algo, así que agradecería infinitamente sus opiniones, sean buenas o malas.
Nos leemos, subiré el segundo capítulo lo más pronto que pueda.
-Fatty-