Naruto ni sus personajes me pertenece

De ser así, Sakura fuera una maquina patea-traseros!

...Y se hubiera follado a la mitad de los chicos de Naruto xD

Hago esto sin fines de lucro, solo busco ser reconocida como autora

Sin mas que decir, el capitulo:


Capítulo 8: Comienza la guerra

Sakura dio el suspiro más largo de su vida, y miró su maleta abierta, aun con todas sus cosas adentro. Aunque Tsunade le había preguntado si necesitaba ayuda para ordenar sus cosas, Sakura había asegurado que podía hacerlo ella sola, una obvia mentira pues la verdad no pensaba desempacar nada, solo había dicho esa para que la dejaran sola un momento. Necesitaba estar un rato en paz sin choferes lame botas, supuestas suegras entrometidas, y falsos novios que salían con chicos hermafroditas.

―Maldito homosexual de mierda ―murmuró ella, caminando hacia la cama matrimonial que se hallaba en el centro de la habitación. Se recostó bocarriba y posó las manos sobre su estómago, el cual, aún sentía esas desagradables nauseas que experimentaba cada vez que pasaba una cólera horrible― Tu arruinaste mi día, maricón.

Claro, que hubiera manchado su ropa favorita con oxido (manchas que nunca se limpiaban), se hubiera tenido que escabullir por las escaleras de incendio, hubiera salido pésimo en el examen, la hubieran corrido de su apartamento, que el casero le hubiera visto cara de puta y de que Tsunade la hubiera encontrado en plena calle desierta con maletas afueras; se quedaba chico al lado de vérselas con Seiryu.

Sakura se llevó las manos a la cara, conteniendo un grito de frustración.

Odiaba a ese chico, de verdad odiaba a Deidara con toda la fuerza de su cuerpo que apenas alcanzaba el metro sesenta y uno.

Dio media vuelta en la cama y quedó recostada del lado, viendo la pared pintada de color crema y decorada en los bordes con pequeños puntos blancos, muy parecidos a los copos de nieves. Sakura no dudaba que Tsunade hubiera mandado a los mejores diseñadores y pintores a decorar la habitación, sino es que era toda la casa entera.

Bueno, al menos hoy ya tenemos donde pasar la noche ―dijo su Inner, con brillando como estrellas.

Obviamente en el fondo a Sakura le agradaba donde se encontraba, es decir, había cambiado de un nido de ratas con escaleras de incendio que se caía del óxido a una casa que estaba a un tris de ser una mansión. ¿Quién se podía quejar?

―Pero, no soy bienvenida aquí― Sakura se encogió sobre sí misma, juntando las rodillas en su pecho. Se sentía como una plaga en ese lugar, por mucho qué Tsunade le hubiera asignado la habitación con muchas sonrisas y demás, era solamente porque creía que era la novia de su hijo, y no había que hablar de él, pues Sakura temía que en la noche entrara en su habitación y la ahogara con la almohada― Tal vez debería irme…

Iba a incorporarse, aunque su Inner le gritaba una y otra vez que no, pues esa casa era la con la que había soñado desde que decidió irse a vivir sola. ¿Qué si era parte del destino irse a vivir allí? Usó como última arma desesperada su Inner.

―¡Vamos, shannaro! ―le gritó su fuero interno, y Sakura no supo decir si esa voz en su cabeza, en vez de ser su consciencia, era su parte mala que le hacía ser egoísta, ¿Entonces donde estaba su parte buena, ella era misma acaso? Que fraude.

Cada dos segundos le debatía Sakura que no debía estorbar en esa casa, debía recoger sus cosas y marcharse tan pronto Tsunade se fuera a acostar.

La parte buena de Sakura iba ganando, pero desgraciadamente algo que no era su Inner la venció.

Sí, debo de hacer eso. Debo… ―comenzó a cerrar los ojos, cansada. Hoy había sido un día estresante― Buscare la maleta, desharé todo el trabajo que hice, apenas unos segundos… En un segundo…

La cama era demasiado blanda, pensó por último Sakura antes de, sin darse cuenta caer profundamente dormida.

.

A eso de la una de la mañana Tsunade finalmente decidió irse a la cama, pues aunque quería quedarse bebiendo en la sala mientras pensaba en la junta del día siguiente, no quería acabar con esa botella de vino tan pronto. Esa marca era de muy buena calidad y difícil de conseguir como para bebérsela en una sola noche.

