Caos caminaba presurosamente, murmurando palabras de descontento, mientras se dirigía a la sala principal en el palacio de Cosmos, no estaba molesto por el resultado de la batalla, de antemano sabia que esto pasaría. Le disgustaba sin embargo que su esposa considerara más importante el destino de los dos mortales que reunirse con su esposo, debía confesar sin embargo que también sentía curiosidad por saber quién era la pareja elegida. No había tenido tiempo de ver como se relacionaban sus guerreros entre sí, no cuando tenía que mantenerlo vigilados para evitar que se mataran entre ellos, además tubo que mantener siempre un ojo sobre el payaso era demasiado peligroso, demasiado astuto.

Sumergido en sus cavilaciones no se dio cuenta que estaba ya en la sala. Al levantar la vista, contemplo con orgullo a sus esposa, la diosa brillaba con singular hermosura Caos sonrió no valía la pena estar molesto no cuando iba a reencontrarse con su esposa después de tanto tiempo.

- ¿Los has mandado de regreso a sus mundos querida?

-Si cariño he escogido a dos son excepcionalmente hermosos y fuertes.

-Se puede preguntar cuales escogiste.

-Los dos hombres de cabellos de plata.

- ¿Pero no debías escoger una mujer?

-El genoma es especial, nació diferente, además la niña Terra le falta confianza y a esas dos locas Ultimecia y Nube de oscuridad pues te lo diré de esta forma, Caos esposo mío, el guerrero escogería la muerte antes que a cualquiera de ellas.

-Para ser realistas cualquiera escogería la muerte.

- ¡Hm ja ja ja! Hay cariño siempre me acuerdas porque te amo tanto.

-Por mi enorme atractivo y gran belleza. Ya hablando en serio pensé que escogerías al pescador como se llamaba…. si Jet.

-En un principio lo pensé ya también pero escogí al guerrero de plata no sé si un pescador se adapte a un bardo, por más que este, se proclame un dios y un guerrero no deja de parecerme un pescador además ya tiene un hijo y no es precisamente el mejor padre del mundo.

-Perdóname, pero el guerrero de plata tampoco parece el hombre más centrado ni avezado para esta misión.

-Cuidara bien del diminuto mago.

-No es tan diminuto.

- ¿Cinco pies cuatro pulgadas contra seis pies dos pulgadas? Créeme para el guerrero de plata es minúsculo.

-No digo nada en contra de eso, pero ese hermano suyo Zidane, creo que se llamaba, es más pequeño.

- ¿En comparación contigo como lo considerarías cariño?

-Una pulga.

- ¡Ja ja ja! Es un monito, aunque la mayoría de las veces es en realidad un pavo real o un cisne, con la diferencia que tiene una voz preciosa ¡Pero estoy divagando, estoy impaciente por saber cómo les irá a esos dos!

- Yo estoy muy feliz de una cosa sin embargo.

- ¿Y cuál podría ser esposo mío?

-Que no conservaran sus recuerdos de su estancia aquí, personalmente no creo que ningún guerrero tome a bien, el saber que no es una lucha entre el bien y el mal sino una cita a ciegas múltiple—Levanto un mano para acallar a su esposa—se que no lo es, pero lo parece.

-Se trata de darles una oportunidad sin embargo, la oportunidad de encontrar y recibir lo que les hizo falta y torció sus caminos en la niñez .Son redimibles y a algunos jamás se les dio la oportunidad de escoger otra cosa. Somos dioses Caos, los dos extremos de una misma cosa, no podemos existir el uno sin el otro ¿Qué razón hay de serlo, si se deja perder una sola de esas almas?

-Tal vez tengas razón Cosmos pero eso no cambia lo que hicieron anteriormente—dijo poniéndose serio de repente.

-Más razón todavía para intervenir, mis guerreros no necesitan salvación Caos, ellos son los héroes escogidos por el destino, esencialmente buenos. De los tuyos todos necesitan ser redimidos y salvados pero si no quieren serlo no puedo entrometerme tienen libre albedrió. Pero esos dos tú Caos conoces mejor que nadie la historia que hay detrás de sus acciones.

-Comprendo Cosmos. ¿Adónde los has mandado?

-A un tiempo más allá donde todo se inicio, para el guerrero de plata la oportunidad para un nuevo comienzo de tener y sentir lo que se le negó, para el pequeño mago la oportunidad de redención, a un lugar llamado Planeta.

Caos suspiro, había olvidado que como medida de seguridad contra oídos indiscretos tenían que utilizar ese lenguaje oscuro y confuso, pero era necesario.

Ya veo Atrás en el tiempo donde hay un ángel y un inicio, donde todo comenzó.

-Un poco más atrás le di un año o dos—Leyó la preocupación en el rostro de Caos—el escogió su destino no soy como los humanos que jamás le dieron una oportunidad. Tubo tres opciones escogió la ultima.

-Su libre albedrío, no será fácil el Planeta aun reciente al visitante anterior.

-Aquella era una mente corrompida por un alma negra y un corazón cruel. El mago es diferente, no actuó por odio fue por miedo y desesperación a pesar de sus manos manchada de la sangre de millones, un alma inocente y un corazón puro residen en ese cuerpo. El es cruel sí, pero es lo que se le exigió ser, un ángel de la muerte por el bien de Terra, de haber podido elegir hubiera escogido vagar libremente por el mundo.

- Ya veo… los niños son crueles.

-Ya has entendido mi punto… ¿Caos?

-Si cariño—La diosa sonrió al apelativo que ahora si sonaba genuino.

-Deja caer la ilusión el traje es perturbador, me gusta más tu forma real.

- ¡Jo, pero disfruto mucho llevarlo!—con una risa Caos dejo caer la ilusión revelando poco a poco la verdadera forma de este, el cabello negro largo y ligeramente ondulado, le llegaba casi hasta la cintura, los ojos dorados a juego con la nariz recta y los labios ligeramente delgados, conformaban una cara hermosa y masculina, el cuerpo delgado y musculoso lucia una piel bronceada, que saludo descaradamente a la diosa. Con gallardía se acerco al trono y beso la mano de su esposa, el eco de unos pasos acercándose interrumpió el deseado encuentro, estos se detuvieron frente a la pareja,Caos miro con desprecio al indeseado visitante.