Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer, yo solo me adjudico la historia, prohibida su publicación en otros sitios sin mi consentimiento.
Con todo mi corazón.
Epílogo.
—Solo necesito que firmen aquí y serán oficialmente los padres de Danny y Claire—Ángela les sonrió detrás de su escritorio en su oficina. Sue se encontraba a un lado de ella mirando sonriente como la familia que ella vio nacer por fin era oficial a los ojos de la ley, aunque desde hace muchos meses atrás ya lo eran sin ocupar un papel de por medio.
Edward tomo la carpeta que le entregaba Ángela y después de leer el oficio lo firmo sin que temblara su mano. Se lo paso a su esposa Isabella, quien al encontrar la mirada de su esposo y luego voltear a ver a los niños que estaba jugando en la esquina, supo que esto era lo correcto y que ahí comenzarían una nueva vida.
Al igual que su esposo, sin titubear firmo la hoja. Ángela volvió a tomar la hoja, la firmo y se la paso a Sue quien firmo inmediatamente, su mano temblaba, pero no porque estuviera insegura, sino que las emociones la embargaban y no podía contenerse.
Después Ángela volvió a tomar los papeles, los volvió a revisar y los dejo a un lado. Volvieron a hacer el mismo procedimiento pero ahora para poder adoptar a Claire.
Ángela puso sus manos entrelazados entre las mesas y los miro fijamente. Luego de un rato, cuando los Cullen pensaron que había un problema con los papeles, vieron como una sonrisa se extendía por el rostro de Ángela.
—Señor y señora Cullen—tenía que hacer el protocolo aunque fueran sus amigos —Ahora tienen dos nuevos integrantes en su familia. Claire y Daniel Cullen, muchas felicidades.
Ángela les entrego los nuevos documentos en donde demostraba que ellos eran sus padres, tal vez no biológicos, pero eso no les impidió para que amaran a los niños con la misma o incluso más intensidad que los padres biológicos de sus niños.
—Gracias Angie.
Justo en ese momento el pequeño Tommy de tres meses de nacido, se despertó de su siesta en el hombro de su padre, sacando un bostezo que sonó como un quejido. Danny corrió hacia donde estaba su hermanito con Claire siguiéndole a trompicones.
— ¿Hola?, papi ¿ya se despleto?
—Oa. —Claire tomo la manita de su hermano, el bebé pronto enredo su manita en uno de los dedos de su hermana mayor.
—Parece que solo quiso saludar porque ya se quedó dormido otra vez, pequeño.
—Oww, no es pusto.
—Tranquilo, amor. Cuando lleguemos a casa podrás darle su biberón ¿está bien? —Danny asintió y se alejó junto con Claire al rincón en donde antes estaban jugando —Muchas gracias, Angie y Sue. Si eso es todo, nos retiramos y las esperamos en la tarde en nuestra casa en la fiesta de los niños.
—Así será, Edward, Bella. Muchas gracias por darles un hogar a los niños. Gracias.
Los cinco partieron del lugar, Edward con el bebé en brazos y Bella con cada uno de los niños en sus brazos. Amaba su nueva vida.
Después de llegar a casa, tal como Bella le prometió a Danny, el pequeño ayudo a darle el biberón a su hermano mientras le cantaba una canción. Por su parte Claire también tomaba leche de su vaso especial, lista para irse a tomar la siesta.
.
Cerrando la puerta de la habitación de Danny y Claire, Edward empujo a Bella contra la pared, tomo su cara entre sus manos y la beso.
—Gracias—le dijo Bella, cuando Edward empezó a atacar el cuello, Bella se sujetó de sus hombros mientras movió el cuello para facilitarle el trabajo a su esposo.
— ¿Por qué?
—Por los niños, por nuestra familia. Por haber aceptado mis locas ideas precipitadas.
—Cariño, si no hubiera sido por tus locas ideas, Claire y Danny nunca nos hubieran encontrado.
— ¿Encontrado? —Edward acarició las mejillas de su esposa.
—Eso es lo que creo, amor. Creo que… más que encontrarlos nosotros, ellos nos encontraron a nosotros. O no sé, tal vez los cuatro nos encontramos a nosotros mismos, pero de lo que estoy seguro es que… lo que somos ahora, ya estaba predestinado a ser, porque todo, desde el primer día se siente tan natural, ellos se sienten tan nuestros aunque no lleven nuestra sangre.