Deidara esperó unos cinco minutos por si su madre se devolvía o algo, pero al parecer había caído en su cama como una piedra. Así que el rubio aprovechó el momento para ir a la habitación que Tsunade le había dado a Sakura, la cual quedaba a tan solo una puerta de la suya propia.

No le interesaba que Tsunade le fuera a moler a golpes al día siguiente cuando descubriera que su "nuera perfecta" se había marchado sin dar explicaciones. Podrían caérseles las orejas por los gritos de Tsunade, pero igual no iría a buscar a esa maldita rosada, y menos le "pediría volver" aunque su madre luego no le dejara poner un pie en su casa. ¿Por qué? Porque estaba harto, de ella, su madre, este maldito día que parecía no tener fin y de… ¡TODO!

Y pesar que en la mañana se había encontrado hasta feliz, es más, hace unas horas cuando se hallaba en su otro cuarto, esculpiendo había estado de estupendo ánimo. Pero se le había resbalado la sonrisa de la cara cuando su madre entró por la puerta, ocultándose detrás de ella, la que parecía tener por profesión arruinar su vida.

Deidara gruñó, furioso.

Abrió la puerta, sin importarle mucho hacer ruido y entró a la habitación. Rodó los ojos al ver a Sakura en la cama dormida. Esa niñera bastante ingenua si de verdad pensaba que se iba a quedar ahí, estaba totalmente equivocada.

Deidara caminó hasta estar al lado de su cama, y estuvo a punto de zarandearla con toda la fuerza que tenía, cuando la miró bien.

No sabía en donde se había metido el monstruo rosado con carácter de mierda y lenguaje de camionero, pero donde quiera que estuviese, había dejado a una criatura de pelo suave y rosado. La Sakura que se hallaba durmiendo en la cama, era totalmente diferente a la que se encontraba todos los días; en una posición fetal que la hacía lucir indefensa y las mejillas sonrojadas, parecía incluso un pequeño ángel.

¿Dónde se habían ido los cuernos y cola del diablo?

Deidara frunció el ceño, recordando de lo que ella era capaz estando despierta, y estuvo a punto de despertarla de nuevo cuando ella se removió un poco inquieta. Dándole la espalda, se acurrucó un poco más y abrazó a una almohada, hundiendo su mejilla en ella y suspirando con tranquilidad, dejando sus labios rosados entre abiertos.

Deidara se quedó un momento quieto, observándola dormir. Luego rodó los ojos y dio media vuelta para salir de la habitación. Cerró la puerta con mucha menos brusquedad con la que la había abierto.

―Joder, esa perra tiene razón ―pensó mientras se dirigía a su cuarto, sintiendo de paso, unos extraños deseos de ahorcarse a sí mismo― Soy una marica… en ambos sentidos, hm.

Bien, decidió el chico mientras se quitaba la camisa y la lanzaba al suelo, repitiendo el mismo proceso con sus pantalones; no correría a Sakura en plena madrugada, la dejaría dormir por ahora, pero mañana en la mañana más le valía irse de patitas a las calles.

―Así será, hm ―pensó el chico, metiéndose en la cama y cerrando los ojos.

.

Un tímido rayo se coló por la ventana abierta de la habitación de Sakura, dando a parar justamente en la cama donde esta dormía. Al principio a Sakura no le molesto, pero cuando se giró para acomodarse y seguir durmiendo, el rayo le pegó en toda la cara, haciendo que tuviera que entreabrir los ojos, molesta.

―Maldición. Ese idiota de Hiro debe de poner los vidrios a esa estúpida ventana de una buena vez ―dijo entre dientes Sakura.

Se iba a volver a dormir, convencida de que aún le faltaba al menos una hora para que tuviera que levantarse e ir a la universidad, pues esta vez tenía el turno del trabajo en la tarde. Pero igual, y solo por curiosidad decidió ver la hora en su celular para ver cuantos minutos le quedaba de descansado.

Once y media…

Sakura cerró los ojos por un minuto, mientras que su cerebro que siempre andaba lento cuando recién despertaba, procesaba la información.

―¡Once y media! ―chilló levantándose de un salto y corriendo en dirección a su armario a buscar su ropa― ¿Qué diablos pasó? ¡Yo nunca me quedo dormida!

Sakura iba a abrir su armario cuando se dio cuenta que no era el viejo trasto que tenía partida una pata y era sostenida por varios periódicos viejos. Más bien era una cómoda elegante y de roble pulido, con pequeños pétalos grabados en los bordes.

―…¿Qué? ―preguntó desorientada Sakura, dando un paso atrás y observando por primera vez a su alrededor. Ese definitivamente no era su minúsculo cuarto.

Y de repente, como flashes de cámara los recuerdos de la noche anterior vinieron a ella, desde que sacaron todas sus cosas fuera del apartamento que alquilaba hasta como, de alguna manera Tsunade le había concedido esta habitación, claro, después de matarles con amenazas.

―Mierda ―se llevó una mano a la cara, la cual había adquirido un ligero tono verdoso― pensé que había soñado eso.

No tenemos una imaginación tan positiva― le dijo su Inner.

―¿Tan temprano y molestando? ―Sakura decidió que por ahora ignoraría a su Inner pues no necesitaba un dolor de cabeza tan temprano. Además, la culpaba a ella por haberse quedado dormida en vez de irse, como había planeado.

Sakura tomó una profunda respiración y la dejó salir lentamente. Con eso logró tranquilizarse y pensar más claramente. Caminó hasta una de sus maletas, la cual estaba abierta, hurgó un poco adentro intentando buscar alguna ropa que ponerse y al final terminó jalado una falda de jeans y una camisa roja de tiras, con su respectiva ropa interior.

En otra maleta y hasta el fondo consiguió su champú, acondicionador, crema, pasta de dientes… bueno, todos sus productos de limpieza. Lo malo es que como lo habían metido hasta el fondo, con el peso de todas las cosas, los envases se habían abiertos y ahora eran un patuque de todo.

―Maldito Hiro ―gruñó Sakura, agarrando con las puntas de sus dedos su pobre cepillo de dientes ―tendré que comprar todo esto de nuevo.

Se levantó con su ropa roblada entre las manos y una toalla colgada al hombro. Y con un suspiro de resignación salió del cuarto. Miró el pasillo a cada laso preguntándose donde estaría el baño, pero luego se encogió de hombro y decidió caminar por el pasillo, aventurándose ella sola a encontrarlo.

Abrió la primera puerta y resulto será un cuarto común y corriente. Bueno, común y corriente para la casa de Tsunade.

―Debe ser la habitación de Deidara ―concluyó Sakura por el característico olor del chico, cerrando la puerta. Luego abrió las otras, pero no eran más que habitaciones vacías. A Sakura se le resbaló una gota de sudor por la sien― Esto debe ser una broma. Más parece un laberinto que una casa.

Tras unos minutos llegó al final del pasillo, donde estaba una última puerta.

―¡Por fin! ―dijo Sakura a la desesperada, pensado que si ese no era el baño, la familia Seiryu usaba el jardín como tal. Emocionada, Sakura abrió la puerta de un tirón.

―¿Qué crees que haces, hm? ―le grito Deidara de repente, a medio desnudar y con la cara roja como un tomate― ¡Cierra la maldita puerta, hm!

La cara de Sakura se puso roja, aunque no se supo describir si era por la vergüenza o la rabia.

―¡Ay sí, como si me estuviera perdiendo de algo! ―le espetó, cerrando la puerta con su fuerza descomunal y haciendo mucho más ruido del que debería. Sakura gruñó, se cruzó de brazos y apoyó su espalda en la puerta― ¡Apúrate entonces, que me quiero bañar!

¿Ella se baña? ―preguntó Deidara con una ceja arqueada. Sinceramente lo dudaba por como llegaba todo los días a la universidad. Deidara se encogió de hombros, dando por olvidado el tema y se terminó de desvestir, dejando caer el bóxer en el piso del baño. Caminó hasta la ducha, abrió la puerta y giró la canilla, donde el agua caliente comenzó a salir.

―¿ME OÍSTE? ―la escuchó chillar desde la puerta. Deidara rodó los ojos, ¿Qué acaso esa perra rosada se había instalado en la puerta? Pues bien, se iba a arrepentir.

―Con mi hora de baño nadie se mete, hm ―dijo Deidara, riéndose. A lo mejor había sonado como un malcriado con esa frase, pero iba a ser una buena forma de cobrarse lo que le había hecho pasar la Haruno ayer.

Y lo que normalmente era un baño de diez minutos para Deidara, se convirtió en uno de cuarenta y tres. Se tomó todo su tiempo, sin importarle gastar todo el agua potable del mundo, solamente se quedó esperando a que el agua pasara de caliente a fría mientras meditaba en cualquier otra nimiedad, se tomaba su tiempo para enjabonarse o lavarse el pelo. Y cuando estuvo limpio como una patena, igual se quedó en la ducha con las manos apoyadas en las baldosas disfrutando del masaje que le ofrecía la regadera, y riéndose de como Sakura comenzaba a tocar la puerta con insistencia.