—Yo… yo también creo que lo mismo —Bella asintió a las palabras de su esposo. Edward le sonrió y limpio las lágrimas que estaban bajando por sus mejillas — Lo siento, no sé porque estoy llorando—una sonrisa surco de su cara.
—Esas amor, son lágrimas de felicidad —Edward la acerco a su pecho y la abrazo por unos segundos —Vamos, te acompaño a darte un baño. —Le susurró al oído coquetamente y tomo la mano de su esposa.
.
—Mami, ¿po qué nos vestimos egantes? —Bella abotonaba la camisa de cuadros de Danny, ambos estaban en la habitación del pequeño. Su princesa y el pequeño Tommy ya estaban en el primer piso volviendo loco a su padre.
—Porque hoy es un día especial —Bella le sonrió a su hijo mientras peinaba el flequillo de su cabello hacia la derecha para poder peinarlo.
— ¿Es mi cumpe ya? —brinco emocionado en la cama.
—Cuidado, no te vayas a caer, amor. Y no aun no es tu "cumple" fue hace pocos días ¿recuerdas?
—Queyo ota fieta— el labio inferior de Danny sobresalió. Hace dos semanas había sido el cumpleaños de Danny, a él le había encantado su fiesta pues había sido en su nueva casa, un payaso y un mago asistieron, también había animales bebés y por supuesto una mesa de dulces.
Asistió toda su familia, la señorita Ángela (como él le decía), sus compañeros de la escuela y su maestra Jessica, también todos los niños de la casa hogar donde trabajaba Sue. Se divirtió como nunca en su vida, fue la mejor y única fiesta que había tenido.
Por eso cada fin de semana, sin falta, preguntaba a sus padres si era su cumpleaños de nuevo.
—Bueno, aunque no es una fiesta de cumpleaños, es una fiesta en tu honor y de Claire.
— ¿Hobor?
—Honor, bebé. Estamos celebrando que papá Edward y yo seremos sus padres por siempre y que ahora nadie nos podrá separar jamás.
—Eso ya lo sabía, má—Danny rodó los ojos— Tu ya eés mi mami y papi es mi papi —puso sus manitas en la mejilla de Bella.
—Me alegro mucho que lo sepas, cariño. Te amo—Bella giro su cabeza y dejo un beso en cada uno de las palmas de Danny.
—Yo tambén te amo, mucho.
La recepción fue pequeña, solo para la familia y los amigos más allegados. Todos estaban contagiados de la felicidad que embargaba la casa Cullen-Swan. Aunque al principio Danny se desilusionó porque no hubo regalos y payasos, al final se divirtió de lo lindo con sus abuelos y tíos.
El timbre de la puerta levantó a Bella de su reparador sueño, se estiro en su cama y volteo a su lado esperando a encontrar su esposo, pero no estaba ahí. Se sentó en la cama y se pasó las manos por la cara. Aun se sentía cansada de emociones de la noche pasada en la fiesta que se celebró en su casa.
Estaba a punto de caer dormida cuando el timbre de la puerta interrumpió que sus ojos se cerraran. Con pesar se levantó de la cama y bajo al piso inferior. Se sorprendió de no encontrar a nadie en casa, pero encontró una nota en el refrigerador de parte de Edward diciéndole que iba a salir con los niños.
Negó con la cabeza pensando en la aventura que debería estar viviendo tratando de controlar a tres niños pequeños. El timbre de su puerta volvió a sonar y se acercó a a la mirilla para revisar quien era. Desde el incidente siempre lo hacía. Reconoció un cabello rizado pelirrojo de mujer.
Abrió la puerta despacio sin quitar la cadena que aún lo mantenía cerrada.
La mujer al escuchar el ruido de la puerta abrirse, se volteó y le sonrió a Bella.
—Hola tú debes de ser Bella.
—Si ¿Usted quién es?
—Soy Victoria Biers, vengo a…
—De ninguna manera—Bella la interrumpió —Señorita, no estoy para bromas—Bella cerró la puerta y se recargo contra ella. Se resbalo contra ella y empezó a temblar. No, esto no debería estar pasando, ella… ella estaba muerta. Se sentía helada y necesitaba respirar, o mejor aún, necesitaba asegurarse de que aquello no era más que un sueño o en su caso un pesadilla de terror.
Por favor, que desaparezca, por favor. Bella rogaba. Era ella, yo sabía, había visto fotos de aquella mujer.
Unos nudillos en la puerta no se hicieron esperar, Bella grito del susto y tapo sus orejas y cerro sus ojos.