―¡Deidara ya llevas mucho tiempo! ―la escuchó gritar. Deidara decidió compadecerse en ese momento, después de todo a la Haruno ya debía de haberle crecido raíces en los pies y todo.

―¡Ya voy. Si eres desesperada, hm! ―dijo, solo para coronarse como rey de los descarados. Casi se cayó de la risa al oír el grito frustrado que Sakura echó.

Cerró la llave del agua, y salió de la ducha sin importar mojar el piso del baño.

Nuevamente se tomó su tiempo, pero en vez de arrugarse en el agua, Deidara se secó lentamente con la toalla, se puso crema, desodorante y hasta se dispuso a desenredarse el cabello, aun cuando usualmente lo hacía en su cuarto.

―¡Deidara!

―¡Ay ya, hm! ―se quejó Deidara abriendo finalmente la puerta, justo a tiempo, pues a Sakura ya se le ocurriera la idea de tumbarla de una patada― Eres igual que Sasori-danna, hm. Ni siquiera dejaste que me vistiera, hm.

Pero a Sakura le interesaba un comino quien diablo era Sasori, y otro comino más que Deidara solo estuviera con una toalla en la cintura. ¡Solo quería entrar a bañarse!

―¿Te mueves? ―le preguntó Sakura entre dientes, al ver como el cuerpo de Deidara bloqueaba toda la puerta.

El rubio, notablemente divertido se descruzó de brazos y las alzó como pidiendo que se calmara, cosa que hizo que Sakura casi le saltara encima para ahorcarle. Pero, finalmente Deidara dio un paso de lado y le dejó la vía libre la pelirrosada. En menos de un segundo ya Sakura había trancado la puerta, dejando un semidesnudo Deidara en el pasillo de la casa, el cual, cabía destacar no sabía cómo aguantar la risa.

Se apoyó en sus rodillas, carcajeándose de las expresiones que había puesto Sakura, pues ella había pasado de la furia pura, al desconcierto combinado como un poco de bochorno, a tener una mirada asesina, e inclusive al alivio, todo en menos de un minuto que era lo que más le daba risa a Deidara.

Esa perra rosada parece tener problemas de multipersonalidad ―pensó, incorporándose finalmente yendo hacia su cuarto. De repente una idea se e cruzó: Combinando la experiencia de hace un momento junto con todas las demás que había tenido con Sakura. La sonrisa de Deidara se ensanchó un poco más y fue teñida con tintes psicóticos― Ya sé cómo me las va a pagar.

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Tsunade le gustaba decir que nunca había sido una mujer cotilla, de esas, que le gustaban hablar con la vecina de que la mujer que vivía en el piso de abajo estaba embarazada y no sabía de quien, más pendiente de las vidas ajenas que las suyas propias.

Pero una cosa era decirlo uno mismo, y otra cosa era de verdad serlo o no. Y Tsunade era la mujer más chismosa de todos Japón, bueno, quizás después que Ino Yamanaka… y también había que contar a los de los programas de entrevistas. Bueno, era mejor ser exacto: Tsunade era la mujer con más de cuarenta años más chismosa que hubiera en esta historia.

Y por esa misma razón, Tsunade aún no se había ido a la oficina a una reunión con los inútiles de sus subordinados, porque aunque la reunión era a las diez de la mañana, ya eran las doce y media ella siguiera allí, esperando pacientemente a que su hijo y su nuera bajaran por las escaleras, ya fuera tomados de la mano o queriéndose matar mutuamente. Tsunade cruzaba los dedos para que fuera lo primero.

Pero por mucho que esperaba los chicos seguían sin bajar. Tsunade frunció el ceño y se mordió la mejilla interna, dispuesta a ir y arrastrarlos por los pelos si era necesario. Por suerte, antes de que Tsunade comenzara a caminar en dirección hacia las escaleras escuchó unos pasos, y poco después vio a Deidara caminando por el pasillo, ya listo para salir.

―¡Deidara! ―dijo Tsunade con voz firme, haciendo que Deidara enderezara la espalda por un momento, recordando la memorable regañina del día anterior. El rubio se obligó a tranquilizarse y ver a su madre como si nada.

―Hola, madre ―dijo Deidara, conteniéndose los mil y un reproche que tenía en la punta de su lengua― ¿No tenías reunión hoy, hm?

―He decidido posponerla ―dijo una verdad a medias. Tsunade afiló la mirada, observando a Deidara de la cabeza a los pies, que como siempre llevaba un look rebelde y relajado. Ningún cambio en su apariencia que dijera que algo diferente había pasado― ¿Y Sakura, hijo?

Deidara se dio cuenta en ese momento que había metido la pata. Claro, tampoco se esperaba que la floja de su madre hubiera decido "posponer" la reunión, pero era de esperar ahora que lo pensaba bien. Deidara miró los ojos de Tsunade que claramente decían "Ojala tengas una buna excusa, cabrón"

―Hm… ―Deidara estaba vacío de excusas. Pero cuando vio la vena de la frente de Tsunade comenzando a hincharse decidió entrar idear algo rápido― Le dije que se apurara, pero es una floja, hm. Ya que, iré por ella.

Antes de que Tsunade preguntara algo más, Deidara dio media vuelta y comenzó a subir las escaleras de nuevo, dejando a Tsunade francamente sorprendida y hasta algo desconcertada.

―Eh… me imagino que las cosas están mejor entre ellos ―dijo, con algo de duda. Por más que ella los hubiera matado ayer con palabras, Deidara nunca tendía a obedecerle, así que cuando le gritó a su hijo: "Más te vale que comiences a tratar a las mujeres como se lo merecen, y no vuelvas a hacer esa cagada" pensó que como siempre le entraría por un oído y le saldría por el otro.― Esa chica debe de estar haciéndole bien.

Dijo, más que nada para intentar comprender la situación y convencerse a sí misma que todo estaba bien.

Todo sea por los nietos.

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―¡Bájame de una vez, Seiryu! ―reclamó Sakura totalmente iracunda y roja de la ira, y como no estarlo si el miserable de Deidara la cargaba como si fuera un vulgar saco de papas― ¡Que me bajes, puedo caminar yo sola!

―Pensé que no podía, hm. Te intenté llamar por las buenas y no quisiste venir― claro cuando Deidara se refería "por las buenas" estaba hablando de gritarle que moviera su flojo trasero hacía donde estaba él.

―¿Y cómo demonios quería que saliera si aún no estaba lista? ―le reclamó Sakura― ¡Estaba limpiando la barbaridad que tu hiciste!

En eso Deidara finalmente llegó hasta el garaje, y sin poder contener su curiosidad, bajó a Sakura dejándola frente a él.

―¿De verdad limpiaste, hm? ―preguntó con una ceja alzada, con aire incrédulo.

―¡Pues claro, hm! ―le imitó Sakura― no iba a bañarme en esa pocilga. Soy una dama, ¿Sabes?

Deidara miró a Sakura, ladeó la cabeza y se cruzó de brazos, inspeccionándola. Con el apuro Deidara había sacado a Sakura a medio maquillar y aun sin peinar, por lo que además del pelo revuelto, tenía el rímel un poco corrido, y un solo ojo con sombra lo que la hacía ver bastante rara.

―Eh, no. No lo creo ―concluyó, negando con la cabeza, haciendo que Sakura le entrara la vena homicida por segunda vez en el día. Deidara decidió ignorarla y fue hacia su auto, abriendo la puerta de copiloto― ¿Qué esperas, hm? Sube.

La cara de homicida de Sakura se transformó en sorpresa en menos de un segundo.

―¿Eh? ―miró el auto y luego a Deidara, sin poder creérselo― Pensé que solo me llevaría en lo que tuviera que ver con el noviazgo y Tsunade.

―Buen sí, eso tiene que ver ―Deidara rodó los ojos― mi madre me atrapó justo cuando me iba, iba a sospechar si no nos íbamos juntos. No creas que esto lo hago por amabilidad, hm.

Sakura se encogió de hombros, mientras reía amargamente. La verdad es que debía de haber visto esa venir.

―Ni sé porque me sorprendo ―suspiró rendida, caminando hacia el auto y metiéndose en él. Mientras se ataba el cinturón Deidara se sentó en su propio asiento y encendió el auto.

Sakura se permitió observarlo mientras el rubio maniobraba para pasar el auto entre el carro donde Tsunade había estado ayer y otro más. En total había cuatro, y Sakura no sabía de quien carajo era el cuarto, considerando que uno de ellos fuera del chofer, claro.

―¿Por qué no utilizar el chofer? ―preguntó curiosa Sakura mientras salían vía la universidad.

―Ni que fuera a dejar que ese lamebola tocara mi auto, hm ―Sakura rodó los ojos. Hombres y sus autos, podía cambiar sus preferencias sexuales pero no su amor enfermizo hacia los vehículos.