—Isabella, sé que estás ahí.
— ¡Largo!—por favor, por favor. Quiero despertar.
—Oye solo vengo en son de paz, necesito hablar contigo.
— ¡No! ¡Largo de mi casa o llamare a la policía!
—Antes de que te vuelvas locas, quiero decirte que esto es un sueño—le dijo tras la puerta.
— ¿Qué? —Bella levanto la cabeza y brinco al encontrarse frente a Victoria sentada en el piso de manera india. — ¡Ah!
—Vale, lo siento por entrar sin permiso.
— ¡Oh dios mío, esto no es real!
—Ya te dije que no lo es —Victoria le sonrió. Bella la miro entre sus pestañas. Era la Victoria de las fotos, pero no se parecía nada a ella, su piel era más blanca aun, su cabello más largo, sin contar que portaba ropa limpia y a la medida, pero sobre todo, lo diferente era su sonrisa y el brillo en sus ojos.
—Si esto no es real ¿Qué haces aquí? —Bella le pregunto temerosa.
—Solo vengo a agradecer.
— ¿Agradecer?
—Así es, Isabella. Gracias por cuidar a Danny y Claire, por darles el amor y la seguridad que yo no les pude dar—la cara de Victoria se ensombreció— Sé que no fui la mejor madre, no los cuide como se merecían y los entregue a un hombre que los maltrataba física y emocionalmente.
—Diste tu vida por ellos—Bella miro a Victoria a los ojos. Victoria rio sin humor.
—Tal vez, pero tarde demasiado tiempo en darme cuenta que estaba haciendo las cosas mal. Mírame donde estoy —Victoria suspiró.
Ambas se quedaron sumidas en sus pensamientos.
—Eras una niña, una niña que creció demasiado pronto y se sujetó a la primera tabla, que creyó que era de salvación para no ahogarse ella misma.
—Gracias por el voto de confianza. Sabía que ustedes serían unos grandes padres para los niños. Ambos los aman y sé que ellos también lo hacen.
—Yo los amo… como si fueran mis hijos.
—Y lo son. .. Yo… solo quiero pedirte un favor.
—Adelante.
—Solo háblales de mí —No importa si me llegan a odiar. Solo quiero que sepan que los estaré cuidando desde mi nuevo hogar. Y que me perdonen. ¿Podrías hacerme ese favor?
—Por supuesto Victoria, nunca podría negarte ese derecho.
—Gracias Bella. Sé que quieres mucho a los niños, sé que los cuidaras con todo tu corazón.
—Te prometo que lo haré, será con todo mi corazón.
—Estoy segura que ya lo haces —Victoria le sonrió —Por ahora me tengo que ir, esto era todo lo que necesitaba para poder descansar en paz, agradecerte. Dile a los niños que siempre los quise y aún en donde quiera que este, los seguiré llevando en mi corazón.
—Tenlo por seguro Victoria.
Lo último que vio Bella antes de despertarse, fue la sonrisa de Victoria y unas cuantas lagrimas saliendo de sus ojos.
Por extraño que parezca, ella también sentía una calma infinita en su interior. Como si el ciclo estuviera finalmente cerrado.
Bella se giró a su costado y se encontró a sus tres hijos y a su esposo dormido plácidamente. Sonrió con la escena.
—Gracias.
Susurro con agradecimiento a la vida antes de volver a caer en un sueño profundo rodeada de su familia.
Muchas gracias por esperar por el epilogo Y llegar hasta el final de la historia. Estoy realmente agradecida con todas las personas que dejaron un comentario, agregaron a favoritos o simplemente leyeron. Espero con todo mi corazón (xD) que esta historia haya sido de su agrado. ¡Muchas gracias!.
Y bueno otra historia termina, al fin tuvieron un final feliz y decidí poner este encuentro porque creo que era necesario para ambas partes, cerrar un ciclo. Además de que era obvio y necesario que Edward y Bella adoptaran a los niños oficialmente con todas las de la ley.
Y bueno ya saben que siempre cuento de donde nacen las ideas y pues esta surgió de una nota del periódico, cabe aclarar no tan dramática la historia, me tome la libertad de torcerla un poquita y hacer un intento de experimento con drama, según yo, "misterio" y "policíac" (por favor, que alguien me diga si lo hice bien :() Ya saben que a mi me encanta escribir cosas semi-realistas con un toque de felicidad al final ;)
Gracias de nuevo y no seguimos leyendo en mis otras historias.
Hasta pronto.