―Bueno, vale ―decidió Sakura mantener una conversación más o menos decente con él― ¿Y cómo va a ser esto? ¿De ahora en adelante me llevarás y traerás a la universidad?

Una sonrisa cruzó los labios de Deidara, pero Sakura no pudo verla debido al flequillo que lo cubría, sino ella hubiera presentido el peligro.

―No precisamente, hm ―dijo, y frenó tan de repente haciendo que Sakura pegara un bote hacia delante, sosteniéndose del tablero del carro para no estrellar su frente en el parabrisas― Si no te importa, tengo que buscar a Haku.

La boca de Sakura calló hasta el suelo.

―No hablaras en serio… ―por favor, él no podía ser tan malnacido.

―Te dejé en la parada del autobús, tranquila, no me tienes que agradecer, hm ―Sonrió Deidara con aire encantador.

Sakura frunció los labios hasta casi hacerlos desaparecer. Intentando contener la rabia, comenzó a temblar imperceptiblemente.

―¡Para eso me sacaste de la casa, patán! ―dijo, con la vena de su frente a punto de estallar. Deidara por dentro se estaba muriendo de la risa.

―Ya te dije, mi madre se podía enterar si no nos íbamos juntos, hm ―explicó con sencillez― Pero mi madre no está aquí, ¿O sí?

Sakura abrió la puerta del convertible, deseando tener la fuerza suficiente para mandarlo a volar, cerró la puerta con todas las puertas.

―Eres un maldito cretino ―le dijo entre dientes.

Deidara se volteó a verla, con una ceja arqueada. Aún faltaba sacar su última carta debajo de la manga.

―Por cierto, sabías que ese no era el único baño de la casa, ¿Verdad, hm? ―preguntó, poniéndole la fresa al pastel. Aceleró el motor y se perdió, antes de que Sakura pudiera procesar la información.

Sakura quedó en ese lugar, quieta como una estatua con un ligero temblor en las manos, que de a poco se iban adueñando en todo su cuerpo. Abrió la boca, dispuesta a echarle tal grito que, aunque estuviera a metros de distancia escucharía perfectamente, pero luego cerró la boca con firmeza.

―Esto es la guerra, cabrón ―susurró con suma tranquilidad, mientras sacaba el celular de su cartera― Si piensas que antes era una perra es porque no me has conocido todavía.

―¿Alo, Karin? ―preguntó cuándo le atendieron el teléfono. Una venita de repente se le hincó a Sakura, y sin querer explotó con su amiga pelirroja― ¡Deja de estar cogiendo y préstame atención, zorra desnutrida!


Gracias a pollito, Galaxy23, RemandoenSaturno, NATASHAMAY, K, Vane-namikaze, Sasu Love For Ever, Caamy, Rini Booh y el Guest que le dio flojera de poner algún nombre pero igual dejó un comentario :) También gracia a los alerta y favoritos... y bueno ya llegamos a los 30 rewiew, a ver si logramos multiplicar esa cantidad... neh?

Y Bien, como pudieron notar Deidara y Sakura si sobrevivieron al terror de Tsunade xD No puse la discusión porque iban a terminar traumados (?) Nah, en realidad no la consideré del todo importante, solo importaron las consecuencias de las misma: que Tsunade le diera un cuarto a Sakura, un Deidara con intenciones homicidas y una Tsunade con el nacimiento de una duda... a pesar de todo ella no es tonta

Bueno... esos dos parecen no querer llevarse bien, cuando Deidara busca llevar las cosas en paz Sakura está en un humor de perros, y si Sakura se siente culpable y quiere ser amable con Deidara, este se comporta como un patán... ¿Lograrán alguna vez estar en armonía? Quien sabe xD Nah, hablando en serio ya varios me han preguntado si ellos dos terminaran juntos, y responderé algo que es obvio:

SI van a terminar juntos. Sé que como la forma que se llevan pareciera que no, pero soy de las que me gustan poner las cosas lentos entre los personajes, pero tranquilos que en algún momentos terminarán en la cama, digo, digo! Bueno, para que hubiera algo de deisaku y no digan que mala, puse la escena donde Deidara entró al cuarto de Sakura, y no tuvo suficiente sangra fría como para despertarla xD

Este... creo que no tengo nada más que decir, salvo una cosa posiblemente el capitulo que viene se llamara "A por el 11 y más" ¿Que quiere decir eso? Veránn, es una escena que tengo preparada desde hace uff! xD a ver si logro incluirla

Sin mas que decir, me despido